domingo, 2 de marzo de 2014

Volando voy


La película empieza donde acaba, en una terminal de aeropuerto. En la misma , cuando empieza, es donde el Camarón de la Isla está con su “Chispa” a la espera de un vuelo que posiblemente lo lleve a los Estados Unidos para ir al médico con la esperanza de encontrar solución a su grave enfermedad. Mientras está con su mujer escucha como un chico en el Walkman escucha una de sus canciones. Esa misma terminal pone fin a la película, es allí donde se separa del grupo de su “Chispa” y su íntimo “Luquitas”que se queda tras un pilar llorando la inminente pérdida del que fue el “rey del flamenco” o mejor dicho, quien lo revolucionó.

Sin embargo, para mí la película empieza en un taxi con el que recorría Madrid, en los primeros días del mes de julio de 1992. Ese taxi me llevaba desde un lugar indeterminado del centro de Madrid, ahora no recuerdo de dónde, a la estación que podía traerme hasta Córdoba y que estaba en Palos de la Frontera. Sería sobre las doce y media de la madrugada, en la radio dieron como noticia de alcance la muerte del cantaor nacido en la isla de San Fernando en 1950. Ese día moría el músico y nacía la leyenda.

Tan legendario fue que en 2004, más de veinte años de la muerte de la voz flamenco más atronadora, Jaime Chávarri llevó al cine la vida en su película biografía, su biopic sobre la vida del cantaor gitano José Monge Cruz, más conocido como Camarón. 
La obra surgió no sólo de la idea del director del desencanto sino de la conjunción de unos productores, encabezado por Miguel Menéndez de Zubillaga por Monoria Films y de otras compañías entre las que estaban Antonio de la Riva de Aldama por Filmanova, Televisión Española (TVE) y Telemadrid que invirtieron en ella unos 4 millones de euros. La distribución fue de Buena Vista International. 
Será Álvaro del Amo quien, con alguna que otra nota imprecisa biográfica, como el encuentro entre el genio de San Fernando y el del recientemente fallecido genio de Algeciras, Paco de Lucía, en La Venta de Vargas, o en la aparición cronológica de alguna canción, quien a la limón, con Chávarri. Pero eso es lo de menos, al menos, para mí. 
En el aparatado técnico Chavarri se rodeó de Gonzalo F. Berridi para la fotografía, Pablo Lanco para el montaje y de Carles Cases que seleccionará parte de lo más granado de las canciones de Camarón de la Isla (Soy Gitano - Bulerías Del Chozas - Seguiriyas De Los Grillos - El De La Calza - Barrio De Santa María - Una Estrella Chiquitita - Volando Voy - Vámonos Pa Casa - La Leyenda Del Tiempo - Como El Agua - Tirititando De Frío - Nana Del Caballo Grande) y del toque de Paco de Lucía o el Tomatito. 

El elenco de los artista seleccionado por Laura Cepeda y con los que contó Chavarri - responsable de títulos como El desencanto (1976), A un dios desconocido (1977), Bearn o la sala de muñecas (1983), Las bicicletas son para el verano (1984), Las cosas del querer (1989), Tierno verano de lujuria y azoteas (1992), El año del diluvio (2004)- está encabezado por Oscar Jaenada (Camarón), Jacobo Dicenta (Luquitas), Verónica Sánchez (La Chispa) , Raúl Rocamora (Paco de Lucía), Alfonso Begara (Tomatito) , Mercé Llorens (Isabel), Martín Bello (Manuel) , Manolo Caro (Juan Luis) , Rosa Estévez (Juana), Chiqui Maya (Paco Cepero). A estos se suman Andoni Gracia (Niño de la Vega), María Isasi (Mercedes) Joaquín Hinojosa (Predicador), y otros como José Linfante, Pedro Miguel Martínez, Eloy Azorín y Antonio Garrido.

Jaime Chávarri y Álvaro del Amo afrontaron la película ofreciendo la imagen de Camarón como un hombre inadaptado a su sociedad, traumatizado, profundamente inseguro y finalmente víctima de una muerte dolorosa. Tras el inicio en la terminal del aeropuerto nos encontramos en viaje en el tiempo en que en joven José Monge Cruz, Camarón de la Isla, se baja casi asustado de un tren y entra en Madrid cantando lleno de vida, a pleno pulmón: "Yo soy gitano, y vengo a tu casamiento, pa’ partirme la camisa, la camisita que tengo, yo soy gitano...". 
Más tarde, la historia se retrotrae en el tiempo al municipio natal de Camarón, San Fernando , en la que un joven José Monge, vive con su padres y sus siete hermanos en una vivienda popular del barrio de "Las Callejuelas". Allí vemos que siente una veneración absoluta por su padre, Juan un herrero al que llama paíto, y por su madre, Juana Cruz Castro, maita. 
También conocemos de inmediato que su amigo más amigo, Lucas, un joven payo que estudia con él en el Colegio del Liceo, sección beneficencia, aspira a ser gitano y que a ambos, especialmente al todavía José Monge, suela con ser torero. 
Asiste con sus padres , especialmente en el cumpleaños de su madre, a una venta, la Venta de Vargas lugar al que asisten entre otros Manolo Caracol y Antonio Mairena. Aunque su padre le pide , ante la presencia de los artistas que cante, él niño de pelo claro como un camarón se niega en repetidas ocasiones. Camarón comenzó a cantar en distintas tabernas y en la estación del tranvía de San Fernando. 
Al poco la familia sufrirá un trauma enorme pues su padre falleció a causa del asma, siendo aún muy joven, y él se siente culpable de no haber podido abrir una ventana, acción con la que él creía que podría haber salvado la vida de su padre. Desde ese momento la familia pasó por apuros económicos, que llevan a su madre a fregar y al niño a empezar, tras su fracaso, como aficionado a los toros a cantar. Una asociación visual convierte a ese pequeño que mira incrédulo el ataúd de su progenitor en un niño-adulto que sigue observando. 
Viendo a su madre "deslomá" opta por ir , estamos en 1958, a la Venta de Vargas y a ofrecerse como cantante. Allí gana sus primeros dineros, como diríamos algunos, y empieza a abrirse paso ante los flamencos como los ya consagrados Manolo Caracol y Antonio Mairena. 
La película nos cuenta un soñado encuentro, no real, entre un genio que está empezando a despuntar con la guitarra, Paco de Lucía, y el cantaor de la Bahía. 
La necesidad lleva al gitano a Madrid, devolviéndonos al inicio de la película. Temeroso se instala en una habitación y trabajando como palmero. En tablaos de la capital empieza a despuntar. Debido a su despunta será llamado a trabajar al local del flamenco más prestigioso de la capital el tablao de Torres Bermejas de Madrid, donde permanecería durante doce años acompañado a la guitarra por Paco Cepero. 
Igualmente , aunque en la película se produce poco antes, se inicia una relación con una paya “rojipija”- ¿por qué , no? de nombre Isabel. En Torres Bermejas – en verdad conoce al guitarrista Paco de Lucía-. Paco de propone grabar un disco de la mano del ahora productor, antes tocaor comerciante , Antonio Sánchez Pecino, en los que también colabora el hermano de Paco, Ramón de Algeciras. Se inicia así una larga y fructífera relación que se alargaría ocho años, pues en verdad desde 1969 a 1977, grabarían nueve discos. 
El inicio es duro pues el padre del algecireño es duro como una roca, y el “otra vez, otra vez” se repite en infinidad de ocasiones.

Durante esos años se produce su evolución como cantaor, pasando de un estilo ortodoxo a otro más personal. Igualmente en ese tiempo comienza el conocimiento nacional e internacional del cantante, pero también la ruptura con Isabel que rompe con él cuando sale de gira por Francia y la llama cuando ya está, sin aviso, en Perpignan y el inicio del coqueteo con las drogas. Esta última circunstancia se presenta como el inicio de la ruptura entre los genios gaditanos.
El gitano retorna ahora a La Línea y en una boda descubre a una niña de quince años, Dolores Montoya, La Chispa, que tras una corta y dificultosa relación, en parte por la oposición del padre de la chica y la intromisión necesaria de sus primas, acaba en matrimonio.

La boda se celebró en la localidad de La Línea de la Concepción, apadrinado por su hermano Manuel y la bailaora Manuela Carrasco. Del mismo nacen cuatro vástagos, aunque en la película solo dan referencias del primero, un niño. 
En 1979, bajo el nombre de Camarón, y con la inclusión de nueva instrumentación, graba tras un tremendo mes de trabajo el disco de flamenco más revolucionario de todos los tiempos: La leyenda del tiempo, un disco que supone una auténtica revolución en el mundo del flamenco al incluir sonoridades propias del mundo de la música étnica hindú, del jazz y del rock. En él hay varias adaptaciones de poemas de Federico García Lorca música de Alameda, que fueron coproductores del álbum, con Ricardo Pachón, Kiko Veneno y los hermanos Rafael y Raimundo Amador, los por entonces, Pata negra.

A partir de este momento comienza su colaboración con el guitarrista Tomatito y se desvincula por un tiempo de Paco de Lucía. En la película volvemos a ver que es, posiblemente, su alta dependencia a las drogas la que le llevan a un proceso de desintoxicación en una clínica cerca del mar. Allí hace frente a sus traumas, la muerte de su padre y madre, y empieza a tomar idea de su problema. Coherente, absolutamente coherente, con el ritmo vibrante y apostando por la vida lo encontramos más tarde con su Volando voy y que , premonitoriamente dice, "Enamorao de la vida, aunque a veces duela".

A pesar de vivir un pequeño momento de felicidad -incluyendo un concierto en Londres junto a Paco de Lucía y con la Sinfónica de la capital inglesa, empieza a manifestarse algo extraño. Jaime Chávarri visualiza el inicio de la enfermedad en una secuencia en la que a Camarón se le desprende repetidas veces una cadena de su muñeca, mientras se ducha, como consecuencia de su adelgazamiento. Estamos en mayo de 187 y mientras actúa tres días seguidos en el Cirque d'Hiver de París con un éxito absoluto, ciudad en la que está con su mujer, con Lucas y con Tomatito, se entera de la naturaleza de su enfermedad. Sale a cantar en París tras conocer que padece cáncer y pone los pelos de punta.

Tras pasar por los médicos americanos se le diagnostica un cáncer de pulmón incurable. Magnífico el momento en que tras referirle el médico el carácter de su enfermedad opta por fumarse un cigarrillo en el hospital, haciendo saltar todas las alarmas. En vez de mostrar el final de sus días, Chávarri resuelve la papeleta cortando su película al término del viaje a Nueva York, donde se somete a unas últimas pruebas acompañado por su mujer (Dolores Montoya, "La Chispa") y su mejor amigo, Luquitas (Jacobo Dicenta), cuyas lágrimas en el aeropuerto de Barajas anuncian el término de la película y tras la muerte el nacimiento de un mito venerado. 

La película rodada en varias localizaciones diferentes San Fernando, Cádiz, Madrid, París, Nueva York, Sevilla muestra a través de un esbozo de vida - dividida en tres etapas: el descubrimiento, la confirmación y reconocimiento-despedida- y de parte de su obra (Soy Gitano - Bulerías Del Chozas - Seguiriyas De Los Grillos - El De La Calza - Barrio De Santa María - Una Estrella Chiquitita - Volando Voy - Vámonos Pa Casa - La Leyenda Del Tiempo - Como El Agua - Tirititando De Frío - Nana Del Caballo Grande).
Sin embargo, para muchos la película representa igualmente la pérdida de la inocencia de un artistas así como el deseo de blanquear la memoria del cantautor, suavizando su recuerdo, dejando a un lado episodios más oscuros como el de la droga o el atropello por el que, parece ser, fue condenado a cárcel. 
La película se presentó en septiembre de 2005 en el festival de San Sebastián. Tras su paso por la capital vasca el estreno de la película tuvo lugar el 4 noviembre de 2005 y la recaudación alcanzó se acercó a los dos millones de euros, aunque en un artículo publicado en la reseña cultural de la revista Pensamiento y Cultura Gitanos se habla de que había sido vista por 500. 000 personas. 
La película tuvo un reconocimiento nacional en los premios Goya. Aquí obtuvo cinco nominaciones, ganando en tres : al Mejor actor protagonista (Óscar Jaenada), Mejor diseño de vestuario (María José Iglesias) y Mejor maquillaje y peluquería (Romana González y Josefa Morales) , y siendo derrotados en Mejor actriz de reparto (Verónica Sánchez y Mejor dirección de producción (Tino Pont). 
El gran trabajo de Oscar Jaenada, actor de talla internacional, tuvo sus recompensas por parte del Círculo de Escritores Cinematográficos y Fotogramas de Plata. La crítica osciló desde los elogios de E. Rodríguez Marchante en el Diario ABC al decir de ella que "Un duende llamado Óscar Jaenada. (...) retrato entre sincero y verídico del cantaor; ni siquiera cae en el tópico de forzar el drama (...), o la crítica tibia de Javier Ocaña en el Diario El País al decir “"Perjudicada la esquina vital del cantaor referida a su toxicomanía por algunas prohibiciones de los herederos (...) rabia, pasión y talento que ha impuesto Óscar Jaenada, que va mucho más allá de la pura imitación (por otro lado, perfecta) para anclarse en el de la verdadera creación." 
En el magazine del diario “El Mundo” Juan Pando dice que la película nace con una necesaria demora al respeto por la leyenda de Camarón al existir tres problemas para hacerlo: su familia se negaba a prestar su apoyo a proyecto alguno, era difícil abarcar todos los aspectos de su existencia en un guión y había que dar con el actor adecuado. Trabas superadas gracias al tesón del productor Miguel Menéndez de Zubillaga, que cumple un doble sueño con la película “Camarón”: llevar al cine la vida de su ídolo y poner en marcha Monoria, su productora propia. 
Seguramente la mayor virtud de Camarón "la película" sea "Camarón, la voz"; es decir, la posibilidad de escuchar, con las buenas condiciones de acústica y volumen que pueda tener una buena sala de cine, la voz original de Camarón en una selección de temas bastante cuidada.

Tras la cámara, Jaime Chávarri, director de películas con música de éxito como “Las cosas del querer”. Lo que acabó de decidir al cineasta fue el guión de Álvaro del Amo (“La buena estrella”), que remataron juntos, y el enorme parecido de Óscar Jaenada (nominado al Goya por “Noviembre”) con el cantaor. No tanto por un rasgo concreto como por su apariencia en conjunto. Eduardo del Campo en el Magazine señalba que la película se hizo , en parte, con el visto bueno de la viuda del cantaor, la Chispa, tras muchas negativas. Finalmente aceptó que se llevase al cine la vida de su marido. Dolores afirma que fue Imanol Uribe, el primero que quiso hacer una película sobre el artista, pero que era muy pronto todavía, no estaba preparada y devolví el contrato. Aceptó, sin embargo, la propuesta que ha dirigido Jaime Chávarri. Pero, antes de dar su visto bueno, la Chispa hizo correcciones a los dos borradores del guión que le mostraron, sobre todo para que los aspectos más crudos de la vida de José Monge —su drogadicción y el deterioro físico por el cáncer de pulmón que lo mató con 41 años— aparecieran de manera "elegante" en la pantalla. 

Comenta "La Chispa" en el Magacine del año 2005 que desde su primer trabajo, Al verte, las flores lloran, de 1969, hasta Potro de rabia y miel, de 1992, pasando por el heterodoxo La Leyenda del Tiempo, de 1979, Camarón grabó una veintena de álbumes, pero herederos de camarón sólo tienen los derechos de autor de 13 canciones tras su apoteósico entierro en San Fernando del 3 de julio de 1992, mientras que Paco de Lucía y su familia poseen los de la mayor parte de las que grabaron juntos. Ese ramillete, en todo caso, les genera miles de euros. 

Destacar la película como acercamiento a la figura del artista. Igualmente creo que debemos resaltar el trabajo del protagonista, Oscar Jaenada que interpreta a José Monge con sus gestos, las suaves palmas, sus andares y el sentimiento con el que deleita a sus oyentes y que, confesó en una entrevista concedida el 4 de noviembre de 2005 a El País su desconocimiento total sobre la vida y obra de Camarón: "No sabía nada del personaje, ni de su música. No soy ni andaluz, ni flamenco, ni gitano, ni siquiera me parezco a Camarón... Pero me metí tanto en su piel que acabé transformándome incluso físicamente. Me dejé crecer el pelo y las patillas como él, intenté imitar su manera de caminar, llegué a fumar como él, a sacar la lengua como él, a comer como él, a contestar como él... En los días del rodaje en San Fernando [Cádiz] hasta la gente por la calle me llamaba José. Me propuse ser Camarón, y acabé siéndolo".
Hace unos meses vimos la película de Miguel Ángel Entrenas que es un homenaje a los palos flamencos y en ellos vemos una soleá. Aquí en la película cuando surge vemos como su sentir de este palo lleva Isabel a afirmar que “A ese hombre le están clavando un puñal”. En la película el homenaje es al artista, a la persona, al mito todavía admirado por muchos y desconocido por más. No es un puñal clavado contra nadie, es un retrato, un acercamiento a lo que , más o menos, fue.

Mi memoria sigue todavía en el taxi, aunque ahora que estoy en Ginebra, a miles de kilómetros de mi tierra, pienso en que pronto llegará otra película. En este caso para ese músico que en la película rasga como los ángeles la guitarra, y cuya muerte sobresaltó el mundo musical a escala mundial el día en que cogía el avión. Parece que los mitos mueren cuando uno se desplaza en el tiempo y en el espacio.


No hay comentarios:

Publicar un comentario