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martes, 19 de mayo de 2015

El cine de animación como propaganda


Esta ha sido hoy mi clase de Historia del Mundo Contemporáneo.  Para culminar lo trabajado durante el tema de la Segunda Guerra Mundial he querido que termináramos viendo el papel de la propaganda durante este conflicto armado. Así que para completar lo visto y oído he seleccinado este texto sobre la importancia de la propaganda durante la Segunda Guerra Mundial y ejemplos concretos de la misma. Indudáblemnte todo lo que aquí aparece tiene un fin didáctico. Espero que os guste.
Uno de los géneros cinematográficos más fascinantes que aparece en la Historia del Cine usualmente por motivos políticos, es el de propaganda, al que nunca se le presta la atención que merece, al que se ignora casi permanentemente, al que se considera incapaz de generar obras artísticamente valorables, y al que se silencia según el partido político gobernante. 
El cine de propaganda trata siempre de elaborar un panfleto político a partir de historias de ficción o bien documentales. Sin excepción, todos los grandes productores de películas del mundo han realizado filmes de propaganda, y quienes se han destacado han sido los países dominados por regímenes totalitarios, tales como el nazismo, el fascismo o el comunismo, y ¿por qué no? el capitalismo. 
La historia contemporánea, y especialmente el siglo XX, ha sido testigo del desarrollo de la propaganda como una muy efectiva táctica política, especialmente durante los conflictos bélicos. El cine, desde la primera guerra mundial, participó en la labor propagandística, rol que sería explotado de manera generalizada en los años inmediatos a la segunda guerra. 
Es célebre el caso de Leni Riefenstahl (nacida en 1902 en Berlín) que supo destacarse como realizadora en los años '30 con filmes que glorificaban al Führer, tales como Trumph des Willens (El Triunfo de una Voluntad-1936) y Oliympiad:Fset Der Volker (Olimpiada-1936). Las películas son magníficas, pero, en los libros de historia quedan relegadas de revisión usualmente por tener una "ideología equivocada".

En el cine italiano de preguerra, destaca el filme Scipione, L´Africano (Escipión-1937), que ensalza con avidez poética al Imperio Romano (y por extensión al Duce).

Similar labor se ve en el régimen comunista de la URSS que tiene como máximo exponente a Sergei Eisenstein (1898-1948) su más famoso cineasta, autor de obras maestras de la imagen como El Acorazado Potemkin-1925- y Octubre-1926-, son claras propagandas del sistema socialista, más tarde su Aleksandr Nevski (Alejandro Nevsky-1937) fue a la vez que otra obra maestra, un obra que se enmarca dentro de una campaña de cine antialemán (el pacto de no agresión germano-soviético de 1939, terminó con esta campaña, aunque brevemente, ya que se reinició con la invasión alemana de la U.R.S.S. en 1941; siempre el cine con mensaje ideológico dependió de la política del país de turno).
Por último, para justificar sabemos que las democracias, no renuncian al cine de propaganda. El esfuerzo bélico de la I (1914-18) y II Guerra Mundial (1939-45) fue siempre acompañado de películas norteamericanas con elementos propagandísticos. Es común encontrar títulos de películas norteamericanas del período 1917-18 (que fue el período efectivo en que los EE.UU. participaron de la Guerra) en los que se hace referencia al Kaiser como al peor de los seres abyectos sobre la Tierra visible en la obra A las Armas de Chaplin. 

Casi veinte años después, en los umbrales de la II conflagración, se adoptó una postura no agresiva, pero sí antipática, hacia los países del Eje (Alemania, Japón, Italia), especialmente para solidarizarse con Gran Bretaña. Con la entrada en Guerra de los EE.UU. en 1941 (nuevamente tarde, para no perder la costumbre), Hollywood adopta una postura 100 % agresiva, y hasta 1945 en todas las películas que se producen, los personajes malvados tienen apellido alemán, y siempre se glorifican los valores de la democracia frente al totalitarismo, incluso se llegó a alabar a los soviéticos (aliados a los EE.UU. hasta el final de la Guerra). Irónicamente, aquellos directores que dirigieron películas con mensajes simpáticos hacia el comunismo, se complicaron la vida una vez terminada la Guerra, pero de eso hablaremos más tarde. 

A pesar de la extensa cantidad de filmes de todos los géneros, con contenidos propagandísticos, hubo algunos directores que realizaron películas cinematográficamente valiosas. Alfred Hitchcok (1899-1980) realizó LIFEBOAT (Ocho a la Deriva-1944), que consistió un brillante mensaje en favor de las democracias. Otros directores realizaron sus propias películas sobre el tema de la Guerra, Frank Capra se dedicó a realizar una serie de documentales bélicos muy valiosos. Todos los países participantes del conflicto desarrollaron propaganda en la medida de sus posibilidades. 

El historiador del cine Román Gubern explica cómo los japoneses, los italianos y los franquistas hicieron uso de la historieta con fines propagandísticos. Así que el monopolio de la propaganda no fue exclusiva a los Estados Unidos y Alemania; aunque, cabe mencionar, si algo caracterizó a Estados Unidos en la maquinaria propagandística, fue el uso de los dibujos animados, que no sólo se emplearon para dirigir a la opinión pública, sino además para fines documentales y educativos, dentro y fuera de la milicia. 

Tras la entrada de Estados Unidos en la segunda guerra mundial, una de las primeras tácticas del Estado fue lo que podría llamarse “la trinchera interna”. El gobierno de Franklin D. Roosevelt debía unificar la opinión pública hacia una postura favorable al conflicto armado. Organismos gubernamentales, como la Oficina de Información de Guerra, extendieron su control a todos los medios de comunicación masiva: dicho control iba desde la regulación de los contenidos, hasta el patrocinio de material propagandístico. Este paraíso festivo fabricado por los estudios Disney, contrasta en gran medida con el resto de sus producciones “de guerra”, tanto en lo visual como lo temático. 

Y Walt Disney, que era considerado un "genio" desde 1935, produjo uno de los más excelentes pequeños ejemplos que una películas propagandística, también puede ser una obra maestra. Si se compara con la pesadilla de svásticas y marchas militares de Der Fuehrer’s Face (1943), o la efigie del Tío Sam transfigurada en los silbatos de la industria bélica —pagados por los impuestos del pueblo en pro de la victoria—, que rugen en The New Spirit (1942), se dudaría en calificarlos como propaganda.

Cabe mencionar que antes de la entrada de los Estados Unidos en la guerra, la posición del gobierno de Roosevelt ante el conflicto estuvo limitada por las políticas aislacionistas.A pesar de la política de Neutralidad, que limitaba las acciones del gobierno en apoyo a países como Reino Unido y Francia, lo cierto que antes del ataque a Pearl Harbour y la consecuente declaración de guerra de las potencias del Eje que puso a la postura aislacionista .

Después del ataque japonés a Pearl Harbor, el ejército norteamericano tomó una decisión insólita: pidió a Disney utilizar sus estudios para reparar los vehículos militares. Como compensación, las Fuerzas Armadas solicitaron la creación de 20 cortometrajes militares por valor de 4.500 dólares cada uno.
Diez días más tarde del encargo, el Departamento del Tesoro solicitaba a Disney la realización de dos películas para concienciar al contribuyente la necesidad de pagar sus impuestos. La empresa aueronaútica Lockheed pidió también una serie de cortos y Canadá encargó cuatro anuncios publicitarios para promocionar los bonos.


Ahora era necesario invertir, incentivar el pago de impuestos y la compra de bonos de guerra por parte de la población; a su vez, el reclutamiento masivo de efectivos generaba un descenso en la producción industrial, la cual debía ser reforzada con recursos materiales —esto, por medio del racionamiento y nuevas zonas de abastecimiento— y humanos —a través del trabajo femenino y la migración interregional o internacional, como fue el caso del programa “bracero”. 

La presión gubernamental no siempre fue directa, sino más bien sutil. Uno de los casos más significativos fue la ocupación de los estudios Disney en Burbank por parte del ejército, inmediatamente después del ataque en Pearl Harbor, para ser utilizados como bodega de suplementos para las instalaciones antiaéreas en área de Los Ángeles durante ocho meses. Pero, como se verá más adelante, esto no influyó en la cooperación de Disney en la guerra. 

Se sabe de muchas “sugerencias” por parte del gobierno a los medios de comunicación. El perjuicio se basaba principalmente en el control gubernamental en recursos como el papel y químicos —elementos fundamentales para la prensa escrita y la industria cinematográfica—, por lo que cualquier postura crítica o pacifista implicaba el cierre al acceso a estos recursos, y por tanto la muerte de cualquier publicación —sutil, pero muy efectivo. 

En cambio, cooperar con la causa, implicaba el beneficio de no sufrir la escasez de los materiales necesarios para hacer películas. Además, los hechos en ese momento tenían al pueblo en un estado de exaltación nacionalista, por lo que hacer filmes con esa temática implicaba una aceptación de éstos, volviéndose esto en un ejercicio de retroalimentación, y un buen negocio de éxitos de taquilla. Así el gobierno mantenía la moral patriota del público, y la industria del cine ganaba un mercado a base de contribuir en el espíritu patriótico. 

La guerra implicaba un estado de excepción, y por lo tanto los derechos constitucionales estaban sujetos a la “seguridad nacional”. La vía más directa del gobierno norteamericano eran las oficinas especiales, tales como la Oficina de Información de la Guerra, la División de Conservación de la Junta de Producción de la Guerra, el Comité de Actividades Bélicas de la Industria Fílmica y la Oficina de Asuntos Interamericanos.

Un claro ejemplo de las acciones que estas oficinas gubernamentales hicieron a la industria fílmica, fue la de la Oficina de Información de la Guerra, que le sugería que basase su producción en alguno o algunos de los siguientes principios: 1. Las causas de la guerra: por qué luchamos, el estilo de vida americano. 2. La naturaleza del enemigo: su ideología, principios y métodos. 3. Los aliados. 4. El frente de producción: suministrados para la victoria. 5. La retaguardia: responsabilidad y sacrificios ciudadanos. 6. Los combatientes, sin olvidar las tareas del hombre en el frente. 

Habrá que tomar muy en cuenta estos puntos, porque de aquí se parte para explicar la relación de Washington con Hollywood, especialmente con Disney. Los estudios Disney no fueron la única productora implicada en la guerra. Como ya se ha dicho, todas las productoras, a mayor o menor grado, fueran o no animaciones, entraron al discurso bélico. La particularidad de Disney fue que sacó enormes beneficios de la relación con el gobierno. Hay que recordar las condiciones en las que operaba la industria de la animación. Las animaciones tenían gran demanda, pero requerían una enorme inversión, y de alto riesgo. 

La mayoría de las grandes distribuidoras —RKO, Columbia, Universal, entre otras— no invertían directamente en animación en esa época, sino hasta después de la guerra. Era a cuenta y riesgo de los estudios de animación; cualquier fracaso en taquilla implicaba estar al borde de la bancarrota. La crisis de 1937, aunada al cierre de mercados europeos y asiáticos por la guerra en 1939, implicó una reducción significativa de las ganancias para aquéllos que exportaban sus animaciones, ya que sólo podrían contar con el público canadiense y el  latinoamericano. 

Habrá que tomar dos ejemplos: Disney y Fleischer Studios. Fleischer Durante la década de 1930, estos dos estudios fueron los más importantes rivales, ambos con personajes muy conocidos. Los hermanos Walt y Roy Disney tenían de su lado a Mickey Mouse, Donald Duck y toda una serie de personajes zoomorfos que le darán su sello distintivo —si bien Disney no fue el primero en hacer animaciones con personajes animales. 

Por otro lado, los hermanos Dave y Max Fleischer, salvo la legendaria Betty Boop, no poseían personajes que pudieran catalogarse como propios, ya que se dedicaron a hacer versiones animadas de tiras cómicas famosas, como Popeye y Superman —esto especialmente, tras la prohibición de Betty Boop en 1939, fecha de su última aparición en un dibujo animado. Ambos tenían contratos de distribución con grandes compañías: Disney con RKO y Fleischer con Paramount. Para Fleischer, sus largometrajes no reportan ganancias suficientes, y termina con una deuda de casi 1 millón de dólares contraída con su distribuidora. 

Disney aprovecha la guerra y liquida sus viejas deudas acarreadas por años, que comprendían alrededor de 4.500.000 dólares, produciendo filmes con contenido propagandístico, patrocinados por el gobierno. Donald Duck se convierte incluso en el personaje dedicado a encarnar al típico recluta.

Fleischer entra también en la producción de propaganda, a través de Superman y Popeye, pero la guerra llega tarde para ellos. Entre 1941 y 1942, Fleischer pierde una demanda legal en su contra y Paramount absorbe sus estudios —que renombraría como Famous Studios—, quedándose con los derechos de todos sus personajes y animaciones. 

Aunque los cortometrajes de la Paramount siguieron teniendo fama, y quien se perfilara como el rival de Disney fuera la Warner, ninguno de estos volvieron a hacer largometrajes hasta mucho tiempo después de la guerra. La diferencia entre Fleischer y Disney estuvo en que los estudios de Burbank recibieron un trato preferencial de las oficinas gubernamentales, quienes les comisionaron más de 70 cortometrajes, y dos largometrajes, la mayoría en technicolor —lo que implicaba un gasto mayor para esa época.

La explicación a este hecho fue la manera que los estudios Disney manejaron su relación con el gobierno norteamericano, y las fórmulas cinematográficas que ofrecieron. 


Así, al trabar relación con el gobierno norteamericano, no sólo trabajaron para el ejército haciendo propaganda como Education For Death (1943), Chicken Little (1943), Reason And Emotion (1943) o Commando Duck (1944), esta última estelarizada por el Pato Donald. También promovieron el racionamiento de recursos con Out of the Frying Pan Into the Firing Line (1942) y Food Will Win The War (1942) —esta última a petición del Departamento de Agricultura—, realizaron cortometrajes de entrenamiento para los reclutas, documentales animados para explicar los movimientos de los aliados en el frente.

Como obsequio para el ejército, Disney diseñó los emblemas de los batallones y sus pertenencias. El 6 de junio de 1944, el D- Day o día de la invasión de Europa, la contraseña utilizada por el ejército era "Mickey Mouse". 

El corto que nos ocupa, titulado Der Fuehrer Face, es del año 1943, y se tituló en un principio Donald Duck in Nutziland (un juego de palabras entre nazi y nut, bobo), pero luego se cambió en virtud a la popularidad alcanzada por el tema musical Der Fuehrer Face.
La película fue estrenada el 1 de enero de 1943. El corto estaba protagonizado por el Pato Donald, un personaje de los más importantes creados por Disney (me atrevería a decir que tiene más simpatías que el Ratón Mickey); fueron 7 minutos, pero fueron suficientes para que la Academia de Hollywood lo premiara como mejor cortometraje. Ciertamente la película debió ser grandemente popular durante esa época, no solo por la satírica visión de la Alemania nazi, sino también por que es realmente divertida. 

En el principio del corto animado hay una banda militar de música compuesta por personajes caricaturescos, un alemán, un japonés con trombón, un bombo italiano parecido a Mussolini, un clarinetista parecido al mariscal Göring. Esa banda nazi empieza a tocar una canción que despierta a Donald. Después de dar un "Heil" a Hitler, el emperador Hirohito y a Mussolini. Tras ello Donald abre una caja fuerte donde hay un poco de té que está prohibido en Nutziland, así que los esconde. Luego saca un pan que tiene que cortar con serrucho y apenas lo puede tragar. Ve a la estatua de la libertad y la abraza.Lo único que se entiende decir a Donald cuando está de trabajador es "Heil Hitler".
Donde se encuentra Donald se llama "Nutziland" o "El país de los locos", que pronunciado en inglés suena como "Naziland", "País de los nazis". El paisaje muestra estructuras, árboles y arbustos con forma de esvásticas. A cada rato los personajes hacen el saludo nazi (hasta un reloj cucú lo realiza), y luego Donald es conducido a una fábrica de misiles donde empieza a atornillarlos y debe llevar a cabo un trabajo muy similar al que realizaba Charles Chaplin en Tiempos Modernos-1936, sobre una cinta sin fin. 
Sin embargo, aquí hay altavoces permanentes con loas al Führer y de vez en cuando retratos de Hitler entre unas balas a las que Donald debe ajustarles la punta y tiene que darles un "Heil" a cada uno.Donald debe saludar en forma repetitivas ocasiones cada retrato del Führer que se le presenta. La presión es tanta que Donald sufre un colapso, se vuelve loco y despierta. La secuencia onírica que se sucede es alucinante. Comienza con una música oriental y balas serpeantes, pero poco a poco se va convirtiendo en el tema leiv motiv del corto. Donald encadenado con el brazo en alto, es aplastado por una bota gigantesca, luego se muestra un retrato de Donald con el bigotito hitleriano, balas monstruosas que al final estallan. 
Finalmente todo es un sueño del pobre pato, que despierta con un pijama con bandas y estrellas y con la sombra de una estatua de la libertad. Donald abraza esa estatuilla y declara, al final amor por su nación. 

Tras la guerra Disney lo quitó de circulación luego de la Guerra, y se convirtió en uno de los cortos malditos de la empresa, ya que no fue emitido por TV ni salió a la venta en video, y tal vez solo fue emitido en algún documental. Es una pena, ya que roza la calidad de obra maestra, y es una buena demostración de la presencia de propaganda ideológica en un filme, no invalida el potencial cinematográfico del producto. Depende del espectador maduro tomar el mensaje o no. 

La canción es la siguiente en Der Fuehrer Face 
When der Fuehrer says, 
"We ist der master race" 
We HEIL! HEIL! 
Right in der Fuehrer's face 
Not to love Der Fuehrer is a great disgrace 
So we HEIL! HEIL! 
Right in der Fuehrer's face 
When Herr Göbbels says, 
"We own der world und space" 
 We HEIL! HEIL! Right in Herr Göbbels' face 
When Herr Göring says they'll never bomb this place 
We HEIL! HEIL! Right in Herr Göring's face 
Are we not the supermen Aryan pure supermen 
Ja we ist der supermen Super-duper supermen. 
Ist this Nutzi land not good? 
Would you leave it if you could? 
Ja this Nutzi land is good! 
Vee would leave it if we could 
We bring the world to order 
Heil Hitler's new world order 
Everyone of foreign race will love der Fuehrer's face 
When we bring to der world disorder 
When der Fuehrer says, 
"We ist der master race" 
We HEIL! HEIL! Right in der Fuehrer's face 
 Not to love Der Fuehrer is a great disgrace 
So we HEIL! HEIL! 
Right in der Fuehrer's face 
So we HEIL! HEIL! Right in der Fuehrer's face 

Lo que quiere decir más o menos es lo siguiente: 
Cuando el Fuehrer dice, "esta es la raza dominante" 
Gritamos Heil! Heil! Justo en Der Fuehrer's Face 
Que no nos quiera Der Fuehrer es una gran desgracia 
Por lo tanto, gritamos Heil! Heil! Justo en Der Fuehrer's Face 
Cuando dice Herr Göbbels "Estamos en su mundo y en su espacio" 
Gritamos Heil! Heil! Justo en la cara de Herr Göbbels 
Cuando Herr Göring dice que nunca caerá una bomba en este lugar 
 Gritamos Heil! Heil! Justo en la cara de Herr Göring 
¿No somos los superhombres, los superhombres de la raza aria pura?
Sí, somos los superhombres, los Super-duper supermen. 
No es la tierra de los Nutzi una buena tierra? 
¿La dejarías si pudieras?- 
Sí Nutzi, esta tierra es buena! 
La dejaríamos si pudiéramos 
Le llevaríamos al fin del mundo 
Heil Hitler, es el nuevo orden mundial 
Todo el mundo reconoce la labor y amor hacia Der Fuehrer's Face 
Cuando traemos el desorden mundial 
Cuando der Fuehrer dice, "esta es la raza dominante" 
Gritamos Heil! Heil! Justo en Der Fuehrer's Face 
El amor Der Fuehrer es una gran desgracia 
Por lo tanto, Heil! Heil! Justo en Der Fuehrer's Face 
Por lo tanto, Heil! Heil! Justo en Der Fuehrer's Face 
Der Fuehrer's Face

  

El segundo corto sleccionado tiene al Pato Donald como protagonista absoluto y se llama The Spirit Of '43. El Espíritu del 43 es una película de animación estadounidense y que tenía un claro fin de propaganda a favor de la participación estadounidense en la Segunda Guerra Mundial. Fue creado por los Walt Disney Studios en 1942 y presentado en sociedad en enero de 1943. Su director fue Jack King con la animación en technicolor realizada por Ward Kimball y las voces de Clarence Nash, Fred Shields – éste como narrador- .
La película está protagonizada por el Pato Donald, y podría decirse que contiene la primera aparición del personaje Tío Gilito, aunque no le nombra como tal en la película. Se trata de una secuela de otro film de propaganda anterior : The new Spirit o El Nuevo Espíritu. El objetivo de la película es alentar a los estadounidenses al pago de sus impuestos con el fin de ayudar al esfuerzo de guerra. El tema se repite es la película es "Impuestos ... para derrotar al Eje."
La película, junto con Der Fuehrer Face son de dominio público. En la película, el Pato Donald es retratado como un hombre común que acaba de recibir su paga semanal. Este trabajador se encontrará con dos manifestaciones de su personalidad - el clásico "ángel bueno en un hombro, mal diablo en el otro" como dilema común identificando al "protector de ahorradores" y al "derrochador".
El " pato bueno " aparece como un pato ligeramente mayor con un acento escocés que lleva una gorra de falda escocesa y escocesa e insta a Donald a ser ahorrativos con su dinero para que pueda con ello pagar sus impuestos para el esfuerzo de guerra. El " pato malo" aparece como un traje “casual”, como un inconformista que insta Donald a gastar su dinero en placeres ociosos.
El buen ángel recuerda el pago de las "impuestos", en su momento debido. En la década de 1940, los impuestos sobre la renta eran pagados directamente por los trabajadores cada tres meses. El narrador explica que los estadounidenses deberían pagar sus impuestos sobre la renta "con alegría y orgullo", y que si ahora son más altos se debe a "Hitler y Hirohito". Un tira y afloja-sobreviene entre "pasar" de pagar o "salvar" el país con Donald atrapado en el medio. Finalmente las dos partes ceden y se estrellan en los extremos opuestos de Donald para revelar las "verdaderas" intenciones: las puertas del club del pato malo están formadas por esvásticas y el pato malo resulta tener un parecido con Hitler (su pajarita ahora es una esvástica y le ha crecido el bigote característico de Hitler), mientras que la pared del pato bueno hay una bandera de los Estados Unidos.
El narrador le pregunta al público si ha de "pasar por el Eje" o "ahorrar para impuestos". Después de haber hecho la elección aparentemente obvia, Donald se supone que le va a dar la mano al mal pato, pero se revela que él dirige para darle un puñetazo en el último segundo. A continuación, va a pagar con orgullo sus impuestos con el buen pato.
La segunda parte de la película es un montaje totalmente reciclado a partir de El Nuevo Espíritu, que muestra cómo se utilizan los impuestos para hacer aviones, bombas, barcos y otros materiales de guerra. A continuación, muestra que éstos sean utilizados contra las fuerzas del Eje, junto con la consigna repetida "Impuestos para derrotar al Eje", acompañado de los primeros compases de la Quinta Sinfonía de Beethoven (y suena tras ello la "V de la Victoria").




El tercero es Education for Death: The Making of the Nazi (1943). Se trata de uno de los cortos animados realizados por y para la Propaganda de Walt Disney.



La historia de los Tres cerditos (The Thrifty Pig) se transforma en 1941 en un corto animado Anti-Nazi de la factoria de  Walt Disney. Se realizó para los canadienses, ya que esta nación había entrado en conflicto con la Alemania Nazi antes que los Estados Unidos.
No era la primera vez que Disney ponía sus filmes en pro de la causa bélica —y al mismo tiempo, de su “causa” monetaria. Desde antes que Estados Unidos entrara oficialmente en la guerra, Disney había establecido tratos con el país vecino que ya estaba en plena lucha desde 1939: Canadá. 

La National Film Board of Canada comisionó a Disney la producción de cinco cortometrajes de entre tres y siete minutos de duración cada uno, donde los personajes de los entonces “clásicos de Disney” como los siete enanos, los tres cochinitos y el Pato Donald, invitaban al público a pagar sus impuestos y comprar bonos de guerra. A su vez, consiguió otro encargo por parte de la Lockheed Aircraft Corp, para producir Four Methods of Flush Riveting (1942), que no era propaganda, sino un cortometraje educativo para los empleados de esa compañía. 


La producción bélica, requería de mano de obra calificada cuyo entrenamiento laboral fuera rápido y eficiente. Las animaciones permitían a los obreros recibir instrucción de forma masiva, por encima del factor del analfabetismo. Lo más significativo de este filme de entrenamiento fue que la compañía Lockheed, era vecina de los estudios Disney en Burbank.

Sin embargo, la distribuidora oficial era la National Film Board of Canada. Esto podría indicar que, cuando le hicieron el encargo a Disney, todavía Estados Unidos no estaba en la guerra —aunque se veía venir. Así, la justificación de proveer a una industria de aviones —de combate, principalmente— un filme de esta naturaleza, no era para armar a la nación, sino al beligerante país vecino. 
Estas producciones a Canadá, fueron el campo de experimentos para Walt Disney y su equipo de animación. 



  

Del año 1944  tennemos este corto del Pato Donald contra los japoneses llamado Commando Duck: Donald Duck Against the Japanese. Por supuesto es de la factoría de Walt Disney
  

La WB no se mantuvo al margen del conflicto y en el año 1942 encontramos la película The Ducktators.
  

Nuestro Pato Lucas, Daffy, para los estadounidense es el protagonista de  "Daffy the Commando"
  

Producido por Leon Schlesinger para la WB tenemos este corto llamado Tokio Jokio, del año 1943.
  

También Popeye es protagonista de muchas hazanas bélicas contra los japoneses como este Popeye "Yo´re a sap mister jap" del año 1942.
  

Superman, el héroe americano por antonomasia, es el protagonista de Japoteurs, un corte de animación del año 1942,  que tiene un claro sentido propagandístico, patriota y de crítica para los posibles saboteadores.
  
Sobre la expansión de la Alemania de HITLER tenemos otro filme propagandístico. (Propaganda Newsreel)
  
 Aquí presento otro sobre Nuestros enemigos los japoneses (Our enemy the japanese) realizado por la Fuerza Naval de Estados Unidos.
  

También los soviéticos realizaron filmes de animación contra el fascismo. Es del año 1941, este se titula  Fascist Boots Shall Not Trample Our Motherland, y está dirigido por Ivanov and I. Vano.  Realizado por la productora Soyuzmultfilm, y nos presenta la visión de esta guerra, poco después de la invasión Nazi de la URSS. La banda sonora es una popular marcha rusa llamada "Nuestro amor es más fuerte y nuestros tanques más rápidos"  - Our Armor Is Strong and Our Tanks Are Fast- cantada por Alexandrov Ensemble.
  

 Otro dibujo de la propaganda soviética  criticando la figua de Hitler.
  
Por último, un dibujo animado sobre la prevención contra los sabotajes.

domingo, 6 de abril de 2014

Un viejo ( o joven) Pecos Bill




Tuvo que ser por los primeros años 70. Por aquel entonces televisión española, tendría sólo un canal – puede que dos, pero en mi casa la televisión tenía un canal único- y en ella ponían , sería a eso de las cinco de la tarde , algo más tarde, quizás, cortos de Disney integrados en lo que se vino a llamar El mundo mágico de Disney. De esas sesiones recuerdos dibujos, cortos o mediometrajes interpretados por personajes de animación, que tenían como protagonista al toro Ferdinando o a los clásicos personajes de la Disney (Mickey, Donald y compañía) y otros cortos humanizados o, más bien, mediometrajes – el que menciono en esta entrada dura sólo 23 minutos- , que hablaban de personajes del oeste (pistoleros o indios) o de la cultura popular americana como el Zorro del Pantanal o Davy Crockett. 
Lo cierto es que de estas sesiones Disney recuerdo con mucho cariño algunos episodios por las historias desarrolladas, mientras que de otras guardo su recuerdo por alguna de sus canciones como es el caso del Zorro del Pantanal o del protagonista de esta entrada, un héroe de ficción del lejano oeste y que respondía al nombre sonoro de Pecos Bill. 
Aunque "Pecos Bill" fue también el apodo del general de la Guerra Civil William Shafter , un héroe en Texas, lo cierto es que nuestro Pecos Bill es un personaje legendario de la cultura popular norteamericana. Es el mito del espíritu de frontera. Un vaquero que desde principios del siglo XX ha sido recurrente de libros, aventuras, dibujos animados como el comentado de Walt Disney del año 1948 que desarrolla sus aventura de vaquero por los estados protagonistas de la expansión hacia el oeste, por el sudoeste de Tejas , Nuevo México , el sur de California y Arizona . 
Sus historias - probablemente inventadas y elevadas a la mitología popular – fueron publicadas inicialmente en 1917 en una revista y más tarde difundidas y reimpresas en un libro firmado por Edward S. O'Reilly en 1923. O'Reilly dijo que eran parte de una tradición oral de cuentos contados por los vaqueros durante la expansión hacia el oeste pero es muy probable que la mayor parte de ellas fuesen de su propia cosecha inventiva. 

La historia resultó tan atrayente que el mismo Edward "Tex" O'Reilly será el co-autor de una tira de dibujos animados creada junto al dibujante Jack A. Warren, también conocido como Alonzo Vincent Warren, entre 1929 y 1938. Una de las versiones más conocidas de las historias Pecos Bill es la de James Cloyd Bowman y que se titula Pecos Bill: El vaquero más grande de todos los tiempos (1937). Pecos Bill apareció en Tall Tale: Las increíbles aventuras de Pecos Bill interprtedo por el ya fallecido Patrick Swayze. 
Cuando O'Reilly murió en 1938, Warren comenzó una tira titulada Pecos Pete ' . Esta era una historia sobre "Pecos Bill”. Caricaturas sobre este mito popular serían publicadas en el The Sun. Pecos Bill apareció en el libro infantil The Great Texas Hamster Drive por Eric A. Kimmel. 
El personaje de Pecos Bill dio el salto al gran cine en el año 1948 cuando Disney lanzó la película animada que lleva por título Melody Time o Tiempo de melodía. Se trataba de una nueva incursión de Disney en el mundo de la música. 

Para ese tiempo Disney Studios se alejaba cada vez más de las adaptaciones de autores clásicos, en beneficio de lo popular. En este proyecto los protagonistas serán las leyendas serán los héroes populares del folklore del Lejano Oeste y adaptaciones de poemas. El resultado de esta colaboración de famosos intérpretes y músicos será el “mejor popurrí musical de la factoría Disney”, según afirma el Libro 100 años de Magia , publicado por El País en 2001. 

La película será dirigida por Clyde Geronimi, basándose en el guión de Erdman Penner y Joe Rinaldi con los ya nombrados Roy Rogers, Bob Nolan y sus Sons of Pioneers y los jóvenes Bobby Driscoll y Luana Patten.  
Volviendo a película animada señalar que fragmento de ella he visto en otras ocasiones como la archiconocida Blame I ton the Samba, de Ernesto Nazareth y Ray Gilbert con el Pato Donald y José “Zé” Carioca con protagonista. Pero centrándonos en lo que ví este domingo noche, en inglés, junto a mis hijos la histora de Pecos Bill nos la narra el famoso caballista y actor del oeste por antonomasia, Roy Rogers, que nos cuenta la historia de Pecos Bill. Todo ello aderezado de una introducción musical country y demostración del dominio del “lasso”. 

La canción Blue Shadows de Bodb Nolan y su grupo, Sons of Pioneers, sirve de prólogo, mientras que interactuan con ellos los actores prelidecto de la Disney en la época: los infantes, Bobby Driscoll y Luana Patten, que escuchan pacientemente las historia de os contare. 

Pecos Bill es un héroe vaquero con habilidades sobrehumanas. Él es la encarnación de los superlativos: más fuerte, más humilde, más grande, en definitiva, el vaquero más valiente que existió. Y como todo héroe tiene una infancia complicada pues nace en un carromato de pioneros que se desplazan hacia el oeste y se cae del mismo en el territorio de Texas, cerca del río que le da nombre. Ni corto ni perezoso se cría con una familia de una coyote y su familia. Roe los huesos como ellos, y aúlla con fuerza. Un día encuentra a un grupo de buitres intentando comerse un potro. Lógicamente el pone freno a eso. 

Ya crecidos, jinete y corcel, se dedican a recorrer el oeste dando lugar al curso del río Pecos , a los límites de Texas y a machacar el oído de cualquier vaquero con el que se cruce. Pecos utiliza una serpiente de cascabel llamada Shake como un lazo y otra serpiente como un pequeño látigo. Su caballo, Widow-Maker (también llamado Rayo) es su montura permanente. Come dinamita y en una de sus aventuras enlaza un tornado. 

Un día conoce a una chica que surca el Río Grande montado en un pez. Su nombre es Slue-Foot Sue. Después de un noviazgo en el que, entre otras cosas, Pecos Bill dispara contra todas las estrellas del cielo, excepto a una, que se convierte en la estrella solitaria , el símbolo de Texas, Pecos le propone boda a Slue-Foot Sue. 

Ella insiste en montar a Rayo o Widow-Maker, quien celoso, por el nuevo cariño de Bill , la lanza al cielo. Al caer irá rebotando cada vez más alta. Pecos intenta salvarla, pero falla, y ella finalmente golpea la cabeza en la luna, y se queda allí. Por eso, Pecos Bill abandona la civilización y se reúne con los coyotes, que ahora aúllan a la luna en honor de la tristeza de Bill. 

Una historia simple, animosa, con una canción – la interpretada por Sons of Pioneers, que aparecen en tantas películas del oeste, pero que yo recuerdo principalmente por su audio latino, - por cierto, hay una curiosa versión Luis Aguilé- " Pecos Bill " es mediometraje encantador y divertido que ha permanecido en mi memoria por una canción, la del vaquero más valiente que existió, aunque también podría incluirse la cantada en el capítulo que le dedicaba ese programa infantil de la PBS norteamericana, tan educativo , y tan naïf que era un encanto y que respondía al título de Between the lyons, y que repetía una y mil veces para que capturáramos el sonido de la letra “e” in english: “Pecos Bill is the best , the best in the west”.



domingo, 22 de enero de 2012

Cursi, pero inolvidable


El menor de los míos ha ido creciendo rodeado de Phineas y Ferb, los Digimon, los Pokemon y compañía. Básicamente desconoce a Donald, Mickey, Goofy y al resto de la cuadrilla. Ante eso me he propuesto que tenga un ligero barniz – no puede tampoco vivir al margen de su tiempo – de cine de animación clásico. He empezado con la que puede ser considerada como un clásico entre los clásicos. De hecho fue la primera película en VHS que pedí para mi hijo. El tiempo pasa, y ya no se puede luchar contra Boing, Disney Channel o Clan, pero persistiré en mi intento. 
En este 2011 hemos tenido en pantalla una Blancanieves. No hace tanto una turbadora Sigorney Weaver representaba a la madrastra de una Blancanieves casi terrorífica. Pero hoy nos referimos y toca la película de animación de Disney. 
En el año 1937, Walt Disney Pictures estrenó la primera película de animación. El personaje era Snow White and the Seven Dwarfs basada en el cuento de los hermanos Grimm sobre Schneewittchen. Como en el cuento original, una malvada Reina, celosa de la belleza de su hijastra, ordena su asesinato, pero la joven huye y encuentra refugio en el bosque junto a siete enanos. 
Esta versión fue dirigida por David Hand y el guión lo realizaron conjuntamente Ted Sears, Otto Englander, Earl Hund, Dorothy Ann Blank, Richard Creedon, Dick Richard, Webb Smith inspirándose en la obra de los Grimm. La música estuvo a cargo de Leigh Harline, Paul Smith, Frank Churchill y se nominó su banda sonora original. Parece ser que la película es un remake del film “Blancanieves” (Dawley 1916). 
El rodaje se hizo con aportación de una ingente cantidad de trabajo personal y técnico, que supuso un gran esfuerzo de producción. Como hemos dicho fue nominado a un Oscar (banda sonora) y gana uno honorífico por sus logros técnicos y artísticos. Producido por Walt Disney para Walt Disney Pictures, se presentó en sesión de preestreno el 21de diciembre de 1937 en  la ciudad de Los Ángeles.
Disney se auto-hipotecó para sacar adelante lo que se denominó "la locura de Disney". Y tanto que fue locura, nadie daba un duro por un largometraje a color y con sonido sincronizado en los años 30, nadie menos Disney que no descansó hasta conseguir sacar adelante el proyecto. La obra fue un éxito y hoy está considerada como una de las más taquilleras de la historia y la cinta de video más vendida. La animación del film es colosal siendo aún a día de hoy difícil de superar, los personajes como los siete enanitos han marcado época, por no hablar de sus pegadizas canciones. 
El film suma elementos de comedia, animación, cuento de hadas, fantasía, musical, romance, terror, infantil y familiar. Su creación fue posible gracias al concurso de 750 artistas, 3 años de trabajo, un presupuesto de 1,488 M. USD y la producción de casi 2 millones (presupuesto de 2,8 millones de dólares ) de bocetos y dibujos. 
El trabajo lució un notable y loable perfeccionismo, que se vio superado en algunas obras posteriores, como “Fantasía” (Sharpsteen 1940). Los planos del film están llenos de vida (seres humanos, criaturas del bosque, árboles y fondos). El humor se basa, sobre todo, en las bufonadas de los enanitos y su gracia ingenua y disparatada. Componen situaciones llenas de ternura, cautivadoras, entretenidas y graciosas. Se eliminan los lances más duros, crudos y atroces de la obra literaria como la bailarina castigada a bailar con zapatos de hierro candente, tomándose como una elipsis en la película. Los pasajes de terror componen situaciones inquietantes que giran en torno de la reina, posiblemente el personaje malvado mejor construido y más conocido de la filmografía de Disney. De hecho fija el arquetipo de mujer malvada en el que se han mirado los personajes femeninos más viles del cine. 
A partir de un argumento sencillo y sin complicaciones, construye un relato divertido, tierno y entrañable, que fija algunos de los parámetros de Disney. Entre ellos, su estética cursi, remilgada y almibarada, hecha a la medida de los gustos del público mayoritario de los años 30. Son escenas memorables la conversación a la reina con el siniestro espejo mágico (en la tradición oral, el sol o la luna, ya que el espejo como mueble es del XVI), el regreso a casa de los enanitos (en la tradición oral, duendes o guardianes del bosque), la transformación de la reina en bruja disfrazada de labradora anciana, el primer encuentro de los enanitos con Blancanieves, etc. 
De acuerdo con el cuento original, la narración incluye elementos de otros cuentos (“La bella durmiente”, “La Cenicienta”...), convenciones muy arraigadas (los espejos dicen siempre la verdad, las palomas anuncian la paz...) y partes de narraciones de gran difusión, como la del Paraíso terrenal (la reina se equipara a la serpiente diabólica, la manzana envenenada evoca la que Eva toma del árbol de bien y del mal, el mundo es concebido como un Edén, la bíblica maldad femenina...). Refleja los prejuicios sociales del momento (reparto de labores entre Blancanieves y los enanitos), prácticas crueles medievales o anteriores (extracción del corazón de un oponente para comérselo). 
La banda sonora de Frank Churchill, Leigh Harline y Paul J. Smith, ofrece una partitura jocosa y descriptiva, a las que acompañan 11 canciones originales, que fueron dobladas en la edición de 2009, como “El pozo de los sueños”, “Silba mientras trabajas”, “Cavar, cavar”, “Ay Ho”, “Mi príncipe vendrá”, “Primer beso de amor”, etc. La fotografía, de Maxwell Morgan, en color (technicolor de tres colores), ofrece un gran dinamismo, un ritmo intenso, abundante humor visual, pasajes de tensión y terror, un acertado diseño de los personajes no humanos y una magnífica caracterización de la maldad de la reina. Blancanieves es un prodigio de la técnica y un auténtico hito en la historia del cine. En ella Disney aplicó su descubrimiento: la cámara multi-plano, que proporcionaba a los fondos mayor dimensión y realismo. La denominada rotoscopia (rodar primero con actores de carne y hueso para luego dibujar sus movimientos) aún sigue impresionando (fíjense en la cojera de la bruja o en los delicados ademanes de la protagonista). Incluida en la lista de las 100 mejores películas de la historia realizada por el American Film Institute en junio de 1998. 

El antecedente literario de esta obra lo tenemos en el siglo XVI, en el libro de Giambattista Basile llamado Pentamerone o Lo cunti de li cunti aparece la historia de Lisa, una niña que con siete años se clava un peine mágico y queda inconsciente. Toda su familia la da por muerta y la ponen en un ataúd de cristal. Con el paso de los años, todos ven como la joven inconsciente crece hasta ser una bellísima adolescente. Una prima lejana, celosa de la belleza de Lisa, decide acabar con ella. Rompe el ataúd y agarra a Lisa del pelo, pero sin querer le arranca el peine, y la joven retorna a la vida. A esta versión aún le faltan elementos como el príncipe, los enanos y el espejo, pero tiene otros que serán importantes e inspirarán la versión que hoy se conoce: La pariente celosa, el peine envenenado, la joven que parece muerta pero duerme... 
Sin embargo, hubo una historia real de Blancanieves. Gracias a la investigación del historiador de Lohr, Dr. Karlheinz Bartels, sobre el cuento de Blancanieves y los Siete Enanitos, la pintoresca localidad, a orillas del río Meno, en la Franconia alemana, puede sentirse orgullosa de haber visto nacer, en 1729, a Maria Sophia Margaretha Catharina von Erthal, personaje real que inspiró el literario de Blancanieves. 
Muchas evidencias y puntos de conexión con las características de Lohr y sus alrededores prueban, desde 1986, esta peculiaridad del famoso cuento de los hermanos Grimm; lo que hace que destaque frente a la mayoría de los relatos infantiles. El padre de la niña que, por diversas circunstancias, devino en la ficción Blancanieves, fue Philipp Christoph von Erthal, entre 1719 y 1748, Condestable del territorio de Kurmainz, en Lohr. Por sus dotes diplomáticas, viajaba frecuentemente como enviado en misiones especiales, una especie de ministro de Asuntos Exteriores del Ducado. Por eso, tuvo la oportunidad de relacionarse con Emperadores, Reyes y Reinas de toda Europa. De ahí que, en el imaginario de los habitantes de Lohr, los “von Erthals” tuvieran todas las características de una familia real. La residencia familiar era el castillo de Lohr. Tras la muerte, en 1741, de la madre de Maria Sophia, el padre se casó el 15 de mayo de 1743, con Claudia Elisabeth Maria von Venningen, nacida Condesa Imperial de Reichenstein. La madrastra de Blancanieves, de carácter autoritario, aprovechó las frecuentes ausencias de su marido para favorecer a los hijos de su primer matrimonio. El hecho de que Philipp Christoph von Erthal no estuviera casi nunca en Lohr explicaría el evidente papel pasivo del Rey en el cuento, según han concluido las investigaciones. La principal prueba de que Blancanieves sería natural de Lohr es el “Espejo Mágico que hablaba”. El impresionante y rico espejo de 1,60 metros de altura aún se puede admirar en el museo del Spessart, en el castillo de Lohr que perteneció a los padres de Blancanieves. El espejo procede de la Manufactura de Cristal de Lohr, fundada en 1698, que adquirió fama y prestigio en toda Europa, no sólo por su delicada y refinada artesanía, sino porque las materias primas que utilizaba para la fabricación del vidrio procedían - además de la propia región- también de España. En efecto, el carbonato sódico, conocido como ceniza de soda o sosa, era importado de Alicante, a orillas del Mediterráneo español. El espejo fue un regalo del padre de Blancanieves a su segunda esposa y hablaba como muchos de los espejos fabricados en Lohr, sobre todo por las leyendas que figuraban en sus marcos, especialmente, a través de sus aforismos. La clara referencia a su egoísmo – en el medallón de la derecha se lee “Amour Propre”- debió de herir mucho la vanidad de la madrastra. También se han comprobado las referencias locales en el área de Lohr. El “bosque virgen” en el cual fue expuesta Blancanieves, era naturalmente el Spessart. 
En la actualidad, Lohr, incluso, recibe el nombre de “la Puerta del Spessart”. El camino de huida de Blancanieves “sobre las siete montañas” era el Höhenweg, mencionado ya en el siglo XIV – la llamada “Wieser Straße”. Desde Lohr, a través de este trayecto, por las siete montañas del Spessart, se podía alcanzar el pequeño reino “de los siete enanitos”. Asimismo “los siete enanitos que picaban y cavaban en busca de mineral”, eran mineros de talla pequeña o niños que trabajaban en las minas de Bieber. Alrededor de 1750 picaban allí unos 500 mineros en busca de plata y cobre. Respecto a “la manzana envenada”, la investigación de Bartels ha descubierto, citando bibliografía competente en la cual se describe el veneno, que la mitad de la manzana fue sumergida por la malvada madrastra en zumo de belladona, fruto que se encuentra también en el Spessart. Sus bayas contienen la Atropa Belladona utilizada hoy, incluso, en medicina. Su narcótico produjo en Blancanieves una rigidez tal como si hubiera fallecido. El “sarcófago transparente de cristal” y las “zapatillas de hierro”, con las cuales, en castigo, “la madrastra debía bailar hasta caer muerta en la tierra”, se producían habitualmente en la Manufactura de vidrio, el primero, y por herreros, gracias a los minerales de hierro maleables del Spessart. Debido a las cualidades de Maria Sophia, la población de Lohr la había convertido en una especie de hada. El cronista de la familia Erthal, M.B. Kittel, describía a Maria Sophia como una joven noble y llena de virtudes, “un ángel caritativo y bondadoso”, “activo contra la pobreza y la indigencia” que demostraba “su amabilidad personal”. Para el “imaginario colectivo” de la población de Lohr y el Spessart, la niña de los Erthal representaba la imagen ideal de la hija de un Rey. Estos hechos que, a lo largo de la historia no ocurren con frecuencia, debieron llegar a oídos de los hermanos Grimm que vivían cerca, en Steinau. Así, pocos años después de la muerte de Maria Sophia siguió la redacción y, al final de 1812, la primera publicación del cuento de Blancanieves y los siete enanitos. Lo dicho estamos ante una obra cursi, pero inolvidable.