miércoles, 29 de marzo de 2023

Noche en la ciudad



Noche en la ciudad es una película del año 1950 de Jules Dassin, uno de los integrantes de la llamada "Generación perdida", al fin y al cabo a Jules Dassin, del que hace unos días, veíamos otra historia negra de una ciudad, la de Nueva York, en The Naked City, realizada dos años antes, siempre se le consideró como una de las grandes promesas del cine norteamericano, rodada en Londres, producida por Samuel G. Engel para la Twentieth Century-Fox Productions y un claro ejemplo de lo que es el cine negro. 

La película - fue el penúltimo título de Jules Dassín en los Estados Unidos ya que el último fue "Mercado de ladrones" (1949)- sigue un guion de Jo Eisinger, Austin Dempster y William E. Watts que adaptan una novela de Gerald Kersh. Contó con la música de Franz Waxman y la magnífica e inspirada fotografía de Mutz Greenbaum que rueda tanto en interiores como en exteriores donde reconocemos un Londres cercano al Támesis, en sus áreas portuarias y salvo Trafagar Square - que sale un momento- junto a Sant Martin in the Fields, casi nos resulta irreconocible. Se rodó principalete en los London Film Studios, de Shapperton. La labor de montaje fue realizada por Nick DeMaggio y Sidney Stone. 

Por lo pronto decir que es una película en la que pierden todos. Una película de negrura absoluta, de bajos fondos, de pobreza moral y real,  de personajes que quieren progresar pero que viven con un bloque de cemento a los pies. 



Noche en la ciudad fue realizada para la Fox. En ella Dassin reincide en su intento de documentar la realidad como ya había hecho en La ciudad desnuda dos años antes. En este caso la realidad le lleva a Londres, otra metrópolis, y de esta realza sus matices más tenebrosos. 



Parte de eso se debe a la fotografía de Max Green, notablemente influido por la labor de Greg Toland en Ciudadano Kane. Esta referencia no es casual de hecho la puesta en escena con su obsesiva valoración de los techos y los planos en picado es muy al gusto de Orson Welles, pero el tratamiento vertiginoso de la acción dramática y la revelación de ambientes a través de las peripecias de Fabián es algo propio de Dassin.



Noche en la ciudad ( Night and The City, 1950) presenta así una dureza que resulta sorprendente incluso para un género de hombres duros como es el cine negro. Todos los recovecos de un mundo marginal aparecen reproducidos en esta especie de imagen alucinada y alucinante que toma como pretexto el mundo de la lucha libre revelado en todas sus trampas. 



La historia nos presenta a Harry Fabián (Richard Widmark) un hombre que trabaja a comisión como gancho de un club. Se trata de un joven ambicioso, un perdedor nato, que sueña con hacerse rico y montar un negocio para ganar dinero a través del juego de la especulación de nada productivo. No le importan los métodos para ganar dinero. 



Sin ningún escrúpulo manipula a todas las personas que viven a su alrededor, y para conseguirlo no dudará en embaucar a su novia Mary Bristol (Gene Tierney) cantante del sórdido club nocturno   a su jefe Phil Nosseross, propietario del club Silver Fox, (Francis L. Sullivan)  a la mujer de su jefe Helen Nosseross (Google Withers) incluso a Gregorius, el grande (Stanislaus Zbyszko ) un campeón del mundo de lucha grecorromana, cuyo hijo Kristos (Herbert Lom)  es el jefe de la lucha grecorromana en Londres. 



Su intención de hacerse rico a cualquier precio le lleva a enfrentar a unos con otros, a padres con sus hijos, a parejas que no se quieren. Y todo transcurre en un mundo sórdido de los bajos fondos, con un protagonista mezquino del que casi no sientes ni lastima. 

En algún momento se da cuenta de las posibilidades de ganar dinero en el ambiente de la lucha libre profesional, y decide quitarle el control al promotor y delincuente del bajo mundo, Kristo (Herbert Lom), a través de manipular al padre de Kristo, el exluchador Gregorius (Stanislaus Zbyszko). Para financiar su plan busca el apoyo económico de dueño del club, Phil y su esposa Helen (Googie Withers), y a través de un engaño lo obtiene tras prometerle a ella - que odia a su marido- conseguir una licencia de apertura de un local, el Flamenca, que lleva tiempo cerrado tras una sanción. 

Como no tiene escrúpulos y necesita 400 libras esterlinas, conocedor que es del odio que siente Helen de su miserable marido Phil, consigue financar por parte de una y del otro, a pesar de que Phil ya solo deseo emprender un viaje alrededor del mundo por las islas vinculadas con Gran Bretaña (Bermuda, Jamaica,...). 



Cuando parece que todo va a salir rodado, y ante la presión de Phil, por un lado, y de Kristo, por otro, y cuando el negocio promete tener un venturoso horizonte, se produce un enfrentamiento en el ring entre Gregorius y otro luchador Strangler (Mike Mazurki). 

Del enfrentamiento Gregorius fallece debido al sobre esfuerzo. Pero Kristo se niega a perdonar al promotor, Fabian, y pide su muerte. Éste huye. Por su parte Phil, el dueño del club, se da cuenta de que su esposa Helen se dispone a abandonarlo para irse con Harry. Todo el plan queda al descubierto. 



La vida de Fabian corre peligro. Ahora nadie le presta ayuda. Su cabeza tiene un precio. Vemos que al final ni Mary lo quiere salvar. Es Strangler quien pone fin a su vida ante la mirada indiferente de Kristo y la pena, aunque cercana a la indiferenciada de Mary, que ahora sabemos marcha con su vecino, Adam (Hugh Marlowe). 



De ella escribió Bosley Crowther en The New York Times que "El evidente talento de Dassin se malgasta en una historia mala y sin sentido, y lo mejor que ha conseguido es ofrecer un retrato exagerado y grotesco. (...) [Widmark] no transmite ninguna explicación sutil del personaje ni, de hecho, ninguna credibilidad."



En la revista Time Out se dijo de ella que era "Fascinante, incluso con unas caracterizaciones estilizadas (...) que en lugar de ser convincentes son interesantes a nivel conceptual" 



Para  Nick Schager en Slant "Es el film noir por excelencia (...) Obra maestra (…)" ; y para Mike D'Angelo de la  AV Club destaca que "El enfoque de Dassin es más dramáticamente mordaz de lo habitual para el género y se apoya menos en el expresionismo alemán" 



Por último, Tony Sloman de Radio Times destacó que "Funciona en gran parte gracias al retrato brillante y desesperado que hace Widmark y al uso inteligente y atmosférico que hace el talentoso director de las localizaciones de Londres (…) 

Ya en España, en el diario El País, Augusto M. Torres escribió que fue "Una de las mejores películas de Dassin" .

Terenci Moix escribió sobre ella y el director lo siguiente: " En la Fox, Dassin reincide en su intento de documentar la realidad, esta vez en las noches de otra gran metrópoli, Londres, realzada en sus matices más tenebrosos por la fotografía de Max Green, notablemente influenciado por la labor de Gregg Toland en Ciudadano Kane. Esta referencia no es casual de hecho la puesta en escena con su obsesiva valoración de los techos y los planos en picado es perfectamente wellesiana, pero el tratamiento vertiginoso de la acción dramática y la revelación de ambientes a través de las peripecias del pillo Richard Widmark, lo debe todo a Sasssin. Noche en la ciudad presenta así una dureza que resulta sorprendente incluso para un género duro como es el cine negro. Todos los recovecos de un mundo marginal aparecen reproducidos en una especie de Carrusel alucinante que toma como pretexto el mundo de la lucha libre revelado en todas sus trampas". 

A destacar sin duda su fotografía y los juegos de la cámara que usa ángulos torturados, sombras inmensas, claroscuro mostrando las virtudes estéticas del cine negro. 

Por mi parte, decir que la película es un maravilloso ejemplo de cine negro, donde lo feo y lo brutal domina sobre la bellaza que únicamente está - y con matices- no estéticos,sino relacionados con el papel de Mary(Gene Tierney). Ni que decir tiene que el protagonismo absoluto lo juega Richard Widmark borbando este papel como hombre fullero, traidor, de ambición desmedida, arruinado que lleva la putrefacción a todo lo que toca, pero que al final, huye solo, abandonado por todos, -aunque abandonada y engañada se siente igualmente Helen Nosseros, que tras años de espera descubre que su marido ha entregado su fortuna, a una alcólica que vendía flores en la puerta del local- , agotado y cansado. En algún momento del final lo único que pide es descansar. El final grandioso, sin concesiones. De cine... negro, negrísimo.  




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