lunes, 30 de enero de 2012

Secretos y mentiras


Hace mucho tiempo vi la película británica “Secretos y mentiras” (1996). La noche pasada volví a cometer el mismo acierto y recuperé esta película de Mike Leigh y protagonizada por Brenda Blethyn y Marianne Jean-Baptiste. 
La acción tiene lugar en Londres en 1995/96, a lo largo de algo más de 2 meses (junio/agosto). Cuenta la historia de Hortense Cumberbatch (Marianne Jean-Baptiste), mujer negra que vive en Londres que al morir sus padres adoptivos. Con la ayuda de una empresa especializada, obtiene la documentación de su nacimiento. A partir de la información que contiene intenta localizar a su madre, Cyntia Purley (Brenda Blethyn), y contacta con ella. Cynthia Rose Purley, es una mujer blanca de la clase obrera, la cual la dio en adopción nada más nacer. 
La película se inicia con una escena de un matrimonio cualquiera, los Purley. Una pareja como tantas, con un problema, la ausencia de hijos en el matrimonio, así como una relación con la familia contrariada, sobre todo por parte de ella. Él, Maurice, es un fotógrafo con estudio propio que también es contratado para reportajes fotográficos de bodas y otros acontecimientos. Tiene una hermana, Cynthia, a la que no ve desde hace unos meses. Es una madre soltera y está algo neurótica. A esto se le suma una díscola hija, Roxanne, que va a cumplir veintiún años. Pese a que la familia está distanciada, Maurice y su esposa Mónica deciden organizar una fiesta de cumpleaños para el 21 aniversario de Roxanne, no muy esperanzados de que ésta se digne asistir. 

Las escenas nos van trasladando por los episodios corrientes de la rutina de estas personas. Pasamos por la algo deteriorada casa (desesperadamente carente de orden y de arreglos) de Cynthia, una mujer que con un presente gris de trabajo en una fábrica de cartones, y Roxanne, respirando la tensión, la incomunicación y el desencuentro entre madre e hija. Vamos captando pedazos del pasado, de los golpes de la vida y de las circunstancias que hicieron que Cynthia se encontrase con demasiadas responsabilidades a temprana edad para las que no estaba preparada. A pesar de todo la madre siente que lo ha hecho lo mejor que ha podido… Y se siente desgraciada. Siente que ha perdido su juventud… Y esconde secretos ante los que cerró los ojos y que no se atreve a afrontar. 
Por otro lado, aparece Hortense durante el entierro de su madre, una joven cuyos padres han muerto, y que guarda una historia que ha pesado en su interior durante muchos años: la de su adopción por parte de otra familia… Y a la que ya está preparada para hacer frente. Hortense da el paso. 

El secreto va a salir a la luz poco a poco, haciendo trizas el débil equilibrio tras el que permanecía oculto… 
Leigh expone, a través de las excelentes actuaciones de todos los protagonistas, un drama familiar que encubre intensos dolores nunca acallados, actos pasados imprudentes y desesperados, decisiones devastadoras, pérdidas y reencuentros, distancias y aproximaciones entre parientes que se quieren por encima de todo pero que tienen demasiadas heridas que rumiar. Y también es el drama de una persona que busca sus raíces extraviadas. 
Magistral final con el hermano (Timothy Spall), poniendo a cada uno en su sitio. Con una nuera, que se derrumba después de, orgullosamente, envidiar a su suegra. Con la ayudante de Maurice, tímidamente al fondo, sin abrir la boca (enfocada en varias ocasiones); pero que en el momento oportuno, dice algo, y ese algo, enternece más todavía al bueno de Maurice. 

El largometraje se estrenó en el Festival de Cannes de 1996, donde ganó la Palma de Oro y Brenda Blethyn recibió el premio a la mejor interpretación femenina. Aunque según los créditos Leigh escribió el guion, la mayor parte de las actuaciones fueron en realidad improvisadas: Leigh orientó a cada uno de los actores sobre sus papeles, y los dejó crear sus propias líneas. 
Secretos y mentiras fue filmado en parte en Whitehouse Way, Southgate, Londres. La escena emocional en la mesa, en la cual Cynthia descubre que ella es de hecho madre de Hortense, fue filmada en una sola toma ininterrumpida de casi 8 minutos. 
En el año 1996 consiguió múltiples premios. Destacan las 5 nominaciones al Oscar: Película, actriz, actriz secundaria, director, guión original; el premio del Globo de Oro a la mejor actriz drama (Brenda Blethyn). Las 3 nominaciones del Festival de Cannes: Palma de oro, actriz (Brenda Blethyn), Jurado Ecuménico. Los 3 premios BAFTA, incluyendo guión, actriz (Brenda Blethyn), tras 7 nominaciones. Los Premios Goya a la Mejor película europea o el Premio Cesar con su nominación a la mejor película extranjera. 

Carlos Boyero la llegó a calificar como “Magistral. Maravillosa, tierna y humorística” o Antonio Albert en Cinemanía como “Soberbia”. 

Se trata de un film independiente, escrito y dirigido por Mike Leigh ("El secreto de Vera Drake", 2004). Se rodó en Londres y alrededores y en estudio, con un presupuesto de 4 millones de dólares y que se estrenó el 25-X-1996. 
La película se sumerge en la vida cotidiana de una familia inglesa de clase baja, disfuncional, con problemas de comunicación, enemistades y aversiones basadas en prejuicios, malentendidos, secretos y mentiras. La matriarca, Cynthia, empleada manual de una fábrica de manipulados de cartón, es una madre soltera, que dio a luz a su hija Roxanne hace 21 años. Ambas viven en la misma casa, pero su convivencia es difícil a causa de diferencias de caracteres: Roxanne, barrendera municipal, es adusta y poco comunicativa, mientras Cynthia es melosa y cariñosa. Maurice, hermano de Cynthia, regenta un estudio fotográfico y está casado con Mónica (Phyllis Logan), que no se lleva bien con Cynthia y con Roxanne. La irrupción de Hortensia en la familia, llena el alma de Cynthia del cariño que necesitaba y da nuevo sentido a su vida. Maurice, un buenazo de gran corazón, sufre porque las tres personas que más ama, su esposa, su hermana y su sobrina, se llevan de mal traer. 
La narración del director destaca por su sobriedad, austeridad y naturalidad. Traslada a la cinta un retrato emotivo y sincero de las frustraciones de personas modestas y normales, tomadas de la realidad cotidiana.
La música, de cuerdas (harpa, violoncello y contrabajo) y viento, subraya con potentes solos de contrabajo la soledad de los personajes y con composiciones de aire festivo, los momentos de satisfacción. La fotografía busca encuadres próximos y medios y usa una gama de colores corrientes, con claro predominio de los blancos (vestido y coche de la novia, visillos, sillas de la terraza, paredes, etc.). 
El guión desarrolla un argumento muy sencillo, que crea situaciones emotivas, en ocasiones desgarradoras, sin concesiones al sentimentalismo y con fino humor. 
De entre las interpretaciones destacan las de Marianne Jean-Baptiste (Hortense) es rica y flexible, poderosa, muy dominadora de los matices de su capital personaje; la de Timothy Spall, sentida, dota a Maurice de una grandiosa bondad; y la de Brenda Blethyn (Cynthia), intensiva, acusa baches histriónicos, por lanzarse a un patetismo que quiere apretar el nudo más de lo conveniente. También aparece la de Claire Rushbrook (Roxanne) es caricaturesca la mayor parte del tiempo. 
La dirección busca la naturalidad y espontaneidad ocultando a los actores los secretos del relato hasta el momento de su filmación. La película se enmarca en la corriente del cine social inglés. Exalta la riqueza de la vida y el valor de las personas. Está considerada la mejor obra del realizador. 
Realmente no hay palabras para describir la intensidad emocional de esta película. Creo que en ninguna otra película he derramado tantas lágrimas. Y todo ello, sin más armas que una buena historia transitada por unos personajes entrañables. Unos personajes, que como casi todos nosotros, viven escondiendo unas profundas heridas, cuyo último destino -no podría ser de otra manera- es remontar el pozo de la vergüenza y la culpa, y finalmente salir a la luz. Es en esta exteriorización donde se encuentra la llave de la curación. Y a la postre, también del perdón. 
Nos encontramos con la foto de una familia al completo. El fotógrafo emplea una iluminación y un escenario artificiales. Hay maquillaje, y las expresiones de los fotografiados tampoco son verdaderas, son más bien forzadas, llegando algunas a la caricatura. Se busca el efecto en detrimento de lo verosímil. Y, a pesar de todo, la foto conmueve. 
El ritmo de la película es ejemplar, la fotografía exquisita, los momentos de humor (especialmente las sesiones fotográficas) están perfectamente insertadas como amenos paréntesis. El guión, obra también de Mike Leigh, es tan maravilloso como funcional. En realidad es lo de menos. Me he encariñado tanto con los personajes (especialmente con la inconmensurable Brenda Blethyn) que me hubiera dado exactamente igual lo que hubiesen dicho o hecho.

domingo, 29 de enero de 2012

Un moco verde y viscoso


Hoy hemos visto una película del año 1997 procedente de la factoría Disney. Flubber y el profesor chiflado es una película norteamericana dirigida por Les Mayfield. El guión es obra de John Hughes y Bill Walsh. Protagonizada por Robin Williams en el papel de profesor profesor Philip Brainard y científico universitario, Marcia Gay Harden la Dra Dra. Sara Jean Reynolds como novia, Christopher McDonald como el oponente Dr Wilson Croft, Raymond J. Barry o Clancy Brown, uno de los chicos malos. La música es obra de Danny Elfman, mientras que la fotografía pertenece a Dean Cundey. 
El profesor Phillip Brainard, un profesor distraído y despistado , trabaja con su asistente Weebo, tratando de crear una sustancia que es una nueva fuente de energía. Trabaja en un centro arruinado , la Medfield College, donde su novia Sara es la directora. Con ella lleva ya algún tiempo, pero sus despistes han provocado ya la anulación de la boda en dos ocasiones. Este científico encontrará la forma de que su centro de trabajo no cierre: crear una sustancia que sustituya al resto de fuentes energéticas. En la tarde de su tercer matrimonio, el profesor Brainard crea flubber, una sustancia verde y viscosa, parecida al caucho que permite a los objetos tener una flexibilidad y una enorme capacidad de vuelo. El problema es que es bastante incontrolable y que se mueve a velocidades supersónicas.  

Pero esta sustancia traerá una serie de dificultades para el científico, ya que tendrá que enfrentar a unos ladrones que se quieren apoderar del invento. En Flubber, el entretenimiento se basa en un dinamismo visual tremendo visible por ejemplo en su aplicación para que el patético equipo de baloncesto local gane aunque sea un partido. O en los buenos momentos que nos dejan todos los artilugios diseñados por este profesor chiflado, empezando por el propio Flubber o en las gracias del robot doméstico que hasta intentan presentar sus gracias poniéndote imágenes la mayoría de Disney en la pantalla del robot, según la situación. 
Los buenos números musicales del moco verde y gelatinoso son divertidos, sí, pero no es difícil darse cuenta de que la película vive de sus incontables gags y no llega a profundizar. 
A favor de la película está la intervención en el apartado musical de Danny Elfman, todo un seguro de vida que, en mi opinión, trabajo mejor con bandas sonoras más oscuras. La película es un remake de la Disney de "Un sabio en las nubes" (The Absent-Minded Professor, 1961), protagonizada por Fred MacMurray. Flubber es una película 100% infantil que entretiene a los más pequeños gracias a su frenético ritmo de ruidos, gags y colores, pero que no aporta nada a una persona mayor que intente buscar gran cine en esos más de 90 minutos que dura la película. 
Se rodó en diversos espacios de California (Universidad de Stanford, Alameda, Stockton, San José,Palo Alto, etc… Y fue producida conjuntamente por Disney y Great Oak entertainment. 
Lo más destacado para algunos es la música destacando con luz propia la comentada parte del mambo, especialmente en "Mambo del Flubber". Un desparrame sensorial, de los típicos del compositor pelirrojo, para una escena de lo más incongruente y superflua con respecto al resto de la historia. Tan vivo está el Flubber, que aprovecha un descuido en el que se queda solo en casa para montar un numerito musical al ritmo del mambo, en claro homenaje a las coreografías de Esther Williams, pero sustituyendo agua por moco verde. 
Una escena que no aporta absolutamente nada a la película, ya que ni tiene repercusión alguna en la trama ni el "bicho" vuelve a mostrar señales de inteligencia o algo similar, y que sirve simplemente de vehículo de lucimiento del equipo técnico responsable de la misma. Por suerte para nosotros, entre los miembros de dicho equipo podemos contar a Danny Elfman, quien se luce con el divertido mambo que acompaña a la escena. 
Más allá de eso, merece la pena destacar pistas tan moviditas como "It's Alive", "Mambo in the Sky" (primera aparición del tema del mambo, antes de lo antes comentado), y la parte final de "Weebo's Death", que precede a la venganza ("Revenge") del profesor Brainard y su prometida contra los malosos de turno, en otra pista que se hace divertida al pensar en los mamporros y cachiporrazos que se llevan los villanos bajo una base circense. Finalmente, en los "End Credits" nos encontramos un buen resumen de los temas desarrollados para la banda sonora, aunque quizá peque de un final un poco rayante, cuando parece que a Elfman se le va la pinza con la caja de ritmos.

Todo por un premio


Las Hurdes, tierra sin pan es una película documental de 32 minutos (27 minutos en otras versiones), dirigida por el cineasta aragonés Luis Buñuel y rodada entre el 23 de abril y el 22 de mayo de 1932. Participaron como ayudantes de dirección el francés Pierre Unik, así como Rafael Sánchez Ventura.
La fotografía impactante en su momento, fue obra de Eli Lotar mientras que el montaje fue del propio cineasta de Calanda. 

La película era originalmente muda, en 1935 obtuvo dinero de la embajada de España en París para sonorizar la película (narrada en francés por Abel Jacquin una voz en off, aunque la versión que he visto pertenece a la Filmoteca Española y la voz del comentarista corresponde con Paco Rabal), de la misma manera que al final en esta misma versión se presenta un texto sobre la organización de campesinos y obreros para hacer frente a los militares rebeldes. Como ayudantes de sonido aunque añadido están Charles Goldblatt y Pierre Braunberger. Para completar la sonorización se añaden fragmentos de la sinfonía nº 4 de Johannes Brahms, especialmente audibles al inicio del documental. Se basa en un guión de Luis Buñuel, Pierre Unik y el afortunado Julio Acín, quien participa en la producción al haberle tocado, según se cuenta, una de los premios en la lotería nacional, cumpliendo así una promesa de este anarquista con Buñuel. Es decir, la película nace del za. Todo por un premio.

Este documental surge como respuesta a otro previo. Luis Buñuel, once años después del documental de Arnaldo Pou “Las Hurdes, país de leyenda”, que cubre una visita a la región extremeña del rey Alfonso XIII para demostrar su preocupación y así ganar popularidad, realizó este documental para demostrar que la situación era la misma de entonces, la de una región sumida en la más profunda miseria, y sin ningún tipo de ayuda gubernamental. 

Tal es la desdicha que se refleja en este documental, que fue prohibido por el Gobierno de la República y no fue estrenado hasta 1937 en París, cuando, como hemos señalado anteriormente, Buñuel recibió el encargo, por parte del Ministerio de Propaganda de la República, de producir películas de apoyo a la causa republicana, destinadas sobre todo a franceses y británicos. A este fin, Buñuel rescató su antiguo documental de 1932 y lo sonorizó. Además incluyó unas letras explicativas al final. Es ésta la versión que analizamos. 
Este crudo documental sobre la situación de atraso en que permanecían Las Hurdes está basado en un monumental estudio de antropología humana realizado por el francés Maurice Legendre, quien había estudiado Las Hurdes durante casi veinte años, titulado Las Jurdes : étude de géographie humaine (1927), que por esos años leyó el cineasta. 
Con esta película Buñuel da un giro a su obra, alejándose del surrealismo ortodoxo para acercarse a propuestas más sociales y al comunismo. Pero el surrealismo (que en francés es literalmente «super-realismo») siempre aspiró a reflejar la realidad en sus distintas facetas y nunca a darle la espalda. Tanto la «Santa Objetividad», que por entonces preconizaba Dalí, como su «método paranoico-crítico», partían de la realidad para encontrar los elementos nunca vistos convencionalmente para constituir nuevas facetas del surrealismo, que no en vano, era un movimiento de rebeldía contra la sociedad burguesa en todos sus aspectos y que tenía como arma principal el escándalo. 
Buena parte de estos objetivos se cumplen en esta cinta de Buñuel, pues consiguió escandalizar a los gobernantes e intelectuales de su tiempo y con ello obtuvo una repercusión que permitió difundir el mensaje social y de denuncia que tenía este documental producido por el intelectual anarquista Ramón Acín . La belleza terrible y amarga de las imágenes de Las Hurdes (el burro devorado por avispas, el entierro del niño en su ataúd blanco cruzando matorrales y un río) encierra tanto surrealismo como los fragmentos documentales de La Edad de Oro. Además, Buñuel utiliza metáforas de la muerte (calaveras, gallos, buitres) para potenciar unas imágenes ya de por sí desoladoras. 
En este documental se realiza un recorrido por la comarca y los habitantes de Las Hurdes. La película refleja la situación tercermundista en que se encontraban algunas zonas de España. Es polémica la legitimidad de la cinta como documental antropológico, pues Buñuel, además de rodar los habitantes y las costumbres de esta comarca extremeña, construyó en ocasiones (como muestran fotos fijas del rodaje que se conservan) escenas a la medida de sus necesidades. Puede observarse, en este sentido, que la cabra despeñada fue abatida por una escopeta cuyo humo se observa en la fotografía. Asimismo, el burro comido por las abejas, tiene las patas atadas, y coincide con uno de los motivos más obsesivos para el cineasta, el del carnuz, que ya aparecía en el ambiente de la Residencia de Estudiantes, y se puede documentar en varios cuadros de Dalí de esa época y en los burros podridos encima de los pianos de Un perro andaluz. Algunos documentalistas, como Pío Caro Baroja le han reprochado esta manipulación de la realidad y el daño ocasionado a los hurdanos, protagonistas de una exhibición truculenta. Empero, hay que pensar en si hay algún documental que no seleccione y manipule en mayor o menor medida – pensemos en el programa de cuatro “Callejeros”, por ejemplo - la realidad objetiva en dirección a los fines perseguidos, que en este caso (no lo olvidemos) eran denunciar ante las autoridades una situación de atraso a la que había que poner remedio, en la línea de los valores comunistas a los que el grupo de André Bretón se había ido acercando en la década de los 30. Cabe preguntarse si hubiera sido tan efectivo como testimonio social de no haber procedido a exagerar unas carencias que, lejos de arremeter contra el pueblo hurdano, ponían en evidencia la dejadez institucional que las habían permitido. 
De todos modos pocos han discutido su extraordinaria calidad cinematográfica, pues ha sido elogiada por grandes documentalistas como Joris Ivens, Joseph Losey y Robert Flaherty. Carlos Saura la tuvo como punto de partida para su documental Cuenca, a raíz del cual declararía en 1958: “En el año 1932, cuando Luis Buñuel realizó Tierra sin pan, pudo nacer una genuina escuela del documental, entroncada con las raíces más profundas del temperamento hispánico. Solo se debía seguir el camino que Luis Buñuel nos dejó, pero nadie lo hizo”. 
Al estreno del filme, realizado en el Palacio de la Prensa de Madrid, acudió el doctor Gregorio Marañón – responsable de la mejora de esa comarca- , que se indignó por lo desagradable de la película, y protestó enérgicamente contra ella, opinión que recibió y compartió el Gobierno de la Segunda República, que decidió prohibirla por la mala imagen que ella podía ofrecer de España, en concreto de la negligente actuación en la comarca de la Segunda República. En 1937 el filme se estrenó en Francia donde, también a los pocos días de su proyección, hubo de ser retirada a instancias del gobierno francés y de la prensa. 
Es curioso observar que casi veinte años después ocurrió algo parecido con la película que retrataba los barrios más deprimidos de Ciudad de México, Los olvidados cuyo estreno en México provocó reacciones violentísimas, y fue solicitada la expulsión de Buñuel por parte de la prensa, sindicatos y otras asociaciones. Permaneció solo cuatro días en cartel sin que faltaran intentos de agresión física contra el cineasta, solo que en esta ocasión, el premio conseguido en el Festival de Cannes, hizo que la película fuera avalada por el prestigio de este importante certamen, así como por la defensa que de ella hicieron algunos intelectuales mexicanos, entre los que destacó Octavio Paz . 
El documental se inicia con una introducción en dónde se nos explica el origen del retraso y el abandono de la comarca. Se resalta que la primera carretera se traza en 1922 y de cómo a pesar de estar cerca de Salamanca, se vive en la comarca como en el Paleolítico. El viaje se inicia en La Alberca ciudad al norte de la comarca cacereña dominada por la iglesia y sus blasones en las portadas. El día que muestran es festivo: la fiesta de los recién casados durante el año. Consiste en una prueba para descabezar seis gallos. Posteriormente invitan los casados a vino y obleas. Según el comentarista, a las 7 abandonan el pueblo que presenta a su población embriaga de vino y la brutalidad, visible en los niños y sus amuletos. 

Llegan a las Hurdes, comarca áspera y montañosa al norte de Cáceres. Son 52 aldeas con 8.000 habitantes. El recorrido de entrada se realiza por el abandonado monasterio de Santiago de las Batuecas y sus ermitas cercanas. Se muestran en el abandonado lugar sapos y víboras. Más tarde se pasa al primer pueblo Aceitunilla. 

Se resalta la nula canalización de agua, pues niños y animales beben del arroyo, lo famélicos que se encuentran , la miseria moral y física y el aprendizaje en la escuela con la máxima escrita en la pizarra: “Respetad los bienes ajenos”. Pasando al segundo núcleo se ven un caparazón de tejados y a los habitantes hurdanos. 

Nos informan que gran parte de ellos están enfermos de fiebres, bocio y disentería, centrándose en una mujer de algo más de treinta años. Nos habla el documental de su alimentación escasa, y que es a base de patatas y judías. La carne de algún cerdo de los pudientes y de las cabras que se despeña. 

La principal ganadería es la apicultura que beneficia a los de La Alberca y nos presentan la historia de un burro que es atacado por un enjambre tras un accidente. También se ve inicia la emigración en busca de jornales, o el trabajo para conseguir tierras de labor, o abonos. De las inclemencias se ve el estiaje del río en verano, y la enfermedad del paludismo. Igualmente llamativo es la relación entre hambre enanismo y cretinismo, así como su peligrosidad. El incesto y la consanguinidad son origen del abundante cretinismo. Varios enanos adultos recuerdan a los velazqueños. La muerte de un niño es presentado como la tragedia de una comarca sin pan.

La Dirección de la Semana Internacional del Film de Mannheim (Alemania) organizó en 1964 un referéndum para que los críticos e historiadores señalasen los 12 mejores documentales de la Historia, estando éste de Las Hurdes entre los incluidos, juntos con otros grandes de Robert J. Flaherty, Resnai o Eisenstain. 
Tengo que añadir que aparte de las exageraciones o comentarios subjetivos que se vierten en el documental, sí se puede afirmar que para el año 1932 esta comarca del norte de Cáceres se encontraba en una situación cercana a la vista. Reconocer igualmente que, al menos, el duro modo de vida que vemos en la obra de Buñuel no era exclusiva de las Hurdes, sino bastante generalizada en muchos rincones de la geografía española.

sábado, 28 de enero de 2012

¿Te gusta conducir?


Esta era la pregunta que nos hacía una marca de coches alemana hace unos años. Para mí la respuesta megativa siempre era y es la misma. No creo que el origen de mi respuesta se deba a que haces muchos años quer vi una película, la primera del realizador Steven Spielberg. El nombre de esta película era “El diablo sobre ruedas”. 
Anoche volví a verla y el filme volvía a transmitirme la inquietud y angustia que sentí cuando la vi por primera vez.
El diablo sobre ruedas, titulada originalmente "Duel" no estaba destinada a los cines, sino a la televisión. Se trataba por lo tanto de un inquietante telefilme estadounidense del género "thriller-road movie" del año 1971. Coo ya he dicho estaba dirigido por un desconocido Spielberg y protagonizado por Dennis Weaver, mi agente McCloud de la infancia. 

En los títulos de crédito también aparece Cary Loftin en uno de los papeles principales, pero como no sea el camionero, no sé quién es. La película esta basada en un relato corto de Richard Matheson, un gran novelista de ciencia-ficción - participa en episodio de "Twillingt zone"- y un gran guionista de terror. Matheson nos narra la inexplicable – bueno, viendo la gente que conduce y cómo conduce, no es inexplicable - persecución a la que se ve sometido un conductor de un automóvil por parte de un camionero desquiciado de un enorme camión cisterna. 

El personaje principal es David Mann (Dennis Weaver), un común hombre de negocios y de familia de clase media, que viaja con su coche, un Plymouth Valiant, por una zona desértica y aislada al sur de los Estados Unidos, cerca de la frontera con México. Para su desgracia en una carretera de doble vía adelanta a un viejo y oxidado camión cisterna que parece contener inflamables. 

Al adelantar el camión, el chófer de éste parece molestarse y lo vuelve adelantar a toda velocidad. La acción se repite en un par de ocasiones y este es eñ origen del conflicto. La razón: David ha hecho en realidad ha sido provocar la ira del peor conductor con el que se habría podido cruzar (si es que realmente es esto lo que enfurece al camionero). En un momento el conductor del camión le hace señas para rebasarlo y casi le provoca un accidente con un vehículo en contra. Lo que le espera a nuestro protagonista es el peor trayecto de su vida, donde su integridad física estará constantemente amenazada por el asfixiante acoso del diabólico camión. 

Mann intenta aumentar la distancia entre el camión y su vehículo y cuando casi lo logra casi se estrella en una verja de un café de carretera visibles en muchas películas. Los presentes en el bar creen – y vamos con toda razón, pues es lo que aparenta- que Mann no está en sus cabales. Mann va al baño y cuando se dispone a comer algo, se da cuenta que el camión esta fuera. Sin embargo, el conductor no está en el interior, entonces empieza a sospechar de cada uno de los parroquianos presentes. Se fija en varios por sus botas, lo único reconocible de un conductor al que no se le ve la cara. Confunde a uno de ellos con el chófer y cuando lo increpa provoca una reyerta al darle un manotazo a su bocadillo. Mann sale perdiendo de la pelea, y además descubre que ha cometido un error. Al salir en dirección al vehículo agresor, el camión bruscamente se pone en marcha y Mann no logra alcancarlo con una carrera. 
En una barrera ferroviaria activada para un convoy que está cruzando, el camionero sorprende a Mann por detrás y empuja al automóvil contra las vías en marcha con el objeto de que sea arrollado, Mann logra zafarse en el último momento. 

En un intento por llamar a la policía, Mann logra entrar a una caseta telefónica y cuando logra comunicarse, el camión embiste la caseta destruyendo todo a su paso, Mann logra escapar con su vehículo. Después de un rato la persecución se convierte en acoso y un auténtico duelo al sol entre el camionero y David Mann. 

Lo que aparenta ser un juego malintencionado realizado por el camionero al que nunca verá su rostro (Cary Loftin), se va convirtiendo en una e locura desquiciada trastocada en un enfrentamiento a vida o muerte entre ambos conductores, así a lo largo de kilómetros y kilómetros de carreteras solitarias jugando al gato y el ratón con autocar escolar incluido. 

El protagonista para de vez en cuando en estaciones de servicio para repostar, o simplemente, esquivar al camionero. Finalmente, el camionero y el automovilista al límite de sus posibilidades de cordura se ven enfrentados en una carretera cerrada en unos acantilados. 

El duelo acaba con la caída del camión por el barranco arrastrando el coche de Mann, que ha escapado en el último segundo. 
Realizada en un principio como hemos dicho anteriormente para la televisión, su brillantez estética e intrigante pulso narrativo consiguieron que esta primera y barata obra de un jovencísimo Steven Spielberg fuera exhibida en la pantalla grande. Hoy esta película es un film de culto. Fue una imprescindible primera lección de un director magistral y una demostración de que el talento tiene más importancia que los medios.
Parece que a Spielberg le dieron diez días para terminarla. La acabó en trece, todo un logro para cualquiera. Para que no se rodase en estudio y poder conseguir filmar todo el rodaje en exteriores, debía cumplir con los plazos de los tres primeros días de rodaje, y el tipo lo consiguió. Este hecho determinó que el film tuviera los bellos exteriores del sur de los EE.UU que podemos observar hoy en día. 
El cineasta se ayudó de un coche bajo de carreras para poder realizar los contrapicados y los adelantamiento del coche al camión y viceversa. Rodó las escenas para ganar tiempo, con cuatro, cinco y hasta siete cámaras (la secuecia final) para poder terminar el encargo con tiempo. Sabía que tenía una oportunidad dorada para asomar la cabeza en el mundo del cine, así que había muchas ganas. Se ensambló en tres semanas y media con cinco montadores currando a destajo. La música minimalista y extraña aparece en los momentos más dramáticos y con mucho acierto. 
Como el título original, Duel, sólo hay un coche rojo – un Dodge - y un camión oxidado - se trata de un Peterbilt 281 con motor Detroit Diesel de 310 cv y caja de cambios de 12 velocidades + 2 atrás, de la década de 1955 - que le persigue toda la película. Spielberg empezaba a demostrar lo que es: un superdotado director de cine. 
Esta cinta es pura tensión, es tal la crispación con que vives el metraje que te sorprendes a ti mismo buscando el pedal del acelerador sentado en tu sofá. 
Spielberg controla los tiempos del film a la perfección y mantiene en tensión al espectador durante todo el film. Son los únicos momentos de descanso para el protagonista y para el espectador. Spielberg parece querer dar un poco de tregua al espectador para no agobiarle con tanta tensión y darle un poco de respiro.
Un guión sencillo pero brillante y un montaje trepidante provocan en el espectador que se quede casi sin aire. Dennis Weaver hace un papel brillante como conductor indefenso, crispado y a punto de estallar. El otro protagonista del film es el camión, al que Spielberg mueve con soltura por las carreteras con su cámara. 
‘El diablo sobre ruedas’ puede ser vista como la eterna lucha entre el bien y el mal en clave de road movie. O también como un gran duelo de titanes (como bien indica el título original), una lucha que no da tregua y consigue dejar sin respiración de principio a fin. 
Es pues una excelente presentación de Spielberg, un cineasta especialista en sacar grandes películas de argumentos aparentemente sencillos. A destacar está la falta de información presente (como por ejemplo los verdaderos motivos que provocan la lucha) o el hecho de que jamás lleguemos a ver al conductor del camión. Y todo en esta cinta contribuye a aumentar la tensión la angustia del protagonista, el paisaje, la carretera, el incesante rugir del motor, los bocinazos..., a desubicarnos junto con el protagonista, a desquiciarnos, a sufrir con el acoso del camión. Además, el ritmo es perfecto, in crescendo.


viernes, 27 de enero de 2012

¡Yo sé quien soy!


Hay películas que desde el recuerdo fueron impactantes, posiblemente por lo inesperado. Esta, cuando la vi en su momento fue una de ellas. Vista desde la distancia ya lo es menos. Cuando en 1989 pasaron por televisión “El corazón del ángel” la película en su conjunto, por el género, por su estética me impactó. Ayer lo fue menos. 
“El corazón del ángel” o Angel Heart en su versión original es una película que se presentó en 1987. Estaba escrita y dirigida por Alan Parker. Para ello Parker se basó en la novela de William Hjortsberg titulada Falling angel. 
La película está protagonizada por Mickey Rourke, Robert De Niro, Lisa Bonet y Charlotte Rampling en los papeles principales. 

La historia comienza en 1955 en la ciudad de Nueva York cuando Harry Angel (Mickey Rourke), un investigador privado poco ortodoxo, es contratado por Louis Cyphre (Robert De Niro) para localizar a Johnny Favourite, un famoso cantante herido en la Segunda Guerra Mundial y hospitalizado con daño cerebral, sobre el que no sabe su paradero. 
Cyphre quiere que Favourite le pague una deuda que contrajo con él años atrás. Pero hay más que lo que inicialmente aparece en el caso: Angel descubre en el hospital han falsificado los papeles sobre Favourite. Y que una noche dos personas se lo llevaron en un coche. 
Las diversas pistas llevan a Angel a viajar a Nueva Orleans, donde se ve envuelto en un mundo de vudú y satanismo. Allí conocerá tanto a Margaret Krusemark (Charlotte Rampling) como a Epiphany Proudfoot (Lisa Bonet), por la que se sentirá atraído; que es hija de una practicante-sacerdotisa de vudú que amaba a Favourite. 

Pero nada es lo que parece: todas las personas que tenían alguna relación con el caso van apareciendo muertas una tras otra. Esto es lo que le ocurre al músico Toots Sweet, a Ethan Krusemark y a su hija.
Conforme avanzan las pesquisas de nuestro detective las personas a las que interroga van siendo asesinadas misteriosamente de forma brutal hasta que se va cerrando el círculo en torno al protagonista sospechoso de dichos asesinatos. 
Cuanto más se va acercando a descubrir la verdad, una sensación, mezcla de miedo y malestar, va engullendo a Harry Angel, desembocando en un inesperado final donde todas las incógnitas se verán resueltas. 
No es directamente una película de terror aunque aterroriza. Difícil de etiquetar, la película contiene varios géneros, pero podría decirse que es una película de suspense y misterio con toques sobrenaturales y de cine negro policíaco, dentro de una atmósfera densa y oscura. 

En esta película los tres protagonistas principales, Mickey Rourke, Robert De Niro y Lisa Bonet, se encuentran en diferentes niveles en sus carreras cinematográficas. Rourke se encontraba en lo más alto de su carrera, un año después de hacer 9 semanas y media (1986) siendo considerado para aquel entonces un “sex symbol” mundial. Aparece como un detective sucio, chulesco y desorientado por el curso de los acontecimientos. 

De Niro acababa de terminar La misión (1986) y aparece desmedido, bueno realmente desmelenado. Es el protagonista de una frase para la historia del cine " En algunas religiones se cree que el huevo simboliza el alma? No lo sabía- responde el detective ¿Le apetece uno? acaba De Niro "; y Lisa Bonet, una de las hijas televisivas de Bill Cosby, sorprenderá en esta película con su sensual actuación, siendo ganadora en 1988 del premio a la mejor actriz joven. 
Se comenta que Rourke improvisaba y rompía el guión cosa que era replicada por Robert de Niro, sospecho que para desesperación del director. Para el recuerdo dos escenas: Robert De Niro y el huevo, con esas uñas larguísimas quitándole la cáscara, y donde le cuenta a Angel que en algunas culturas el huevo simboliza el alma; y la escena de sexo entre Mickey Rourke y Lisa Bonet,donde empieza a emanar sangre de las paredes, del techo, de toda la habitación. 
Intercalada entre los créditos finales, hay con una última escena, donde Harry dentro de un viejo ascensor (del que irán apareciendo flashes durante toda la película) continúa descendiendo. Como curiosidad señalar que para el papel de Louis Cyphre - se pronuncia en la película “Lui-Zaifer” (Lucifer) - se pensó en Marlon Brando, mientras que para Harry Angel estuvieron en cartera desde Robert De Niro, Al Pacino y Jack Nicholson. 
La película ganó cierta popularidad polémica antes de su estreno, por la escena de sexo que aparece en la película entre Mickey Rourke y la aparente menor Lisa Bonet. Y curiosamente la película recibió críticas opuestas, y económicamente no tuvo un gran éxito, pero después de lanzarla al mercado del VHS se convirtió en una película de culto. La distribuidora fue Carolco International. 
La producción estuvo a cargo de producida por Mario Kassar & Andrew Vajna, mientras que el montaje dependerá de Gerry Hambling. Un papel estelar tendrá en la película la música a cargo de Trevor Jones y la fotografía que será asumida por Michael Seresin. 
Como anécdota contar que durante los títulos de crédito se puede ver un ascensor, que ha salido, alguna vez durante la película en las visiones de Harry Angel, pero que en este caso va descendiendo hacia los infiernos. Igualmente señalar que durante esos títulos y en un fundido en negro se escucha un susurro que dice ¿Harry? ¿Johnny?. 
La película no cuida excesivamente los detalles, no digo los de racord -como que veamos coches ochenteros en la década de los cincuenta-, sino de guión, ya que hay una absoluto desconocimiento ontológico y metafísico de lo que es el alma, pero también de los más elementales principios de la magia negra y el esoterismo afroamericano. 
En Imdb he encontrado algunos anacronismos curiosos. Por ejemplo, supuestamente ambientada en 1955, aparecen modernas señales de tráfico en Nueva Orleans. 
La película está ambientada en enero de 1955. Cuando Ángel va a la clínica de la cosecha Sarah Dodd, que tiene una pistola en su maletín, una Smith & Wesson modelo 38 guardaespaldas, que no se fabricó hasta 1957. Otros errores son que cuando Harry Ángel llena un vaso para Epifanía en su hotel, pone menos de la mitad de una copa y comienza a beber,pero en la siguiente escena, el vaso está lleno. Cuando Harry intenta evitar a los dos matones del diabólico Ethan Krusemark mediante la compra de ostras aunque termina en el suelo al ser atacado por su perro. Si se mira atentamente, se verá como el sombrero del vendedor de ostras aparece y desaparece de su cabeza de un breve plano a otro. 
También en esta escena Cuando los dos matones y el perro están atacando a Harry, y tenerlo en la espalda, el bulto de una rodillera se puede ver en la pierna del pantalón derecho. Cuando Harry Ángel hace pasar por un funcionario (Harry Conroy) del Instituto Nacional de Salud en el hospital privado a las afueras de Poughkeepsie, en el final de su conversación con la enfermera, sus gafas desaparecen entre los disparos penúltimo y último de la escena. 
Después de que Harry descubre que el Dr. Fowler muerto, él enciende un cigarrillo y la cámara muestra un primer plano de la pistola en la mano del doctor Fowler, no totalmente comprendido, apuntando hacia el lado izquierdo de su cuerpo. En la siguiente escena Harry se va a tomar la Biblia con el interior de munición y la pistola está apuntando hacia el Dr. Fowler. 
El crédito para "Extras Casting" está mal escrito, sin la T por primera vez como "Exras Casting". Igualmente cuando Cuando Ángel descubre el cuerpo de Margaret Krusemark, un pulso en el cuello es claramente visible algo que también ocurre con la última escena que muestra el primer plano del cuerpo del Dr. Fowler se respira claramente, haciendo que la foto en su pecho se eleve. 
La película tuvo localizaciones en Nueva York y en Nueva Orleans u otros lugares de Lousiana y en New Jersey, así como en Connie Island. Algunos críticos norteamericanos dijeron de ella que "Tiene la inestable lógica de una pesadilla, en la que nada encaja y todo parece inevitable, (...) sobre todo es un exuberante ejercicio de estilo, en el que Parker y sus actores disfrutan llevando la película al límite” "Espectacular diseño de producción de Brian Morris y un precioso y sombrío trabajo de fotografía de Michael Seresin. (...) Mr. Parker es un muy buen técnico que necesita un buen guión, que es lo que falta aquí. En cada una de sus piezas, 'Angel Heart' parece mucho mejor de lo que resultan unidas, sin interrupción, de principio a fin." 
Otra crítica señalaba que "Con una atmósfera inquietante y sucia muy lograda, que muestra primero el misterio oculto en un escenario urbano y después los campos sureños de Estados Unidos poblados por fanáticos religiosos, Parker desarrolla con maestría un descenso a los infiernos apoyado en una fluida narración que va deshaciendo la intriga poco a poco mientras se suceden una serie de hechos paranormales hasta llegar a un final que revela el significado de elementos metafóricos como los ascensores y los ventiladores, aunque quizás su precipitación sea uno de los pocos lunares del film, junto a cierta escena en la que creo que Parker enseña más de lo que debería...." 

Habría que mencionar también la música de Trevor Jones, que ayuda a crear ese misticismo religioso con un gran score mezclado con canciones antiguas. La censura de la época se encargó de colocar la etiqueta X en su calificación moral debido a la impactante escena de sexo entre Rourke y Bonet, lo cual propició que su repercusión comercial no fuera la deseada. 
De todas formas, el tiempo ha colocado a este infravalorado film que mezcla a la perfección el cine negro más clásico con el terror, en el lugar que se merece. "La carne es débil Johnny, sólo el alma es inmortal...y la tuya me pertenece"

Un añejo Neverland


La historia es bien conocida, aunque sea a través de la versión de Disney de 1953. Sin embargo, la película tiene el encanto de ser la primera que se rodó, rompiendo con la tradición teatral de la obra. La película en sí, es muy teatral. De hecho, hay momentos en que se dirigen al público para que este responda. Incluso determinadas miradas a la cámara van encaminadas a un público en su butaca teatral. 
Peter Pan en su primera incursión cinematográfica fue dirigida por Herbert Brenon. El director participó igualmente en la producción conjuntamente con The Famous Players-Lasky y Adolph Zukor. El guión lo preparó Willis Goldbeck, pero parece ser supervisado por el autor de la obra, James.M. Barrie. 
Me llamó la atención que la fotografía, lógicamente en blanco y negro, - no olvidemos que estamos en el año 1924, estuviese a cargo de un norteamericano de origen chino, James Wong Howe, que según he investigado desarroló su labor hasta años antes de su muerte en los 70. 

Esta película lógicamente muda, fue distribuida por la Paramount Pictures y estrenada el 29 Diciembre 1924. La duración llamativamente larga, 105 minutos. Se rodó en la isla Santa Catalina, perteneciente a la Islas del Canal (California). 

En cuanto la interpretación fue asumida por Betty Bronson. La actriz se hará cargo del papel de Peter Pan. Será el autor de la obra, James M. Barrie, quien personalmente eligió a la actriz para encarnar a su creación en la pantalla grande, descartando a grandes nombres de la época como Lillian Gish o Mary Pickford. La utilización de chicas en el papel se derivaba de su menor peso para la mejor realización de los efectos de vuelo. Siguiendo una convención de la etapa que se extendería a versiones en película, Peter Pan es interpretado por una mujer menuda, joven Betty Bronson (recogidos a mano por el propio Barrie), que aporta la energía varonil y el guión para el papel. Se contrapunto será asumido por el actor Ernest Torrence como el Capitán Garfio. Los efectos volando sobre el escenario funcionaron igual de bien en pantalla. 

Esta película muda, que mantiene una cercanía con la obra teatral que el trabajo de Herbert Brenon no logra distanciar, está enaltecida por la memorable fotografía de James Wong Howe, la asombrosa caracterización de George Ali como la perra Nana (repitiendo un personaje que ya había llevado a cabo en el teatro, con Maude Adams como Peter Pan) y como el cocodrilo. Todo ello en el ambiente mágico e inocente inherente a la historia de esta sencilla y tierna, que hay que contemplar siempre con ojos de niño, ese niño que todos llevamos dentro y que nunca jamás debería crecer. 

El matrimonio Darling (Cyril Chadwick y Esther Ralston) se van de fiesta dejando a sus hijos Wendy (Mary Brian), Michael (Philippe de Lacey) y John (Jack Murphy) durmiendo al cuidado de la perra Nana (George Ali), que termina siendo confinada a su caseta por el padre de los tres niños. 
En esa noche londinense, reciben una visita inesperada, un niño volador llamado Peter Pan (Betty Bronson), que ha perdido su sombra y su luminosa compañera, Campanilla (Virginia Browne Fire). Wendy, Michael y John se marcharán con ellos hacia el País de Nunca Jamás. Para ello aprenderán a volar, a creer en las hadas, conocerán a los Niños Perdidos, a los Pieles Rojas y al temible Capitán Garfio (Ernest Torrence) y los demás piratas, con los que vivirán inolvidables aventuras. También llama la atención la de Wong Anna May, una actriz estadounidense de origen chino, en el papel de la princesa india Tiger Lily. 

Más tarde, los niños se sienten nostalgia y el deseo de volver a casa. Wendy invita a Peter y los Niños Perdidos a ir con ellos para que puedan ser adoptados. The Lost Boys están dispuestos a hacerlo, pero Peter se niega porque no quiere crecer. Wendy y sus hermanos y los niños perdidos son capturados por los piratas, pero rescatado por Peter, que obligará finalmente al Capitán Garfio a caminar por la plancha y ser devorado por el cocodrilo, que con anterioridad le había devorado la mano en la que vimos tenía un garfio. Wendy y los niños perdidos regresaran al domicilio de los Darling, donde la señora Darling se reúne a Pedro por primera vez y se ofrece a adoptar, pero él se niega por la misma razón que se negó a volver con Wendy y los niños - no tiene intención de creciendo. Peter le pide a Wendy regresar a Neverland con él, y la señora Darling se compromete a permitir Wendy volver una vez al año para ayudar a Peter, básicamente en su limpieza. 

Esta película, del cine mudo, me parece una auténtica maravilla para la época, por la utilización de los efectos especiales, la calidad de las imágenes, la fotografía, la caracterización... La película sigue de cerca el argumento de la obra original, e incluso va tan lejos como para incorporar la mayor parte de su diálogo original en la etapa de intertítulos, por supuesto en inglés. Las escenas añadidas incluyen al perro Nana preparando los medicamentos de Michael y darle un baño, o cuando Nana irrumpe en la casa en la que están de fiesta para advertir el señor y la señora Darling que Peter Pan y los niños Darling están volando alrededor sobre Londres. 
Al igual que el libro original y varias otras versiones, ya diferencia de la película de 1953 de Disney, la versión 1924 deja claro que Wendy alberga un apego romántico a Peter, pero Peter, a la molestia de Wendy, sólo piensa en ella como su madre. La película omite la escena de una ocurrencia tardía, que Barrie escribió después de la obra fue puesta en escena, y en el que Pedro vuelve a Wendy, sólo para encontrar que los años han pasado y que ahora es una mujer casada con una hija. Aunque esto si está recogida en la película de "Hook” de Steven Spielberg, que tienen a Robin Williams, a Dustin Hoffmann y Julia Roberts como estrellas. 

Tras ver esta película, está clarísimo que ha sido la gran inspiración del cine posterior sobre esta obra, en concreto, encuentro muchísimas similitudes con la adaptación de Disney, se nota que la producción de Herbert Brenon les sirvió para tomar muchísimas ideas, en la misma medida que Brenon tuvo que servirse de la obra de teatro. 

A mí personalmente, me fascina el cine mudo y esta adaptación de Peter Pan me ha hecho disfrutar mucho. Yo he visto la versión restaurada en 1999, y que se presentó en el año 2001. En la misma destaca la magnífica fotografía, su gran puesta en escena, absolutamente teatral, destacando la escena en la que Campanilla se ha envenenado para salva a Peter Pan y éste pide al público que la salve) y sus entrañables efectos especiales (la luminosidad de Campanilla, los vuelos de Peter, Wendy, etc…), el vestuario, destacando la adaptación tanto de Nana, la perra, como del cocodrilo . A destacar la música con toda su orquestación que nos aproxima a este anejo Neverland.. 

Su distribución fue muy limitada. Se sabe que en Alemania, donde el estreno tuvo lugar en diciembre de 1925, el distribuidor fue la UFA. Durante mucho tiempo esta película estuvo descatalogada. Durante muchas décadas, sólo estaban disponibles copias defectuosas. Será en la década de los 90 del pasado siglo cuando James Card, restaurador de cine de la George Eastman House quien encontró en Rochester una copia bien conservada que pudo ser restaurada por David Pierce en los Estudios Walt Disney. 
Mención especial en esta versión presentada en 2001 es la música. Será Philip C. Carli, la persona que compuso la música para la nueva restauración película, que fue realizada por la the Flower City Society Orchestra. Carli, además de dirigir a la Orquesta se encarga del piano. 
La versión restaurada fue presentada el 8 de abril de 2001 en el Teatro El Capitán en Hollywood, propiedad de Disney Hollywood. En esa sesión la película fue acompañada por un órgano Wurlitzer. En un comunicado de prensa, Lylle Breier, vicepresidente de Disney de todo el mundo eventos especiales, dijo que la proyección pública también incluirá "una celebración de cumpleaños de Walt Disney ", que incluyó la proyección de dos cortos de animación producidos en 1922, Caperucita Roja y El gato con botas , junto con las películas caseras de la familia. El comunicado de prensa dijo que la impresión original fue comprada por Disney en 1938 cuando se comenzó a desarrollar la versión animada de la de James M. Barrie, que finalmente se realizó en animación en 1953. 
Una curiosidad es la americanización de Hollywood descarada del sentimiento británico Barrie, incluyendo el cambio de frases tales como "señores ingleses" a "los señores americanos" y sustituir la “Union Jack” por las barras y estrellas.

jueves, 26 de enero de 2012

Un funeral de película

Es este periodo de recuperación de mi memoria cinematográfica perdida me he encontrado con una película de los noventa y, para mí, ya olvidada. Su director, un norteamericano de origen, creo, italiano: Abel Ferrara. Este director es conocido, al menos, en mi caso por tres películas. La primera, una que acabo de darme cuenta de que Ferrara es el autor de Ángel de venganza, una escabrosa historia sobre una mujer violada que decide vengarse, Ferrara obtendría magníficas críticas y daría un salto cualitativo en su carrera. La segunda, un monumento a la corrupción policial, o más bien, a la pérdida de valores, “El Teniente corrupto” una película de 1992 que, el pasado año, tuvo un remake. La tercera es la que vi anoche. Su nombre “El funeral”. 

 The Funeral es una gran película de gansters con Christopher Walken y Chris Peen que ganó el premio al mejor actor de reparto en el festival de Venecia 1996. Es una película dramática-criminal dirigida por este director de ascendencia italo-irlandesa y fue protagonizada por los ya nombrados Christopher Walken y Chris Penn. También participan Annabella Sciorra, vinculada igualmente con la producción, Isabella Rossellini, Vincent Gallo, así como un jovencísimo y brutal Benicio del Toro y Gretchen Mol. 
En el guión participó su amigo de juventud Nicholas St. John, mientras que como ingeniero de sonido estará otro compañero de colegio John McIntyre, compañeros ambos de estudios en Peekskill, Nueva York. 
La historia consiste en el funeral de uno de los tres hermanos de una familia de mafiosos de Nueva York en los años 1930. Detalla mediante flashbacks el tortuoso pasado de los tres hermanos y sus familias. La película es notable por su impactante clima. Chris Penn como ya he dicho ganó el premio al mejor actor de reparto por su papel de Cesarino (Chez) en el Festival de Venecia de 1996. En 2009, la revista Empire colocó la película en el número 16 de la lista de las "20 mejores películas de gángsters que no has visto". 
La película comienza con el funeral de uno de los hermanos Temple (o Tempio), tres violentos criminales. Los Tempios son un clan mafioso dirigido por tres ambiciosos hermanos. Cuando se inicia la historia, toda la familia está reunida para asistir al funeral de Johnny, el hermano menor que se supone ha sido asesinado por Gaspare Spaglia, su máximo rival en el mundo del crimen. Ante su ataúd, sus dos hermanos mayores, Ray y Chez, dos hombre torturados por su violento pasado, claman venganza. La vendetta ha comenzado y nadie está libre de ella. Chez y Ray están de duelo por la muerte de su hermano Johhny (Vincent Gallo). Ray es frío y calculador. Chez es de temperamento fuerte, más bien, temperamento cercano a la locura. Con diversos flashbacks muestran que Johnny era más sensible y el que tenía ideas más sociales. 
El jefe del clan familiar, Ray (Christopher Walken), sospecha que Gaspare Spoglia , el gángster rival, interpretado por Benicio del Toro, es el responsable de la muerte de Johnny. Ray y Chez juran venganza. La esposa de Ray, Jeanette (Annabella Sciorra), se opone a la campaña de respuesta militar y a la violencia que eso causaría, mientras que la esposa de Chez, Clara (Isabella Rossellini), lucha con la naturaleza obsesiva de su marido. Helen (Gretchen Mol) la novia de Giovanni “Johnny” vive ajena a la guerra que puede iniciarse.

En el velorio de Johnny (Vincent Gallo), el menor de los hermanos Tempio, Ray (Christopher Walken) y Chez (Chris Penn) sienten la necesidad de vengar su muerte. Según la noche avanza, mediante los recuerdos de Ray y Chez vivimos el pasado de la familia, sus negocios y la sangre derramada. Aunque muy apegados, los tres hermanos son muy distintos en sus personalidades, ideología política y filosofía de la vida. Ray, el más fuerte, racional y cruel de los tres, contrasta con el temperamental y violento Chez y el cautivador Johnny, quien simpatiza con la izquierda. 
Las mujeres en sus vidas son igualmente diferentes. Jeannette (Annabella Sciorra), la esposa de Ray, educada e inteligente, expresa sus opiniones aunque choquen con las del marido. Clara (Isabella Rossellini), casada con Chez, es callada, sensible y sufrida. La tímida Helen (Gretchen Mol) es la bella novia de Johnny.


La película gira alrededor del misterio del asesinato de Johnny. El sospechoso principal es Gaspare Spoglia (Benicio del Toro, en una impresionante caracterización), cuya mujer había engañado abiertamente a su marido con Johnny. 
Esta vez nos arrastra a los años 30, cuando la depresión devastaba a Nueva York y las huelgas desgastan tanto a los empresarios como a los obreros. Johnny, un gánster pero también un cinéfilo empedernido, se muestra cercano a la posición de los obreros, de hecho acude a las asambleas de los sindicalistas socialistas, comunistas y anarquistas. 
Pasado y presente, en El funeral, se realimentan poderosamente. De hecho vemos el pasado en el que el jefe de los Tempio, el padre, ordena a Ray asesinar a un traidor, cuando Ray es solamente un niño. Un nuevo flash-back al pasado nos muestra a Chez en el velatorio de su padre que se ha suicidado modélicamente para Chez. Si el presente alrededor del féretro impregna de oscuridad a los viejos tiempos, éstos se ocupan de destejer la tramposa normalidad de los Tempio, que lloran la muerte de Johnny como si fueran una familia convencional. Y a medida que avanza, el pasado (y la certeza de que estos gángsters también cultivan el arte de la venganza) abona la sensación de que el velatorio no es más que la tensa calma previa a una nueva tormenta, todavía más difícil de capear. En “El funeral” el tiempo importante es el tiempo cerebral, en la cabeza del muerto, la onda expansiva de un funeral que descompone la estructura temporal del pasado-presente-futuro. “La gente como tú no tiene respeto a la vida.” Es otra conclusión de Ray (Christopher Walken). 
Ray carga con buena parte de la trama sobre sus espaldas. Su conflicto es esencialmente interno, y muchas veces lo verbaliza, como cuando desgrana frente a una pobre víctima los "principios" que lo impulsan a gatillar. Esas palabras convierten al personaje de Walken (alter ego de Ferrara, junto con Harvey Keitel) en un fascinante analista de la psicología de los gángsters, y de su propio rol, sin conspirar un ápice contra su convicción dramática. 
El hartazgo de las mujeres (algo que expresa Sciorra cuando festeja la muerte de Johnny frente a su novia, porque "así no serás la triste esposa de un mafioso") y el descontrol de Chez, que sublima brutalmente las pasiones reprimidas por sus hermanos, completan los movimientos de El funeral, film negro si los hay, especie de sinfonía sórdida acerca de la enorme dificultad de sacarse de encima un pesado mandato socio-familiar. Sin embargo, al descubrirse el verdadero asesino, nos lleva a examinar la carga de los lazos familiares, qué constituye justicia, y hasta dónde puede terminar el legado del mal tras generaciones de violencia. 

Frente al esquema clásico, siempre centrado en las guerras entre familias o clanes rivales, El funeral ofrece la historia de una familia. La de los tres hermanos Tempio y sus aparentes dóciles esposas, encabezadas por Annabella Sciorra. Sin prisa ni pausa, el devenir de la trama se encargará de desarmar estos y otros falsos indicios. 
Todas son apariencias en El funeral, hasta que la muerte las desmiente. Allí radica buena parte de la incomodidad. En el velatorio de Johnny está el tiempo presente, que se adueña por largo rato –acaso excesivamente– de la historia, al punto que surge la sensación de que ningún evento contante y sonante la sacará de allí. Los flash-backs, luego, irán pintando a cada uno de los hermanos: al muerto, como un hampón sui generis, simpatizante del socialismo, asistiendo a unos mitines del partido comunista que lo dejan sumido en una solidaridad abombada y perpleja. A Chez como un gángster brutal, irracional y tosco, cómodo propietario de un bar en el que confluyen graneados representantes de la pesada del barrio (uno de ellos fantásticamente encarnado por Benicio del Toro). A Ray como el capitán de una empresa fraternal ligada con las mafias sindicales, cosa que choca con las incipientes convicciones de su hermano menor. Pero este mismo Ray da órdenes terribles a los suyos y en un momento dado cuando piensa que el asesinato es Gaspare declara a sus secuaces: “Mata a Gaspare. Ya sabes, en el jardín de su casa, delante de sus hijos y de su mujer.” 

La música es de Joe Delia es magistral. Empieza con una canción de Billie Hollyday que para nada te remite a la tragedia, el resto sencillamente genial especialmente los bailes de los 30 y la canción interpretada por Chez en su bar. La buena música se hace acompañar de la lograda fotografía de Ken Kelsch, que da unos toques metálicos y un color frío, tenebroso y grisáceo a toda la película. La producción estuvo a cargo de Mary Kane, mientras que la Edición es obra de Mayin Lo, Jim Mol y Bill Pankow. La escenografía sobria e imponente de Charles Lagola, impecable en la estética de los años 30 y con esos trajes de 3000 dólares como el de Gaspare o los vestidos de ellas. La duración la justa, 99 minutos. Fue distribuida por Octuber Films. 

Los secundarios soberbios acompañan a los hermanos Tempio Sali ( John Ventimiglia) Ghouly (Paul Hipp), Michael Stein ( David Patrick Kelly), Bacco (Frank John Hughes) , Julious (Victor Argo) o Paul Perri como el Joven Ray. La película es cruda, repulsiva, indigesta. Los mafiosos son lo que son; seres deplorables, volubles y monocordes. No hay nada de romántico en ellos. Habitan un mundo estrecho, por opresivo, y son personajes extremos, que viven un desenlace constante, de tensión, de metáfora apocalíptica. 

La cinta recoge esa imponente intensidad emocional. Tan buena es la caracterización de los actores como la recreación de las pocas horas en que tiene lugar la acción, así como la conducción de la historia, con pulso, e incluso con intriga, hacia un final que realza la metáfora y quizá resbala un poco por ser demasiado redondo. 
Las subtramas son variadas. El sindicalismo, el comunismo, la esquizofrenia, la política, la religión y la familia como parte del sentimiento que abarca cada uno y los problemas matrimoniales. El final es meramente anecdótico por muy impactante que resulte. 
El error al ver esta película es verla esperando ver otra película de gángster repleta de tiroteos. En “The funeral” el mundo de la mafia sólo está como telón de fondo y apenas hay tiros, no es el motor principal de la película. Por lo que se ve, parece que lo que Ferrara pretende es ver como vivirían una situación realmente dramática los miembros de un clan mafioso, desarrollar la tensión dramática y como asumen la situación. Por eso matan al hermano menor y le dan una personalidad carismática, que, por cierto, ha sido interpretada con bastante solvencia por parte de Vincent Gallo. 

Los momentos cumbre de esta película son dramáticos, no violentos. Como toda película de Abel Ferrara es una película adulta, sobria, que aunque haya escenas de desenfreno, pero si unas grandes interpretaciones por parte de sus protagonistas, una narración inteligente por parte de Ferrera, aunque sin demasiados adornos y por supuesto unos excelentes diálogos, como siempre es habitual en los guiones de Nicolas St. John.

Tanto Christopher Walken, como Benicio del Toro o Annabella Sciorra hacen unas actuaciones de calidad, ponen la sal en la película, pero de todo el reparto me quedaría con el hermano de Sean Penn, con Chris Penn. Ya lo vimos despuntar en Reservoir Dogs y aquí vuelve a hacer una interpretación sublime. Es admirable como plasma el trastorno mental de su personaje, como es capaz de pasar de una situación normal a la histeria esquizofrénica en un solo instante y resultar creíble. No era el mejor papel, pero se ha ganado una mención aparte. 

Un funeral es una situación límite a la que se somete toda la familia por la pérdida de un ser querido y bajo este nefasto escenario se rueda toda una trama de color gris oscuro tirando a negro, con unas actuaciones de lujo, nunca tres hermanos miraron a la cámara de ese modo, a cual mejor, para reflejar la tensión y el odio que existe en sus rostros antes y después de la muerte del Johnny es el idealista hermano menor, el intelectual, el romántico, el cinéfilo, el que realmente está implicado en el tiempo que le ha tocado vivir, el verdadero "santo", (y no hay más que ver el primer plano de Vincent Gallo después de tirotearle desde el coche) está metido en un ataud cuando empieza la película, por lo tanto no hay esperanza ni para la familia ni para sus enemigos. 
Una cinta explícita, con un contenido religioso imponente, serio, unos diálogos a la altura de las grandes, ha conseguido partir de una historia simple y llegar a una película por encima de la media de lo que suele dar el género desde hace tiempo, basada en el "yo" de cada hermano, su estupidez, codicia y orgullo. 
"El funeral", una cinta en su justa medida: un metraje preciso, sin un solo minuto de más, técnicamente muy sobria y con una banda sonora espectacular. Para darse cuenta de esto último, ver la primera secuencia, cuando el féretro es descargado del coche fúnebre y llevado hasta dentro de la casa. Vaya cadencia, unos planos que realmente no tienen nada de extraordinario porque forman parte de la más pura cotidianeidad de aquellos años, y la dimensión extraordinaria en que los hace entrar esa canción, hasta que la música se mezcla con los gritos de dolor de la madre y las mujeres italianas, de luto y negro perfecto. 
El argumento es complejo dentro de su sencillez: tres hermanos dentro del traidor circuito de la mafia. Cada uno con un carácter diferente del otro, y por tanto con una actitud distinta ante lo que ocurre en su vida. La muerte de uno de los tres desencadena los recuerdos, los vistazos hacia atrás, y la reacción de cada uno a lo sucedido. Verdaderamente es la muerte lo único seguro de esta historia. 
Algo que no se acostumbra a ver en las películas de este estilo es la figura de la mujer. Brillante dentro de su resignación enlutada todo el elenco femenino. Representan las mujeres un reducto de verdad, sabiduría y santidad en un mar de impotencia infinita. Así queda reflejada la imagen de la típica familia (mafiosa) italoamericana donde se enfrenta el mundo de los valores familiares basados en un catolicismo profundo, con las mujeres supeditadas al hombre y resignadas a su papel en casa, y el mundo salvaje de puertas para fuera, el mundo de la jerarquía, el dinero y la muerte, el mundo de los Temple. 

Ni un respiro nos da Abel Ferrara en el metraje. Al contrario, su cámara nos guía por senderos intimistas y cotidianos hasta los rincones más oscuros de la mente. Y todo cargado con un halo religioso-sagrado que culmina en la redentora escena final. 
La historia es simple y es triste, como lo son todas las historias relacionadas con la violencia y la venganza. Ferrarra no ha inventado nada en este film, pero logra que no resulte aburrida en ningún momento. 
Las actuaciones, fundamentalmente las de Chris Penn, Annabella Sciorra e Isabella Rossellini, son sólidas y por momentos excelentes. Además, la trama no está centrada en los negocios mafiosos, como en "El padrino", sino más bien en el dolor, en el sentimiento irreparable de la pérdida, en la incapacidad de sobrellevar la angustia de la muerte de un familiar. El final, muy intenso, y muy bien actuado, es terrible, trágico y deja una amarga sensación de impotencia; no hay lugar para la esperanza en este film, tal como muchas veces sucede en la vida real.