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domingo, 14 de febrero de 2021

Rodin



Fue en la californiana Palo Alto. La última vez que pude ver una obra de Auguste Rodin (1840-1917) fue en el patio de la  entrada de la Universidad de Stanford, en lo que se conoce como el Memorial Court. Como gustaba al escultor estaba al aire libre. 

Junto a este existe un espacio abierto que permite ver el volumen de las figuras en lo que se conoce como el Rodin Sculpture Garden . Me encantó reencontrarme con el escultor que descubrí mi último año de carrera. 

Un escultor genial, en la misma línea que pudieron tener Donatello, Miguel Ángel, Bernini o Canova, cada uno en su momento. Además y tras ver la película no tengo dudas de como Rodin era hijo de su tiempo y estaba imbuido por el mismo espíritu creador y novedoso que inspiraron a sus coetáneos en otras artes como Paul Gauguin, Claude Monet o el sensible Paul Cezanne en ese encuentro que es uno de los momentos culminantes de la película, pues hay entre ellos devoción, admiración frente a la incomprensión externa.

La película además hace referencia a su carácter decidido para el arte, pero no para las mujeres por las que siente una pulsión, especialmente para su alumna admirada y admirable, Camille Claudel, también amante, inspiradora, consultora y competidora del escultor que ve que el esclutor parisino no se separa de su ama de llaves, criada y madre de sus hijos, Rose Beuret.

Quería ver la película desde su estreno, pero ya sabemos que en una capital de provincia, los estrenos que descubrimos en Días de cine, no llegan. Así que desde el año 2018 esperando y hoy la he descubierto en Amazon Prime.  

El responsable de llevar la vida del escultor a la pantalla es el director francés Jacques Doillon responsable igualmente del guion. De él ya hemos visto y hablado en algunas ocasiones como responsable que fue de uno de los títulos que han pasado por aquí La Drôlesse - la golfilla- y como actor ocasional y secundario en la entrada que yo llamé La pareja de Suwa o Una pareja perfecta

La película es un producción francesa y belga en la que intervienen Les Films du Lendemain, Artemis Productions, France 3 Cinéma y en la que igualmente participó Wild Bunch y que fue distribuida por Caramel Films, en la que daban la cara los productores Kristina Larsen , Charles S. Cohen , Patrick Quinet, siendo jefe de producción, Aude Cathelin.

La película cuenta con la música de Philippe Sarde y la excelente fotografía de Christophe Beaucarne. Como Asistente de dirección estuvo Nicolas Guilleminot. Junto a estos técnicos esenciales se sumaron otros como Erwan Kerzanet en el sonido que fue mezclado por Thomas Gauder. De todo este trabajo técnico destaca igualmente el vestuario que fue responsabilidad de Pascaline Chavanne, el montaje de Frédéric Fichefet.

En cuanto al reparto lo encabeza como Auguste Rodin e Izïa Higelin como Camille Claudel. Junto a ellos estám Séverine Caneele como Rose Beuret, Bernard Verley como Victor Hugo, Anders Danielsen Lie como Rainer Maria Rilke, Arthur Nauzyciel como Paul Cézanne, Laurent Poitrenaux como Octave Mirbeau, Olivier Cadiot como Claude Monet y Edward Akrout como Edward Steichen. Junto a ellos aparecen otros como Zina Esepciuc como Marianne una de las modelos, Olivia Baes como Gwen Mary John, Lea Jackson como la escultora Jessie, Magdalena Malina como la alumna Sophie Postolska, Maxence Tual como el pintor Eugène Blot, Patricia Mazuy como la escritora Aurélie de Faucamberge, Edouard Duthuillé como el escultor François Pompon, Pascal Casanova como el marchante Ambroise Vollard y Guylène Péan como la compañera de Victor Hugo, Juliette Drouet. 

En su taller parisino , el Dépôt de Marbres en Rue de l’Université, el escultor Auguste Rodin (Vincent Lindon), afronta uno de los encargos más importantes para el escultor, la Puerta del Infierno inspirado en la Divina Comedia que sería para el futuro Museo de Artes Decorativas. Estamos en 1880 y a sus 42 años, el escultor ha recibido ese encargo por parte del Estado Francés. En la obra el ya ha incluído a su Pensador , que preside la puerta, e incluye figuras como El beso . 

Como tiene algunas dudas sobre su composición llama a una de sus ayudantes, una escultora de enorme proyección, Camille Claudel (Izia Higelin), la hermana del escritor Paul Claudel, una mujer joven que está desesperada por convertirse en su exclusiva ayudante. 


Con ella, al igual que con algunas de sus modelos, mantiene una relación al margen de la que tiene con su criada, compañera y entonces "esposa" Rose Beuret (Séverine Caneele ) que le acompaña desde su paso por Bélgica. 

Con Camille habla de como ha sido expulsado de la casa de Victor Hugo , que ponía muchas trabas para la realización de su Victor Hugo sentado, o hablan de algunas de sus obras como Los burgueses de Calais y de las críticas recibidas por este conjunto escultórico representa a los seis burgueses que en 1347, al inicio de la Guerra de los Cien Años (1337-1453), se ofrecieron a dar sus vidas para salvar a los habitantes de la sitiada ciudad francesa de Calais. Calais encargó a Rodin crear la escultura en 1884, y la obra fue terminada en 1889, aunque con fuerte polémica, pues la crítica se dividió a causa de la distancia que la obra guarda con los cánones académicos. 


Descubrimos además de su pulsión sexual, el amor que siente por el barro, su falta de formación académica, incluso su carácter iletrado. Él rápidamente se da cuenta del potencial de esta escultora y la trata como una igual en términos creativos llegando a firmar diversos compromisos que nunca cumplió. 


Con ella inicia el trabajo para hacer la escultura sobre Honoré de Balzac, una escultura que tardará en darle forma definitiva siete años y que mientras tanto supone momentos de crisis para la pareja. Después de más de una década de trabajo y de relación apasionada, Camille se separa de él, una separación de la que nunca se recuperará y de la que Rodin saldrá profundamente herido. 


La película también muestra algunos de sus romances con asistentes y modelos así como su larga relación con Rose Beuret con la que lleva varios años y que aparcó su carrera como pintora. No obstante, mantiene en el tiempo una pasión arrebatada e intensa con su ayudante durante 10 años, aunque termina por una ruptura dolorosa tras varios paréntesis intermedios. 

Mientras uno y otra siguen una carrera hacia la gloria. El primero reconoció por todos, aunque incomprendido por algunos, y ella, con las dificultades de sobresalir en un mundo de hombres , aunque con el prestigio de su arte y su obra, que la lleva a ser la escultora más importante de su tiempo capaz de jugar con el equilibrio y el movimiento. 

Tras esa ruptura Rodin se centra tanto en la pintura a la acuarela donde reflejaba a sus modelos en poses sensuales , voluptuosas, eróticas y provocativas. 

Finalmente culmina la obra que más y mejor intenta responder a su concepto de arte, la escultura de Honoré de Balzac, una obra desarrollada en el tiempo, criticada por algunos , pero gigante que le llevará siete años de trabajo , fuertes críticas y mucho trabajo ante las quejas por parte del comité a causa del retraso y de las diferencias artísticas. Fue rechazada y vemos como el escultor y el fotógrafo Edward Steichen llegan a un acuerdo para que el mundo pudiera entender la obra de Rodin a través de la fotografía de Steichen: Tú harás que el mundo entienda mi Balzac. Fue todo un escándalo, pero que marca la historia del arte. La imagen de un niño japonés tocando la escultura del autor en el Museo al aire libre de Hakone pone punto y final a la película. 

Jacques Doillon explicó en Allociné la génesis de su película: "Cuando terminé mi película anterior, Mis sesiones de lucha, dos productores de documentales contactaron conmigo para decirme que les recordaba a Rodin. A medida que se acercaba la celebración del centenario de la muerte del escultor, sugirieron que considerara la posibilidad de hacer un documental sobre él. Conocía su trabajo, pero nada más. A veces había estado en el museo, eso era todo. Acepté al principio, pero lo suficientemente rápido, imaginé escenas de ficción para "darle vida al animal". A medida que avanzaba la escritura, la ficción ocupaba cada vez más espacio y me di cuenta de que no estaba interesado ni era capaz de hacer un documental, que necesitaba actores. Entonces rechacé esta oferta y continué escribiendo, documentándome, escenas de "ficción". Terminada la primera escritura, fui a ver a Vincent Lindon a quien le gustó el proyecto. Vincent puso en marcha la máquina: Kristina Larsen quería producirla, ¡y ahí la tienes…! " 

El rodaje tuvo lugar en 2016, en lugares como París , Chartres, así como en la casa real del escultor en Meudon , la villa des Brillants y la escena final en el Museo al aire libre de Hakone , el Open-Air Museum en el Distrito de Ashigarashimo en la Prefectura de Kanagawa . 

Como explica la decoradora principal Katia Wyszkop : “Rodamos en Meudon, en la casa de Rodin, en su dormitorio y en su comedor. El gran Cristo español en su habitación era suyo. Por lo demás, no siempre pudimos utilizar modelos, esculturas demasiado frágiles y auténticas. Por tanto, contamos con reproducciones realizadas por muy buenos escultores. Varios elementos que ves en la película son auténticos: el comedor, partes del taller, así como la cama. Es una sensación divertida revivir los lugares realmente ocupados por los personajes, caminar la misma escalera, caminar por el suelo, sentarse en el estudio y ver la silueta de Vincent Lindon, es un viaje en el tiempo" 

El actor Vincent Lindon declaró en una entrevista en Télérama que "(...) tuve que aprender a esculpir en unos meses. Les muestro, además, no sin orgullo, a mis amigos algunas cosas que hice: un pie, un león y una bailarina. Me tomó cinco meses hacer, mal, lo que Rodin estaba haciendo, brillantemente, en cinco horas, pero bueno ... La dificultad fue lograr esculpir y hablar de dos maneras diferentes. Porque hay dos Rodins. Uno es una máquina de guerra, increíblemente directiva, que puede dirigirse a su estatua de Balzac diciendo: "¡Esta vez te tengo a ti!" ". Y su doble, casi cobarde, que acepta todos los compromisos (...). Este Rodin está hablando en voz baja, como si realmente no quisiera que la gente escuchara lo que está diciendo. Y 'era fundamental que el espectador sintiera la diferencia ... De hecho, fue la puesta en escena de Jacques Doillon la que me permitió entender al personaje. Filma en planos secuenciales, es decir, sin cortes. 


Tuve que entrenar físicamente. La bata que le puse a Balzac en los hombros, tuve que mojarla, amasarla, levantarla varias veces - ¡un peso tremendo! Ahora sé cómo amasar la tierra, pasar la ropa mojada en todas las manos secas que se están agrietando, tener dolor de espalda hasta el punto de gemir estando de pie… Aprendí mucho con Doillon. Todavía no mido las consecuencias, pero se me ha filtrado y lo usaré en el futuro para recordar cómo jugamos. Cómo creamos. Por supuesto, estaba asustado. Un miedo cercano al pánico. Para no estar mal, no: aunque queramos dispararnos de vergüenza, siempre encontramos, entre las tomas, una más o menos pasable. Pero ser ridículo. Avergonzarse. Escuchar a Rodin quejarse: "¿No has encontrado nada mejor, Lindon, que humillarme así?" 


La película fue seleccionada para competir por la Palma de Oro en la sección principal de la competencia en el Festival de Cine de Cannes de 2017 en mayo de ese año. Ese mismo mes se estrenó en Francia en el año del aniversario de la muerte del escritor. 

En cuanto a los críticos se movieron entre la indiferencia y el aplauso, aunque a veces hacen una fuerte crítica. 

En Estados Unidos Jay Weissberg en las páginas de Variety señala que "Incluso los más amantes de la cultura tendrán sus sentidos atolondrados con esta pesada lección didáctica de dos horas sobre la vida y los amores del escultor Rodin." 

Jordan Mintzer de The Hollywood Reporter, duro con ella, señala que "Suele ser tan rígida y sin vida como un antiguo bloque de marfil (...) Una aventura torpe que en ningún momento se convierte en un retrato apasionante o complejo del hombre o de su época" 

Para Barbara Scharres en la web rogerebert.com dice de ella que "En el mejor de los casos, es una aventura pomposa, tanto la película como la relación (...) 'Rodin' es bonita de ver, pero carece de la pasión que presumiblemente retrata." 

Steve Pond en The Wrap afirma que "Tiene sexo y arte, pero ¿dónde está la pasión? (...) Honesta y bonita (...) [pero] sosa" 

En el Reino Unido Peter Bradshaw en las páginas de The Guardian sostiene que "Jacques Doillon esculpe una película terriblemente mala (...) La única pasión que despertará este aburrido biopic sobre el escultor francés será los gritos de la audiencia para que le devuelvan el dinero (…) " 

Allan Hunter de Screendaily destaca sus altibajos al decir que "La película es excesivamente cerebral, desarrollándose con una serie de encuentros que se apagan y que nunca llegan a coger impulso dramático." 

Ya en España Carlos Boyero en El País señala que "No aporta nada que merezca la pena. Sí una sensación plomiza, un relato lineal y estático (...) Terminas agotado" Jordi Costa en este mismo diario es más optimista al decir que "El guion, escrito por el propio Doillon, logra incorporar con cierta armonía el pensamiento artístico del escultor en el curso de este relato épico." 

Luis Martínez de El Mundo comenta que "Es imposible resistirse a la metáfora de una escultura mal cimentada que directamente aplasta al espectador. (...) una película tan dura, tan cargante (...) que, más que abrumar, que también, descorazona." En este mismo diario Alberto Bermejo escribe que estamos ante "Una narración plásticamente impecable, de un realismo casi académico (...) pero algo disuasoria por su desigual intensidad dramática (...) superlativo Vincent Lindon (...) ." 

Oti Rodríguez Marchante en ABC consideró que "A Doillon le puede el texto, la necesidad de convertir a su personaje en un ser a la vez silencioso y parlanchín (...) La sensación es de que aporta poco y no importa mucho más. " 


Quim Casas en las páginas del diario barcelonés de El Periódico comenta que "La arcilla y el sexo. (...) El resultado es así: muy físico y sugerente, alejado de los estragos esteticistas del biopic sobre artista atormentado. " 

Philipp Engel en Fotogramas dice que "Pese a una cierta elegancia y la difusa voluntad de escarbar en busca de algo más profundo (...) [es] un clásico biopic wikipédico (...) No es una mala película. Pero le falta audacia, romper normas, aportar algo." 

Y en esta misma revista Juan Pardo señala que "No traza Jacques Doillon en Rodin una biografía al uso del artista que revolucionó el arte escultórico a finales del siglo XIX, aunque si lo hace con un estilo muy académico. Iniciando el relato a los 40 años del personaje y centrándose en su tormentoso romance con Camille Claudel, hermana del poeta Paul Claudel, que tanto parece seducir a los franceses. Aunque sin perder de vista la trayectoria del artista, su tremenda difcultad para recibir el reconocimiento que merecía su obra, su profunda desazón por este hecho y sus dificultades con el monumento a Victor Hugo. Emociones y sentimientos que resuelve con solvencia Vincent Lindon. Se va mostrando, entre no pocos amoríos y lances sexuales con sus modelos, la gestación de algunas de sus obras capitales, como La puerta del inferno,El beso o Los burgueses de Calais. Interesa el modo tan detallado en el que se muestra la técnica de la creación escultórica. Impresiona el preciosismo de la fotografía, con escenas a la luz de las velas." 

En México Lucero Solórzano del Excélsior habla con dureza de ella al decir que "Doillon, nos queda a deber con una historia pretenciosa, muy plana, que se queda a medio camino entre la biopic de uno de los artistas más importantes de la historia y la exposición desarticulada y repetitiva de su lado humano con conflictos creativos, existenciales y sentimentales." 

Personalmente considero que estamos no ante una buena película pero sí ante un buen trabajo en general. Especialmente por los tres protagonistas Vicent Lindon, enorme, y una Izia Higelin perfecta en su doble relación de artista y amante. Igualmente contundente son las breves apariciones , pero contundentes de Séverine Caneele. 

Me ha encantado descubrir el trabajo en el taller del artista, su relación con otras figuras artísticas del momento, especialmente su trato a un incomprendido Cezanne, el intercambios de modelos con otros como Matisse, su consideración de la humildad del material moldeable. Lo de menos, como queda como hombre, pues se le presenta como nada poderoso, débil, sin palabra. 


Jacques Doillon, en el estreno de su vigésima octava película, afirmó en el estreno de su película que "La obra de Rodin es muy sensual, incluso sexual" , con uan excelente puesta en escena, peca de extensa, pero focaliza la atención en la parte conceptual de los dos escultores. Para algunos, la historia de Rodin- Claudel, puede ser troncal, pero insisto me quedo en lo conceptual y en lo didáctico. Además he descubierto que ya hubo otra película sobre esta relación,La pasión de Camille Claudel (1988) de Brino Nuytten con una Camile Claudel interpretada por Isabelle Adjani y Gérard Depardieu como Rodin y en biopic sobre la escultora , Camille Claudel con Juliette Binoche como la artista, del director Bruno Dumont en 2013 . 

Al final es un biopic lleno de tachuelas anecdóticas, retazos de sus obras, de cómo las concibe y de cómo la trabaja. Pero también descubrimos al poderoso escultor que convive con su timorata persona, dubitativa o carente del sentido del compromiso. Considero que es una película interesante, no llega a ser emotiva, como esperaba, y hay que tomarse su tiempo para verla. De cualquier forma es imprescindible para entender su concepto de arte. 



martes, 7 de mayo de 2019

Una encantadora golfilla


A veces termino de ver una película que se deja descolocado pues la intención final no me queda clara, aunque , evidentemente, la haya entendido de principio a fin. Pero se que hay algo de ella que se me tiene que escapar, que debe responder a cierta lógica no tan evidente. 

Esto me ha pasado con La Golfilla o La Drôlesse, del director francés , postnouvelle vague, el parisino nacido en 1944 Jacques Doillon, que la presentó en público allá por 1979. Este ex de Jane Birkin - trabajó en varias de sus películas como La Fille prodigue (1981) , La Pirate (1984) o Comédie! (1987)- es lo que se considera un director de mujeres para las que apuesta por jóvenes actrices sin experiencia en sus películas en la que habla de la vida familiar y de la mujer, aunque comenzó en la dirección de cortos. 

Algunas actrices debutantes fueron Fanny Bastien, Sandrine Bonnaire (La Puritaine, 1986 ), Judith Godrèche , Marianne Denicourt (Cinéma 16, 1987 ), Charlotte Gainsbourg (Amoureuse ,1992), la fallecida Marie Trintignant (Ponette ,1996 )y Juliette Binoche (La vie de famille ,1985 ) y , por lo que veo, en sus filmes la mujer y la juventud juegan un papel importante o , al menos, en las más valoradas por los premios como se refleja en sus películas, muchas, premiadas como la que he visto, aunque también la de 1989, La niña de 15 años, participante en el 16º Festival Internacional de Cine de Moscú , La venganza de una mujer (1990) participante en el 40º Festival Internacional de Cine de Berlín . 

Al año siguiente, su película Le Petit Criminel ganó una mención de honor en el 41º Festival Internacional de Cine de Berlín, festival al que vuelve a ir en 1993, con su película Le Jeune Werther ganó el Blue Angel Award en el 43º Festival Internacional de Cine de Berlín o en 1998, su película Trop (peu) d'amour se inscribió en el 48º Festival Internacional de Cine de Berlín . Últimamente , en 2017, se presentó su particular visión de Rodin. 

Tras realizar La femme que pleure (La mujer que llora) apostó por esta golfilla. En este caso , y una vez vista, lo único que me viene a la cabeza es una canción de Serrat llamada Paraules d´amor que comienza así: 

Ella me quiso tanto, yo aun sigo enamorado,
juntos atravesados, nostalgias del pasado,
ella como os diría, era, mi luz y mi razón,
cuando en la lumbre ardían solo palabras de amor,
palabras de amor, sencillas y tiernas,
que echamos al vuelo, por primera vez,
apenas tuvimos, tiempo de aprenderlas,
recién despertábamos, de la niñez,
nos bastaban esas tres frases hechas,
que entonaba un trasnochado galán, 
de historias de amor, sueños de poetas, 
a los 15 años, no se saben mas.

Y es que La Drôlesse no es una película fácil, ni clara, ni precisa, se mueve entre tinieblas. No sabes el por qué, aunque sepas el cómo y el qué pasó, pues al final la historia es una caso de síndrome de Estocolmo de libro, pero el por qué es complejo.

En este 1979 Jacques Doillon contactó con la ya fallecida productora Danièle Delorme (murió en 2015) que trabajaba junto a su segundo marido el actor, director y productor Yves Robert - lo venían haciendo desde su matrimonio en 1956 y que permanecieron casados ​​hasta su muerte en 2002 - que en el año 79 apostaron por producir un par de películas de Doillon, la presente y la previa , La mujer que llora (1979). Lo hicieron a través de la productora Les Productions de la Guéville.

Doillon partiendo del guión presentado por el mismo Jacques Doillon y Dennis Ferraris se lanzó para producir esta historia protagonizada por una niña, Madelaine, y un adolescente, François, que tendrán una relación singular. Para el desarrollo de la película contactó con el fotógrafo Philippe Rousselot , renunció a una banda sonora propia y contó con un montador Laurent Quaglio.

En cuanto a los actores Doillon volvió a apostar por actores amateurs como Claude Hébert para el papel de François y la fantástica Madeleine Desdevises para el papel de Mado o Madelaine. Junto a ellos aparecen Paulette Lahaye como La madre de Mado, Juliette Le Chauchoix, la madre de François, Fernand Decaean como el padrastro de François. También aparecen Dominique Besnehard como el maestro, Odette Maestrini la chica de la tienda, Ginette Mazure la encargada de la tienda de fotografía, Denise Garnier la secretaria del ayuntamiento, Norbert Delozier el cuñado de François, Janine Huet la hermana de François, Marie Sanson una anciana, Edouard Besnehard el panadero, Henriette Adam como una señora, Jean Brunelière como el juez de instrucción, Jacques Thieulle como el abogado y Christian Bouillette como un gendarme.

La historia se desarrolla en un área rural de Francia. Casi de inmediato conocemos a la chica protagonista. Se llama Madelaine ( Madeleine Desdevises ), pero a la que le gusta que le llamen Mado. Está en clase. Al aproximarse el día de la madre , su maestro (Dominique Besnehard ) le pide a sus alumnos /as que compongan un poema dedicado a la madre.

Dos lo leen el alto, pero cuando le pregunta a Mado sobre que ha hecho, ella le dice que no ha escrito nada dedicado a su madre, pues no la quiere. Después vemos a la chica que vuelve a casa. Mado, es una niña de de 11 años que lleva una vida solitaria. Efectivamente no se siente querida por su madre (Paulette Lahaye ) ya que se siente maltratada e ignorada. Además tiene un eczema que su madre no logra curar.

La chica acude diariamente a la escuela con escaso interés. Un chico con una moto se cruza a diario con Mado en la carretera cuando ésta vuelve a casa al salir del colegio. Mado siempre le saluda con una sonrisa, la única que posiblemente él recibe a lo largo del día. Uno de esos días se cruza con el chico que va en motocicleta. Ella le hace un gesto , pero el sigue su camino.

El chico se encuentra, por su parte, con la madre de ella que también lo ignora, y tras una breve conversación se entera de que la niña, de 11 años, tiene unos granos en el cuello que nadie consigue eliminar. Ese día a la vuelta se cruza nuevamente con la chica .

François cuando vuelve a cruzarse con Madeleine, un rato después, decide raptarla. Para ello la atrae con el pretexto de que ha hablado con su madre acerca de su problema cutáneo. Pero , sin mediar mucha más palabras, la introduce en el carromato y la lleva atada hasta su casa. Allí entran en contacto los dos protagonistas creando su propio mundo e iniciando una extraña historia de acercamiento, que no amor.

Descubrimos que el se llama François ( Claude Hébert ) que tiene 17 años y que es un joven solitario, sin trabajo, inhibido, rechazado por todos y que vive en un rincón del granero. Vive con su madre (Juliette Le Chauchoix ) y con un hombre (Fernand Decaean ) que ha ocupado el puesto de su padrastro y se dedica a la chatarra y la venta de setas y otros productos que vende en una tienda. 

Debido a que su habitación se encuentra en la buhardilla de su casa, a la que se accede con dificultad a través de una alta escalera, y a que no tiene una buena relación con sus progenitores, François pasa la mayor parte del día solo, lo que acentúa su carácter profundamente retraído. La niña lo extraño es que no opone demasiada resistencia, y al llegar ambos se introducen en la buhardilla sin ser vistos.

Una vez allí, François la convence para que se quede. El alega que el fin es curarla. Eso sí impone la condición de dejarla encerrada en todo momento con una supuesta cámara, montada por François, con elementos de deshecho, grabando.

Llegan a algunos acuerdos para entenderse ( ella no puede salir al exterior ni asomarse a la ventana bajo ningún concepto, él ha de pasar la cuerda por el agujero en caso de que el quiera entrar, él tiene que respetar la intimidad de ella en el orinal,...).

Así comienza una convivencia clandestina en la buhardilla de la casa, sin que sus padres tengan conocimiento de nada.

Con el tiempo, y mientras intenta solucionar el problema de los granos, François le habla a la pequeña de sus problemas familiares, y ésta le cuenta también a él que no se siente querida en su casa. Ambos intiman progresivamente, hasta el punto de tratarse mutuamente como si fuesen un matrimonio asumiendo el chico el rol de médico con el fin de curarla , cumpliendo lo prometido inicialmente, y llevándole la comida que le gusta atún en aceite , entre otras cosas.

Pasan a dormir juntos en la misma cama, aunque François no tiene intención sexual alguna en ningún momento.

La presencia de la madre y padrastro de François es perturbadora para él. Aprovecha la salida de estos para bajar al salón y ver la televisión ( otra de las promesas realizadas por François). La llegada de su hermana y su cuñado vuelve a presentar la poca relación de François con su familia.

Un día Mado le pregunta si tiene novia y él dice que sí. Evidentemente es falso, pero ella le exige ver una foto de la misma. François se la ingenia para mostrar una foto que logra sacar de una tienda de fotografía.

Con el paso de los días, Madeleine afirma aburrirse y sentirse sola la mayor parte del día, por lo que le propone a François que éste la deje embarazada. Él se niega, argumentando que con 11 años una mujer no puede tener hijos, y al poco, Madeleine se escapa. François va en su busca y la encuentra, tras lo cual ella, aunque todavía disgustada por su negativa a tener un bebé, decide volver con él.


Al poco tiempo, François tiene un problema con el seguro de su motocicleta, y se le informa de que va a tener que pasar veinte días en la cárcel. Ante la imposibilidad de dejar a Madeleine todo ese tiempo sola, ambos deciden que lo mejor es que ella vuelva a su casa, y se despiden. La película acaba con una escena en la que se les muestra a los dos reconstruyendo ante los gendarmes y el juez de instrucción el momento del secuestro para la policía. Ella le dice en la última escena yo me hago la muerta, acabando así la película.


La película que pudiera haberse grabado en el área verde del noroeste de Francia ¿pudiera ser Bretaña o Normandía? es una curiosa historia de amor entre dos jóvenes. Más que amor entre ellos lo que se imparten el uno al otro es ternura, dulzura, respeto. Es un amor inocente. Es la historia de dos corazones solitarios que apenas conocen lo que es la vida, ni la pulsión, ni tan siquiera el deseo. Están necesidad de amor, de una amistad, de consideración.

La película fue presentada el 23 de mayo de 1979 Obtuvo algunos Premios entre ello en el Festival de Cannes ya que fue nominada a la Palma de Oro a la mejor película y obtuvo el Premio del cine joven. En los Premios del cine francés, los César, la película obtuvo dos nominaciones. El César al mejor director para Jacques Doillon y al mejor guion original o adaptación Jacques Doillon.

La película ha sido comparada con ora de William Wyler El coleccionista, que también trata acerca de un hombre introvertido que secuestra a una mujer, si bien La drôlesse está basada en hechos reales. Algunos atribuyen un aspectos similar en “Sweet hostage” (1975), la película de Lee Phillips que protagonizaran Linda Blair y Martin Sheen, en la que un joven huye de un hospital mental y secuestra a una joven del campo de “escasos conocimientos”, con la que decide hacer el papel de padre, maestro y amante. A mi , por momentos, y en otro sentido a Malas Tierras de Terrence Malick. En el cine español El nido de Jaime de Armiñán presenta una temática parecida. La peliula carece de banda sonora creada por un músico en ella están presentes los sonidos de la naturaleza, las campanas del reloj de la aldea, el motor de la mobylette y el canto de los pájaros. La ausencia de música realza la austeridad del relato. En este sentido parece mucho más apropiado que el título dado en su versión fracesa, pero sobre todo en la española, el que se le dio en Latinoamérica: “La ternura...esa rareza”. El crítico de The New York Times Vincent Canby definió la película como una «dulce y excéntrica historia de amor».

En ABC se dice de ella que es "Una conmovedora historia de amor que reflexiona sobre las consecuencias del maltrato y la carencia de afecto en la etapa infantil. La austeridad del relato y el exquisito trabajo de fotografía contribuyen a realzar esta historia que desborda ternura y naturalidad, especialmente en lo que al trabajo de la niña protagonista se refiere, Madeleine Desdevises, cuya prematura muerte, tres años después, con 15 años truncaría una prometedora carrera. Ironicamente al final de la película se última frase es "Yo tengo que parece que estoy muerta". Una leucemia acabó con ella.

A destacar el trabajo de la actriz que realiza su papel con una naturalidad y espontaneidad asombrosa. La chica presenta un rostro magnético con la cámara. Sus miradas enamoran en el sentido preadolescente a François, pero también a la cámara. Entre secuestrador y secuestrada surge un lazo de unión. Un perfecto síndrome de Estocolmo.

Y para terminar el relato y concretar a lo que me remitió a principio de la película que no puedo sacar de mi mente la canción de Serrat que en catalán, esa lengua que si bien no hablamos mucho,  si que entendemos otros muchos y que concluye : 

El qui sap on és,
el qui sap on para.
La vaig perdre i mai més 
he tornat a trobar-lo.
Però sovint, en fer-se fosc,
de lluny m'arriba una cançó.
Velles notes, vells acords,
velles paraules d'amor...
Paraules d'amor senzilles i tendres.
No en sabíem més,
teníen 15 anys.
No havíen tingut massa temps per aprendre'n,
tot just despertáven del son del infants.
En teníem prou amb tres frases fetes
que habíem aprés d'antics comediants.
D'històries d'amor,
somnis de poetes,
no en sabíem més,
teníem 15 anys...


martes, 20 de febrero de 2018

La pareja de Suwa


Carlos Reviriego en 2008 anunciaba desde las páginas de El Cultural la llegada al mercado español de tres de las cuatro películas, que en aquel momento había completado el director japonés Nobuhiro Suwa con los títulos 2 Duo - en 1996, el que fue su debut- , M/Other- lanzada poco después en 1999, ganando el prestigioso Premio FIPRESCI en el Festival de Cine de Cannes de 1999- y Un couple parfait. Era un pack que decía el periodista permitiría "conocer a uno de los cineastas más interesantes e innovadores del panorama internacional". 

El escritor y director japonés decía el columnista español que partía de "Una idea: la pareja en crisis sigue siendo el gran motivo del cine. Ninguno de sus exploradores ha agotado la materia porque es inagotable. Murnau, Stahl, Sirk, Bergman, Rossellini, Rohmer, Cassavettes, Pialat... Para ellos, las relaciones afectivas, sus turbulencias (morales, psicológicas, sentimentales), siguieron siendo el gran misterio de los hombres y el gran motivo para hacer cine. Porque la cámara interroga, perfora en los cuerpos y los rostros hasta extraer energías invisibles, escudriña el mundo interior y nos revela secretos. A ello se ha dedicado también el cine en construcción de Nobuhiro Suwa". 

Lo cierto es que el director nacido en Hiroshima en 1960 y heredero de la modernidad cinematográfica que defendieron en su momento los integrantes de la nouvelle vague es un director muy del gusto europeo, aunque con sensibilidad japonesa. 

Se destacaba del director japonés su tendencia en lo narrativamente hablando a buscar " el fuera de campo, colocar a sus amantes detrás de cristales, enfrentados al espejo, ocultos por paredes, puertas o sombras, pero aún así de algún modo siempre visibles, descansa la intuición de un cine que concede tanta importancia a las formas como a los temblores de las emociones que quiere transmitir, un cine para el cual la destrucción del amor no debe contarse sin la intervención, por ejemplo, de un espejo roto o una cama deshecha". Y es cierto, la película de Suwa que he visto en la tarde de hoy no entiende del plano-contraplano, sino que es un entramado de planos-secuencia-.

Pero su peculiaridad japonesa le aleja de algo que defendió a capa y espada otro japonés como fue Akira Kurosawa y era los guiones de hierro. Suwa parece alejada no, sino en las antípodas de esta idea al apostar en su dirección, pero también en el guión y durante el rodaje de  la  improvisación, entendida en este caso como una improvisación. 

No se si esto fue lo que aprendió en su formación , precisamente en el centro en el que actualmente es el presidente de la Universidad de Tokio Zokei, lugar en el que se formó. Lo interesante es que después de graduarse en Tokyo Zokei, Suwa comenzó a dirigir documentales de televisión y trabajó con directores como Sōgo Ishii y Masashi Yamamoto . 

Tras empezar a rodar en 1996 con  2 Duo  en lo que fue su debut- , y pasar luego a M/Other- lanzada poco después en 1999, en 2001 se acercó abiertamente al cine francés al rodar H Story una idea de remake del clásico de Resnais, Hiroshima , mon amour, con una actriz francesa, Béatrice Dalle, un algunos integrantes en el equipo técnico de origen francés, como la actriz y fotógrafa, Caroline Champetier, siendo el resto japoneses. Pero el contacto entre oriente y occidente acerco al director de Hiroshima definitivamente al cine francés , pero con marchamo japonés, como hemos comprobado en el día de hoy

Para 2005, Suwa ya había concebido su "Pareja perfecta" o Un Couple Parfait (también conocido como A Perfect Couple ) , que , en este caso, contó con un elenco y un reparto francés y está completamente en francés.

La película se presentó en el Festival de la localidad suiza de Locarno, ciudad que se refleja en el Lago Maggiore y allí ganó el Premio Especial del Premio del Jurado y el Premio CICAE en el 58 ° Festival de Cine de Locarno .

Lo curioso fue descubrir que la película se había rodado  en once días de rodaje y filmando diálogos improvisados en un idioma, el francés, que el director no entendía, y lo sorprendente es que pudiera sacar adelante un proyecto que diese como resultado una película tan hermosa y consumada como Un couple parfait,.

Desde la presentación se nos señaló que está película la pareja integrada por Valeria Bruni-Tedeshi y Bruno Todeschini representan unos avatares contemporáneos de la Ingrid Bergman y el George Sanders de Un Viaggio in Italia de Roberto Rosselini, que aquí se había traducido como Te querré siempre. O lo que es lo mismo, una historia de una pareja en crisis que ha de enfrentrarse a la misma cara a cara.

Comentaba Suwa que no necesitaba entender la historia como tal, que lo que necesitaba era captar los movimientos, la elocuencia, la pasión de los actores lo que transmitían todo lo que hay que transmitir a la cámara para el desarrollo de la historia y sus emociones de este Un couple parfait.

Como ya he señalado la película fue dirigida y escrita por Nobuhiro Suwa,  para una producción: en la que estaban presentes Masa Sawada y Michiko Yoshitake y que contaban con el respaldo de las productoras, en régimen de coproducción, como eran  ARTE France, Comme des Cinémas, France Cinéma y Bitters End.

La película contaba con la música de Haruyuki Suzuki , el montaje de Dominique Auvray e Hisako Suwa , el vestuario de Elisabeth Mehu  y la dirección artística y la fotografía de una vieja conocida de Suwa, la actriz Caroline Champetier  que valientemente rodó en Digital, e,n concreto en HD, Varicam y también mini DV, en este caso cuando los personajes caminan y la cámara está cerca de sus caras, usamos la cámara más pequeñita para esas tomas, cámara en mano.

Caroline Champentier ya había trabajado en "H Story" como declaró el director en una entrevista a la prensa chilena "Ella colabora muy bien conmigo. Es casi una relación de codirección. Los actores también son casi codirectores". Suwa filmó Un couple parfait en HD y DV y marcó un hito en el empleo de la tecnología digital en la gramática del cine contemporáneo. Su compromiso con las texturas de la imagen permitió que el cine pasara de “mirar” a “palpar”. Como señalaba el artículo de Carlos Reviriego "La noción de película como superficie material le empuja a Suwa a tomar soluciones como quemar planos, cortar repentinamente a negro o crear estridencias sonoras en sus películas. A estas alturas, no hay duda de que el cine de Oriente ha tomado gran parte del relevo de esa modernidad que alumbró y poco después abandonó Europa".

En cuanto al elenco el director japonés contó con Valeria Bruni-Tedeschi como  Marie,  Bruno Todeschini como Nicolas, los dos protagonistas absolutos. Están acompañados de  Nathalie Boutefeu como Esther,  Louis Do de Lencquesaing como Vincent,  Joana Preiss como Natasha , Jacques Doillon como Jacques,  Lea Wiazemsky como Eva , Marc Citti como romano , Delphine Chuillot como Alice , Alex Descas como  Patrick  y Marie-Sophie Wilson como  Hélène.

La historia se inicia en un taxi en el único travelling de la película en la que vamos siguiendo a una joven pareja que se desplaza desde el aeropuerto hasta su hotel en el centro de París. Se trata de un hombre, Nicolás (Bruno Todeschini) y una mujer, Marie (Valeria Bruni-Tedeschi) que viven en Lisboa y que tras quince años de convivencia en la capital lusa, están a punto de divorciarse.

Sin embargo, deciden ir juntos a Francia para la boda de uno de sus amigos. Nada más llegar al hotel vemos como piden una cama supletoria y que su relación es compleja. De cualquier manera han de salir a cenar con una pareja de amigos. Ante ellos Nicolás anuncia su separación de manera inminente, noticia que sorprende inmensamente a la otra pareja de comensales. Para ellos  ,  Esther (Nathalie Boutefeu) y Vincent (Louis-Do de Lencquesaing), son su pareja ideal.

Tras volver al hotel después de la tensa cena, Nicolas y Marie no están en condiciones de hablar, pero si en el momento de reprocharse todo.

Sin embargo, deciden ir al día siguiente juntos a la ceremonia de boda de uno de sus amigos en París . Durante esa noche, vemos como la tensión la pareja va a más. Los dos reconocen que están cansados , agotados.

A la mañana siguiente Marie decide salir a pasear y marcha al Museo Rodin. Allí deambula por sus salas se para a escuchar lo que en su momento escribió el secretario de Rodin, Rainer María Rilke, los  ecos del amor de Camille Claudel  y las descripciones que de algunas obras , sobre todo, la de las Puertas del Paraíso hace la guía.

A la vuelta y preparándose para la cena, ella le lee a Nicolás algunos pasajes. Sin embargo, él está nervioso pues se están retrasando. Cuando ella toma la decisión  de llevar el vestido rojo busca unos zapatos que se ha comprado expresamente, pero que no encuentra.

La boda tiene lugar. Es casi familiar. Están presentes los amigos y amigas. Ella se casa embarazada y ellos beben. Las conversaciones entre las parejas y grupos son triviales. Marie escucha más que habla.

Poco después María llega a la habitación acompañada de Nicolás. Ella le echa en cara que ha bebido y que su conversación es trivial y superficial, y que ella cree que nunca le ha  querido.

Tras escuchar los reproches , Nicolás decide darse una vuelta. va a un bar. Desde allí llama a una chica, una artista de nombre Natasha(Joanna Preiss),  que ha conocido en la boda.

En el bar un señor mayor de habla de la vida, de la dificultad de la misma. El  viejo , un hombre sabio le compara la guerra con el amor: se ataca por el repentino miedo hacia el otro, hacia uno mismo ante el otro, hacia ambos ante la vida misteriosa, hacia la existencia a menudo terrible… Después llega Natasha. Se gustan, pero tras acompañarle a casa, Nicolás no quiere subir.

Vuelve a la habitación, allí Marie le espera. No ha conseguido dormir. A la mañana siguiente, ella marcha nuevamente al Museo Rodin. Mientras pasea por las salas es reconocida por un viejo amigo, Patrick (Alex Descas) , que va junto a su hijo (Emett Descas) , al que conoció en Burdeos. Va acompañado de su hijo.

Los viejos amigos hablan del pasado. Del presente ella le dice que se está divorciando. Le cuenta que abandonó la fotografía poco después de conocer a un joven arquitecto Nicolás, su marido. La vida no ha ido como ella esperaba. Cuando Marie le pregunta a Patrick este le comenta que se ha quedado viudo junto a su hijo con el que vive en París.

Posteriormente nos encontramos a Nicolás en la habitación. Ha comprobado que los enseres de Marie ya no están allí. Al llamar a la recepción le comentan que su mujer se aloja en otra habitación en la misma planta.

Nicolás llama a la habitación. Ella está descansando y le propone ir a cenar a un japonés. Ella acepta, mientras Nicolás le ayuda a vestirse hay un amigo de pasión que es frenada en seco por  Marie.

No sabemos si los dos días y las tres noches en  camas separadas y  sin centrar en sueño han frenado la capacidad de luchar por la supervivencia, no sabemos si ella y él han llorado por los reproches recíprocos. Ahora Marie ha decidido  irse sola a Burdeos donde vivía.

Por la mañana, Nicolás le acompaña  y finalmente en la plataforma de la estación,  cuando el adiós definitivo es inminente e irreversible, ella no decide subirse al tren. En ese punto acaba la película.

La filmación se realizó en once días y el rodaje  tuvo lugar en París y en una sala del museo Rodin .

La película se presentó en agosto de 2005 durante el Festival de Locarno , pasando a estrenarse comercialmente el 8 de febrero de 2006 en Francia

La película consiguió el Premio especial del jurado, CICAE Award y Golden Leopard en el Festival de Locarno . También se presentó en la segunda edición de cine del Festival de Santiago de Chile.

Para Carlos Reviriego en el ya citado artículo de El Cultural "Al final, se cuestiona Suwa, ¿qué es lo que distancia la felicidad de la crisis, la crisis de la felicidad? Ese margen, fino y resbaladizo, es el que Suwa se propone trasladar a la pantalla para que atrape a un espectador siempre indefenso frente a las certezas del corazón.

La directora Alicia Scherson dijo de ella que era "una mezcla para mí única de soltura y rigidez, control y laisser faire, documental y ficcón quizás. Hay películas a las que se le ven los hilos, en las que puede descifrarse cuánto control ejerce el director, cuánto diseña, cuánto improvisa. Esta no es una de ellas."

A esta directora Suwa reconoció en una entrevista algunas ideas que aquí incluyo de manera genérica: "En Perfect Couple no usé ensayos sino solamente mucho trabajo de mesa con los actores. Luego, la improvisación vino en el rodaje. Los actores improvisaban con la cámara rodando.En Perfect Couple hubo muchas conversaciones previas, los actores conocían muy bien su personaje. Yo no los controlé. Solamente les di una instrucción precisa con respecto a la actuación: “No tengan miedo al silencio”, les dije. A veces los actores creen que deben llenar los silencios, cuando improvisan.  A mi me interesaban mucho los momentos de silencio.En la escena en que ella (Valeria Bruni Tadeschi) pierde el zapato lo que estaba escrito era: ella pierde algo. Fue Valeria quien escogió el zapato. Muy femenino. También leer el libro fue su idea. Efectivamente para trabajar así necesitas no solo buenos actores sino también actores creativos. Yo divido a los actores en dos grupos, los que pueden hacer improvisaciones y los que necesitan un guión detallado.Yo construyo el plano, con la camarógrafa (Caroline Champentier), delimito un espacio. No me importa que los personajes salgan del cuadro porque aún se les escucha y se puede imaginar lo que están haciendo. Pero no me gusta prediseñar los movimientos. Trabajé muchos años de asistente de dirección y usaba esas marcas en el suelo todo el tiempo. No me gustan para nada. En el teatro kabuki japonés, los movimientos son muy estudiados, repetidos siempre igual, es algo arraigado de la cultura japonesa tradicional. Yo, naturalmente quise ir en otra dirección.No me gusta fragmentar y grabar distintos ángulos y luego reconstruir en montaje, ni tampoco seguir a los actores. Eso genera la ilusión de que no hay cámara, no me interesa crear esa ilusión.El cuadro lo diseño. Pero para mí el cuadro no es algo completamente cerrado. Es a la vez cerrado y abierto. Los personajes pueden salir de él si quieren". 

Nobuhiro Suwa, un admirador profundo de Nouvelle Vague,  filma en París este duro relato del fin de una historia. Y lo hace desde el patio trasero y más privado  de la pareja  que , tras la fachada de pareja modélica, vive en  profunda crisis tras quince años de convivencia y desgaste.

Para su realización el director japonés tiró de sus contactos franceses con los que había trabajado desde varios años atrás, como  Béatrice Dalle y Caroline Champetier,  en M / Other, y en el  remake "experimental" de Hiroshima Mon Amour de Resnais, una película seleccionada para ser exhibida en la categoría Un Certain Regard en Cannes 2002. 

Ahora Marie y Nicolás están en la encrucijada más determinante de su vida. Lo peor está por llegar, y llega. Son los   reproches , pero también la falta de perspectivas y de proyecto en común. Parece que a la pareja le falta un hijo . Como pareja   guardan  las formas en público, pero estallan en  sus sentimientos en privado.  pues se saben en caída libre al abismo de la soledad con esa terrible letanía del  “No lo superaré, no lo superaré”.

Ella combina la risa nerviosa con el llanto, del cariño al desprecio y la hostilidad; él apuesta, como hacemos los hombres, por el silencio. El sabe que no hay mucho que decir. Está tan cansado como ella. En el aire dolor, zozobra de unos personajes que son retratados por medio de planos-secuencia (en ocasiones estáticos). Un detalle, durante los primeros diez minutos de película, sólo existen dos planos rodados en interiores muy al gusto japonés de Ozu al igual que el terror por los primerísimos planos que aparecen en la película. Muy japonesa es igual la musicalización de Haruyuki Suzuki es sutil y minimalista pero atractiva.

Todo ello pasa por la película que nos es narrada por un ritmo  reposado, de planos fijos larguísimos - hasta seis minutos- , en ocasiones centrados en una puerta- con gusto por el  fuera de campo en los diálogos, textura digital, sonido directo que incluye hasta las respiraciones, puntuado ocasionalmente por graves notas de piano, y una pálida fotografía de colores muy apagados.

A destacar el papel asumido por los protagonistas absolutos Valeria Bruni Tedeschi y Bruno Todeschini que hacen de su capacidad de improvisación un guión, en el que tan importante como las palabras son los silencios. Tras importante como los tejidos son las miradas y gestos llenos de frialdad, odio  o tedio.

La oscuridad domina casi todo la película y únicamente la luz entra en la  visita al museo o en su excelente final. Todo ello hace que la película sea compleja,  humana y triste como la vida misma pero presentado con suma inteligencia desde el punto de vista del lenguaje cinematográfico (abundan también los diálogos fuera de campo, los planos sin personajes -puertas, ventanas, pasillos- y ciertos fundidos en rojo -cinco o seis).

También la película parece un homenaje a la obra y proceder de algunos grandes maestros europeos que parecen que pasean por momentos como ocurre en la citada película de Rosselini, pero también de Bergman y sus “Gritos y susurros”, 1972) . También tiene mucho de la idea de la improvisación de Cassavetes. Pero también próxima a las obras de  Garrel, Beauvois, Fontaine, Jacquot, Téchiné y Desplechin . Sin embargo, este es el peculiar estudio sobre el amor de Suwa.

Tras la Pareja perfecta, Suwa siguió trabajando con otras películas como Paris je t'aime (segmento: Place des Victoires , 2006) Yuki & Nina (co-dirigido con Hippolyte Girardot ) (2009) y tras veinte años de carrera y sólo seis películas, todas aclamadas por la crítica y premiadas en festivales, Nobuhiro Suwa presentó en San Sebastián su último film: 'Le lion est mort ce soir' o El León duerme esta noche (2017) emotivo homenaje al actor francés, icono de la nouvelle vague, Jea-Pierre Léaud, una película que habla del cine dentro del cine. El protagonista de "Los 400 golpes" considera al japonés un digno heredero de Godard. Es muy posible. A mi la película ma ha gustado , y mucho.