Cousins en su 5 episodio de su historia del cine entra en un aspecto importante, la profundidad de campo. Está quinta entrega que tiene como subtítulo, 1939-1952, un nuevo lenguaje cinematográfico y en el mismo descubriremos la brillantez de estos años desde el punto de vista cinematográfico, y exploraremos el oscurecimiento del cine americano en los años 40. Europa y Estados Unidos. Vemos cómo Mussolini en Italia se hace amigo de este hombre, Hitler.
Ambos destruyen gran parte del mundo. De las ruinas de Italia nace un nuevo lenguaje cinematográfico el neorrealismo. Era el tipo de cine que abordará el trauma de la guerra. En Roma, ciudad abierta de Roberto Rossellini (1945) esta es una de sus escenas más famosas filmada en las calles por gente y trágica.
El cine de los 40 tenía que ser así de duro porque así lo era la vida en aquella época. Pero antes de poner la cámara en el suelo en 1939, John Ford ha rodado Stagecoach, la Diligencia.
La diligencia lanzó al estrellato a John Wayne. La cámara lo enfoca en primer plano. Sobre ella John Ford, al que no le gustaba hablar de sus películas, señaló que a Peter Bogdanovic. Ante la pregunta de Bogdanovich John Ford sobre si su visión del oeste era cada vez más pesimista desde su primera obra hasta el hombre que mató a Liberty balance Ford dice que no se lo parece. Estaba claro que a Ford no le gustaba hablar de su cine. A otros sí. Dijo que capturaba los movimientos de la vida y las siluetas de la leyenda.
La diligencia es una leyenda del cine un grupo de inadaptados emprende un viaje entre ellos hay una camarera y prostituta que es ignorada por todos pero se hace amiga de un vaquero llamado Ringo Kidd. Muchas de las escenas de la diligencia están rodadas con retroproyección.
Alterna la claustrofobia de la diligencia con clásicas escenas bucólicas como esa escena en la que Ringo Kidd demuestra su valentía y se enfrenta a los prejuicios contra la chica. Ford dice en otra entrevista "soy un cobarde, lo sé. Por eso he hecho tantas tonterías no hay condecoraron 8 o 9 veces para demostrar que no era así pero yo seguía sabiendo que era un cobarde siempre he creído que el hombrecillo silencioso al que nadie presta atención suele tener más agallas que esos tipos aparentemente valientes y prestos".
John Ford, es el hombrecillo el que hace cosas valientes en esta escena Ringo y la chica inician una nueva vida juntos en el mítico y meritocrático oeste. En la escena en la que John Wayne habla con la chica y le dice que se quede con ella, Ford aplica la profundidad de campo. Fue Orson Welles quién puso de moda la profundidad de campo y la profundidad de enfoque en los años 40.
En Japón unos años antes. Mizoguchi también jugaba con la profundidad, pero Ford y su camarógrafo combinaban la profundidad de campo con la de enfoque. La moda entonces era usar teleobjetivos que conseguían enfoques planos miradas intensas pelo suave y fondo desenfocados.
Esto se hace visible en la película El demonio y la carne del director Clarence Brown (1926). Con la profundidad de campo los actores y los objetos podían estar muy cerca de la cámara y también muy lejos sin dejar de verse a la perfección. La profundidad de campo enfatiza esa distancia.
Para Mizoguchi y su deseo de captar la profundidad estaba en la idea de que "el público eligiera a dónde mirar". En las imágenes de interiores sobre todo con la cámara baja porque así se veía el techo al fondo y se creaba una gran composición.
Ya en 1929 Eisenstein lo había sugerido como alternativa de montaje. Nuestros ojos son los que montan a escena saltando de un sitio a otro.
Las innovaciones de la diligencia cambiaron la historia del cine. Pero hubo una persona que vio 30 veces la diligencia. En 1940 que irrumpió en el mundo cinematográfico un mago del cine que se convirtió en su coloso. Se trataba de Orson Welles.
En Ciudadano Kane Welles y su director de fotografía forzaron al máximo la profundidad de campo. Welles hace de periodista arrogante y está a menos de un metro de la cámara. Al fondo su compañero está tan lejos que es más pequeño que su nariz. Tal profundidad fuerza la escala están expresionista como las sombras de Caligari. Y Ciudadano Kane desafió más que ninguna otra película a las imágenes suaves del cine romántico americano, pero ¿Por qué?
Por el talento y el instinto del mago que lo hizo. Esto era el estudio de la RKO cuando Welles rodó Ciudadano Kane. A los cuatro años ya interpretaba a Shakespeare. A los 8 años falleció su madre y a los 12 su padre vivió junto a él en Shanghai. Visitó los palacios de los emperadores marchúes y conoció una historia de poder y dolor a través de sus ruinas.
Welles debería haber sido el Griffith del cine sonoro pero en toda su carrera, que casi duró 50 años, nunca rodó nada para los cuatro grandes estudios de Hollywood. Norman Lloyd que - falleció en 2021, a los 107 años- y que interpretó al poeta Cinna en el aclamado montaje de Welles de Julio César, y se cuenta una anécdota en esta película que Welles ambientó en la Italia de Mussolini. Sobre la historia del montaje de algunas de sus escenas y que derivó en una película "Me &Welles" hay una historia que ha sido mal narrada en la reciente película Me & Welles. Lloyd, que coincidió con Welles en sus inicios teatrales en el Mercury Theatre, declaró que "Yo nunca tuve esa discusión con Orson Welles. Me dio vergüenza verlo porque yo nunca tendría una discusión así con él, al igual que un actor como Lloyd que adoraba a Welles adoraba a sus propios héroes. Éste también aprendió mucho de La diligencia. Pero la fuerza de sus películas proviene del teatro. Lo vemos en interpretación como Fallstat, en Campanadas a medianoche (1965) como bufón, filmado con profundidad de campo.
A Welles le interesaba la pintura renacentista italiana así como su atracción por la gente con poder (reyes magnates e inventores como él) y también miraba al pasado a épocas anteriores a la democracia y el liberalismo. En alguna película suya vemos ese mundo en Enrique IV con John Gielgud se ve insignificante dentro de una Catedral. Se ve como un Medici o un emperador Kane rebosa ansias de poder su mundo es enorme pero está vacío puede que la última vez que sintió algo real fuera siendo niño jugando en la nieve en su trineo. En esa escena con gran profundidad en la que hacía un travelling.
La película denuncia el egocentrismo y tal vez la pompa, el egocentrismo y arrogancia cinematográfica de los travellings de Cabiria (Pastrone, 1914), las proporciones épicas de Intolerancia(1916) o el coste desorbitado de el maquinista de la general la de Keaton (1916) y su famosa por la inversión que supuso. Shakespeare, los Médicis, los mogoles no son la única inspiración de Welles en Ciudadano Kane. También le influye su propio cuerpo y su propia voz. En sus películas había espacios y grandiosos . Welles nunca interpretó a un joven o a un hombre apuesto. Y el sonido también era grandioso. Refleja lo que son ecos lejanos.
La profundidad de campo es visible en El halcón maltés de John Huston... Observemos la profundidad en esta escena del halcón maltés el pulgar de Humphrey Bogart a no más de 20 centímetros de la cámara está perfectamente enfocado o esta otra de Los mejores años de nuestra vida (1946) de William Wyler. En ella el hombre mayor - Frederic March- que le pide que ponga fin a su romance con su hija a Dana Andrews y éste consciente va y la llama desde una cabina. La llamada es lo principal de la escena pero en vez de situar la cámara cerca de la cabina, pero la alejan y la ponen cerca de un piano que es tocado por un mutilado de guerra sin manos. El padre se pone cerca del piano, pero mira ansiosamente a Andrews al que vemos hablando al fondo. Parece que la acción principal haya caído en un agujero negro. La conversación la tenemos que imaginar. Cómo en la vida real, no siempre podemos ver y escuchar lo que queremos.
También lo vemos en alguna obra de Haneke o en Bela Tär. En los dos casos hay tensión, una fuerza atrapada. Y un primer plano que está presente, mientras las figuras se diluyen en el fondo.
En los años cincuenta y en las películas en color y de corte panorámico y que no eran tan sensibles para absorber la información del fondo para conseguir esa profundidad se buscaban fondos claros y repartir a los actores y actrices por el fondo como si fuera un tendedero. Esto es visible en la película de Jean Negulesco en "Como casar a un millonario" del año 1953.
En los años sesenta y setenta se va buscando esa profundidad de fondo pero ahora existen largos objetivos. Con los objetivos y teleobjetivos de las cámaras estas buscan planos poco profundos. En la película de Claude Lelouch que lleva por título Un hombre y una mujer vemos a la actriz Anouk Aimée parece desplazarse en su propio universo visual sin distinguir claramente el fondo.
Las películas de los años noventa como Heat de Michael Mann el fondo es simplemente un conjunto de etéreas manchas así había evolucionado la profundidad de fondo.
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