jueves, 16 de mayo de 2024

Pánico en el Transiberiano



Existen películas que llevas años esperando a ver, pues un trailer visto en un cine en el momento o una pequeña presentación de la misma  en televisión, te dejan el interés activo. Este es el caso de esta película que también se le conoce con su nombre inglés - Horror express o El expreso del horror- y lo ha sido así desde los años 70. Y así fue pues esta película del año 1972 y de la que tuve conocimiento posiblemente con unos doce años, alrededor de 1977, pues vi un comentario de la misma en el programa 625 líneas, vinculando esta película con la recién estrenada entonces por Chicho Ibáñez Serrador, ¿Quién puede matar a un niño? Desde entonces he esperado a verla como agua de mayo. 



Hoy he cumplido el deseo y he descubierto que he sido un lelo por esperar tanto ya que se trata de una película que, actualmente, es de dominio público y eso que fue una coproducción hispano británica, que consiguió ser uno de los exponentes más representativos del cine de terror español, que adquirió un gran auge a principios de los años setenta. 

Con un reparto internacional encabezado por Christopher Lee, por Peter Cushing y Telly Savalas,  los dos primeros representantes clásico de la productora de terror gótico, por antonomasia, la Hammer británica, y el tercero de la exitosa serie Kojak que en ese momento era lo más en televisión. Los tres fueron dirigidos por un director de peso como Eugenio Martín, director especializada en este tipo de producciones de género - fallecido en enero de 2023- y que realiza una película impactante sabiendo utilizar muy bien el tren donde transcurre la acción y en el que se trufan las maquetas , grandes caracterizaciones de los actores y los efectos especiales, logrando que la película no solo no tenga nada que envidiar a un clásico del cine de terror, sino que se asemeja a una de esas producciones de época que fueron marcas de esta empresa británica. 

La película cuenta con el guion de Arnaud d'Usseau y Julian Zimet inspirado en una adaptación apócrifa en un tren del mismo relato que dio origen a La Cosa, producción de Bernard Gordon y Gregorio Sacristán para la Benmar Productions y la Granada Films. 

Como ya he dicho, estamos con una película del año 1972 que cuenta igualmente con Alberto de Mendoza, la recientemente fallecida en este 2024, Silvia Tortosa, Helga Liné y Julio Peña, entre otros. 

La historia se desarrolla en el año 1906, Saxton (Cristopher Lee), un renombrado antropólogo y geólogo británico, que ha realizado una expedición en el área de Manchuria y que ha descubierto en una cueva un interesante hallazgo apresado en un glaciar decidiendo de inmediato regresar a Europa para presentarlo a la comunidad científica en el Transiberiano desde China a Moscú. 

Con él lleva una caja que contiene los restos congelados de una criatura humanoide primitiva que descubrió en una cueva en Manchuria. Él espera que sea un eslabón perdido en la evolución humana. 

En la misma estación se encuentra con el doctor Wells (Peter Cushing), un rival amistoso de Saxton y colega suyo en la Real Sociedad Geológica, y que va acompañada de una prestigiosa forense , Miss Jones ( Alice Reinheart) y que también tiene intenciones de subir a bordo de un tren en el que aparentemente no quedan plazas, pero que con dinero todo se consigue. 

Tras ver como lo hace Wells, Saxton genera un incidente para que llegue la policía y el expendedor en ese momento dedscubre que tiene compartimentos libres. Ambos viajarán en el tren, pero por separado. 

Antes de que el tren salga de Shanghái, un ladrón es encontrado muerto en la plataforma. Sus ojos se hallan completamente blancos, sin iris ni pupilas, y uno de los testigos inicialmente lo confunde con un ciego. 

Un monje Ortodoxo, que nos ha de recordar a Rasputín, el Padre Pujardov (Alberto de Mendoza), consejero espiritual del Conde polaco Marion Petrovski (George Rigaud) y de la condesa Irina Petrovski (Silvia Tortosa), quienes también están esperando abordar el tren, advierte que el contenido de la caja que quiere trasladar Saxton está amenazado por una profecía, algo que Saxton rechaza tachándolo de superstición. 



Una vez el traen parte de la estación, el afán de Saxton por mantener en secreto su descubrimiento científico despierta el interés de Wells, quien soborna a un operario del ferrocarril para que investigue el contenido de la caja. 



Tras haber un agujero y ver lo que contiene el humanoide que está en su interior (Juan Olaguivel), fruto de la descongelación, se despierta y asesina al portero para después escaparse. 



El humanoide, mientras recorre el tren, encuentra más víctimas en su camino. Cada nueva víctima presenta los mismos ojos opacos y blancos. 

Las autopsias realizadas por Miss Jones y Wells, sugieren que los cerebros de las víctimas se están drenando de los recuerdos y el conocimiento por lo que todos los bancos de memoria de los muertos han desaparecido. Todas las víctimas son personas que poseen determinados conocimientos científicos. 



El humanoide que campa por sus respetos por el tren generando un temor enorme cuando sus ojos se convierte en antorchas de fuego va atacando a unos y a otros. En un momento dado acaba con la vida de Natasha, una espía y ladrona, que había buscado refugio entre los protagonistas, y cuando está a punto de atacar a la condesa Irina, el humanoide sufre los disparos del inspector de policía Mirov (Julio Peña).



La amenaza parece haber sido eliminada. Sin embargo, los muy curiosos Saxton y Wells descubren que las imágenes externas son retenidas por un líquido que se encuentra dentro de los ojos de los cadáveres y que revelan no sólo las caras de sus víctimas últimas entre ellas aparece la de Natasha, pero también la de Miiroy, aunque éste sigue vivo, sino que además aparecen imágenes de una Tierra prehistórica como se ve desde el espacio y de un mundo ya desaparecido con dinosaurios. 



Entonces deducen que la verdadera amenaza es de alguna manera un ser extraterrestre amorfo que habitaba el cuerpo del humanoide y ahora reside dentro del inspector. 



El mesiánico Pujardov, sintiendo la presencia dentro del inspector y, creyendo que es la de Satanás, renuncia a su fe, prometiendo lealtad a la entidad. 

Mientras tanto, y gracias al telégrafo del tren las autoridades rusas obtienen noticia de los asesinatos. Un intimidante oficial cosaco, el capitán Kazan (Telly Savalas), aborda el tren con un puñado de sus hombres. 



Kazan cree que en el tren se están transportando rebeldes y solo se convence de la existencia del alienígena cuando Saxton apaga las luces y los ojos de Mirov brillan, revelando que es el anfitrión del alienígena. El alienígena ha absorbido las memorias de la asistente de Wells, pero también de otro de los viajeros, un ingeniero de trenes y de otras víctimas a bordo, y ahora busca el conocimiento metalúrgico del conde polaco para construir una nave con la que escapar de la Tierra. 

Kazan dispara y mata a Mirov, y el alienígena se transfiere al Padre Pujardov. Los pasajeros huyen hacia el vagón de carga mientras Pujardov asesina a Kazan, a sus hombres y al conde, agotando todos sus recuerdos. 

Saxton rescata a la condesa y detiene a Pujardov a punta de pistola. Saxton, después de descubrir que la luz brillante impide que el alienígena drene las mentes o la transferencia a otro cuerpo, obliga a Pujardov a entrar en un área bien iluminada. 

El alienígena Pujardov explica que es una forma colectiva de energía de otra galaxia. Atrapado en la Tierra en un pasado distante, después de haber sido dejado atrás en un accidente, sobrevivió durante millones de años en los cuerpos de protozoos, peces y otros animales. No puede vivir fuera de un ser vivo por más de unos breves instantes. 

El extraterrestre suplica ser salvado, puesto que es un inmenso depósito de información que le sería muy útil a la humanidad entre ellas acabar con el hambre, las enfermedades incluso revivir a los muertos. y sigue tentando a Saxton con su avanzado conocimiento de la tecnología y la cura de enfermedades. Mientras Saxton se distrae con la oferta, el alienígena resucita el cadáver del conde y lo ataca con él. 

Saxton y la condesa huyen pero el alienígena resucita a todas sus víctimas como zombis, pues esa es una de sus capacidades. Batallando por el tren, Saxton y la condesa finalmente llegan al furgón de cola donde se han refugiado el resto de supervivientes liderados por Wells. 

Saxton y Wells trabajan desesperadamente para desenganchar el vagón de cola del resto del tren. El gobierno ruso envía un telegrama a una estación intermedia, ordenándoles la destrucción del tren desviándolo por una vía cortada. Creyendo que ha estallado la guerra el personal de la estación inicia las maniobras. 

El alienígena toma el control de la locomotora. Saxton y Wells, finalmente, logran separar el furgón de cola del resto del tren. El alienígena intenta frenar la locomotora pero no logra hacerlo, atravesando una barrera de espuelas, y sumergiéndose en un profundo acantilado. El furgón de cola rueda precariamente al final de la pista antes de detenerse a escasos centímetros del acantilado. 

Los supervivientes se van rápidamente mientras Saxton, Wells y la condesa contemplan el barranco y son testigos de la explosión que envuelve al tren y su habitante sobrenatural. 

Así acaba esta curiosa historia que comenzó hace dos mil millones de años cuando unos seres de otra galaxia visitaron la Tierra y uno de ellos se quedó. Este ser que lo único que pretende regresar a su planeta necesita usar toda la ciencia técnica que los hombres puedan darle. 

La película fue rodada en Madrid y sus alrededores sobre todo en Navacerrada que se transforma en nuestra particular Siberia. 

En la 29.ª edición de las Medallas del Círculo de Escritores Cinematográficos fue la ganadora al premio de Mejor ambientación para Ramiro Gómez. En Argentina la película se estrenó en febrero de 1982, tras estar censurada durante una década, bajo gobiernos civiles y militares.

La revista Gente de Buenos Aires, en su edición del 4 de marzo de 1982 (luego de su estreno en Argentina), comentó el film con mordacidad: "Hay una historia traída de los pelos donde una especie de antropólogo descubre un fósil, algo así como un cadáver petrificado que vendría a confirmar la teoría de Darwin. Lo ata, lo embala y finalmente lo envía a la sección cargas del expreso Transiberiano. En medio del viaje, la "criatura" empieza a hacer de las suyas y arremete contra todos. El fósil "sorbe" el cerebro y la memoria de las víctimas a través de la mirada. Este disparate seudo-científico fue dirigido por Eugenio Martín (Gene Martin para los íntimos y para la versión inglesa) con toda la ineptitud de que es capaz. Creyó que el terror sólo se logra con grandes dosis de maquillaje. Se equivocó porque todo mueve a risa. CONSEJO: No vaya. Aunque le juren que el cine tiene una refrigeración excelente." Otro consejo: ¡No lea esta crítica!

Esta joya del "fantaterror" que reunió a dos de los grandes talentos de ese cine surgió cuando la mujer de Cushing falleció, Lee le convenció para participar en la película española de terror "Pánico en el transiberiano", dado lugar a una obra capital del cine de terror y fantástico en las palabras del crítico Fausto Fernández y una de las grandes obras del terror mundial en palabras del historiador cinematográfico Ernesto J. Pastor.



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