domingo, 22 de septiembre de 2013

Combustionado no. Más bien quemado


No , no me ha gustado nada esta cinta firmada por Daniel Calparsoro como director. Y eso que en el apartado técnico alguna cosa no está mal, digamos en la fotografía, pero lo que he visto es una historia sin pies ni cabeza. Claro que también veo películas de zombies ¡ qué sí, que son absurdas también y lo sé! Pero cuando las veo ya sabía a qué iba. 
Con Combustión la verdad es que no. En estos casos la decepción es mayor pues esperaba mucho de un director al que he seguido desde 1995 con Salto al vacío, y del que he visto en cine la mayor parte de su obra Pasajes (1996), A ciegas (1997), Asfalto (1999), Guerreros (2002) y Ausentes (2005), aunque no la penúltima y , según he leído la más lograda, : Invasor (2012). 
Combustión se trata de una película española estrenada en 2013 y que mezcla un triángulo amoroso increíble, carreras de coches ilegales, chicas guapas, bueno guapísima Adriana Ugarte, o robo con buena planificación. Lo metes en la coctelera y lo que podría ser interesante es una película , pero que a mí no me engancha. 
La película fue presentada en la 16ª edición del Festival de Málaga de Cine Español y allí fue el equipo dirigido por Daniel Calparsoro. Sí escucháis la entrevista que el director dio en Málaga y después veis la película parece que han cambiado un producto por otro. Lo reconozco no me ha gustada nada. 
Calparsoro contó como ayudante de dirección con Sara Mazkiarán y la dirección artística de Antón. Hasta ahí bien. Sin embargo, el problema radica en el guion ¿por qué? Porque no tiene. Yo no sé que pensaron los firmantes del mismo: Carlos Montero, Jaime Vaca y Daniel Calparsoro para decir que tienen un guión cuando realmente lo que tienen sus cuatro ideas deshilachadas y sobre todo sin sentido. La producción fue importante. Estaba detrás de la película Francisco Ramos y Mercedes Gamero, y contó igualmente con el diseño de la misma por parte de Josep Amorós. Todos representaban intereses del grupo Antena 3 Films, además de Canal+ España, La Sexta y Zeta Audiovisual A3, aunque también he visto por ahí que la Generalitat y ya no me queda tan claro del Gobierno de España. Dinero invirtieron, pero , para mí, con un pobre resultado.

La música omnipresente en la película es de Carlos Jean, pero lo dicho omnipresente. En muchos momentos parece realmente que estamos ante un videoclip más que ante una película dados los bailes de la Ugarte, los coches, la discoteca, las escenas aéreas, las escenas de sexo, etc…En el sonido en el que el tema de los coches tiene su peso estuvieron presentes Sergio Burmann, Nicolás de Poulpiquet y James Muñoz. La fotografía, uno de los mejores aciertos de la película, es de Daniel Aranyó, no tanto el montaje de David Pinillos y Antonio Frutos. Del vestuario de Loles García poco puedo decir apropiado el de noche, especialmente de Ari, estiloso inicialmente el de Mikel con chaquetas y camisa, y , posteriormente, abuso de la “chupa” de cuero en los hombres y los coches.

El elenco de actores estuvo formado por Álex González como Mikel, Adriana Ugarte como Ari, Alberto Ammann como Navas y María Castro como Julia en los principales papeles. A estos le acompañan Christian Mulas (Nano), Juan Pablo Shuk (Argentino), Marta Nieto (Carla), Luis Zahera (Detective) y Miguel Barberá (Arturo).

La historia es más o menos la siguiente. Navas (Alberto Ammann) Ari (Adriana Ugarte) y Nano (Christian Mulas) son una banda de atracadores que utilizan a la chica como cebo para entrar en las casas. De hecho la película empieza cuando Ari entra acompañando a un chico a su casa, en lo que parece una conquista nocturna y que degenera en un robo a mano armada en la casa por parte de Navas y Nano. 
Por su parte, Julia (María Castro) es dueña de una joyería heredada de sus padres, que hace poco fallecieron en un atraco. Ella está a punto de casarse con Mikel (Álex González) su novio, es más éste acaba de mudarse con ella. En breve se van a casar.
La banda está buscando dar un último golpe para retirarse y para conseguir su objetivo: marcharse a la paradisíaca punta del Este. Navas, Ari y Nano han colocado a la pareja en el punto de mira de su robo. Utilizarán los encantos de Ari para acercarse a Mikel. Durante la fiesta en la que anuncian su compromiso, Mikel conoce a Ari, una de las camareras del catering. En la misma fiesta de despedida de solteros lo consigue. Ella le pasa el número y de ahí a la acción.
Ya en la primera cita, ella tiene que salir por piernas de un pub, pues la víctima del inicio de la película la reconoce y la persigue por las calles de Madrid. En ese momento, donde conocemos la pericia de Mikel al volante. Tras acercarse más en posteriores encuentros, Ari y Mikel, éste tras ser seducido por ella entra en un mundo de estafas y engaños. La atracción que surge entre ambos hará que Mikel se interese por el mundo de Ari, en el además del robo están presentes las carreras ilegales de coches. Se enamora de ella hasta el punto de abandonar a Julia, sin saber siquiera cuáles son los planes de Ari y su novio.
Al final todo degenera es un extravío sin fin donde están presentes el engaño, la traición, la extorsión, las agresiones, las deudas, el robo de coches o el robo incluso a Julia con la colaboración de Mikel. Vamos un disparate.

La crítica no ha sido unánime ni homogénea. Van desde la generosa de Carlos Boyero publicada en el Diario El País al afirmar que estábamos ante "Un producto digno para las multisalas. (...) Los personajes utilizan los coches para expresar lo más profundo de su personalidad, como forma de vida, como suprema afirmación" hasta la muy crítica de Luis Martínez escrita en el Diario El Mundo en donde afirma "¿Han visto algún 'Fast and furious'? ¿Les pareció el horror? Pues aquí viene la réplica española, con peores coches y menos sexo.".

Entre medias están las positivas de Gregorio Belinchón acorde con su compañero del Diario El País "Apuesta por hacer taquilla, pero desde una premisa elegante: no todo vale. (...) la trama empieza a girar y revirar, mientras Calparsoro hace lo que sabe y la película no pierde el norte." O la de que firma en el Diario La Razón Carmen L. Lobo que dice que "La cámara de Calparsoro se mueve elegantemente entre coches de alta gama (...) el guión sufre algunos interesantes giros en un «thriller» de buena factura técnica" u otras más tibias firmadas por Antonio Weinrichter del Diario ABC , Carlos Marañón de Cinemanía o M. Torreiro de Fotogramas . Éste último opina que estamos ante "Un 'Fast & Furious' que no pisa a fondo. (...) El meollo en el que se mueven los personajes no está a la altura de la estampa, lo único que imprime carácter a esta carrera que de tanto ir hacia todas partes y tocar todos los palos archisabidos acaba salvándose de la quema", mientras que el primero afirma "Calparsoro sigue sabiendo hacer muy bien un cine físico y planificar la acción (...) pero cuando rugen más los motores que los diálogos, y lo que chocan son los coches y no los personajes, a mí al menos me pierde como espectador".

Por último en Cinemanía escribe Carlos Marañón lo siguiente: "Estamos ante una película comercial, sí, pero inteligente; funcional, pero que engancha se la mire por donde se la mire. (...). Como dijimos antes la película fue presentada en el Festival de Cine de Málaga de este año no ganando premios alguno, aunque estuvo en cuarto o quinto lugar de las favoritas del público.

Sí tuvo nominaciones en los primeros premios Neox Fan Awards 2013, tanto a la Mejor película como a la Mejor actriz de cine para María Castro. No obtuvo nada. Muchos insiten que estamos ante la versión hispana de A todo gas , la de Vin Diesel, pero con menos carreras, yo no lo sé pues no me atraen ni las películas de coches ni las carreras. Lo cierto es que esta película se acerca al tono de las películas de rebeldía en parte por el papel de Mikel, que no quiere ser succionado por la realidad de un matrimonio. Y a pesar de distar de la estética choni de los tunning sí intenta ser algo más elegante en el fondo y las formas, salvo el desparrame de la discoteca. Extraña y poco creíble es la relación de camaradería que surge de la nada entre Alberto Amman, éste para usarlo en su beneficio, y Álex González, éste para estar cerca de la chica que parece obsesionarle.
Combustión es una película de acción, algo plana y no muy excitante para mi gusto, sustentada en un triángulo amoroso cuya evolución –y conclusión – sólo se entiende en parte. Combustión tiene un montaje caótico y precipitado a la hora de orquestar las secuencias de acción; una dirección firme pero sin mucho ritmo, lo que permite que no aburra, pero no enganche en esa hora y cuarenta minutos. Calparsoro , dicen las malas lenguas, opta por un producto comercial y para ello cuando con niños presentables y televisivos, coches caros, algo de sexo, mucha música y videoclips, un toque de mafias vinculada a las carreras ilegales de coches caros.

Para mí esta Combustión de Calparsoro no me ha servido de entretenimiento, pues carece de sentido o de un descontrolado guión. Con todo a resaltar el apartado técnico en lo referente a la iluminación, el sonido y la fotografía con interesantes planos de Madrid, en los movimientos de cámara, o en la filmación de las carreras. En una entrevista publicada en El periódico de Extremadura en la primavera de este año (4 de mayo de 2013) el director afirmaba que Combustión era una película para disfrutar, pero no creo que esté cerrada a un público concreto. La puede ver gente de 15 a 45 años. Cuando el productor, Paco Ramos, me ofreció el proyecto me llamó la atención el elemento lúdico. Y también el argumento: ese viaje al lado salvaje de la vida del personaje de Mikel Alex González. La historia de amor es muy básica pero muy potente: cómo un tío se encoña con una mujer y es capaz de dejar todo lo que tiene, su pareja y su trabajo, por irse con ella. Y sin saber si va a durar. Y seguía con que era “una historia para disfrutar. La fotografía está muy cuidada, la estética invita a la sensualidad y la banda sonora de Carlos Jean es muy emocional y potente. Cuando acaba la película, te dan ganas de salir de copas”. A mí me invitó a irme a la cama. Pero no os fiéis de mí y escuchadle, puede que él os convenza.

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