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miércoles, 20 de enero de 2021

Un tren para Durango

 


Hacía tiempo que no veía un Spaguetti western y he apostado por una película muy representativa del género como es Un tren para Durango (1968) del romano Mario Caiano, uno de los directores más prolíficos y polifacéticos dentro del cine italiano del último tercio del siglo XX. 

Como director - dirigió más de 50 películas entre 1961 y 2001-, guionista - autor de al menos 27 guiones desde su debut en 1954-, productor e inicialmente director de segunda unidad. Se atrevía con spaguetti western, pero también con peplums, cine de terror y thriller hasta algunas películas hardcore como Nazi Love Camp 27 o La svastica nel ventre . Un auténtico todoterreno .

En este caso Caiano apostó por dirigir esta producción hispanoitaliana que contaba con el guion de José Gutiérrez Maesso, aunque también productor,  el mismo que estuvo detrás de Django, Minnesota Clay, El precio de un hombre, Tedeum, Los despiadados y este tren con destino a Durango. 

En este caso Maesso estuvo acompañado en la producción con Bianco Manini que trabajan en coproducción amparados por M.C.M y Tecisase , se lanzan a llevar a la gran pantalla este Spaghetti western en tono de comedia rodada en Almería en las que están presentes dos ladrones, uno mexicano y otro gringo, como señala Fausto Fernández llevando a cabo un "duelo memorable entre Anthony Steffen y Enrico Maria Salerno", dos buscavidas. 

Es la historia de dos aventureros inmersos en la revolución mexicana (Anthony Steffen como Gringo y Enrico Maria Salerno como Lucas) que suben a un tren con destino a la ciudad de Durango sin saber en las muchas vicisitudes que van a sufrir.


Durante el trayecto, unos bandidos asaltan el tren y secuestran a Helen (Dominique Boschero ), una bella pasajera que dice ser periodista francesa a la que Gringo había conocido durante el viaje que es interrumpido por los bandidos. 

Los dos socios , Gringo y Lucas que se han apoderado de las llaves que abren la caja fuerte que ha sido el objetivo del robo y que ellos han hurtado de los cuerpos de los norteamericanos que han sido asesinados durante el asalto salen en busca de los bandidos, una partida encabezada por Heraclio (José Bódalo ) y su ayudante , algunos de los hombres de Lobo ( Manuel Zarzo y José Canalejas ) cayendo en poder de estos que a su vez actúan en nombre de Lobo (Roberto Camardiel ). 


Interviene entonces un elegante pistolero (Mark Damon), que les libra de los bandidos, y con el que los dos hombres acuerdan asociarse.involucrados en el robo de una caja fuerte en el tren. La película cuenta con la reconocible música de Carlo Rustichelli, junto con la fotografía de Enzo Barboni y el montaje de Renato Cinquini. 


En mitad de la revolución mexicana en la que los ladrones que los hay de guante grueso (unos hermanos) y de guante blanco - un pícaro- un americano de nombre Brown que se desplaza en un coche rojo. Entre medias engaños, chistes ligeros de tono infantil y juegos con el de la de la mesa de la muerte!. Un "me rindo" al unísono. Un viaje en el coche. Todo ello a caballo y en el desierto. Engaño tras engaño. 

Asaltos ferroviarios, acción y un Anthony Steffen más chulo que un ocho. Este producto es lo que llama Fausto Fernádez un "tortilla western" y yo un "spaguetti con chorizo" con José Bódalo y Aldo Sambrell en el reparto. 

Fue Anthony Steffen el que encargó personalmente un (bueno, bueno) guión a Duccio Tessari, esperando que lo dirigiera, pero al final fue otro crack, el veterano Mario Caiano quien se lanzó a rodarla por parajes de Gérgal, alrededores de la Sierra Alhamilla, parajes de Tabernas (Almería) y el puntal de Palopos. 

Dice ABC Play que es un "Típico spaguetti-western, en un momento en que este subgénero iniciaba ya su decadencia. De nuevo, nos encontramos con un hombre solitario que deberá enfrentarse a toda una banda de facinerosos. Antonio De Teffé (“Apocalipsis Joe”) repite en su papel habitual. Coproducida entre España e Italia no se diferencia en nada a otra multitud de películas con argumento parecido rodadas en esa época".

Para acabar decir que hay que dar muchos vivas en la película. Viva Zapata , Viva Almería y Viva la música y el Western aunque sea con chorizo y tortilla.



lunes, 12 de febrero de 2018

Usher , según Corman


Hace un par de semanas disfrutaba con la versión de Epstein de La caída de la casa Usher del año 1928, basada en la obra del bostoniano Edward Allan Poe que ha sido llevada repetidamente al cine. 

Durante el debate tras er la película se hizo menc a la versión de esta misma obra con el título de House of Usher en  1960, por el director natural de Detroit, Roger Corman y producida por American International Pictures y que contó con la presencia únicamente de cuatro actores: Vincent Price, Mark Damon, Myrna Fahey y Harry Ellerbe. 

El guion, escrito por uno de los grandes guionistas del género de terror como fue Richard Matheson, autor del clásico llevado repetidas veces al cine, Soy Leyenda, aunque en este caso lo que hizo fue adaptar a su gusto el cuento homónimo de Edgar Allan Poe publicado en 1839.

Desde que esta película fuese llevada al cine en aquel primer año de la década de los 60 bajo el título House of Usher (The Fall of the House of Usher) el director nacido en Detroit en 1920, propuso a la productora, la AIP (American International Pictures) adaptar en la medida de los posible los principales títulos de la obra del escritor de Boston. 

La intención de Corman era era apartarse un poco del tipo de películas que había hecho en los años cincuenta, todas de bajo coste –Corman era un director que recibía dinero para rodar una película y rodaba tres− y la mayor parte de género fantástico para hacer obras de más fuste y trascendencia. 

Para ‘La caída de la casa Usher’ dispuso el director de un mayor presupuesto, llegándose a apostar por una película en color y en   scope. El éxito fue tal que Corman consiguió su objetivo: llevar a la pantalla  el resto de adaptaciones del escritor norteamericano del siglo XIX. 

Para ello el mismo Corman se implicó en la producción junto a  James H. Nicholson , máximo responsable de la American International Pictures, un estudio cinematográfico fundado  el 2 de abril de 1954 por el mismo James H. Nicholson, cuando era  gerente de ventas de Realart Pictures y por Samuel Z. Arkoff; abogado especializado en temas de entretenimiento. 

La AIP se dedicaba desde sus inicios a la producción de películas independientes y de bajo presupuesto que luego se distribuían en una doble función. 

El primer film que produjeron fue The Fast and the Furious (curioso título visto lo visto lo que ahora triunfa entre el público)  dirigido por Roger Corman y protagonizado por el gran John Ireland. 

En sus primeros años la AIP no pudo obtener ganancias, lo que llevó a Arkoff a preguntar a los guionistas que le trabajaban el por qué y ellos respondieron que el público en ese momento veía la la televisión y le gustaban los westerns. Arkoff dijo entonces que para producir westerns se necesitan 2.000.000 de dólares y grandes estrellas, por lo que pensaron que había de producir algo original y único, y  empezaron a producir películas de terror y ciencia ficción. La fórmula fue un éxito inmediato. 

Para James H. Nicholson y Samuel Z. Arkoff  Roger Corman era su director favorito, siendo sus guionistas Charles B. Griffith ,  Lou Rusoff; hermano de Arkoff llegando más tarde entre otros Richard Matheson, Charles Beaumont, Floyd Crosby, Ray Russell. 

Tras el gran éxito de Corman y la adaptación de Matheson de la obra de Poe , optaron por llevar al cine la obra del poeta bostoniano y de otros autores , con títulos como  The Pit and the Pendulum ,  The Premature Burial ,  Tales of Terror ,  The Raven ,  The Haunted Palace , The Masque of the Red Death ,  The Man with the X-Ray Eyes y The Tomb of Ligeia.

Gran parte de los actores a sueldo de la AIP eran Vincent Price , Michael Landon , Ray Milland , Jack Nicholson , Boris Karloff y Peter Fonda.

En 1979, con el retiro de Arkoff la AIP fue vendida a Filmways Inc que se convirtió en una subsidiaria de la misma unidad de producción llamada en 1980 Filmways Pictures. Poco después la Filmways fue comprada más tarde por Orion Pictures - en 1982 - y Filmways fue rebautizada más tarde como "Orion Pictures Corporation", pero retuvo el brazo de distribución. Esto permitió a Orion establecer su propia red de distribución después de utilizar para la distribución de Warner Bros., que aún tiene derechos de distribución de Orion. 

Hoy en día, la mayoría de la biblioteca AIP es propiedad de la compañía sucesora de Orión, la Metro-Goldwyn-Mayer. 

Pues bien en este caso la AIP dio un presupuesto de unos 270.000 dólares aproximadamente para la que sería su primera película en color y contrató al actor Vincent Price en la que fue la primera de las innumerables colaboraciones entre el director Roger Corman y el actor Vincent Price. 

En esta sentido  Corman contó para la  adaptación de una historia escrita en 1839 de Edgar Allan Poe, escrita con  uno de los máximos especialistas   Richard Matheson, autor de ese clásico llamado ‘Soy leyenda’.

Igualmente contó con la banda sonora de Les Baxter y la fantástica y fantasmagórica fotografía de Floyd Crosby.

Para los protagonistas, únicamente salen cuatro actores contó con el citado   Vincent Price como Roderick Usher , con Mark Damon como Philip Winthrop , con Myrna Fahey como Madeline Usher y con Harry Ellerbe como el mayordomo Bristol.

La historia comienza con la llegada a la Mansión Usher de Philip Winthrop (Mark Damon), un joven apuesto, que va a caballo y que viaja desde Boston, se presenta en la sombría mansión de los Usher, que se encuentra rodeada por un pantano y un paisaje sin vegetación, para pedir la mano de su amada Madeline.

Sin embargo, el mayordomo de la casa Bristol (Harry Ellerbe) le dice que no le puede abrir ya que el señor de la casa Roderick Usher (Vincent Price), el hermano de ella, se opone a las visitas. Sin embargo, Philip insiste y , finalmente, Bristol le deja entrar. Pero le pide, extrañamente , que se quite las botas. De inmediato lo deja solo y , al rato, se presenta con unos zapatos.

Tras ello Philip sube por unas escaleras y antes de entrar en una habitación con la puerta cerrada es recibido por Roderick, que lo trata con cortesía, pero que le pide insistentemente que se vaya, ya que por un lado el tiene un problema de hipersensibilidad sensorial y además su hermana , Madeline padece una extraña enfermedad que acabará pronto con su vida. Roderick le dice que el matrimonio es imposible. 

Philip le explica que pretende reunirse con su prometida, Madeline Usher (Myrna Fahey), y llevarla de vuelta a Boston, donde habían pasado algunos días juntos. Sin embargo, el hermano de Madeline, Roderick (Vincent Price), se opone al matrimonio de ambos y le ordena al visitante que se vaya de la casa. 

Roderick le explica que los miembros de la familia Usher padecen una enfermedad hereditaria que hace que sus sentidos sean más sensibles de lo normal, situación que se va haciendo más insoportable con el pasar de los años. 

A pesar de esto, Philip decide quedarse en la casa y tras verla, inicialmente algo fría con él, decide atender a Madeline. Esa misma noche Philip va a verla a su cama, aunque es descubierta por  su celoso hermano, que parece igualmente atraída por ella. 

Parece que todo es un triángulo amoroso entre los dos hermanos Usher y Philip, y que simplemente todo puede ser la respuesta de un  Roderick celoso de las intenciones de Philip, al proclamar, casi desesperadamente, que no puede llevársela debido a la maldición que los Usher sufren desde hace generaciones.

A la mañana siguiente Philip se levanta y como durante la noche anterior, comprueba que la casa está realmente en ruina con una  grieta que pone en dificultades la estructura de una mansión que se viene abajo. Es más, una lámpara está a apunto de caer sobre Philip antes de desayuno. 

Durante el desayuno Philip comprueba que efectivamente la casa en una ruina, pero el mismo Britol también le dice que la ruina es física y casi moral, cosa que el corrobora el mismo Roderick.  

Poco después para sustentar sus palabras Roderick le muestra como la maldad de los Usher procede desde su origen inicial en Gran Bretaña y que han llevado las distintas generaciones hasta Nueva Inglaterra. Esa maldad se ha extendido por el mundo y  nunca se detiene.

Philip puede comprobarlo con los múltiples cuadros que le muestra Roderick, cuadros que corresponden con los ataudes que , anterioridad y con horror, descubre el mismo Philip acompañado por Madelaine en el sótano de la casa en la que está todos los antepasados Usher. 

Philip, de cualquier manera quiere sacar de allí a su prometida, y logra convencerla de contraer matrimonio e irse juntos a Boston. 

Al enterarse de su decisión, Roderick discute con Madeline en la habitación de ella, tal y como escucha ,  tras la cual la joven fallece súbitamente. Según Roderick, esto se debió a que el corazón de su hermana se encontraba débil. 

Tras una muerte que parece no entristecer a nadie, el cuerpo de Madeline es llevado dentro de un ataúd a la cripta subterránea de los Usher. 

Mientras se prepara para irse de la casa, pues ya no tiene sentido quedarse allí, Philip descubre, gracias al mayordomo de los Usher, Bristol (Harry Ellerbe) cuando le está preparando un café, que Madeline padecía catalepsia, lo que lo hace dudar de la veracidad de su muerte. 

El joven se enfrenta a un desquiciado Roderick y lo culpa de haber sepultado viva a su hermana. Roderick le dice que se vio obligado a hacerlo, ya que el linaje de los Usher estaba maldito por los crímenes que habían cometido sus antepasados. Su plan era que la maldición finalizara con él y su hermana.

La posibilidad de que el linaje sobreviva con la relación de Philip y Madeleine es algo que atormenta al sensible Roderick, y no parará hasta impedirlo como compueba un Philip que baja a la cripta de los Usher, donde descubre que el ataúd de Madeline está vacío. 

La joven había logrado escapar y, presa de la demencia, comienza a recorrer la casa en busca de su hermano. Philip se mete por los pasadizos que dan a la casa cada vez más en ruinas. 

Al encontrar a Roderick, Madeline intenta asesinarlo, y el enfrentamiento provoca un incendio en la casa. Ambos hermanos mueren consumidos por las llamas, mientras que a Bristol se le cae una viga del techo en la cabeza. Philip, en cambio, logra escapar y ve cómo la casa se derrumba y hunde en el pantano. La maldición sobre la caída de los Usher se ha cumplido.



La película presenta muchas  detalles del escrito de Poe, pero también existen cambios substanciales. En el texto de Poe, el protagonista no es el prometido de Madeline, sino un muy buen amigo de adolescencia de su hermano Roderick.  A despecho de la historia, el cambio se debió probablemente a que en filmes de Hollywood con frecuencia se introducen romances para hacerlos más comerciales.

Igualmente , en la obra original el protagonista es invitado por Roderick a su casa, y no se le niega la estadía, al contrario. También en el original la historia se detiene más en los sentimientos de experimentados al comienzo, cuando el narrador llega a caballo a la mansión. En la obra de Poe, Roderick confiesa la catalepsia, no es ningún secreto. La película se enfoca más en el misterio y cierta forma de suspense. 

El director Roger Corman le propuso al estudio American International Pictures realizar una película en color, en concreto, en Cinemascope, a diferencia de las cintas en blanco y negro que había hecho durante los años 1950, con un período de producción algo mayor a los diez días habituales en los que tardaba de filmar sus películas de aquel entonces. No es de extrañar que ese 1960, Corman tiene 40 años y ya ha rodado 40 películas. 

La historia escogida fue  La caída de la casa Usher, de Edgar Allan Poe,  una historia relativamente conocida y estaba en el dominio público, lo que significaba un menor costo.

El guionista fue Richard Matheson, quien agregó algunos elementos al cuento de Poe, como la historia de amor entre Madeline y Philip. Aunque James Nicholson aprobó el guion, Sam Arkoff no estuvo seguro sobre su contenido, ya que la película no tenía un monstruo, lo que caracterizaba a las cintas del estudio. Ante esto, Corman le explicó que la casa era el monstruo, y el proyecto fue aprobado. 

Como ya hemos dicho la cinta contó con un presupuesto de 270 000 dólares y antes de comenzar a rodar, Corman utilizó un día y medio para ensayar algunas escenas con los actores y planear movimientos de cámara. 

La primera escena de la película, en la que el personaje de Mark Damon llega en su caballo a la casa de la familia Usher, fue filmada en un bosque de Hollywood Hills (Los Ángeles) que había sido arrasado el día anterior por un incendio. Aunque la mayor parte de la misma fue rodado en los Raleigh Studios en el 5300 Melrose Avenue, de Hollywood, en Los Ángeles en enero de 1960. Por cierto, este estudio que se alquiló llego al acuerdo con Corman de dejar la pequeña escalera del sótano en pie después de la producción y fue utilizada por Roger Corman en películas posteriores.Además Roger Corman sabía que había un viejo granero en el condado de Orange, California, que estaba a punto de ser demolido. Pudo llegar a un acuerdo que le permitiera quemar el establo por la noche y filmarlo. El metraje resultante fue tan bueno que se utilizó no solo en el clímax de esta película, sino también en películas posteriores de "Poe". 

A destacar las pinturas que aparecen en el filme  que representan a los antepasados Usher y que recuerdan a la obra del belga  James Ensor , y fueron realizadas por un artista llamado Burt Schoenberg, y tras finalizar los 15 días de rodaje, algunos miembros del equipo de producción, entre ellos Vincent Price, se llevaron las pinturas a sus casas. Roger Corman tomó el retrato de Vincent Price.

La película fue todo un éxito de taquilla increíble, no así de crítica,  y posibilitó que la saga continuara con resultados dispares. Fue considerada por el propio Vicent Price como la mejor interpretación de toda su carrera.  

En 2005, la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos la escogió junto a otras cintas para formar parte del National Film Registry, archivo cinematográfico que se dedica a conservar películas "cultural, histórica o estéticamente significativas". 

Hoy de ella dice Dave Kehr del Chicago Reader que "La cinematografía de Corman se basa en energía no canalizada y emociones apocalípticas; el suyo es un arte sin arte"; mientras que en Variety "No es precisamente la historia corta de Edgar Allan Poe la que emerge en House of Usher, pero es una variación razonablemente desviada y bellamente montada".

En Time Out entiende que Geoff Andrew "La decadencia enfermiza y la claustrofobia de la familia Usher son evocadas admirablemente por la fotografía 'Scope' de Floyd Crosby y la dirección de arte de Daniel Haller.

Para  Julio Cortazar, la película contiene los elementos autobiográficos  identificables del autor bostoniano: “el egotismo morboso, vinculado a una enfermedad nerviosa de confusa etiología, los rasgos necrofílicos, el sadismo macabro, las relaciones familiares anormales (de tipo incestuoso), la presencia estimulante del opio (combinado estéticamente, según se ha indicado, con cuadros y libros vetustos e interpretaciones musicales desaforadas”. 

Además , este título es uno de los favoritos del director Tim Burton, fan confeso de Vincent Price. 

Curiosamente, en España la película no llegó a estrenarse en los cines hasta 1983, 23 años después. La película fue lanzada, con 1 copia,   en Barcelona  en el Casablanca durante 33 días y luego, en el Cine Alphaville de Madrid durante 4 semanas, solo proyectada en una versión subtitulada. También hubo un relanzamiento en Madrid en 2003 (Pequeño Cine Estudio) durante 23 días, solo en una versión subtitulada.

La versión doblada fue para el estreno de VHS (1984) y luego fue transmitida en el estreno de TV (1989).

Para Alberto Abuín, editor en Espinoff, señala que ‘La caída de la casa Usher’ versión Corman "es una especie de respuesta al fanta-terror gótico italiano, que caminaba paralelamente a los films de la mítica productora británica Hammer, sobre todo las cintas de Terence Fisher, que tanto éxito estaban teniendo en todo el mundo. Un terror de tintes góticos que mostraba la enorme capacidad de Corman para crear atmósferas terroríficas con muy pocos elementos, además de contar con la imponente presencia de un Price pletórico. 

Y añade que "los antepasados más malvados de la familia Usher, representados en tétricos retratos que parecen un homenaje de Corman al pintor James Ensor. De esta forma la caída del título no es sólo física, sino que representa la decadencia de la familia, aumentada por el horror de enfrentarse a la muerte, algo que les llevará a la locura, sobre todo a Madeleine, enterrada vida". 

Termina diciendo el editor que "‘La caída de la casa Usher’ refleja la enorme capacidad de síntesis por parte de Corman, aun hablando de una trama realmente mínima. Con todo 79 minutos de puro cine y un crescendo dramático que alcanza su cénit en el tramo final, cuando Philip busque ansioso a una Madeleine resucitada, y loca, por los pasillos subterráneos de un mansión que parece no tener fin. Una puesta en escena para el recuerdo, sobre todo con el uso del color rojo, muy presente en el ciclo, travellings laterales que confrontan bien y mal, sacando el máximo provecho de elementos mínimos".

A raíz del éxito de la película, la productora American International Pictures y Corman realizaron nuevas adaptaciones de relatos de Poe entre 1960 y 1964. Las películas son: Pit and the Pendulum (1961) La obsesión (1962) Tales of Terror (1962) El cuervo (1963) The Haunted Palace (1963) The Masque of the Red Death (1964) La tumba de Ligeia (1964) Vincent Price interpreta papeles protagonistas en todas las películas, excepto en La obsesión, en la que no participó por motivos contractuales. 

Aunque The Haunted Palace (1963) toma el título de un poema que aparece en el cuento La caída de la casa Usher, adapta en realidad el relato El caso de Charles Dexter Ward, de H.P. Lovecraft. 

“La caída de la casa Usher”, símbolo de un cine que marcó una generación y la década de hacer terror en los años sesenta gracias al ambiente y / o atmósfera   fantástica y fantasmagórica que consigue Corman junto con su fotógrafo,  Floyd Crosby,  mezclando colores y tonos en los que está presente el blanco humo, el azul de las pesadillas, el negro en los  pasadizos secretos o los árboles quemados y el rojo , cominado en ocasiones con el negro, visible en trajes como el de Roderick y Madelaine, pero también y sobre todo en las pinturas de antepasados, y todo con tan sólo cuatro actores enredados en una historia opresiva, claustrofóbica. Es normal que la casa Usher se desmoronada, se viniera abajo, pero la película se vino arriba en la historia del cine. Hoy es un clásico de culto. No es para menos.


lunes, 2 de mayo de 2016

Cien caballeros


Aunque parezca mentira San Juan Bosco es el patrón del cine. Eso nos lo repetían los curas de los salesianos una y otra vez cuando nos llevaban al cine, cosa que hicieron en múltiples ocasiones. No había festividad que no se conmemorara con alguna misa y alguna película. Para ello los salesianos tenían un teatro enorme que tenía propramación propia no sólo para los días señalados, sino -que yo recuerde - muchos viernes por la tarde. Allí conocí al monstruo japonés de Godzilla, al malvado Fu Manchú, la Guerra de los Mundos. Con ellos fui al año 2001 para no enterarme lo que me contaba Stanley Kubrick. pero también entramos en Diálogo de Carmelitas, nos enteramos quién era el Papa Nero y la Unificación Italiana con En nombre del Papa Rey, o vimos a Anthony Quinn como sacerdite que llegará a trono de San Pedro en Las sandalias del pescador. 

Un día nos llevaron a ver una película extraña. Se trataba de una coproducción entre Italia, España y la República Federal Alemana y que llevaba como título el de Los cien caballeros (en italiano, I cento cavalieri, en alemán, Die hundert Ritter. Mi sorpresa ha sido que   en Francia y en México fue conocida como  El hijo del Cid.

Se trata de una película, singular, una de las pocas películas que trata el tema de la presencia musulmana en la península ibérica. La película es del año 1964 y fue dirigida por un director italiano , especializado en Peplum, que responde al nombre de Vittorio Cottafavi.

Cottafavi nacido en Módena, el 30 de enero de 1914 y fallecido al sur de Roma, en Anzio, 14 de diciembre de 1988, fue  uno de los maestros del peplum. Tuvo su edad dorada entre 1959, con Las legiones de Cleopatra (Le legioni di Cleopatra, 1959), y más tarde hacer  Toro bravo (1960) La conquista de La Atlántida (Ercole alla conquista di Atlantide, 1961) y , finalmente, creo que fue su última película, Los cien caballeros de 1965. 

La película se basaba en un guión firmado por un grupo de escritores españoles e italianos formado por José María Otero, Giorgio Prosperi, Enrico Ribulsi, José Luis Guarner, Antón Eceiza. Destaco que el mismo Enrico Ribulsi participa en la película como actor, asumiendo el rol de Conde de Castilla u el crítico cinematográfico José Luis Guarner, colaborador en España del director italiano Vittorio Cottafavi, presidente de la Asociación de Críticos y Escritores Cinematográficos de Cataluña, crítico perspicaz y agudo en las páginas de Film Ideal, Documentos cinematográficos, Fotogramas, la revista británica Movie, y habitual en las páginas de La Vanguardia, amigo de Guillermo cabrera Infante y escritor cinematográfico como esa obra titulada 30 años de cine en España (1971), una monografia sobre Visconti (1978) y, sobre todo, su fundamental Roberto Rossellini, que apareció publicado en inglés en 1970, convirtiéndose inmediatamente en un clásico para la historiografía mundial, fallecido en 1993

En lo técnico destaca la música de Antonio Pérez Olea, muy enraizada en la época y en cierto sentido muy italiana. Trabajó con todos los grandes del cine español de la época desde Miguel Picazo hasta Fernando Fernán Gómez, pasando por Berlanga, Jorge Grau, Olea, Manolo Summers, Antonio Drove, Iván Zulueta.

Destaca igualmente la fotografía de Francisco Marín en un brillante Technicolor y Techniscope y los decorados de Ramiro Gómez.

El reparto lo encabezan Mark Damon como Don Fernando Herrera y Menendez,  Antonella Lualdi como Sancha Ordoñez, Gastone Moschin como el Fraile  Carmelo , Wolfgang Preiss como el musulmán Sheik Abengalbon,  Barbara Frey como Laurencia , Rafael Alonso como Jaime Badaloz, Hans Nielsen como Alfonso Ordoñez, el alcalde,  Manuel Gallardo como Halaf, Mario Feliciani como el embajador de  Sheik,  Arnoldo Foà como Don Gonzalo Herrera y Menendez y Aldo Sambrell como Alfaqui, así como el ya citado guionista  Enrico Ribulsi como el conde de Castilla.

La película empieza con una referencia a un texto de Lope de Vega y la realidad histórica de la España medieval. Para introducir la historia nos encontramos con un pintor que pinta una narración de enfrentamiento entre las comunidades cristiana y musulmana que habitan en la España del año 1000, teniendo esta última comunidad a Córdoba como su capital y en un amplio espacio central no controlado por ningún poder político y ocupado por campesinos que se mueven y negocian entre ambas comunidades religiosas. Supuestamente este desierto estratégico del Duero es un espacio que es reclamado por el Conde de Castilla y por la autoridad cordobesa.

Hacia el año 1000, mientras se está produciendo una disputa entre la hija del alcalde, Sancha Ordóñez ( Antonella Lualdi) y un joven cercano a la nobleza pobre como es Don Fernando Herrera y Menendez (Mark Damon) por la venta de unos sacos de trigo se produce la llegada de los árabes del jeque Abengalbón, el grande que  perturban la paz de una pequeña población cristiana.

El alcalde Alfonso Ordoñez, (Hans Nielsen) así como el prometido de Sancha, Jaime Badaloz (Rafael Alonso)  se excede en sus atenciones y amabilidades con el recién llegado que no se presenta como un enemigo, pese a la oposición de su hija Sancha.

Fernando, el joven comerciante, que , finalmente, ha comprado los carros de trigo muy a su pesar debido que ha pagado más de lo que esperaba, intenta escapar de una emboscada planteada por unos ladrones. Pero estos son frenados en su acción por los musulmanes que intentan quedarse con los carros cargados de trigo. Fernando , que se encuentra atado por los ladrones, reclama la titularidad de los mismos, pero los árabes se lo arrebatan y detienen a uno de los ladrones.

Poco a poco, los musulmanes van prolongando su estancia en el lugar y manifestando una dureza con los locales excesiva. Al preso le golpean con un látigo y a pesar de que dice la verdad, que son diez, los ladrones asaltantes, finalmente declara que son cien.

Con este arresto comienza una fuerte represión que se manifiesta en los duros juicios y condenas aplicadas por el Alfaqui (Aldo Sambrell) como la tortura en el pozo de la localidad que acaba con la muerte del reo. En principio la comunidad de frailes de la localidad es respetada, pero el malestar en la misma va en aumento.

Los campesinos, ante tanta arbitrariedad, animados por Sancha, deciden sublevarse, pero los árabes aplastan la revuelta. Tras esto comienza una fuerte represión, pues Abengalbón, el grande, a diferencia de su hijo, un hombre muy razonable , quiere vengarse de la muerte de 12 soldados musulmanes. Ante esto Abengalbón ordena la muerte de 12 hombres de la localidad algo a lo que se niega el alcalde , que acaba siendo ahorcado junto a otros en un puente.

Mientras tanto, Fernando y su padre, Don Gonzalo Herrera y Menendez (Arnoldo Foà) se encargarán de hacer frente a los invasores. En primera estancia, intentan ver al conde de Castilla , pero este no parece muy preocupado por el asunto (Enrico Ribulsi), pues se presenta como un hombre que roza el absurdo.

Padre e hijo, organizan la resistencia y para ello movilizan a los que han huido del pueblo, que son casi todos sus habitantes, a los que se suman algunos frailes, así como la banda de ladrones. Entre Don Gonzalo y Fernando diseñan un plan se ataque, auxiliados por algún frailes, que antiguamente estuvo en el ordo miliatri.

Entre Fernando y Sancha, la inicial tensión se trasforma en una historia de amor. Igualmente en el campamento surge otra historia entre el hijo de Abengalbón, que es derrotado por Fernando en una justa, y una chica cristiana, Laurencia (Barbara Frey).

A pesar de los repetidos intentos por parte de los musulmanes de atacar el campamento cristiano, repelidos de forma inteligente, y la reacción de los cristianos, son éstos, tras una serie de encuentros los consiguen derrotar a los árabes en una batalla ante los cien caballeros dirigidos por Don Gonzalo. Aprovechando un fuego sobre el trigal se producirá un enfrentamiento entre los lanceros musulmanes y los castellanos. El enfrentamiento es cruel y casi espectacular,  y los muertos abundantes. Entre las bajas están Don Gonzalo y Abegalbón el mayor.

Una vez que los campesinos han triunfado, perdonan a los árabes supervivientes y juntos inician la reconstrucción del pueblo, al tiempo que el amor une a Fernando y Sancha , así como entre el joven Abengalbón y Laurencia. Será nuevamente el pintor quien ponga con sus últimas pinceladas el broche final, coincidente con la boda entre los cuatro jóvenes protagonistas. Acabando así la película.

La misma es un gran trabajo de documentación, de ambientación, de vestuario, de puesta en escena, de buenas coreografías en las luchas  y una hermosa fotografía. Los exteriores fueron rodados  en Pedraza (Segovia) y en las afueras de la ciudad.

Entre las múltiples fuentes utilizadas por los múltiples e internacionales guionistas hay que destacar 'Las Famosas Asturianas' de Lope de Vega.

Otro detalle a añadir, este fué el último trabajo para el cine de Vittorio Cottafavi, considerado un especialista del cine de espada y sandalia, vamos "peplum", ya que después este director se dedicaría sólo a la televisión, al valorar que "un gran éxito cinematográfico logra un millón de espectadores, mientras que un pase televisivo lo ven de doce a quince millones. Cuando vi que Rossellini se inclinaba por la televisión me dije: si él lo hace, seguro que está bien".

En 2004 la película que yo habría visto un 30 de enero de 1974 , aproximadamente, fue restaurada y mostrada como parte de la retrospectiva Storia Segreta del Cinema Italiano: Italian Kings of the B's (1949-1976) en la 61ª edición del Festival Internacional de Cine de Venecia.

Algunos críticos entienden que "I Cento Cavalieri", que se supone que tiene  lugar en la Edad Media y alrededor del año 1000 dC es un spaghetti western, incluso en lo músical como he señalado al principio , sobre todo, por su puntuación.

Destaca el trabajo de vestuario y fotografía en el que relucen los sarracenos, todos vestidos de azul,Por momentos la película es cómica, y por momentos es dramática como se aprecia en el par de ocasiones en la que se ve la "tortura del pozo" y las muchas colgaduras.

Antonella Lualdi, sin ser una grande del cine italiano, si es una actriz de oficio que había trabajado  en Francia con grandes directores (Autant-Lara, Chabrol) aunque aquí no deja  de ser una mujer racial.

Vittorio Cottafavi intenta realizar una película verista en el sentido que no huye de lo que la brutalidad que supone la guerra y sus consecuencias , no teniendo reparo ninguno en mostrarnos lisiados y  los mutilados que como dice Don Gonzalo "que pueden asustar a nuestros jóvenes soldados". Parte de las imágenes del rodaje fueron recogidos por el diario italiano L´Unitá 

Jordi Batlle Caminal comentaba en el Diario El Pais en el año 1991 lo siguiente: Una coproducción hispano-ítano-alemana, realizada por el más cultivado y sagaz de todos los realizadores que por aquellas fechas hacían péplums, Vittorio Cottafavi.

Los cien caballeros es una película de aventuras circunscrita a los años de la Reconquista, pero tocada con humor, fino y sutil humor, ahí donde podemos ver -en escena genial- a un par de guerreros luchando entre sí y asustándose uno del otro.

Vittorio Cottafavi es uno de esos casos en los que la figura de un cineasta es muy superior a las historias que le encargan para dirigir. Cottafavi, era un hombre de gran cultura, experto conocedor de la narrativa cinematográfica y con un refinado gusto para poner en escena cualquier película con sutileza y sentido de la estética, se vio abocado, sin embargo, a realizar casi siempre cintas de aventuras o seudohistóricas, claramente por debajo de sus posibilidades reales. Tanto es así que, después de veintiún años como director cinematográfico, abandonó la gran pantalla para dedicarse a los dramáticos de la RAI-TV, donde pudo dar cabal medida de sus facultades.

También esta “Los cien caballeros” es uno de sus más interesantes filmes. Cottafavi supo utilizar los escasos recursos económicos con una encomiable puesta en escena, un brillante uso del color y con personalidad propia, en una historia curiosa y bien documentada.

A destacar la aparición entre los guionistas de José Luis Guarner, uno de los grandes de la crítica de cine en España, que fuera director del Festival de Cine de Barcelona y uno de los hombres que más sabían de cine en nuestro país y en el extranjero, prematuramente malogrado. Los intérpretes son los habituales de las coproducciones de aquella época, destacando la belleza de Antonella Lualdi y del cormaniano Mark Damon.

Recordaba muchos pasajes de la película como el lanzamiento de la lanza sobre el crucifricado, algo que en ese momento se impactó. Recordaba que la película me gustó, pues en ella había mucho de fina ironía, y estaba rodada a un ritmo agradable con  personajes tan absurdos como divertidos. Posiblemente la película fue un fracaso comercial y  Cottafavi último largometraje. Pero yo la guardo en el recuerdo.