miércoles, 3 de marzo de 2021

Las brujas de Zugarramurdi



Esperaba mucho más de ella, he encontrado mucho menos. De cualquier manera habrá que agradecer a Alex de la Iglesia el hecho de hacer películas muy particulares. Lo mismo que existe un toque Lubitchts, existe un "toque Alex Iglesias". 

El problema no es de él, es mío. No tengo claro lo que esperaba ver en pantalla. Y he descubiero algo muy coherente con el director. Una película gamberra, con un guion que roza la genialidad, con unas interpretaciones fantásticamente llevadas y casi un homenaje a la cultura vasca, al menos, a esta que sacan de la montaña y de las cuevas a la brujas al sonido de una txalaparta. 

En ese momento final festivo , la de la transformación del elegido, con procesión de sonoros cencerros de mi querida Ituren y una diosa de la fertilidad paleolítica gigante está el sentido exagerado, puede que excesivo, de este director que roza la genialidad en todas sus obras. Pero sobre todo por eso, por ser coherente.

Digamos que de Zugarramurdi y sus brujas no esperaba que fuese una road movie que empezara con un robo planificado y que ya había sido visto por una bruja visionaria que juega a las cartas. Mientras juega con los naipes ve al Cristo Dorado, a su hijo redentor, y a un soldado que se mueven en busca de la riqueza, el oro de unos anillos que, en vez de aportar la felicidad a sus poseedores,  han traído las desgracias. 

Tras el robo, bien planificado, o pesimamente, según se vea, se inicia una road movie que nos lleva de la Plaza de Sol a la frontera, pero nos lleva en taxi, con un taxista ilustrado y con un señor de Badajoz que quiere eso, llegar a Badajoz, pero no a Dantxarinea, ni a Sara. 

En el último descanso en el camino llegan a un local, un bar, en el que está la bruja madre, pero también lugareños que saben lo que es Internet aunque estén tan aislados que ven programas propios del maligno grabados en VHS. Tras su parte por el bar tiene lugar el encuentro a la salida de Zugarramurdi con lo que una historia de un robo, pésimamente planificado, acabo en un festival de brujas, brujastrans, y y de personas deseosas de comer y ofrendar al maligno. De todo esto y mucho más esta historia alocada y genial, pero que me ha descolocado desde su inicio hasta su final. 

La película es una producción con Enrique Cerezo y Franck Ribière por medio de sus compañías Enrique Cerezo P.C. y La Ferme! Productions manejano un presupuesto de 6,000,000. La alocada historia está escrita a cuatro manos por Álex de la Iglesia y Jorge Guerricaechevarria y en la misma y en apartados técnicos nos encontramos con Joan Valent en la banda sonora, Charly Schmukler en el sonido, la fotografía de Kiko de la Rica, el montaje de Pablo Blanco y el vestuario de Paco Delgado. 

El elenco absolutamente coral lo componen Hugo Silva como José , Mario Casas como Antonio "Tony", Carmen Maura como Graciana Barrenetxea,Terele Pávez como Maritxu, Carolina Bang como Eva, Pepón Nieto como el Inspector Alfonso Calvo, Secun de la Rosa como el Inspector Jaime Pacheco, Jaime Ordóñez como el taxista Manuel Sánchez, Santiago Segura como Miren, Gabriel Delgadocomo el niño, Sergio , Macarena Gómez como la madre del anterior, Silvia, Alexandra Jiménez como Sonia, Javier Botet como Luis Miguel "Luismi", Enrique Villén como Adolfo, Carlos Areces como Kontxi, Manuel Tallafé como el hombre de Badajoz y María Barranco como la anciana bruja traqueotomizada.

Como he señalado una partida de carta nos introduce a José (Hugo Silva), un padre divorciado que le ha prometido a su hijo Sergio (Gabriel Delgado) ir a Disneyland Paris y a Tony (Mario Casas) . Ambos están desempleados por lo que deciden una casa de empeño de compra y venta de oro , de esas que hay por Madrid. 

El robo que inicialmente sale bien pues consigue como botín una gran cantidad de anillos de oro y joyas diversas , termina como un rosario de la aurora. 

Para huir de la policía pensaban usar el coche de una de las conquista de Tony, pero como no es posible pues la chica se marcha antes, José y Tony secuestran a un taxista Manuel (Jaime Ordóñez), con una interesante formación teológica que lleva a Badajoz a un comercial. 

Van en dirección norte. Van pasando kilómetros y el taxista que es un hombre formado pero que está harto de su trabajo decide sumarse al robo. Antes de pasar por el pueblo de Zugarramurdi, entran en un bar. Allí coinciden con la señora que lo regenta (Terele Pávez ) al igual que hace con su hermano retrasado Adolfo (Enrique Villén ) al que como a él los trata con dureza. 

Manuel, con necesidad de ir al baño, descubre que en los servicios hay alguien, pues adivina unas miradas procedentes del subsuelo. Finalmente los del coche prosiguen su viaje a Francia pero cuando avanzan descubren a la vieja en la carretera y sin querer la atropellas. 

Pocos después , tras algunas dudas, siguen pero vuelven a parar cuando una mujer les para y les pregunta si han visto a su madre, que no es otra que la vieja. La mujer es Graciana Barrenetxea (Carmen Maura) pero aparenta ser una mujer común, pero como no tienen tiempo se marchan. 

Pero las cosas son más complejas, puesto que no se han dado cuenta de que se han dejado al niño Sergio, que , por otro lado, su búsqueda ha provocado que su madre biológica, Silvia ( Macarena Gómez), la ex de José, que sigue un GPS que la lleva en dirección Zugarramurdi. 

Ella no sabe que tras ella y tras los otros van igualmente dos inspectores, el Inspector Alfonso Calvo(Pepón Nieto ) y el Inspector Jaime Pacheco (Secún de la Rosa) que acaban igualmente en la localidad fronteriza navarra. Mientras tanto, el grupo inicial marcha a un casoplón en el que vive Graciana , con su madre y con su hija Eva (Carolina Bang) que encela a José y a Tony. 

Han sido invitados a comer, pero no saben que ellos realmente van a ser la comida. A pesar de que en el momento de descubrir que son tres brujas, capaces de trepar y caminar por el techo, consiguen escapar , lo cierto es que vuelven a la vivienda ya que se han olvidado el botín. 

Finalmente, regresan son atados y preparados para una cena a la que están invitadas otros brujas como Kontxi (Carlos Areces) y Miren (Santiago Segura), a la que se irán sumando otras muchas. 

Mientras están atados a la mesa, se incorporan a la escena los inspectores Pacheco (Secun de la Rosa) y Calvo (Pepón Nieto) así como Silvia (Macarena Gómez), la ex de José, que va en busca de su hijo Sergio y que han entrado por un pasaje secreto que les lleva a un sobretecho desde donde pueden ver la cena que Graciana está ofreciendo a varias brujas asistentes al ritual. Silvia y los policías caen en la mesa del banquete desde el falso techo así que se suman como parte de la invitación. 

De hecho, Silvia tras beber la sangre de un sapo se convierte igualmente en bruja. José, Tony y Manuel escapan en medio del caos, quedando el señor que iba a Badajoz , los dos inspectores y la madre de Sergio. 


El grupo de 3 hombres es perseguido por las brujas hasta que iran siendo capturados con excepción de José, que escapa gracias a la intervención de Eva, quien se ha enamorado de él. Ella exige que José se vaya con ella de inmediato, olvidando a los demás. Sin embargo, José se niega. No quiere dejar atrás a su hijo. 

José tras caer a una sala subterránea de la casa se encuentra con un nuevo personaje a Luismi (hermano de Eva), quien había estado allí encadenado durante años. José libera a Luismi, que es la persona a la que veían en los servicios del bar, quien le muestra el camino a la cámara ritual que no es otra que la gran sala de la Cueva de Zugarramurdi. 

En el camino liberan a Eva, enterrada viva y boca abajo por su madre a causa de su traición. Tras la liberación Eva confiesa su amor por José, quien la rechaza porque ella es una bruja.Su objetivo es salvar a su hijo que será el alimento de Ama Mari, la diosa madre. Luismi y José al llegar a la cámara ritual ven a Tony, Manuel, Pacheco y Calvo que están con trajes de condenados inquisitoriales, con sus Sanbenitos y con gorro cónico de condenado. Están preparados para ser quemados en una hoguera lentamente hasta que mueran. Igualmente ven la llegada de Ama Mari representada como una Venus Paleolítica similar a la que aparecían en las imágenes de los títulos de crédito. 

A Ama Mari se le ofrece este espectáculo en el que participan las txalapartas y los cencerros de Ituren así como una múltitud de brujas que gritan excitadas. Llega el momento esperado y la diosa se traga a Sergio, quien tras ser engullida sale vivo por el ano de la diosa, para alegría de las brujas, quienes consideran que él es el elegido y la persona que las guiará hacia la victoria contra la civilización y el patriarcado. José se enfronta a las brujas con ayuda de Eva, quien logra destruir a la diosa que expulsa iguamente a Luisma que también había sido devorado, mientras que José escapa del caos con Sergio, Eva y los otros hombres a través del prado del macho cabrio. Las brujas son dadas por muertas en el caos causado por la destrucción de la diosa. 

Un mes después, en un espectáculo escolar, José y Eva aparecen como un matrimonio que mira orgulloso a Sergio, quien está en el escenario en una actuación circense que a pesar de la sangre, sale fenomenal. Todo parece tener un final feliz, hasta que se muestra a Silvia, Graciana y Maritxu , las tres vivas y expectantes, al igual que esas brujas trans que son Miren y Kontxi. Es una historia que no acaba, aunque la película sí. 

Comenzó el rodaje en otoño de 2012. La película fue presentada por primera vez en el Festival Internacional de Cine de Toronto de 2013, donde entró a formar parte en la Sección "Midnight Madness". 

También fue presentada, fuera de concurso, en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián de 2013, coincidiendo con la entrega del Premio Donostia a Carmen Maura. 

La película se estrenó en España el 27 de septiembre de 2013, y alcanzó relevante éxito comercial: recaudó 14,6 millones de euros, habiendo costado 6. 

Obtuvo ocho premios Goya, incluyendo el de mejor actriz secundaria para la veterana Terele Pávez y el resto para los apartados técnicos como Mejor montaje (Pablo Blanco), Mejor dirección artística (Arturo García ''Biaffra'' y José Luis Arrizabalaga), Mejor dirección de producción (Carlos Bernases), Mejor diseño de vestuario (Paco Delgado), Mejor maquillaje y peluquería (María Dolores Gómez Castro, Javier Hernández Valentín, Pedro Rodríguez ''Pedrati'' y Francisco J. Rodríguez Frías), Mejor sonido (Charly Schmukler y Nicolas de Poulpiquet) y Mejores efectos especiales (Juan Ramón Molina y Ferrán Piquer) quedando el resto en nominaciones a Mejor música original (Joan Valent) y Mejor fotografía (Kiko de la Rica). 

Terele Pávez se llevó el igualmente el Premio como mejor actriz secundaria en las Medallas del Círculo de Escritores Cinematográficos, quedando nominado en la Mejor música (Joan Valent), Mejor fotografía ( Kiko de la Rica) y Mejor montaje (Pablo Blanco). 

En los Premios Platino fue nominada en tres apartados Mejor película iberoamericana de ficción , Mejor música original (Joan Valent) y Mejor sonido (Charly Schmukler). 

En los Premios Feroz de 7 nominaciones se llevó dos a la mejor actriz de reparto (Terele Pávez) y mejor actor de reparto (Mario Casas). 

En los Premios Forqué fue nominada a Mejor película y en los Premios Fénix se llevó dos premios incluyendo Mejor música original de un total de 5 nominaciones. 


Tras su estreno un crítico de los Estados Unidos Jonathan Holland del The Hollywood Reporter consideró que "Álex de la Iglesia regresa a la inspiración de sus primeras películas de locura donde todo es posible, pero con un presupuesto más grande." 

Ya en España la cr´tica se movió entre el aplauso y el apoyo parcial a la película. Carlos Boyero escribió sobre ella en El País en términos elogiosos destacando que "Los gags, los diálogos y las situaciones no tienen desperdicio, la gracia se funde con la espectacularidad (...) acabo saturado de tanta bruja (...) Pero sería injusto insistir en los defectos del desenlace." 

Luis Martínez en El Mundo dice de ella que es "Un aquelarre sin ton ni son. (...) una película profundamente irregular, ciclotímica. A veces, genial; otras, simplemente ruidosa, y siempre desmembrada." 

Oti Rodríguez Marchante en ABC consideró que la película es "Un artefacto divertido y de gran éxito, lo cual es algo distinto de una gran película. (...) Arranca con brillantez (...) interminable y enloquecido aquelarre final." 

Sergi Sánchez en La Razón manifiesta que "Aunque sus ocurrencias divierten, se acaba teniendo la impresión de que los clímax no son lo suyo [de Álex de la Iglesia], que los excesos devoran la letra pequeña de sus aciertos (...) la película no tarda en derramarse por los costados"

Jordi Batlle Caminal en La Vanguardia escribe sobre él en estos términos "De la Iglesia torrencial, capaz de contagiar al más escéptico el placer de contar cuentos a lo bestia. (...) Lástima que el conjunto sea desigual. (...)" 

Noel Ceballos en Fotogramas considera que lo mejor es " (...) la entrega de sus intérpretes y la energía enloquecida de algunos pasajes memorables, pues su glorificación del exceso y su ausencia de filtro la convierten en un todo irregular que siempre es menor que la suma de sus partes" 

En Cinemanía Carlos Marañón destaca que "De la Iglesia trabaja los referentes desde los créditos hasta los diálogos, que chispean como no recordábamos desde 'La comunidad' (...) La película más redonda del director. (...)"

Para terminar comentaré que la película es como el cártel tumultuosa, excesiva, exagerada, vitalista, vitriólica, cómica por momentos, juguetona con la historia , pues la referencia a la historia real de Zugarramurdi y el proceso inquisitorial aquí esta invertido . Un homenaje de este bilbaino a la cultura tradicional, a las mujeres que fueron condenadas, pero que aquí se reivindican. De hecho si hay que destacar a alguien me decanto por ese grupo de mujeres encabezadas por Carmen Maura y Terele Pávez especialmente esta última, que fue compensaba con una catarata de premios más que merecidos. 

Al final estamos ante una película coral con fondo negro que no oscurece en nada un espacio situado en una "muga" , en un área de tráfico de contrabando histórico, en las cercanías de ese mítico pueblo francés con nombre de mujer como es Sara y sus impresionantes cuevas, y al que intenté llegar andando desde el lateral de la cueva, pero que, con todo  mi pesar, no logré alcanzar al menos a pie. 

Como tenía marcado el objetivo de ir tuve que coger el coche para llegar a la localidad vascofrancesa, en sábado, un día de mercadillo, buscando las referencias del aita Barandiarán. Las encontré, pero esa es otra historia.  



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