domingo, 15 de marzo de 2015

1864, la guerra de los ducados


Era el año 1982, hacia unas semanas que el PSOE, había arrasado en las urnas y mi profesor de Historia, reconocía que el había votado a la UCD, el partido que había sufrido un gran cataclismo y que salía de la Moncloa pasando las riendas del poder a Felipe González. En ese contexto casi otoñal en la materia de Historia del Mundo Contemporáneo tocaba dar la Unificación Alemana y la Italiana. A la hora de explicar una y otra, el profesor nos pidió que siguieramos unos apuntes. 
Cuando los empezamos a leer para estudiar, vimos que en el caso de la Unificación Alemana, la misma se realizó por medios, en parte de tres conflictos, el segundo con los austríacos que acabó en Sadowa, el tercero con Francia , que culminó en la batalla de Sedán, pero el que a nosotros nos llamó la atención fue el primero, un ignoto conflicto llamado la Guerra de los Ducados. 

No lo recordaba, pero ahora tengo claro que fue en 1864 cuando Prusia , germen del posterior estado alemán, derrotó, más bien, aniquiló las fuerzas aquel estado que se identificaba con una bandera roja en la que destaca una Cruz que- según ellos, había caído del cielo en el siglo XIII-, y con un rey timorato, Christian IX. 
Sin embargo, esto no es una clase de historia sino referencia a la serie danesa dramático-histórica que he ido viendo a lo largo de la semana, de domingo a domingo, y que fue emitida inicialmente por la cadena pública Danmarks Radio y, en España, por Canal+, previo pago, que aquí no se da nada.

La serie, compuesta por ocho capítulos de unos 55 minutos, se centra en esa Guerra de los Ducados, que enfrentó al Reino de Dinamarca con la Confederación Germánica (Prusia y el Imperio austríaco). Fue escrita y dirigida por Ole Bornedal., aunque también se identifica en algunas fuentes a Dan Laustsen, y está inspirada en la novela de Tom Buk-Swientys Slagtebænk Dybbøl. 
El tema principal de la misma fue de compuesto por Nino Jacobsen mientras que la fotografía fue de Dan Laustsen La serie contó como productores con Jonas Allen y Peter Bose de la productora Miso Film,, siendo la producción de televisión más cara de la historia de Dinamarca con un presupuesto de 173 millones de coronas 

El elenco de actores y actrices los encabezan Pilou Asbæk como el despreciable Didrich, Jakob Oftebro como Laust, Jens Sætter-Lassen como Peter, Marie Tourell Søderberg como Inge, Søren Malling como el enigmático Johan, Nicolas Bro como D. G. Monrad Presidente del Consejo de Ministros. A estos se suman Zlatko Burić como Ignazio el líder de los gitanos ,Peter Gilsfort como Guarda de la finca, Rasmus Bjerg como el Coronel Møller, Johannes Lassen como Wilhelm Dinesen, Peter Plaugborg como el Sargento, Rasmus Botoft como el Profesor del internado, Helle Fagralid como Ingrid, Louise Mieritz como Emilie, Sidse Babett Knudsen como la actriz Johanne Luise Heiberg, Henrik Prip como el rey Cristian IX de Dinamarca, Søren Pilmark como el Ministro de la Guerra E. A. Lundbye, Søren Sætter-Lassen como el General Christian de Meza, Stig Hoffmeyer como el cuentista Hans Christian Andersen, Henning Jensen como Georg Daniel Gerlach, Bent Mejding como el Barón Severin, Sarah-Sofie Boussnina como Claudia, Anders Heinrichsen como Joven Juul, Rainer Bock como Otto von Bismarck, Lord Parmerston (James Fox) y Barbara Flynn como la reina Victoria del Reino Unido 

La guerra de 1864, contada 10 años antes para seguir a los protagonistas desde niños, mezclado con una historia del tiempo actual. 1864 empieza como un relato que se mueve en el tiempo, uno el tiempo actual, otro en los años diez años previos al conflicto en el que conocemos a los pequeños gemelos Laust y Peter, y a Inge, la hija del gerente de la finca en la que residen todos en el Sur de la isla de Fionia, así como a Didrich hijo del barón, y otro que se desarrolla en el año 1864, año de la crisis de los ducados. 
Peter y Laust que se enamoran de la misma chica Inge, cuando ambos deciden alistarse en el ejército para defender a su país. El relato sigue el drama histórico y épico que viven los dos hermanos (Peter y Laust) que se enamoran de la misma niña y, más tarde, mujer (Inge) durante la guerra que enfrenta a Dinamarca con la Confederación Alemana. 
Los hermanos, junto con miles de soldados daneses, lucharon en una de batallas más sangrientas en la historia europea correspondientes a la II Guerra de Schleswig-Holstein que enfrentó a las tropas prusianas, con Bismarck y Moltke al frente, con el ejercito danés en 1864 y que desembocó en el mayor desastre danés de toda su historia, con la perdida de un tercio de su territorio en aquella época que paso a manos prusianas y posteriormente alemanas. 
En paralelo vamos viendo la trama política en la corte y en el gobierno de Copenhague, que bajo la influencia de un teólogo iluminado D.G. Monrad, se consideran el pueblo elegido por Dios y que le hace creer que es capaz de plantar cara al poderoso ejercito prusiano para anexionarse los condados de Schleswig y Holstein para cumplir con su objetivo de una gran Dinamarca. Para ello Monrad se forma para ganar credibilidad y carisma con la teatralidad de la actriz Johanne Luise Heiberg. 

El asunto de Schleswig-Holstein se refiere una serie de cuestiones diplomáticas y de otros temas que surgieron en el siglo XIX de las relaciones entre los ducados de Schleswig y Holstein con la corona danesa y la Confederación Alemana. Dinamarca trató de reintegrar el ducado de Schleswig al reino danés en varias ocasiones. 
De hecho el primer capítulo empieza con el retorno de los soldados daneses de esta primera guerra. Entra ellos viene Didric, hijo del barón, terrateniente local en el que viven los tres protagonistas, un cobarde manifiesto, borracho y cuyo padre se avergüenza cuando se entera la realidad de su carácter. 

El inicio de este conflicto tiene lugar casi veinte años antes, en concreto se inicia cuando el 27 de marzo de 1848, el rey Federico VII de Dinamarca muere sin hijos, y el Reino de Dinamarca sería separado de los ducados de Schleswig y Holstein, ya que dos diferentes personas heredarían el reino y los ducados rompiendo así a la promesa dada de al pueblo de que Schleswig tendría una constitución liberal bajo la cual el ducado, preservando su autonomía local, se convertiría en parte integrante de Dinamarca. Esto condujo a una revuelta iniciada por la amplia mayoría de habitantes alemanes de Schleswig-Holstein, en apoyo a la independencia de Dinamarca y de una estrecha colaboración con la Confederación Alemana. 
La intervención militar del Reino de Prusia apoyó la sublevación: el ejército prusiano expulsó a las tropas danesas de Schleswig-Holstein, en la Primera Guerra de Schleswig 1848-1851. De hecho la muerte del rey es la oportunidad de Monrad para lanzar a su país a un nuevo envite. 
Para ello aprovecha este segundo intento de integrar el ducado de Schleswig al reino danés, debido a la firma de la Constitución de noviembre por el rey nuevo y titubeante rey Cristián IX de Dinamarca, que se ve visto como una violación de los Protocolos de Londres, ante la sorpresa del primer ministro Parlmerston. Se trataba de la crisis planteada por la muerte del último heredero varón común a Dinamarca y los dos ducados, en cuanto a la sucesión correcta de los ducados, y las cuestiones constitucionales que surgían de las relaciones de los ducados con la corona danesa, entre sí, y las de Holstein con la Confederación Alemana. 
La cuestión central era si el ducado de Schleswig era o no parte integrante de los dominios de la corona danesa, ya que había estado asociado con la monarquía danesa durante siglos, o si Schleswig, junto con Holstein, debería convertirse en una parte independiente de la Confederación Alemana. Schleswig era un feudo de Dinamarca, como el ducado de Holstein fue un feudo alemán y por lo tanto parte de la Confederación Alemana tenía a un rey danés como duque. 
Los precedentes de la guerra de los Ducados los encontramos en 1863, cuando la Confederación Germánica protestó ante el intento del monarca danés, Cristián IX, de incorporar a Dinamarca el ducado de Schleswig, que se encontraba bajo su control oficial. 
El Protocolo de Londres de 1852 había dispuesto que Schleswig quedara unido al ducado de Holstein, que era miembro de la Confederación Germánica. 
El canciller de Prusia, Otto von Bismarck, persuadió a Francisco José I de la Casa de Austria para defender juntos el Protocolo de Londres. Las fuerzas austriacas y prusianas invadieron la península de Jutlandia y se inició así la guerra de los Ducados. 
Tras unos meses de lucha en el mes de agosto de 1864, Dinamarca resultó derrotada por el ejército del mariscal Helmuth von Moltke y se vio obligada a entregar a Austria y Prusia los territorios en disputa. 

En virtud del artículo XIX del Tratado de Viena, firmado el 30 de octubre de 1864, se permitió un período de seis años durante el cual los habitantes de los ducados podría optar por la nacionalidad danesa y la transferencia de sí mismos y sus bienes a Dinamarca. 

De acuerdo con lo establecido en la convención de Gastein que puso fin a ésta, el ducado de Holstein quedó bajo dominio de Austria, y los de Schleswig y Lauenburgo bajo el de Prusia, pero ninguno de los dos países quedó satisfecho con el acuerdo. La derrota dejó profundas huellas en la identidad nacional danesa. 
En el último capítulo vemos como el canciller Bismarck entorpece deliberadamente la gestión de la administración austriaca de Holstein y envió tropas a ese ducado cuando Austria protestó ante el Parlamento de Fráncfort. La situación desencadenó la guerra de las Siete Semanas entre las dos potencias germanas. 
En la guerra austro-prusiana ocurrido dos años después del fin de la serie, en 1866, Prusia le quitó Holstein a Austria y los ducados posteriormente se convirtieron en la provincia de Schleswig-Holstein. Tras ella, Dinamarca adoptó una política de neutralidad que mantuvo durante la Primera Guerra Mundial. 
A su vez toda la historia no es narrada por una chica, Claudia Henriksen, Sarah-Sofie Boussninala – la de los "piercings"- ya que se la va contando al anciano barón Severin (Bent Mejding) en los últimos días de su vida. De hecho la historia nos muestra como este episodio histórico es ignorado por la juventud danesa que mira al pasado con despreocupación y vive de la misma manera. Ella es la persona con la que avanza la serie, pues enlaza el pasado y el presente y el personaje cobra sentido a nivel argumental conforme avanza la misma. Debido a un trabajo social debe hacerse cargo de este viejo señor que vive solo y desahuciado de la vida. 
Allí, en la mansión de Severín encuentra el diario de una joven Inge (Marie Tourell Søderberg) y nos comenta la historia de su encuentro con los inseparables hermanos Jensen, Peter (Jens Sætter-Lassen) y Laust (Jakob Oftebro), como va creciendo junta a ellos conviviendo como hermanos, su adolescencia y como los juegos acaban con una historia de amor a tres bandas, aunque el vencedor de la misma sea Laust. 

Mientras todo esto ocurre vamos viendo los entresijos de la política interior danesa a través de un iluminado Viggo Monrad (Nicolas Bro), Presidente del Consejo de Ministro, su intervención ante los monarcas Federico VII de Dinamarca y, especialmente, el inseguro Cristian IX (Henrik Prip); y la diplomacia de una época en la que el papel protagonista lo asume Lord Palmerston (James Fox) y Otto von Bismarck (Rainer Bock). 
Entretanto descubrimos la soberbia y la falta del sentido de la realidad de la clase política danesa, de la sociedad en su conjunto que se cree elegida por Dios, e incluso de su ejército comandado inicialmente por Christian de Meza (Søren Sætter-Lassen). 
Después de enrolarse los hermanos en el ejército, se inicia la relación entre Inge y Laust, a espaldas de Peter, el hermano más sensible. 
Tras enterarse de la traición fraternal ambos hermanos rompen y el que se aprovecha de la ruptura es el miserable Didrich (Pilou Asbæk) – ya nombrado anteriormente- que los separa iniciándose así la aventura épica para ambos en el frente ante las envestidas de los prusianos. 
La guerra y la serie acaba con la derrota de Dinamarca, la muerte de Laust, el internamiento en Austria por neurosis de Peter, el parto de Inge y de Sofia (Eva Josefikova) – la hija del gitano Ignazio (Zlatko Buric), la boda de Inge y Didric, el retorno de Peter, los cambios en Inge y Didric, pero sobre todo en el círculo que se cierra cuando Severin ( descendiente de Inge y de Didric) hace entrega a Claudia ( descendiente o del hijo de Inge y Laust, o del de Sofia y Didric, pero criada en el amor por Peter) de sus posesiones materiales, justo en el momento de la muerte de Severín. 

La serie de televisión se estrenó el 12 de octubre de 2014 en DR1, en el 150.º aniversario de la guerra representada. El éxito de 1864 llevó a la decisión de editar la historia en un largometraje. 
La productora, Miso Film, anunció que dirigirá la película en condiciones de participar y optar al Oso de Oro en el Festival de Cine de Berlín en 2015. La televisión publica danesa encargó al famoso director Ole Bornedal ( Los Vigilantes de la Noche), una serie para conmemorar el sesquicentenario ( 150 años) del inicio de la guerra. 
Después de varios años de documentación, presentó su proyecto a la cadena publica DR, que lo aprobó asegurándole un enorme presupuesto para recrear de la forma mas fidedigna posible los escenarios en los que se desarrolló la guerra. 
El método narrativo elegido por Bornedal, es explicar la historia desde la época actual, trazando un cierto paralelismo, con la presencia de tropas danesas en Afganistán, en la primera intervención danesa fuera de su país, tras el desastre de 1864, y con el recurso de encontrar unas cartas de Inge que van desvelando su relación con los hermanos y el contexto político de la época. 

1864 ha sido financiada y producida por la televisión pública danesa y aunque esta última ha sido la producción de una serie televisiva más cara de la historia de país, con un presupuesto comparable con el de las producciones norteamericanas a las que estamos acostumbrados. "El éxito de las series danesas de televisión ha llegado por sorpresa. Ni están en Dinamarca acostumbrados a hacer grandes producciones, ni se plantearon con ninguna de estas series pensar a lo grande”, admite Nadia Klovedal Reich, responsable del departamento de series de DR, Danmark Radio. 
Todas las grabaciones se hicieron siguiendo a raja tabla el patrón de uno de los dichos más conocidos en este pequeño país: “nunca vueles más arriba de donde las alas te puedan llevar”. La Universidad de Aalborg ha recibido 6,5 millones de coronas (870.000 euros) para que nueve investigadores respondan a la pregunta "¿qué hace a las series danesas viajar?". Los teóricos universitarios tendrán que explicar cómo, por ejemplo, un drama de época consigue el mismo éxito, en la pequeña pantalla, que los argumentos contemporáneos de una serie policial. El papel de la mujer en estas series se presenta, además, como algo clave. Además, el realismo se lleva a extremos insospechados. Por supuesto la forma de contarlo también influye. El notable grado de libertad artística que se le dio al escritor y director de 1864 en la DR. “Se les da un montón de espacio y de tiempo para desarrollar la historia, las decisiones no vienen de los ejecutivos sino de los creativos porque al final lo que importa es el sentimiento, la intriga y el realismo”. 
Eso precisamente, sentimiento, intriga y realismo, es lo ha hecho triunfar las series producidas por DR, un canal de televisión público con la mitad del presupuesto de TVE y ocho veces menor que el de la BBC. 
La serie tiene dos partes muy diferenciadas, la primera dura hasta la mitad del quinto episodio y es una autentica maravilla con una fotografía y una producción espectaculares, mostrando los hechos tanto personales como históricos con un rigor y una sensibilidad pocas veces vistas este año en la televisión. 

Parece ser que la serie ha levantado ampollas en los nacionalistas daneses mas conservadores que consideran que no es lo suficientemente patriótica ni exaltadora de los valores daneses, y que ha desembocado en una furibunda campaña contra su obra a todos los niveles dado que Bornedal apuesta por la autocrítica de la clase política. 
Partiendo de un guión interesante, cada plano se nota que está hecho con esmero, la ambientación es soberbia y si hay algún fallo, queda muy bien disimulado por la buena ambientación, la preciosa banda sonora del compositor americano Marco Beltrami, la magnífica fotografía e iluminación y la postproducción/ y eso que el tono -como toda obra danesa que se precie - es sombrío y frío. 

Un punto a favor de la calidad de la serie es el reparto de excepción que Bornedal reunió para la serie con los mejores actores daneses, actores conocidos por aventuras televisivas anteriores como Borgen, como Pilou Asbaek, Sidse Babette Knudsen como Johanne Heiberg, la mejor actriz danesa de la época y musa nacionalista con gran influencia sobre el teólogo Monrad y Soren Malling, incluso en el bando alemán tenemos a uno de los cinco protagonistas de Hijos del Tercer Reich, Ludwig Trepte. 
En el penúltimo episodio la excepcional espectacularidad en los diversos enfrentamientos o batallas que van desde episodio quinto al séptimo, es la mejor muestra del gran director que es Bornedal, con el sonido de las trompetas de los húsares prusianos, resonando en el bosque nevado, que produce escalofríos. El momento en que uno de los hermanos se sumerge en el lago helado para intentar sacar un cañón hundido, o el momento en el que el otro hermano mata a su primer soldado enemigo. 
Con todo, las batallas pasan rápido y el drama va despacio, supongo que por razones presupuestarias. Incluso en plena guerra, hay parones para mostrarnos la vida en las trincheras así como las explosiones, representadas la mayoría de las veces solamente por movimientos bruscos de cámara y fogonazos de luz, la brutalidad de la misma, la solidaridad en las trincheras y como en todo serie danesa que se precie, desde la mítica The Kingdom Lars von Trier de algo sobrenatural, aquí representado en el personaje de Joham. 

En todas estas historias destaca la belleza de unas escenas espectaculares con grandes movimientos de masas y una fotografía inmaculada. 
Mikel Madinabeitia / Lorenzo Mejino en su blog del diario vasco entienden que hay una primera parte, más interesante, y una segunda en la serie, y que lo que pudo ser un mundo apasionante, más concretamente lo que podía haber la historia danesa mas grande jamas contada, se ha quedado en un intento.


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