sábado, 23 de diciembre de 2023

Kiko Veneno. Un día Lobo López



Recuerdo una Fiesta de Primavera del año 1988 en la Facultad. Era viernes o sábado. Aquel día junto a otros grupos, algunos con alumnos de la Facultad, me contaron que había estado dando un pequeño concierto un músico andaluz que era un mito, pero que no arrastraba multitudes, aunque algún pelotazo había dado con un tema o un dísco, el de Seré mecánico por ti o una canción como Si tú, si yo (1984) un maxisencillo de tres canciones.

Era curioso pero siempre me había llamado la atención que ese músico que tenía un acento andaluz más fuerte que el mío había nacido en una localidad catalana, Figueras - su madre y su segundo apellido, Sanfeliu, eran de allí-. También lo recordaba de su etapa de  Veneno y lo relacionaba con Pata Negra y con los Amador, sobre todo con Raimundo. Me llamaba la atención que un músico que había estado implicado con Camarón o con la genial guitarra de Raimundo Amador parecía un exitoso músico de minorías. Parecía cumplirse ese lema que recordaba de Juan Ramón Jiménez sobre a quién dirigía su obra: " a la minoría, siempre".



El documental de Alejandro G. Salgado del año 2023 realizado con la compañía Maleta Films, junto con RTVE, producido por Irene Hens, y con guion de Guillermo Marrufo se centra en la trayectoria musical de Kiko Veneno uno de los artistas andaluces más peculiares de los años 90, pero si bien pasa casi de puntillas sobre sus orígenes - resaltando que a los veintitrés años conoce a un jovencísimo Raimundo Amador con el que dos años más tarde forma el grupo Veneno junto a su hermano Rafael Amador, grabando su primer disco con el mismo nombre del grupo, que entonces no tuvo apenas repercusión comercial, aunque hoy es considerado un disco fundamental en la renovación musical sevillana o colaborando en 1979 con un músico como Camarón de la Isla y su La Leyenda del Tiempo que lanzó su inmortal tema "Volando voy"- si que se centra en un Kiko Veneno que nos lleva principalmente al año 92, un año clave para Sevilla, y que fue un punto de inflexión en su vida porque el artista llevaba década centrado en la música como Veneno y entre sus saberes se encontraba el haber compuesto volando voy o lanzar el álbum Veneno uno de los discos de música urbana más importante de nuestra historia. 

Diez años antes, en el 1982, en plena movida madrileña, había grabado el citado LP Seré mecánico por ti, tras intentar abrirse camino musicalmente en Madrid. No consigue vivir de la música por lo que empieza a trabajar como programador cultural de la Diputación de Sevilla en 1982. 

En paralelo, va componiendo para otros artistas que sí triunfan como Martirio y entronca con grupos y músicos de Sevilla como Smash, Alameda o integrantes del blues sevillano.  

Sin embargo nunca había conseguido dedicarse profesionalmente a la música, aunque seguía vinculado intensamente a la "movida" sevillana que trabajaba en la Cabalgata de la Expo 92, con la que diariamente se marcaba el final de la tarde para dar paso al programa de actividades nocturnas. 

En ese año de la Expo´92 lanzó un LP titulado "Échate un cantecito" que él se planteó como su última oportunidad para triunfar en la música. Kiko veneno se había prometido en dejarla definitivamente, como declaró en La Vanguardia mientras promocionaba la película “Aposté por hacer mi último disco” y seguir como funcionario de la Diputación de Sevilla si no lo lograba. Al fin y al cabo era en esos años un trabajador laboral de la Diputación, del área de Cultura, con 40 años, casado y con hijos, pero esa era su situación a finales de los años ochenta. El desenlace ya es historia de nuestra música.

El documental repasa la carrera de Kiko Veneno y nos muestra el proceso creativo en un álbum rodado en Londres en la que fue fundamental la ayuda del cantante Santiago Auserón que lo acercó a Londres y al productor Joe Dworniak. El documental nos muestra el intenso trabajo en el estudio de grabación londinense, con alguno de sus músicos , pero también con trufados ingleses en la batería, bajo y percusión. En ese disco se graban sus creaciones "Echo de menos", "Lobo López", "Joselito" y "En un Mercedes blanco" fueron los principales grabados en los estudios Moody de Londres durante un mes y medio . Su popularidad se agrandó con la gira "Kiko Veneno y Juan Perro vienen dando el cante", donde también participaron, entre otros, Raimundo Amador y Luis Auserón. 

Tres años más tarde repite con el productor musical de Auserón con el nuevo álbum Está muy bien eso del cariño. Estamos en 1995, del mismo destaca el diseño de la cubierta, realizado por Javier Mariscal y la presencia de la guitarra flamenca de Raimundo Amador, que, junto con la producción de Dworniak, confiere al disco un sonido totalmente único. Temas a destacar son: "Viento de poniente", "Memphis blues", "Casa cuartel" o "Lince Ramón" .  

Al menos para mí y una vez visto el documental, desde entonces un Mercedes es ya otra cosa, sobre todo colocando en su lugar una vez superados los 30 años de la publicación de Échate un cantecito, el sexto disco de estudio de Kiko Veneno, producido por Joe Dworniak con la colaboración de Santiago Auserón. 

'Un día Lobo López' se adentra en las circunstancias vitales y el contexto artístico e histórico que hicieron posible la creación de un álbum que marcó camino en el pop español y que cambió la suerte de su autor.

Es cierto que el documental se centra en esos años no entrando en profundidad en la trayectoria posterior de Kiko Veneno como cantante, guitarrista y productor musical. Pero lo más importante de este documental rodado entre Londres y Sevilla es ver una película documental musical que habla de música.  Es cierto que algunas de las grabaciones que se ven de sus directos tienen una calidad precaria pero se integran perfectamente en la narración.



La narración audiovisual durante casi todo el documental tiene el formato visual de doble pantalla, que permite a la dirección de fotografía de Sergio Caro ilustrar la trayectoria del músico y facilitar la narración. “Un día Lobo López”, dentro del 26 Festival de Málaga 2023, recibiendo el premio a mejor obra de no ficción en los Premios 2023 de la Asociación de Escritores de cine Andaluces. 



El director para su documental contó con los que ayudaron a la grabación, Juan Ramón, Frank Tontoh, Lolo y Pájaro, los mismos músicos que participaron en la grabación de 1992, y vuelven a interpretar 30 años después las piezas del disco al tiempo que recuerdan su origen. “Era muy necesario mostrar el trabajo de la banda dentro del proceso creativo” explicó Alejandro en la presentación de la película en Barcelona, “un ejercicio liderado pero conjunto”. en el documental aparecen voces como la de Raimundo Amador, Santiago Auserón o Ana, su mujer y madre de los tres hijos de Kiko. Entre todos enhebran un relato en positivo de un periodo que el protagonista recuerda con felicidad desde el momento en que comenzó a preparar Échate un cantecito, allá por 1989. “Tenía mi estudio casero, componía canciones con otra calidad, me encontraba más confiado, tenía un trabajo, unos ingresos, y eso te da seguridad”. 

No hay duda la importancia de disponer de una nómina y un empleo que como Kiko Veneno reconoce le sirvió para “disciplinarme y aprovechar mejor el tiempo que tenía”. 



Como señala Sergio Lozano en La Vanguardia "“En Londres estaba feliz” explica, recordando la tranquilidad que le daba disponer de “un equipo de producción, que no había tenido nunca, una discográfica detrás, un presupuesto buenísimo, cosas que nunca había visto en mi vida”, una manera profesional de trabajar en la música que culminó con la gira conjunta de Kiko y Juan Perro. “A los 40 años veía gente que había comenzado conmigo que ya se estaba retirando”, explica. Se trataba de carreras enfocadas a un público más juvenil, un tren que él perdió, no logrando “identificarme con mi generación”. Un freno que le permitió “al cabo de un tiempo, con paciencia” armar un trabajo “más consistente y clásico”. El crítico que fue del Diario Vasco, Ricardo Aldaondo escribió sobre ella que era "Qué majo Kiko Veneno y qué estupendo el filme Un día Lobo López de Alejandro G. Salgado sobre su enorme talento y la creación de ‘Échate un cantecito’. Nada promocionero: es brillante reconstrucción de un tiempo mágico y una pasión por la música sin igual. ".  

Un documental necesario para conocer con más profundidad una época y la génesis de uno de los discos principales. 

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