sábado, 31 de agosto de 2019

Memorias de un ángel caído


Era el año 1997,  y sólo habían pasado dos años del éxito de una película de terror española, titulada El día de la Bestia, así que la estela iniciada por la película de Álex de la Iglesia y que había sido una gratísima sorpresa en el cine español, parecía tener continuidad.

La película del bilbaíno que combinaba religión, rock duro , sanatismo y milenarismo tendrá continuidad en cuanto temática , aquel año de 1997 al retornar al cine una historia que tenía presente a la iglesia católica junto con la perturbadora presencia del diablo. Era lógico que el cine de terror español se diese cuenta que había un filón en el género, así que apostó , en parte, por hacer y producir películas de terror  con elementos religiosos que acabaron por ser exitosas sagas como la de¨Rec¨ de Jaume Balaguero y Paco Plaza, o "Los sin nombre", vistas casi todas,  ; u otras no tan brillantes como "Tuno Negro" que pude ver , u otras que no he visto como "School killer", "El Arte De Morir" y "Mas De Mil Camaras Velan Por Tu Seguridad", esta última vinculadas con los directores de Memorias de un ángel caído, Fernando Alonso y David Camera, película que me ha traído hasta aquí en el día de hoy.


Ese año se estrenaba "Memorias del ángel caído" la película que supuso el debut de los jóvenes directores Fernando Cámara y David Alonso, aunque éste había realizado Bajo un cielo extraño . Ambos debutaron en el cine con esta película, que participó en la sección oficial del Festival de Sitges, aunque habían tenido cierto recorrido en televisión. Con ella obtuvieron unas críticas muy estimables, y finalmente, incluso fueron nominados al Goya a la mejor dirección novel.

Después de su separación como pareja de directores, cada uno de ellos solo logró hacer un largo más en solitario. David Alonso, en el año 2003, realizó "Más de mil cámaras velan por tu seguridad", un thriller juvenil mientras que Fernando Cámara dirigió "Trastorno", otro thriller de corte familiar en el año 2006.

La película era una producción de Luis Méndez Zori como productor ejecutivo y Luis Méndez como productor estando respaldados por la productora Lotus Films Internacional y Televisión Española (TVE) invirtiendo en ella 300 millones de pesetas (unos 2 millones de euros).

El guión fue escrito por Fernando Cámara y David Alonso siendo la música labor de Javier Cámara. El encargado de la fotografía fue Fernando Arribas ,mientras que la edición es de Carmen Frías siendo los responsables de la decoración Carlos Dorremochea y del vestuario José María García Montes y María Luisa Zabala.

En cuanto al reparto alguno de los actores más granados del cine español del momento, gran parte de ellos hoy desaparecidos, como Santiago Ramos como el sacerdote Francisco ( y hoy más centrado en teatro y la televisión), José Luis López Vázquez como el sacristán Antonio, Emilio Gutiérrez Caba como el sacerdote Vicente, Asunción Balaguer como Juana la mujer del sacristán, Tristán Ulloa como un joven seminarista de nombre Alberto, Luis Pérezagua como el jesuita e investigador paranormal Jorge, Héctor Alterio como el párroco Julio y Juan Echanove como Carlos. También aparece el actor Eduardo MacGregor fallecido en enero de 2019 como un sacerdote jubilado y enfermo.

La historia comienza en una parroquia del centro de una gran ciudad , aunque no se diga es Madrid. En la misma ejercen su sacerdocio el Párroco Julio (Héctor Alterio) y es auxiliado por otros dos sacerdotes , el padre Francisco (Santiago Ramos) y el padre Vicente (Emilio Gutiérrez Caba). La vivienda en la que viven,al igual que la parroquia, es atendida por un sacristán , Antonio (José Luis López Vázquez) y su mujer Juana (Asunción Balaguer).

La convivencia en la misma es compleja, pues mientras que el padre Francisco, está pasando por una crisis de fe dado su carácter científico, el padre Vicente está necesitado de milagros. Frente a ellos, el Párroco Julio, mantiene un equilibrio entre la realidad y la fe.

Además en la vivienda colindante al templo conviven el joven sobrino de Vicente, un joven estudiante del Seminario de nombre Alberto (Tristán Ulloa) al que le encanta el jazz , y un viejo sacerdote que ha superado el centenar de años y que está moribundo. Fue el maestro del párroco Julio y de Antonio, un hombre que se salió del seminario para casarse con Juana.

En un día , mientras la celebración de una bautizo tiene lugar un extraño acontecimiento. Se escucha una ráfaga de aire intensa y tiene lugar una luminosidad cegadora con un destello surgido desde la cúpula y , casi de inmediato, se produce la congelación del agua bendita. Para el padre Vicente se trata de un milagro, mientras que Julio intenta racionalizar lo ocurrido, mientras que las dudas asaltan al ahora dubitativo padre Francisco.

Al día siguiente, como era de esperar, a la ceremonia religiosa asiste un número mayor de feligreses. La misa no puede ser impartida por el párroco ya que el viejo sacerdote y profesor entra en coma.

Al tener que acompañarle al hospital. le pide a Francisco que imparta la misma, pero este le dice que únicamente colaborará en la misma, quedando al frente Vicente. Este , viendo el número mayor de asistentes y vinculándolo con un auténtico milagro, da una misa plagada de citas sobre los milagros necesarios en el cristianismo y pide que todos vean a través de sus ojos en la homilía.

A la hora de impartir las hostias consagradas se va a producir un hecho relevante: algunos de los feligreses que están practicando la eucaristía caen en apariencia muertos con los ojos en blanco quedándose ciegos. Un hombre que ha atendido a la primera afectada corre y grita que han de “vomitar la comunión”.

La muerte de los feligreses tiene dos efectos. Por un lado la policía se encarga de la investigación siendo el encargado de la misma el inspector Carlos ( Juan Echanove); por otra, el obispado manda a un investigador paranormal, otro sacerdote, Jorge ( Luis Pérezagua ) a estudiar la realidad parroquial. 

Poco a poco algunos de los sacerdotes comienzan a sufrir extrañas visiones. Entre ellos está Francisco ve o alucina con la visión de una monja, de más de dos metros de altura y con la cara envuelta en la oscuridad, que se desliza delante de él y le muestra un escrito en la pared: Al tercer día, unas palabras que ya habían aparecido en los paños sagrados.

Francisco , a su vez, sigue sufriendo con su crisis espiritual, pero atendiendo sus labores descubre que Juana está necesitada de hablar con él, puesto que sufre por la situación de su hijo yonki que se enfrenta a diario con el padre y se adicción va a más.

El padre Francisco busca a los yonkies entre los que ha de estar el hijo de Antonio y Juana desembocando un una antigua ermita , hoy abandonada, la de Ciudad blanca. Allí encuentra a muchos drogadictos en una situación parecida a la de sus feligreses. Aparecen otras pistas misteriosas que indican que el hijo de Sacristán (José Luis López Vázquez) es el sospechoso principal.

Carlos, el inspector, está molesta con Francisco, pero junto a él va al Tanatorio para que se investigue igualmente el agua bendita. En el laboratorio, el forense (Fernando De Luis ) no detecta nada en el agua, pero mientras se produce un giro inesperado cuando uno de los cadáveres de los comulgantes vuelve a la vida en la sala de autopsias ante el “Padre Francisco” que parece dar amparo a un resucitado.

Mientras, entre los residentes en la parroquia, las cosas van a peor. Las visiones se han generalizado y además las cosas se extreman con la acción de Jorge el investigador de lo Paranormal, un cura que participa en programas de televisión hablando del más allá y que coloca distintos aparatos para medir la fuerza, que parece residir en Francisco.

Poco después reciben la noticia de la muerte por sobredosis del hijo de Antonio y el suicidio de su mujer. Antonio no quiere ir ni al entierro permaneciendo en el trabajo de forma rutinaria.

Esta conclusión le atormenta aún más, pero lo más doloroso se producirá cuando , una vez cerrado el caso por la policía, y reabierta la Iglesia durante la Eucaristía un añadido en piedra cercano a la cúpula que representa a un querubín que cae sobre un niño amigo de Francisco, matándolo, e hiriendo en la mano a Vicente.

La decepción se hace patente en todos tras lo ocurrido. La policía ordena la salida de todos. Mientras recogen sus enseres Francisco da con una librería del Parroco. Sin querer descubre unos libros que corresponden con la llama “ Doctrina de Matesanz” donde se relatan los hechos que han acontecido y que parecen cumplirse uno tras otro ( la luz cegadora procedente de la cúpula, la congelación de líquidos sagrados, la ceguera entre los feligreses, la resurrección de los muertos, la muerte de los inocentes en la eucaristía ,...)

En ese momento Julio da explicaciones del por qué de la presencia de los libros procedentes de un Teólogo desviacionista.

Tras eso Julio va al hospital y descubre que el viejo sacerdote ya no está allí. Cuando retorna a la Iglesia ve que preside el altar como un jefe eclesiástico.

Por su parte, Francisco sigue con sus averiguaciones y dudas llegando a la Iglesia encontrando en el altar a Matasanz y a Julio crucificado y martirizado. El responsable de todos es...(imaginadlo)

La historia acaba con una celebración eclesiástica conjunta entre Francisco y Vicente. Durante la misma llega una luz cegadora. ¿Será el apocalipsis o el retorno de Cristo en la Tierra?, acabando abruptamente la película.

El filme fue rodado en distintos puntos de Madrid. Los exteriores se rodaron en “Santa Bárbara”, en la plaza de las Salesas, mientras que los rodajes del interior se hicieron en la iglesia de “San Marcos”, pegada al “Edificio de España”. Los primeros se rodaron por la mañana, mientras que los segundos por la noche. Durante el rodaje de la escena del envenenamiento que contó con múltiples fallecidos y ambulancias del Samur y policías. Algunos pensaron en un atentado. Por su parte, el rodaje de interior siempre se llevó a cabo por la noche para no interferir en las ceremonias habituales. Los sacerdotes colaboraron cediendo y prestaron vestimentas, estolas,...

Uno de los directores, Fernando Camara, reconoce que la inspiración de la historia tiene mucho que ver con su experiencia como estudiando en un colegio Católico . En el mismo pudo ver a curas que , a veces, sufrían en silencio crisis de fe así como película sobre el tema como “El Exorcista” (The Exorcist, William Friedkin, 1973) o su tercera parte, “El Exorcista III” [The Exorcist III, William Peter Blatty, 1990 ), u otras películas como “El Nombre de la Rosa”, incluso detalles personales.

A destacar la labor del casting que fue responsabilidad de ellos contando con algunos de los grandes del cine español del momento muchos de ellos veteranos pero extraordinarios, como el siempre solvente Héctor Alterio, un convincente Santiago Ramos, un grande entre los grandes como José Luis López Vázquez y el siempre brillante Emilio Gutiérrez Cava o Asunción Balaguer, y el debut casi de Tristán Ulloa.

En una entrevista a la web cine de ultramundo el director decía que "La verdad es que fue un lujo tenerles. Sobre todo a Héctor Alterio y a Emilio Gutiérrez-Caba, porque eran ideales para los personajes. Y su nivel humano y artístico es admirable. El resto también estuvieron a la altura, pero fueron planteados sobre una lista de varios candidatos, y aunque quizá no estaban tan claros, resultaron precisos. Con ninguno hubo problemas con respecto al terror. Todos comprendían perfectamente el guión, pero lo cierto es que no era un género habitual en aquel entonces, y en España, los actores están más acostumbrados a la veracidad del sentimiento en sus escenas que a las servidumbres de los géneros. Pero no fue el caso con ninguno. Se pusieron en nuestras manos y más que cuestionar, aportaron. Sobre todo Echanove. Y el grandioso José Luis López Vázquez, que traía el guión magníficamente analizado, con marcas de colores según sus propios códigos interpretativos. Después de 160 películas, seguía teniendo una disciplina de trabajo encomiable. "

La película fue presentada en el Festival de Sitges: Sección oficial largometrajes a concurso, aunque su estreno comercial se realizó en octubre de 1997 , aunque no tuvo un largo recorrido. Después pasó al DVD pasando luego los derechos a Enrique Cerezo.

De ella los críticos han realizado valoraciones positivas, destacando entre ellas Javier Ocaña tanto en Cinemanía como en el programa Historia de nuestro cine. Por escrito dejó lo siguiente: "Se nota el bajo presupuesto y el guión tiene flecos, pero se ve con interés, es entretenida y los actores bordan sus papeles" En Historia de nuestro cine declara que "Tenemos misterio, tenemos terror y un ambiente muy realista. Yo creo que eso es lo mejor de la película. Esa mezcla que hay entre lo más ordinario y lo más paranormal".

Para Luis Martínez en El País se trata "Cuanto menos ( de una película ) extraña, inusual, quizá simplemente desconcertante". En este mismo diario Omar Khan lacónico concluye que "Se sigue con interés"

En el Mundo se publicó que 'Memorias del ángel caído'' es un ejemplo de esta tendencia; sin embargo, y contra lo que cabía esperar, el planteamiento es muy diferente. Manejando las claves del terror clásico y del thriller, la película propone una investigación sobre un extraño suceso, llevado a cabo por un grupo de sacerdotes. "

A destacar de la misma varios aspectos de la trama pues mantiene este tipo de películas con elementos religioso del culto católico sabe mezclar la imaginería cristiana integrada por las cruces, clavos, espinas, cálices sangrientos, obras de arte, ( recordad que en el Retiro en Madrid hay una de las pocas esculturas dedicadas al Ángel Caído erigida en 1874 por iniciativa del duque Fernán Núñez obra de Ricardo Bellver) , etc... con la intriga casi hasta el final conteniendo además buenos golpes de efecto, fallando en todo caso el vertiginoso final.

Muy bien desarrollada están los personajes que reflejan un buen abanico de personalidades que van desde el sacerdote que sufre su crisis personal y de fe hasta aquellos que se acercan al fanatismo, pasando por el realismo más pedestre. El desplazamiento de los personajes que se mueven guiados por creencias o por la razón en la película muestran esa atmósfera malsana son concesiones al amor, salvo el fraternal.

A destacar la excelente fotografía de Fernando Arribas, la edición inteligente, hacen de la película emocionante y extraña que se agranda con la banda sonora de Javier Camera. Muy recomendable si  te gusta el género.


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