martes, 24 de septiembre de 2013

Polar, pero no helado


Algunos recordamos algunas películas francesas que tenían como protagonista a Lino Ventura que hacía tanto de duro policía como de jede del hampa. Eran buenas películas de cine negro en las que participaban igualmente las figuras estelares del cine francés de los sesenta y setenta que tenía en los rostros de Jean Paul Belmondo o Alain Delon alguna de sus figuras estelares. Este tipo de género cinematográfico que recibe el nombre de Polar cayó en el olvido, pero antes de ello dejó algunas joyas como está filmada por Jean-Pierre Melville y que llevaba por título Le Cercle rouge o como se le conoció en España, El Círculo rojo. 
¿Cómo llegué yo a esta película? Pues la “culpa” la ha tenido el programa “Días de Cine” que en esta primavera preparó un monográfico sobre este interesante director francés que apostó or películas basadas en el crimen o el thriller. 
La película es del año 1970 y fue dirigida ( la famosa réalisation ) por Jean-Pierre Melville, al igual que el guión, que contó como asistentes con Bernard Stora y Bernard Girardot, Michel Léonard y Pierre Tatischeff. El Director de production fue Alain Quefféléan y los productores fueron Robert y Jacques Dorfmann , siendo una coproducción italo francesa por parte de las productoras Les Films Corona (Paris) y Selenia (Rome). 
La música, especialmente importante en esta película, en la más pura tradición jazzística fue labor de Éric Demarsan, de la que después hablaremos. El director de fotografía fue Henri Decaë en un buen Eastman Color. El cámara fue Charles-Henry Montel con la ayuda de François Lauliac y Jean-Paul Cornu, mientras que el montaje recayó en Marie-Sophie Dubusy Jean-Pierre Melville. En el sonido estuvieron presentes Jean Nény y Jacques Carrère. Entre los técnicos de vestuario, decorados, joyas y accesorios estuvieron Colette Baudot, Théobald Meurisse y René Albouze, así como Rene Llonguet y Marc Desages. Como asistentes de montaje y sonido destacan Elisabeth Sarradin, Christine Grenet Claudine Kaufmann, Guy Chichignoud y Victor Revelli. 

El elenco de actores es amplio Alain Delon (Corey) , André Bourvil (el comisario François Mattei), Gian Maria Volontè (Vogel) e Yves Montand (Jansen) como actores principales. Además participan Paul Amiot (el inspector general de la policia), Paul Crauchet, Pierre Collet (el guardia de la prisión) , André Ekyan ( Rico) y Jean-Pierre Posier ( el asistente de Mattei), François Périer (Santi). También como secundarios aparecen Yves Arcanel, René Berthier, Jean-Marc Boris, Jean Champion, Yvan Chiffre, Anna Douking, Robert Favart, Roger Fradet, Édouard Francomme, Jean Franval, Jacques Galland, Jean-Pierre Janic, Pierre Lecomte, Jacques Léonard, Jacques Leroy , Jean Pignol, Robert Rondo, Marcel Bernier, Stéphanie Fugain y Jean-Pierre Castaldi. 

La película comienza con una cita de Buda. "Sidhartha Gautama el sabio, más conocido por Buda, cogió una tiza roja, trazó un círculo y dijo, “Si unos hombres, incluso aunque ellos lo ignoren, deben volver a encontrarse un día, pese a lo que les haya podido suceder o a los caminos que hayan seguido, ese día, ineluctablemente, serán reunidos en el círculo rojo" 
Después de cinco años de prisión en una cárcel de Marsella, Corey (Alain Delon ) está a punto de ser puesto en libertad tras cumplir su condena y debe enfrentarse de nuevo a la sociedad. En la víspera de su lanzamiento, el director de la prisión le ofrece un trato. 
Mientras esto ocurre y Corey, sale de prisión tras cumplir condena en una cárcel francesa, Vogel (Gian Maria Volontè), un criminal custodiado por más brillante comisario Mattei, escapa del tren en el que viajan.
Libre pronto, Corey visita a su ex compañero de fechorias, un hombre llamado Rico , al jefe de la banda a la que pertenecía antes de dar con sus huesos en la cárcel, un hombre rico , y amante de antigua novia. Corey obliga a Rico a que le diera una gran suma de dinero en efectivo. Corey busca refugio en una sala de billar. Corey tiene un taco y una tiza roja , con la que dibuja un círculo y empieza ajugar. En ese llegan dos esbirros de Rico de los que se desembaraza sin muchos problemas. 
Corey sale ileso del salón. Nada más salir se compra un coche, un Plymouth Fury III de 1966 con el dinero de Rico, y con el mismo intentar regresar a su hogar en el distrito XVI de París. 

Mientras tanto, un matón llamado Vogel ( Gian Maria Volonté ) acompañado del comisario Mattei (Bourvil) se monta en el tren nocturno que va de Marsella a París. A pesar de la vigilancia del policía, Vogel escapa saltando por la ventana del tren tras deshacerse de las esposas . Se las arregla para escapar de los disparos del Comisionado , así como de la policía y sus perros. 
Después de un viaje agotador y a pie, con cruce de río incluido, en un día helado se detiene en un restaurante de carretera ( " Relairoute ") y se mete en el maletero de un automóvil abierto. Se trata el coche Corey. Tras ser detenido en un control, por segunda ocasión, Corey sale del coche y le pide a Vogel que salga del mismo. 
Éste sale armado y Corey le comenta que lo visto entrar así como se ha informado de su fuga. Corey quiere ayudar a Voguel resentido con las fuerzas de la ley tras cinco años en prisión, pero Voguel no se fía de el y le apunta con un arma, Corey le lanza el paquete de tabaco para que fume con él en un claro gesto de camaradería, Voguel lo atrapa al vuelo pero cuando le lanza el encendedor se le cae al suelo ya que tiene una mano ocupada con el paquete y la otra con el arma, Voguel se lo piensa un segundo, guarda su arma y recoge el encendedor, enciende un cigarrillo y ambos fuman juntos. Le propone ir juntos a París y afrontar un golpe, propuesto por el jefe de la prisión. Ambos hombres se sintieron cómodos . Dos nuevos secuaces Rico intentan darles caza, pero Vogel acaba con ellos. 

Mientras ellos se dirigen a París, el comisario Mattei, un policía corso y reputado en el gremio, organiza la detención de Vogel, en parte por la presión de sus superiores. Así que ambos son esperados en los antros parisinos. Vogel y Corey deciden unirse para realizar el robo en una joyería de la Place Vendome. 

Para el mismo se necesita no sólo la complicidad de ambos sino, sobre todo la capacidad de un tirador experto, Jansen ( Montand ) , un ex policía alcohólico con problemas de delirios - aunque ahora sobrio -. Se trata de un excepcional tirador compañero de promoción de Mattei. 

El robo se ejecuta a la perfección tras un estudiado estudio por parte de Jansen. Corey intentan vender el producto del robo, una amplísima colección de joyas. Tras un intento en un perista conocido de Corey fracasa, pues Rico presiona para impedirlo. Sin embargo, consiguen contactar con otro perista. Se trata de Mattei , que se hace pasar por un tratante de joyas. Acuerdan llevar el trato y el intercambio en una casa de campo. 

Cuando Corey procede a la venta, entra Vogel en escenas tras darse cuenta de que se trata de un trampa planteada por Mattei. Corey huye, le protege en la retirada Vogel que cae por los disparos de la policía. Igualmente Jansen que no quiere nada producto del robo apoya con su rifle la huida pero cae también bajo disparos policias. El último en caer en Corey . Mattei parece lamentar la muerte de los tres, pero se siente satisfecho pues ha conseguido poner fin a la fuga de Vogel y ha detenido a los ladrones del robo más impactante de Francia y declara a sus compañeros que " ha matado dos pájaros de un tiro. " 
El rodaje tuvo lugar entre el 26 enero y el 13 abril de 1970 en Marseille, y se hizo por la A7 al norte de Marseille ( cuando Corey se para para guardar los dos revolver) , la RN6 en Saint-Loup-de-Varennes al lado del monumento consagrado a Nicéphore Niépce. Meursault, Relais de la ruta de Bel-Air (al norte de La Rochepot en la Côte-d'Or) sobre la RN6 , Studios de Boulogne, la rue Danielle-Casanova de Paris, al igual que la place Maubert, la quai des Orfèvres, avenue Paul-Doumer, la joyería de Mauboussin, en el 20 de la place Vendôme. 
La película se estrenó el 20 de octubre de 1970 en territorio francés. Parece ser que su propósito fue realizar la mejor película de atracos de la historia del cine teniendo muy presente las otras dos obras maestras del género anteriormente mencionadas: "La jungla de asfalto" de Huston y "Rififi" de Jules Dassin. 
Jean-Pierre Melville, el más americano de los directores franceses y el más francés de los directores americanos , es ante todo el director con más talento de los que realizaron Polar entre los años 50 y los 70. Su cine negro es uno de los más personales, especiales y extraordinarios, y responde a la admiración que sentía del cine norteamericano y su cine no deja de ser un homenaje. Sus historias son sencillas, tópicas y muy masculinas, pero las formas cinematográficas son las de un gran artista obsesionado con la perfección y visible no sólo en “Circulo Rojo (Le Cercle Rouge)” (1970) , sino en “El Silencio de un Hombre (Le Samouraï)”, en “El Confidente (Le Doulos)”, en “Hasta el Último Aliento (Le deuxième souffle)” o la “Crónica Negra (Un Flic)”. 
“Circulo Rojo” tiene además un reparto de primer orden y además tiene una de las mejores escenas de atracos que se han filmado jamás. Jean-Pierre Melville había planteado un elenco diferente, con Lino Ventura como comisario Mattei, Paul Meurisse como Jansen y Jean-Paul Belmondo como Vogel. 
Esta fue la penúltima película de Bourvil, entonces ya la víctima de la enfermedad de Kahler, y también la única película en la que se acredita con su nombre genérico: André Bourvil. 
Como curiosidad señalar que el Plymouth Fury III 1966 negro utilizado por Delon y un coche blanco, un Pontiac Firebird de 1969 que se puede ver en la noche estacionado en una calle de París (donde los ladrones se roban las joyas), son los coches personales de Jean-Pierre Melville. También puso en una película de policías en 1972. 
La secuencia del robo dura 25 minutos sin ningún diálogo, al igual que los primeros siete minutos que no incluyen diálogo alguno. 
La fotografía, de Henri Decaë (“A pleno sol”, Clément, 1960), en color (eastmancolor), presenta un trabajo de cámara diligente, pausado y eficaz. Hace uso de celajes nubosos, luces dispersas y ambientes húmedos, que trasmiten sentimientos de opresión y fatalidad. Predominan los colores cremas y los azules oscuros en funciones de contraste. Filmada con una gama de tonos apagados, el director quería conseguir el blanco y negro por medio del color, destacando las asoladoras y heladas tomas filmadas en los bosques y las carreteras de las afueras de París. 

La música, de Éric Demarsan, ofrece una partitura rica en matices, rítmica y colorista, que se adapta muy bien al desarrollo de la acción y a sus incidencias. La banda original en francés está firmada por Eric Demarsan y es su segunda colaboración musical completa después de “''El silencio de un hombre- El samurai”, en donde la música estaba compuesta por François de Roubaix y él participaba como asistente. 
Con esta experiencia previa, Eric Demarsan ahora con el mando único del trabajo, en la composición, arreglo, interpretación y grabación, ya sea solo o con un quinteto de jazz y cuerdas adicionales. La banda sonora fue grabada por Claude Ermelin en los Studios Davout en París en octubre de 1970. 
Se trata de una banda sonora con base de jazz que tanto gustaba a Jean -Pierre Melville También a lo largo de la película aparecen repetidamente formaciones de músicos de jazz en los bares nocturnos y discotecas de París. A lo largo de la película vemos actuaciones de jazz que son bailadas por un grupo de baile disfrazado. Estos datos demuestran , si todavía hubiera dudas , el apego Melville a la música Jazz . 
Melville también pidió que Demarsan para componer una pieza de música minimalista en el espíritu del Modern Jazz Quartet . Era obviamente una cierta nostalgia por su colaboración con John Lewis en The Second Wind . Melville también insisten con Demarsan de personalizar algunos lugares emblemáticos de la película con temas específicos: una radio de jazz en el coche, un vals para el hotel, una gran banda para el club de noche. 

En una entrevista para la serie “Escucha el cine” , el joven compositor Dermasan recuerda que una de las principales dificultades para él, fue el escenario del “jazz dance club”, en donde la banda realmente toca la música en vivo compuesta por Michel Legrand. Melville especial énfasis en una imagen de Corey ( Alain Delon ) durante la película con su permanente gabardina, su lacónica imagen, y su limitada vivacidad. Melville pensaba que era " La imagen es una premonición de la muerte. Su música nos debe dar la impresión de eso" . 

En este punto, el espectador tampoco hay duda sobre el trágico desenlace de la película. “Circulo Rojo” Penúltima película de Melville. Forma con “El silencio de un hombre” (1967) y “Crónica negra” (1972) la llamada “trilogía samurai” del autor, inspirada en códigos de conducta y honor de los samuráis. Es una película policíaca al más puro estilo cine negro, pero realizada en base a la conjunción de unas imágenes frías y distantes, y de una banda sonora repleta de silencios… 
Jean-Pierre Melville está obsesionado con la perfección y el detalle, cada imagen, cada sonido, cada silencio o gesto, todo parece ser importante. El cine polar de Melville es quietud, pausa, reflexión, es un cine de contrastes, en el que parece que pueda ocurrir cualquier cosa en cualquier momento. 
El Polar es un género propiamente francés pero sumamente influenciado por el cine norteamericano, es en definitiva una versión francesa del cine negro y policíaco que se hacía en Estados Unidos en los años 40 y 50, y de la literatura de las novelas pulp norteamericanas de los años 20 y 30. La influencia va más allá de las historias y sobretodo es patente en la estética, en los usos de tópicos y de elementos que conforman tanto los personajes como la ambientación, pero con una sensibilidad propiamente francesa. El destino (ahora se entiende lo de la cita budista) hará que en su camino se cruce el asesino prófugoVogel (Gian Maria Volonté) incansablemente perseguido por el comisario Mattei(Bourvil). A esta pareja de delincuentes se les unirá el ex policía Jansen (Yves Montand) con el fin de perpetrar el atraco perfecto a una de las joyerías más lujosas de la lujosa plaza Vendôme del ya de por sí lujoso París. 

La historia está protagoniza por hombres lacónicos y parcos en palabras. Jean-Pierre Melville imprime a los tres principales personajes de este film un carácter profundamente dramático, donde el honor adquiere una dimensión de tragedia griega y el héroe, al igual que un samurai herido en su dignidad, no tiene más que una salida: la muerte. Una lógica implacable determina sus movimientos: los confidentes cederán siempre ante los chantajes policiales y colaborarán con quienes les extorsionan; los truhanes guardarán mudo silencio; los comisarios e inspectores interrogarán sin ninguna esperanza de éxito a éstos y chantajearán a aquellos; el resto de personajes deberá mentir si quiere seguir viviendo. El protagonista es Alain Delon que permanece serio y frío, distinguido, refinado y hermético que aparece acompañado de un solitario y alcohólico, de pasado oscuro Yves Montand y Gian María Volonté un asesino de sangre fría, que carece de escrúpulos. Por el contrario, encontramos a Mattei, natural de Córcega y amante de los gatos, es astuto, tenaz y perseverante. No tiene reparos en extorsionar a los delatores para obtener la información que busca pues chantajea a los confidentes. Los personajes se mueven y evolucionan de acuerdo con un patrón de comportamiento que se ajusta a un determinismo inexorable e implacable.

La fotografía es en color pero parece en blanco y negro, remitiéndose a las gabardinas de los detectives clásicos estadounidenses. Melville dirige la película con una elegancia envidiable y con una tensión continua con un silencioso atraco de 30 minutos . 
Se basa en un guión ingenioso, bien concebido y construido con gran sentido del ritmo y la intriga. Destaca su sobriedad, elegancia y precisión. Desarrolla una historia esencialista, depurada y estilizada, de gran fuerza expresiva. 
La acción dramática principal tiene lugar en Marsella y París, a lo largo de unas pocas semanas, en el invierno de 1970. Construye unos protagonistas coherentes, bien diferenciados y verosímiles. Melville crea una atmósfera densa, que envuelve la acción en un clima de fatalismo y tragedia. Presta gran atención a los detalles, sobre todo en la extensa y minuciosa escena del atraco. 

En el apartado técnico se merece un capítulo aparte, con esa alternancia de movimientos lentos de cámara con movimientos más rápidos y con el excelente montaje de la película. El motor de la acción no es la lucha entre el bien y el mal, sino entre la eficacia del trabajo realizado con rigor y un estilo sobrio y frío. Con una parquedad en palabras maravillosa, son los gestos y detalles los encargados en transmitir al espectador todas las emociones contenidas en sus rostros petrificados. Corey sale de la cárcel convencido en querer dejar el camino del mal, pero su pasado le persigue y pierde todo su dinero para comenzar una nueva vida, sin embargo el destino quiere que se cruce con Voguel con quien volverá a su vida delictiva de nuevo. En el caso del ex policía, parece que sí fue la sociedad y su entorno quien le corrompió y le alejó del buen camino. No se llega a saber nunca si Voguel, huido de la justicia, es culpable o inocente, pero el inspector Mattei acaba creyéndose las palabras de su superior y decide que si es culpable. Los policías, los confidentes ceden al chantaje, los malhechores no confiesan en los interrogatorios, los delincuentes a penas hablan y si mueren lo hacen en silencio y con honor, como los samuráis. Las personas ajenas al caso se mantienen al margen y, si se les pregunta, mienten con cínica indiferencia, etc. 

Estamos, pues, ante un sólido y elegante film, de ritmo cadencioso, perfectamente pulido y mejor acabado en el que predominan los gestos y las miradas sobre los diálogos, que cuando se producen son secos y precisos. Contiene los elementos propias de este género, ladrones insaciables, guardianes corruptos, confidentes, chivatos, extorsionadores, dinero, joyas valiosas. Existen códigos de honor no escritos que son respetados, en una misma escala, por delincuentes y defensores de la ley (difícil también saber, en ocasiones, quienes son unos y otros). 
Gracias a “Días de cine” y a la oportunidad por recordarnos lo bueno que era ese cine francés, que puede ser polar, pero que no te deja helado.

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