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jueves, 9 de diciembre de 2021

El cuchillo en el agua

 


Mientras suena una banda sonora de jazz, Polanski nos va desgranando la historia de un extraño trío, la que forman una parejay el joven autostopista de 19 años que vive en una residencia con otros seis compañeros. La pareja de buena situación económica que viaja en su automóvil un fin de semana, en dirección al lago donde abordarán el velero de su propiedad. 

Tras estar a punto de atroellarle, invita más tarde a subir al chaval (Zygmunt Malanowicz), primero a su coche, y luego a su barco, el Kristina. 

Con esta historia extraña de un hombre que parece saberlo todo y un chaval que cree que hay que protegerse de todo,  se recrea historia algo simple en su desarrollo, de los tres personajes de la película en la que , aparentemente, Polanski relata la historia del cuchillo que lleva el recogido. 

Así es El cuchillo en el agua. Nóż w wodzie . Cine polaco del periodo de control de POUP. Se trata del primer largometraje de Polanski, en el que el autor ya muestra muchas de las obsesiones (naciente tensión sexual entre el muchacho y la joven esposa, la desnudez, las clases posicionadas, la edad, la experiencia, la soberbia,...) que marcarán sus principales películas y que le posibilitará el viaje al Reino Unido del cineasta, filmando allí su primer largometraje en inglés, Repulsión (1965).

Realizado tras dirigir 5 cortos (1956-62). Fue escrito por el propio Polanski en colaboración con el futuro realizador Jerzy Skolimowski, desarrolla un argumento original de Polanski y Jakub Goldberg. Durante la película que nos presenta al periodista y escritor Andrej (Leon Niemczyk) y su esposa Krystyna (Jolanda Umecka) se disponen a pasar una jornada de recreo en el velero "Christine". 

Vemos el barco en lagos, pero también vemos piel, gafas de sol, bikinis, malas contestaciones, tensión, mirada al cielo para ver nubes con forma de burro, aviso de tormenta, galipollos en el agua para ver si el barco fluye. La comida sobre una mesa portátil , risas extrañas del joven ante un cazo de sopa caliente. Navegar es cosa de adultos dice el escritor y navegante que ve al joven como un caprichoso y sin conocimiento ni del agua ni de nada. El juego del cuchillo sobre la mano está presente para uno y para otro.

Juegos en el agua y el barco se mueve movido por el viento. Persecución a nado del dueño del barco, mientras lo maneja el joven. El chico de contrapeso camina sobre el mar. Suena el jazz, la pareja dirige el barco con soltura. Imágenes de la navegación. El chico cae, los bajíos han aparecido. El barco está varado. Andrej, el dueño del barco, el escritor , el que parece controlarlo todo, analiza la situación para salir de ella. La lluvia cae. 

Con el esfuerzo de todos el barco se mete en un cañaveral. Pasan adentro. Ponen la radio mientras ella se desnuda. Kristina trae unos vasos de alcohol. Salud para todos, dice Andrej. Ella saca los colchones que hay que inflar. Ella se peina. El chico parece nervioso, pero juegan a los palillos. Juegan a las prendas. Ella pierde una zapatilla. Después el chico que entrega su cinturón. 

La navaja queda fuera y sirve para lanzarse. En una prenda pierde otro zapato y ha de cantar. El chico quiere que cante. La mira fijamente. El marido la ignora con la radio. El chico recita un poema. Pasa la noche. Ella se levanta la primera. Le sigue el chico. El marido al despertarse coje el cuchillo y se coloca la pipa. Mira al exterior y ve al chico y a su mujer reparando el barco. Pide recoger el ancla. El barco va. Pregunta si quiere bajar al chico. La chica réplica el tono de su marido y le dice que está jugando a ser capitán. El chico limpia el barco. Éste pregunta por su cuchillo. 

Andrej reconoce que lo tiene él en su bolsillo. Le reta a ir a buscarlo. Cuando lo lanza cae el agua. Se inicia una pelea entre Andrey y el chico. Este humillado cae al mar. Ella va a recogerlo pues duda de su capacidad de nado. Lo busca, pero no lo encuentra. El chico está escondido. Andrej  se lanza, pero el vuelve a esconderse. Ella le dice a su marido que ha ahogado a un hombre. Ella le echa en cara lo ocurrido. Lo llama asesino , cobarde, fantoche y payaso. El quiere salir nadando de la situación. 

Desde la boya, el chico escucha todo. Se acerca nadando y monta en el barco. Ella desnuda se quita el bañador y el chico la observa. Luego sube al barco. Lo afofetea la chica y luego llama a Andrey. Habla sobre cómo él chico , un estudiante, aspira a ser como él. Ella le provoca y finalmente se besan y ella no lo rechaza. Tras una sensual escena se supone que culminan. 


Hoy ya es lunes. El chico tiene que volver. Seguirá su camino parando coches. Se baja del barco en una zona de troncos. 

Ella sigue sola guiando el barco. Andrey lo espera en el muelle. Repliegan las velas. El entra en el interior y trabajan juntos en el barco, sin hablarse. El cierra el barco. Descargan los bultos que trajeron sin cruzar palabra. Se montan en el coche. Le han quitado el limpiaparabrisas. Decía él ir a la policía. Ella le pregunta si está asustado. El dice que un poco. Ella reconoce que el chico se salvó. Ella le dice que mantuvo relaciones y que le fue infiel. Dudan ir a la policía. El pone música y le pide que nunca le diga que ha sido infiel. Ambos están en el coche parados en el cruce de caminos. Fundido en negro y suena el jazz. 


La película producida por Stanislaw Zylewicz, fue candidata al Premio Oscar en el año 1964 en la categoría Óscar a la mejor película de habla no inglesa, y también al Premio BAFTA en la categoría BAFTA a la mejor película de habla no inglesa.1962: Presentada en el Festival de Venecia: FIPRESCI. Fue rodado en el lago Mazury (Polonia). 

De ella han dicho Douglas Pratt en las páginas del  The Hollywood Reporter que "Knife in the Water es una de esas narraciones sencillas y claras que te agarra y te retiene, incluso aunque no esté sucediendo nada de particular" 

Mientras que Geoff Andrew en Time Out que "La primera película de Polanski, un modelo de imaginación y economía de medios que, en muchos aspectos, él apenas ha mejorado desde entonces". 

En España Javier Rioyo en Cinemanía que es una película "Inteligente y preciso guión que te atrapa, rodada con bajo presupuesto, de enorme belleza plástica, un ambiente morboso cargado de erotismo. Polanski deja ya marcadas algunas de sus maneras" 

Por su parte, Fernando Morales en El País consideró que era una "Conseguida historia elaborada con bastante maestría (...) Buena."



jueves, 28 de septiembre de 2017

El negro


Yo una vez fui un "negro". Un "negro" poco importante, pero , al fin y al cabo, un "negro" que escribía para una editorial. Como "negro" que fui quedé muy satisfecho por el cobro. De hecho siempre he considerado que fue el primer sueldo ganado tras acabar la carrera - efectivamente fue una soldada, cobre un estipendio por temas realizados y un mínimo de folios entregado- y que con el mismo, que fueron unas 120.000 pesetas,  me compré una cámara de fotos, una Canon EOS 1000F, que con el tiempo ha quedado descatalogada en este mundo virtual que era la admiración de todos, aunque me costó igualmente una "retención" por parte de la Guardia Civil , nunca mejor dicho, una Guardia Civil, que me obligó a bajarme del coche y presentar documentación - que ya no tenia- y sobre todo justificación sobre el origen de la misma en la frontera entre España y Francia por el Valle de Arán, cuando todavía te paraban en la frontera. Aquel "trabajito" fue en el invierno de 1.990. Y, como he dicho anteriormente, quedé muy satisfecho del mismo, pero especialmente del dinero conseguido.

Este rollo , real como la vida misma que os he contado, se debe a que esta pasada noche he visto una película de Roman Polanski, desconocida para mí, del año 2010,  y que precisamente tiene como protagonista a un "negro" cuyo papel asumen Ewan MacGregor que ha de realizar un trabajo  en forma de memorias de un ex premier británico, laborista, Adan Land interpretado por Pierce Brosnan, cuya historia se complica enormemente.

La película en España se llamó El escritor , pero es internacionalmente reconocida como The Ghost Writer  o The Ghost en Gran Bretaña. Un ghost writer debe ser "un negro" para nosotros en el sentido de la escritura. Se trata de una coproducción franco-germana-británica estrenada en 2010, basada en la novela The Ghost , aquí vendida como El poder en la sombra  de Robert Harris, que participó junto a Polanski en el guión.

Está dirigida por Roman Polanski y protagonizada por Pierce Brosnan que asume el rol de un ex Primer Ministro británico, laborista, e implicado en la Guerra de Irak. Se ha señalado, evidentemente,  que Lang estuvo inspirado en Tony Blair y en la trama se tocan temas como la guerra de Irak, la guerra contra el terrorismo y la estrecha relación del Reino Unido con los Estados Unidos. O sea, blanco y en botella.

La película es una producción en la que intervienen Roman Polanski , Robert Benmussa y  Alain Sarde en una coproducción entre Francia-Alemania-Reino Unido-Estados Unidos mediante las productores R.P. Productions ,  Runteam Ltd , Studio Babelsberg ,  France 2 Cinema y con la distribución de Summit Entertainment y Optimum Releasing . La película contó con un elevado presupuesto de $45 000 000  que se recuperaron ya que la recaudación alcanzó los $60 000 000.

La música fue labor de  Alexandre Desplat , mientras que la nebulosa fotografía lo fue de Paweł Edelman y el montaje de Hervé de Luze.

En la película intervienen Ewan McGregor como el escritor fantasma, Pierce Brosnan como  Adam Lang, ex Primer Ministro de Gran Bretaña,  Kim Cattrall como Amelia Bly, la colaboradora y amante de Lang, Olivia Williams como Ruth Lang, la esposa de Lang. Junto a ellos también lo hacen en papeles menores  James Belushi como  John Maddox, Tom Wilkinson como el profesor Paul Emmett, Timothy Hutton como Sidney Kroll, el abogado de Lang. Igualmente aparece brevemente  Eli Wallach como un  anciano residente en  Martha's Vineyard y Robert Pugh como Richard Rycart, ex ministro del exterior y viceprimer ministro con Lang. También aparece Tim Preece como Roy Quigley, director gerente del negocio de Londres de Rhinehart, David Rintoul como The Stranger, un padre afligido que perdió a su hijo durante la Guerra enIrak, Jon Bernthal como Rick Ricardelli, el agente del escritor fantasma y Eli Wallach como El Viejo de Martha's Vineyard.

La película comienza con un barco que traslada a personas y vehículos desde la isla de Martha's Vineyard, frente a la costa de Massachusetts al continente. De pronto un coche se queda allí, y minutos después nos enteramos que el conductor de ese vehículo, que es un escritor ha fallecido en extrañas circunstancias , no se sabe si por suicidio o por ahogamiento intencionado.

Esta muerte del escritor y ayudante de Lang, Mike McAra, se llama el finado ha muerto en un aparente accidente de ahogamiento, eso sí, en extrañas circunstancias. La muerte del mismo cercano al ex Primer Ministro británico Adam Lang (Pierce Brosnan), provoca que se busque por parte de la editorial a otro escritor al que no le importe asumir el papel de negro.

Poco después un agente Rick Ricardelli (Jon Bernthal) le propone a uno de sus vinculados que asuma el trabajo como escritor , remplazando al fallecido. Le pide a su cliente que vaya a una entrevista con la editorial, Rhinehart, Inc. para completar la autobiografía del ex primer ministro Adam Lang ( Pierce Brosnan ). El escritor es Ewan McGregor que llega a una reunión en la que además de su agente se encuentra John Maddox (James Belushi) propietario de la editorial y Sidney Kroll (Timothy Hutton) el abogado de Lang, además de Ricardelli. Allí se le dice que el trabajo consiste en ordenar y completar el manuscrito de las memorias en curso. Para ello tendrá un mes y cobrará por su trabajo 250.000 dólares.

La compensación y la relativa facilidad del trabajo ayudan a convencerlo de obviar la sospechosa muerte de su predecesor. Al salir el abogado de Lang le entrega un manuscrito para que lo lea, pero nada más llegar a casa, para hacer su maleta, pues ha de salir esa misma noche, es golpeado por un motorista que le quita el manuscrito entregado por el abogado de  Lang.

A pesar del golpe se dirige a la residencia de Lang en la isla de Martha's Vineyard, frente a la costa de Massachusetts. Ese día de la partida y mientras está en el aeropuerto,  un ministro que trabajó con Lang le acusa públicamente a éste de haber autorizado el secuestro de sospechosos de terrorismo, así como de someterlos a las torturas de la CIA. Como se trata de un crimen de guerra, Lang puede ser acusado formalmente por la Corte Penal Internacional de La Haya.

Esa es la razón por la que temiendo ser detenido, decide permanecer en Estados Unidos, un país que no reconoce la autoridad del tribunal. De cualquier manera el escritor llega a la isla y observa las entrañas circunstancias que rodean el complejo en el que vive el ex premier británico. Al llegar a la casa conoce a la esposa del ex premier, Ruth ( Olivia Williams )que vive con un grupo de colaboradores como es la asistente personal de Lang, Amelia Bly ( Kim Cattrall ). Amelia prohíbe que el escritor se quede con el manuscrito de McAra fuera de la habitación en la que se encuentra enfatizando que es un riesgo de seguridad. Como todo lo preside una alta seguridad, esa primera noche decide alojarse en un hotel algo singular.

Ya con la copia en su mano, custodiada ferozmente por la ayudante del político, la lee , aunque le desagrada parte de la redacción e inicia una serie de entrevistas con el político.

Lo cierto es que este está muy tensionado. Gran parte de ello se debe a que el ex ministro de Relaciones Exteriores Richard Rycart ( Robert Pugh ) acusa a Lang de autorizar la captura ilegal de sospechosos de terrorismo y entregarlos a torturas por la CIA , un posible crimen de guerra . Tras la incriminación se presentan en las puertas del complejo  una oleada de periodistas y manifestantes, entre ellos un veterano del ejército y padre de un soldado muerto en Irak, para sitiar a Lang en su propiedad en la isla, donde vive con su esposa Ruth (Olivia Williams) y Amelia (Kim Cattrall), su asistente personal y , después nos enteramos que su amante.

Mientras Lang está en Washington , el escritor encuentra artículos en la habitación de McAra que sugieren que podría haber tropezado con un oscuro secreto. El escritor descubre que McAra tiene una interesante información sobre el período cuando Lang entró a la política. Ahora el escritor fantasma descubre detalles como un sobre con fotografías muy reveladoras de su pasado así como un número de teléfono que el escritor descubre es Rycart.

Todo ello le ponen sobre algunas pistas, que van aumentando sus dudas especialmente cuando , durante un paseo en bicicleta, el escritor se encuentra con un anciano ( Eli Wallach ) que le dice que la corriente no pudo haber tomado el cuerpo de McAra desde el ferry donde desapareció hasta la playa donde fue descubierto. También revela que una vecina vio linternas en la playa la noche en que murió McAra, pero más tarde cayó por las escaleras y entró en coma. Todo ello sugiere que su predecesor fue asesinado después de descubrir un vínculo entre Lang y otra persona.


Más tarde, Ruth admite al escritor que Lang nunca había tenido interés por la política, y hasta hace poco era ella la que le aconsejaba. Cuando le cuenta la historia del anciano, de repente se apresura a salir a la noche lluviosa para "despejar la cabeza".

Al regresar, revela que Lang y McAra habían discutido la noche anterior a la muerte de éste. Poco después el escritor fantasma y Ruth tienen un encuentro sexual en la noche mientras Adam está ausente.

A la mañana siguiente, el escritor toma el BMW X5 que McAra había utilizado en su último viaje. Incapaz de cancelar las direcciones pre-programadas en el coche con su navegador GPS y , al final, él decide seguirlas. El coche le lleva a Belmont y a la casa del profesor Paul Emmett ( Tom Wilkinson ). Paul Emmett (Tom Wilkinson), un académico que lo acompaña en una foto de sus tiempos universitarios.

De él, un profesor fundador de un lobby de política internacional. Emmett niega algo más que un conocimiento superficial de Lang, a pesar de que el escritor le mostró dos fotografías del par entre las fotografías encontradas en las posesiones de McAra, así como otra en la pared del estudio de Emmett. Cuando el escritor le dice a Emmett su GPS le llevó hasta allí lo que demuestra que McAra lo visitó la noche que murió, Emmett niega conocer a McAra y se vuelve evasivoo le da respuestas negativas, e insiste en una relación con el ex primer ministro que no va más allá de ser casual. El escritor se va de la casa del profesor y descubre que un coche lo persigue.

Para dejar a sus perseguidores, aborda el transbordador de vuelta a Martha's Vineyard, pero cuando ve el coche que le perseguía entra a bordo del ferry, huye del barco en el último momento y pasa los controles quedándose esa noche en un pequeño motel del muelle del ferry. Desde allí contacta con el ex ministro que había acusado públicamente a Lang. A Rycart le acaba pidiendo ayuda.

Mientras espera la llegada de Rycart, el escritor hace investigaciones sobre Emmett y vincula su lobby a un contratista militar . También encuentra pistas que conectan a Emmett con la CIA .

Cuando Rycart llega, revela que McAra le entregó documentos que vinculan a Lang con los llamados "vuelos de tortura", donde sospechosos de terrorismo fueron colocados en aviones privados propiedad de la compañía cercana a Emmett, para ser torturados mientras viajaban en el aire. Éste le revela que estuvo en contacto con McAra, el escritor fantasma anterior, y que fue él quien le sugirió la existencia de vínculos entre la CIA y Lang. Añade además que McAra encontró nuevas pruebas, y que las escribió en el "principio" del manuscrito. Sin embargo, los hombres no pueden encontrar nada en las primeras páginas.

A modo de prueba, le recuerdan que, sin excepción, todas las decisiones políticas de Lang como jefe de gobierno favorecieron a los Estados Unidos. Según McAra, esa información se encontraba oculta "al principio del manuscrito", lo que el escritor interpreta correctamente como "los años en Cambridge", donde Lang conoció a Emmett. Como prueba de la conversación el ex ministro la ha grabado.

Para no despertar sospechas, el escritor fantasma acepta que Lang que lo ha llamado lo recoja en su vuelo de regreso de Nueva York en su jet privado, y durante el vuelo le confiesa todo lo que sabe de sus vínculos con la CIA.


El escritor le pregunta abiertamente a Lang si es un agente de la CIA reclutado por Emmett. Lang se burla de sus sugerencias. Lang rechaza la acusación, pero al salir de la aeronave, Lang es asesinado por un manifestante británico contra la guerra. Se trata del padre de un soldado que murió en la guerra de Irak , y que , a su vez, es abatido.

Sin embargo, al escritor fantasma terminará el libro, pues las expectativas de venta han aumentado tras la muerte de Lang presentándose como una publicación póstuma, ya que a la luz de la muerte de Lang será un seguro best-seller.

Durante la fiesta de lanzamiento del libro, en la que él no estaba invitado , pero a la que asiste gracias a la invitación compartida de Amelia, da con las claves que conducen a la solución del misterio sobre todo cuando se hace con el original  que le iba a regalar a Amelia. Amelia le comenta que los estadounidenses han cerrado el acceso al libro, ya que los "comienzos" contenían pruebas que amenazaban la seguridad nacional. También le dice que Emmett, quien está presente, fue el tutor de Ruth cuando fue becaria Fulbright en Harvard . Cuando ella le dice esto se da cuenta que la clave , se decía, estaba en los inicios de los capítulos del manuscrito original .

El escritor en ese momento marcha a una habitación  apartada y tomando el original va viendo como efectivamente se puede componer una frase con el inicio de cada capítulo llegando a la conclusión que Paul Emmett es un agente de la CIA, y que fue contratado para reclutar a Ruth Lang e introducirla a la política para luego influir en las decisiones de su esposo.

Después de pasar una nota a Ruth que decía más o menos que "La esposa de Lang, Ruth fue reclutada como agente de la CIA por el profesor Paul Emmett de la Universidad de Harvard". Y el escritor deduce que todas las decisiones de Lang influenciada por Ruth eran para beneficiar a los EE.UU. bajo la dirección de la CIA. Y mientras ella se encuentra dando las gracias por el éxito del libro y por estar allí honrando la memoria de su marido en una rueda de prensa.

Al leer la nota Ruth le cambia el rostro. El escritor pasa una nota a Ruth revelando su descubrimiento. Despliega la nota y está devastada. Cuando ve a la escritor levantando un vaso.

Nada más salir , al cruzar la calle para llamar un taxi,  desaparece de nuestro plano visual por la derecha de la imagen, y vemos como  entra un coche a toda velocidad. Los efectos sonoros y los papeles del manuscrito de McAra volando indican que ha sufrido un accidente y que así silencian al escritor fantasma, acabando así la película.

El filme fue presentado a competición en la segunda jornada de la 60 Edición del Festival de Berlín, en febrero de 2010. Era el retorno del dinero polaco a la Berlinale 38 años después de la última vez. Ya ganó el Oso de Oro con ‘Cul-de-sac’ en 1966, y el Oso de Plata (Premio Especial del Jurado y Premio FIPRESCI) con ‘Repulsión’ en 1965.

Al igual que en la novela, Adam Lang es el vivo retrato de Tony Blair. La BBC señala que el personaje «estuvo inspirado en Tony Blair [...] Además, el fantasma de Blair persigue al ficticio Lang, tanto en las referencias a la guerra de Irak, la guerra contra el terrorismo y la estrecha relación con Estados Unidos».

En el film se acusa a Lang de crímenes contra la humanidad por entregar a ciudadanos británicos a la CIA y ser luego torturados. Sobre este tema, la BBC cree que es poco probable que fuera considerado como tal por la Corte Penal Internacional Tribunal de Justicia, ya que los actos no fueron «cometidos como parte de una política de gran escala».

Por otro lado, resulta curioso que los actores que interpretan a Richard Rycart -secretario de Relaciones Exteriores- y a la secretaria de Estado de EE. UU. se parecen físicamente a sus homólogos en la vida real: Robin Cook y Condoleezza Rice, respectivamente.

Al igual que en la película, Cook tenía fuertes diferencias con la gestión de Blair en materia de política exterior. Pero bueno, supongo , aunque no me fijado que la película afirma que los personajes hacn referencia a una ficción.

La historia de esta película comienza cuando Polanski había decidido asociarse con Robert Harris para realizar una película de la novela de Harris, Pompeii , pero el proyecto fue cancelado debido a la huelga de actores que se avecina ese otoño. Polanski y Harris encauzaron sus esfuerzos en un nuevo proyecto que se centraría en otro best-seller más cercano en el tiempo de Harris, The Ghost .

En junio de 2008, Nicolas Cage , Pierce Brosnan , Tilda Swinton y Kim Cattrall fueron anunciados como posibles actores. A continuación, la producción se pospuso por varios meses, y con ellos hubo cambios en el elenco , pues ahora estaban Ewan McGregor y Olivia Williams en sustitución de Cage y Swinton .

La película finalmente comenzó la producción en febrero de 2009 en Alemania, en los estudios Babelsberg en Potsdam . Berlín pasará a representar Londres y Martha's Vineyard y la mayoría de los exteriores, fijados se rodarán en la isla alemana de Sylt en el Mar del Norte así como en la localidad danesa de Rømø, , y en el transbordador MS SyltExpress . El conjunto exterior de la casa donde se desarrolla gran parte de la película, sin embargo, fue construido en la isla de Usedom , en el Mar Báltico. Los exteriores e interiores de una editorial de Londres fueron filmados en Charlottenstrasse 47 en el centro de Berlín (Mitte), en los localidades alemanas de Usedom, Peenemünde, mientras que el aeropuerto de Strausberg, cerca de Berlín, se encontraba en el aeropuerto de Vineyard. Algunos disparos exteriores breves para escenas de conducción fueron rodados por una segunda unidad en Provincetown ,Wellfleet, Bourne y Vineyard Haven(Massachusetts), sin Polanski o los actores.

La película que fue un éxito crítico y comercial recibió en el 60 Festival de Berlín el Oso de Plata al mejor director. Hay que señalar que el director no pudo estar presente en la Berlinale. La causa estuvo en que mientras iba al Festival de Cine de Zúrich , Polanski fue arrestado por la policía suiza en septiembre de 2009 a petición de los Estados Unidos y recibió una orden de extradición y ejecución de arresto del año 1978.

Debido a la detención de Polanski, la postproducción fue puesta en suspenso brevemente, pero él la reasumió y terminó el trabajo del arresto domiciliario en su chalet suizo. No pudo participar en el estreno mundial de la película en el festival de la Berlinale el 12 de febrero de 2010. . La película fue igualmente galardonada con 4 Premios Cesar, incluyendo mejor director, aunque obtuvo hasta  8 nominaciones .

Recibió seis Premios del Cine Europeo: incluyendo mejor película y director . Fue nominada al Goya a la Mejor película europea del año  2010.

En los Satellite Awards obtuvo cuatro nominaciones incluyendo mejor película drama . La Asociación de Críticos de Los Angeles la premió a la mejor banda sonora y en los Premios Gaudí: fue nominada a Mejor película europea.

En cuanto a la crítica indicar que las valoraciones fueron en general positivas.El agregador de reseñas Rotten Tomatoes informó que el 83% de las opiniones críticas son positivas y en Metacritic un 77% de porcentaje positivos. En IMDb la valoración alcanza a ía de hoy en 7'2 sobre 10.

Empezando con las críticas indicamos la del gran pope de la época, Roger Ebert que publicaba en el Chicago Sun-Times. En su columna comentaba que era una   "Atractiva, fluida y convincente (...) Polanski, a sus 76 años, recuerda a los directores del pasado que destacaron por su artesanía, no por sus trucos (...) " Y concluye diciendo "Esta película es obra de un hombre que sabe cómo dirigir un thriller".

Por su parte,  David Denby del The New Yorker comentaba que era "Un thriller político extraordinariamente preciso y bien realizado - lo mejor que ha hecho Polanski desde los setenta"

Para Ann Hornaday en el The Washington Post con ella "Polanski invita a los espectadores a sentarse y disfrutar de un trayecto cuyas sinuosas curvas controla con una suprema seguridad y habilidad (...)" 

William Bradley en el The Huffington Post afirmaba que era "una de las mejores películas que he visto en los últimos años" .

En el Reino Unido Ian Nathan en las páginas de Empire considera que la película "...es decente y suficientemente intrigante, pero el director ha dejado el material incendiario para su vida privada. (...)".

Por contra extraña la opinión casi nacionalista de algunos diarios británicos que dudaban del interés de Polanski. John Rentoul del The Independent , que se describe a sí mismo como un "ultra blairista con una servil admiración por Tony", y John Rosenthal, del conservador Pajamas Media , denunciaron la película porque fue hecha con el apoyo financiero del gobierno alemán . Rentoul también lanzó un ataque mordaz contra Polanski describiendo al ganador del Oso de Plata de Berlín como "propaganda" y una "película de odio a Blair".

Ya en España Luis Martínez en  El Mundo sostenía que era "Un 'thriller' de aire 'hichcockiano' con el declarado empeño de no molestar. Con pulso, pero sin alardes, (...) tan efectiva como, fuera pretensiones, bien hilada".

Para  Carlos Boyero en  El País se trataba de "Un relato plagado de suspense, humor cáustico, alérgico a los tópicos, imprevisible, malicioso, con poderío visual y diálogos mordaces, en el que no sobra ni falta nada."

Oti Rodríguez Marchante en el ABC comentaba que "Polanski traduce con solvencia y talento la intriga de esta historia que se retuerce de forma turbadora (...) Todos los actores comprenden sus personajes y los interpretan notablemente"

En  Argentina Pablo O. Scholz en Clarín señalaba que "Polanski echa mano a la violencia psicológica más que a la física. No, no estamos ante una obra maestra como 'Repulsión', pero a sus 76 años el director de 'El bebé de Rosemary' mantiene buen pulso a la hora de aprisionar a su público durante poco más de dos horas."

Para  Fernando López en el diario argentino de  La Nación "Polanski, (...), evita los clichés y administra el suspenso con mano firme hasta el final. Concreta así un relato apasionante."

Un compatriota suyo Horacio Bernades en las páginas del Diario Página 12 señalaba que presentaba "Con impecable pulso narrativo, el cineasta dedica dos horas a una trama intrigante, con tanta paranoia como ironía. Para ello se vale de un elenco sin fisuras y de una forma que respeta la tradición del cuento de misterio a la inglesa."

Beatriz Maldivia editora en Espinof, la antigua blog de cine afirmaba que " Polanski toma, de un relato gastado y escaso, los elementos que mejor se prestan a producir el modelo de thriller que tan magistralmente ha llevado a cabo en previas oportunidades. El polaco cuece una atmósfera opresiva y contagia la urgencia de la investigación, gracias a un conjunto de secuencias conducidas con tranquilidad, pero que no extravían, ni por un instante, la ominosa presencia de una amenaza indeterminada, tan poco concreta que podría ser, por lo que al protagonista concierne, una simple paranoia sin fundamento. La escena del GPS despunta entre ellas como un ejemplo claro de construcción de la tensión y de mantenimiento del interés. La elección de los espacios —de esa mansión, tan abierta por cristales al exterior, pero tan encerrada por su ubicación aislada— juega otra vez a favor de la angustia, ... Los personajes se encuentran en una isla y el precursor del protagonista perdió la vida precisamente en el único medio que existe para escapar de ella. Los movimientos están coartados y cualquier paso vigilado. Con todo ello, se hace más difícil respirar que averiguar las claves que se ocultan en la gestión del gobernante retirado. Te retiene con la misma fuerza una enigmática banda sonora, frimada por Alexandre Desplat. ... Los diálogos, henchidos de sarcasmo y de sagaces consideraciones, perfilan a unos personajes de vuelta de todo y con poco que perder. McGregor se introduce en la carcasa de un hombre superado por las coyunturas, que se ve forzado a desempeñar un rol de investigador que no le corresponde y para el que no está capacitado. Como ya ocurriera en ‘Frenético’, el director aprovecha la noción de extraer a un ciudadano de a pie de su hábitat natural para dotar a la historia de un realismo y unas apreciaciones de los que las narraciones detectivescas al uso carecen.

La base literaria de ‘El escritor (The Ghost Writer)’ sirve a Polanski para hacer lo que le motiva, que no coincide con las intenciones del novelista. Si se busca en la película un transcurso de thriller político conspirativo, la experiencia será insatisfactoria y se verá interrumpida, antes casi de haber despegado, con un brusco final. Si se trata de ver, sin embargo, el espíritu del director, reflejado en la opresión y el encierro, o un retrato de interesantes personajes; todo, incluso esa conclusión precipitada, cobrará sentido para componer una propuesta que, si bien no está entre las mejores de Polanski, no carece de ninguna de las constantes que hacen su cine tan fascinante.

Por su parte, Adrián Massenet en la crónica que hizo desde el festival dijo de ella que era "un filme recio y singular, bastante intrincado, pero resuelto con sencillez y estilo clarividentes. Y Prosigue diciendo que Polanski filma con una precisión absoluta. Sin prisas. Sin caer en esa tendencia tan actual de hiperbolizar el cine negro. Para él, esto es un juego. Un juego cruel, pero juego al fin y al cabo. De modo que está presente un erotismo y un humor negro que jalonan un relato lleno de pequeños y placenteros detalles (el barrendero al que el viento le lleva lo barrido, el gorro del jardinero, la recepcionista disfrazada…) que hacen respirar de cotidianeidad una trama que, de otro modo, hubiera resultado más gélida. Porque estamos ante una verdadera “pieza de cámara” (pues la mayor parte de su metraje transcurre en el interior de un búnker de lujo…), al estilo de ‘La muerte y la doncella’ o ‘Repulsión’, pero más gozosa que la primera y menos de autor que la segunda. Polanski no tiene ya nada que demostrar a nadie, y se lo pasa como un chaval y esa sensación (vigorosa, juvenil) se transmite en cada secuencia. Destacó del mismo el trabajo de los actores que fueron los que presentaron la película dada la compleja situación que por entonces vivía el director recluido en Suiza.

Una vez vista la película diré que me ha gustado. La trama va desarrollándose y complicándose como una madeja. El toque Polanski está presente en el pulso de la historia, en la relación atormentada que , en realidad, viven casi todos los protagonistas, en esas gotas dosificadas de relaciones complejas en la pareja, en la relación entre el escritor y el político  que resultan siempre contrapuntos por parte de los grandes secundarios que pasan por la pantalla, pero que dan un marchamo a la película. A destacar la construcción "in crescendo" del relato que se hace capa a capa pero que permite completar la historia, resultando ser un complejo, pero afortunado relato. En definitiva, me ha gustado. Además he vuelto a saborear el placer de escribir sin dar la cara.


jueves, 23 de febrero de 2017

La semilla del diablo


Rubén Amón, hace unas semanas escribía en el dio El País que hablar de Polanski era hablar de un director, en muchos sentidos, maldito. Y no sólo debido a qué el cineasta francopolaco a sus 83 años sea un fugitivo para la justicia estadounidense —tras ser acusado de violación, un delito que no prescribe en Estados Unidos—, sino porque cualquier reconocimiento de su trayectoria engendra irritación. La prueba está relataba el periodista y aficionado al Atlético de Madrid que la Academia Francesa ha sucumbido a las presiones del movimiento feminista que le han forzado a renunciar a la presidencia de los Premios César.

Esto ha ocurrido días antes de la gala del cine francés programada el 24 de febrero, día posterior a la película de Polanski que he visto , que lleva por título, Rosemary's Baby aquí conocida como La semilla del diablo. Todo esto se ha debido a las declaraciones de la ministra de los Derechos de las Mujeres, Laurence Rossignol, según la cual al cineasta le protege una omertá corporativa que frivoliza con el delito de violación. Polanski nunca negó el delito cometido en 1977. Un delito cometido a una chica de 13 años, Samantha Geimer, que además había sido drogada y por lo fue sentenciado como culpable de haber mantenido relaciones ilícitas con una menor

Por el mismo fue juzgado y llegó a un acuerdo con la Fiscalía y la víctima y pasó 42 días a "la sombra", lo que evidentemente fue visto como una pena testimonial. Sin embargo la revisión del caso convirtió a Roman Polanski en prófugo de la justicia. Por eso no pudo recoger el Oscar de El pianista en 2002 y por la misma razón fue arrestado en Zúrich en 2009, aunque el Estado suizo se resistió a extraditarlo a EE UU.

Lo cierto es que la persecución permanece activa, casi a escala planetaria como se vio en 2016 cuando el Supremo polaco renunció a la iniciativa de reabrir el dosier. Lo había reclamado un tribunal local esgrimiendo que cineasta formado en la famosa escuela de cine de Lodz “no debía estar por encima de la ley”, una ley que no tiene en cuenta el tiempo transcurrido desde el delito (40 años) y a la diferencia que pueda existir entre la carrera de un director de cine (la obra) y el historial penal (la vida). No es un eximente que su madre muriera en el campo de exterminio nazi de Ausch­witz o que su segunda esposa, Sharon Tate, fuese asesinada por la secta o familia de Charles Mason en 1969.Siete años después sobrevino la violación de Samantha Geimer. La víctima perdonó a Polanski. Y llegó a escribir un artículo en la revista Time en 2003 donde pedía que se dejara en paz al cineasta. “Ni tengo rencor ni tengo simpatía hacia él. Es un extraño”. A Polanski sólo tuvo posibilidad de hacer la muy aclamada Chinatown (1974), pues cuando debía volver a prisión cogió un vuelo en secreto a Londres, y otro inmediato a París, y no ha vuelto a pisar suelo estadounidense.

Tras salir de su Polonia natal, Polanski vivió y trabajó inicialmente en el Reino Unido, donde pudo realizar Repulsión (1965), Callejón sin salida (1966), que ganó el Oso de Oro en el Festival de Berlín, y El baile de los vampiros (1967). Para su siguiente película, Polanski marchó a los Estados Unidos y allí rodó esta película de terror-dramática de 1968 escrita por el mismo y que lanzó a estrellato a una jovencísima y famélica Mia Farrow.

La película está basada en la novela homónima del escritor de suspense neoyorkino Ira Levin, fallecido en 2007, aunque el guión fue adaptado por el director polaco. De cualquier manera Ira Levin declaró que era "la adaptación más fiel de una novela que salió de Hollywood".

Se trataba de una producción de William Castle a través de su productora William Castle Productions y que contaba con el apoyo en la distribución de Paramount Pictures gracias al apoyo del productor ejecutivo de la Paramount Pictures, Robert Evans, que contó con la colaboración del diseñador de producción, Richard Sylbert,  La película contó con un presupuesto de US$3.200.000.

En la misma Roman Polański contó con parte de su equipo , entre ellos el músico y paisano Krzysztof Komeda que fallecía poco después, en abril de 1969 , muriendo en un accidente. Era el preludio de una serie de desgracias que se cebarían con el director polaco en un futuro muy cercano. Junto a Komeda contará con la fotografía de William A. Fraker y el montaje Sam O'Steen y Bob Wyman. Vidal Sassoon fue al set para arreglar el pelo de Farrow ,aunque en la primera parte de la película fue diseñada por el famoso estilista Sydney Guilaroff.

La protagonista de la historia es Mia Farrow como Rosemary Woodhouse junto con el que hace de su esposo John Cassavetes como Guy Woodhouse. Con ellos participan igualmente Ruth Gordon como Minnie Castevet, Sidney Blackmer como Roman Castevet, Maurice Evans como Edward 'Hutch' Hutchins, Clay Tanner como Satanás, Ralph Bellamy como Dr. Abraham Sapirstein, Victoria Vetri o Angela Dorian como Terry Gionoffrio, Patsy Kelly como Laura-Louise, Elisha Cook, Jr. como Sr. Nicklas, Emmaline Henry como Elise Dunstan. También sale en la película Charles Grodin.

La historia se desarrolla en Nueva York. Los protagonistas son los Woodhouse, un matrimonio neoyorquino, formado por Rosemary Woodhouse (Mia Farrow), una joven ama de casa que está casada con el actor de teatro Guy Woodhouse (John Cassavetes). Ambos deciden mudarse a un edificio situado frente a Central Park.

La pareja se instala en un apartamento de la Casa Bramford, antiguo edificio de apartamentos en el centro de Manhattan, aunque desconociendo en profundidad que el apartamento tiene una leyenda un tanto sórdida debido a las siniestras reputaciones de algunos antiguos residentes que han muerto en el mismo. Rosemary es un chica joven y alegre, a la que le gusta su casa y que anhela tener un bebé con Guy, quien por su parte, egoistamente tiene como principal objetivo alcanzar el estrellato.

Según un amigo de Mary, Edward "Hutch" Hutchins (Maurice Evans),sobre el apartamento pesa una maldición.

Una vez instalados, se hacen amigos de sus vecinos colindantes. Se trata de Roman Castevet (Sidney Blackmer) y Minnie Castevet (Ruth Gordon),Minnie y Roman, un matrimonio de edad avanzada que vive en la misma planta del edificio, desde el principio los colman de atenciones y se convierten en una especie de padres sustitutos del joven matrimonio.

Un día Rosemary baja a la lavadora colectiva y conoce a una chica. Se trata de Terri Gionoffrio (Victoria Vetri), una joven vecina del lugar que lleva un collar con una especie de raíz que le regalaron los Castevet después de acogerla en su casa.

La muchacha se muestra amable y simpatizan entre las chicas con facilidad. Un día tras salir la pareja y volver a casa, Guy y Rosemary, mientras vuelven a la misma se sorprenden de ver una gran gentío de personas y a la policía alrededor de la puerta de su bloque.

Al acercarse aún más se enteran de que Terri ha saltado del apartamento de los Castevet y se ha suicidado. Tras subir al apartamento, Minnie y Roman llegan muy asustados, pero Rosemary los consuela diciéndoles que Terri habló mucho de ellos antes de matarse.

Al poco tiempo, Guy consigue un papel en una obra de la que anteriormente había sido rechazado, después de que el actor que iba a protagonizarla se quedara misteriosa e inexplicablemente ciego. Ante esta afortunada circunstancia Guy y Rosemary acuerdan tener el hijo que tanto desea Rosemary, y planean incluso una fecha ideal para que ella quede embarazada.

Ante la perspectiva de un buen futuro, un día Roman y Minnie invitan a Rosemary y a Guy a cenar. Guy parece haber logrado entablar una intensa amistad con la pareja, pero Rosemary no confía tanto en ellos.

Esa noche los Castevet les dan el collar de Terri, diciéndoles que el olor viene de una raíz llamada "Tanis" además de darle de beber una fuerte bebida para celebrar el anuncio de los Woodhouse que han decidido tener un hijo.

Aquella noche, Rosemary tiene un horripilante y extraño sueño, en el que ella se encuentra en la habitación, rodeada por los inquilinos del edificio (los Castevet incluidos), todos desnudos diciendo extrañas palabras, y que una criatura, Satanás (Clay Tanner), la está violando fuertemente y lastimando.

La escena continúa hasta tal punto que Rosemary empieza a gritar que no es un sueño, pero se desmaya mientras la criatura sigue violándola. Cuando despierta, Guy se disculpa por haberle "hecho el amor" mientras estaba inconsciente.

Poco tiempo después ella descubre que está embarazada. Pero Rosemary lo único que recuerda es haber hecho el amor con una extraña criatura que le ha dejado el cuerpo lleno de marcas. A su amigo Hutch le comenta lo de la semilla deTanis, la sustancia en su collar. Y éste tras buscarlo la llama y le dice: "En sus rituales usan a menudo el hongo llamado Pimienta del Diablo, es una materia esponjosa derivada de regiones pantanosas que tienen un fuerte olor acre. La semilla del diablo se considera que tiene poderes especiales.Ha sido utilizado en los rituales y los usos En los encantos ". Su amiga Elise (Emmaline Henry) le recomienda para lleve su embarazo al Dr. Hill, un médico que , en su primera visita se muestra amable y eficaz, pero los Castevet intervienen y le recomiendan a un viejo amigo y prestigioso doctor, el Dr. Abraham Sapirstein (Ralph Bellamy), que tras reconocerla y decirle que todo va sobre ruedas le recomienda que no tome pastillas y que beba un zumo que dice ser mejor que las vitaminas habituales y que sabe preparar su vieja amiga Minnie, según él, una eminencia de la medicina natural.

Durante los primeros tres meses del embarazo, Rosemary sufre continuos y fuertes dolores abdominales, así como cambios de hábitos como el gusto a la carne cruda y el hígado de pollo, y pierde mucho peso.

El médico, Dr. Abraham Sapirstein , le dice que los dolores desaparecerán y que siga tomando el zumo que le prepara Minnie.

Por su parte, Hutch (Maurice Evans), el amigo de Rosemary, ve que Minnie le agrega la extraña "raíz Tanis" al jugo de Rosemary, y le molesta mucho, por lo que decide investigar que es lo que ocurre.

Con el paso del tiempo, Rosemary empieza a sospechar que su embarazo no es normal. Sin embargo, el mismo día que Hutch planea compartir con Rosemary sus hallazgos, misteriosamente, no va a la cita concertado y , más tarde, Rosemary recibe el aviso de que ha caído en coma unas horas antes de la reunión y fallece tres meses después.

Sin embargo, pocos días antes de morir, Hutch recupera brevemente la conciencia y, aprovechando esto, le da instrucciones a otra amiga, Grace Cardiff, entregándole un libro de brujería y un mensaje que Grace le da a Rosemary en el funeral de su amigo. La nota dice "el nombre es un anagrama".

Con esto y con el libro, Rosemary descubre que Roman Castevet es en realidad Steven Marcato, el hijo de un anterior inquilino, Adrian Marcato, quien fue acusado de brujería y posteriormente asesinado. Ella deduce que planean usar a su bebé para un culto extraño y que Guy cooperó con ellos para que sabotearan al actor y su carrera despegara. Luego se entera de que el Dr. Sapirstein es parte de la conspiración, y que ellos asesinaron a Hutch para que no los delatara.

Rosemary ya asustada decide volver a la consulta del Dr Hill. En la misma Rosemary comparte sus problemas con el Dr. Hill, y este cree que delira, así que llama a Sapirstein y a Guy. Ellos le dicen a Rosemary que si coopera, ni ella ni el bebé se verán perjudicados.

Los dos hombres se llevan a Rosemary al apartamento. A pesar de que ella escapa y se encierra en el piso, los vecinos logran entrar con facilidad en el mismo a través de la puerta colindante. Ese mismo día Rosemary se pone de parto. Al despertar, le dicen que el bebé ha muerto, pero ella, escucha los llantos dentro del edificio.

Rosemary entra por una puerta secreta y penetra en el apartamento de los Castevet, donde un grupo de personas entre las que está Guy, Sapirstein, los Castevet y otros, se encuentran reunidos delante de un bebé (al cual no se le ve el rostro).

Al ver esto, ella exige saber la causa de la deformidad, pero rápidamente descubre y le confiesan que el ente que la violó era en realidad Satanás, que no fue un sueño, y se horroriza. Roman la calma y le dice que le dé una madre al niño y que ni ella ni Guy se tienen que unir a la secta si no quieren. La película termina con Rosemary arropando al niño y meciendo la cuna lentamente. Así acaba la película.

El inicio de la producción comienza cuando Robert Evans, productor de la Paramount,  recuerda que Willian Castle le trajo las primeras páginas  de la novela de Ira Levin y le pidió comprar los derechos para la adaptación cinematográfica aún antes de que Randon House, la editorial del escritor, publicara la novela ya con el título de  Rosemary's Baby.

Como los responsables de la Paramount habían reconocido el potencial comercial de una posible adaptación, pronto estuvieron de acuerdo en que William Castle, que tenía una excelente reputación como productor de películas de terror de bajo presupuesto, podría producir, aunque no dirigir la adaptación de película.

Por aquel entonces Robert Evans, quien ya conocía y admiraba las películas europeas de Roman Polanski, confiaba en poder convencerlo para que se involucrara en el proyecto, y con ello debutar en su primera producción para el cine estadounidense.

Pronto Roman Polanski recibió de manos de Robert Evans, una primera y rústica versión del guion de Rosemary's Baby y quedó fascinado. Tanto es así, que leyó la novela original en una sola noche.

A la mañana siguiente llamó a Robert Evans y le dijo que aquel guión era un proyecto muy interesante para su debut como cineasta en Estados Unidos, y que no solo le gustaría dirigirlo, sino participar en la redacción del guion final.

En su lectura de la novela, Roman Polanski imaginó al personaje principal, Rosemary, como una chica robusta física y mentalmente, pero también normal y corriente, ni guapa ni fea. Para ello pensó que el papel lo podría interpretar en un principio la actriz Twesday Weld. Pero Robert Evans tenía sus dudas al respecto, ya que el libro todavía no había alcanzado la posición de best seller,

Evans no confiaba en que el título del film por sí mismo garantizase la atención del público, y que para ello se necesitaba de otra actriz más conocida. Con un papel secundario en Guns at Batasi y la, por aquel entonces no estrenada A dandy in Aspic no parecía que Mia Farrow tuviera una gran filmografía, pero su papel de Allison MacKenzie en la serie de televisión Peyton Place, así como su reciente matrimonio con Frank Sinatra la convertían en una actriz interesante para el papel, según Evans.

A pesar de su apariencia endeble y alicaída, Polanski finalmente le hizo una prueba. Desgraciadamente, aceptar este papel supuso muchos problemas en el matrimonio de Mia Farrow. Frank Sinatra, quien le exigió a su mujer que abandonara su carrera cuando se casaron, fue el primero en protestar, y a la larga le pidió el divorcio a mitad del film y ante todo el equipo de rodaje.

Mia Farrow, en un intento de salvar su matrimonio, le suplicó al productor Robert Evans que le rescindiera su contrato. Sin embargo, él la convenció para que siguiera en el proyecto cuando le mostró metraje del film todavía no montado.

Tras verlo, Mia Farrow decidió continuar, porque Evans le aseguró que con esta película conseguiría la nominación al premio Óscar a la mejor actriz protagonista, cosa que nunca sucedió.

Para interpretar a  Guy Housewood se barajaron varios nombres para el papel. Robert Redford fue la primera opción, pero éste, por alguna razón, rechazó el papel.

Pronto se pensó en Jack Nicholson, pero finalmente se impuso el criterio de Polanski y se eligió a John Cassavetes.

El diseñador de producción, Richard Sylbert, fue quien propuso a Ruth Gordon para el papel de Minnie Castevet, la entrometida vecina.

Ahora solo faltaba ubicar a todos los personajes en el edificio donde tenía lugar la acción: el ficticio edificio Bramford. Sylbert creyó que usar el edificio Dakota sería una buena idea. Dicho edificio, situado en la parte alta del Westside, en Manhattan, Nueva York, era famoso por la cantidad de personas vinculadas al mundo del espectáculo que vivían en él. Pero el edificio ya se estaba ganando su mala fama como edificio problemático: los propietarios no dieron su permiso para que filmaran en su interior, y Polanski no estaba satisfecho con el grado de oscuridad y penumbra de sus vestíbulos y pasillos. A la sazón, el edificio solo fue usado para las tomas exteriores que reflejaban en la ficción la Casa Bramford rodándose exclusivamente algunas escenas exteriores en el Dakota Hotel en el 1 West 72nd St. en Central Park West de Manhattan. Tenía casi un siglo de antigüedad y aspecto de fortaleza gótica con amenazantes gárgolas decorando la fachada. Por si fuera poco, Boris Karloff, uno de los más reconocidos actores de terror, era propietario de un ático ahí. Sin embargo, gran parte del rodaje tuvo lugar en los Paramount Studios en el 5555 Melrose Avenue, Hollywood, en Los Ángeles.

No fue un rodaje plácido ni para los actores ni ara el productor. El primer día de rodaje en el Dakota, Polanski empezó a dar señales de perfeccionismo extremo. A la hora de comer seguía pidiendo ensayos y cambiando de lugar la cámara, mientras el productor William Castle fumaba un cigarrillo tras otro, preso de la angustia le dijo Roman, llevamos aquí seis horas y no hemos grabado una sola secuencia. Polanski le contestó que Te preocupas demasiado, Bill. . Contestando él, Soy el productor. Eso es lo que hacemos los productores.Roman le volvió a decir: Fumas demasiado. Hoy llevas ocho. Le quitó el cigarrillo de la boca y lo pisó. Añadió: —Hoy no te dejaré fumar más hasta después de comer.

Por otro lado, Polanski quiso contratar a viejas estrellas de Hollywood para los miembros del aquelarre o el sabbat pero no conocía a ninguna personalmente. Para el aquelarre dibujó bosquejos de cómo había previsto cada personaje, y fueron finalmente los propios actores elegidos quienes tuvieron que terminar de crear sus papeles.

En cada caso, el actor elegido se parecía físicamente a los dibujos de Polanski; estos fueron Ralph Bellamy, Patsy Kelly, Elisha Cock Jr, Phil Leeds, y Hopes Summers.

Mia Farrow tuvo que lucir una peluca en prácticamente la primera mitad del metraje, y no fue hasta después, cuando ya lucía su embarazo ficticio, que se la pudo ver con su auténtico peinado, el que ella misma anuncia como la última moda de Vidal Sassoon. Es decir un pelo , muy, muy corto.

Como contrapartida a esto, también la actriz estadounidense vivió momentos muy amargos durante el rodaje. Una de las escenas de la película más cargadas emocionalmente era aquella en la que, en medio de una fiesta celebrada en su apartamento, sus amigas echan de la cocina a Guy, su marido, mientras tratan de consolarla a causa del embarazo tan traumático de Rosemary. Dicha escena fue rodada en un solo día, pero justo después de filmar la primera toma de la escena, un mensajero irrumpió en el set de rodaje, trayendo consigo toda la documentación referente al divorcio de Mia Farrow enviada por Frank Sinatra. Cuando la actriz leyó los documentos rompió a llorar sobre el suelo de la cocina, tal y como el personaje de Rosemary hace al comunicar a sus amigas lo extrañamente mal que siente su embarazo.

Alarmado, Polanski quiso suspender la filmación de aquella escena por aquel día y concentrarse en otras que no implicaran la presencia de la actriz. Pero Farrow, en un arranque de profesionalidad, le suplicó al director continuar con el plan de trabajo original, y la escena se pudo terminar sin más complicaciones.

Polanski no deseaba que en ningún momento apareciese el "bebé de Rosemary", pues de esa forma, y con razón, daría más miedo imaginárselo. Pero los demás lo convencieron de "siempre mostrar al monstruo", por lo que, muy a su pesar, Polanski agregó, al final de la cinta, la toma de unos ojos amarillos que miran a la cámara.

En 1976 se estrenó en los Estados Unidos una miniserie para la televisión titulada Look What's Happened to Rosemary's Baby / ¿Qué pasó con l bebé de Rosemary? en donde se retomaban algunos personajes de la novela original de Ira Levin. Aunque Mia Farrow no participó en la producción, su personaje fue interpretado por la actriz Patty Duke, y Ruth Gordon repitió el papel de la entrometida vecina, la excéntrica Minnie Castevet. En 1997 Ira Levin, autor igualmente de Los niños de Brasil, escribió un libro titulado Son of Rosemary (1997) o El hijo de Rosemary.

La película se estrenó el 12 junio 1968 en los Estados Unidos y generó una oleada de críticas positivas y un buen número de premios. De hecho obtuvo un Óscar a la mejor actriz de reparto (Ruth Gordon), y Polański obtuvo una candidatura al Óscar en la categoría de Mejor Guion Adaptado. En los Globo de Oro de ese año el premio fue igualmente para la mejor actriz secundario (Ruth Gordon)y las nominaciones a la mejor actriz (Farrow), así como al guión y música. En los británicos Premios BAFTA también fue mominada a mejor actriz Mia Farrow.

El sindicato de Directores (DGA) nominá a Polanski al Mejor director y en se 1968 la película consiguió un par de Premios David di Donatello, tanto al Mejor director como a la mejor actriz extranjera (Mia Farrow)

En cuanto a las críticas destaco lo dicho sobre ella por Miguel Ángel Palomo en El País al decir que era "La obra maestra de Polanski (...) el espectador se ve abocado a una pesadilla que le desborda y le encoge el ánimo como pocas veces ante una pantalla. El auténtico terror se hace presente con la máxima de sugerir siempre no mostrando jamás. Una maravilla", mientras que declaraba que era "Inquietante historia efectista, hábil e interesante que hizo de Polanski el director de moda. Un producto tan hábil como capaz de ponernos los pelos de punta" el columnista de Cinmanía, Javier Rioyo.

En la revista Vanity Fair coincidiendo con el enésimo aniversario de la película se nos cuenta que Sinatra leyó el guión de La semilla del diablo una noche en la cama junto a su jovencísima esposa Mia Farrow.

A Mia le habían ofrecido el papel principal, el primero de su carrera, pero Sinatra no estaba muy convencido. No quería que su mujer se ausentase de casa demasiado tiempo ni que trabajara lejos de él. No quería que Mia se acostumbrase a vivir por su cuenta. Y por último, según le dijo esa noche: “No te veo haciendo el papel que te ofrecen”.

La reacción de ella figura en su libro de memorias,  “De repente, yo tampoco me veía. Hasta cierto punto, esperaba que Frank me librase de la decisión y me prohibiese aceptar”.

Mia, hija de John Farrow, que ya ha pasado por aquí, un director de cine australiano, y de la actriz irlandesa Maureen O'Sullivan. había conocido a Sinatra en los estudios de la Fox en Los Ángeles, un par de años antes, cuando ella tenía 19 y él ya era una estrella consagrada. En su primera cita, el cantante la había invitado a su casa en Palm Springs. Mia era virgen por entonces y estaba tan nerviosa que se negó.

Argumentó que esa noche tenía que alimentar a su gato. Él respondió: ¿Y mañana? Enviaré mi avión a recogerte. Puedes llevar a tu gato.

Y así comenzó uno de los romances más extraños en la historia de Hollywood. Todos los viernes, Sinatra y Mia se desplazaban de Los Ángeles a Palm Springs en el avión, o en el helicóptero de Sinatra, o en su coche italiano hecho por encargo. Ahí, y después en su mansión de Sunset Boulevard, recibían a los amigos en la piscina, o asistían a fiestas con la flor y nata del cine y el teatro americanos, o jugaban hasta el amanecer en los casinos de Las Vegas.

Sinatra podía haber sido el padre de Mia. De hecho, ella era menor que dos de sus hijos. Al igual que el padre de Mia, el director de cine John Farrow, habían compartido una mujer, Ava Gardner.

Sinatra había estado casado con la sensual Ava Gardner. Por su parte, el señor Farrow había sido amante de Gardner durante tanto tiempo que su esposa mandó construir una puerta extra en su casa para no cruzarse con ella.

Ahora Sinatra protegía a su joven esposa con actitud paternal. Trataba de resguardarla de la prensa del corazón. La ayudaba a conseguir papeles. Incluso le compró una pistola con incrustaciones de madreperla y trató de enseñarle a disparar. Sinatra quería protegerla de sí misma y de su carrera. Mia actuaba en una serie de televisión producida por Fox, donde Sinatra tenía influencias. Si el cantante quería llevársela de viaje, los guionistas ponían a su personaje en coma hasta que ella tuviese a bien regresar. Sinatra no se oponía a que Mia actuase. Tan solo esperaba que lo hiciese siempre bajo su control.

Entonces Mia recibió la propuesta de protagonizar La semilla del diablo. A pesar de sus dudas y las de su esposo, aceptó.

Para la inocente jovencita, ese sería su primer contacto con una novela, la  de Ira Levin que bajo el título Rosemary’s baby, olía a taquillazo.

El agente del novelista negoció una versión cinematográfica con Alfred Hitchcock, pero terminó por cerrar el trato con William Castle, el productor y director de películas de terror como Escalofrío o La mansión de los horrores.

Seguro del éxito, Castle quería dirigir él mismo la película, pero como ya hemos comentado  la productora Paramount, que financiaba el proyecto, lo persuadió de que entrevistara a un joven y prometedor director de 32 años radicado en Londres llamado Roman Polanski con cierta trayectoria en Francia y Gran Bretaña, además de en su Polonia natal.

Polanski, el ahora en parte despreciable personaje, aunque nadie duda de su capaciad como director, trataba de hacerse un lugar en Hollywood.

El productor recuerda que Polanski le pareció un presumido. Al entrar en su despacho para la entrevista, el director se negó a tomar asiento. Y durante la conversación no hizo más que mirarse en el espejo. Para colmo, hablaba de sí mismo en tercera persona, usando frases como: “Nadie podrá dirigir esta película tan bien como Roman Polanski”. Sin embargo, su propuesta lo convenció: el polaco quería rodar la historia sin cambios, tal y como figuraba en el libro. Y quería hacerlo de modo directo, sin florituras de cámara ni regodeos de estilo. Eso era exactamente lo que Castle deseaba.

Polanski decidió mudarse a Santa Mónica y se puso a trabajar en el guión. En tres semanas tenía lista una primera versión de 272 páginas.

Después llegó la hora de decidir a quién ofrecer el papel principal masculino. James Fox era demasiado británico. Tony Curtis, demasiado mayor. Paul Newman estaba comprometido. Steve McQueen era completamente incorrecto. El único que podía hacer el papel era Robert Redford. Pero Redford tenía sus dudas.

Paramount lo acusaba de incumplimiento de contrato por una película anterior y su relación con la productora era tensa. Para seducirlo, Polanski lo invitó a almorzar en la mismísima cafetería de Paramount. Podía haberlo convencido, pero la mala suerte le asestó un golpe inesperado. Un joven abogado de la productora sorprendió al actor en su territorio y se le acercó de improviso para entregarle en mano una citación judicial. El actor se sintió víctima de una encerrona y Polanski no pudo hacer nada para cambiar esa impresión. El polaco tendría que conformarse con John Cassavetes.

Para el papel femenino, el director quería a Tuesday Weld. Pero Castle insistió en una joven promesa de 22 años llamada Mia Farrow, y organizó un almuerzo para presentarlos. Mia era etérea, frágil. Nada más verla, Polanski se decidió por ella.

Según su biógrafo Christopher Sandford, Polanski se transformaba en un ogro tiránico y déspota durante los rodajes. El director lo confirmó en una entrevista de 1986 al declarar: “Me estimulo repitiéndome a mí mismo que soy el mejor, un genio. Mientras trabajo en una película, estoy convencido de que será un gran éxito. Por eso le exijo a la gente con la que trabajo todo tipo de cosas que no les pediría normalmente”. Una de esas cosas era repetir, una y otra vez, las escenas que rodaban. Polanski era capaz de hacer 40 o hasta 50 tomas de cada una para tener muchas opciones en la mesa de montaje. Al final de cada toma, ni siquiera decía “corten”. Su frase más habitual era “otra vez”.

En una ocasión, de madrugada, Polanski detuvo el rodaje porque la chaqueta de uno de los actores estaba arrugada. Llamó a la diseñadora de vestuario y le ordenó: —¡Plánchala! —Pero se supone que es verano y la chaqueta debería estar arrugada por el calor. —¡Llévala a planchar! —¿Dónde? ¡Son las dos de la mañana! —Ese no es mi problema ¡Hazlo!

En sus memorias, el productor William Castle habla de Polanski con verdadero pavor. Recuerda especialmente un rodaje nocturno en la calle, con el director pidiendo sangre a gritos y probándola sobre el cuerpo de una actriz. Polanski no estaba contento con el aspecto del líquido artificial que había preparado el departamento de maquillaje y, otra vez a gritos, pidió que le trajeran sangre nueva.

Los rodajes callejeros estaban llenos de mirones que querían ver de cerca a la joven esposa de Frank Sinatra. Al escuchar lo que pedía Polanski, uno de esos curiosos se acercó a Castle con una propuesta: “Dígale al director que yo le vendo una pinta de mi sangre por cincuenta dólares”. Castle no transmitió el mensaje a Polanski porque estaba seguro de que aceptaría el trato.

El estilo maniático y obsesivo de Polanski también desquiciaba a la Paramount. Con tantas repeticiones, el rodaje se iba retrasando, y los costes aumentaban. En algún momento, Castle recibió una orden fulminante: “Despide al polaco”. Afortundamente para el polaco, el material grabado tenía una pinta demasiado buena, y la productora no se atrevió a echarlo.

Tampoco era feliz el protagonista masculino, John Cassavetes. Él era actor y director, pero pertenecía a una escuela muy diferente a la de Polanski, mucho más experimental y arriesgada. Sus películas tenían un estilo improvisado y fresco. Cassavetes sufría con las 30 tomas que le exigía el polaco y con la orden de repetir cada línea de sus diálogos tal y como estaba escrita. En su opinión, eso le quitaba vida a la película. Además, ni siquiera simpatizaba con Polanski. Los roces entre los dos se fueron agudizando hasta convertirse en peleas. John se rebelaba contra las indicaciones de Polanski, que por toda respuesta lo mandaba callar.

En una entrevista, un periodista le preguntó a Polanski cómo había sido trabajar con un colega director de prestigio como Cassavetes. Contestó: “Cassavetes no es un director. Simplemente ha hecho algunas películas. Cualquiera podría agarrar una cámara y hacer lo que él hace. Tuvo la oportunidad de trabajar en estudios y demostró ser un perfecto incapaz. Él le echa la culpa a Hollywood, pero yo también fui a Hollywood y me va muy bien”.

Al parecer, la única que estaba contenta en el rodaje de La semilla del diablo era Mia Farrow. Ella toleraba con tranquilidad los excesos del director. Donde otros veían soberbia y prepotencia, Mia encontraba “un entusiasmo contagioso” y “un profundo conocimiento de lo que funcionaría profesionalmente”. Para una de las tomas, Farrow comió hígado crudo, aunque era una vegetariana radical. Y, como de costumbre, la escena se repitió decenas de veces, cada vez con un hígado nuevo.

En otra ocasión Mia,  tuvo que rodar en la calle, en la que Rosemary embarazada deambula por el tráfico, ida, a punto de ser atropellada. Para grabarla, Polanski no se planteó cortar la circulación. Los coches de verdad circulaban por seis carriles diferentes. Y él le ordenó a Mia Farrow que empezase a caminar entre ellos. —¿Te has vuelto loco, Roman? —exclamó ella. —Oh, por favor, querida. A nadie se le ocurriría atropellar a una mujer embarazada. Como nadie más se atrevía a hacerlo, Polanski manejó la cámara personalmente y caminó entre los autos junto a Mia. Pero para que los vehículos saliesen en la toma, él debía colocarse del otro lado. Si llegaban a atropellarlos, le darían primero a la actriz.

Farrow incluso se tomó como un cumplido la descripción que Polanski le dio de ella a un periodista: “Hay 127 variedades de locos. Mia entra en 116 de ellas”.

De toda la gente que detestaba a Polanski, el más furioso era Frank Sinatra, que veía su vida marital seriamente perturbada. A veces, intempestivamente, después de cenar, Sinatra llamaba a su piloto y volaba a Miami o a Las Vegas. Pero ahora que Mia trabajaba todos los días, ella no podía acompañarlo. En una de esas excursiones, Sinatra se metió en una pelea y perdió varios dientes de un puñetazo. Más tarde llamó a Mia llorando, para decirle que la amaba y que no quería perderla nunca.

A pesar de ser 30 años mayor que ella, a veces actuaba como un niño. Los retrasos de Polanski empeoraban la situación, porque Sinatra esperaba a su mujer para trabajar juntos en The detective. Según Farrow: “Frank quería que yo cumpliese con él aunque tuviese que dejar sin terminar La semilla... Su ultimátum estaba claro. Corría riesgo mi matrimonio. Pero si abandonaba la película mi carrera estaría acabada”. Mia optó por su carrera. Sinatra lo tomó como una traición. Discutió con ella. Llamó al director “polaco inútil”, lo acusó de ser incapaz “de encontrar sus propio culo con las dos manos”. Movió sus influencias en la productora para paralizar la filmación, pero había demasiado dinero en juego y nadie iba a cancelar un rodaje ni siquiera por él. El matrimonio se enfrió.

Mia regresó a California para grabar las escenas de interior y Sinatra se marchó a Nueva York para trabajar en una nueva película, The detective. Comenzaron a circular rumores de un amorío entre el cantante y su coprotagonista, Lee Remick. Las llamadas telefónicas se espaciaron. Un día, el abogado de Sinatra se presentó en el camerino de Mia,  con un sobre marrón que contenía los papeles del divorcio. Sinatra jamás había hablado de divorciarse. Impactada, ella firmó todo. Dijo que haría lo que quisieran, que no recibiría consejo legal. Y luego se encerró a llorar sola. Como ya hemos comentdo en la escena en la que sus amigas en una fiesta le felicitan.

Durante el mes siguiente se refugió en el trabajo. Los fines de semana los pasaba con Roman Polanski y su esposa, Sharon Tate, que siempre tenían amigos allí. Seguía viviendo en la casa de Sinatra. De vez en cuando, él llamaba por teléfono. Pero jamás mencionaba el tema del divorcio.

Mia volvió a Nueva York para terminar el rodaje, cuya última escena se filmó en vísperas de Navidad. Tras despedirse del equipo, recogió y se sentó en sus maletas. De repente, no sabía a dónde ir. Al verla deprimida y desconcertada, una amiga la llevó de vuelta a Palm Springs. Sinatra la recibió con frialdad. Ella continuó recibiendo visitas y organizando fiestas. Pero seguían sin hablar del divorcio ni de La semilla del diablo ni del futuro. Ni siquiera podían hablar de política, porque el cantante estaba comenzando la deriva hacia el republicanismo que años después le haría apoyar la campaña de Ronald Reagan. El regalo de Navidad de Mia para su esposo era un taxi londinense, que  Sinatra apenas valoró.

En Nochevieja Sinatra viajó solo a Acapulco. Días después, la actriz abandonó la casa. Al año siguiente tramitarían su divorcio en Ciudad Juárez, México, donde el procedimiento podía resolverse en cuestión de horas.

La semilla del diablo, presupuestada originalmente en menos de dos millones, acabó costando 400.000 dólares más. Pero rápidamente alcanzó el número uno en la taquilla.

Durante los siguientes 40 años recaudó 130 millones y se convirtió en un clásico del terror, una mezcla perfecta entre suspense psicológico y thriller satánico. Para "Entertainment Weekly" ves el décimo film más terrorífico de todos los tiempos.

De manera inquietante, como si se tratase de una maldición, muchos involucrados en ella sufrieron varias desgracias. John Cassavetes empezó a mostrar los síntomas de la hepatitis infecciosa que se lo llevaría a la tumba antes de cumplir los 60. Polanski vivió el atroz asesinato de su esposa, Sharon Tate, a manos de una panda de lunáticos dirigidos por Charles Manson. El edificio Dakota se hizo tristemente célebre cuando John Lennon fue asesinado en él. El música polaco habitual colaborador de Polanski, Krzysztof Komeda , murió al año siguiente en un accidente de tráfico.

Por el contrario, Mia Farrow inauguró una carrera estelar. En sus siguientes trabajos, compartió cartel con Elizabeth Taylor y Dustin Hoffman. Encontró en Polanski a un buen amigo y consiguió escapar de un matrimonio asfixiante, marcado por la búsqueda del padre. Para ella, La semilla del diablo fue una puerta al éxito y la libertad. Después se casó con el pianista y dorector de orquesta de origen alemán André Previn en 1970. Tuvieron tres hijos (Matthew, Sascha y Fletcher) y adoptaron otros tres, Soon Yi, Lark Song y Daisy. Ambos se divorciaron en 1979.... hasta que en 1980 topó con Woody Allen y la semilla de la rosa de su corazón se tornó en cardo.

jueves, 24 de septiembre de 2015

Venus, Polanski y el ardor



Esta mañana, una vez vista anoche la película, grabada de la televisión, en esa maravilla que es "la nube" que nos ofrece la Tv digital de Movistar, mientras caminaba para el trabajo. Iba pensando en qué título pondría a esta artículo y en ese momento me he acordado de dos cosas. Por un lado, del grupo musical ochentero de Polanski y el ardor, que pasó a la historia con un par de canciones "Ataque preventivo de la URSS" y "Chantaje emocional", y me ha remitido a esto el nombre del grupo, pues reconozco que a mí esta película no me ha gustado nada, es más, me ha aburrido mucho, aunque no me ha causado ningún ardor. Eso sí, me duele el haber dejado minutos de mi sueño por verla. Y , vinculado, con el sueño, y siguiento con el camino que me llevaba al trabajo, mientras pasaba por los antiguos terrenos del desaparecido Cine La Fuensanta, he recordado que allí fuí, en octubre de 1982, en la misma época en la que sonaba Polanski y el ardor, a ver una película de Woody Allen titulada "El sueño sexual de una noche de verano". Para mí, que por aquel entonces tenía 17 años, e íbamos - un compañero y yo- al cine acompañados de dos chicas para ver la película y lo que pudieros pillar, y nos tragamos lo que recuerdo como un rollo tremendo , un auténtico tostón. Pues anoche una sensación parecida a la de aquel año: la de pérdida de tiempo.

Algo parecido  me pasó igualmente con otra película en 1991 que tenía, en este caso, como protagonista a Venus. Se trataba de Cita con Venus, la película de István Szabo, otro tostón de película. Esta claro que no tengo suerte con aquellas películas que pretenden ser obras de autor, surgidas de las obsesiones de los mismos y que contienen en su título a Venus. Puede que hoy no esté para reflexiones de gran calado.


Lo cierto es que anoche pude ver la Venus de las Pieles o "La Vénus a la fourrure", una película del año 2013 de Roman Polanski que sigue un guión del mismo Polanski y de David Ives, que a su vez realizó la adaptación cinematográfica de su misma obra teatral, inspirada en la obra del decimonónico austriaco Leopold von Sacher-Masoch, Venus im Pelz, y origen directo de la palabra masoquismo. Cuenta con la música de un habitual Alexandre Desplat y la fotografía de Pawel Edelman Se trata de una producción francesa en la que están presentes R.P. Productions y Les Films Alain Sarde. El reparto lo componen únicamente un actor Mathieu Amalric, y una actriz, Emmanuelle Seigner, mujer de Polanski. 

La película comienza con un impresionante travelling, para mí, lo mejor de la película que con música de Desplat nos introduce bajo la lluvia en un teatro. Quien entra es una chica y en su interior se encuentra un hombre. Ella es Wanda, mientras que él se trata de Thomas.

Después de un día de audiciones a actrices para la obra que va a presentar, Thomas Novachek, un director y dramaturgo de teatro que ha escrito una pieza sobre ‘La Venus de las Pieles’ de Sacher-Masoch y está buscando actriz para interpretar el papel de Wanda von Dunayev. Se lamenta de la mediocridad de las candidatas; ninguna tiene la talla necesaria para el papel principal.

En ese momento llega Vanda Jordan, es una actriz algo excéntrica que llega tarde a la audición y le ruega a Thomas que le haga la prueba. Él accede a regañadientes. 

Pero cuando Thomas la deja probar suerte, pero poco a poco se irá dando cuenta de que Vanda es la actriz perfecta para el papel cuando saca a la luz un torbellino de energía que encarna todo lo que Thomas detesta: es vulgar, atolondrada y no retrocedería ante nada para obtener el papel. Thomas se queda perplejo y cautivado por la metamorfosis que experimenta la mujer y asume el papel del protagonista masculino, Severin,: comprende perfectamente el personaje y conoce el guión de memoria.

Pronto, se verán identificados con los personajes de la novela y empezarán a perder la noción de la realidad envueltos en esa historia de amor, sumisión y perversión. El creador teatral asume cada vez más el sentir de Severin y cuenta cómo se había enamorado de Wanda a la que extorsiona para conseguir que le trate como su esclavo, en formas cada vez más humillantes con la presencia de detalles fetichistas como la vestimenta de cuero o piel asociada a la dominación, el collar de perro que pasa de ella a él, e incluso la firma de un contrato de sumisión.

La película acaba con la transformación de la actriz en la diosa, en su forma de bacante,  como venganza frente al hombre que intenta dominarla. Finalmente, una serie de imágenes de Venus de la tradición pictórica renacentista y barroca pone fin a la película.
 

‘La Venus de las pieles’ transcurre en un único espacio, un teatro y para que el espectador no se aburra es necesaria una maestría en la dirección y en el uso de la cámara que el señor Polanski dominan a la perfección. Para mi sorpresa la crítica valoró muy positivamente la obra, incluso recibió diversos premios. Recuerdo, por el programa de Dias de cine que fue presentada en Festival de Cannes en la sección oficial. Entre estos destacan los Premios César al mejor director para Polanski,aunque llevó a obtener hasta siete nominaciones, incluyendo Mejor película. Fue igualmente nominada a los Premios David di Donatello, a la mejor película europea. 

Entre las críticas únanimemente favorables destacan las de los estadounidenses como la David Rooney de The Hollywood Reporter "La inclinación de Roman Polanski por los juegos psicosexuales de la mente realizados en espacios claustrofóbicos se revisa deliciosamente en 'Venus in Fur' (...) Emmanuelle Seigner es una fresca revelación" Junto a ella está la de Scott Foundas de Variety quien dijo que " Con 'La Venus de las pieles' Roman Polanski transporta un éxito de los escenarios de Nueva York a la pantalla con la máxima fidelidad y habilidad, y con el mínimo esfuerzo." 

Entre los británicos tabién fue positiva la de Peter Bradshaw en The Guardian al decirnos que domina en ella la "'Elegancia e ingenio. (...) la ilusión y la realidad, dirigida como si se tratara de un acto sexual. (...). En esta misma línea de valoración positiva se encuentra Keith Uhlich en Time Out cuando nos dice que "Como siempre con Polanski, las excentricidades de la narrativa están bañadas de un experto barniz de clasicismo". 

En España también todos los críticos fueron positivos con la película. Por ejemplo, Carlos Boyero en el Diario El País nos comenta que "Polanski extrae con talento todo lo que pretende de sus intérpretes, aporta su malicioso sentido del humor, sale triunfador del osado experimento. No es una película deslumbrante, pero sí divertida y con un punto de inquietud".

En ese mismo diario, Javier Ocaña plantea que "No puede ser más puramente Polanski: en su tono y en su carácter obsesivo; en sus diferentes planos de ataque y en su vertiente opresiva; en su fascinante intelectualidad" Destaca de la misma el hecho de que aparezcan "Dos únicos personajes y sin embargo, cuántas capas, como cajas chinas una tras otra, hasta conformar algo difícil de igualar". Destaca el crítico que esta obra es Polanski: en su tono y en su carácter obsesivo; en sus diferentes planos de ataque y en su vertiente opresiva; en su fascinante intelectualidad.A través de una puesta en escena clásica, sin estridencias, -prosigue el articulista y de un leve acompañamiento de piano de Desplat, que solo se torna hermosamente- y únicamente grandilocuente en el estirón de degradación final.Y acaba el crítico con esta afirmación "En definitiva, el infinito juego del combate sexual y de la dominación"  

Luis Martínez en el Diario El Mundo afirma que "El resultado es brillante, divertido, profundo, ocurrente y procaz. Todo en uno. Y, por supuesto, inquietante" Sergi Sánchez en La Razón escribe que "Desde la humildad de la obra que se sabe menor, parece un compendio juguetón de todas sus obsesiones [de Polanski] (...) Tanto Seigner como Amalric parecen pasárselo bomba, y el público con ellos" 

En ABC A. Rodríguez Marchante nos dice que la película es "Un juego de entrada y salida al texto y de mezcla de ficción perversa y realidad maligna, algo que la película consigue gracias a la excelente capacidad de Emmanuelle Seigner para ser, según convenga, chabacana y refinada"
Por su parte Nando Salvá en una de las revistas especializadas como es Cinemanía señala que la película "Rebosa tensión psicosexual, dinámicas recíprocas de dominación masoquista y un montón de momentos hilarantes. Buena."  Rubén Romero también en Cinemanía  nos cunta que es  "Una de las declaraciones de amor más hermosas jamás filmadas. (...) En otra , en Fotogramas,  Jordi Costa afirma que "Polanski construye una cámara de ecos de su filmografía anterior (...) Lo mejor: su sintética lucidez. Lo peor: que se malinterprete como un Roman Polanski menor (...)
En el diario más prestigioso de esta Cataluña que quiere secesionarse Salvador Llopart escribe en el Diario La Vanguardia  que "El poder planteado como la lucha de sexos. El poder que implica mando y sometimiento. Y la lucha entre sexos, ¿implica masoquismo? Es la cuestión que afronta este habilidoso filme de Polanski (...).

Lucía Ros, editora de blog de cine, escribe en el blog que "Puede que ‘La Venus de las pieles’ sea una película menor del realizador, ya sea por su puesta en escena y su escaso reparto —sólo hay dos actores—, porque no obtuvo el reconocimiento sonado al que nos tienen acostumbrados sus últimos trabajos (...) ‘La Venus de las pieles’ bien merece más de un visionado, porque tras su aparente sencillez se esconde una comedia de humor negro con tintes eróticos que demuestra que el maestro Polanski lo ha vuelto a hacer.Destaca Lucía que "se esconde una mordaz comedia negra llena de capas y una evolución de personajes tan bien trazada y creíble que puede llegar a resultar escalofriante.

La opinión del cono sur también interesa y así en Argentina Javier Porta Fouz escribe en el Diario La Nación que etamos ante "Una película intensa y concentrada. (...) Polanski dirige y dispone su mejor perfil malicioso con no poco de perversión.". Mientras que Pablo O. Scholz del Diario Clarín señala que estamos ante "El mejor Polanski (siniestro, inconformista, manipulador) regresa en este filme, con sólo dos personajes."
Estoy de acuerdo con la idea de que la película es una reflexión del director sobre los temas que le obsesionan como un woody Allen cualquiera: el amor, el intercambio de roles, los extremos, la dominación, la sumisión y la perversión y sobre todo la fina linea que separa la realidad con la ficción.

Venus, Polanski y el ardor una combinación explosiva que, a mí, personalmente, me ha inspirado poco, puede que por el excesivo peso de su representación teatral, salvo de la misma el valor del espacio escénico, la iluminación y el reconocimiento al trabajo de los actores que llevan en sus diálogos el peso absoluta de la película. Sin embargo, para elegir películas con dos actores me quedo con La Prueba  (Sleuth, 1972), la película de Joseph L. Mankiewicz con Michael Caine y Lawrence Oliver. Pero eso es otra historia qu será contada en otro momento.