martes, 3 de febrero de 2015

El complot que motivó Valkiria


He apostado por seguir viendo versiones sobre aquello que sucedió un 20 de junio de 1944 y que fue protagonizado por el aristócrata bávaro Claus Von Stauffenberg y que tenía como objetivo central ese Complot para matar a Hitler, en inglés "The Plot to Kill Hitler" . 
Se trata de un telefilm diseñado específicamente para la televisión y que fue dirigido en 1990 por Lawrence Schiller, siguiendo un guión de Steven Elkins y realizado por la productora Jadran Film y la Warner Bros. Television, compañía que distribuyó la película. Contó para ello con la música de Laurence Rosenthal y la fotografía de Freddie Francis y el montaje de Bernard Gribble. 
Fue estrenada hace unos treinta años, en concreto el 30 de enero de 1990, y que tiene como protagonistas estelares a Brad Davis como Claus von Stauffenberg, Madolyn Smith Osborne en el papel de Nina von Stauffenberg, Ian Richardson como General Ludwig Beck, Kenneth Colley como el mariscal de campo Wilhelm Keitel, Michael Byrne como el General Friedrich Olbricht, Helmut Lohner como el general Friedrich Fromm, Jonathan Hyde como el Doctor Joseph Goebbels, Rupert Graves como Axel von dem Bussche y Helmut Griem como Erwin Rommel, Mike Gwilym como Adolf Hitler, Vernon Dobtcheff como el General Erich Fellgiebel, Christoph Eichhorn como el general Helmuth Stieff, Michael Fitzegerald como el mayor Ernst John von Freyend y Heather Chasen como la baronesa. Junto a ellos, Jack Hedley creo como Otto Ernst Remer.

La historia - como sabemos al detalle- en este caso comienza con un largo flashbacks pues vemos la intervención de del coronel Otto Ernst Remer (Jack Hedley), Comandante del ejército de reserva, y como pasa de la detención del Doctor Joseph Goebbels (interpretado por Jonathan Hyde) a detener al coronel Claus von Stauffenberg (Brad Davis) y que empieza justo en el momento en qué recibe un disparo de Remer. La historia, como ocurrió en Valkiria, se remite a Túnez y aquí presenta un encuentro entre Claus von Stauffenberg y el mariscal de campo Erwin Rommel - aquí Helmut Griem- , momentos antes de caer gravemente herido.

Tras esto vemos como la historia pasa al hospital en el que von Stauffenberg recibe la visita de su mujer Nina von Stauffenberg (Madolyn Smith Osborne). Desde ese momento, vemos que el desapego que tiene von Stauffenberg y que había traslado a Rommel va en aumento viendo la destrucción generada en Alemania por la locura de Hitler y que ha llevado a la Alemania Nazi a sus días más decadentes.

Esta situación lleva a un grupo de oficiales de alto rango del ejército dirigido por el General en la reserva Ludwig Beck (Ian Richardson), o el General Friedrich Olbricht (Michael Byrne), con el fin de salvar lo que queda de su nación devastada por la guerra. Observamos la actitud indecisa del general Friedrich Fromm (Helmut Lohner). Su objetivo: matar al Führer durante una reunión en la “Guarida del Lobo” en Prusia Oriental.

La película acaba con el principio, en este caso la detención y fusilamiento de los participantes en el complot , y con unos títulos que nos informan del final de los encausados en el juicio posterior y que llevó a la muerte de Fromm. Rommel y al encarcelamiento de Nina von Stauffenberg, así como el reconocimiento al valor de los que se opusieron al dictador alemán.
Los primeros sesenta minutos se centran en el complot dejando la última media hora desde el atentado hasta el fracaso de la misma. Peso importante son los diálogos - que, por cierto, he tenido que escuchar en inglés - y las situaciones descritas de forma sencilla y sin pretensiones para la televisión "El complot para matar a Hitler" fue filmada en los Estados Unidos y Zagreb, (Yugoslavia).
Destacan las las actuaciones de los actores de peso en el cine de los noventa como Ian Richardson como el General Beck y Ken Colley como el Mariscal de Campo Keitel como son característicamente convincente. Jonathan Hyde es un Goebells convincente y destaca igualmente el actor galés Mike Gwilym que pone cara y gestos a Hitler.
No estamos ante un telefilm de saldo. No sólo las actuaciones son convincentes como se ha dicho anteriormente, sino que hay profesionalidad en aspectos menores y mayores como la escenografía o vestimenta. Por supuesto, que en esta obra de Lawrence Schiller se omiten muchos aspectos que sí aparecen en las reseñadas películas anteriores, incluso, que documentalmente son hasta conbtradictorias con respecto a la verdad presentada en obras anteriores, pero eso no impide que estemos ante una película resuelta con solvencia y oficio, que completa el ciclo sobre el atentado que motivó la activación de la operación Valkiria.

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