domingo, 14 de julio de 2019

Un puente, el puente


Existen muchas películas que hablan de puentes. Desde alguno muy lejano al de Remagen . Pero si hay un puente que sea el puente ese es el de río Kwai. Cuentan una anécdota sobre la misma. Durante el rodaje de la película el productor Sam Spiegel quiso darle tanto realismo a la película que decidió construir un verdadero puente. La construcción duró 8 meses y se emplearon 500 obreros y 35 elefantes con una inversión total de 250.000 dólares de los tres millones que costó la producción. Además, compró un tren en desuso al gobierno local para destruir ambos, tren y puente. La historia relatada en el filme es ficción, pero recoge la verdadera historia de la construcción de la línea del ferrocarril de Birmania de 1942 a 1943 para  crera infraestructuras militares para la invasión de la India británica, entre ellas el puente sobre el río Mae Klong (renombrado Kwa Yai) para el ferrocarril entre Bangkok y Rangoon.

Años llevaba sin ver esta joya, pero cada vez que la veo me parece más grandiosa. Es una joya de la interpretación en la que Alec Guiness se gana con creces su titulo de Sir. Es una maravilla en su dirección llevada a cabo magistralmente por este director nacido hace ya 111 años que es David Lean. Igual que un arrebatador William Holden confirma en esta película se presencia necesaria en la pantalla. Tiene una música inolvidable que cualquier persona con un mínimo de ritmo intentaría imitar. Pocas películas tienen un cuarto de hora final. Es en definitiva una joya del cine.Una obra titánica, ganadora de siete Oscar de un total de 8 nominaciones, entre ellas, Óscar a La Mejor Banda Sonora , un clásico insuperable, un peliculón.

El puente sobre el río Kwai es una película angloamericana del año  1957, dirigida por uno de los más grandes directores que dio la historia del cine, el británico David Lean y que contó con el apoyo en la producción del citado Sam Spiegel por medio de la productora Horizon Pictures y contando con la distribución de la Columbia Pictures . La película presentó un presupuesto de 3.000.000. ​ 

Esta basada en la novela homónima de Pierre Boulle  Le Pont de la Rivière Kwaï (1952) un escritor natural de Aviñón, reconocido autor de novelas (entre ellas  El planeta de los simios) y que con ella consiguió su primer gran éxito, convertido en best seller internacional, sobre todo a partir de la traducción al inglés que le hizo el ex mayor de comandos británico Xan Fielding, gran amigo de Patrick Leigh Fermor. Fielding y Patrick no podían sino identificarse con Shears y Warden, los comandos enviados a destruir el puente. El propio Boulle había sido agente secreto de la Francia libre en Singapur e Indochina antes de ser atrapado por la policía de Vichy y condenado a trabajos forzados en el Mekong, experiencia que utilizó para su novela, trasladándola a la construcción de un puente sobre el Kwai ( aunque existen dos ríos Kwai, que confluyen, el Kwai Yai y el Kwai Noi). Dado que no había estado en la zona y viendo en el mapa que la vía férrea transcurría junto al río, pues puso su puente en él. La historia se transformó en guión por dos guionistas defenestrados por la caza de brujas: Michael Wilson Carl Foreman

Un aspecto esencial en la película e identificativa es la música compuesta por  Malcolm Arnold . En otros temas técnicos destaca la luminosa fotografía de Jack Hildyard, el montaje de Peter Taylor o el maquillaje de Stuart Freeborn.

En cuanto al reparto destaca William Holden como Comandante Shears , Alec Guinness como el teniente coronel Nicholson , Jack Hawkins como el director mayor , Sessue Hayakawa como Coronel Saito , James Donald como el mayor Clipton , Geoffrey Horne como el teniente Joyce,  André Morell como Coronel Green , Peter Williams como el Capitán Reeves , John Boxer como el mayor Hughes , Percy Herbert como el soldado Grogan,  Harold Goodwin como el soldado Baker,  Ann Sears como la enfermera , Henry Okawa como el capitán Kanematsu , K. Katsumoto como el teniente Miura y  MRB Chakrabandhu como el partisano Yai . 

Estamos en la Segunda Guerra Mundial a principios de 1943. Las colonias británicas de sudeste asiático han caído (Singapur, Malasia, Birmania, etc...) . El ejército británico se ha rendido en Singapur sin presentar lucha y los soldados británicos desplazados a la zona han sido hechos prisioneros por el ejército imperial japonés.

Muchos de esos soldados son llevados a distintos campos de concentración. Y un grupo de ellos son  llegan en tren  japonés a un campo de prisioneros en la frontera con Birmania. 

En el campo ya hay algunos prisioneros entre ellos un buscavidas norteamericano, el Comandante Shears ( William Holden ),   que está encargado de enterrar a los que fallecen y que chalanea con lo que puede con sus carceleros con tal de que lo rebajen de servicio y lo destinen al botiquín.


Mientras el procede a permanecer en el botiquín ve la llegada de un grupo de prisioneros británicos comandados por el coronel Nicholson (Alec Guinness), que está al frente de los prisioneros, y que llegan siguiendo un orden marcial al campo.

Nada más llegar reciben la orden de los japoneses de construir en plena selva un puente de ferrocarril sobre el río Kwai dada por el jefe del campo, el coronel Saito (Sessue Hayakawa) , que les informa que todos los prisioneros, independientemente de su rango, deben trabajar en la construcción de un puente ferroviario sobre el río Kwai que conectará Bangkok y Rangún. 

El oficial británico de mayor rango, el teniente coronel  Nicholson, rehúsa hacerlo aludiendo la Convención de Ginebra que prohíbe el trabajo forzado de oficiales así como el trabajo manual. Saito dice que mañana se pondrán todos a trabajar. 

Nicholson, al llegar a sus barracones, prohibe cualquier intento de fuga porque el cuartel general les había ordenado que se rindieran, y las fugas podían verse como un desafío a las órdenes. 

En la asamblea que se desarrolla por la mañana, Nicholson ordena a sus oficiales que se queden atrás cuando los hombres alistados se marchan al trabajo. Saito amenaza con dispararles, pero Nicholson se niega a dar marcha atrás. Cuando el comandante Clipton, el oficial médico británico, advierte a Saito que hay demasiados testigos para que él se salga con la suya.

Saito como comandante del campo desprecia la actitud del coronel Nicholson y lo obliga a permanecer formado a pleno sol con un intenso calor, junto al resto de oficiales. 

Esa noche, los oficiales son colocados en una choza de castigo, mientras que Nicholson está encerrado en una caja estrecha de hierro. 

Mientras tanto, tres prisioneros intentan escapar. Dos son británicos y mueren en el intento por los disparos de los japoneses, pero el Comandante de la Armada de los Estados Unidos , Shears, se escapa al tirarse al río, aunque es gravemente herido. Mientras que todos creen que ha muerto Shears tras salvar la jungla se topa con un pueblo de nativos, que lo cuidan hasta recuperar la salud y luego lo ayudan a salir, no sin dificultades,  en bote. 

Mientras tanto, los prisioneros trabajan lo menos posible y sabotean el trabajo en el puente todo lo que pueden. Si Saito no cumple con su fecha límite, se vería obligado a cumplir los preceptos del bushido y hacerse el harakiri o suicidio ritual . 

Saito intenta convencer a Nicholson de la necesidad de trabajar, pero el obcecado militar , a pesar de las duras condiciones del encierro se niega a ceder en cada intento de reconducir su actitud.

Desesperado por la actitud cerril del británico , usa el aniversario de la victoria de Japón en la guerra ruso-japonesa de 1905 como excusa para salvar la cara y anuncia una amnistía general, liberando a Nicholson y sus oficiales y eximiéndolos del trabajo manual para júbilo de los soldados prisioneros. También anuncia que releva  su ingeniero de su trabajo , humillándolo en público y además el coronel Saito decide asumir el liderazgo y continuar con la construcción. Pero fracasa.

Nicholson está conmocionado por el mal trabajo realizado por sus hombres.Además es un típico oficial británico que busca una forma de elevar la moral y las condiciones físicas de sus hombres, ve el puente como una forma de conseguirlo, teniéndoles ocupados en la construcción y sintiéndose orgullosos de la obra. Durante las protestas de algunos de sus oficiales, le ordena al Capitán Reeves y al Mayor Hughes que diseñen y construyan un puente adecuado para mantener la moral de sus hombres. 

Como los ingenieros japoneses habían elegido un sitio inadecuado en el que la base del puente se vendría abajo, le propone a Saito que se abandone la construcción original y comenzar a construir un nuevo puente río abajo. Logra convencer con argumentos técnicos a Saito, quien forzado por el atraso, acepta. 

Los prisioneros, que habían tratado de boicotear de muchas formas la construcción del puente, reciben la orden de Nicholson de colaborar. 

Por su parte, un mayor estadounidense, Shears (William Holden), el que había sido prisionero en el mismo campo, ha logrado logra llegar a las líneas aliadas y ahora está recuperándose en Ceilán. Shears está disfrutando de su estancia en el hospital en Ceilán ligando con las enfermeras. Un día se persona un comandante británico , el mayor Warden (Jack Hawkins) encargado de operaciones especiales que tras quedar en el Jardín Botánico de Colombo para tener un encuentro  lo invita a unirse a una misión para destruir el puente antes de que se complete. 

Shears está tan horrorizado que confiesa que no es un oficial; se hizo pasar por uno, esperando un mejor trato por parte de los japoneses. Warden responde que ya lo sabía y que la Marina estadounidense acordó transferirlo a los británicos para evitar la vergüenza. Al darse cuenta de que no tiene otra opción, Shears asume que será voluntario. 

En contra de su voluntad, vuelve unas semanas más tarde guiando a una unidad de comandos británicos, bajo las órdenes del mayor Warden (Jack Hawkins), cuya misión es volar el puente construido por los prisioneros, antes de que pase el primer tren japonés, cortando así la línea del ferrocarril, vital para el transporte de suministros del ejército japonés. 

Mientras tanto, Nicholson impulsa a sus hombres para completar el puente a tiempo. Para él, su finalización ejemplificará el ingenio y el arduo trabajo del ejército británico mucho después del final de la guerra. Cuando él pide que sus homólogos japoneses también colaboren, Saito, resignado, responde que ya ha dado la orden. 

El mayor Clipton (James Donald) el médico de la compañía,  expresa serias dudas sobre la cordura de los esfuerzos del Coronel Nicholson por construir el puente para mostrar a sus captores japoneses que eficacia británica. 

Mientras el puente avanza y casi cumpliendo con lo programado para ese mes de mayo, los cuatro integrantes del comando británico se lanzan en paracaídas, aunque uno muere al aterrizar. Wardem, un profesor de lenguas orientales y especialista en explosivos,  Shears y el teniente canadiense Joyce  (Geoffrey Horne ) tendrán que desplazarse buscando el puente sobre el río con la ayuda de un grupos de mujeres siamesas y el jefe de su aldea, Khun Yai (MRB Chakrabandhu  ). 

El desplazamiento por la jungla es complicado y muy duro, pero avanzan superando la lluvia y las dificultades propias de la jungla como la humedad que llega afectar a la radio. Pero mientras descansan tiene lugar un encuentro con una patrulla japonesa a la que casi liquidan en su totalidad, aunque uno de los japoneses huyen. Warden es herido en un pie el  encuentro con el integrante de la patrulla japonesa al paralizarse Joyce. Y tras intentarlo debe ser llevado en una litera. 

Finalmente el grupo llega a los alto de una colina y puede ver como el puente está construido y a punto de ser inaugurado. Al abrigo de la oscuridad, Shears y Joyce colocan explosivos en las torres del puente debajo de la línea de agua. Un tren con importantes dignatarios y soldados está programado para ser el primero en cruzar el puente al día siguiente, por lo que Warden espera destruir ambos. 

Sin embargo, al amanecer, el nivel del agua ha bajado, exponiendo el cable que conecta los explosivos al detonador. 

Nicholson, tremendamente orgulloso de su hombre y de su puente, y tras ver una representación artísticas de los mismos como despedido pues serán trasladados  a otro campo, tras despedirse de ellos se asoma al puente y  ve el cable . Al verlo le llama la atención sobre el mismo a Saito. Ambos bajan a la orilla y siguen el cable que lleva hasta Joyce. 

Cuando el tren se acerca, se apresuran a la orilla del río para investigar. Joyce, que está a cargo del detonador, se lanza y apuñala a Saito hasta matarlo. Pero Nicholson, fuera de sí,  grita pidiendo ayuda, mientras intenta evitar que Joyce alcance el detonador. 

Cuando Joyce es mortalmente herido por el fuego japonés, Shears nada al otro lado del río, pero él mismo recibe un disparo. Al reconocer a Shears moribundo, Nicholson exclama: " Pero ¿qué he hecho?" 

Por su parte Warden dispara desde su posición con un mortero, hiriendo a Nicholson. El coronel moribundo se tambalea hacia el detonador y se derrumba en el émbolo justo a tiempo para volar el puente mientras pasa el tren sobre río. 

Warden se gira hacia los únicos supervivientes que son las mujeres portadoras, y les pide perdón por tener que matar a Joyce y Shears, y arroja el mortero con disgusto así como el explosivo plástico, y se prepara para irse. 

Por su parte, el Mayor Clipton, observando la carnicería desde un punto alto, sacude su cabeza murmurando: "¡ Qué locura !, ¡Qué locura!" acabando así con un vista cenital del puente derruido la película.  

La película fue una coproducción internacional entre compañías en Gran Bretaña y los Estados Unidos con Sam Spiegel en la producción. 

Muchos directores fueron considerados para el proyecto, entre ellos John Ford , William Wyler , Howard Hawks , Fred Zinnemann y Orson Welles (a quienes también se les ofreció un papel protagonista), pero finalmente el elegido fue David Lean.

No fue un rodaje fácil . Lean casi se ahoga cuando fue arrastrado por la corriente del río durante un descanso de la filmación.  Pero peor que los accidentes son las relaciones. Lean se enfrentó con los miembros de su elenco en múltiples ocasiones, particularmente Alec Guinness y James Donald, quienes pensaron que la novela era anti-británica. Lean tuvo una larga discusión  con Guinness sobre cómo desempeñar el papel de Nicholson; Guinness quería interpretar el papel con sentido del humor y simpatía, mientras que Lean pensó que Nicholson debería ser "aburrido". En otra ocasión, discutieron sobre la escena donde Nicholson reflexiona sobre su carrera en el ejército. Lean filmó la escena desde detrás de Guinness y explotó de ira cuando Guinness le preguntó por qué estaba haciendo esto. Después de que Guinness hubo terminado con la escena, Lean dijo: "Ahora todos pueden follar y volver a casa, actores ingleses. Gracias a Dios, comenzaré a trabajar mañana con un actor estadounidense (William Holden)". Guinness  calificó su actuación como "el mejor trabajo" que había hecho.

Comentar que los guionistas, Carl Foreman y Michael Wilson , estaban en la lista negra de Hollywood de la caza de brujas liderada por el senador Joseph McCarthy, acusados de pertenecer a organizaciones comunistas y que , aunque vivían en el exilio en Inglaterra, solo podían trabajar en secreto en la película. Los dos no colaboraron en el guión. Wilson se hizo cargo después de que Lean no estuviera satisfecho con el trabajo de Foreman. El crédito oficial fue otorgado oficialmente a Pierre Boulle (que no hablaba inglés), y  a quién se le otorgó el Oscar al Mejor Guión (Adaptación) resultante. Eso sí, quiénes eran los autores reales era un secreto a voces en Hollywood. De todas formas, se da la casualidad de que tampoco Boulle lo recogió ya que quien recogió  fue Kim Novak en representación del estudio. Boulle no fue en parte por el enfado por la alteración de su obra, pero también porque se enteró de lo que había pasado con los guionistas originales y él no se consideraba autor de guion alguno. Incluso cuando recogió el premio BAFTA, sin saber todavía que le daban el premio a él porque los guionistas «no existían», declaró que se lo daban por su novela, no porque escribiese guion alguno, algo que el estudio justificó para salir del paso aludiendo a la modestia de Boulle. 

Solo en 1984 hubo una rectificación de la Academia otorgando retroactivamente el Oscar a Foreman y Wilson, póstumamente en ambos casos.  Foreman y Wilson aparecen hoy acreditados junto con Boulle.

El propio David Lean también afirmó que el productor Sam Spiegel lo engañó por su parte legítima en los créditos, ya que él había tenido una mano importante en el guión. 

Lo cierto es que parece ser que la película es relativamente fiel a la novela, con dos grandes excepciones. Shears, que es un oficial de comando británico como Warden en la novela, se convirtió en un marinero estadounidense que escapa del campo de prisioneros de guerra. Además, en la novela, el puente no se destruye: el tren se precipita hacia el río por una carga secundaria colocada por Warden, pero Nicholson   no cae sobre el émbolo, y el puente sufrirá sólo daños menores. No obstante, Boulle disfrutó de la versión cinematográfica, aunque no estuvo de acuerdo con su clímax. 

La contratación de Guinness resultó muy complicada hasta el punto de que tras varias negativas del actor británico tuvo que ser el propio Spiegel quien se desplazara a Londres para convencerlo.

Más adelante se trasladaron a Tokio para contratar a Sessue Hayakawa. Para la contratación de Holden bastó con enviarle el guion y a la mañana siguiente ya había aceptado, llevándose un 10% de los beneficios en taquilla. El papel del estadounidense fue una imposición de los estudios para aprobar la realización de la película. También exigieron la inclusión de un papel femenino.

El jefe del poblado que ayuda a los prisioneros era Chakrabandu, quien ayudó en realidad a varios aviadores aliados durante la Segunda guerra mundial, fingiendo trabajar para los japoneses. 

La película fue rodada en Ceilán (ahora Sri Lanka ) y en el Reino Unido. El puente en la película estaba cerca de Kitulgala por lo que es evidente que El puente sobre el río Kwai no se rodó en el río Kwai, ni siquiera en las cercanías sino sobre el río Kelani, en Kitulgala. Se construyó el característico puente de madera. El puente acabó saltando por los aires no el día previsto, el 10 de marzo de 1957, tras varias vicisitudes , y lo hizo ante el primer ministro de Ceilán , SWRD Bandaranaike  , y otros dignatarios gubernamentales que no quisieron perderse el espectáculo.

Lo que ocurrió es que un camión de combustible que se incendió en las proximidades del puente, con la dinamita ya colocada en él, pudo haber causado su destrucción sin que pudiese filmarse, pero los soldados del ejército singalés, que protegían el puente de sabotajes, arriesgaron su vida para desviar el camión de las proximidades del puente. Los operarios encargados de filmar la demolición del puente debían dejar las cámaras filmando y ponerse rápidamente a cubierto, haciendo entonces una señal para que se pudiese volar el puente, pero uno de ellos tras guarecerse se olvidó de dar la señal y el equipo de demolición no pudo volarlo, así que el tren atravesó el puente para descarrilar poco después tras chocar con un generador y  el fotógrafo Freddy Ford y Lean tuvieron que dejar de filmar.

Balu Mahendra , el director de cine tamil , vio el rodaje de esta película en Kitulgala , Sri Lanka, durante su viaje escolar y se sintió inspirado para convertirse en director de cine.

Tuvieron que trabajar a marchas forzadas para volver a poner el tren en su sitio y en perfecto estado para filmar a la mañana siguiente la secuencia, esta vez sin fallos con Bandaranaike y su séquito presentes. Hoy de ese puente falso sobre el río Kwai (pero el que todos conservamos en la memoria), reducido a palillos, no quedan más que los cimientos sumergidos de los pilares. Y seguramente también, bajo el agua, los restos de la locomotora y los vagones.

El puente sobre el río Kwai  se inspira en la construcción de la línea de tren se cobró la vida de cien mil prisioneros malayos, birmanos, ingleses, holandeses, estadounidenses y australianos, y fue destruida por bombas teleguiadas de la aviación estadounidense en 1945. Después de la guerra el puente fue reconstruido. 

Los productores casi sufrieron una catástrofe tras el rodaje de la explosión del puente. Para garantizar que capturaron el evento único, se utilizaron varias cámaras desde varios ángulos. 

Normalmente, la película se habría llevado en barco a Londres, pero debido a la crisis de Suez esto era imposible; Por lo tanto, la película fue tomada por transporte aéreo. Cuando el envío no llegó a Londres, se realizó una búsqueda en todo el mundo. Para horror de los productores, los contenedores de película se encontraron una semana después en una pista de aterrizaje del aeropuerto en El Cairo , sentado bajo el sol caliente. Aunque no se expuso a la luz solar, la película de color sensible al calor debería haberse arruinado irremediablemente; Sin embargo, cuando se procesaron los disparos fueron perfectos y aparecieron en la película.

El coronel Saito existió realmente, pero su verdadero carácter distaba del inhumano y cruel personaje del film. El verdadero Saito era un militar que trataba a los prisioneros con respeto. Hasta el punto de que, tras la derrota de Japón, Tossey acudió como testigo al consejo de guerra que el tribunal aliado para crímenes de guerra entabló contra Saito y lo salvó de la horca con sus declaraciones. Cuando Tossey murió, en 1975, Saito viajó a Inglaterra para visitar su tumba.

El coronel Nicholson (Alec Guinness) se inspira en la figura real de Philip Tossey, teniente coronel del ejército británico. Prisionero de los japoneses, fingió aceptar el encargo de sus captores para construir el puente, aunque en realidad hizo lo que pudo para sabotear la construcción: desde añadir barro al cemento para debilitarlo hasta infectarlo de termitas que él y sus hombres cogían en la selva. El verdadero teniente coronel al mando de los prisioneros que construyeron los puentes de Tamarkán, Philip Toosey, se molestó por la imagen dada y dijo que ni él ni ningún soldado británico colaboraron jamás con los japoneses en la línea férrea, sino que muy al contrario hicieron todo lo posible siempre para retrasar las obras, incluso poniendo termitas en el puente.

Los japoneses tampoco quedaron contentos y recalcaron que sus ingenieros eran muy buenos y no habían necesitado de ningún europeo que les diera lecciones. El Sargento Mayor Risaburo Saito que ocupó el segundo lugar al mando de la vida real y este Saito era respetado por sus prisioneros por ser comparativamente misericordioso y justo con ellos. Toosey más tarde lo defendió en su juicio por crímenes de guerra después de la guerra, y los dos se hicieron amigos.

Señalar que , como hemos dicho, se construyó un puente de madera en plena selva de Ceilán, actual Sri Lanka, sólo para dinamitarlo. Se invirtieron 250.000 dólares y empezaron a hacerlo meses antes de iniciar el rodaje. 500 obreros, 35 elefantes y 8 meses costó levantarlo. En lugar de utilizar una maqueta para rodar la destrucción del puente, Sam Spiegel, productor del film, quiso dar un mayor toque de realismo construyendo un puente y adquiriendo un tren del gobierno local para destruirlos al final de la película.

Sobre el río Kwai (Khwae en tailandés) no se conservaba ninguno que pudiera identificarse plenamente con el cinematográfico, en cuya búsqueda iban los viajeros, lo que indicaba que ahí había negocio, así que en un notable ejercicio de interés turístico, el Gobierno tailandés decidió, en 1960, que dado que sí existía un bonito puente de la Segunda Guerra Mundial en Tamarkán, sobre el Mae Klong, pues se cambiaba el nombre del río por el de Kwai. De hecho, se construyeron dos puentes: un puente de madera temporal y un puente de acero / concreto permanente unos meses más tarde. Ambos puentes se utilizaron durante dos años, hasta que fueron destruidos por los bombardeos aliados. El puente de acero fue reparado y todavía está en uso hoy en día. 

El compositor británico responsable de la banda sonora, Malcolm Arnold recordó que tenía "diez días para escribir alrededor de cuarenta y cinco minutos de música", mucho menos tiempo de lo que estaba acostumbrado. Describió la música de The Bridge on the River Kwai como "el peor trabajo que he tenido en mi vida" desde el punto de vista del tiempo empleado.  

Una característica memorable de la película es la melodía silbada por los prisioneros de guerra, la primera versión de la marcha " Coronel Bogey ", cuando entran al campamento. Lo cierto es que la marcha fue escrita en 1914 por Kenneth J. Alford , un seudónimo del maestro de banda británico Frederick J. Ricketts. 

La línea del Coronel Bogey fue acompañada por una contra-melodía que usaba las mismas progresiones de acordes, y luego continuó con la composición del propio compositor de la película Malcolm Arnold, " The River Kwai March ", interpretada por la orquesta fuera de pantalla que se hizo cargo de los silbadores, aunque la marcha de Arnold no se escuchó en su totalidad en la banda sonora. 

Sobre si se empleó durante la construcción real de la línea del ferrocarril de Birmania de 1942 a 1943 Gavin Young recuerda haber conocido a Donald Wise, un ex prisionero de los japoneses que había trabajado en el ferrocarril de Birmania  y al que Young le preguntó "Donald, ¿Alguien silbó al coronel Bogey?"... como lo hicieron en la película? Respondiendo Donald Wise:" Nunca lo escuché en Tailandia. No teníamos mucho aliento para silbar. Pero en Bangkok me dijeron que David Lean, el director de la película, se enojó con los extras que interpretaban a los prisioneros, nosotros, porque no podían marchar a tiempo. Lean les gritó: "Por el amor de Dios, silbe una marcha para mantener el tiempo". Y un tipo llamado George Siegatz ..., un experto silbador, comenzó a silbar al coronel Bogey , y nació un éxito ". Mitch Miller tuvo un hit con una grabación de ambas marchas. 

Tras su estreno la película consiguió una recaudación de $30.600.000  frente a ese costo de 3 millones de dólares.

La película fue la ganadora de siete  Óscars de sus nominaciones.  También fue candidata a «mejor actor de reparto» (Sessue Hayakawa). Recibió los premios a Mejor película,  Mejor director (David Lean) , Mejor actor (Sir Alec Guinness) , Mejor Guión adaptado (Michael Wilson y Carl Foreman - Novela: Pierre Boulle), Mejor  Fotografía (Jack Hildyard) , Mejor Banda sonora (Malcolm Arnold) y Mejor montaje (Peter Taylor)

En los Globos de Oro  lo obtuvo a la mejor película dramática y  al mejor actor (Alec Guinness) y Mejor director (David Lean) quedando nominado al Mejor actor secundario.

​ Otros premios fue en los BAFTA ganando cuatro. Entre ellos el de mejor película , el de Mejor actor (Guinness) y Mejor guión británico

También obtuvo la Medalla del Círculo de Escritores Cinematográficos al mejor actor extranjero . El Sindicato de Directores (DGA) concedió el Premio al  Mejor director y la National Board of Review incluyó la  Película, Director, Actor, Secundario (Hayakawa) entre lo mejor del año 1957.

El Círculo de Críticos de Nueva York Premió la  Película, al Director, y al Actor Sir Alec Guinness.

La película consiguió el Premio David di Donatello a la Mejor producción extranjera

En 1997, la película fue considerada «cultural, histórica y estéticamente significativa» por la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos y seleccionada para su preservación en el National Film Registry. 

En cuanto a la crítica  Roger Ebert señaló que la película es una de las pocas películas de guerra que "no se centra en derechos y errores mayores sino en individuos", pero comentó que el espectador no está seguro de lo que se pretende con el diálogo final debido a los cambios de los puntos de la película. de vista.  Y en rogerebert.com escribe que "La mayoría de películas bélicas están a favor o en contra de las guerras. 'The Bridge on the River Kwai' (1957) es una de las pocas que no se centra en el bien y el mal sino en los individuos (…) "

En Slant Magazine  Christian Blauvelt afirma que "la epopeya de 1957 desarrolla sutilmente sus temas sobre la irracionalidad del honor y la hipocresía del sistema de clases de Gran Bretaña sin comprometer nunca su emocionante narrativa de guerra", y en comparación con otras películas de la época, dijo que el Puente sobre el río Kwai "construye cuidadosamente su tensión psicológica hasta que estalla en un destello cegador de azufre y llama". 

En  Variety se valora muy positivamente la película diciendo que es "un drama apasionante, elaborado por expertos y manejado con habilidad en todos los departamentos". Variety dijo que "la película es indiscutiblemente Guinness '".  William Holden también fue valorado por su actuación, se dijo que daba una caracterización sólida y era "fácil, creíble y siempre agradable en un papel que es el punto central de la historia". En esta revista  Mike Kaplan escribe que  "Un drama apasionante, elaborado y manejado con maestría, con talento en todos los apartados (...) Lo que eleva a 'Kwai' al nivel de éxito artístico y financiero (...) es el interesante entretenimiento que ofrece" 

Kate Cameron del New York Daily News señala que es "Un drama emocionante (...) Hay que reconocer las brillantes actuaciones de Alec Guinness (...) y Sessue Hayakawa (...) La acción, dirigida con maestría por Lean, está llena de suspense" 

Bosley Crowther en las páginas del The New York Times señaló que "Es algo más que un entretenimiento sobresaliente con gran variedad y revelaciones sobre la conducta de los hombres. Es una de las mejores experiencias cinematográficas de estas vacaciones." 

Para Dave Kehr del Chicago Reader comenta que "No es mala (...) Si todo lo que haces es sistemáticamente invertir clichés, acabas creando nuevos."

En el Reino Unido Ian Nathan en las páginas de Empire comenta que es "Posiblemente sea la película más complicada de Lean. Es un trabajo imponente (…) " 

Almar Haflidason en BBC afirma que "David Lean consigue un buen equilibrio al crear personajes complejos con un buen reparto, al mismo tiempo que mantiene el ritmo de esta extensa película (…) " 

Andrew Collins de  Radio Times observa que "Pocas películas sobre la Segunda Guerra Mundial son tan perdurables (...) Las actuaciones principales son todas de primer nivel (...) aunque es Guinness el que sobresale (…) "

 Tony Paley del The Guardian sostiene que "Los que no la hayan visto se quedarán fascinados ante lo que la película nos dice sobre la actitud británica hacia la guerra" 

Por último , Phil Hardy en  Time Out dice que es "Un ejemplo clásico de una película que rehuye los asuntos que trata" 

Ya en España Fernando Morales en El País "Mítico filme dirigido con maestría por Lean. Maravillosas interpretaciones para una de las joyas del séptimo arte" 

Para terminar diré que la construcción del llamado Ferrocarril de la muerte, un tramo de 415 kilómetros (entre Banpang y Thanbyuzayat), incluidos numerosos viaductos y puentes (más de 600), para completar la vía férrea de Bangkok a Rangún y servir de arteria terrestre (más segura que la marítima) para el transporte de tropas y suministros al Ejército Imperial japonés que había invadido Birmania fue terminada antes de lo previsto y funcionó muy bien: los trenes llevaron 500.000 toneladas de material y dos divisiones enteras, y varios vagones de esclavas sexuales para los soldados. Era un puente sobre el Mae Klong , renombrado como resultado de la película,  Khwae Yai en la década de 1960, en la localidad de Tha Ma Kham o Tamakan,  a cinco kilómetros de Kanchanaburi , Tailandia. 

Es cierto que los japoneses emplearon mano de obra forzada para la tarea de crear la vía, que requería abrirse paso a través de la selva virgen, repleta de alimañas y peligros. Más de 60.000 prisioneros aliados y 180.00 civiles asiáticos, especialmente tamiles malayos, padecieron lo indecible en condiciones inhumanas, soportando hambre, enfermedades, palizas y humillaciones continuas; 12.000 de los primeros y la mitad de los segundos murieron en lo que está considerado uno de los crímenes de guerra del Ejército japonés. 

Tras la guerra, la línea construida con tanto dolor fue abandonada, y la selva recuperó lo que era suyo. Hoy algunos tramos se han reabierto para el turismo. “De sueños imperiales y hombres muertos, solo la alta hierba quedó”, escribe Richard Flanagan en la que es una de las más poderosas evocaciones de aquel episodio, su novela El camino estrecho al norte profundo (Random House, 2013). 

Entre los testimonios del Ferrocarril de la muerte es especialmente destacable el del soldado del Leicerstershire Regiment (los famosos Tigres) Reg Twigg, capturado tras la caída de Singapur en 1941, que sufrió tres años de esclavitud en la construcción y mantenimiento de la línea férrea junto al Kwai. Escéptico, y comentando que el no vio trabajar a ningún oficial, excepto a los abnegados médicos y un superviviente nato relató sus vivencias en Survivor on the River Kwai, unas apasionantes memorias publicadas en 2013, dos semanas después de su muerte, a punto de cumplir los cien años. 

Allí se relata como los prisioneros se convirtieron en esqueletos humanos idénticos a los de los campos nazis, liquidación sistemática de los demasiado débiles para trabajar, atroces castigos corporales, disentería, cólera, malaria, úlceras… 

Twigg  trabajó en  Tamarkan — en los dos puentes, con el agua al cuello— y Tarso (Nam Tok) a Konyo, y Hellfire Pass, donde los forzados murieron sin freno. Vio cómo decapitaban a un prisionero con una catana, a otro ahogarse en la mierda desbordante de las letrinas, vio crecer las cruces en la jungla a lo largo de la vía del diablo, mientras esta avanzaba, raíl a raíl, y a los japoneses comerse a su propio mono mascota. Recibió palizas de guardias salvajes como Silver Bullet o Konyo Kid (ejecutado tras la guerra), sufrió picaduras de escorpión, padeció beriberi, trabajó codo con codo con elefantes, y hubo de aguantar (lo justo) los avances de un soldado japonés que le decía que tenía "buen cuerpo". “No éramos héroes y algunos ni siquiera podíamos recordar que habíamos sido soldados”, escribe Twigg, que añade: “Cuando moría un compañero, un poco de ti moría con él cada vez”. 

No hubo más épica que la de la supervivencia y el aguante aquel tiempo terrible en las orillas fangosas del Kwai. Muchas inexactitudes históricas en la película a menudo han sido observadas por testigos presenciales de la construcción del verdadero Ferrocarril de Burma y de los historiadores. 

El teniente coronel Philip Toosey del ejército británico era el verdadero oficial aliado en el puente en cuestión y como hemos ya dicho Toosey hizo todo lo posible para retrasar la construcción del puente recolectando termitas en grandes cantidades para comer las estructuras de madera, y el concreto estaba mal mezclado.  Algunos consideran que la película es una parodia insultante de Toosey. 

Julie Summers, en su libro El Coronel de Tamarkan , escribe que Boulle, que había sido un prisionero de guerra en Tailandia, creó el personaje ficticio de Nicholson como una amalgama de sus recuerdos de oficiales franceses colaboradores. Él negó enérgicamente la afirmación de que el libro era anti-británico, aunque muchos involucrados en la película en sí (incluido Alec Guinness) sentían lo contrario.

Ernest Gordon, otro superviviente de la construcción ferroviaria y los campos de prisioneros de guerra descritos en la novela / película, dijo en un libro de 1962, A través del valle de Kwai : "En el libro de Pierre Boulle  y la película que se basó en él, se daba la impresión de que los oficiales británicos no solo tomaron parte en la construcción del puente voluntariamente, sino que terminaron en un tiempo récord para demostrar al enemigo su eficiencia superior. Esta fue una historia entretenida. Pero "nunca lo hicimos de buena gana. Trabajamos en el punto de la bayoneta y bajo el azote de bambú, arriesgándonos a sabotear la operación siempre que se presentara la oportunidad". 

Según la Comisión de Tumbas de Guerra del Commonwealth : El famoso ferrocarril Burma-Siam, construido por los prisioneros de guerra de la Commonwealth , holandeses y estadounidenses, fue un proyecto japonés impulsado por la necesidad de mejorar las comunicaciones para apoyar al gran ejército japonés en Birmania. 

Durante su construcción, aproximadamente 13,000 prisioneros de guerra murieron y fueron enterrados a lo largo del ferrocarril. Un estimado de 80,000 a 100,000 civiles también murieron en el curso del proyecto, principalmente el trabajo forzado traído desde Malaya y las Indias Orientales Holandesas, o reclutado en Siam (Tailandia) y Birmania. Dos fuerzas laborales, una basada en Siam y la otra en Birmania, trabajaron desde los extremos opuestos de la línea hacia el centro. 

Pero estas explotaciones  , como la película, a veces generan reflexiones de interés. El multimillonario  Warren Buffett dijo que era su película favorita. En una entrevista, dijo que "Había muchas lecciones en eso", dijo  “El final de eso fue una especie de historia de la vida. Él creó el ferrocarril. ¿Realmente quería que el enemigo lo atravesara? ” 


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