martes, 24 de diciembre de 2019

La casa del diablo Méliès


Aunque esta noche sea Nochebuena hoy he apostado por ver esta caso del diablo creada por el gran Méliès bajo el título Le Manoir du Diable. Se trata de la primera película de terror que contiene desde lo fantasmagórico pasando por la idea del vampirismo visible en ese murciélago con el que se inicia la historia para hacer de esta película silente - así también se llama al cine mudo- y que apenas llega a los tres minutos una de las pioneras de un género que , como gran parte de ellas, fue iniciado por Méliès y su productora , la francesa Star Film, allá por el año 1896. 

Como era habitual en Méliès contará, aunque no se le identifique directamente con su habitual musa, Jeanne d'Alcy, más tarde su señora, junto a el actor Jules-Eugène Legris, según defendió el historiador de cine Georges Sadoul quien postuló la hipótesis de que el diablo en la película fue interpretado por Legris,​ un mago que realizaba espectáculos en el Teatro Robert-Houdin en París, y que más tarde hizo su aparición en 1902 de la famosa película de Méliès, Viaje a la Luna. 

Aquel mismo año y poco antes que esta hizo, multitud de películas, muchas de ellas perdidas , como Les Ivrognes (1896). Se desconoce si la película fue lanzada a finales de 1896 o principios de 1897. 

La película se abre con un gran murciélago volando en el interior de lo que se supone un castillo. En un momento dado el murciélago que sobrevuela la habitación se convierte repentinamente en el Diablo. 

Tras el mismo descubrimos a Mefistófeles que se mueve alrededor de un caldero que ha surgido de la nada creando , inicialmente, un ayudante, que lo ayuda a conjurar a que salga del mismo una mujer. La misma sale de la habitación y entra en un receptáculo. 

Una vez con la chica fuera de plano, el jefe de ceremonias hace desaparecer a su ayudante que se introduce por debajo del caldero que igualmente desaparece. 

De la sala van desapareciendo todos los protagonistas es especialmente cuando se coloca Mefistófeles la capa. 

Tras un instante aparecen dos caballeros que hablan entre sí hasta que el asistente del diablo aparece y les pincha con la horca que lleva en la mano en la espalda antes de transportarse instantáneamente a diferentes áreas de la habitación, confundiendo a la pareja y haciendo que uno, muy asustado, huya. 

El segundo de los caballeros se queda y va viendo como una calavera esquelética se coloca a su espalda sufriendo de inmediato con numerosos trucos contra él, como el movimiento de los muebles a su alrededor y la aparición repentina de un esqueleto. El caballero no se inmuta, utilizando una espada para atacar el esqueleto, que luego se transforma en un murciélago, que más tarde vuelve a ser Mefistófeles, que , una vez que vuelve a contar con su ayudante, conjura a cuatro espectros para someter al hombre. 

Recuperándose del ataque de los espectros, el hombre está visiblemente aturdido y saca a la mujer del caldero, quien lo impresiona con su belleza. Mefistófeles luego la convierte en una vieja bruja marchita frente a los ojos del hombre, y luego de nuevo aparecen los cuatro espectros o algunos más. 

El segundo caballero regresa y, después de una breve demostración de valentía, huye de nuevo, esta vez saltando por encima del borde del balcón. Después que los espectros desaparecen, el caballero se enfrenta cara a cara con el Diablo y blande en su mano un gran crucifijo, lo que hace que el demonio desaparezca acabando así la película. 

La mansión del diablo fue filmada en el jardín de la propiedad de Méliès en Montreuil, con un paisaje pintado de fondo. 

La película fue lanzada por el estudio de Méliès, comúnmente conocido como Star Film Company, y contaba con los números 78 a 80 en sus catálogos. El filme se presumía perdido hasta 1988, cuando fue encontrada una copia en el New Zealand Film Archive.

Lo importante de este filme pionero es ser una pantomima cómica y teatral que nos presenta una historia de terror que cuenta con el Diablo, un murciélago que pudiera asimilarse a un vampiro, una bruja, espectadores, esqueletos y varios fantasmas. La intención de Méliès era divertir y causar estupor en las audiencias más que miedo. 

Sin embargo, debido a sus temas y personajes, técnicamente puede considerarse la primera película de terror (y, como incluye una transformación que involucra a un murciélago, incluso se la ha llamado la primera película de vampiros). En ella Méliès vuelve a utilizar la parada de cámara a lo largo de todo el film para incluir el truco de sustitución de elementos.​ 

La película también es innovadora en extensión al ser de una duración que supera los tres minutos, algo ambicioso , y todo un reto para su época más aún cuando quiere introducir una narración con introducción, nudo y desenlace. Todo un avance. Afortunadamente el New Zealand Film Archive la rescató del olvido en 1988. Una suerte para nosotros ver a la casa del diabólico Méliès.


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