Mostrando entradas con la etiqueta Luis García Berlanga. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Luis García Berlanga. Mostrar todas las entradas

domingo, 9 de abril de 2023

Tamaño natural



Luis García Berlanga era un erotómano reconocido, convencido y que no tenía problema alguno de alardear públicamente de su carácter. Recuerdo una vez en un programa de tertulias de TVE en la que él defendía la literatura erótica como algo necesario y algo que liberaba a los hombres ( y por extensión, a las mujeres). A él particularmente le encantaba. Creo que los premios y la editorial titulada La sonrisa vertical fueron propiciados por él. 

Así que no me extraña que tamaño natural fuese una obra dedicada al mundo erótico aunque tienen mucho de surrealismo en las relaciones y a las fantasías sexuales que podía tener Luis García Berlanga o cualquiera de los mortales. Es más, para el director José Luis Garci esta era la película favorita de Berlanga. 



Tamaño natural o "Grand nature" es una película del año 1974, una coproducción hispano-francesa e italiana, detrás de la misma se encuentran Michel Piccoli, Alfredo Matas y Christian Ferry, de Uranus Productions France, Les Productions Fox Europa, Films 66, Verona Produzione y Jet Films. en la que estaba implicado el mismo Luis García Berlanga conjuntamente con Philippe Agustini. Ambos aparecen acreditados como directores. La música fue labor de Música Maurice Jarre, la fotografía de Alain Derobe y el montaje de Françoise Bonnot.  

La película cuenta la historia en la que Michel, un hombre decepcionado por sus relaciones con las mujeres. Un dentista de éxito de 45 años con un matrimonio en decadencia, aunque su mujer, Isabelle (Rada Rassimov) acepta sus continuas infidelidades. Así que decide hacerse con una muñeca de poliuretano de tamaño natural, con bellos atributos de mujer, que le llega al inicio de la película desde Japón. 

En un momento dado, y al conocer la existencia de su "extraña" nueva amante, decide abandonar a su esposa, así como a otras amantes eventuales. Michel, dentro de su creciente soledad, encuentra toda la pasión con la muñeca de la que se enamora. 

Las personas cercanas a él asumen la realidad de diverso modo. Su madre (Valentine Tessier), admite de buen grado la situación, vistiendo a la muñeca con sus trajes de cuando ella era joven mientras le habla, llegando a afirmar sarcásticamente que ya había pasado más tiempo con el maniquí que con Isabelle, con quien mantiene una mala relación. Sus amigos encuentran la situación hilarante, regalándole una muñeca pequeña como si se tratara de su hijo. Isabelle, cuando descubre que su marido se ha enamorado de un maniquí, enfurece y acaba por comportarse como si también fuera uno para intentar recuperar a Michel. La mujer , finalmente, decide divorciarse de Isabelle.

El enamoramiento de Michel es total. Admite que su muñeca, a la que da diversos nombres a lo largo de la película, cumple todos los requisitos que él espera de una buena mujer: es atractiva, su piel no envejece, no habla ni enferma, ni tampoco pide caprichos. En su delirio, llega a escenificar una boda y grabar en video sus mejores momentos. Así que se recluye con la única compañía de una muñeca hinchable, y una asistente valenciana María Luisa (Queta Claver), que junto a su marido José Luis(Manuel Alexandre), que se dedica al mantenimiento de la vivienda.

Sin embargo, la relación que establece con la muñeca se irá deteriorando  paulatinamente con la aparición de los celos. De hecho vamos viendo como la muñeca, preciosa e impoluta en un primer momento, acaba adquiriendo un color poco de deseable. 



Por último, Michel descubre las infidelidades de su maniquí con varios hombres, con el marido de Queta y con los amigos de éste, españoles que viven hacinados en una barraca. Esta situación alcanza su punto culminante cuando la muñeca es secuestrada durante la Nochebuena por el grupo de emigrados españoles con la intención de violarla tras sacarla en procesión. Alguno (Agustín González) llega a violentarla. 

Ante esta situación Michel acaba simbólicamente con la vida de la muñeca lanzándo su vehículo al Sena. Segundos después, la muñeca sale a flote mientras un hombre la observa encandilado desde un puente. 

Dentro de la filmografía de Luis García Berlanga Tamaño natural es toda una rareza. Rodada en París durante la época de la apertura tardó, sin embargo, cuatro años en ser estrenada en España. Y en algunos países como Estados Unidos solo se pudo estrenar en las sanas en la sala de cine erótico. 

Para muchos se trata de la película más buñuelesca del director valenciano. No en balde  en el guión aparece un habitual de las películas francesas de Buñuel, el escritor Jean Claude Carrière, además de repartir el peso de la escritura con su habitual, Rafael Azcona, con el que ha rodado casi una docena de títulos. 

Quien sostiene la película de principio a fin es el gran actor francés Michel Piccolí, que asume el papel principal. Junto al actor francés aparece la actriz Rada Rassimov y y un grupo de actores y actrices españolas entre las que destacan amparo Soler leal, Queta Claver, Manuel Alexandre, pero igualmente aparecen Agustín González Luis Ciges e incluso el mismísimo José Luis Coll en un breve papel. 

El historiador de cine Ernesto J. Pastor en un tweet de 2018 escribió sobre ella diciendo que " "Tamaño natural" (Luis García Berlanga, 1974). 44 años después sigue transmitiendo un mensaje confuso que creo se inclina más hacia la misoginia. " 

En la 34.ª edición de las Medallas del Círculo de Escritores Cinematográficos, celebrada en 1979, Manuel Alexandre fue premiado por su trabajo. 

El propio Luis García Berlanga declaró : "  tamaño natural fue simplemente una aventura yo sabía que el tamaño no iba a ser el cine que iba a seguir haciendo pero el hombre viviendo con un solo con la muñeca y eso me atraía mucho porque decía yo soy que os voy a ser capaz de hacer una película en que me asustaba bastante pensar que yo no iba a poder hacer una perca de ser cerradas en que prácticamente toda la película menos el final no los españoles los que aparecieron allí que había una una pequeña moralidad pero era la primera vez que me me asustaba no porque yo digo las películas nunca me resultó pero pero pensaba y decirme voy a meter en el terreno de Antonio neó el terreno de de de este René otra cosa de diciendo cosas que las puede decir solo a un hombre que dice monólogo esto absolutamente para algún director verdad pero por otro lado me apoya mucho ella y seguí y y sigo creyendo que para mí la muñeca Laura lo meto por esa alternativa eso cuando va al sol criatura adicional quizá hay bastante momento en que la muñeca me parece mi mejor película" Y añade: " se supone que es la muñeca más maravillosa que se había construido hasta ese momento. Nos costó unos 10 millones de pesetas y tardaron casi un año en construirla para conseguir esa carnalidad". 



Para Berlanga " es un caballo de Troya que le devuelve todas las infecciones que ha dejado fuera del recinto donde se ha escondido para para gozar de esa soledad total. Esa muñeca le destruye . (...) Es la historia de una obsesión y una reflexión sobre la soledad con un desastre final". El director declaró que esto era muy común en sus películas " uno no puede llegar a lo que aspira". Por último, el consideró su película como amorosa y de un gran fracaso, el de la soledad, pero nunca erótica. Pero, a pesar de eso la gente pensó que era de contenido erótico. Tanto es así que se estrenó a los circuitos pornos de Londres. Hasta los mismos productores decidían ante la creencia que podía ser una película erótica fue la última en España entonces después de Emmanuelle". 

Berlanga señaló que "las feministas sí que se movilizaron tanto en Francia como en España como en Italia en algunos casos pues con rotura de escaparates y solo hubo un artículo que las frenó en Italia un poco, que por otro color lo único país donde la película tuvo un éxito"

Por último, señalar que no era la primera vez que el cine español llevaba a la gran pantalla el tema del drama de la soledad y la insatisfacción en las relaciones afectivas. Pedro Olea, había realizado en 1972 "No es bueno que el hombre esté solo". Una historia de un hombre tímido e introvertido que vive una relación con una muñeca de tamaño natural y que ve invadida su intimidad.  


  

domingo, 22 de agosto de 2021

Plácido


 

Genialidad absoluta esta historia llena de humor caústico que, inexplicablemente, pero afortunadamente , pasó la censura. Lleve un mendigo a casa. 

*EC: En construcción

domingo, 17 de enero de 2016

Calabuch on The Rocket


Hace unas semanas vi una película de Hitchcock cuyo título era Pero...¿quién mató a Harry?. Como hace poco comenté en estas páginas se trata de una película considerada menor en la filmografía del director británico, y , sin embargo, parece ser que fue una de sus favoritas. 

La película era intencionadamente amable. Y entre los protagonistas de la misma se encontraba  un actor mayor de nombre, Edmund Gwenn, Se trataba de un actor británico de larga trayectoria que en 1947 obtuvo un Óscar como actor de reparto en la película Miracle on 34th Street . Sin embargo, su labor se centraba en como actor de teatro en el West End y en Broadway, asociándose con una amplia gama de obras de dramaturgos modernos, como Bernard Shaw, John Galsworthy y JB Priestley, y que realmente triunfó tras la Segunda Guerra Mundial, donde tuvo una exitosa carrera en Hollywood y en Broadway. Creo que su película con Hitchcock , su penúltima película, mucho tuvo que ver con su última obra, Calabuch, titulada en los Estados Unidos Calabuch on  The Rocket.

Tras ver la película de Hitchcock pensé debería ver Calabuch. Y la fortuna hizo que en el programa Historia de nuestro cine se proyectara hace unas semanas.

Mi intención fue verla a primeros de año, pero uno se adapta a lo que tienen. Así que Calabuch on The Rocket,  la película berlanguesca que nosotros conocemos con el título de Calabuch, ha sio ahora vista.

Calabuch  es una película española dirigida por Luis García Berlanga , que tuvo como ayudante de dirección a Leonardo Martín y Giménez y Pérez Puig, como auxiliares de la misma. La película fue estrenada el 1 de octubre de 1956.

Se trató de una coproducción entre España e Italia, en la que el director general de producción era  José Jerez Aloza como representante de Águila Films y de Films Costellazione. El ayudante de producción fue  Luis Méndez Amago. La película respondía al guión de Leonardo Martín en el que participan igualmente Luis García Berlanga,  Florentino Soria, Ennio Flaiano

Al ser una coproducción la música le correspondió a Angelo Francesco Lavagnino y Guido Guerrini . La fotografía fue trabajo de Francisco Sempere, el montaje de  Pepita Orduña que contó como ayudante con Alicia Castillo. y los decorados de Román Calatayud, mientras que su ayudante de decoración fue Bernardo Ballester, mientras que los decorados fueron de Francisco Prósper.

La  encargada de continuidad fue Lucía Martín, mientras que el segundo operador era Miguel Agudo. La Foto-fija correspondió a Manuel Beringola. Como regidor estuvo  Enrique Carlos Jerez.

Para el maquillaje se contó  José Luis Ruiz, mientras que en peluquería la responsabilidad fue de  Esperanza Paradela que tuvo como ayudante de maquillaje  a Manuel F. Gaitán.

El jefe de sonido fue  Jaime Torrens, mientras que los Muebles y atrezzo fueron responsabilidad de Mateos-Luna-Mengíbar.

El vestuario fue de  Peris Hermanos, mientras que los decorados fueron de Francisco Prósper. Como no podía faltar en una película valenciana la pirotecnia fue responsabilidad de  Luis Bronchu (Valencia).

El reparto está encabezado por Edmund Gwenn (Jorge Hamilton), Valentina Cortese (Eloísa, la maestra), Juan Calvo (Matías), Franco Fabrizzi (el Langosta), José Isbert (don Ramón), José Luis Ozores (torero), Félix Fernández (cura), Nicolás Perchicot (Andrés), Mario Berriatúa (Juan), Francisco Bernal (Crescencio), María Vico (Teresa), Isa Ferreriro (Carmen), Manuel Guitián (don Leonardo), Casimiro Hurtado (Antonio), Pedro Beltrán (Fermín), Manuel Alexandre (Vicente, el pintor) y Lolo García (Felipe). Además aparecen Pedro Beltrán y Manuel Beringola


La película cuenta con una introducción que simula un NODO en el que se nos informa de la guerra fría y de la carrera armamentística, así como la desaparición de un científico especializado en cohetes que responde al nombre de George Hamilton . y  que creía en las bondades de la energía nuclear, al darse cuenta de su error,huye y se lleva consigo todos sus secretos. Encuentra refugio en Calabuch, un pueblo mediterráneo que a él le parece maravilloso porque la gente se limita a vivir y conserva el sentido del humor y de la amistad.

Tras esto conocemos el entorno de Calabuch, un pequeño pueblo de la costa mediterránea levantina española en el que lleva una vida de los más sencilla. Allí conocemos como los lugareños se preparan para la celebración de sus fiestas en las que participa todo el pueblo que actúa disfrazados de romanos bajo la dirección de un sargento de la Guardia Civil. Igualmente conocemos que algunos de los habituales habitantes del pequeño viven del contrabando semiperseguido y , junto a ellos un grupo de hombres y mujeres del comun: el farero, la maestra, el cura. el pintor, etc...

Una mañana aparece en la playa de Calabuch un anciano. Se trata de Jorge Serra Hamilton, aunque realmente es el desaparecido profesor George Hamilton (Edmund Gwenn), un científico que decide "desaparecer" y apartarse de sus investigaciones espaciales y militares.

Cansado de trabajar en la construcción de bombas atómicas y alarmado ante el alcance destructor de su descubrimiento, el científico norteamericano de prestigio internacional huye de su país y se refugia en el anonimato de un apacible pueblo de la costa mediterránea llamado Calabuch.

Una vez allí, el profesor es confundido con un vagabundo cómplice de un contrabandista de buen corazón y enamorado de la maestra, "el langosta", siendo detenido por el sargento de la guardia civil y encerrado en un calabozo.

Con "El langosta", con el que iniciará una nueva y sentida amistad, la misma que le unirá al resto del pueblo, que irán aceptando a Jorge como uno más.

Sin pretenderlo, el científico, que es tomado por un vagabundo bondadoso e indocumentado y rebautizado como Jorge, se va integrando totalmente en la vida de Calabuch. Jorge  pasa sus días en una cárcel muy peculiar, de la que puede salir cuando le venga en gana, pues las ocupaciones del pueblo requieren de su presencia; Matías, un guardia civil que es la autoridad del pueblo, el típico miembro del cuerpo malhumorado pero buen padre y amigo de todos; el farero, que en sus jornadas laborales juega al ajedrez por radio con el cura, más preocupado éste por las luces de su iglesia; la profesora del pueblo, enamorada en secreto del "langosta", y cómo no, correspondida por aquél, una especie de amor imposible que irónicamente sólo puede tener lugar en Calabuch; el pintor, que pinta con parsimonia absoluta sus encargos.

Traba amistad con sus peculiares habitantes, les ayuda a resolver sus problemas y participa en todo tipo de actividades. Así, ayuda al langosta a proyectar las películas en el viejo cinematógrafo, o ayuda a la maestra en el pequeño colegio barriéndolo. Tras desempeñar diversas ocupaciones, recala en el taller pirotécnico del pueblo. Animado por el uso pacífico y festivo de sus conocimientos, idea un cohete que permitirá al pueblo de Calabuch vencer a Guardamar en el concurso de fuegos artificiales que se celebra con motivo de las fiestas patronales.

Para la celebración de las fiestas patronales que culminan con una corrida de toros, realmente un toro, el de siempre, y con lo que mejor sabe, construir cohetes y fuegos artificiales que se elevan hasta alturas nunca alcanzadas en la comarca.

Tan espectacular es el resultado, que se publica una foto de los creadores en el periódico provincial, descubriéndose así paradero del profesor Hamilton, quien sabe que esto implica volver a su país. Es precisamente este cohete vencedor en una competición con el pueblo vecino, así como la foto victoriosa con los habitantes del pueblo  lo que alertan a las autoridades internacionales sobre la localización del científico desaparecido.

Cuando la flota norteamericana acude al lugar en su busca, todos los habitantes del pueblo, desde la maestra al párroco, pasando por el brigada y el contrabandista, se solidarizan para impedir el rescate.


Sin embargo, Jorge sabe que es inútil oponerse y decide , en primer lugar, regalar detalles para que lo recuerden en un mundo feliz y no alterado por la violencia o la maldad como son los regalos a todos sus conocidos del pueblo (trompetas, barcos en botellas, …) y, finalmente, deciden marcharse por su propia voluntad, sin ofrecer resistencia y consciente de que se ha ganado la amistad y el cariño de todo Calabuch.


La película fue enteramente rodada en Peñíscola (con extras locales) y en ella se muestran imágenes aéreas y a pie de suelo de esta población que suponen, además, un documento de gran valor histórico en esta localidad ya tremendamente modificada en su entorno urbano más cercano.

Con motivo del quincuagésimo aniversario del rodaje en 2006, se celebró un homenaje al director y a la cinta en el marco del 18º Festival de Cine de Comedia celebrado en esta ciudad costera valenciana.

La película consiguió en 1956 el Premio OCIC  en el Festival de Venecia y estuvo nominada para mejor película el mismo año en el festival de Venecia.

El crítica Paco Gisbert en mayo de 2006, publicó en el Pais el siguiente artículo  en el que se nos contaba la trascendencia de esta película medio siglo después del rodaje de Calabuch,

Se nos informaba que Luis García Berlanga había vuelto a Peñíscola para recibir el homenaje de una población que lo idolatra. En un acto que tuvo todos los ingredientes de la mayoría de sus películas, el director valenciano hizo un esfuerzo memorístico para recordar la acogida que la localidad castellonense le tributó hace 50 años y convirtió en leyenda su relación con Peñíscola.

A sus entonces 85 años, Berlanga había perdido mucha memoria, una rémora que considera "más terrible que la censura que padecí durante el franquismo".

Por ello, en el homenaje que Peñíscola le tributó en el marco del 18º Festival de Cine de Comedia, repitió más de una vez aquello de que "esto no sé si es verdad o me lo estoy inventando ahora".

El director guardaba en su corazón "la calidad humana y la calidad interpretativa" de las gentes de Peñíscola, hasta el punto de que llegó a bromear sobre el origen del talento de los extras que participaron en Calabuch: "Es posible que un grupo de actores ambulantes se instalara aquí hace muchos años y os haya transmitido esos genes para interpretar tan bien", dijo Berlanga ante un público heterogéneo que recordaba sus grandes obras cinematográficas.

Desde las fuerzas vivas del pueblo, con el alcalde a la cabeza, hasta vecinos de la localidad que participaron en el rodaje del filme hace ahora medio siglo, nadie quiso perderse la cita con un personaje al que idolatran.

Berlanga se acordó, en el viaje por el túnel del tiempo que le propuso el Festival de Peñíscola, de José Isbert, el entrañable farero de Calabuch, al que calificó como "un genio", y contó una anécdota sobre su personalidad: "Hace poco me he enterado de que Pepe Isbert no se leía los guiones, sino que sólo se traía a los rodajes las frases que tenía que decir escritas en tinta roja. Y eso demuestra la calidad de un actor que se metía en una película sin saber de qué iba", dijo entre risas.

Berlanga confesó sentirse "abrumado" por el cariño de una localidad que "vivió un antes y un después" del rodaje de Calabuch, según la opinión de Lolita Simó, vecina de Peñíscola y actriz en la cinta.

El cineasta, que eligió la localización "por su situación geográfica y por el Mediterráneo", rendiría más de 40 años después su propio tributo a Peñíscola cuando volvió a elegirla como plató en París-Tombuctú, la película con la que cerró su carrera y que, según confesó, es su favorita de entre toda su filmografía por "lo bestia que es". "Es como si me hubiera abierto en canal y hubiera reventado todo lo que tenía dentro y no me había atrevido a enseñar en anteriores películas", relató.

La conmemoración del 50º aniversario de Calabuch se convirtió, casi involuntariamente, en el acto central de esa 18ª edición del Festival de Cine de Comedia de Peñíscola

En el diario Las provincias Berlanga que siempre afirmó ser era un enamorado del Mediterráneo y su influencia y que esto se podía notar en todas sus películas. Pero en ocasiones fue más allá y puso al propio Mediterráneo frente a su objetivo.

Peñíscola nunca olvidó este rodaje y los guiños hacia Berlanga se repiten en toda la localidad. Sólo había que acercarse hasta el restaurante Casa Jaume, regentado por Jaume Sanz, y que sirve un impresionante arroz Calabuch.

Como ya hemos dicho Calabuch fue gran Premio de la Oficina Católica Internacional de Cine (O.C.I.C.) en el Festival de Cine de Venecia y obtuvo igualmente el Premio al mejor argumento original, al mejor actor secundario (Juan Calvo) y mejor actor extranjero en una película española (Edmund Gwenn) del Círculo de Escritores Cinematográficos.

Fue también  2º Premio a la mejor película del Sindicato Nacional del Espectáculo y premió al mejor actor de reparto (Juan Calvo) y al mejor guión del Sindicato Nacional del Espectáculo.

Esta película de Berlanga se estrenó el  1 de octubre de 1956. Calabuch al ser anterior  a 1961, o sea, a su etapa de colaboración con Rafael Azcona, actividad que se inicia con Plácido, carece de ese humor negro y cruel que impregna este guionista y que refuerza el retoque cr´tica ya presente en la obra del cineasta valenciano. De hecho Terenci Moix en su tercer volumen de la historia del cine publicado por ABC nos dice que en Calabuch se nuestra la cara más amable del neorrealismo - matizado por fuerte dosis de socarronería- . De hecho Calabuch fue atacada en el momento de su estreno por su bfalta de compromiso y por no dejar de ser sino un retrato conmovedor de una España que ya no existe.

De hecho Calabuch se inscribe en la etapa de la filmografía de Berlanga, situada entre las geniales, Esa pareja feliz y Bienvenido Mr. Marshall, de los primeros 50 y sus obras tremendas de inicios de los 60 (El Verdugo, y Plácido). En Calabuch da la impresión de que el personaje principal, el físico Jorge está desdibujado, sin objetivos y es una mera excusa argumental para presentar a Calabuch, a sus gentes, a las relaciones que tienen lugar entre los habitantes del pueblo, las rivalidades entre las “autoridades” fácticas, la civil, la religiosa y la militar.

He leído que en el cine de Berlanga siempre hay un espacio para las autoridades, y que por sus películas , como en Calabuch, pululan curas, militares, autoridades locales que manejan al pueblo. Y si bien es cierto que los trata de manera cómica o irónica, no es menos cierto que son tratados casi con ternura. Esto se hace visible con el oficial de la Guardia Civil que , en el fondo, acoge a Jorge en la prisión que es transformada en su casa y en la del langosta,  contrabandista con el que juega a las cartas. O el cura, envidioso con las maniobras ajedrecísticas de ese entrañable farero  que interpreta Pepe Isbert. Como obra coral , como todas las de Berlanga, se nos presenta a personajes buenos de una  sociedad inocente, bastante manipulable e inculta.

Una película que es hija de su tiempo con el temor nuclear, el miedo a destrucción del planeta, el fantasma de la guerra fría, con una explicación sobre lo que es el NODO, tanto al inicio como antes de la película de Juanita Reina.

Para Alberto Abuín en blogdecine 'Calabuch', está lejos del mundo. El editor de blog de cine destaca que  'Calabuch' (1956) fue filmada años después de su primer gran éxito, 'Bienvenido Mr. Marshall' (1953), y es inmediatamente anterior a los tres títulos de lo más sólido de su director : 'Los jueves, milagro' (1957), 'Plácido' (1961) y 'El verdugo' (1963), las dos últimas con guión de Rafael Azcona. Y resalta que en esta película el peculiar humor negro de su autor, y sobre todo su mirada crítica, son más suaves que en el resto de su filmografía. Su influencia hay que buscarla en las cintas del neorrealismo italiano, tan en boga aquellos años, en alguna que otra cinta de Tati, y sobre todo en una de las grandes películas de John Ford, 'El hombre tranquilo' ('The Quiet Man', 1952).

El propio realizador afirmó años después que si tuviera que volver a hacer alguna de sus películas, 'Calabuch' la reharía de nuevo completamente, parándose más en las gentes del pueblo. Sin embargo, el paso del tiempo ha tratado bien una película que tal vez sea de las más sentimentalistas de su autor, lo cual no está reñido con la calidad. Una comedia costumbrista que habla sobre una utopía, la de llevarse bien con todo el mundo haciendo lo que uno siempre quiere, o mejor aún, lo que más le gusta.


martes, 21 de abril de 2015

Escopeta nacional


Casualmente la encontré minutos antes de que empezara y la vi. Un clásico del cine español. Desgraciadamente el cine español tiene sus clásicos, pero es cierto que no suelen aparecer por este blog y tengo que reconocer mi mea culpa. De entre los grandes del cine español, por aquí apareció una grande entre las grandes: Calle Mayor de Bardem, el gran Juan Antonio Bardem, el que más sabía de cine de la familia. Pero tras ella, el silencio que no el abandono, pues cine español aparece por aquí en la medida que la veo y disfruto de lo que veo. Pero volviendo a la película de hoy, al igual que la estrechez de la Calle Mayor, es un análisis sociológico de la España franquista, aunque aquí ese retablo de las miserias de España aparece no desde la actitud miserable de unos amigos miserables, sino desde algo que todavía persiste en esta España cutre y fullera: el de las cacerías. Como podéis imaginar hablo de La escopeta nacional. 
La escopeta nacional es una película española de 1978 del director valenciano Luis García Berlanga. Como no podía ser de otro modo, Berlanga tira de la ironía y del sarcasmo para reflejar en un vitriólico retrato de la que podía ser la clase empresarial y política del tardofranquismo. De hecho, Berlanga se inspiró en las cacerías de Franco para realizar la película. Pero que si Berlanga existiera podría haber rodado otras pues las caceriás han sido, son y serán puntos de encuentro en España de conspiraciones y de negocios, de traiciones conyugales y de acuerdos a espada de lo público y en beneficio de lo personal y privado. 
La película no es un mirlo blanco, sino que con ella Berlanga quiso mostrarnos como era esa España que se movía entre los años 1978 y 1982, y lo hace con una trilogía que tiene como eje conductor una familia venida a menos: la familia Leguineche. La primera de la trilogía fue precisamente esta La escopeta nacional, que fue seguida de Patrimonio nacional, y que terminó con Nacional III, películas que gozaron de las bendiciones de crítica y público. 
La película contó con lo más granado de la industria cinematográfica española de la época. Empezando con el más brillante de los directores de los años cincuenta a ochenta, Luis García Berlanga. Visible desde su ópera prima “Esa pareja feliz” (1951), codirigida junto a Juan Antonio Bardem –con quien había compartido aulas en la IIEC, la primera escuela de cine en España–, o en Bienvenido Mister Marshall (1953), “Plácido” (1961) o “El verdugo” (1963) o tras la trilogía con '‘La vaquilla'’ (1985), casi siempre acompañado con Azcona. 
Se trataba de una producción de Impala e In-Cine Compañía Industria Cinematográfica, S.A. (Madrid), estando como productor ejecutivo Alfredo Matas y como director de producción, José Manuel M. Herrero. La jefa de producción fue Marisol Carnicero Para el desarrollo de su argumento Berlanga contó con su portentosa creatividad y la capacidad narrativa y cinematográfico de uno de sus principales colaboradores de siempre, Rafael Azcona. 
En el apartado técnico la fotografía fue de Carlos Suárez (eastmancolor), mientras que el montaje contó con José Luis Matesanz. El encargado de los decorados fue Rafael Palmero y el del vestuario Javier Artiñano. Como auxiliares en la parte técnica aparecen Miguel Ángel Gil como ayudante de dirección, Isabel Mulá encarga del Script. Como segundo operador Alfredo Fernández. 
Asímismo aparece un listado importantes de ayudantes entre los que aparecen los siguientes: Ayudante de cámara: Fernando Fernández. Foto-fija: Alejandro Diges. Ayudante de producción: Esteban Gutiérrez. Regidor: Juan de la Flor. Maquillaje: Julián Ruiz y Fernando Florido. Peluquería: Vicenta Palmero, Rosa Martín y María Luisa García. Ayudantes de maquillaje: Antonio Segovia y Dolores García. Ambientación: Félix Murcia. Técnico de sonido en rodaje: José Nogueira. Técnico de sonido en estudio: Francisco Peramos. Ayudante de montaje: Claudio García. Auxiliar de dirección: Raimundo García. Auxiliar de cámara: José Luis Criado. Auxiliar de montaje: Lucio Cortés. Efectos especiales: Antonio Bueno. Sastras: Mª Teresa García Trueba y Milagros Álvarez. Jefe de eléctricos: Ricardo Arenas. Atrezzo: Mateos-Luna-Mengíbar. Vestuario: Cornejo. Títulos: Story Film-Pablo Núñez. Estudios de sonorización: Tecnisón, S.A. Laboratorios: Madrid Film, S.A. (Madrid). 

En el reparto aparece lo más granado del cine de la época como José Sazatornil “Saza” (como el industrial catalán Jaume Canivell), José Luis López Vázquez (Luis José heredero onanista del marqués de Leguineche), Luis Escobar (Don José, marqués de Leguineche), Antonio Ferrandis (Álvaro, el ministro de Industria), Amparo Soler Leal (María Jesús, "Chus", esposa del Luis José de Leguineche), Mónica Randall (Mercè, secretaria y amante de Jaume), Rafael Alonso (Cerrillo, organizador de eventos y de la cacería), Agustín González (padre Calvo, capellán del pueblo y ferviente franquista), Andrés Mejuto (De Prada), Bárbara Rey (Vera del Bosque, actriz amante del ministro). En papeles menores Laly Soldevila (doña Laura), Luis Ciges (Segundo, criado de confianza de Luis José), Félix Rotaeta (príncipe Adrián Korchosky), Chus Lampreave (doncella), Conchita Montes (Soledad), Rossana Yanni (Libertad Iris), Florentino Soria (Pacheco), Zelmar Gueñol (Alsina), Fernando Hilbeck (López Carrión), , Sergio Mendizábal (Bermejo), Luis Politi (Julio), Ángel Álvarez (trabajador de la finca), Oscar Aguerre, Mari Carmen Alvarado, Maribel Ayuso, Pascual Costafreda, Mimí Muñoz, Carlos Oller, José Antonio Rico, Pedro del Rio, Julio Wizuete, Elsa Zabala. 

La película empieza en una finca de las cercanías de Madrid, en el invierno de 1972. Allí llegan con retraso Jaume Canivell (José Sazatornil), un fabricante catalán de porteros electrónicos, que viaja con su secretaria y amante (Mónica Randall) para asistir a una cacería pagada por él mismo en la finca "Los Tejadillos", propiedad de los Marqueses de Leguineche, una familia aristócrata que atraviesa apuros económicos, aunque oficialmente es el marqués quien paga la cacería a altos cargos del gobierno e influyentes personalidades. A Jaume y la Mercé se les ha roto el coche por lo que llegan tarde al ojeo de las perdices. Las perdices van a ser pagadas por Jaume a 500 pesetas (3 euros) la pieza. Jaume está dubitativo sobre el éxito de su misión, pues no ha seguido las instrucciones de su padre, encargar la venta de un productos a los viajantes. 
Como buen catalán busca hacer negocios en Madrid. El objetivo de Canivell es codearse con la alta sociedad para mejorar su negocio y poder vender sus porteros en las urbanizaciones de nueva construcción que tiene previsto levantar el Gobierno. De hecho, la verdadera intención de Canivell es hacer negocios y contactar con un ministro franquista para que le ayude a introducir el nuevo avance tecnológico en los hogares españoles. 
Para ello busca entabla amistad con Álvaro (Antonio Ferrandis), ministro de Industria del gabinete presente en la Finca, pero a su llegada el ministro está en el ojeo. Sin embargo, desde que llega a la finca todo son sobresaltos y apariciones de personajes singulares. Nada más llegar a la casa descubre que el hijo del marqués de Leguineche, Luis José cascándose mientras ve por la ventana a una modelo haciendo sus poses. Para ello Luis José cuenta con la inestimable colaboración de Segundo. 

Tras el extraño encuentro, marchan a la caza y entablan relación con los personajes asistentes a la cacería, gentes del Opus, con Álvaro, el ministro de Industria, con Cerrillo, el organizador de la cacería, o con el iracundo padre Calvo, capellán del pueblo y ferviente franquista. Cerrillo le explica que debe "aceptar" que la cacería la paga el marqués. 

Durante su estancia, Canivell y su pareja , además de conseguir colocar sus porteros a cambio de una mordida que quiere llevarse el ministro, son testigos de una situación que se complica con escenas absolutamente surrealistas como el secuestro en la casa de servicio del palacio de una actriz masoquista Vera del Bosque (Bárbara Rey), joven y atractiva actriz amante del ministro por parte de Luis José de Leguineche, a la que intenta convencer explicándole a Canivell que es productor de cine para ganarse así el favor de Alfonso. Ante de que intervenga Canivell el cura le grita a Luis José de Leguineche "¡Baja de ahí y besa los pies a esta Santa! ¡Que lo que yo he unido en la Tierra, no lo separa ni Dios en el Cielo!" 

A partir de ese momento y con el fin de lograr su propósito inicial, Canivell actúa como figura reconciliadora y diplomática, haciéndose pasar por un productor cinematográfico e implicándose en una serie de estrambóticas situaciones. 
Una de esas situaciones imposibles será la destrucción de la colección de vello público del marqués de Leguineche (Luis Escobar) por parte de una encolerizada Chus, mujer tuerta- pues ha perdido un ojo en una cacería - de Luis José y que obliga a Jaume a decir ¡Ostras cuyons, pero si son pelos de coño!-, con el soponcio de sufre el Marqués viendo destruida su colección y que provoca que el Marqués se meta en la cama rodeado de sus invitados rezando, mientras hace como que está agonizando y comentando "Que vengan todos... que venga el servicio que estas cosas les gustan mucho... que vengan todos que tengo que perdonarlos..." ; o a devolver "generosamente" un premio de bingo a doña Laura (Laly Soldevila), o el cambio de gobierno que deja a su contacto ministerial fuera del Gobierno, lo que obliga a Canivell a ganarse ahora la amistad con el nuevo equipo de gobierno, del Opus Dei, presente también en la cacería, pues en este se vive una pugna constante entre la Falange y el Opus Dei. Cuando parece que finalmente está a punto de lograr su objetivo, un repentino cambio de gobierno provoca la destitución del ministro, echando por tierra todos sus planes.

Ante el anuncio de cambio en el Gabinete a favor de la gente de la “Obra”, Canivell debe ayudar a misa en la capilla de la finca , incluso a claudicar ante un director de banco – también del Opus y amigo del futuro ministro- que sabe que está engañando a su mujer con la Mercé y que además le negó en su momento un préstamo. 

Al final, Canivell está convencido que hubiese sido mejor contactar con un viajante para colocar sus porteros automáticos y obligado a regresar a Barcelona con las manos vacías tras el accidentado fin de semana. Acabando con un letrero que ponen la incisiva puntilla que explicita la intención berlanguiana: “Y ni fueron felices ni comieron perdices… desgracia habitual mientras existan ministros y administrados”. Hasta aquí la historia. 

La película se rodó en la Finca El Rincón, Aldea del Fresno, Navalcarnero (Madrid) en 1977, aunque se estrenó en España en 1978. 
La película consiguió el premio a la mejor película del Círculo de Escritores Cinematográficos. Desde el principio la crítica valoró como interesante esta verbena popular en la finca de los Leguineche como retablo de las miserias de un país y de un régimen, aunque ahora descubrimos que están presentes en el tardofranquismo y en los ochenta, en los noventa y con todos los gobiernos de este nuevo milenio. 
De ella dijo Luis Martínez en el Diario El País "Esperpéntica verbena tan desmadrada como lúcida. La pantalla se rompe en un laberinto de elaboradísimos y eternos planos con un universo abigarrado, delirante y desesperado." 
Para Jordi Revert “Finalizado el yugo del franquismo y con la censura ya derogada, ningún obstáculo se oponía ya a la comedia ácida y costumbrista del director” 

Según Revert, “La escopeta nacional” es esa obra articulada para disparar, desde los impagables diálogos de Rafael Azcona, contra las trasnochadas clases políticas y aristocráticas que a duras penas necesitan adaptarse a los tiempos de cambio para seguir sacando tajada. El título ya indica la vocación de fresco nacional en el que banqueros, empresarios, marqueses, representantes del clero, ministros y crápulas varios se agolpan en una cacería en busca de su beneficio propio. 
El arma de fuego es la de Berlanga-Azcona, dispuestos a ridiculizarlos en las situaciones más esperpénticas, en las que el hijo de un marqués puede retener a su querida en una casa con la intención de vivir allí eternamente, el marqués en cuestión amplía su colección de vellos púbicos de amantes y señoritas varias y un ministro hace negocios a varias bandas e incluso contempla modificar las leyes para que el provecho sea mayor. 

Para Jorge B. Montañés y Daniel Izeddin. En ‘35 mm de cine español’ Berlanga es el axioma de cine español, destacan el papel no sólo de los principales colaboradores de Berlanga, sino también de los miembros del equipo técnico y de producción como Miguel Gil, Marisol Carnicero y Alfredo Mayo, que acompañaron al realizador en su aventura por la España de la trilogía nacional, y que describen a Berlanga como un provocador nato, capaz de repetir sin descanso tomas de gran complejidad con un poder de manipulación que seducía a todos. Un camino de admiración a ritmo de los legendarios planos secuencia que concentraban a los mejores actores españoles en situaciones esperpénticas y con diálogos maravillosos.

'La Escopeta Nacional' es , además, una parte de la historia de la democracia inicial, pero -desgraciadamente- es además una película con un tema de rabiosa actualidad, intemporal , pues todavía persisten Leguineches y ministros, empresarios, sindicalistas, jueces y truhanes, pues como bien dice la película «Y ni fueron felices, ni comieron perdices porque allí donde hay ministros un final feliz es imposible». No cin estos ni con las anteriores. ¿Otra política es posible? Parece que en España, no.