martes, 28 de marzo de 2023

La crisis de Hollywood: cine negro y el Jardín se seca



Lejos del negro, del realismo y de los escombros de Europa la meca del cine, Hollywood, empezó a perder esplendor en los años cuarenta, y eso que los Estados Unidos se situó como primera potencia económica mundial y la situación de su industria cinematográfica era excelente. Sin embargo, algunos acontecimientos vendrían a desestabilizar la prosperidad de esta etapa.

Un símbolo. Una actriz, una joven estrella, que acababa de tener su primer crédito en una película, se suicidó saltando de la H del cartel de Hollywood. Era Peg Entwistle se suicidó un mes antes del estreno de su película. Era la noche del 16 de septiembre 1932, en medio de uno de sus graves episodios alcohólico-depresivos, se acercó hasta el letrero gigante de Hollywoodland, subió hasta la cima de la letra H y se quitó la vida saltando al vacío. 

Entwistle, que había perdido un papel contra Katharine Hepburn el primer papel importante que le ofrecieron, al frente del drama Doble sacrificio (1932) bajo dirección de George Cukor. No obstante, su contrato con RKO se concretó en la producción del filme de terror Trece mujeres (George Archainbaud, 1932), protagonizado por Irene Dunne.  

La oscuridad parece envolverlo todo. Por las calles casi nadie va caminando. Durante la segunda guerra mundial Hollywood hacía cine de entretenimiento con películas como Pin Up Girls de H. Bruce Humberstone (1944) . En ella descubríamos a Betty Gable con sus plumas y su escenografía tan típicas durante la guerra. Sin embargo los directores más curiosos fueron al extranjero vieron los muertos en las noticias o se fijaron en el trágico documental de Roma Cittá aperta. La romántica exuberancia de Hollywood de caía. El paraíso ya no era tal y eso se notaba.

Entre 1941 y 1959 se rodaron más de tres cincuenta películas oscuras, de cine negro.En este ambiente de neurosis colectiva comenzó a definirse una de las corrientes cinematográficas más típicamente americanas, el cine negro (denominación originalmente francesa, film noir), que tiene sus orígenes en la novela negra de los años treinta y que en cine se inicia con El halcón maltés (The Maltese Falcon) dirigida por John Huston en 1941. Una de las primeras e influyentes fue Perdición (Double Idemnity, 1944) de Billy Wilder. La actriz como la pared del fondo responde a la profundidad de campo como ya habían definido Mizoguchi, Orson Welles o John Ford. La trama va sobre un agente que está enamorado de la mujer fatal que es la mujer del jefe que va al piso de su agente para informar de sus sospechas. 

Billy Wilder, un judío austríaco que había huido de los nazis en mil novecientos treinta y cuatro rodó la película de cine negro en una soleada playa de Santa Mónica. Allí rodaron muchos de los fugados del régimen nazi como Fritz Lang , Otto Preminger, Michael Curtiz,  Robert Siodmak o Jacques Tourneur especialistas en el género. A todos ellos le encantaba la simpleza del cine de los Estados Unidos aunque no el culto al dinero.

El cine negro refleja un mundo en descomposición poblado por seres amorales, sujetos a intrigas y conflictos en los que entran en juego los instintos más primarios. El cine negro enfatiza lo oscuro y lo claustrofóbico, rompiendo con el estilo visual luminoso y equilibrado de Hollywood. Otra característica es la aparición de la femme fatale. 

El cine negro también innova la técnica narrativa: empleo de tiempo real y tiempo recordado, uso de la voz interior del personaje, se oculta información o se intenta engañar al espectador, los relatos se construyen con flashbacks, los personajes buscan su identidad perdida enfrentándose a la hostilidad de los acontecimientos y... a veces los malos escapan. Son obras destacadas Laura (1944) de Otto Preminger, Gilda (1946) de Charles Vidor, El sueño eterno (The Big Sleep, 1946) de Howard Hawks, La dama de Shangai (The Lady From Shanghai, 1947) de Orson Welles y El demonio de las armas (Gun Crazy, 1950) de Joseph H. Lewis.

Robert Towne, guionista de Chinatown de John Houston afirma que en el cine negro los personajes están predestinados de una u otra forma porque tienen defectos ni pueden resistirse, Algo le empuja a su destino aunque intenten, no pueden evitarlo. No lo destruyó un mundo oscuro. Los hombres que buscan su destino inconsciente aunque no pueden ni intentan evitarlo. 

Paul Schraeber, guionista de Taxi Driver y de toros salvaje ambas de Scorsese afirma que el héroe imperfecto no cuajó hasta después de la segunda guerra mundial dada la frustración. El retorno de los hombres sin dinero y que intentan recolocarse en su trabajo un trabajo que antes ocupaban las mujeres es difícil los lleva a callejones sin salida. El héroe freudiano es más realista que el de los años treinta y cuarenta. En perdición de Billy Wilder ( 1944) el héroe, tras la crisis moral y social, va a facilitar el triunfo del cine negro. 

Pero también otros factores intervienen en el triunfo de este cine como son los entramados de sombras del cine expresionista alemán herederos por ejemplo del testamento del doctor mabuse (Fritz Landa, 1933), el enrejado del pasamanos genera un campo de sombras en la pared visible en películas como perdición. Raymond  chandler colaboró en el guión de perdición y junto con David Hammer, crean los personajes y  situaciones del cine negro. 

Howard Hakws rodó El sueño eterno en 1956 con un detective como Philip Marlowe. La película cuenta con diálogos ágiles característicos del cine negro El sueño eterno fue la película más importante desde perdición y marcó tendencia. 

Leight Brackets fue la guionista también de Río Bravo de Howard Hawks, 1959, con Angie Dickinson e incluso es el guionista del imperio contraataca (1980, Irving Kershner). El cine negro llega así hasta el final de los años setenta llenando la narrativa tradicional de cine negro. 

Las mujeres del cine negro también son muy importantes es el caso por ejemplo de Jane Greer en retorno al pasado de Jaques Tourneur (Out of The Past, 1947). Se toma su tiempo se mueve con suavidad sabe que el hombre es débil toma ventaja de este etcétera. 

De todas las películas de cine negro, solo una,  El autoestopista 1953 o The Hitch-Hiker (1953) fue dirigida por una mujer, la también actriz, Ida Lupino . En ella volvemos a ver sombras, ojos entornados hombres débiles mujeres poderosas y destacó en las técnicas y temas propios del cine negro. 

Edward G Robinson es omnipresente en gran parte de estas películas. Recuerda la fascinación por el cine de mafiosos de los años treinta cuando Robinson salía altivo y elegante como en la película Hampa dorada (Little Cesar, 1931) de Mervyn LeRoy. Su pesimismo venía de las películas realistas francesas de los años treinta como el muelle de las brumas (Quai des Brumes, 1938) de Marcel Carné, una película del naturalismo poético, pero con toques cercanos al cine negro.

La prueba de que Francia y su cine influenció al cine de los Estados Unidos la encontramos en detalles que aparecen en la película la Golfa (La Chienne, 1931) de Jean Renoir en la que un hombre se enamora de una mujer insensible. Se hizo una versión de la misma en los Estados Unidos que llevaba por título Perversidad (Scarlet Street, 1945) de Fritz Lang en la que Edward G. Robinson es el protagonista y en la que el hombre suplica a la mujer que lo ame. Es la misma historia pero catorce años más tarde. 

En el demonio de las armas una película de serie B rodada en Montrose (Los Ángeles) por Joseph H. Lewis , una película innovadora y apasionada, vemos la influencia de los documentales y el neorealismo. 

En Gun Crazy (1957) vemos un hombre y una mujer que van a robar un banco. Están nerviosos. No vemos sus caras. Son rodados desde la espalda. El director de fotografía va detrás montado con una cámara situada en una silla de montar. Lleva un soporte espacial para la cámara les colocó un soporte para los micros en la solapa y les dio libertad a los actores para improvisar. Rodar un atraco convencional duraba cuatro días pero Lewis lo hizo en tres horas. La cámara se mueve hacia adelante y hacia la derecha. Había otro técnico de sonido en lo alto del coche. La gente que no sabía que se rodaba pensaba que era un atraco real y que la agresión al policía también lo era. 

Esta película sirvió de inspiración estilística por ejemplo a Bonnie & Clay (Arthur Penn, 1967) . La temática era la misma una pareja que robaba bancos. 

Paul Schraeder afirma que el cine negro murió en 1958 pero su influencia se mantuvo en otras películas como Los Ángeles confidencial de Curtis hanson 1997 con el personaje de Kim Basinger o en el de Sean Young de Blade Runners ( Ridley Scott, 1982) o en El caballero oscuro de C. Nolan. También es visible en Shiva (2006) de Ram Gopal Varna por el dominio de las sombras. 

El cine americano de los años cuarenta era serio pero por supuesto no acabó con el cine romántico pero el cine ya era diferente a finales de los cuarenta y cincuenta.

Sin embargo, hay otros cambios que se aprecian  a finales de los 40. Va muriendo la primera gran generación de cineastas. Lubitsch muere en mil novecientos cuarenta y siete. Al año siguiente fallecen Griffith y Greg Toland, su operador de cámara, las personas que habían dado cuerpo y experimentado con la profundidad de campo. Einsentein y Louis lumière también fallecen. 

La hija del director de la Paramount studios que en los años cuarenta y cincuenta era Burney Balaban declara en el documental que había señales de cambio a finales de los años cuarenta. Y gran parte de lo que ocurre tiene que ver con el año 1950 y el inicio de las actuaciones del comité de actividades antiestadounidenses (HUAC)  cuyas vistas empezarán en el año 1947. 

Lo cierto es que tras la guerra, el clima de guerra fría propició el conocido periodo de "caza de brujas", que supuso una implacable persecución contra todos aquellos izquierdistas que trabajaban en la industria del cine. Entre 1945 y 1955 sucesivas comisiones intentaron expulsar de todos los estamentos del cine americano a los sospechosos de simpatizar con el otro bloque pero las propias majors aprovecharon para hacer "limpieza" de sindicalistas y otros elementos molestos en sus estudios. 

En 1947 la Comisión de Actividades Antiamericanas, dirigida por el senador Joseph McCarthy, puso su punto de mira en los profesionales del cine. Diez hombres (entre ellos Dalton Trumbo, Edward Dmytrik o Ernest Biberman), invocando la primera enmienda de la Constitución que garantiza la libertad de conciencia y de palabra, se negaron a responder y fueron condenados por desacato al Congreso y expulsados de la industria. Se instaló un clima de delación (delataron entre otros Elia Kazan, Robert Rossen o el actor Sterling Hayden) y prefirieron marcharse a Europa creadores como Chaplin, Welles, Joseph Losey, Jules Dassin o Fritz Lang. 

Orson Welles dijo sobre este periodo "...de mi generación somos muy pocos los que no hemos traicionado nuestra postura, los que no dimos nombres de otras personas. Esto es terrible y uno no se recupera de ello. No sé cómo se puede uno recuperar de semejante traición que difiere extraordinariamente de la de un francés, por ejemplo, que fue delator de la Gestapo para poder salvar la vida de su esposa; es otra cosa. Lo malo de la izquierda americana es que traicionó por salvar sus piscinas".

Otras obras que hay que destacar entre lo mejor del cine americano de postguerra, tienen detalles del clima que se está viviendo como son Solo ante el peligro (High Noon), obra maestra del western psicológico dirigida en 1952 por Fred Zinnemann, y El crepúsculo de los dioses (Sunset Boulevart, 1950), visión ácida del mundo del cine de Hollywood, donde la gloria se pierde en un solo día, una joya imperecedera de Billy Wilder. 

Los estudios llegaron a un acuerdo de que aquellos trabajadores que se negaron a declarar ante el HUAC que darían fuera de los estudios. En esas vistas y listas que comenzaron en el año mil novecientos cuarenta y siete directores y productores empiezan a tener problemas. Es un nuevo veneno en la vida de Hollywood e influyó en la seriedad del cine negro. 

Algunos directores se negaron a declarar contra los izquierdistas; otros sí lo hicieron y dieron nombres. algunos fueron vetados pasando a las llamadas listas negras como Abraham Polonsky, Charles Chaplin, Dolores del Río, Dalton Trumbo Paul Robertson. 

El HUAC fue el gran trauma del cine americano. El director de fotografía de América América de Elia Kazán, uno de los que testificó,  Haxelwelder, afirma en el documental que Kazam era un hombre con talento pero que lo hizo. Año más tarde en la entrega de los de los oscar honorífico fue recibido con división de opiniones. El director de HUAC, más tarde, J.Parnell Thomas, fue encarcelado por malversación. Las vueltas que da la vida. 

En aquellos años hubo otros cambios. En los años cincuenta el tribunal Supremo de los Estados Unidos obligó a las cinco grandes estudios a vender todas sus salas de cine. Por ejemplo la Paramount vendió 1.450 salas de cine. En 1948 el gobierno estadounidense consideró que era un trust por hacer producir y distribuir y exhibir sin incumplir las leyes antimonopolio. 

La Paramount decidió vender las alas y dividir la empresa en dos. Una produciría y distribuirían las películas, otra sería los cines. 

El Tribunal Supremo dio su fallo definitivo en el proceso iniciado años atrás por la Asociación de Productores Independientes de Cine contra el monopolio de las grandes compañías. Las grandes productoras tuvieron que desligar entre 1949 y 1953 el sector de la producción del de la exhibición. Además, las empresas de cine tuvieron que vérselas con otro adversario que tan sólo comenzaba a definirse, pero que a partir de ahora dará a la industria del cine más de un quebradero de cabeza, la televisión. 

El cine de esta primera etapa de la postguerra continuó reflejando el drama bélico, pero ahora haciendo balance. Una de las mejores muestras fue Los mejores años de nuestra vida (The Best Years of Our Lives), dirigida en 1946 por William Wyler, en la que se narra la amarga vuelta a casa de varios veteranos de la guerra.

Comenzó a destacar un grupo de jóvenes realizadores que defendían un cine crítico, tratando temas sociales y polémicos como la corrupción del sistema, la emigración, la falta de igualdad de oportunidades, el antisemitismo o el racismo. Algunos de los nombres más sobresalientes eran Edward Dmytryk, Elia Kazan, John Huston, Robert Rossen y Fred Zinnemann.  

Para Stanley Donen, Hollywood ese paraíso que era conocido como el jardín empezó a morir pero todavía del mismo salieron preciosas flores. 

En esos años salió por ejemplo un americano en París (1951) de Vincent Minelli. La MGM, le dio la oportunidad a Arther Freed, junto a Minelli, Gene Kelly y al mismo Donen realizar una oportunidad para mostrar que en Hollywood había sitio para la belleza y el buen gusto. Querían mostrar la alegría de los Studios. 

Todo todo ello era la respuesta e influencia a la película de Pressburger y Powell Las zapatillas rojas que acababan de ser estrenadas. En ella se aparecen luces rojas intermitentes telones pintados como fondos, imágenes procedentes del primer cine con apariciones, etc.

Pero Donen y Kelly, que simpatizaban con la izquierda, pero que no eran inmigrantes como todos aquellos a los que se les censuró van a dar un tono optimista a su película influenciados por el bodevil y el circo como se aprecia en la película Cantando bajo la lluvia de 1952.

En los años treinta el cine musical gustaba de un diseño baile y sensualidad que era manifiesto y visible en las películas del tándem formado por Ginger Rogers y Fred Astaire como por ejemplo Volando a Río, 1933. El propio Donen, un sureño de Carolina del Sur descubrió a la pareja de bailarines en los cines locales de la pequeña ciudad en la que nació. En esas películas a los artistas se les ve felices y disfrutan de la música y él quiso reflejar todo esto en cantando bajo la lluvia. 

El género musical experimentó un cambio hacia un estilo libre que propició que las secuencias musicales se sucediesen dentro de la lógica de la acción. Es el caso de Un día en Nueva York (On the Town, 1949) y la maravillosa Cantando bajo la lluvia (Singing´ in the Rain, 1952), con momentos inolvidables en una visión del paso del cine mudo al cine sonoro, ambas del dúo Stanley Donen y Gene Kelly. Ellos fueron las máximas figuras del género musical de postguerra junto con Vincent Minnelli, autor del innovador Un americano en París (An American in Paris, 1951) o de la exitosa Melodías de Broadway 1955 (The Band Wagon, 1953). 

Cantando bajo la lluvia es el reflejo de la alegría por estar enamorado por disfrutar de la vida. Es una manera de expresar los sentimientos. Donen declara que el hecho de que a Gene Kelly no le importe mojarse es demostrar que todo es un placer que la lluvia es un placer que es necesario estar resultante por sentirse enamorado. Donen destaca como se eleva la fotografía de la cámara más que la cámara en sí mismo. Para donen graba lo que ve. 

Encantando bajo la lluvia el director y Kelly escriben una escena caleidoscópica para ridiculizar el tipo de cine musical realizado por Bus y Berkeley, que influencia a gran parte del cine musical como se ve en Vampiresas (Gold Diggers of 1933) de Melvin LeRoy, un tipo de cine musical que ambos odiaban. Sin embargo el director reconoce que hoy lo adora que le parecen unas imágenes únicas que tienen un magistral punto de vista. Donen afirma cómo con el tiempo cambió su punto de vista. 

Donen en 1958 realizó indiscreta. Su cambio de vida y de opinión reflejaba el cambio de Hollywood. En esta película uso una innovadora técnica para desafiar a la censura con la partición de la escena en dos planos paralelos. Los protagonistas no podían estar juntos en la cama y se le ocurrió que una idea posible era que la pareja estuviese en la cama por lo que montó dos dormitorios en un plato insonorizado y colocó una cámara para cada uno por lo que los dividió. 

En dos en la carretera también está Stanley Donen película de 1967 refleja ya como un Hollywood ha cambiado definitivamente preside la melancolía. Esta película es un buen reflejo de ella. En esta película plantea una visión durísima del matrimonio y no entiende como alguno de ellos vieron una película muy romántica. Pretendían mostrar que dos personas podían vivir juntas respetarse a pesar de no amarse y pelearse.

Donen, para entonces tenía cuarenta y tres años y veintiuna películas a sus espaldas. Él durante muchos años siguió pensando que hasta el final hasta el final tenía todavía muchas cosas que contar para él lo importante era sorprender al público. 

El cine de los años cuarenta y cincuenta maduro en estos años de devastación. El cine se volvió más oscuro por la guerra y por el neorrealismo. El cine de Hollywood ya no quería mostrar que todo en la vida era un camino de rosas.

La profundidad de campo y el enfoque la influencia de Orson Welles las sombras del cine negro le dieron un nuevo empuje y  un nuevo porvenir. 

Mientras tanto en Gran Bretaña en los años cuarenta y cincuenta nos encontramos con las películas que mejor retratan las dificultades de posguerra y del cine en tiempos de dificultades.

Tras la guerra, el colosal imperio cinematográfico del multimillonario Arthur Rank, consolidado definitivamente, continuó su producción de costosas películas de prestigio, entre las que destacaron Cadenas rotas (Great Expectations, 1946) y Oliver Twist (1947), ambas a partir de textos de Charles Dickens, dirigidas por David Lean, y sobre todo, las adaptaciones cinematográficas de obras de Shakespeare, Hamlet (1948) y Ricardo III (Richard III, 1955), realizadas por Laurence Olivier. Además está el omnipresente Alfred Hitchcock que acaba de dar el salto a Hollywood para rodar Rebeca. 

Con todo son tres los grandes artistas británicos más representativos del momento. En primer lugar nos encontramos con el tándem formado por Pressburger y Dick Powell que llegaron a montar su propia productora, the Archers. Ellos apuestan por convertir el drama en algo romántico y esto se refleja en la película habida o a muerte (A Matter of Life and Death, 1946) del año mil novecientos cuarenta y seis. Gustan de buscar momentos dramáticos pero le insertan un diálogo romántico. Usan vivos colores y una iluminación que intenta ocultar las lágrimas del actor principal, David Niven, que sabe que va a morir mientras habla con la operadora estadounidense de la que está enamorado. 

Las películas de este tándem son muy diferentes a las americanas alejadas de los documentales. En la vida o a muerte el piloto que no ha muerto al estrellarse el avión pero que ha quedado herido en la playa con daños cerebrales quiere imaginarse que está en el cielo. En ese momento los artistas apuestan por cambiar el color por el blanco y negro para imaginarse el cielo. A vida o a muerte, con su título nos revela el argumento. Lo más importante en tiempos de guerra. Powell y Pressburger demostraron que no había que elegir entre ser honestos con la dureza de la guerra y elevaron el estilo del romanticismo. Ningún director combinaba mejor la honestidad con el romanticismo. Sacaba lo mejor de cada uno. Dejan grandes obras como Narciso negro (Black Narcisus, 1946), Sé a donde voy (I Know Where I´m Going, 1947), o las ya citadas A vida o muerte (A Matter of Life and Death,1946) y Las zapatillas rojas (The Red Shoes,1948).

Frank Cadman , es otro de los directores británicos que se puso a trabajar a sabiendas de las dificultades que implicaba la guerra y sus traumas y que de unos y otros saldría siempre lo mejor. Antes del estallido de la misma en 1933, en la película Post-Haste aparece un actor, Humphrey Jennings. En esta película se muestra elegante y estilizado más tarde pasará a la dirección dando lugar a grandes poemas visuales como se aprecia en Listen to Britain (1942). Es una película que muestra la quintaesencia británica un subconsciente colectivo el legado del sentimiento y todo ello muy estudiado. 

En mil novecientos cuarenta y nueve se rueda la película que mejor resume el trauma la poesía el romanticismo y el expresionismo y que juega especialmente con la música y con las sombras. La película es el tercer hombre y su director Carol Reed. Esta película resume los cambios del hombre occidental para ello Carol Reed y el escritor Graham Greene apuestan por mostrarnos el ambiente decadente de una Viena ocupada por las naciones victoriosas pero que vive en grandes dificultades. Vemos en ella un crimen moral. A Carol Ritz le gustó la gravedad del tema y muchas tomas se rodaron fuera del eje horizontal buscando el desequilibrio moral del momento. Para Reed el cine tenía que ser más real la aparición de Wells desde la oscuridad es simplemente magistral. El famoso final en la que el amigo espera que llegue la chica mientras ésta se desplaza en tiempo real es un monumento a la profundidad de campo que tanto gustaba a Orson Welles. El director británico rechazó el optimismo prefiere el recuerdo del hombre inmoral al del hombre débil es una de las películas más grandes de todos los tiempos. Fue elegida como mejor película inglesa del siglo XX. 

A partir de 1949, se inicia el período de apogeo de la comedia británica. A ello contribuye la empresa independiente Estudios Ealing, que produce un ciclo de películas cómicas de gran popularidad, entre las que destaca El quinteto de la muerte (The Lady Killers, 1955) de Alexander Mackendrick, y cuyo éxito se debe en gran medida al talento del actor Alec Guiness. Pero en 1955, los Estudios Ealing serán vendidos a la televisión. 

Tras mil novecientos cincuenta el cine se convierte en algo global pero eso es otra historia. 



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