martes, 24 de septiembre de 2019

La noire de...


Ya os he hablado del historiador burkinés Ki Zerbo cuyo libro colocado en la estantería del Departamento de Prehistoria y arqueología de un Departamento universitario era el primero que veía nada más entrar en el mismo. Ki-Zerbo murió en 2006 , pero su Historia del África Negra siempre será una referencia en el mundo al describirnos la importancia de la "negritud" en el sentido positivo del término como un momento nuevo, como si la Historia comenzara de nuevo para ellos, tal y como sugería el subtítulo de la misma.

La historia de África colocada en su contexto es tan sugerente como apasionante, eso sí, sin dejar de ser en muchas ocasiones terrible, especialmente cuando de la esclavitud se trata. La esclavitud no sólo estuvo presente en la antiguas civilizaciones visible en la tormentosa relación que hubo entre el Egipto de los faraones y Nubia, espacio que proporcionaba esclavos a ese estado teocrático. Seguirá más tarde con otras civilizaciones, como la romana, cuyas referenias creo que podrían ser hasta cinematográficas. Continuaron cuando la expansión de la religión musulmana tuvo lugar y , se generalizó, con las expansión europea por el mundo , momento en que la esclavitud africana llega a extremos casi "colonizadores" de espacios concretos.

El siglo XIX aparentemente supone una crisis de este modelo esclavista y aunque la esclavitud desaparece - parcialmente- en términos jurídicos en muchos lugares, lo cierto es que otro tipo de cadenas con otra modalidad de grilletes se imponen en lo político, en lo económico, en lo social y en lo cultural en aquellos espacios que el colonialismo europeo se transforma en imperialista.

El imperialismo tendrá su importancia- y mucha- en el estallido de la Primera Guerra Mundial , pero entra en crisis en paralelo a la crisis que vivirá Europa durante el segundo gran conflicto bélico que supuso la Segunda Guerra Mundial. Tras eso lleva el adiós de muchos espacios a sus estados europeos dominantes.

Ese adiós no fue fácil, en ocasiones, es una despedida tras una ruptura bélica; en otras ocasiones, es el resultado de una negociación cuando la ONU y los tiempos o el momento de los no alineados obliga a mover ficha.

Uno de esos países que dirán adiós a su metrópoli francesa será Senegal que en 1960 , tras integrarse en una entidad superior, proclama su independencia siendo el poeta de la negritud Léopold Senghor Sengar su primer presidente. Senegal, se presenta casi como una excepción a la regla , en el sentido de la estabilidad política en un espacio muy complejo.

Es bajo el mandato del poeta cuando otro artista , en este caso, un actor, pero que también será director, escritor, guionista y activista político de nombre Ousmane Sembène, considerado "el padre del cine africano", coloca al cine africano en el centro de un debate por medio de un discurso cinematográfico, eminentemente, político pues con la realización del primer filme rodado por un subsahariano pone sobre la mesa una serie de elementos que habían sido ignorados por el cine occidental del momento: el legado europeo en África ignorando la realidad africana, la defensa de la negritud , los distintos modelos de acceder a la independencia, la mentalidad de superioridad que todavía presentaban los blancos, el nulo reconocimiento de los europeos a lo realizado por los africanos, que llega a la incomprensión más absoluta.

Todo ello aparece en la película realizada 1966 y por la cual su director , Sembène, recibió el Premio Jean Vigo obra basada en el novel corta del mismo nombre, escrito por el propio Sembène, y que fue incluida en la antología Voltaïque publicada en Francia en 1961. Es en 1956, cuando Sembène publica su primera novela, Le Docker noir (El estibador negro) que relata su experiencia como estibador , creo, que en el puerto de Marsella. Más tarde , en 1957, escribe Ô pays, mon beau peuple (Oh país, mi hermosa gente); apareciendo poco después, en 1960, Les Bouts de bois de Dieu (Los palos de Dios), que relata la huelga de los braceros senegaleses de la línea de ferrocarril entre Dakar y Bamako que pedían tener los mismos derechos que los franceses.

Comienza a pensar en el cine en 1960, año de la independencia del Sudán francés (más tarde Malí) y de Senegal, cuando viaja por distintas áreas de África :Malí, Guinea, República del Congo, etc. En 1961, asiste a la escuela de cine de Moscú y en 1962 realiza su primer cortometraje Borom Sarret, seguido en 1964 por Niaye.

Su primer largometraje, La Noire de..., aparece en 1964. Es toda una monumental crítica social y política presentada a través de falsbacks en la que vemos el pasado inmediato de su protagonista, una joven senegalesa que va a trabajar desde su Dakar natal a la vieja metrópoli francesa, donde es "esclavizada" por una familia hasta el punto de llevarla al suicidio.

La película se convierte en un alegato con guiños a la historia política de su paín, un país joven que acaba de acceder a la independencia, pero cuya población sigue aquejada de los males que había durante el dominio: pobreza, analfabetismo, separación urbana en barriadas para blancos , en sus barrios coloniales, y casas de autoconstrucción , bidonvilles, donde vive la población africana.

También hay mensajes políticos visibles en el recién estrenado parlamentarismo, en ese monumento a los caídos en la Guerra de Independencia que nos otra que la Segunda Guerra MUndial ( 1939 - 1945) , como se aprecia en la película, la bandera nacional y el "banderín de enganche" de aquella población más concienciada políticamente como es aquí , tanto el novio de la protagonista, que tiene en casa la bandera de la gran referencia política de la negritud del momento , la imagen de Patrice Lumumba, el líder congoleño creador el Movimiento Nacional Congolés (MNC), y participante en algunas de las Conferencias Panafricanas , y primer ministro del Congo independiente y que apostó por la africanización de su país, aunque posteriormente asesinado en 1961, o las referencias al político y poeta Sedar Senghor.

Pues bien esta película será el lanzamiento internacional de Ousmane Sembène que entre 1966 con la película La noire de... y 2005 con Moolaadé, y hasta su muerte acaecida en 2007, acumuló más de 20 premios y 10 nominaciones otorgados por festivales o instituciones de África, América y Europa entre ellos los de Berlín, Cannes y Venecia e instituciones como el British Film Institute o Human Rights Watch, reconociendo su valor estético o social de su obra. El primero de estos reconocimientos, recibido en 1966, fue el Premio Jean Vigo, reconocido como el impulsor de su carrera, tal y como el propio espíritu del galardón indica.

Y es magnífico que se valorara su trabajo que en gran medida y desde su sencillez respondía en gran medida a los principios de la nouvelle vague, por esas tomas rodadas al aire libre o en un piso iluminado con luz natural, salvo las escenas en que se centra en Diouana en su habitación o en la cama , o el rodaje realizao tanto en la costa azul, donde se hacen reconocibles desde el Puerta de Marsella en la llegada, hasta la subida a la Corniche, pasando por espacios de la hermosa bahía que forma la Rivière y sobre todo en Antibes.

También rueda en Dakar y nos muestra la dicotomía del país, con su barriada colonial donde todavía había una importante comunidad de expatriados, principalmente franceses , seis años después de la independencia de Senegal del gobierno de Francia, así como barriada de población local afectada por la miseria y la pobreza que es mostrada sin tapujos serias .

Entre un espacio y otro , convive un espacio social , en el que todavía este presente los prejuicios alentados por el colonialismo, que nos muestra a la minoría aprovechándose de la necesidades de la población nativa: esperando un posible contrato. Nada diferente a la España de los señoritos , de las plazas y los jornaleros.

Igualmente el sentido de esa "nouvelle" es perceptible en un diálogo en off casi permanente, ya que la chica apenas se le escucha hablar ante la cámara o el inteligente uso del flashbacks para mostrarse un momento anterior.

Como decíamos La Noire de… es una película dirigida y escrita por Ousmane Sembène que contó con la producción de Filmi Domirev y Actualités françaises. Cuando con la luminosa, nunca mejor dicho, fotografía de Christian Lacoste y el montaje de André Gaudier.

En cuanto al reparto está integrado por la bella Mbissine Thérèse Diop como Gomis Diouana, Anne-Marie Jelinek como Madame, Robert Fontaine como Monsieur y Momar Nar Sene como el novio de Diouana y el mismo Ousmane Sembène que hace de maestro en la barriada marginal en la que vive Diouana. En papeles menores aparecen Ibrahima Boy como el chico de la máscara, Bernard Delbard el joven invitado , Nicole Donati la chica invitada en la casa de Antibes y Raymond y Suzanne Lemeri como la pareja mayor , igualmente, invitada.

La película se inicia con la llegada de una chica de color desde su país natal , Senegal al puerto de Marsella. Se trata de Gomis Diouana (Mbissine Thérèse Diop ). Nada más bajarse del barco y tras pasar la aduana tanto ella como su maleta es recogida por el que conoceros como su señor, Monsieur (Robert Fontaine ) que, en su coche, la lleva desde la ciudad portuaria hasta la localidad de Antibes.

Vemos que en el trayecto, el señor le va contando las maravillas de la Rivière francesa, maravillas que ella, desde una voz en off está dispuesta a conocer.

Nada más llegar a la casa es recibida por la Madama (Anne-Marie Jelinek ) que le muestra la casa haciendo hincapié de donde ha colgado una máscara, que después sabremos que ha sido regalo de la chica a la familia, en un lugar preeminente del salón , mostrándole igualmente su habitación, el servicio, la cocina,... La chica pregunta por los niños, ya que ella ha venido con ese fin, pero la Madame le informa aún no está en casa.

La chica es puesta a trabajar sin más de la casa. Le piden que haga café, que limpie los cuartos, el salón y que haga la comida. Sin embargo, ella se pregunta por qué no actúa como para lo que fue llamada. Su intención era ver Francia , eso le animó a ir a la antigua metrópoli.

Vemos como ella, en Dakar, un día sale a buscar trabajo y se desplaza desde su barrio al barrio colonial. Diouana es analfabeta y busca empleo en los grandes apartamentos.

Un día se encuentra con un chico que le dice que las africanas encuentran empleo cuidando en una plaza a la que llegan los blancos para contratarlos , eligiendo entre todas las mujeres presentes.

Tras varios de ir al lugar, es contratada por la que será la Madame, una pareja con tres hijos de blancos burgueses. Está encargada de ocuparse de de los niños, los lleva y los trae del colegio, sale con ellos a la calle. Es una responsabilidad prestigiosa y sobre todo digna para sus conciudadanos. 

Como regalo, Diouana le da a sus nuevos empleadores una máscara tradicional que le había comprado a un niño pequeño por 50 francos, y sus nuevos empleadores se sienten encantados.

Por petición de sus patrones, acepta acompañarlos a Antibes, en la Costa Azul de Francia, para las vacaciones. Pero en Francia, nada más llegar las cosas cambian.

Diouana se ve en la obligación de realizar todas las tareas domésticas, reducida así a la servidumbre sin ningún día de descanso y privada de los niños. La ponen a fregar, a cocinar - a pesar de que ellos en Dakar contaban con un hombre - a hacer el café.

Molesta , la cosa irá a peor cuando ve que no sólo no sale, salvo para pequeños recados, sino que es obligada a cocinar para sus jefes y sus invitados, un plato típico del país, arroz cocido con salsa.

Diouana es presentada a sus amigos como algo exótico. De hecho , uno de los invitados le la un beso puesto que nuca ha besado a una negra. Los comentarios durante la comida no pueden ser más hirientes , hablan de la situación de Senegal, comparándola con la del ex Congo Belga , el papel del intelectual Sengor , pero como la población vive como siempre. De hecho llegan a plantearse por qué ella no habla en francés y uno de los invitados dice que : «Tranquilos es un animal… no entiende nada pero lo hace por instinto, como los animales…»

Ella día a día va irritando a la Madame por todo. Diouana sueña con ir a las tiendas francesas, ver las hermosas vistas y vivir un estilo de vida lujoso, pero no tiene los recursos para hacerlo. Ella intenta expresar una parte de este sueño usando vestidos y tacones mientras trabaja; sin embargo, Madame le grita que se quite esa ropa y le recuerda a Diouana que es una sirvienta, por lo que no necesita ese atuendo.

Le irrita verla limpiar vestida arreglada con su traje blanco con lunares y con tacones con las esperanza de salir a ver las tiendas, pero serán la frutería y la tienda de ultramarinos. De hecho un día le compra un ridículo delantal. La dueña de la casa le dice que se quite el vestido, diciéndole "no olvides que eres una sirvienta".

Vemos como ella cada día se siente más dolida y más ofendida. Recuerda cuando le regaló la máscara que compró a un chico por 50 francos , o recuerda los abrazos de su madre, los paseos que se daba junto a su novio (Momar Nar) un activista que no está interesado en la ex metrópoli y que cree que el futuro de los africanos está en África.

Cuando Diouana no está trabajando para Monsieur y Madame, pasa tiempo con su novio, paseando. Con él sale, bromea, se hace fotos, se siente molesta en ocasiones, pues él se sobrepasa, y , en ocasiones, hace el amor. Monsieur y Madame no han tardado en ofrecerle a Diouana un trabajo para ellos en Francia. Diouana está encantada e inmediatamente comienza a soñar con su nueva vida en Francia.

En el presente, ella está cada vez más deprimida. Una carta supuestamente escrita por su madre le desespera. Sabe que no ha sido escrita por ella , sino por el escritor de cartas del barrio , ya que su madre es analfabeta y jamás le diría lo que contiene la carta: «No te acuerdas de nosotros, no nos mandas dinero y te lo estas pasando bomba despilfarrándolo…» Diouana rompe la carta.

Dolida con eso la situación se encona. Se siente molesta. Las chicas no retornan, pero sí el chaval. A ella se le dice que se quede en la casa jugando con el chico. Por otro lado, un día decide levantarse tarde y no preparar el café. Ahora la irritada es la Madame. Madame se niega a dejar que Diouana duerma y le grita que se ponga a trabajar. Diouana intenta recuperar la máscara que le dio a Madame.

Con la Madame , incluso, hay una lucha por el control de la máscara , ya que Diouana lo descuelga y quiere volver a llevarla a su país, pues forma parte de su identidad. Madame le dice a Diouana que si no trabaja, no puede comer. Diouana se niega a trabajar y reflexiona , pues tiene claro que ella no es la esclava de la Madame ni de Monsieur. Su irritación va a más cuando se encierra en el cuarto de baño.

La Madame golpea brutalmente la puerta y le grita. El señor que cada día bebe más y pinta menos en la casa le ofrece dinero, 200 francos, para intentar sacarla de su apatía. La señora no quiere que coma , pues quien no trabaja o come.

Cuando recibe el dinero, ella lo arroja al suelo. Ellos no entienden que su intención era conocer el mundo, ser libre y no ceñirse a una prisión en forma de casa. Ellos un día salen. Ella calla pero no puede más. Diouana hace su maleta y entra en el baño.

Cuando regresa el matrimonio descubren que se ha suicidado cortándose las venas con una navaja dentro de la bañera de sus empleadores.

Tras eso el señor , con cierto complejo de culpa, decide entonces regresar a Dakar para saldar las cuentas de su conciencia. con las pertenencias de la chica para entregarlas a su familia, junto con el dinero que nunca ella acepto. Mientras se desplaza por la comunidad en la que vivía Diouana con la maleta intenta buscar la casa de ella.

Finalmente, el maestro de la Escuela Popular ( Ousmane Sembène) le lleva a la casa. En la mano el señor lleva la máscara. El niño al que se la compró la reconoce y sigue al blanco hasta dar con la casa . La madre se siente insultada y se niega a tomar el dinero, rechazándolo y el hombre se aleja en su coche perseguido por el pequeño que cubre su rostro con la máscara de madera que Diouana había regalado a su patrona el primer día de trabajo.

El chico con una máscara, que es tanto memoria de sus raíces, como forma o gesto de independencia, mira como el coche se aleja. El niño se quita la máscara, mostrándonos su rostro y su llanto. Es el llanto de África, el continente que llora permanentemente.

Una de las principales diferencias entre la versión escrita​ y la audiovisual de La noire de... es su estructura. Mientras que en el relato corto descubrimos el suicidio de Diouana desde las primeras páginas, en la versión cinematográfica este suceso se desvela en los últimos minutos.

Lo que comparten ambas versiones, sin embargo, es el intercalar presente y pasado, haciendo que la historia se mueva entre Senegal y Francia en todo momento. Otra diferencia es el año en el que se ubica la historia en cada caso. En la obra escrita, la primera línea revela que estamos en "la mañana del 23 de junio del año de gracia de mil novecientos cincuenta y ocho", lo que significa que Senegal seguía siendo colonia francesa.

Por su parte, la película, aunque no especifica el año en que ocurren los hechos, sí aclara que se trata después de la Independencia de Senegal que data de 1960, esto a través de los diálogos que sostienen en su casa de Antibes los patrones de Diouana y sus amistades.

En ambas versiones permanecen varios elementos, como el analfabetismo de Diouana, la comprensión básica del francés que tiene la protagonista, que la hace responder con frases cortas y una pronunciación distorsionada del idioma ("Viye, Missié" en lugar de "Oui, Monsieur"), el diálogo interior que desarrolla Diouna que, hacia el final, manifiesta estar arrepentida de viajar a Francia. A esto se suman el cambio de responsabilidades que tiene Diouna en Dakar (cuidar a los niños) y las nuevas tareas que enfrenta en Antibes (cocinar, limpiar, hacer compras, etc.); el racismo al que se enfrenta en Francia de parte de sus patrones y de las amistades de estos que se sienten superiores y lo ven como un animal por educar, el suicidio como acto de rebelión y no como sinónimo de rendición o el aislamiento en Antibes al que someten a la mujer senegalesa sus patrones franceses.

Esta película aborda los efectos del colonialismo, el racismo y la identidad poscolonial en África y Europa. Estos temas se destacan a través de la aparición recurrente de una máscara africana que Diouana le da a sus empleadores en su primer día de trabajo en la casa.

La máscara representa a Diouana; Al principio, cuando le da la máscara a la familia francesa, la ponen entre otras máscaras nativas, ya que todavía está en su tierra natal, rodeada de personas que conoce y en un entorno familiar. Pero cuando se mudan a Francia, la máscara está sola en una pared blanca, como Diouana está sola en Francia, rodeada de paredes blancas y gente blanca.

Pero , además, significa aquellos africanos que tienen que mudarse de su tierra natal a Europa para buscar fortuna. De hecho, uno de los temas principales del 'cine poscolonial' es el 'cine migrante', que cuestiona la movilidad, la 'hegemonía visual' y el desarraigo, la dinámica colonial y sus legados.

Otra analogía, que al menos, es la que yo he destacado más es la identificación entre la máscara y África, por ejemplo en la última escena, cuando el hombre blanco es seguido por el niño que usa la máscara, representa el pasado de África que siempre atormentará a sus colonizadores, pero también significa el futuro incierto de África. En este sentido la lucha entre Diouana y la Madame es la lucha entre África y el intento de dominio de los europeos en los territorios africanos, pero al final los territorios africanos durante el siglo XX obtuvieron la independencia, ya que Diouana al final de la lucha obtuvo la máscara.

La máscara es un símbolo de unidad e identidad, pero hoy para los no africanos es solo un "recuerdo".

La película obtuvo el Premio Cartago, el Tanit d'Or , en el Festival de Cine de Túnez así como el Premio Jean Vigo, al ser reconocida como la primera hecha por un africano en la región de África subsahariana.

Aunque antes de 1966 Egipto y Túnez ya contaban con filmes hechos por cineastas locales, el éxito ante la crítica de La noire de... en ocasiones hace olvidar este detalle y se le considera como la primera película africana . En cualquier caso, su director recibe el título de "padre del cine africano" sobre todo del África subsahariana.

Por su estilo y el contexto de su estreno, la película es considerada como parte de la oleada de movimientos que refrescaron la escena cinematográfica, liderada por la "nouvelle vague" de la que es deudora.

El historiador del cine Georges Sadoul dijo de esta cinta que era el primer largometraje "negro" de verdadero valor desde la invención del cine, elogiando además su honestidad.

En su libro de 1997 Movies as Politics , Jonathan Rosenbaum defiende a Black Girl como la génesis simbólica del cine en el África subsahariana, al menos en la medida en que la autoría pertenecía a un africano nacido y criado en el continente, aunque con formación en Francia y la URSS.

Además, la película, desde la perspectiva de una mujer senegalesa, actúa como un raro reflejo de las voces de los colonizados. Al recordarle que es una sirvienta, Madame suprime los sueños y esperanzas de Diouana mientras afirma la desigualdad entre sus personajes. Para Diouana, Francia era su oportunidad de libertad, riqueza y felicidad, y Madame le prometió este sueño. Sembène revela que Diouana nunca podrá alcanzar sus sueños debido a la opresión de Madame (la colonizadora) y la discriminación institucional incrustada en la sociedad. ; y el colonizador ofrece este sueño como una forma de manipular a los colonizados para que sean oprimidos. Al hacer esto, Madame suprime los sueños y esperanzas de Diouana mientras afirma la desigualdad entre sus personajes.

Destaca técnicamente ese influencia de la "nouvelle" a través de la voz en off, el estilo casi documental, los dos flashbacks y la corta duración , pero no es necesario dedicar más para contar una verdad universal : la esclavitud se mantiene ahora a base del dinero y falsas esperanzas. Por encima está la dignidad frente al dinero.

"La noire de..." una lección magistral de la ideas post-coloniales propuestas por críticos como Homi Bhabha. Recuerdo: la colonización de un pueblo no es solo su supeditación a una potencia extranjera, sino la imposición de un modelo de vida, de un código de validación. El colonizado no solo no tiene control sobre su destino, sino que impone una estructura de poder, una cosmovisión, un ideal. Imposibilitado para ofrecer su propio rostro (incomprensible para el colonizador para quien el colonizado no puede tener rostro humano), éste solo alcanza a ser comprendido como puro exotismo, un estereotipo, una máscara.

El extranjero llega y lo primero que hace es exotizar, diferenciar, disfrazar, mitificar o animalizar. El colonizado es "el otro" por definición. Su elección trágica bascula entre el esforzarse por ser como su dueño o asumir su arrinconamiento. Para hacerse oír ha de remedar al colonizado: vestir sus ropas, aprender su lengua, asumir su religión. Pero parecerse no es ser. La imitación nunca podrá completarse, puesto que nunca será el 'blanco', el 'colonizador', el 'poderoso'. Es solo el comediante de una tragedia burlesca.

“La noire de...”, en cuyo título, con una poco velada referencia al filme francés “Madame de...” (1953) de Max Ophüls, muestra el análisis dialéctico entre la negra sin valor, supuesta sirvienta reconvertida en esclava, que permanece ignota, condenada al ostracismo por la sociedad global que consiente y permite representada por Madame de.... Una gran película.


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