lunes, 25 de septiembre de 2017

Postal de las Seychelles


Hace un par de años una amiga me envió una postal desde las Seychelles. Me decía en ella que había vuelta al archipiélago después de varios años y que el mismo estaba muy, pero que muy cambiado, especialmente la isla de Mahé, donde está su capital, Port Victoria. La ciudad y los accesos a las playas estaban, contaba, llena de vehículos. 

Decía que era un claro ejemplo de morir de éxito turístico. Nada que ver con lo que habíamos vivido en ese lugar varias décadas atrás, en los noventa. En concreto, en 1996, tuve la fortuna de pasarme un mes en las Seychelles. 

Me instalé en casa de mi amiga que estaba relativamente cerca de la paradisíaca playa de Beau Vallon arropada por el Morne Seychelles National Park . Desde allí descendíamos a la playa. Hoy me he acordado de ella continuamente tras ver una castaña de película, pero que es una auténtica postal de la Seychelles. Hablo de Goodbye Enmanuelle, sí, la tercera parte de la saga lanzó al estrellato a la actriz holandesa, Silvia Kristel, la mujer deseada de muchos sueños húmedos y objeto de deseo cinematográfico de muchos hombres allá por los setenta. 

Para esa década Enmanuelle y su saga de películas estaban prohibidas en España. Yo era un niño , aunque a finales de los setenta Enmanuelle era ya todo un mito erótico entre los chavales, al fin y al cabo aquellos fueron años del destape, coincidentes con nuestra más explosiva fase hormonal. Reconozco que hasta el día de hoy no he visto la película, pero también que tenía ganas de verla. Especialmente por una razón. 

Durante aquel verano del 96 y en aquel periplo por las Seychelles nos movimos por algunas islas. Además de Mahé, anduvimos por Praslin y por la mítica La Digue. 

En la Digue, tal y como se dice en la película, el transporte eran las bicicletas y los carros tirados por animales. Allí estuvimos tres días, alojados en casa de un arquitecto francés. Durante los tres días que pasamos fuimos a sus impresionantes playas de arena blanca con aguas turquesas que golpeaban dulcemente en las inmensas rocas. También, por supuesto,  paseamos. 

En uno de nuestros paseos vimos una casa impresionante con tejado de caña y teca. Mientras nos hacíamos una foto en la fachada el señor , uno de los hombres más importantes del país y peso pesado de la justicia del mismo, aunque no diré su cargo, que estaba sentado en el interior nos invitó a pasar y ver la cada. Nos dijo que era la casa más representativa de la isla, pero también nos contó algo que desconocíamos: allí se había rodado una de las películas de Enmanuelle. 

La información se quedó en mi memoria, pero aparcada. Cuando hace una par de meses Paramount Channel optó por emitir una serie de películas sobre Enmanuelle, no lo dudé, y averigüé que la tercera de la saga se desarrollaba en la isla. Y , efectivamente, hoy lo he comprobado. 

La película fue rodada en 1977 - seis años después de abrirse el aeropuerto de Port Victoria- por el director francés François Leterrier, siguiendo un guión - lo siento, me sigo negando a escribirlo sin tilde- de Monique Lange y el mismo François Leterrier, inspirada en el personaje y la obra de Emmanuelle Arsan . La música quedó como responsable de uno de los mitos de la música francesa, Serge Gainsbourg, mientras que la luminosa - no podía ser de otra manera- fotografía era de Jean Badal, mientras que la edición o montaje lo era de Marie-Josèphe Yoyotte. Se trataba de una película producida por Yves Rousset-Rouard para las productoras Trinacra Films y Parafrance Films que la distribuyó en Francia , pero contando con el respaldo de la Warner-Columbia y Miramax Films 

El reparto lo integran una siempre bella y sensual Sylvia Kristel como Emmanuelle que cuenta con la compañaía de Umberto Orsini como su marido Jean, Alexandra Stewart como Dorothée, Jean-Pierre Bouvier como el director de cine Grégory, Olga Georges-Picot como Florence y Charlotte Alexandra como Chloe . Su suman igualmente Caroline Laurence, Sylvie Fennec y Radiah Frye. 

La historia es la de siempre, la ya vista en la primera entrega de Enmanuelle, pero en vez de desarrollarse en Tailandia como la primera - y comentada aquí- ni en Hong Kong como la segunda , se desarrolla en la Seychelles, lugar donde el marido de Emmanuelle (Sylvia Kristel) desarrolla su carrera profesional como arquitecto y donde la pareja sigue con su particular estilo de vida sexual , ahora en las paradisíacas islas Seychelles. No difiere en exceso la historia. 

A las primeras de cambio ella tiene un encuentro sexual con su modista, una chica de color, que atrae a su marido que cuando llega a casa se integra formando un trío. Pocos después conocemos al círculo de amistades de la pareja formado por personas que divagan y filosofan sobre el amor libre y que tienen relaciones entre ellas , aunque alguna se trajina a una azafata de British Airways - que por cierto paraban en un importante hotel de Beau Vallon cuando yo estuve por allí. Poco después la armonía de la pareja se rompe cuando ella conoce a un director de cine que está por las islas buscando localizaciones para un nuevo proyecto. 

Enmanuelle se fija en él y se encapricha con éste llegando a ir hasta la isla de La Digue , lugar donde tiene un encuentro amoroso entre ella y el director de cine, eso sí, algo aciago. Con todo su marido comienza a ponerse celoso y a mostrarse cada vez más grosero. 

Finalmente, Emmanuelle se cansa de esa actitud celosa, similar a la que mostraba el marido de su modista, y de satisfascerle todo el tiempo en sus deseos de verla participar en aventuras de a tres bandas.

Desde ese momento la relación entre Enmanuelle y el director se hace más intensa, conociendo en profundidad la personalidad del mismo, la de un hombre que fue rechazado por su mujer y que fue abandonada por la misma, y la verdadera personalidad posesiva de un marido, al que finalmente abandona, quedándose él con otra chica, Chloé. Poco más que contar de la película. 

Prefiero hablar de las Seychelles que yo conocí y de la que hace referencia en la película como Anse Royal - el sitio en el que Enmanuelle vive con su marido- al sureste de Mahé, Anse Major - lugar donde la pareja tiene un encuentro sexual a la vista del director de cine- , Anse aux Pins - donde aisten a una fiesta en la que se toca la música nacional seychellois, el Sega. Se habla igualmente de Takamaka, aunque no se ven sus inmensas olas, o la Anse Intendance , donde hacen el desembarco de pescado. Otras creo haber reconocido como la Anse La Mouche. 

Me ha resultado alucinante ver los mercados locales especialmente el Victoria Market con la venta de sus peces de colores comestibles y las calles de Port Victoria, aunque no he visto en ningún momento su pequeño Big Ben de la Clock Tower, donde escuchaba el reggae, que , por entonces estaba de moda o algunos de los edificios coloniales tan representativas como los que aparecen en Maison des Capucins cerca de una centro cristiano- pero también los centros hindúes y musulmanes de la isla, o pasear por Bel Ombre. 

También he reconocido otras lugares de La Digue con sus playas - aunque no hablan de sus reptiles de colores ni de sus zorros voladores que acompañaban nuestra caída de tarde en dirección a la playa - o el muelle de La Passe ; o en Praslin, lugar de playas y arbolado impresionante donde destaca la Anse Lazio, la selva de las Seychelles granítica con su gran exponente de la Vallée de Mai donde pude ver su "loro negro" y su "Coco du Mer".

Adiós Emmanuelle o Emmanuelle 3 es lo que se espera de ella, una película de erotica de softcore. Fue Adios Emmanuelle , la última de una trilogía con Silvia Kristel que incluyó Emmanuelle (1974) y Emmanuelle 2 (1975). La película fue estrenada originalmente en Francia en 1978 a través de Parafrance y Warner-Columbia Film que la estrenó en los Estados Unidos el el 15 de diciembre de 1977. Es curioso que Ian McShane , que era amante de Sylvia Kristel en ese momento, hizo una audición para el papel de Grégory, pero fue rechazado porque no hablaba francés. 

A principios de los años ochenta, se convirtió en la primera película que se estrenó a través de Miramax Films , una distribuidora independiente de Estados Unidos. Los fundadores de la compañía, Bob y Harvey Weinstein , adquirieron los derechos del productor Yves Rousset-Rouard en el Festival de Cine de Cannes . Varios años más tarde, la película se convirtió en una oferta de última hora en los canales de cable Cinemax y Showtime . 

No he visto nada o casi nada de las críticas. Eso sí a destacar la revisión que en el New York Times  hizo  John Corry , quien observó que "El escenario [en Goodbye Emmanuelle ] gana cada vez más", pero su crítica fue menos favorable sobre lo que él consideraba "fatigoso" con escenas de sexo que aportan nada a la historia y , eso sí, mucho morbo. 

Míticas son las escenas de Enmanuelle y su amante en el mar. John Corry reflexionó sobre ambos aspectos de la película al final de su crítica: "La pregunta en la película es si Francois Leterrier, su director, estaba tan absorto en el amor que sólo permitió que el paisaje se metiera, o si lo puso a propósito lo que tal vez no importa. 

El señor que nos invitó a su casa en La Digue, no, no hablo del arquitecto que nos cedió su casa - y que no tenía  nada que ver con el de la película- ,   también nos habló de tortugas y sobre todo de Cosmoledo, nombre que siempre ha quedado en mi memoria, pero esa es otra historia.

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