miércoles, 29 de agosto de 2012

Lluvia negra



Todavía no tengo claro el por qué grabe esta película en VHS, creo que se debió a que aparecía en la colección del diario "El mundo" dentro de la serie "La historia más grande jamás contada" o a que a Andy García le cortaban la cabeza. Realmente no me acordaba de gran cosa de esta película así que decidí verla anoche y tras ello le puse este título como entrada: Cuando la lluvia es negra.

Black Rain es un largometraje de 1989 dirigido por Ridley Scott ambientado en Japón. La película fue nominada en dos categorías de los Premios Óscar del 1990, al mejor sonido (Milton C. Burrow, William L. Manger ) y a los mejores efectos  sonoros (Donald O. Mitchell, Kevin O'Connell, Greg P. Russell, Keith A. Wester), así como a la mejor película extranjera en los Premios de la Academia Japonesa del cine en el año 1990. 

Tiene una duración total de 115 minutos. En principio la cinta la iba a dirigir Paul Verhoeven quien firmó para ejecutar la obra.

Con un presupuesto de 30 millones de dólares y controlada la producción por Craig Bolotin, Stanley R. Jaffe, Julie Kirkham, Sherry Lansing y Alan Poul – Pegasus Film - siendo la productora distribuidora la Paramount Pictures. El guión es obra de Craig Bolotin y Warren Lewis. 

Apartado especial juega la música de Hans Zimmer y la estupenda fotografía del también director de cine Jan de Bont – aunque según la página imbd el fotografo que inició el filme fue Howard Atherton - con una la maestría que no se limita a la fotografía: inolvidable es también su densísima atmosfera sonora (apabullante el festival de sonido de la factoría metalúrgica). Tampoco se le puede reprochar falta de pulso a la hora de dirigir a los actores.

Los protagonistas son Michael Douglas (Nick Conklin), Andy García (Charlie Vincent), Kate Capshaw (Joyce), Ken Takakura (Masahiro), Yusaku Matsuda (Sato), Ohashi ( Shigeru Koyama), John Spencer(Oliver), Luis Guzman (Frankie) y John Costelloe (El chico).


Nick Conklin (Michael Douglas) es un oficial de policía de Nueva York que se enfrenta a posibles cargos criminales. El Departamento de Policía, y más concretamente asuntos internos  cree que Nick estaba involucrado con su compañero en una trama por quedarse  con el dinero de una actuación en un escándalo de corrupción. Nick también tiene dificultades financieras. La razón de su actuación de Nick está en el divorcio de su esposa, quien tiene la custodia de sus dos hijos. 

En un restaurante, Nick y su socio Charlie Vicent (Andy García), dos policías de Nueva York, se ven inmersos en un ajuste de cuentas de varios miembros de la mafia japonesa residente en los Estados Unidos. Observan como dos hombres japoneses se reúnen con los gángsters de la mafia. Las sospechas de Nick se concretan  cuando otro hombre japonés entra en el restaurante, se apodera de un pequeño paquete a punta de pistola, apuñala a varias personas, y se va. Nick y Charlie Chase arrestan al sospechoso después de que casi mata a Nick. El sospechoso, es un gángster yakuza llamado Sato.

Uno de los psicópatas asesinos, «Sato», es detenido.  Sato no será procesado en los EE.UU., y Nick se compromete a escoltarlo pues ha de ser extraditado a Osaka. Para acompañarlo a Japón se le asigna la misión de escoltar a este peligroso asesino de la Yakuza. El Capitán de policía cree que Nick puede causar  problemas en Japón dado su carácter rebelde.
Una vez en el aeropuerto de Osaka, y nada más llegar al aeropuerto un grupo de yakuzas suplanta a la policía y engañan a los americanos que les entregan al detenido sin sospechar nada y el detenido se escapa. 

Como todavía son responsables de él, los dos policías intentan capturarle nuevamente. Nick convence a la policía de Osaka para que puedan seguir como observadores la investigación , a pesar de sus armas son confiscados. Se le asignan al mando de  Masahiro Matsumoto (Ken Takakura) un  policía nipón que les hará de guía e interprete.

Nick se comporta con rudeza y ofende a Matsumoto, mientras que Charlie intenta ser más educado. Nick también hace contacto con una chica de una discoteca americana, Joyce, quien explica a Nick y Charlie que representan ineficiencia de América y la estupidez de los japoneses. A través de ella, Nick descubre que Sato está actuando en  una guerra de bandas frente a un  notorio jefe del crimen, Sugai, y que viajó a Nueva York para interrumpir una plancha de  falsificación de Sugai.

Intentando atraparlo van a parar a los bajos fondos de la ciudad, donde se verán envueltos en una encarnizada guerra entre bandas rivales de la mafia japonesa, en concreto la del todopoderoso y clásico yakuza Oashi y el irrespetuoso Sato, por unas planchas para la falsificación de moneda norteamericana .



Nick se une a una redada policial sin permiso y se queda con unos billetes de 100 dólares. Al día siguiente, Matsumoto explica que se han deshonrado a sí mismos, a él, y al cuerpo de policía por el robo, que será deportado a los Estados Unidos. Nick lo llama un soplón y demuestra que el dinero es falso mediante la combustión del mismo.


Todo ello les obliga a introducirse más y más en los círculos de la mafia local. En el momento y lugar más inesperados, y tras una noche de fiesta en la que Andy García marcándose en un karaoke una canción de Ray Charles - acompañado por el agente Masahiro.


Esa misma noche, Nick y Charlie van caminando de regreso a su hotel, borrachos y sin escolta, a pesar de las advertencias sobre su seguridad serán protagonistas de un desagradable suceso: en una aparente broma, un joven motociclista roba el abrigo de Charlie y lo lleva a un estacionamiento subterráneo. Nick observa con horror como el policía neoyorkino «Charlie Vincent» de manos de Sato y varios de los suyos - una banda de motoristas- que lo torturan brevemente y lo matan.



Joyce (K. Capshaw) , en el fondo una enigmática mujer, consuela a un angustiado Nick en su apartamento, y Mastumoto entrega le entrega pistola de servicio de Charlie. Es entonces cuando Nick se da cuenta de que deberá usar los mismos métodos turbios que los criminales japoneses si quiere tener éxito en su misión.  


Matsumoto y Nick siguen el rastro de uno de los hombres de Sato, Nick admite ante Matsumoto que robó dinero en Nueva York. Con el operativo consiguen  recuperar un billete falso de la muestra, que Nick se lo pasa al jefe de los Yakuza, Sugai.
Sato está  en contacto con  Sugai, y el objetivo es lograr la plancha de impresión de billetes de 100 dólares americanos. Nick se enfrenta a Sato, que se escapa cuando a su vez portar un arma en público. Es deportado, pero Nick se cuela en el avión para perseguir Sato por su cuenta, y para ello contará con la inestimable ayuda de Matsumoto que ha sido suspendido y degradado.
Joyce le ayuda a contactar con Sugai, quien explica que la falsificación de moneda de Estados Unidos es su venganza personal por haber sufrido la "lluvia negra", o lluvia radiactiva, después del bombardeo de Hiroshima durante la Segunda Guerra Mundial. Nick sugiere un acuerdo donde Sugai puede permitir a  Nick que recupere la placa robada de Sato, dejando la reputación y las manos de Sugai limpias.


Sugai comenta a Nick que en una granja remota tendrá lugar una reunión al más alto nivel de los Yakuzas. Nick asiste con una escopeta de cañones recortados.
Matsumoto va en su ayuda, y deduce que  Sato planea una masacre. Durante la reunión con Sugai, Sato se corta uno de sus dedos en la ceremonia Yakuza, pero tras esto apuñala a Sugai, y se escapa con las placas, lo que provocó un tiroteo entre los hombres de Sugai y los de Sato.
Sato se escapa con una motocicleta por un campo de cultivo. Nick lo persigue, luchan entre ambos brevemente. Nick toma ventaja y decide si lo mejor es matarlo o no. Opta por humillar a Sato.
Matsumoto y Nick llevan esposado a Sato al cuartel general de la policía ante el asombro de todos, y más tarde reciben elogios, que Nick acepta.
Antes de abordar su vuelo a casa, Nick da las gracias a Matsumoto por su ayuda y le ofrece su amistad, y le da una camisa de vestir en una caja de regalo. Debajo de ella, Matsumoto la encuentra las planchas de impresión falsificadas.

Comentar que Jackie Chan rechazó el papel del villano y que Yusaku Matsuda, quien interpreta al villano, Sato, tenía cáncer de vejiga, y sabía que su condición empeoraría al participar en la cinta. Eligió participar en la cinta manifestando "Así, voy a vivir para siempre". El director Ridley Scott no tenía conocimiento de la enfermedad del actor. Murió el 9 de noviembre de 1989, a menos de siete semanas del estreno.

Ridley Scott acabó dirigiendo el filme. Su mano tan sólo se nota en una atmósfera opresiva y decadente que, a pesar de tener siempre presentes miles de luces de colores, es oscura. Por su estética, incluida la musical es una película muy de los ochenta, aunque la componga Hans Zimmer.

La atmósfera opresiva de las calles de Osaka es excelente, la amistad entre los dos policias, la dualidad entre la cultura colectiva Japonesa e individualista occidental, la organización yakuza, el psicótico mafioso que busca escalar posiciones en la yakuza, etc. La película resulta muy interesante desde un punto de vista social y de mentalidades. Nos presenta un Japón desarrollado, activo tecnológicamente hablando y vivo, pero también controlado por el poder de la mafia japonesa personificada en la yakuta, eso sí, con tópicos: “el buen policía descarriado”, “el choque cultural oriente-occidente”, “el código de los samuráis”, “la redención a través del sacrificio”, “la lealtad”…


La estética ochentena se aprecia en el papel de Michael Douglas, un rudo ( y corrupto) policía policía heterodoxo, deprimido e individualista de New York con un modo de vida típicamente estadounidense (con todo lo que eso conlleva), pero que cambiará su forma de ver las cosas a medida que se van sucediendo los acontecimientos en Osaka. Con una caracterización del personaje muy bien realizada (un policía motero, chulesco, con deudas y tendencia a la bebida, violento, transgresor de normas...), pues se ve claramente su dificultad para adaptarse a una cultura totalmente ajena a la suya (sobriedad, sencillez, tradiciones, modo de trabajar) al mismo tiempo que libra su propia lucha interna.  

La película ilustra muy bien el choque entre ambas culturas, el modus operandi de la mafia japonesa, la cultura del karaoke, la diversión nocturna. Existe una buena dosis de acción como la escena inicial de las motos, o la lucha en la fábrica o la pelea final entre Sato y Douglas.

La película presenta un buen guión, una buena historia, muy buenos actores, tanto en los americanos como en el resto del reparto, en su mayoría son japoneses. La ambientación esta muy lograda, la película tiene momentos de drama, comedia, tensión, acción, etc. Sin dejar de mencionar la buena música de Hans Zimmer. En general, es una muy buena películas de mafias, ahora enfocada en los bajos mundos de Japón, de los Yakuza, en si un mundo muy despiadado y cruel, y que fue muy bien retratado por el director.

"Black Rain" asume muy bien las influencias anteriormente anotadas y las recicla en un espectáculo vibrante, de estética a lo "Blade Runner" y ética del "Yakuza" pero con bastante brillantez formal y un gramo de lirismo ensamblado y consciente que otorga personalidad y entidad propias al film. Buena ambientación parecida a citada de Scott con una ciudad, la de Osaka, con sus luces de neón, sus calles abarrotadas de gente y los vapores que salen de las alcantarillas mucha oscuridad, lluvia, suciedad, luces de neón...)

Hay  referencias a Hiroshima (la parte de vosotros trajisteis la lluvia negra), de los particulares códigos de conducta de la Yakuza y también de la forma de proceder de la policía del país de sol naciente. Su sentido del honor, del deber, la lealtad y la tradición resultan admirables. Se estrenó en una época, a finales de los ochenta, en la que los americanos contemplaban horrorizados como los japoneses dominaban la economía norteamericana.

De ella ha dicho
Miguel Ángel Palomo en el Diario El País que era un "Decepcionante thriller que abraza la comercialidad. Entretiene, sí, pero a Ridley Scott hay que exigirle mucho más", frente a la opinión de Francisco Marinero en el Diario El Mundo que llama la atención por  "El escenario y la dirección artística son determinantes y la violencia adquiere carácter coreográfico. (...) Buena." Como gustos os pongo esta para que contrastéis.

La película que se rodó entre New York (Puente de Brooklyn, Long Island, Queens, Manhattan), Los Ángeles y Osaka en Japón, obtuvo quince millones de dólares de beneficio.

Entre las curiosidades señalar que la oficina de la policía de Osaka es de hecho la "Oficina para la Prevención de los Desastres Naturales", que se encuentra al lado. O que la bodega donde la batalla final tiene lugar no se encuentra en Japón, pero en el condado de Napa, California. Esto se debió a que el visado de Scott en Japón había terminado , así que el rodaje final se trasladó a los Estados Unidos.

El personaje al final de la película dice "kan", que significa "el final". Lo mismo digo yo. 


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