domingo, 29 de abril de 2012

Veinte años no es nada


Este año se cumplen veinte años de esta película. Fui a su estreno en el desaparecido Isabel la Católica. Entre los que íbamos nos encontrábamos Antonio V. y Miguel C. Antonio la propuso pues había leído buenas críticas. Era una época de cine de autor y no, no nos impactó. Sin embargo, tengo que reconocer que nos entretuvo. 
El libro lo había leído muchos años antes e incluso recordaba haber visto, esto entre las tinieblas de mi memoria, una película de Walt Disney sobre la novela. Una conversación en la noche de este último sábado, una estrofa de una canción de siniestro total y una intensa lluvia me han forzado a verla. 

El último mohicano, The Last of the Mohicans en su versión original (al parecer, en Hispanoamérica: El último de los mohicanos) es una película de aventuras estadounidense del año 1992, basada en la novela clásica del escritor estadounidense James Fenimore Cooper. 
Dirigida por Michael Mann, está protagonizada por un magnífico Daniel Day-Lewis, Madeleine Stowe, Jodhi May, Russell Means, Eric Schweig, Wes Studi, Patrice Chéreau y el recientemente fallecido Pete Postlethwaite en los papeles principales. 

La producción estuvo en manos de Morgan Creek Productions y de la 20th Century Fox, aunque fue asumida por los productores Hunt Lowry y el director, Michael Mann, quien también participó en el guión.
La música, todo un éxito de superventas en BSO, fue obra de Trevor Jones y Randy Edelman. La magnífica fotografía fue de Dante Spinotti, recompensada con un Bafta, mientras que el montaje fue obra de Dov Hoenig y Arthur Schmidt. 

La película se inicia en un año y en un contexto histórico y geográfico concreto: 1757, a orillas del río Hudson, lugar por el que franceses e ingleses luchan por el dominio de la región. Mientras que los franceses cuentan con el apoyo de los nativos, los ingleses reclutan a los colonos blancos. En esto nos encontramos a Nathaniel (Daniel Day-Lewis), hijo adoptivo de un indio que se considera el último de los mohicanos - una de las tribus de los Delaware-, junto a Uncas y su padre de cacería. 

Más tarde, los tres marchan a casa de unos colonos amigos donde se les recibe familiarmente. El padre de la familia de colonos les comenta que se están alistando colonos para un previsible enfrentamiento con los franceses, que a su vez están aliados con los hurones. 
Mientras esto se produce las dos hijas de un militar británico, el coronel Munro, Cora (Madeleine Stowe) y Alice (Jodhi May), han llegado desde Albany hasta estas tierras en la frontera entre las colonias británicas y francesas. Allí son custodiadas por un joven militar Duncan Hayward. Se trata de un chico -algo ingenuo- muy disciplinado, valiente, honrado y muy respetuoso con las dos jóvenes a su cargo que pretende a una de ellas. Las chicas le profesan a éste devoción y cariño, en especial Alice, la hija menor. Cora desde el primer momento se nos presentará como una chica independiente, con personalidad, valiente, bondadosa y con una actitud, comprensiva a la vez que fascinada, hacia los nativos sobre todo tras su contacto con Nathaniel. Su fortaleza moral, estoicismo y sentido de la justicia hace que se gane el afecto y respeto de los que la conocen, incluido el grupo de los lenapes o delawares. En la novela, son hijas de distinta madre. Cora es hija de una nativa delaware y posee ciertas cualidades y rasgos atribuidos a su pueblo, mientras que la delicada Alice es de sangre británica (escocesa). El cariño mutuo de este trío de personajes, es expresado continuamente a lo largo de toda la obra literaria. 
El deseo de Duncan y de Cora y Alice es ir al Fuerte William Henry en el que se encuentra el coronel Munro, padre de las chicas. Para cumplir con su objetivo son enviadas en un convoy a ese lugar. El Fuerte inglés William Henry, está sufriendo el asedio de los franceses y los hurones, los indios hostiles. El convoy dirigido por Duncan lleva además de veinte casacas rojas y las dos chicas, a un guía nativo de nombre Mawa, aparentemente un indio aliado de los británicos. 
Mientras Nathaniel, Uncas y Chingachgook, su padre, estando de cacería detectan huellas de indios hostiles y los siguen. No lejos de allí, se aproxima la columna de soldados ingleses, que transporta a las hijas del coronel Munro, Cora y, Alice, El convoy es brutalmente atacado por los hurones. Las mujeres sobreviven junto con el oficial Duncan Heyward , mientras que la guarnición es asesinada y solo se salvan gracias a la intervención oportuna de Nathaniel y los suyos. En la matanza de los soldados ingleses ha intervenido un indio, Mawa (Wes Studi), que fingía ser su guía y quien en su fuero interno odia a Munro. 
Simultáneamente a los hechos, Francia e Inglaterra están en guerra por el territorio del Canadá, y Munro defiende un fuerte en la frontera, donde son conducidas las hijas de Munro por Nathaniel. La situación inglesa a pesar de lo que piensan los militares británicos frente a los franceses, calificados como ociosos y nada entregados al oficio de la guerra, es comprometida. 
La llegada del grupo al fuerte Munro es poco gratificante pues el asedio por parte de los franceses es total. Los franceses por su parte cuentan con el apoyo de los hurones y especialmente de Mawa, cuyo objetivo principal es asesinar por venganza a las hijas del coronel Munro. Es más, desea comerse el corazón del coronel y que el previamente vea como ha matado previamente a sus hijas, nada más y nada menos. Eso es odio y lo demás tonterías. Se trata de un gran guerrero, hábil, escurridizo y astuto; además de líder de los hurones. 

Cora, la hermosa hija mayor de Munro y pretendida del oficial inglés superviviente, se va enamorando de Nathaniel, y eso crea conflictos con su pretendiente hasta entonces, Duncan. Además, dentro de la fortaleza los colonos pretenden abandonarla con el fin de defender sus casas. Finalmente huyen con la ayuda de Nathaniel, por lo que es condenado a la horca. Sin embargo, la ofensiva francesa es total y logran rendir el fuerte. 
La derrota de Munro en el fuerte obliga a una rendición honrosa para el coronel quien logra la evacuación de sus ocupantes a través de territorios hostiles hacia la costa. 
La columna es atacada por los indios hostiles renegados al mando de Mawa, quien asesina cruelmente al coronel Munro sacándole el corazón con su cuchillo después de decirle "Cabeza gris; tus hijas caerán bajo mi cuchillo", como venganza al asesinato de los hijos de Magua por las tropas encabezadas por Munro.

Cora y su hermana son rescatadas por Nathaniel, logrando huir en canoa. Con todo, los huidos se esconden en una caverna protegida por una cascada junto a Duncan. 
A pesar todo son descubiertos por los hurones de Magua. Este atrapa a las chicas y a Duncan, aunque antes de huir Nathaniel le pide a Cora que con todo su dolor, todo su amor, toda su valentía: "Tú eres fuerte, ¡sobrevive!. Pase lo que pase, mantente con vida; iré a buscarte. Por mucho que me cueste, por muy lejos que estés, te encontraré..." 




Tras huir Nathaniel y los dos mohicanos restantes saltando por un catarata sigue al grupo de hurones con sus prisioneros. Por un escenario impresionante de pendientes imposible logran llegar a la aldea de los hurones.
Allí se presenta Nathaniel quien logra convencer al jefe de Mawa que deje ir a Cora, sacrificándose por ella al oficial inglés Duncan, quién se entregó por amor a Cora. En cambio su hermana, Alice, es dejada en las manos de Mawa. 

Duncan es condenado a la hoguera y ante el sufrimiento del suplicio Nathaniel dispara sobre él, para impedir su sufrimiento después del noche comportamiento del soldado. 

Por su parte, el "hermano" de Nathaniel, Uncas, intenta liberar a Alice que está siendo llevada con los hurones. Uncas lograr frenar al grupo pero tras una brutal lucha contra Mawa para salvarla, muere. Alice, que estaba enamorada de él, se suicida arrojándose por el barranco. Por su parte, Nathaniel y su padre dan caza a los hurones. Tras dar uno y otro cuenta de varios de ellos, El padre de Uncas, Chingachgook, se venga matando a Mawa en una pelea a muerte, y queda así como "el último mohicano”. Finalmente Nathaniel le comenta a Cora que irán los tres a Kentucky con el fin de fundar un hogar. 


La película obtuvo varios premios en ese año 1992 tales como el Oscar al mejor sonido. La nominación al Globo de Oro como mejor banda sonora original, así como dos premios BAFTA al mejor maquillaje y a la mejor fotografía, a fin y al cabo llegó a obtener siete nominaciones. 
Por lo tanto, se trata de una película entretenida, aunque me sorprende lo ajena que es al gusto actual con un magnífico Day Lewis, una guapa y actualmente desaparecida en combate - yo al menos no la veo- Madeleine Stowe en su mejor papel (atención al duelo de miradas sostenidas entre ambos en la cabaña), y una banda sonora tan impactante como acertada son sólo algunos de los alicientes de uno de los mejores films de aventuras de los noventa. En ella la naturaleza salvaje juega un importante papel de acompañamiento con un intenso sentido del espectáculo natural. 
Según he leído en la web de cine de imbd la película se rodó principalmente en el estado de Carolina del Norte, concretamente en Asheville, en las Montañas Blue Ridge, en el Condado de Burke, en el Parque Chimney Rock, en el Bosque Nacional Pisgah, y en las Cataratas Hickory Nut y Linville. Esa historia de amor contenido se resume en los últimos 20 minutos de la película, donde sin palabras se nos presenta un desenlace tan terrible como romántico y violento. 

El copyright de la carátula, de las fotografías o cualquier imagen pertenecen a las correspondientes productoras y distribuidoras.

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