lunes, 3 de noviembre de 2025

La leyenda de Rodolfo Valentino



Con el subtítulo de The Legend of Valentino, a Romantic Fiction,  y realizada por la sección televisiva de la 20 th Century Fox - identificada aquí como la 20th Televisión Fox- el telefilm se centra en una aproximación a la vida de Rodolfo Valentino presentándolo como una figura creada por Hollywood y que se sustentó en la creación de una aproximación a la vida del actor y italiano que triunfo en el cine de Hollywood entre 1920 y 1925 y que aquí su personaje es asumido por Franco Nero mientras que el papel de la persona que hizo que triunfara en el cine lo asume Suzanne Pleshette como June Mathis, la mujer que lo descubrió y que lo encumbró en la meca del cine.  

En este telefilm del año 1975 y que contó con la producción de Aaron Spelling y de Leonardo Goldberg siendo escrita y dirigida por Melville Shavelson. En la misma interviene Judd Hirsch en el papel de Jack Auerbach, Lesley Anne Warren - sin el Anne- como oven actriz Laura Lorraine, Milton Berle como Jesse Lasky, Ivette Mimieux como Natacha Rambova, así como Alicia Bond, Constance Forslund, Harold J. Stone y Michael Thoma como Rex Ingram.

El telefilm contó con la fotógrafa de Arch Dalzell y la música de Charles Fox.

Rodolfo Valentino fue quizás la primera gran estrella cinematográfica convirtiéndose a través de sus películas desde su estreno en los cuatro jinetes del Apocalipsis que parte de un guión escrito por June Mathis en toda una estrella cuya única aspiración era triunfar en los Estados Unidos traer a su madre y comprarse una plantación del naranjos en California. 

En poco tiempo se convierte en un auténtico mito y en un sex símbolo para las mujeres. A través de la relación en la película entre el actor y la guionista, desde su extraño encuentro cuando él entra en la casa de ella para robar comida, nos vamos enterando de su difícil vida que lo llevó a París, donde trabajó en plena Belle Epoque como bailarín y chico de compañía, y pudo comprobar los estragos que causaba su atractivo físico en los salones de baile, donde también daba clases como profesor. 

Pero cuando el dinero se le acabó, regresó a casa y de allí puso rumbo a Estados Unidos.Los primeros años en Nueva York, donde llegó con 18 años, no fueron nada fáciles. Trabajó como camarero, jardinero, ayudante de autobús, y durante varias noches tuvo que dormir en la calle por la falta de recursos. Comía de lo que le daban en restaurantes donde ya le conocían hasta que consiguió trabajo en un restaurante cabaret llamado Maxim. 

Allí volvió a jugar con sus armas de seductor y se relacionó con mujeres opulentas que no dudaban en prestarle sus lujosos coches o en financiarle lo que precisase a cambio de su compañía. En aquellos años se vio envuelto en un escándalo que lo llevó directo a la cárcel después de testificar en un juicio a favor de una rica heredera chilena, Blanca de Saulles, quien estaba infelizmente casada con el empresario John de Saulles que acusaba a su marido de infiel. A modo de venganza, el joven fue apresado por cargos de vicio algo difusos. La acusación contra él no prosperó, pero manchó su nombre en la ciudad, especialmente cuando Blanca de Saulles mató a tiros a su exmarido. Forzado por las circunstancias, el buscavidas se lanzó entonces a la conquista del oeste, y tras liberarse del calabozo se embarcó en una compañía de teatro itinerante y se cambio el nombre al de Rodolfo Valentino. 

Sin embargo, llama la atención de que Rodolfo Valentino como Ramón Novarro, los dos homnbres que encarnaron la fantasía del «latin lover» y que enamoraban a las mujeres de todo el mundo con sus miradas lascivas, que parecían ser la reivención de Casanova, con sus encantadores modales, un tanto afeminados, pero adecuados para el tipo de personajes que encarnaron en el cine: la hombría del rudo hombre de acción de Novarro en su papel de Ben-Hur, y el romántico galán andrógino que representó Valentino en los inicios del cine mudo. 



En Hollywood se sabía que Novarro era homosexual y Valentino era tildado por la prensa de forma despectiva como «pink powder puff» (la polvera) y «el vampiresa» («he-vamp») por su amaneramiento y porque sus dos matrimonios de conveniencia fueron con dos reconocidas lesbianas: Jean Acker y Natacha Rambova. 



La verdad sea dicha es que fue su amistad con el actor Norman Kerry, quien le convenció para que intentase entrar en el mundo del cine mudo, le llevó a Los Ángeles. Sus primeros papeles fueron como extra pero poco después, y dado a sus rasgos exóticos que nada tenían que ver con el modelo imperante de belleza del momento encarnado por Douglas Fairbanks, le llevaron a obtener papeles de gánster y villano. Ramón Novarro, hijo de españoles emigrados a Méjico, apellidado Samaniego, fue contratado de extra en «Los 4 jinetes del Apocalipsis» (1921), la sexta película del cine mudo más taquillera de la historia y que lanzó a las nubes una carrera tan exitosa en el cine como truculenta en la alcoba. Pero la verdad es que entre ambos y sobre todo el que llevaba por apellido samaniego - es decir, Novarro- quedó perdidamente enamorado del «amante supremo». Un amor que fue correspondido por Valentino años después. 

Como recuerdo de aquel tórrido amor viril quedó el dildo «art dèco» de antracita de su pene de tamaño natural (ten-inch: 25,4 cm) que Valentino le regaló a Novarro para que lo tuviera siempre presente y a mano en la mesita de noche. Para «The Great Lover» fue «una relación sexual apasionada pero sin amor, y para Novarro fue el gran amor de su vida, «como dos barcos que se cruzan en la noche», confesó años después. 

A lo largo de la película nos enterramos como su primer gran papel llegó con ‘Los cuatro jinetes del Apocalipsis’, película basada en la novela de Vicente Blasco Ibáñez, producida por la Metro. El éxito comercial de este film fue algo sin precedentes: es la sexta película más taquillera de la historia del cine mudo. 

Tras unas cuantas cintas rodadas con el mismo estudio, Rodolfo Valentino firmó con Famous Players-Lasky, lo que a día de hoy es Paramount Pictures, y con ellos obtuvo otro de sus papeles más recordados: ‘El caid’, estrenada en 1921. 

A los éxitos comerciales de su carrera hay que sumar ‘Sangre y arena’ (1922), donde interpretó a un torero español, potenciando así sus raíces latinas. 



El éxito de Valentino era paralelo a sus problemas personales con su esposa, Natacha Rambova, quien ejercía un papel dominante sobre el artista. Tanto es así que finalmente se le prohibió la presencia en el set de rodaje ya que afectaba a las actuaciones del italiano. Cabe decir que protagonizó otro juicio mediático al casarse con ella cuando aún no había pasado un año del divorcio de su primera mujer, algo que marca la ley de California, con lo que su imagen de ‘latin lover’ y seductor crecía más allá de la gran pantalla. 

La adaptación a la gran pantalla de la vida del mítico Rodolfo Valentino un actor que encarnó no como nadie el mito moderno de la cultura la masas durante los años veinte. La historia nos muestra a Rodolfo Pietro Filiberto nació en Italia, en Castalleneta , cerca de Tarento en el año 1895, un inmigrante italiano que había emigrado a Estados Unidos en 1913 y que pasa de ladrón a ser estrella de cine por su trabajo en películas como Los cuatro jinetes del Apocalipsis o El jeque bajo el nombre de Rodolfo Valentino. 

Pero también narra la historia de la guionista June Mathis, la guionista, su descubridora y gran amiga en la vida real, y en el film un amor callado que nunca se concreta. A la salida del estreno en Nueva York del Hijo de Caid sufre un colapso en el Hotel Ambassador en Park Avenue en Manhattan, donde se alojaba, y fue ingresado de urgencia con una apendicitis y diversas úlceras gástricas. Fue intervenido pero desarrolló una peritonitis que no evolucionó bien y que le llevó a la muerte ocho días después. . 

El filme producido directamente para la televisión está interpretado por Franco Nero y fue la primera película destinada a la pequeña pantalla bajo la dirección de Melville Shavelson, un realizador de extensa filmografía como artesano me Hollywood. 

Valentino, falleció el 23 de agosto de 1926 de peritonitis, con sólo 31 años, tras asistir al estreno del Hijo de cadí en Nueva York, y murió lleno de deudas. Su entierro fue multitudinario como vemos en alguna fotografía. Su entierro fue todo un evento que reunió a más de 100.000 personas, entre ellas miles de fans histéricas que llegaron a romper los cristales del lugar donde descansaba el cuerpo. Más de 100 oficiales montados y la Reserva de Policía de NYPD tuvieron que intervenir en el entierro de Rodolfo Pietro Filiberto Raffaello Guglielmi di Valentina d'Antonguella para restablecer el orden e incluso hay reportes que hablan de suicidios de diversas mujeres al saber que su ídolo había fallecido. Fue Mathis quien le hizo lugar en la cripta familiar. Al año siguiente murió ella misma. Aún hoy reposan uno junto al otro. 

He descubiero al hilo de esta película que el músico y dibujante español Xavier Cugat, el primero español en tener una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood, confesaba en una entrevista a Blanco y Negro en el otoño de 1974 sus sospechas sobre lo ocurrido a su amigo italiano. En su opinión Rodolfo Valentino se enamoró de Marion Davies, la querida de Hearst, en una aventura secreta que se destapó de la peor manera. «Por eso se dice que a Valentino lo mataron por orden de Hearst. Valentino sacaba a bailar a la Davies. Vaya tangos que se echaba con ella y me guiñaba el ojo y yo arrastraba cada nota del tango..., pero le decían “Ay, Rodolfo, que te van a pelar». 

La revista Blanco y negro, en una crónica titulada ‘Rodolfo Valentino, su vida y su muerte’, también se preguntó sobre la causa del fallecimiento, «según el dictamen facultativo, de una peritonitis producida a poco de haber sido operado de apendicitis. Según el doctor Lee, de Florida, de una intoxicación de la sangre, producida por las luces de mercurio 'Kleig' que se utilizan en los estudios cinematográficos. No podía faltar la novelesca leyenda, y ésta apunta la suposición de que haya sido envenenado por una mujer celosa. 

Realmente, la enfermedad del gran actor tuvo su origen en una simple indigestión, que degeneró en un ataque de apendicitis». 

El funeral del galán congregó a 100.000 personas en Nueva York, que «se atropellan para contemplar de cerca el cuerpo yacente del hombre más guapo del mundo. Las mujeres sufren fingidos desmayos y ataques epilépticos, y la Policía neoyorquina detiene a multitud de modistas y mecanógrafas, que, como clásicas plañideras, irrumpían en llanto, provocado por cebolletas ocultas en los pañuelos», describió Marva. Más de un centenar de heridos resultaron de las cargas policiales para despejar la capilla fúnebre en Campbell.



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