martes, 29 de julio de 2014

La tragedia de una generación


Como ya se sabe, interesarte por una película o una serie puede llevarte a otra. Al culminar la semana pasada Band of Brothers, leí cómo esta serie había resultado modélica para la relectura de la segunda guerra mundial por parte de otras series.
Indudablemente, The Pacific , la serie auspiciada por Steven Spielberg y Tom Hanks, es hija putativa de Band of Brothers. Sin embargo, desconocía que Hijos del Tercer Reich había seguido el modelo presentado por la HBO para mostrar la historia de unos chicos y chicas alemanes durante la guerra, sólo que, en este caso, se centraba en un grupo de amigos a los que íbamos a seguir en su recorrido vital durante cuatro horas y media. De hecho, lei que existía otra y que tenía por título el de Generation Wartambién interesante. Pero mi sorpresa fue mayúscula cuando descubrí que Generation War e Hijos del Tercer Reich eran una misma cosa. 
Al igual que la serie de la HBO, bien buena es está de la ZDF. Y es que Unsere Mütter, unsere Väter, que literalmente "Nuestras madres, nuestros padres" es la misma serie de la que hablamos : Generation War e Hijos del Tercer Reich. Se trata de una miniserie de la televisión alemana dividida en tres capítulos que se enmarcan históricamente durante la Segunda Guerra Mundial, principalmente en el frente oriental. 
La serie cuenta la historia de cinco amigos veinteañeros alemanes y sus diferentes caminos como soldados de la Wehrmacht en el frente oriental, como enfermera de guerra en el frente oriental, como aspirante a cantante, y como judío. Se trató de una serie encargada por el organismo de radiodifusión pública alemana, la ZDF, y que será producida por la filial de la UFA, TeamWorx.

La serie fue dirigida por Philipp Kadelbach y producida por Benjamin Benedict, Nico Hofmann y Jürgen Schuster que actúan como representantes de la ZDF, TeamWorx Produktion y Kino und Fernsehen GmbH. El guión fue elaborado por Stefan Kolditz, mientras que la fotografía fue de David Slama. La labor de montaje recayó en Bernd Schlegel y la música en Fabian Römer.

Se emitió por primera vez en Alemania y Austria en marzo de 2013, y en España lo hizo en septiembre de ese año en Canal Plus.
La narración se extiende por más de cinco años y empieza en Berlín en 1941, cuando los amigos se reúnen por última vez antes de emprender su nuevo periplo vital, prometiéndose reunirse de nuevo en la próxima Navidad. La conclusión de la historia se desarrolla en fechas posteriores al final de la guerra en 1945.
Cuando la serie se estrenó en Alemania, cada episodio obtuvo alrededor de 7 millones de espectadores, generando mucha controversia.
El elenco principal está encabezado en los cinco principales papeles por Volker Bruch como Wilhelm Winter , Tom Schilling como Friedhelm Winter, Katharina Schuettler como Greta Müller o Del Torre, Ludwig Trepte como Viktor Goldstein y Miriam Stei como Charlotte .
A estos se le unen un amplio grupo de actores y actrices como Marcos Waschke (Dorn, el oficial de la Gestapo), Christiane Paul (Lilija , la enfermera ucraniana, judía y bolchevique), Sylvester Groth (Hiemer ), Henriette Richter-Röhl (la enfermera Hildegard Schroedter), Götz Schubert ( como el Dr. Jahn ), Bernd Michael Lade (Feldwebel Krebs), Maxim Mehmet (Hauptmann Feigl ), Alina Levshin (Alina, la chica polaca compañera en la fuga de Viktor), Samuel Finzi (padre de Viktor), Dorka Gryllus (madre de Viktor), Johanna Gastdorf (Madre de los hermanos Winter), Peter Kremer (Padre de los Winter), Anne Diemer (esposa de Dorn), Trystan Pütter (Bertok), David Zimmerschied (el soldado Schneider ), Joel Basman (Bartel), Antonio Wannek (Koch), Lucas Gregorowicz (líder partisano polaco), Benjamin Trinks (Eins), Michael Ihnow (Francizek), Inga Jarková (Sonja, enfermera rusa) 

La serie fue filmada en locaciones de Alemania y Lituania, así como en Letonia. Y , como he dicho anteriormente, consta de tres capítulos de 90 minutos, que se titulan , “Una hora diferente” (Eine andere Zeit), “Una guerra diferente” (Ein anderer Krieg), y “Un país diferente”(Ein anderes Land). 

La historia se inicia en el frente oriental. Allí un grupo de soldados está sufriendo un ataque por parte de las tropas soviéticas en un paisaje nevado. Un alemán huye de las tropas que le siguen. Tras esto escuchamos la voz de un narrador que nos envía en el tiempo a Berlín. Es la víspera del ataque alemán a la Unión Soviética (La operación Barbarroja) cuando cinco amigos del barrio se reúnen en un bar en Berlín y montan una fiesta de despedida en el apartamento de Greta que está encima de su taberna favorita. Son cinco amigos que ríen y beben, que se disfrazan y bailan. Lo que se suponía una feliz fiesta en la que quedaban para la próxima Navidad se convierte en el último episodio de su juventud, ya que sus vidas empiezan a cambiar drásticamente durante la Segunda Guerra Mundial. Este es el fin del mundo tal como ellos lo sabían.
Mientras Wilhelm, un joven oficial de la Wehrmacht, teniente en concreto, y su hermano menor Friedhelm sirven en el mismo pelotón en el frente oriental, Charlotte se presentará como enfermera voluntaria en un hospital militar de ese frente. Greta, por su parte, comienza una carrera como cantante, mientras que su amante judío Viktor es deportado a un campo de concentración y tras escapar de un tren se une a los partisanos polacos. 
Wilhelm (Volker Bruch) es el narrador de la historia. Él proporciona el monólogo de apertura de los episodios, y cuando la trama salta en el tiempo que resume los acontecimientos que sucedieron en ese periodo. En el primer episodio sabemos como Wilhelm ha participado en la invasión de Polonia, así como en la invasión de Francia. Él es algo consciente de que Charlotte siente algo por él, pero le dice a su hermano y otros compañeros de armas que él no quiere darle falsas esperanzas, ya que podría morir en el frente.
Esa misma noche se personará en la casa el oficial de la Gestapo Martin Dorn al escuchar música swing, vamos degenerada en su argot. Ella lo admite con el fin de evitar que su novio judío Viktor sea descubierto. Dorn le ordena personarse al día siguiente en el cuartel de la Gestapo. 
Wilhelm cree firmemente que está obligado por el honor a luchar como un soldado de su país de origen. Y así lo cree su padre, a diferencia de su hermano Friedhelm del que el padre se siente avergonzado. La madre lo que le pide a Wilhelm es que proteja al hermano. 
Por su parte, Friedhelm (Tom Schilling) es un joven sensible, amante de la filosofía y de las lenguas que no tiene ambiciones como soldado. El cree que la guerra sacará lo peor que todos llevan dentro. Sus camaradas lo ridiculizan como un cobarde temerario que pone sus vidas en mayor riesgo.
Cuando comienza la guerra Wilhelm entiende que actúa en contra de su moral, pero lo hace como por deber como oficial de la Wehrmacht al mando de un pelotón de infantería. Así por ejemplo, ejecuta a un recluso de acuerdo con la Orden dada. 
Charlotte o Charly (Miriam Stein), por su parte, ama en secreto a Wilhelm. Cuando empieza la guerra es voluntaria como enfermera. Al principio ella no puede soportar ser testigo del sufrimiento de los soldados heridos, pero en el transcurso de la campaña se endurece considerablemente. 
Mientras en Berlín, quedan Greta y Viktor. Greta (Katharina Schuettler) como sabemos camarera que aspira a cantante de éxito. Lo desea con toda su alma , a cualquier pecio y por todos los medios. Tras personarse en la sede de la Gestapo comienza una relación amorosa con Dorn para evitar los cargos de incitación a la degeneración y para abrirse carrera como cantante y ayudar a los esfuerzos propagandísticos.
Por su parte, Viktor (Ludwig Trepte) es la amante secreto de Greta. Debido a su origen judío, ellos viven en constante temor de ser acusado de Rassenschande ("vergüenza racial", "profanación racial" o "contaminación racial"). 
Greta intenta por todos los medios que escape de la capital, rumbo al extranjero. El intento de ayudarle a escapar de la deportación, Greta manipula a Dorn para que le conceda un pasaporte a los EE.UU.

Pero Dorn le traiciona y en el día de su salida es arrestado por la Gestapo y enviado a un campo de concentración. 
Por otra parte, en el frente, a medida que la guerra continúa la esperanza de una rápida victoria se evapora y lo mismo ocurre con su idealismo. Tanto Wilhelm como Friedhelm, especialmente se endurecen. Su relación en la trinchera (“aquí no soy tu hermano”, le dice el mayor) es el ingrediente principal de la trama. Especialmente este último tras sufrir una paliza por parte de sus camaradas que no paraban de ridiculizarle por su cobardía y su carácter temerario visible en poner sus vidas en riesgo tras enceder un cigarro durante un bombardeo.
La paliza propinada por sus compañeros le hace que cambie de actitud pues decidido a demostrar su valía a su unidad, se vuelve emocionalmente duro y despiadado durante toda la campaña frente oriental, tanto con los presos como con los soldados. Es matar o morir. Esto se hace visible en el ataque que, tras el fallido intento de ocupar Moscú, sufren por parte de la infantería soviética, mientras están en las trincheras, en el que parece que Friedhelm ha muerto ante los ojos de Wilhelm al final del  primer episodio.
 Mientras Charlotte, después de ser expulsada de la sala de operaciones por dejar caer un bisturí, se le reasigna como enfermera general. 
Debido a que el personal médico está sobrecargado de trabajo y escasos en número , se le permite obtener ayuda de los trabajadores médicos locales, ucranianos. Ella emplea a una asistente ucraniano llamado Lilija quien, cuando se le pregunta, niega ser judía. Después de apreciar como la morfina se pierde, Charlotte investiga y descubre una fotografía de la familia de Lilija delante de un Menorah o candelabro hebreo. 
Ella se enfrenta a Lilija, quien admite ser médico y judía. Al oír esta confesión, Charlotte lucha con su conciencia, pero al final decide denunciarla a las autoridades. Sin embargo, poco después, cuando ve a oficiales de la Gestapo que se acerca la sala que ella intenta advertir a Lilija para que huya. Pero antes de que Lilija pueda actuar, otra enfermera alemana señala a salir a las autoridades que están "buscando una Judía escondida en el hospital" y ellos la señala. 
Mientras Viktor, en el camino a otro campo de concentración, se escapa del tren, junto con una mujer polaca llamada Alina, y se une a un grupo de partisanos polacos Armia Krajowa, pero durante su tiempo allí él tiene que mantener su origen judío en secreto debido al generalizada antisemitismo dentro del grupo polaco. Parece incluso que ha muerto al final del segundo episodio. 
Por su parte, Greta , convencida que ha salvado a Viktor, inicia una prometedora trayectoria musical. Pero cuando ella se convierte en una amenaza para el propio matrimonio de Dorn, este organiza un road show para entretener a los soldados que están en el frente oriental. 
Allí coincide con Friedhelm, Wilhelm, y Charlotte en un camerino improvisado después de su actuación, pero la reunión dura poco, pues ella ha de cenar con los militares de alta graduación y debe asistir a una fiesta privada de los altos mandos. 
Greta se quedará varada al inicio de la batalla de Kursk cuando pierde mucho tiempo en recoger sus pertenencias. Charlotte le obliga a ayudar a los soldados heridos en su hospital de campaña, y la experiencia traumatiza a Greta. 
Mientras tanto, Wilhelm, en el frente, tras la fallido ofensiva del Kurs, Panzerfaust, la mayor batalla de tanques de la segunda guerra mundial, se le encarga tomar una inútil estación de radio. En el intento de la toma de la estación telegráfica rusa Wilhelm es herido. Parece Muerto. 
Ante ello Friedhelm se lanza contra la estación y la toma. Todos sus compañeros han muerto, y el cree que su hermano también. Al entrar los rusos lo confunden con un ruso al robar el uniforme de un soldado y ponérselo, escapando así de la estación telegráfica. 
Al ir campo a través es confundido con un ruso y los alemanes le disparan. Charlotte logra salvarlo solicitando al cirujano jefe del hospital de campaña que le opere, a pesar del diagnóstico sombrío del cirujano. Antes de ser enviado de vuelta a Berlín, le dice a Charlotte que Wilhelm pereció en el ataque Panzerfaust. llevado al hospital de campaña y allí le comenta a Charlotte que su hermano ha muerto en acción. La respuesta de ella es iniciar un romance con el cirujano jefe. 
Wilhelm, por su parte, no ha muerto y se aleja de la primera línea después de sufrir una conmoción cerebral por una explosión causada. Él entonces busca refugio en una cabaña junto a un lago en el que es detenido como desertor por oficiales de la Policía Militar, la Feldgendarmerie. Es degradado y oficialmente condenado a muerte. 

El inicio del tercer episodio comienza cuando Wilhelm, en vez de ser ejecutado, es enviado a una Strafbattalion (Batallón Penal). Él que repudia ya la guerra , acrecienta su desánimo ante las acciones de su sádico jefe de pelotón. . Luego, cuando se reencuentra con Charlotte, en su hospital de campaña, como integrante del Batallón Penal, no cree ver lo que está viendo, pues está vivo. 
Ella empuja con furia Wilhelm que desaparece después de confesar que ella está enamorada de él, y salir corriendo a llorar. Cuando recobra la compostura para tratar de hablar con él de nuevo, ella descubre que él se ha ido.
Greta se las arregla para volver a Berlín, donde expresa abiertamente sus dudas a un grupo de militares, además llama al domicilio privado de Dorn, enojándolo enormemente al revelar su relación con su esposa. Por estas dos razones es arrestada y encarcelada por Wehrkraftzersetzung ("subversión del esfuerzo de guerra" ). Cuando ella es arrestada, ella revela que estaba embarazada de Dorn. Él se sorprendió por esto y luego la golpea en el estómago hasta que se desmaya.
Friedhelm, una vez restablecido de sus heridas y previo paso por Berlín, es enviado a Polonia. Se convierte en un protegido del oficial SD Hiemer, que lo utiliza como un verdugo durante las numerosas acciones contra los partisanos polacos, en la Polonia ocupada. 
Por su parte, Viktor a medida que se integra en el grupo de partisanos participa en diversas emboscadas contra un el ejército alemán. En una de ellas lo hace contra un pelotón de Wehrmacht motorizado, y Viktor, por casualidad, reconoce a Friedhelm como uno de los conductores, y finge su participación en el ataque permitiendo que Friedhelm pase sin arañazos y salvar inadvertidamente la vida de su acompañante oficial de las SS. 
Más tarde, el grupo tiende una emboscada a un tren alemán en busca de armas, con lo cual se descubre que una gran parte de su carga son prisioneros judíos y se niegan a liberarlos. Viktor copta por desafiar al grupo y libera a los prisioneros, lo que enfureció a los otros partidarios que lo excluyen del grupo.
Justo después los partisanos son traicionados y asesinados en su escondite, siendo atacados por la escuadra de Friedhelm. Friedhelm reconoce a Viktor y le permite escapar en medio de la confusión, disparando al oficial de las SS que también ha aparecido. 

A medida que los rusos avanzan por el frente este, el mismo se cierra muy rápidamente pilando a Charlotte, y a una de sus ayudantes locales, Sonja, que se queda con un grupo de soldados gravemente heridos que no logran evacuar y se quedan atrás. Nada puede frenar ya el avance del Ejército Rojo, cuyos hombres matan al resto de los soldados heridos en sus camas y proceden a detener a Sonja como colaboradora y violar a Charlotte. 
 Justo en ese momento entre Lilija, después de haber sido liberado por los rusos y ahora actúa como oficial, aparece, interrumpe la violación, y esconde a Charlotte de una segura ejecución por ser enfermera en el hospital de campaña soviética. 
Ella no obstante ve como matan a Sonja, afirmando que no había nada que pudiera hacer para alterar una pena de muerte por ser colaboradora, señalando que al menos ella le ha salvado de sufrir abusos sexuales a manos de los soldados. 
La guerra está en sus estertores finales. Wilhelm mata a su jefe de sección y se escapa con un compañero de lucha de nuevo a Berlín. Greta, finalmente, es ejecutada. Viktor después del final de la guerra regresa a Berlín para descubrir que sus padres y Greta son muertos, que una familia alemana vive en su apartamento, y que Dorn es ahora miembro de la administración de la posguerra de los aliados, muy a su pesar. 
Friedhelm tras matar a su mando de la SS lidera un grupo de soldados de la Volkssturm compuesto por muchachos de las Juventudes Hitlerianas y ancianos para luchar contra los soviéticos. Friedhelm les ordena que se queden atrás al escuchar que ha terminado la guerra y se sacrifica atacando a una unidad soviética sin ayuda de nadie, sin tratar de buscar refugio. Los soldados Volkssturm se rinden después de presenciar la muerte inútil de Friedhelm a manos de una ametralladora Maxim. 
Al final de la serie, Wilhelm, Charlotte, y Viktor se reúnen en los escombros de la barra de Greta en un Berlín ya ocupado, y dan un brindis solemne por Greta y Friedhelm. Cuando los que puedan se reencuentren en el Berlín arrasado por los aliados ya no habrá fiesta. Ni siquiera abrazos. Ya no son los mismos. Es un amargo reencuentro final con una voz en off de Wilhem “Ahora ya no hay nazis, solo alemanes”.. No volveremos a ver esas sonrisas. El final rezuma amargura, infinita amargura.
Al final del tercer episodio la audiencia se llevó a creer que los protagonistas eran personas reales, ya que sus años de vida se dan de la siguiente manera: Tras ello se nos informa la vida de todos: Viktor 1921-1997 , Greta 1921-1945 , Charlotte 1921-2003 , Friedhelm 1923-1945 y Wilhelm 1920 –…

Sin embargo, reseñar que esto no es cierto, pues la historia no está basada en personajes reales. Así termina , con una mentira televisiva, esta aclamada miniserie de 3 episodios calificada como la "Hermanos de sangre" alemana y que fue nominada en los Satellite Awards del año 2013 como la mejor miniserie o telefilm. La serie fue, además, galardonada con el Deutscher Fernsehpreis 2013 (Premio de la Televisión Alemana) a la mejor película o serie para la televisión de 2013. 

Ha sido una serie que, en Alemania, no ha dejado indiferente a nadie, por lo que he leído. Algunos críticos han elogiado la serie por su buena factura técnica, otros por presentar una historia diferente a las habituales de la Segunda Guerra Mundial. Otros han sido más críticos y se han indignado por como se han presentado la resistencia anti-nazi de Polonia como auténticos antisemitas, la trivialización de la persecución de los Judíos por la Alemania nazi, la ocultación del papel alemán en el Holocausto, etc… 
Andreu Jérez en el Diario ABC, y corresponsal en Berlín, señaló que «Hijos del Tercer Reich», ha sido una serie que ha conmocionado a Alemania , debido a la dura historia moderna de Alemania, todavía fresca en la política, la memoria y la intelectualidad del país, cualquier intento de abordar aquella oscura fase desde una perspectiva que vaya más allá de la pura condena moral suele se recibida con críticas bien desiguales. Así ocurrió con la película «El hundimiento», en la que el actor Bruno Ganz encarnó brillantemente a Adolf Hitler en sus últimos días, antes de la caída de Berlín en manos de las tropas aliadas y soviéticas. No pocos criticaron que el director del filme, Oliver Hirschbiegel, mostrase el lado humano de Hitler. 
Pero volviendo al tema, el estreno de «Hijos del Tercer Reich» provocó reacciones similares. No en vano, la serie presenta el nacionalsocialismo desde las perspectivas personales de cinco protagonistas (uno de ellos judío), lo que no deja de tener un componente humano similar al argumento de «El hundimiento». Frank Schirrmachen, del diario conservador «Frankfurter Allgemeine Zeitung», escribió: «Pocas veces antes se había entendido tan bien el funcionamiento de la maquinaria adoctrinadora del nacionalsocialismo. Y nunca antes se había podido ver tan claramente que los enemigos de los nazis no tenían por qué ser precisamente amigos de sus víctimas». Schimmachen hace así referencia al antisemitismo mostrado por la miniserie entre, por ejemplo, los partisanos polacos que combatieron la invasión alemana durante la Segunda Guerra Mundial. 
El Frankfurter Allgemeine Zeitung escribió que la película iba a dar a los supervivientes de la generación de la Segunda Guerra Mundial la oportunidad de discutirlo con sus familias. 
El historiador Norbert Frei elogió la película por mostrar, por primera vez en la televisión alemana, un retrato sin tapujos de guerra de Alemania contra la Unión Soviética, incluyendo la participación de la Wehrmacht en el asesinato de Judios, el fusilamiento de rehenes como represalia contra la resistencia partisana, y el saqueo de viviendas desocupadas por Judios. 

Varios historiadores alemanes criticaron la película. El historiador Ullrich Herbert, por contra, criticó duramente la serie en un artículo publicado por el diario berlinés «Taz»: «La película es un fracaso, no sólo por su falta de precisión o porque disimule los crímenes del nacionalsocialismo. El problema es su perspectiva histórica, tanto general como individual». Para Herbert, la serie no es capaz de recrear la esencia de la generación de jóvenes que le tocó vivir la dictadura de Hitler: «Una generación fuertemente ideologizada y politizada que quería la victoria de la Alemania nacionalsocialista por considerarla lo correcto». 
El historiador Habbo Knoch dijo que la película no pudo demostrar cómo el sistema nazi funcionaba. La película mostraba personajes de 20 años de edad que fueron víctimas de la guerra, pero los faltaban  eran aquellos de 30 a 40 años de edad alemanes que construyeron el sistema nazi y lo apoyaron de una mezcla de convicción y el interés propio. La película debería haber mostrado a los que se beneficiaron del sistema nazi. 
Un crítico en el Kölner Stadt-Anzeiger llamaba cursi a la película, carente de un significado más profundo, y moralmente peor, llena de autocompasión patética. 
En el semanario judío alemán semanal Jüdische Allgemeine, Jennifer Nathalie Pyka escribió que el logro de los productores de esta serie es la anulación de cómo fueron asesinados seis millones de Judios, lo que había sido omitido. 

Muchos espectadores polacos estuvieron indignados por la representación de los polacos como los más grandes antisemitas que aparecen en la película. Tygodnik Powszechny describió la película como "falsificación de la historia" en la representación de todos los polacos antisemitas como fanáticos, incluso más que los alemanes. Los críticos afirmaron que los guionistas buscaban calumniar a los partisanos del ejército clandestino de resistencia, la Armia Krajowa, que se muestra en la película como rabiosamente antisemita. De hecho, el Armia Krajowa tenía una rama llamada Zegota dedicada al rescate de los Judios del Holocausto en Polonia llevó a cabo por los alemanes. 
Parece ser que el embajador de Polonia en Austria, Jerzy Marganski, y la embajada de Polonia en Alemania envió una carta de queja a la cadena alemana ZDF señalando que el Armia Krajowa tenía miembros judíos. Al igual que el embajador de Polonia en los EE.UU., Ryszard Schnepf, envió una queja por escrito a la televisión que había comprado los derechos de la serie en los Estados Unidos.
El mayor diario de Polonia Gazeta Wyborcza publicó un artículo bajo el título "¿Quién puede explicar a los alemanes que el Armia Krajowa no era la SS?" 

Ricardo de Querol en su artículo en El País titulado Harías cosas horribles señala que lo más inquietante de Hijos del Tercer Reich es darte cuenta de que serías capaz de lo peor. De que dispararías a personas como tú en el frente, fusilarías a familias enteras de inocentes a la orden de “fuego”, delatarías a una judía que lo oculta, quemarías casas de civiles, dejarías pasar los trenes de la muerte. Lo harías, sí, aunque ahora no lo creas, aunque te resulte inconcebible, lo harías si la circunstancia te empujara a ello, si el contexto no te diera elección, si estuvieras bajo gran presión y temieras por tu supervivencia. “La guerra te hará un hombre”, le dice su padre al soldado Friedhelm Winter; pero el chico le responde rotundo: “La guerra sacará lo peor de nosotros”. Es así. La miniserie alemana , prosigue, es un electroshock, una sacudida a las conciencias, un ejercicio de honestidad intelectual que no solo impactará a los alemanes.
El espíritu de la obra se corresponde mejor con su provocador título original en alemán: Unsere Mütter, unsere Väter (Nuestras madres, nuestros padres). Los nazis no eran otros. Éramos nosotros. Hijos del Tercer Reich está a la altura de esos precedentes en cuanto a la producción, aunque dedica menos metraje a las batallas y da más peso a los diálogos, las miradas, los gestos de piedad, de odio o de desconfianza. Nos faltaba el punto de vista alemán, valiente, sobre la Segunda Guerra Mundial 
El periodista Enrique Müller ha explicado cómo ha removido conciencias en ese país. Según informó 'The Hollywood Reporter', Beta Film, distribuidora de la serie, había cerrado la venta de 'Hijos del Tercer Reich' con TVE en el Mipcom, festival de televisión que se celebró en Cannes. Además de TVE, la televisión pública italiana, RAI, también habría comprado los derechos de 'Hijos del Tercer Reich'. 
En otros sitios la crítica ha ido por derroteros parecidos. A. O. Scott del The New York Times dijo de ella que "La película se desliza en una zona extraña y revuelta entre el naturalismo y la nostalgia." Por su parte, Joshua Rothkopf de Time Out dijo que "No te sientas culpable por esperar un poco más. (...). En el The New Yorker David Denby escribía "Tiene las fortalezas y las debilidades del arte medio convencional: a ratos es torpe, pero nunca es aburrida, y, una vez que empezar a verla, no puedes parar. (...) Lo que obtenemos es confuso: es simple y trágica, tiene enorme viveza y moralmente es obtusa. " 
Por último, el The Daily Telegraph escribió que War Generation "ha sido aclamado por la crítica como un "punto de inflexión" en la televisión alemana para el examen de los crímenes del Tercer Reich a nivel individual ", y que" explora el aspecto seductor del nazismo ". 
Una buena serie, con una duración adecuada, que se centra en un frente habitualmente no manejado por el cine y por la televisión. Interesante igualmente que veamos las cosas desde la óptica de los derrotados, pues está bien que todo el mundo esgrima su palabra, incluso para equivocarse o intentar justificar, en muchos casos, lo que es injustificable. 
Técnicamente la serie es muy buena. Con el magnífico guión, buena fotografía , buena sonorización y una adaptación interesante a la historia, al menos, a su historia. Comprensible las críticas de alemanes y polacos, la de los judíos y americanos. 
Visualmente es una serie atractiva, con escenas muy bien desarrolladas y con un magnífica trabajo por parte de los cinco grandes protagonistas que van ganando empaque conforme la historia se desarrolla. Especialmente, luminosa la actriz que interpreta a Greta y la transformación de Charlotte. Los hermanos Winter y Viktor, fantásticos y absolutamente creíbles. 
En definitiva, decir que me he encontrado con una buena serie cuya importancia estriba en remover la conciencia de las personas que pasados ya 70 años parecen olvidarse de las atrocidades de los nazis y que la guerra , como todas las guerras, sacan los peor de cada una de las personas. Parece ser - y así se comenta que la alianza entre HBO, Spielberg y Tom Hanks plantea una tercera entrega, centrada en la aviación- . La estaremos esperando, aunque dando peso a lo dicho , que en todos estos casos descubriremos que estamos una generación trágica por una generación perdida
.

2 comentarios:

  1. ¡Yo tampoco sabía que eran lo mismo, jeje… de hecho lo descubrí leyendo tu entrada! Desde mi punto de vista creo que es una miniserie bastante atractiva que sin duda causó algunas diferencias pues la mayoría de los críticos y espectadores creen que de alguna forma esta serie humaniza o justifica a los nazis y deja atrás lo negro de los alemanes. Lo cierto es que la serie cautivó a miles de personas y consiguió captar la guerra desde otro punto de vista; el de cinco jóvenes que empiezan siendo unas personas en 1941 y acaban siendo otras muy distintas en 1945, poseídos por el dolor y el arrepentimiento.

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