sábado, 6 de julio de 2019

Los últimos de Filipinas


Aquella historia heroica que fue dirigida por Antonio Román y estrenada en 1945, interpretada , entre otros , por Fernando Rey y Tony Leblanc con un tema musical que pasó a la historia del cine español , el "Yo te diré" , se transforma aquí en la historia de unos gilipollas que no se enteran de nada con un Sargento resentido , un Capitán desnortado , un teniente obtuso y 50 hombres que están de relleno , salvo el pintor extremeño. Como ha cambiado el concepto de la heroicidad. Los de ahora no son los gloriosos militares españoles , son un grupo de cerriles oficiales, unos soldados casi incompetentes y un sacerdote sin espíritu con alma de yonki dominado por el opio que se hace acompañar con un pintor de Fuenlabrada de los Monte, provincia de Badajoz, que pasa el "mono" en el calabozo. En esa estamos, el único que se salva el personaje que asume Carlos Hipólito . 

Tanto en el film de 1945 como en este del año 2016 se narra la resistencia de la guarnición española de la aldea costera de Baler, en Luzón, en el episodio histórico conocido como el Sitio de Baler y que duró 337 días. 

La versión que nos presenta el director madrileño Salvador Calvo(1970) es muy diferente a la histórica y mítica película del cine español. Calvo , un hombre formado en la televisión y que con mucha experiencia dirigiendo miniseries prácticamente para todos los canales españoles desde Antena 3 ( Casi perfectos ), hasta Cuatro (Los simuladores ) y sobre todo para Telecinco (Motivos personales ; Masala, RIS Científica, Sin tetas no hay paraíso, La duquesa , Paquirri, Alakrana, Mario Conde,Las aventuras del capitán Alatriste ,... ) debutó en el cine en 2016 estrenando su primer largometraje: 1898: Los últimos de Filipinas . Por el mismo fue nominado a mejor director novel en la XXXI edición de los Premios Goya por esta película. El 18 de marzo de 2017 Salvador Calvo recibió el Premio de San Pancracio de Honor del Festival Solidario de Cine Español de Cáceres junto a los actores Roberto Álamo, Laia Marull, Carlos Santos, Ana Castillo y Petra Martínez,1​2​ el director Koldo Serra y el director artístico y escenógrafo Marcelo Pacheco. 

En este caso la película era una producción en la que estaba implicado el productor Enrique Cerezo por medio de su productora Enrique Cerezo PC junto a 13 TV, CIPI Cinematográfica S.A.y el apoyo de la ICAA. La película presentaba un presupuesto de 6 000 000 de euros (€) 

El responsable del guión  fue el cubano Alejandro Hernández y cuenta con la gran banda sonora de Roque Baños y la fotografía de Alex Catalán Fernández así como muchos más técnicos de los que se informa al final, en la parte de premios.

En cuanto el reparto lo integran Luis Tosar como el Teniente segundo Saturnino Martín Cerezo, Javier Gutiérrez como el Sargento Jimeno, Alvaro Cervantes como el soldado extremeño y con capacidad para la pintura Carlos, Karra Elejalde como Fray Carmelo, Carlos Hipólito como el Médico provisional de Sanidad Militar, (Teniente) Rogelio Vigil de Quiñones, Eduard Fernández como el Capitán de Infantería Enrique de las Morenas y Fossi, Patrick Criado como el Soldado Juan, la bella Alexandra Masangkay como la tagala Teresa, Miguel Herrán como el Soldado Carvajal, Ricardo Gómez como el Soldado José, Emilio Palacios como Moises, Maykol Hernández comoe el Cocinero y Pedro Casablanc como Teniente Coronel Aguilar.  Junto a ellos aparecen Emilio Palacios, Ciro Miró o el actor filipino Raymond Bagatsing . 

A finales del siglo XIX, en la colonia española de Filipinas, un destacamento español fue sitiado en el pueblo de Baler, en la isla filipina de Luzón, a algo más de un centenar de kilómetros de Manila por insurrectos filipinos revolucionarios, durante 337 días. 

En diciembre de 1898, con la firma del Tratado de París entre España y Estados Unidos, se ponía fin formalmente a la guerra entre ambos países y España cedía la soberanía sobre Filipinas a Estados Unidos. Debido a esto, los sitiados en Baler son conocidos como "los últimos de Filipinas". 

Un año antes, en 1897 un  pueblo como Baler se componía de una iglesia con la residencia del párroco adosada (habitualmente denominado «convento» en la Filipinas española), la casa del comandante y barracones para la tropa, además de las viviendas de los habitantes del poblado. La guarnición permanente consistía en un destacamento de la Guardia Civil con un cabo, «europeo», y cinco números filipinos. Habitaban la población unas 1700 personas. 

La película comienza con el ataque por fuerzas tagalas al destacamento de Baler, al mando del Teniente Mota, del que sobrevive el sargento Jimeno (Javier Gutiérrez).


El destacamento de reemplazo que llega a las playas cercanas a Baler , situado cerca del mar, sobre un recodo, al sur de la ensenada o bahía de su nombre, distante de la playa unos 1.000 metros. […] Como todas las poblaciones filipinas, de vida puramente rural y escaso número de habitantes, reducíase a la iglesia rectoral; […] y alguna casa de tablas y argamasa, lo preside el Capitán de Infantería del 2º Batallón Expedicionario de Cazadores Enrique de las Morenas y Fossi (Eduard Fernández ) que llega junto a su perro, pero sobre todo de un militar con experiencia el Teniente Saturnino Martín Cerezo (Luis Tosar) que se ha quedado recientemente viudo y que además ha perdido igualmente a su hijo llega a la paradisíaca y peligrosa Baler, pues en la zona el movimiento insurreccional de la sociedad secreta filipina Katipunan ha cuajado en la población local. 

Nada más llegar se encuentran con Fray Carmelo (Karra Elejalde) y con el sargento superviviente del ataque anterior Jimeno, militar de fuerte carácter y cruel, que desprecia a los nativos. Lo comprobamos cuando no tiene reparos en tratar como a una puta a la joven Teresa (Alexandra Masangkay ) que es obligada a cantar, aunque sólo lo hace cuando le dan una moneda. 

Días después la golpea cuando ve que va a la montaña con comida, posiblemente para su hermano, integrante del movimiento rebelde. Poco a poco vamos conociendo a los soldados que integran el grupo. 

De entre todos sobresale Carlos ( Alvaro Cervantes ) , uno de los soldados, que es aficionado a la pintura y que intima con Fray Carmelo pues éste quiere que le pinte las imágenes descoloridas de la Iglesia. Poco después vemos como un correo llega al pueblo avisando del inicio de la guerra con Estados Unidos y una nueva revuelta de los tagalos. 

El capitán Enrique de las Morenas decide fortificarse en la iglesia ante el inminente ataque. El 1 de julio, mientras el calor asfixiante golpeaba con fuerza a nuestros militares, se dio el primer disparo de un asedio. Es el inicio de un largo asedio protegiéndose en la iglesia construida después de la refundación de Baler en 1735, con el objetivo de que resistiese los fenómenos meteorológicos extremos (tifones, inundaciones, tsunamis...) que caracterizan el área. Los muros, de metro y medio de espesor, consistían en una amalgama de pedruscos, cal y arena. Un edificio húmedo, estrecho y desprovisto de cualquier comodidad. Tapiaron las ventanas dejando sólo unos pequeños resquicios por los que poder disparar sus fusiles. Por otro lado, arrancaron varias baldosas del suelo para fabricar un horno con el que cocinar pan, hicieron una letrina en un corral anexo al recinto e, incluso, socavaron la tierra para construir un pozo en el que encontraron agua.  

La iglesia era un edificio simbólicamente de la mayor importancia, puesto que además de las ceremonias religiosas, era la sede del párroco, depositario de inmensos poderes no sólo espirituales, sino también temporales. Tenía una forma aproximadamente rectangular, de 30 metros de longitud y 10 de anchura, con orientación sur-norte. Tenía seis ventanas, dos de ellas en la fachada principal, que daba al sur.

La torre del campanario era de madera y el techo, a dos aguas, de cinc. Adosada a la iglesia, a la izquierda de la entrada principal, se encontraba el convento, de diez metros de longitud y tres de anchura. A su izquierda, un corral de unos cinco por cinco metros. También en el lado izquierdo (oeste) de la iglesia, se hallaba la sacristía. Sacristía y convento estaban comunicados mediante un pequeño patio. 

Son medio centenar de soldados que resiste con firmeza el primer envite, al que le siguen otros muchos. Tras el primer encuentro descubrimos la incapacidad del capitán y como el peso negociador está en manos del teniente , siendo el Sargento un perturbador nato de la convivencia en el grupo. 

Casi de inmediato , aprovechando la primera cese el fuego, negociado con la autoridad tagala, el Comandante Luna (Raymond Bagatsing ) , uno de los soldados , el soldado Juan (Patrick Criado) deserta. Esto hace que las condiciones internas se compliquen. 

Mientras el fraile y Carlos comienza a consumir opio que tiene el religioso y que consume desde su estancia en el sur de China. 

Con el paso del tiempo aparecen los primeras dificultades sobre todo cuando parte de la tropa caiga enferma de beriberi ( el no puedo, no puedo) como diagnostica el Doctor Vigil ( Carlos Hipólito) - el hombre más sensato de las dependencias - en gran medida provocada por una comida en mal estado o por la carencia de vitaminas , frutas y verduras. 

Uno de los que caen es el Capitán que muere de golpe y que su perro que mata el sargento Jimeno sirve para alimentar a los muchos solados enfermos. 

Antes de morir el Capitán había dado la orden a Carlos de intentar llegar andando a Manila en una misión compleja que le podía costar la vida, pero el Teniente se niega a perder hombres en estas circunstancias tan precarias. Hacinados en una iglesia van pasando los meses , resistiendo ataques , a veces lanzados con un cañón , o por las embestidas que cada cierto tiempo como ofensivas realizan los tagalos. 

También hay sorpresas como la oferta de fruta que realizan las mujeres del pueblo entre ellas Teresa o la llegada de la noticia de que España se ha rendido ante los Estados Unidos tras perder la Guerra contra el coloso americano. 

El Teniente Saturnino Martín Cerezo como máxima autoridad en ese momento decide no creerse nada de las noticias , pensando que el objetivo de los rebeldes es mirar su moral. Además se suma una guerra psicológica. Al hambre se suma la falta de mujeres y las canciones que minan la moral de los soldados. El teniente cruelmente mata a Teresa. 

Los episodios de van sucediendo con pequeños ofensivas para inutilizar el armamento pesado o robar comida, el desánimo que va aumentando en la tropa, las dudas ante la noticias de la rendición sobre todo cuando aparece en la zona un militar español el Teniente Coronel Aguilar (Pedro Casablanc ), la muerte del fraile, el aislamiento de Carlos, la pérdida de la medalla de la virgencita del soldado José (Ricardo Gómez ), los gritos del desertor Juan que le dice que si desertaban podían disfrutar de fiestas y de bellas mujeres, el intento de llegar a Manila por parte de Carlos que supone su detención, su reencuentro con Juan, y la confirmación de la salida de España , ya que los filipinos luchan ahora contra los estadounidenses, la posterior fuga de Carlos - al que le cuesta su mano de pintor cortado con un machete por el criminal del grupo, el Sargento Jimeno- , junto a José y un compañero, siendo estos dos últimos fusilados. 

Poco después el Teniente revisando la prensa en la mañana del 2 de junio, Martín Cerezo comenzó a releer los periódicos que había dejado Teniente Coronel Aguilar y de los que pensaba eran falsificaciones filipinas con el fin de confundirlos para que se rindieran. 

En uno de ellos, encontró una pequeña reseña en «El Imparcial» uno de los periódicos aportados por Aguilar para mostrar que su información era verdadera. En una de sus noticias se dio cuenta de que la guerra había terminado y que no tenía sentido seguir combatiendo. La reseña, dentro de la sección de destinos militares, era el anuncio del nuevo destino en Málaga del teniente de la escala de la reserva de Infantería Francisco Díaz Navarro. Martín Cerezo había coincidido con el oficial, del que era íntimo amigo, antes de ser destinado aquel a Cuba. Díaz le había comentado que al finalizar la campaña pensaba pedir traslado a la capital andaluza, donde vivían su novia y su familia, así que Martín Cerezo dio por cierta la noticia y, por extensión, todos los periódicos y noticias que Aguilar había dejado. 

Sin llegar a ninguna conclusión, se reunió a la tropa para informarla y someter a su criterio los siguientes pasos. Martín Cerezo argumentó a favor de la rendición. 

Martín Cerezo redactó la misma y que para intentar que nada que resultara degradante la autoridad filipina aceptaría la rendición y permitiría a los españoles salir con las armas hasta el borde de su jurisdicción, donde deberían entregarlas. 

Resistieron durante 337 días, defendiendo el último territorio español en Filipinas, hasta que conocieron la retirada definitiva del país de la colonia en 1898, tras la capitulación de España en su guerra con Estados Unidos. 

Con la salida del destacamento sin apenas ropa, cansados y enfermos escoltados por las tropas sitiadoras (entre las que estaba Juan . uno de los desertores del destacamento) se llega al punto y final del Imperio español acaba la película. 

La película se rodó, entre otros lugares, en exteriores sobre todo la jungla en Guinea Ecuatorial y las Islas Canarias como Santa Lucía de Tirajana en Gran Canaria o en Tenerife . Su rodaje duró 9 semanas, desde mayo hasta julio de 2016.

Aunque narra los mismos hechos históricos, se trata de una versión distinta de la película homónima de 1945 que protagonizaron, entre otros, Fernando Rey y Tony Leblanc. Es posible que el tamiz realizado por el guionista, el cubano Alejandro Hernández, que marcado por su experiencia como soldado cubano en la Guerra de Angola influyese. 

La película se aparta de los hechos reales acaecidos en el sitio de Baler en diversos aspectos, como advierte al inicio de la película. 

En cuanto a los personajes, se añaden personajes como el Sargento Jimeno, un personaje femenino, Teresa, y Carlos, un soldado aficionado a la pintura. Por el contrario no se hace referencia al teniente Juan Alonso Zayas, ni a los los religiosos franciscanos Minaya y López Guillén. El Padre Carreño es sustituido por el Padre Carmelo, un sacerdote adicto al opio. 

También se distancia de los hechos reales en diversas ocasiones y que viene extensamente narrados en este artículo

Lo cierto es que no es cierto que Baler fuese tomado antes de los hechos que se relatan por los tagalos, nunca dejó de estar bajo jurisdicción española, y el trato con los nativos fue siempre correcto, sin que se matara a civiles. No se cortó la mano a ningún desertor. Las tropas españolas eran tropas experimentadas con excelentes tiradores. 

El comportamiento del capitán Enrique de las Morenas y Fossi fue merecedor de la Cruz Laureada de San Fernando, por su valentía y no el zopenco no que sabe discernir entre la verdad y la mentira o el que reprime con criminal decisión a los dos soldados que intentan escapar.

Ningún soldado realizó una salida para conocer la situación de Manila y eso, si, hubo 19 muertos entre los españoles y 6 deserciones. 

La película fue estrenada el 2 de diciembre de 2016 y pese a las críticas positivas, durante su primer fin de semana recaudó 530.000 euros . Pero al final la vieron 294.801 espectadores 8, un mal resultado teniendo en cuenta su presupuesto y reparto. En el ranking de películas españolas del año 2016, se situó en un discreto puesto 13, con 1.839.549 € de recaudación. 

La película de Salvador Calvo se aleja del relato histórico de los acontecimientos haciendo más énfasis en la dura convivencia y el sufrimiento experimentado por los sitiados. Pese a que se cuentan algunos hechos omitidos por la versión de 1945, la versión de Salvador Calvo ha sido rechazada por expertos históricos. 

Las críticas a la película fueron mayormente positivas. Para el norteamericano Jonathan Holland que vio 1898: Our Last Men in the Philippines escribió en The Hollywood Reporter que era "Espectacular e impresionante, aunque no demasiado sutil (...) '1898' ofrece pocas novedades, pero sigue siendo lo más cercano que el cine español ha llegado a la mayoría de edad al acercarse al cine épico".

Carlos Boyero de El País describió la película como"Esta película tiene factura de buen cine (...) Un guion complejo y trabajado, con algunos diálogos inquietantes (...) bien producida, escrita, interpretada y contada. (...) es un producto muy digno, incluso modélico." 

Alberto Bermejo de El Mundo destacó su «poderoso reparto» y dijo de ella que estaba "Rodada con empaque y elegancia, se sustenta sobre el gran trabajo de su poderoso reparto (...)". 

Oti Rodríguez Marchante del ABC subrayó el esfuerzo puesto en "equilibrar lo que la historia tiene de gesta, como de ridículo" y alabó al personaje de la actriz española de origen filipino Alexandra Masangkay, el único femenino de la película. Y añadió "El guionista y el director se manejan con habilidad cinematográfica en el cliché (...) Hay esfuerzo en equilibrar lo que la historia tiene de gesta con lo que tiene de ridículo, de grotesco (...) «La ambientación es precisa y claustrofóbica, y la cámara solemne, como el variado y transversal mensaje que le arrebata a la captura de los hechos: ha de notarse, y se nota, ese estado de ánimo noventayochista (la pérdida paulatina es el «leit motiv»), y ha de notarse, y se nota, ese inevitable ardor patriótico en los resistentes, pero también sus dudas y sus flecos antibelicistas, sea por desnutrición o descreimiento». Y concluye diciendo "El guionista y el director se manejan con habilidad cinematográfica en el cliché, y concentran su interés en los personajes clave para desentrañar el alma de una nación escurriéndose por el desagüe". 

Javier Cortijo en Cinemanía también escribiendo sobre la misma que «pese a algunos pasajes dilatados y curiosos bandazos de amor-odio patriota, queda un sendero si no glorioso, al menos riguroso y noblote (...) para narrar el crepuscular y amargo penúltimo rayo de sol sobre nuestro imperio». 

Gerard A. Cassadó de la revista Fotogramas alabó su «implacable carácter revisionista tras la versión de 1945». Asimismo mostró su rechazo a «los prejuicios que pueden alejar al público». Y añade en su crítica "Obra ante todo antibelicista, a caballo entre la majestuosidad de sus planos aéreos y la depuración formal necesaria para sitiar la cámara (...) 

La crítica más negativa fue la de Beatriz Martínez de El Periódico de Catalunya, que calificó la película de «superproducción histórica de factura tan impecable como ortopédica. El resultado no deja de ser televisión de lujo para las grandes audiencias(...)". Hubo críticas a la película por la manera de apartarse de los hechos históricos. 

Sergio Lorenzo del diario Hoy Extremadura tras citar a Azorín y su opinión sobre esta gesta, concluye que tal gesta se tira por tierra dejando mal parado al cacereño Martín Cerezo. En ABC además en un artículo de febrero de este mismo año se resalta que el primer presidente de la república Emilio Aguinaldo decretó que los españoles fueran considerados amigos por resistir durante un año el asedio de las tropas tagalas en Baler. En este artículo Manuel Villatoro señala que "nadie puede negar que estos valerosos héroes obtuvieron pensiones y medallas, lo cierto es que su gesta quedó en parte enterrada bajo una ingente cantidad de enfrentamientos políticos y tensiones entre partidos. El líder rebelde, por el contrario, honró su memoria con un decreto en el que reconocía que se habían hecho «acreedores de la admiración del mundo» y habían demostrado un valor solo propio «de los hijos del Cid y de Pelayo». " tal y como reconoce el Presidente Filipino en un decreto del 30 de junio de 1899 «el presidente reconoció a los españoles como héroes y, y no como prisioneros».

Por último, Arturo Pérez Reverte, calificó en un tweet esta adaptación al cine de aquel suceso bélico como «basura» . Es más uno de los asesores históricos de la película pidió no aparecer en los créditos al constatar la dirección que siguió el guión. 

En cuanto a premios la película estuvo nominada a Mejor película en los Premios Forqué del año 2016. 

En los Premios Goya ganó el Premio al Mejor diseño de vestuario para Paola Torres de las 9 nominaciones que tuvo que lo fueron como Mejor actor revelación (Ricardo Gómez), Mejor director novel (Salvador Calvo) Mejor dirección de producción (Carlos Bernases), Mejor fotografía ( Alex Catalán), Mejor dirección artística ( Carlos Bodelón) , Mejor maquillaje y peluquería (Milu Cabrer, Alicia López, Pedro Rodríguez), Mejor sonido (Eduardo Esquilde, Juan Ferro, Nicolás de Poulpiquet) y Mejores efectos especiales ( Pau Costa, Carlos Lozano).

Comentar que la película presenta aspectos técnicos muy destacados. Además del vestuario  y que fue premiado por ello, creo que hay que colocar el foco en una gran banda sonora de la que es responsable un siempre brillante Roque Baños, así como un notabilísima fotografía que capta la luz ( y también las sombras)  de ambiente tropical así como la espesura que rodea a este ficticio Baler gran canario. Consigue muy buenas escenas en la oscuridad , y no sólo destacar lo brillante de la naturaleza sino los interiores responsabilidad de Carlos Bodelón. 

Para acabar y dejando constancia del valor técnico de la película , incluso desde el punto de vista del entretenimiento reconocer que la película no está mal y es buena para pasar el rato, además de volver a reseñar el  interesante  ambiente recreado en el que lucharon los últimos de Filipinas, pero creo que en la contra de esta película está el convertir a los personajes en figuras de guiñol, estereotipos , alejados de la realidad , o cercanos al esperpento,  con un sargento chusquero o un oficial sin luces , un misionero yonki y un pintor que pierde la mano . esa que nos fata como ayuda para aplaudir a la globalidad de una película, que , por otro lado, tiene todo el derecho del mundo en estar inspirada en una hecho histórico y que éste no sea necesariamente idéntico al hecho histórico tal cual, pero de allí , a presentar a algunos de los desgraciados del sitio como psicópatas transformando la historia en una astracanada, hay un largo trecho.

Decir que al capitán Las Morenas y al teniente Martin Cerezo les otorgaron una Laureada de San Fernando, la más alta condecoración que hay en el ejército. A todos los supervivientes, por su parte, dos Cruces al Mérito Militar con distintivo rojo. Además, a todos les reconocieron una pensión. Eso sí, al teniente Martín Cerezo y al médico Vigil de Quiñones, por ejemplo, no se les dio la misma pensión que al capitán.  Al parecer cosa de la políticas y los políticos españoles de la época. !Qué poco cambia la Historia de España en algunas ocasiones!


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