martes, 16 de junio de 2015

Roma, città aperta


Un clásico para la noche. Un clásico, pero también un pionero, pues esta película dio inicio a un género, el del neorrealismo que italianos, pero también españoles llegaron a altas cotas en su realización. Lo cierto que la he visto estimulada por la otra película romana de la semana pasada, Vacaciones en Roma, pero si bien la película de Wyler era una comedia deliciosa y ligera aquí estamos ante la dureza y la crueldad que supuso la ocupación de los alemanes de la capital italiana y la intervención colaboracionista de los fascistas, que dieron lugar a los años más negros del fascismo.

La película vista es Roma, ciudad abierta o Roma, città aperta en su versión original. Desgraciadamente la he visto en castellano, pues creo que matices de la lengua romanesca se pierden especialmente en el personaje interpretado por Anna Magnani. Se trata , como podía esperarse ya a estas alturas,  de una película italiana dirigida por Roberto Rossellini en el año 1945. Junto con Ladrón de bicicletas, es considerada la obra maestra del neorrealismo italiano. Fue una producción del mismo Roberto Rossellini que estuvo acompañado por Giuseppe Amato y Ferruccio De Martino. Ayudante en la dirección fue en esta película Federico Fellini, otro grande, sino el más grande de los directores italianos.

La película parte de un guión de Roberto Rossellini, Federico Fellini, Alberto Consiglio y Sergio Amidei. Se inspira en la historia verídica del sacerdote Luigi Morosini, torturado y muerto por los nazis por ayudar a la resistencia, así como la de Don Pietro Pappagallo La banda sonora es de Renzo Rossellini y la fotografía de Ubaldo Arata.

La película contó únicamente con dos actores profesionales como fueron Aldo Fabrizi en el papel del párroco don Pietro Pellegrini y Anna Magnani como Pina.. Junto a ellos actores amateurs, o sencillamente peronas como Marcello Pagliero como Giorgio Manfredi, alias Luigi Ferraris, Vito Annicchiarico el niño Marcello, hijo de Pina, Nando Bruno como Agostino, el sacristán, Harry Feist como el Mayor Bergmann, Giovanna Galletti como Ingrid, Francesco Grandjacquet como Francesco, Eduardo Passarelli como el sargento de policía del barrio, Maria Michi como Marina Mari, Carla Rovere como Lauretta, hermana de Pina, Carlo Sindici como el comisionado de policía, Joop van Hulzen como el capitán Hartmann y Ákos Tolnay como el desertor austriaco.

La acción se desarrolla en una Roma ocupada por los nazis, entre los años 1943 y 1944. La historia se inicia con la temible Gestapo tratando de arrestar al ingeniero Manfredi (Marcello Pagliero), un comunista que es el líder del Comité Nacional de Liberación. Pero en la redada Manfredi consigue escapar por los tejados de su residencia y pide ayuda a Francesco, un camarada tipógrafo que en unos días se casará con su novia Pina (Anna Magnani), una viuda con un niño.

En esta Roma de 1943 y 1944, después del armisticio de Cassibile, y cuando los aliados han desembarcado en Italia y avanzando hacia el norte, pero aún no han llegado a la capital, donde la resistencia ya está activo, y se entretejen las historias de varias personas relacionadas con la Resistencia como los ya nombrados.

Un jefe de la resistencia italiana, el ingeniero Giorgio Manfredi, debe huir de su casa cuando los alemanes van a buscarle. Capturarle es el mayor deseo del Mayor Alemán encargado de acabar con los grupos rebeldes, sean del bando que sean ya que existe una colaboración tácita entre comunistas y monárquicos-cristianos para acabar con el enemigo común. Manfredi - militante comunista y protagonista de la resistencia - busca refugio en casa de Francesco, que trabaja como tipógrafo en un periódico de la resistencia y que, al día siguiente, debe casarse con Pina, una madre viuda de un hijo. Al llegar a la casa Manfredi se encuentra con Pina, una mujer de pueblo. Ella le recibe muy mal, pensando que es de la Gestapo o un miembro del fascio colaboracionista, pero cuando se aclara la situación le deja entrar en casa de Francesco.

Pina y Francesco están prometidos, y se van a casar al día siguiente. Ella viene de liderar el asalto a una panadería en la que se negaban a proporcionar alimento a los necesitados ( de hecho, ella se lleva un buen montón de panecillos). Es viuda y tiene un hijo de unos ocho años, al cual Francesco está encantado de adoptar, y está embarazada. Vive también con su hermana, Lauretta, en una casa atestada de gente en la puerta de enfrente a la del novio, en el mismo edificio. La hermana de Pina es amiga de una artista que más tarde compartirá habitación con otra joven, Marina, vinculado en el pasado a Manfredi.

A su vez nos enteramos que Manfredi sale con Marina, que sobrevive como bailarina de revista. Es morfinómana, y la droga se la proporciona una alemana a la que une algo más que la amistad. Esta trabaja a las órdenes del Mayor que está como loco por desenmascarar a los militares badiglianos. Cuando la Gestapo conoce su relación con Manfredi la utilizan.

El personaje más influyente del barrio es Don Pietro, el cura y párroco del barrio. Don Pietro nunca niega la ayuda a las víctimas de la persecución política y actúa como portavoz de los partisanos. Es muy querido y respetado por todos, incluyendo Manfredi y su pequeño grupo de saboteadores Este se dedica a colaborar con la resistencia ocultando a los perseguidos y a los desertores alemanes, proporcionándoles documentación falsa y puede pasar fácilmente a través de los controles de los soldados y de las SS alemanas sin levantar sospechas. De hecho Don Pietro hace de correo para ellos. El hijo de Pina tampoco está ocioso, y junto a los demás niños del vecindario se dedica a poner bombas para sabotear los trenes alemanes.

Mientras tanto, el Mayor ya sabe que Manfredi está por esa zona de la ciudad, y a la mañana siguiente un regimiento asalta el edificio donde viven. Los hombres, en su totalidad, consiguen huir en un principio, pero luego les capturan, Pina cuando oye que Francesco ha sido detenido y se lo llevan en un camión, sale corriendo tras él.

Pina grita y protesta tratando de llegar pero un soldado dispara a Pina, matándola – siendo esta junto con el final la secuencia más famosa de la película- . El niño se tira sobre su madre y es Don Pietro el que tiene que apartarle y recoger el cadáver de Pina.

Más tarde, los alemanes, con los italianos presos, caen en una emboscada y los presos son liberados. Francesco tras su huída contacta con Manfredi, que no tiene más remedio que buscar refugio en casa de Marina. Francesco está destrozado por la muerte de Pina y tiene , además, mucha fiebre. Marina se ofrece a curarlo y cuidarlo, pero Manfredi, duda de su honestidad y discute con Marina. Su relación no va bien. Ella se siente despechada, lo cual junto a su adicción por la morfina y sus deseos de salir del hoyo la llevarán a traicionar al ingeniero pues les denuncia a la mujer alemana, tras escuchar que van a ir a ver al cura para desaparecer.

Al día siguiente, cuando están a punto de irse con el cura, Francesco se queda despidiéndose del muchacho y en ese momento Manfredi, Don Pietro y un desertor austriaco son detenidos.

En los calabozos, el mayor intenta convencer a Manfredi de que hable, pero por supuesto se niega, y luego a Don Pietro para que a su vez convenza a Manfredi. Le dice que es un comunista, un sin dios, y que pronto se tendrá que enfrentar con él, pero don Pietro se niega, y ante las amenazas del Mayor de torturarles a ambos el cura le dice «no hablará, yo rezaré por él».

Al ingeniero, reconociendo implícitamente que se acerca la derrota, le asegura que esos reaccionarios a los que protege con su silencio, monárquicos y liberales, pronto intentarán ilegalizarles y echarles del país, pero Manfredi está ya tan destrozado tras los golpes y el uso de un soplete. No puede ni reaccionar aunque quisiera. Manfredi morirá en la sala de tortura, ante la mirada misericordiosa del cura.

Mientras en una sala adjunta Marina está con su amiga Ingrid, agente de la Gestapo en el servicio del comandante Bergmann, y con un grupo de militares alemanes. Algunos nazis y otros conscientes de la próxima derrota dado el uso excesivo de la brutalidad para convencer.

Tras una discusión entre los alemanes, el mayor sale a contemplar la muerte del ingeniero Manfredi y a intentar que Don Pietro hable. Cuando sale Marina, esta se desmaya al ver lo ocurrido mientras que será despojada por su amante de lo que ha ganado con la traición, un abrigo.

Al amanecer de la mañana siguiente Don Pietro se baja de un camión, acompañado de otro sacerdote que le hace la última confesión. Minutos después es fusilado en presencia de los niños de su barrio, entre los cuales se encuentra el hijo huérfano de Pina, que se marchan cabizbajos. Roma se ve al fondo y sobre los niños y la ciudad se sobre pone un Fine.


Como he dicho anteriormente la historia se inspira en un hecho real que afectó al sacerdote Luigi Morosini, torturado y asesinado por los nazis por ayudar a la resistencia.

 Rossellini comenzó a trabajar Producción partiendo de un guión, ya en el mes de agosto de 1944, sólo dos meses más tarde de la ocupación alemana. En el mismo contó con la colaboración de Federico Fellini y de Sergio Amidei. Según sus propias palabras, estaba movido por una fuerte necesidad de narrar los acontecimientos recientes, y literalmente salió a la calle a buscar historias o sucesos reales.

Comenzó a rodarse en enero de 1945, tanto en estudios como en locaciones de la ciudad devastada, siendo esto último algo que se caracterizaría en el neorrealismo. También sería característico el empleo de actores extraprofesionales: de los actores de Roma, ciudad abierta, sólo eran de la profesión Anna Magnani y Aldo Fabrizi.

Fue rodada nada más terminar la guerra en los decorados naturales de la devastada ciudad. Los medios técnicos fueron escasísimos, lo que se ve en una fotografía que se adapta a la luz natural, y poco más, aunque los decorados y las interpretaciones son soberbios por ser tan naturales. La película combina la intención documental y la ficción, aunque varios de los sucesos (la resistencia de los niños Romanos o el fusilamiento del cura) están basados en sucesos reales, y el ambiente de las calles está recogido sin planificación .

En su lanzamiento, la película fue víctima de la censura. En Estados Unidos se la recortó, reduciendo su duración en un cuarto de hora. En Argentina fue inexplicablemente quitada de exhibición por una orden anónima del gobierno en 1947. En la Alemania Occidental fue prohibida desde 1951 hasta 1960. En Espana , Roma, ciudad abierta, no se estrenará hasta el 9 de septiembre de 1969, en Barcelona. Ciudad Abierta es la primera película de la trilogía de la guerra antifascista dirigida por Rossellini – a las que le siguen Paisa (1946) y Alemania año cero (1948)- .

Se presentó en el Festival de Cine de Cannes 1946, donde ganó el Gran Premio a la mejor película. La película, que iba a ser llamada Historias de ayer, surgió como un documental sobre Don Morosini, sacerdote realidad vivido en Roma y asesinado por los nazis en 1944. Al poco tiempo, gracias a las aportaciones de Federico Fellini, se había unido a los otros autores están escribiendo, la película se enriqueció con historias y personajes y se convirtió en más de una película, de modo que el final (la historia del sacerdote), que iba a ser el tema principal del documental, se convirtió en la dramática conclusión de un relato coral en la vida cotidiana en una ciudad dominada por el miedo, la miseria, la degradación y la denuncia.

Es necesario nombrar Aldo Venturini, una figura clave en la historia de la producción de la película: Venturini no era un hombre de cine, era un comerciante romano de lana, que después de la guerra tenía fuertes recursos financieros y participó de inmediato en la financiación de películas por la empresa productora, Cis Nettunio. Cuando, después de unos días de rodaje, la película se detuvo por falta de liquidez, Rossellini intento convencer al comerciante, en abril de 1945, para completar la película como productor, haciéndole comprender que esa era la única manera de recuperar el dinero pagado por adelantado. En ese momento de su discurso, de alto riesgo financiero, estaba dirigido a la continuación de la obra en un intento por salvar su inversión.

El rodaje de la película comenzó en enero de 1945 y se realizó en condiciones precarias, tanto para el período - los alemanes acababan de salir – así como por la limitada disponibilidad de los equipos técnicos, incluyendo la película. Como los estudios de Cinecittà no estaban operativos al ser despojados de los equipos y reducirse a un gran refugio para personas desplazadas que no pudieron acomodarse en otros lugares. Rossellini y su equipo improvisado filmarán algunos interiores en los viejos unos viejos escenarios de teatro, en la Via degli Avignonesi 32, detrás Via del Tritone.

La escena central de la película, con la muerte de Pina (Anna Magnani) detrás del camión fue rodada en Raimondo Montecuccoli, el distrito Prenestino-Labicano. Es quizás la más secuencia , más renombrada del neorrealismo y uno de los más famosos en la historia del cine italiano. Recuerde que en esta escena (disparo por supuesto por dos golpes) Anna Magnani cayó demasiado pronto en comparación con lo que se esperaba, por lo que decidió aprovechar tanto del lado del marco es la parte delantera, por lo que la secuencia parecía más tiempo.

La escena es un prodigio de montaje y aprovechamiento de un poco de celuloide. La primera parte de la secuencia, la carrera, está rodada con dos cámaras, una en el camión que se lleva a los hombres (ligero picado, plano general corto, travelling retro) y otra enfrente del portal de la casa (sin angulación, plano medio, panorámica a izquierda).

Ambos contienen la misma porción de carrera, unos tres segundos, pero el montador monta primero la primera parte del plano desde el camión, en el que Pina sale corriendo del portal y da cuatro o cinco pasos. Corte y la misma porción de carrera desde la cámara lateral en plano medio. Es lo mismo, pero nosotros interpolamos y suponemos que es el siguiente tramo de carrera. Corte e inserto del cura sujetando al niño. Inserto de Francesco intentando saltar del camión (no le dejan). Ya nos hemos olvidado de cómo estaba la carrera de Pina, así que vuelve al primero de los planos de la carrera (desde el camión) exactamente en el mismo punto en que había cortado, suena una ráfaga de metralleta y Pina cae al suelo.

La misma cámara de enfrente del portal muestra al niño que se escapa de Don Pietro y corre hacia su madre. Plano fijo con la cámara a ras del suelo que muestra al niño arrojándose sobre el cadáver (uno de los planos más hermosos de la historia del cine).

Una cámara a medio camino entre el camión y la que mostraba el portal muestra al cura llegando al cuerpo y apartando al niño. La cámara a ras del suelo muestra a Don Pietro recogiendo el cadáver de la mujer. En total, 25 segundos, y una prueba de que la mitad del cine es el montaje.


Un joven Ferruccio Amendola hizo su debut como actor de doblaje en esta película, prestando su voz a Vito Annichiarico (Marcello).lo haría un verdadero cineasta.


La película inicialmente fue mostrada en privado por el director Roberto Rossellini en el Cine Moretti de Ladispoli y posteriormente presentada al público en septiembre de 1945. Tuvo poco éxito. Sólo después de haber recibido varios premios fue apreciado por unanimidad. Consiguió varios premios en ese año 1946.

Por lo pronto fue nominada al Oscar al mejor guión para Sergio Amidei y Federico Fellini, el de mejor película extranjera ante el Círculo de Críticos de Nueva York y fue Gran Premio Palma d'oro para Roberto Rossellini. Ganó -dos cintas de plata- Nastro d'argento al mejor film y a la Mejor actriz no protagonista a Anna Magnani. También recibió el Mejor film extranjero en el National Board of Review Award.

En cuanto a las críticas creo que debo empezar contando con la opinión de Otto Preminger sobre la película: "La historia del cine se divide en dos épocas: antes y después de una Ciudad Abierta". . Tampoco quiero dejar atrás la de Jean-Luc Godard que dijo que "Con Roma, Cittá aperta, Italia acaba de ganar de nuevo el derecho de una nación a mirar el uno al otro, y luego vino la temporada asombrosa de gran cine italiano" .

Carlo Lizzani en Celuloide estaríamos ante "Una película emocionante, que sorteando maniqueísmos y patrioterismo, sin manipular" .

Umberto Barbaro escribió en el el diario L´Unita el 26 de noviembre de 1945 que se trataba de " una película que recuerda el trágico período de la ocupación alemana de Roma y da un marco y un juicio justo con el fin de despertar el público (…) y, por el recuerdo de la reciente y conmovedora tragedia. La miseria de las calles en las noches de toque de queda y las detenciones, las torturas, los asesinatos, las cifras desalentadoras de Caruso y Dollmann, todo lo que aquí se recuerda (…) la película sin duda merece la alabanza de su honestidad. Barbaro alabó en ese artículo el trabajo de Anna Magnani y Fabrizi, y el del director , la sencillez de la trama, las secuencias dramáticas e incluso las escenas grotescas fuertes y desgarradoras.

Silvano Castellabeppe, en la revista Estella / Estrella, el seis de octubre de 1945 comenta que "La Magnani esta inmensa. “ Por su parte, Gian Piero Brunetta comentaba que "Ciudad Abierta es la primera película en avanzar en la dirección de un nuevo un horizonte humanizado, imaginando recuperar la armonía dentro de un espacio destruido y alterado"

En el The New York Times Bosley Crowther escribía que "Con un realismo sincero, abrumador, y con un sentido apasionado de la fortaleza humana (...) El efecto total de la película es una sensación de experiencia real, lograda gracias a las interpretaciones, el guión y la dirección." .

En España, donde la película tardó mucho tiempo en verse,  y ya en la crítica actual, Miguel Ángel Palomo dijo de ella en el Diario El País "Cómo reinventar el cine desde la nada. (...) Rosellini pulverizaba en 1945 todas las convenciones narrativas, en especial las leyes clásicas hollywoodienses, para convulsionar el modo de contar historias en una pantalla y otorgar carta de naturaleza al movimiento neorrealista. (...) paradigma del cine verdadero, comprometido y radical, arroja un torrente de luminosidad en cada secuencia"

Por su parte en el Diario El Mundo Francisco Marinero afirmaba que "Al valor intrínseco de las películas de Rossellini hay que añadir su valor histórico y su trascendencia en la evolución del cine (...) se comenzó a rodar cuando la guerra todavía no había terminado"

Se valora de la misma que fue rodada con escasísimos medios acordes a su tiempo y circunstancias. Para 1952 se recaudación había ascendido a 124,5 millones de dólares.


La versión restaurada de la película "Proyecto Rossellini" (formado por el Instituto Luce Cinecittà, la Fondazione Cineteca di Bologna y el Archivo Nacional de Cine del Centro Experimental de Cinematografía) se proyectó en más de 70 cines en abril de 2014 para el Día de la Liberación.

Posteriormente fue incluida en la lista de 100 películas italianas para ser salvo, que nace con el objetivo de informar "100 películas que cambiaron la memoria colectiva del país entre 1942 y 1978".


La creación de carteles y afiches de la película fue confiada al pintor y caricaturista Anselmo Ballester Roma. Algunas series de carteles está sin firmar porque Ballester - que en los veinte años fue también el autor de carteles políticos - en 1945, una guerra que acaba de terminar, pensó conveniente permanecer en el anonimato todavía.

Parecía difícil que en un país devastado por la guerra como era Italia en 1945 pudiera surgir un arte tan necesitado de grandes recursos como el cine. Pero allí, en esas circunstancias, surgió el que quizá sea el movimiento cinematográfico más importante e influyente de la historia del cine, el Neorrealismo. Y sin duda la película que proporcionó las bases y dio el impulso al neorrealismo fue sin duda Roma, ciudad abierta, y en concreto un personaje: Pina, interpretada por Anna Magnani. Es la actitud ante la vida de esta mujer, su lucha, su casa, sus ambiciones y su solidaridad lo que ha pervivido como ejemplo y modelo en el cine, con una profundidad y humanidad que desde entonces ha inspirado a muchos otros personajes (a sus creadores, debería decir) y, desde luego, a nosotros como espectadores.

A pesar de este final, la película es un canto a la vida y a la libertad, rebosante de optimismo y esperanza en la gente y el futuro, y especialmente motivantes son las palabras de Don Pietro. En la película los alemanes están dotados de humanidad, se intenta comprender su comportamiento, las razones que les han llevado a esa perversión de creerse superiores. Visible en el militar en estado de embriaguez, que increpa al Mayor que está diciendo que un italiano no podría resistir la tortura y que si así fuera se equipararía con un alemán. Este le dice que ellos no son superiores, que los oprimidos son fuertes y luchan con justicia por su libertad, y se lamenta de que están sembrando Europa de cadáveres y de odio. El mayor se va enfadado, pero luego reconocerá ante Manfredi que se acerca la derrota, indicio claro de que no son tan superiores.

Para concluir diré que Roma città apperta será ante todo modélico, pues dará lugar a un género que triunfará tanto en Italia, pero que desde allí se trasladará igualmente a España. Responde a la idea de compromiso del realizador a una idea, la de retratar lo que ha vivido de la manera más fiel a lo acontecida. De hecho, tanto Don Pietro como Pina se inspiran en personajes reales. Del primero ya hemos hablado y Pina parece referirse a Gullace Teresa, una mujer italiana asesinada por soldados nazis cuando trataba de hablar con su marido prisionero de los alemanes. Para dar verosimilitud contarán con actores no profesionles que se vinculan afectivamente con la historia y cuentan con un presupuesto limitado, pero que rentabilizan con ingenio y con un buen montaje. De hecho , Roma, ciudad abierta es una gran película.

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