El actor Bill Murray es muy grande. Lo ha demostrado en muchas de sus películas, ya sean comedias, la primera que tengo en mente las dos entregas de The Ghoshbuster , la comedia ectoplásmica más representativa de los ochenta, en Space Jam como amigo de Michael Jordan y de los dibujos, o ese divertimento en la que hace de si mismo en un mundo zombie como es la primera entrega de Zombieland , ya me sirven, o en papeles algo más dramáticos como ese dramaturgo sin suerte en Tootsie, o esa joya que es Groundhog Day o Atrapado en el tiempo - el tiempo de la marmota, como yo lo llamé- y más serios como en The Monuments Men o en la película de Sofia Coppola, Lost in Traslation - pendiente de realizar la entrada-.
Es mucho más que eso es un hombre que participa en muchas leyendas urbanas, muy conocidas en los Estados Unidos, mucho menos aquí, pero por lo que se ve y se descubre en The Bill Murray Stories: Life Lessons Learned from a Mythical Man, aquí presentado como Bill Murray, consejos para la vida , es un hombre que trata de aportar pequeñas dosis de magia a la vida de la gente corriente, personas desconocidas, que lo admiran y que es capaz de integrarse por unos minutos u horas en sus propias vidas.
Eso es lo que nos presenta el documental desarrollado por Tommy Avallone, director y productor de cine natural de New Jersey conocido por su trabajo en los documentales I Am Santa Claus o Waldo on Weed, y que parte de un guion escrito por el mismo y Max Paolucci para plantearnos la tesis de si son ciertas las muchas historias que tienen como protagonista a Bill Murray y que lo convierten en unb ser cercano y querido en los Estados Unidos.
El documental, hecho de la manera más pedrestre, amparado por los productores Raymond Esposito, Max Paolucci, Derrick Kunzer y Kevin Sisti Jr.para la productora Double Windsor Films y Old Lime Productions con sólo tres operadores, encabezado por el mismo Avallone y que cuenta con el apoyo técnico en la fotografía de Derrick Kunzer - Avallone se edita a si mismo- y a la que ha ido introduciendo la música de John Avarese en un recorrido vital por la personalidad de Bill Murray, y en la vida de otras personas como John Barnhardt, Johnathan Davis, Albert DiGiacomo, Gavin Edwards, Peter Farrelly, Brian Gallagher, Josh Horowitz, Rachel Keefe, Joel Murray, Ryan Petrillo.
Para ello Avallone que intenta inicialmente contactar con Bill Murray, un actor sin agente, con un teléfono que únicamente conocen sus más allegados, y al no conseguirlo inicia un periplo que lo lleva desde Charleston en Carolina del Sur de donde es partícipe del equipo de Beisbol local hasta Chicago en su Illinois natal, pasando por Los Ángeles , la texana Austin, Chicago - la ciudad que en la que formó como actor- y llegando hasta Saint Andrews.
A lo largo del periplo vamos conociendo anécdotas que humanizan al antidivo que es. Se acerca así a la vida de este cómico que fue lanzado al estrellato en en el mítico programa de humor Saturday Night Live, en la que estuvo tres temporadas entre 1977 y 1980, actuación que le valió obtener un premio Emmy, y más tarde protagonizó películas cómicas como Caddyshack (1980), Los Cazafantasmas (1984) y Groundhog Day (1993). Posiblemente su origen humilde, su amor a la música
El documental fue presentado en el Hot Docs Canadian International Documentary Festival , el más importante festival de Norteamérica y fue nominado en el American Film Festival.
Para la crítica el documental de Avallone es un buen modelo de cine documental. Para Peter Howell, del periódico canadiense Toronto Star, dijo de ella que "Las historias de Bill Murray: lecciones de vida aprendidas de un hombre mítico aborda el divertido y extraño hábito de la estrella del título de irrumpir casualmente en la vida normal".
Richard Roeper del Chicago Sun-Times le dio una buena valoración a "The Bill Murray Stories" , mientras que John DeFore del The Hollywood Reporter le gustó la película, pero la calificó como "una exploración de la cultura pop agradable pero apenas esencial".
Gracias al mismo vemos que muchas leyendas urbanas sobre él son ciertas. Descubrimos que es capaz de salir en la foto de una pareja de Charleston que preparaba su boda, capaz de ir acompañando a un grupo de chicas en una fiesta privada en Austin, leer poemas a un grupo de trabajadores, ponerse detrás de la barra de un bar de copas, hacer amistad con un camarero, pinchar música en una fiesta, jugar al fresbee con un grupo de jóvenes, ponerse a limpiar vasos en una fiesta en Saint Andrews o hacerse fotos con quien se lo pida. Un hombre que aparenta ser normal y devorverle al mundo lo que el mundo le ha entregado.
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