Se le llamó Ötzi practicamente desde el primer día. Recuerdo que la noticia de su hallazgo por parte de dos montañeros alemanes, Erika y Helmut Simon, que fueron los que encontraban un cadáver en los Alpes. La noticia me impactó. Era septiembre de 1991, aunque es probable que nosotros lo conocieras al mes siguente en octubre de ese año. Lo leí una tarde mientras esperaba a ser llamado a trabajar como sustituto en uno de los centros de de la provincia de Córdoba.
Por su excelente estado de conservación dado el frío extremo los montañeros pensaron que se trataba de una muerte reciente, algún alpinista que hubiera sufrido un accidente, aunque llevaba una rudimentaria mochila y un arco de madera que quedó roto en dos trozos cuando se sacó. Avisaron a la policía de ambos estados pero el rescate del cuerpo no pudo realizarse hasta cuatro días después por las malas condiciones meteorológicas. Fue la policía austriaca la que llegó primero y guardó el cuerpo en una de las bolsas que habitualmente se usan para guardar los cadáveres.
Hasta un día después en que llamaron a un especialista, el arqueólogo Konrad Spindler. Tras una primera valoración saltó la sorpresa. Se trataba de una momia y en la primera estimación le situaba hace 4.000 años. Después, tras una datación con Carbono 14 se concretó más, Ötzi vivió entre 3.350 y 3.100 años a.C., en el comienzo de la Edad de Bronce en Europa. Al localizarse la momia en la cordillera de Ötztal, se le llamó Ötzi (valle de Ötz). Allí perdió la vida a unos 3.210 metros pasando a ser la momia humana más antigua de Europa.
Un análisis posterior con rayos X los investigadores descubrieron en la espalda, clavado, un triángulo de metal. El hombre había muerto probablemente desangrado después de que una flecha le seccionase la arteria subclavia. Y también presentaba un fuerte traumatismo en la cabeza. Todo ello quedó en su cuerpo quedó congelado para la posteridad.
Un hombre que murió en la frontera entre Italia y Austria, encontrado a unos 93 metros en el interior del territorio italiano, aunque la Universidad de Innsbruck, en Austria, conservó la momia hasta terminar las investigaciones científicas. Siete años más tarde se decidió que la momia permanecía a Italia. Ahora sabemos que este hombre se movió en la zona de Bolzano, a una altura de entre 1.600 y 2.000 metros, antes de su última escalada. Cada desde el inicio los científicos del Instituto Nacional de Medicina Legal de la Universidad Médica de Innsbruck, Austria, estudiaron a Ötzi , así se le llamó desde todos los puntos de vista. con las muestras de 3.700 donantes de sangre.
La momia de Ötzi resultó ser un cazador que vivió hace 5.300 años, desde su aparición ha sido estudiada por varios científicos en busca de pistas que pudieran revelar la naturaleza del mundo en que vivía. Además, se ha intentado encontrar la causa de su muerte. La teorías van desde una herida de flecha, a un golpe en la cabeza.
Por su ADN y sobre todo una mutación genética provocada por la enfermedad de Lyme -una dolencia infecciosa transmitida por las garrapatas- se ha sabido que tenía 46 años de edad en el momento de su muerte y medía algo más de 150 centímetros y pesaba 50 kilos. Ötzi tenía predisposición genética a sufrir enfermedades vasculares, que se manifestaron en forma de arterioesclerosis. Probablemente fuese intolerante a la lactosa y su grupo sanguíneo fuese 0 positivo. Pero es más en Austria se han descubierto hasta personas vinculadas con él en la actualidad.
Los restos hallados en su estómago indicaron que tenía una dieta rica en carne, un hecho que también sugiere el arco y la flecha encontrados junto a su cuerpo.
Con todo ello un director alemán , Felix Randau decidió realizar en 2017 Der Mann aus dem Eis, una película que recrea los últimos momentos de este —probablemente— líder tribal neolítico.
Felix Randau es el responsable de la dirección y del guion de esta Coproducción entre Alemania-Italia-Austria en la que están Boris Ausserer, Alexander Dumreicher-Ivanceanu , Andreas Eicher, Matthias Krause, Jan Krüger, Bady Minck, Andreas Pichler y Oliver Schündler, y que contó con el apoyo de Port au Prince Film & Kultur Produktion, Echo Films , Lucky Bird Pictures y Amour Fou Filmproduktion.
Para la fotografía el director contó con la cámara de Jakub Bejnarowicz, quedando la edición para Vessela Martschewski y la música para Beat Solèr.
El reparto elegido por el director de casting Emrah Ertem lo integran Jürgen Vogel como Kelab, Susanne Wuest como Kisis, Andre Hennicke como Krant, Sabin Tambrea como Tasar, Martin Schneider como Gosar, Franco Nero como Ditob, Paula Renzler como Rasop. Junto a ellos aparecen Nora Pider y Ann-Birgit Höller.
La historia se desarrolla en los Alpes Ötztal, hace más de 5.300 años. Allí descubrimos un clan neolítico, establecido cerca de un río, cuyo líder, Kelab ((Jürgen Vogel) ), es el guardián del santuario sagrado, Tineka.
Apenas unas pocas chozas de madera a los pies de las montañas, pieles de animales secándose colgadas de las vigas, que también funcionan como aislante del frío. La vida es dura. Vemos como el parto que da la vida a los nuevos miembros del clan puede acabar con la muerte de una de sus integrantes, aunque haya dado la vida a un nuevo individuo.
Un día, Kelab deja a su mujer y a su hijo y sale a cazar con su arco y sus flechas. Su mujer, los niños y otras familias se quedan aguardando su vuelta con la caza, una cabra.
El que con el tiempo será Ötzi sube a la montaña, apunta y dispara, y con el animal cargado sobre los hombres regresa al asentamiento.
Pero mientras Kelab se ha ido a cazar, el asentamiento es atacado por tres los miembros de otra tribu. La de Ötzi es brutalmente asesinados, incluyendo la esposa de Kelab y su hijo. De la casa de Kelab los hombres sacan una caja que pertenece a Kelab.
Este llega justo cuando los hombres salen. Ve como su casa ha sido asaltada, su mujer violada y la caja robada. Tras bbuscar a su hijo lo encuentra tras una roca. Está muerto aunque en sus manos porta al bebé recién nacido que es el único superviviente.
Cegado por el dolor, Kelab se lanza tras los tres asaltantes, Emprende un viaje para buscar venganza y no tiene otra opción que llevarse al niño con él. Ha de cruzar espacio agreste, bosques cerrados. En su búsqueda encuentra a personas de otros clanes pero a los que ataca pensando que pueden ser ellos.
También deja con vida a alguno y recibe cobijo en la casa de un anciano y su ¿hija? que esa noche busca perpetuarse con él. Pero Kelab no accede. Eso sí, deja al bebé junto a la pareja.
Tras eso sube las montañas y acaba con la vida de uno de ellos cuando este cae por un barranco. La persecusión prosigue ahora por espacios nevadas a gran altura.
El cae por uno de los seracs glaciares, pero con la ayuda del hombre al que perdonó la vida logra salir. Su búsqueda lo lleva hasta un valle en la zona del Fineilspitze. Allí culmina su venganza matando inicialmente al hombre herido mientras es atendido por su mujer y tras un enfrentamiento directo al jefe del clan en el que recibe algún golpe en la cabeza.
Tras eso pasa la noche en la cabaña de los vencidos renunciando a tener sexo con la mujer del otro clan que ahora ha de buscarse una protección para el futuro.
Kelab retorna a la montaña. Antes de culminar la dura subida se deshace del amuleto que lo ha impulsado hasta la masacre.
Cuando culmina la subida es herido por otro hombre, posiblemente del clan, que le da en la espalda. Kelab cae mortalmente herido junto a su bolsa y su arco con flechas. Y así queda hasta aquel final de verano de 1991 en la que la pareja alemana encuentra su cuerpo.
El director alemán cuando vino a España a presentar la película declaró que "Absolutamente todo lo que aparece en la película, cualquier pieza de vestimenta, cualquier cuchillo, cualquier vasija —incluso los peinados—, todo está documentado". Y añadió que "Se sabe con bastante exactitud cómo murió y cuáles fueron sus últimos momentos. Se sabe que fue abatido por un disparo de flecha y que su muerte duró aproximadamente un minuto y medio porque la flecha rasgó una arteria subclavia y se desangró rápidamente", explica Randau.
tambien habla sobre el relato realista que muestra explicando que "Tenemos muchos hechos documentados que en la película hemos rellenado con ficción, porque obviamente esto no es un documental, pero la construimos de tal forma que es es probable que las cosas hubiesen sucedido como las presentamos".
Randau ha tenido el atrevimiento de rodar en la lengua —ahora muerta— que se hablaba hace cinco milenios en la zona del Tirol: "Escribí los diálogos en alemán y luego, con ayuda de un filólogo experto en rético, los adapté como en una especie de traducción a lo que se supone que fue el rético arcaico y, de esa manera, reconstruimos un idioma ficticio basado en el idioma real".
El director sobre la violencia que se ve en la película declaró que "Yo creo que en términos de violencia no se han producido muchos cambios desde entonces. Puede que la violencia hoy esté más concentrada, delimitada o refrenada, pero en cualquier momento puede haber un estallido", argumenta Randau. A todos nos gustaría pensar que el ser humano ha mejorado, que es menos violento, pero creo que no es así".
El rodaje de 'Ötzi: el hombre del hielo' duró tan sólo 35 días y se desarrolló en localizaciones naturales de Tirol del Sur, en Italia. Pero para el director, lo más complicado fue encontrar parajes vírgenes sin contaminar por la civilización. "Esto lo único que demuestra es que en estos últimos milenios el ser humano se ha esforzado por modificar su entorno natural, lo que no tiene que ser necesariamente negativo, siempre y cuando esa modificación no sea masiva, insostenible y destructiva", defiende Randau.
La película se estrenó el 25 de enero de 2019 en España tras haber tenido cierto éxito en Alemania donde además recibió dos Premios del Cine Alemán o al menos dos nominaciones al mejor maquillaje y mejor sonido.
En cuanto a la crítica estadounidense Jessica Kiang en las páginas de Variety señala que "Una premisa extraordinaria acaba desarrollándose de forma algo ordinaria (...) Meticulosamente editada pero narrativamente simplista"
Boyd van Hoeij en las del The Hollywood Reporter escribió que "La presencia física del actor es impresionante y resulta cautivador incluso sin entender nada de lo que dice (...) El director y su editora, Vessela Martschewski, modulan cuidadosamente la historia"
En el Reino Unido Allan Hunter de Screendaily afirma que en la película "No hay diálogo que podamos entender, la narración es directa, y aun así nos interesa y nos parece creíble el mundo que representa Randau"
Por su parte Geoffrey Macnab del The Independent comenta que "El punto fuerte de la película reside en su misterio y en la naturaleza primaria de la historia que cuenta (...) "
Por último Dan Jolin en Time Out asevera que "En términos de historia, no hay gran cosa (...) Profundiza mucho en los detalles (...) "
Ya en España Javier Ocaña en las páginas de El País destaca que presenta "Una distinguida curiosidad cinematográfica que en los aconteceres generales de su relato, tiene tantos atractivos puntuales que, sumados, conforman un trabajo insólito."
Alberto Bermejo en El Mundo escribe que "el alemán Felix Randau reconstruye la vida probable de una momia de hace casi 5.000 años encontrada en perfecto estado de conservación en 1991, en Los Alpes. Un relato narrativamente sencillo, mínimo, que sigue el épico camino de venganza de este cazador de la Edad de Piedra que busca a los que han aniquilado brutalmente a su familia y se han llevado una especie de piedra sagrada, y visualmente convincente, poderoso, concentrado en el obstinado deambular de ese individuo solitario por el paisaje inabarcable de los bosques y las montañas congeladas.
Una apuesta arriesgada sustentada sobre un realismo casi científico, autentificado en cada detalle, que superpone a los rasgos de sobrio western primitivo una dimensión antropológica, intentando imaginar cómo debió ser la dura vida de nuestros antepasados."
Para Federico Marín Bellón de ABC la película "Está bien rodada y puede apasionar, en cualquier caso. (...) gustará a los pacientes y a los amantes de la naturaleza y la naturalidad. Disfruten de su sencillez (...) "
Y Quim Casas en la edición barcelonesa de El Periódico afirma que "Como todo buen filme prehistórico, no tiene palabras, solo un lenguaje aproximado, lo que ayuda a su tono realista, sin anacronismos dignos de mención. (...) Es una producción digna (...)
Para Jesús Palacios en Fotogramas la película va "A la contra de aquellas fantasías prehistóricas hollywoodienses que desde la original Hace un millón de años (1940) hasta 10.000 (2008) se pasan la arqueología, la paleontología, la antropología y todas las logías por el forro del celuloide, hay una tradición euro de películas que intentan reconstruir con cierta fidelidad el drama del hombre antes de la Historia, su lucha contra un mundo incomprensible y en unas condiciones tan adversas como casi inimaginables para nosotros.
Ötzi es una de ellas, y lejos de tener algo que ver con la hiperbólica e inflada El renacido (2015), sus referentes podrían ser En busca del fuego (1981) y El guía del desfiladero (1987), con su sencilla retórica de supervivencia, iniciación, venganza y redención. Hablada en una variante del lenguaje rético, concisa, directa y tan sencilla como potente, la película de Randau es esto y, también, algo más: metáfora del fanatismo y la mentalidad mágica que sigue anidando en el hombre actual, nos cuenta la trágica aventura del primer ateo de la Historia y su no menos trágico descubrimiento de la falacia religiosa. Un mensaje nada desdeñable en tiempos de posthistoria sospechosamente puritanos e irracionales. "
Por último, Marta Medina en El Confidencial señala que es " un western de venganza y la cámara sigue al protagonista (Jürgen Vogel) en su búsqueda de los culpables a través de los bosques y de las montañas nevadas, hasta llegar a la zona del Fineilspitze."
Para completar lo visto en esta película y aunque no vemos al detalle que cuerpo presentaba 68 tatuajes en la muñeca izquierda, dos en la zona lumbar de la espalda, cinco en la pierna derecha y dos en la izquierda en 2019 se publicó en el Mundo que " El estudio de las plantas ha permitido recrear la ruta que Ötzi tomó en los Alpes, donde falleció, y establecer que el paisaje de la zona ha cambiado muy poco desde entonces....Los científicos, liderados por James Dickson, de la Universidad de Glasgow, han analizado miles de fragmentos de 75 especies distintas de musgos y plantas hepáticas enterradas junto a la momia. Al igual que la misma, se han preservado durante milenios en estado de congelación.
La investigación, publicada en la revista Plos One, ha determinado que sólo el 30% de las plantas eran especies locales. El resto llegó allí porque Ötzi se las comió, o mancharon sus ropajes, o las ingirieron otros mamíferos que acabaron junto al hombre del hielo, a 3.200 metros del nivel del mar en los Alpes italianos. "Los musgos son cruciales para determinar los acontecimientos de los últimos dos días del hombre del hielo. Especialmente, pero no sólo, los pequeños residuos de varias especies recuperadas del tracto alimentario" Hoy sólo se encuentran 23 especies de briófitas, mientras que la demás que se han recuperado crecen en el valle de Senales, al sur del Tirol, por donde debió pasar el cazador en su fatal escalada alpina, aunque pasó los últimos años de su vida en el Valle de Vinschau .
Una película interesante, que no pierde en ningún momento el sentido del ritmo. Una película que muestra que el cine histórico - en este caso prehistórico- bien planetado es viable, siempre que sea coherente y con sentido. Magníficamente interpretada, perfectamente recreada en todos sus detalles. Un ejemplo de lo que es el buen hacer.
Con esta película pongo fin a este larguísimo confinamiento. Han sido 105 películas y una serie. Un confinamiento triste y una actividad que si bien he multiplicado aunque no sin placer pues lo que he visto es el terror de una pandemia.
La momia de Ötzi resultó ser un cazador que vivió hace 5.300 años, desde su aparición ha sido estudiada por varios científicos en busca de pistas que pudieran revelar la naturaleza del mundo en que vivía. Además, se ha intentado encontrar la causa de su muerte. La teorías van desde una herida de flecha, a un golpe en la cabeza.
Por su ADN y sobre todo una mutación genética provocada por la enfermedad de Lyme -una dolencia infecciosa transmitida por las garrapatas- se ha sabido que tenía 46 años de edad en el momento de su muerte y medía algo más de 150 centímetros y pesaba 50 kilos. Ötzi tenía predisposición genética a sufrir enfermedades vasculares, que se manifestaron en forma de arterioesclerosis. Probablemente fuese intolerante a la lactosa y su grupo sanguíneo fuese 0 positivo. Pero es más en Austria se han descubierto hasta personas vinculadas con él en la actualidad.
Los restos hallados en su estómago indicaron que tenía una dieta rica en carne, un hecho que también sugiere el arco y la flecha encontrados junto a su cuerpo.
Con todo ello un director alemán , Felix Randau decidió realizar en 2017 Der Mann aus dem Eis, una película que recrea los últimos momentos de este —probablemente— líder tribal neolítico.
Felix Randau es el responsable de la dirección y del guion de esta Coproducción entre Alemania-Italia-Austria en la que están Boris Ausserer, Alexander Dumreicher-Ivanceanu , Andreas Eicher, Matthias Krause, Jan Krüger, Bady Minck, Andreas Pichler y Oliver Schündler, y que contó con el apoyo de Port au Prince Film & Kultur Produktion, Echo Films , Lucky Bird Pictures y Amour Fou Filmproduktion.
Para la fotografía el director contó con la cámara de Jakub Bejnarowicz, quedando la edición para Vessela Martschewski y la música para Beat Solèr.
El reparto elegido por el director de casting Emrah Ertem lo integran Jürgen Vogel como Kelab, Susanne Wuest como Kisis, Andre Hennicke como Krant, Sabin Tambrea como Tasar, Martin Schneider como Gosar, Franco Nero como Ditob, Paula Renzler como Rasop. Junto a ellos aparecen Nora Pider y Ann-Birgit Höller.
La historia se desarrolla en los Alpes Ötztal, hace más de 5.300 años. Allí descubrimos un clan neolítico, establecido cerca de un río, cuyo líder, Kelab ((Jürgen Vogel) ), es el guardián del santuario sagrado, Tineka.
Apenas unas pocas chozas de madera a los pies de las montañas, pieles de animales secándose colgadas de las vigas, que también funcionan como aislante del frío. La vida es dura. Vemos como el parto que da la vida a los nuevos miembros del clan puede acabar con la muerte de una de sus integrantes, aunque haya dado la vida a un nuevo individuo.
Un día, Kelab deja a su mujer y a su hijo y sale a cazar con su arco y sus flechas. Su mujer, los niños y otras familias se quedan aguardando su vuelta con la caza, una cabra.
El que con el tiempo será Ötzi sube a la montaña, apunta y dispara, y con el animal cargado sobre los hombres regresa al asentamiento.
Pero mientras Kelab se ha ido a cazar, el asentamiento es atacado por tres los miembros de otra tribu. La de Ötzi es brutalmente asesinados, incluyendo la esposa de Kelab y su hijo. De la casa de Kelab los hombres sacan una caja que pertenece a Kelab.
Este llega justo cuando los hombres salen. Ve como su casa ha sido asaltada, su mujer violada y la caja robada. Tras bbuscar a su hijo lo encuentra tras una roca. Está muerto aunque en sus manos porta al bebé recién nacido que es el único superviviente.
Cegado por el dolor, Kelab se lanza tras los tres asaltantes, Emprende un viaje para buscar venganza y no tiene otra opción que llevarse al niño con él. Ha de cruzar espacio agreste, bosques cerrados. En su búsqueda encuentra a personas de otros clanes pero a los que ataca pensando que pueden ser ellos.
También deja con vida a alguno y recibe cobijo en la casa de un anciano y su ¿hija? que esa noche busca perpetuarse con él. Pero Kelab no accede. Eso sí, deja al bebé junto a la pareja.
Tras eso sube las montañas y acaba con la vida de uno de ellos cuando este cae por un barranco. La persecusión prosigue ahora por espacios nevadas a gran altura.
El cae por uno de los seracs glaciares, pero con la ayuda del hombre al que perdonó la vida logra salir. Su búsqueda lo lleva hasta un valle en la zona del Fineilspitze. Allí culmina su venganza matando inicialmente al hombre herido mientras es atendido por su mujer y tras un enfrentamiento directo al jefe del clan en el que recibe algún golpe en la cabeza.
Tras eso pasa la noche en la cabaña de los vencidos renunciando a tener sexo con la mujer del otro clan que ahora ha de buscarse una protección para el futuro.
Kelab retorna a la montaña. Antes de culminar la dura subida se deshace del amuleto que lo ha impulsado hasta la masacre.
Cuando culmina la subida es herido por otro hombre, posiblemente del clan, que le da en la espalda. Kelab cae mortalmente herido junto a su bolsa y su arco con flechas. Y así queda hasta aquel final de verano de 1991 en la que la pareja alemana encuentra su cuerpo.
El director alemán cuando vino a España a presentar la película declaró que "Absolutamente todo lo que aparece en la película, cualquier pieza de vestimenta, cualquier cuchillo, cualquier vasija —incluso los peinados—, todo está documentado". Y añadió que "Se sabe con bastante exactitud cómo murió y cuáles fueron sus últimos momentos. Se sabe que fue abatido por un disparo de flecha y que su muerte duró aproximadamente un minuto y medio porque la flecha rasgó una arteria subclavia y se desangró rápidamente", explica Randau.
tambien habla sobre el relato realista que muestra explicando que "Tenemos muchos hechos documentados que en la película hemos rellenado con ficción, porque obviamente esto no es un documental, pero la construimos de tal forma que es es probable que las cosas hubiesen sucedido como las presentamos".
Randau ha tenido el atrevimiento de rodar en la lengua —ahora muerta— que se hablaba hace cinco milenios en la zona del Tirol: "Escribí los diálogos en alemán y luego, con ayuda de un filólogo experto en rético, los adapté como en una especie de traducción a lo que se supone que fue el rético arcaico y, de esa manera, reconstruimos un idioma ficticio basado en el idioma real".
El director sobre la violencia que se ve en la película declaró que "Yo creo que en términos de violencia no se han producido muchos cambios desde entonces. Puede que la violencia hoy esté más concentrada, delimitada o refrenada, pero en cualquier momento puede haber un estallido", argumenta Randau. A todos nos gustaría pensar que el ser humano ha mejorado, que es menos violento, pero creo que no es así".
El rodaje de 'Ötzi: el hombre del hielo' duró tan sólo 35 días y se desarrolló en localizaciones naturales de Tirol del Sur, en Italia. Pero para el director, lo más complicado fue encontrar parajes vírgenes sin contaminar por la civilización. "Esto lo único que demuestra es que en estos últimos milenios el ser humano se ha esforzado por modificar su entorno natural, lo que no tiene que ser necesariamente negativo, siempre y cuando esa modificación no sea masiva, insostenible y destructiva", defiende Randau.
La película se estrenó el 25 de enero de 2019 en España tras haber tenido cierto éxito en Alemania donde además recibió dos Premios del Cine Alemán o al menos dos nominaciones al mejor maquillaje y mejor sonido.
En cuanto a la crítica estadounidense Jessica Kiang en las páginas de Variety señala que "Una premisa extraordinaria acaba desarrollándose de forma algo ordinaria (...) Meticulosamente editada pero narrativamente simplista"
Boyd van Hoeij en las del The Hollywood Reporter escribió que "La presencia física del actor es impresionante y resulta cautivador incluso sin entender nada de lo que dice (...) El director y su editora, Vessela Martschewski, modulan cuidadosamente la historia"
En el Reino Unido Allan Hunter de Screendaily afirma que en la película "No hay diálogo que podamos entender, la narración es directa, y aun así nos interesa y nos parece creíble el mundo que representa Randau"
Por su parte Geoffrey Macnab del The Independent comenta que "El punto fuerte de la película reside en su misterio y en la naturaleza primaria de la historia que cuenta (...) "
Por último Dan Jolin en Time Out asevera que "En términos de historia, no hay gran cosa (...) Profundiza mucho en los detalles (...) "
Ya en España Javier Ocaña en las páginas de El País destaca que presenta "Una distinguida curiosidad cinematográfica que en los aconteceres generales de su relato, tiene tantos atractivos puntuales que, sumados, conforman un trabajo insólito."
Alberto Bermejo en El Mundo escribe que "el alemán Felix Randau reconstruye la vida probable de una momia de hace casi 5.000 años encontrada en perfecto estado de conservación en 1991, en Los Alpes. Un relato narrativamente sencillo, mínimo, que sigue el épico camino de venganza de este cazador de la Edad de Piedra que busca a los que han aniquilado brutalmente a su familia y se han llevado una especie de piedra sagrada, y visualmente convincente, poderoso, concentrado en el obstinado deambular de ese individuo solitario por el paisaje inabarcable de los bosques y las montañas congeladas.
Una apuesta arriesgada sustentada sobre un realismo casi científico, autentificado en cada detalle, que superpone a los rasgos de sobrio western primitivo una dimensión antropológica, intentando imaginar cómo debió ser la dura vida de nuestros antepasados."
Para Federico Marín Bellón de ABC la película "Está bien rodada y puede apasionar, en cualquier caso. (...) gustará a los pacientes y a los amantes de la naturaleza y la naturalidad. Disfruten de su sencillez (...) "
Y Quim Casas en la edición barcelonesa de El Periódico afirma que "Como todo buen filme prehistórico, no tiene palabras, solo un lenguaje aproximado, lo que ayuda a su tono realista, sin anacronismos dignos de mención. (...) Es una producción digna (...)
Para Jesús Palacios en Fotogramas la película va "A la contra de aquellas fantasías prehistóricas hollywoodienses que desde la original Hace un millón de años (1940) hasta 10.000 (2008) se pasan la arqueología, la paleontología, la antropología y todas las logías por el forro del celuloide, hay una tradición euro de películas que intentan reconstruir con cierta fidelidad el drama del hombre antes de la Historia, su lucha contra un mundo incomprensible y en unas condiciones tan adversas como casi inimaginables para nosotros.
Ötzi es una de ellas, y lejos de tener algo que ver con la hiperbólica e inflada El renacido (2015), sus referentes podrían ser En busca del fuego (1981) y El guía del desfiladero (1987), con su sencilla retórica de supervivencia, iniciación, venganza y redención. Hablada en una variante del lenguaje rético, concisa, directa y tan sencilla como potente, la película de Randau es esto y, también, algo más: metáfora del fanatismo y la mentalidad mágica que sigue anidando en el hombre actual, nos cuenta la trágica aventura del primer ateo de la Historia y su no menos trágico descubrimiento de la falacia religiosa. Un mensaje nada desdeñable en tiempos de posthistoria sospechosamente puritanos e irracionales. "
Por último, Marta Medina en El Confidencial señala que es " un western de venganza y la cámara sigue al protagonista (Jürgen Vogel) en su búsqueda de los culpables a través de los bosques y de las montañas nevadas, hasta llegar a la zona del Fineilspitze."
Para completar lo visto en esta película y aunque no vemos al detalle que cuerpo presentaba 68 tatuajes en la muñeca izquierda, dos en la zona lumbar de la espalda, cinco en la pierna derecha y dos en la izquierda en 2019 se publicó en el Mundo que " El estudio de las plantas ha permitido recrear la ruta que Ötzi tomó en los Alpes, donde falleció, y establecer que el paisaje de la zona ha cambiado muy poco desde entonces....Los científicos, liderados por James Dickson, de la Universidad de Glasgow, han analizado miles de fragmentos de 75 especies distintas de musgos y plantas hepáticas enterradas junto a la momia. Al igual que la misma, se han preservado durante milenios en estado de congelación.
La investigación, publicada en la revista Plos One, ha determinado que sólo el 30% de las plantas eran especies locales. El resto llegó allí porque Ötzi se las comió, o mancharon sus ropajes, o las ingirieron otros mamíferos que acabaron junto al hombre del hielo, a 3.200 metros del nivel del mar en los Alpes italianos. "Los musgos son cruciales para determinar los acontecimientos de los últimos dos días del hombre del hielo. Especialmente, pero no sólo, los pequeños residuos de varias especies recuperadas del tracto alimentario" Hoy sólo se encuentran 23 especies de briófitas, mientras que la demás que se han recuperado crecen en el valle de Senales, al sur del Tirol, por donde debió pasar el cazador en su fatal escalada alpina, aunque pasó los últimos años de su vida en el Valle de Vinschau .
Una película interesante, que no pierde en ningún momento el sentido del ritmo. Una película que muestra que el cine histórico - en este caso prehistórico- bien planetado es viable, siempre que sea coherente y con sentido. Magníficamente interpretada, perfectamente recreada en todos sus detalles. Un ejemplo de lo que es el buen hacer.
Con esta película pongo fin a este larguísimo confinamiento. Han sido 105 películas y una serie. Un confinamiento triste y una actividad que si bien he multiplicado aunque no sin placer pues lo que he visto es el terror de una pandemia.
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