La muerte de Mandela ha vuelto a recuperar la figura de este hombre modélico que lucho por la libertad y, sobre todo, por la igualdad no sólo de su pueblo, sino de la humanidad. Ante todo, Madiba era un hombre bueno, aunque esa bondad no le diese la estabilidad familiar con la el hubiera soñado. Eso y así de refilón aparece en ese homenaje que le montó ese genio del cine que es Clint Eastwood, en el filme que lleva por título Invictus.
Invictus pudiera parecer que está dedicada no sólo a Mandela sino a la victoria sudafricana en el Mundial de Rudby que montó Sudáfrica en el año 1995. Nada de nada, y eso que también es un drama deportivo. Pero es mucho más que todo eso.
"Invictus" es un poema breve escrito por el poeta William Ernest Henley (1849–1903), escrito en 1875, y publicado por primera vez en 1888 en el "Libro de poemas" del mismo, donde se hallaba el cuarto de una serie titulada Vida y muerte (ecos).No tenía título originalmente:las primeras ediciones contenían solo la dedicatoria A R. T. H. B.—en referencia a Robert Thomas Hamilton Bruce (1846–1899), un exitoso comerciante de harina y panadero que eran mecenas de literatos. El título de "Invictus" (invicto, inconquistable en latín) fue añadido por Arthur Quiller-Couch cuando lo incluyó en el Oxford Book of English Verse del año 1900. Pues bien, Mandela tuvo el poema escrito en una hoja de papel durante su prisión, ayudándole a sobrellevar su encarcelamiento. Mandela leía una y otra vez desde su celda de confinamiento durante los veintisiete años en los que estuvo encarcelado.
En la película, Mandela le escribe el poema al capitán de la selección surafricana, Francois Pienaar, antes del comienzo del campeonato, si bien en la realidad Mandela le dio un extracto de un discurso de Theodore Roosevelt, "The Man in the Arena"
Pero hablemos de la película, y lo cierto es que Invictus , una película del año 2009, fue dirigida con la tradicional maestría de uno de los últimos genios cinematográficos como es Clint Eastwood.
La historia está basada en el libro de John Carlin, Playing the Enemy: Nelson Mandela and the Game That Changed a Nation. Este libro sirvió para que Anthony Peckham elaborara un guión en base al mismo.
La producción de la película fue labor de Clint Eastwood, Lori McCreary, Robert Lorenz y
Mace Neufeld a través de las productoras Spyglass Entertainment, Revelations Entertainment y la eastwooniana Malpaso Productions. Invirtieron en ella unos 50 millones de dólares.
Como suele suele habitual Eastwood contó con el mismo y con otros miembros de su familia para la confección del filme. En este caso fue Kyle Eastwood aunque también colabora Michael Stevens para la música. La fotografía es de Tom Stern y el montaje de Joel Cox y Gary D. Roach
La película trata sobre los acontecimientos en Sudáfrica antes y durante la Copa Mundial de Rugby de 1995, organizada en ese país tras el desmantelamiento del sistema segregacionista del apartheid.
La película contó con Morgan Freeman y Matt Damon que desempeñan, respectivamente, el presidente sudafricano Nelson Mandela y Francois Pienaar, el capitán de los Springboks Adjoa Andoh como Brenda Mazikubo, Tony Kgoroge como Jason Tshabalala, McNiel Hendriks como Chester Williams, Scott Eastwood como Joel Stransky, Zak Feaunati como Jonah Lomu, Grant L. Roberts como Ruben Kruger, Rolf E. Fitschen como Naka Drotske, Vaughn Thompson como Rudolph Straeuli, Charl Engelbrecht como Garry Pagel, Graham Lindemann como Kobus Wiese, Julian Lewis Jones como Etienne Feyder y Marguerite Wheatley como novia de Pienaar.
Invictus fue lanzado por la Warner Bros. Pictures en losEstados Unidos el 11 de diciembre de 2009 y fue un éxito de público con de 122 millones de dólares recaudados y también de crítica.
La película cuenta los primeros años vividos en Sudáfrica tras la abolición del sistema segregacionista del apartheid. Parte de unas imágenes documentales en la que, con un fondo de unos campos, uno de Rugby en el que juegan los blancos, y otro de fútbol en el que juegan los negros nos va narrando los hechos de la liberación de la prisión el 11 de febrero de 1990, el líder activista Nelson Mandela logra acceder poco tiempo después tras ganar las elecciones democráticamente en 1994 a la presidencia de Sudáfrica.
Lo que algunos podrían planear como el inicio de la venganza de la población segregada por sus colores durante tantos años , no forma parte de los planteamientos del líder del Congreso nacional Africano (CNA). Desde su puesto se dispone a construir una política de reconciliación entre la mayoría negra, que fue oprimida en el Apartheid, y la minoría blanca, que se muestra temerosa de un posible revanchismo por parte del nuevo gobierno.
De hecho es llamativo cuando entra en el Palacio presidencial de Pretoria y ve como los funcionarios blancos van recogiendo sus cosas pensando en una inminente represalia. Tras ver la fuga, Mandela reúne a los que restan y les pide que continúan en sus puestos pues han demostrado eficacia. Especialmente relevante es su encuentro con miembros del equipo de seguridad del ex presidente De Klerk. Esto es aceptado por los bancos y , a regañadientes, por los otros tras décadas de opresión.
Para tal fin, Mandela , desde la misma noche de su victoria electoral, y desde la soledad familar fija su atención en la selección sudafricana de rugby, conocida como "Springboks". Este equipo no pasa por una buena racha deportiva y sus fracasos se acumulan; además, no cuenta con el apoyo de la población negra, que lo identifica , especialmente el color verde y el dorado, con las instituciones del apartheid. Mandela se da cuenta de que la población negra asistía a los juegos de los "Springboks" solo para apoyar a los contrarios, como ocurre con el rival Inglaterra que apaliza al equipo sudafricano, algo que él recordó que también hacía cuando estaba en prisión.
Debido a que Sudáfrica sería la sede de la Copa Mundial de Rugby de 1995, a un año de aquel entonces, Mandela decide apoyar al equipo nacional y para ello convence – no sin dificultad- a las nuevas autoridades del Comité de Deportes Sudafricano, compuesta en su mayoría por dirigentes de raza negra, de que se unan a él en el apoyo a los "Springboks".
Mandela convoca entonces al capitán del equipo, François Pienaar, a una reunión en la cual le señala que el triunfo de la selección de rugby en la Copa Mundial sería un logro capaz de unir e inspirar a una nación, y como muestra de ello, y comparte con el deportista un poema escrito por William Ernest Henley llamado "Invictus", y que le sirvió de inspiración durante sus años de prisión.
De esta forma Pienaar y el resto de su equipo-esos menos convencidos- comienzan a entrenar, al mismo tiempo de que, por orden del alto gobierno, deben cumplir la labor de llevar el deporte del rugby a las distintas comunidades negras mediante sesiones de entrenamiento, ya que únicamente hay un jugador negro: Chester.
Entretanto, muchos Sudafricanos, de ambas razas, tienen sus reservas y dudan de que el rugby será capaz de unir a una nación que ha estado dividida durante 50 años por discriminaciones raciales. Para muchos de los ciudadanos negros, especialmente los más radicales, el equipo de los "Springboks" simboliza la "supremacía blanca".
Sin embargo, Mandela y Pienaar se mantienen firmes en su teoría de que este juego puede unir exitosamente a un país.
Las cosas empiezan a cambiar a medida que los jugadores interactúan y comparten experiencias deportivas con los locales. Durante los juegos de apertura, el apoyo por los Springboks comienza a crecer entre la población negra. Para los siguientes partidos, luego de las primeras victorias de los Springboks en la Copa Mundial, ya los ciudadanos de todas las razas apoyaban los esfuerzos de Mandela y de la selección de rugby.
Sorprendentemente, los Springboks superan todas las expectativas y se califican a la final de la Copa Mundial, tras eliminar con bastante comodidad a Francia, teniéndo que enfrentar al equipo de Nueva Zelanda, los "All Blacks", conocidos como el equipo de rugby más exitoso del mundo en aquel entonces y a Lamu y la “haka” como símbolo del mismo.
Antes del juego, los Springbroks visitan la Isla Robben, ex-prisión en la cual Mandela pasó la mayor parte de sus 27 años de condena. La experiencia conmueve profundamente a Pienaar, quien se sorprende por el hecho de que Mandela sea un hombre capaz de perdonar a aquellas personas que lo encerraron en una celda durante casi 30 años.
Apoyado por una enorme multitud de aficionados en el estadio Ellis Park de Johannesburgo, el mismo que vio a España proclamarse campeona del mundo, de ambas razas, blanca y negra, Pienaar motiva a su equipo. Justo antes del comienzo, aparece en el horizonte un avión de pasajeros. Sobrevuela en raso el estadio, y su lomo muestra las palabras “Buena Suerte Springboks”.
Los Springboks ganan el juego con un gol de patada de campo de último minuto de Joel Stransky (Scott Eastwood), con un marcador de 15–12. Mandela y Pienaar se reúnen en el campo para celebrar la improbable e inesperada victoria.
Las calles de la ciudad se llenan de personas en una celebración unánime sin distinción de raza o condición social. Entretanto, el auto de Mandela y su séquito de seguridad pasa entre la muchedumbre a su vez que el presidente sudafricano observa a su nación unida en un solo grito de victoria. Las frases del poema "Invictus", se oyen una vez más en su mente.
Y hasta ahí la película. Lo cierto es que esta se basa en una base real, pues es cierto que Madiba utilizó la Copa Mundial de Rugby de 1995, jugada en Sudáfrica, para buscar el apoyo de la minoría blanca y reducir las tensiones raciales que hubieran podido llevar el país a una guerra civil y con ello construir una nación. Y para ello contó con Pienaar . Todos los jugadores sudafricanos son reales.
Durante el torneo, los Springboks derrotaron a las selecciones de Australia, Rumanía,Canadá, Samoa y Francia. Luego jugó la final con sus clásicos rivales de Nueva Zelanda en el estadio Ellis Park de Johannesburgo. Pienaar se partió el pecho durante el partido y en el tiempo extra, y a pesar de la tensión del partido, los tres puntos del drop de Joel Stransky garantizaron una victoria sudafricana.
Con la mejor defensa del torneo, el liderazgo de Pienaar y la efectividad ofensiva de Joel Stransky, Sudáfrica venció a la favorita Nueva Zelanda por 15-12, desatando la euforia general y los abrazos espontáneos y sin miramientos; quizá la primera confirmación de que Sudáfrica empezaba a existir como tal, sobre un fundamento mayor a la simple imposición geográfica.
Tras el partido, Pienaar dejó en claro en una entrevista a pie de campo que el equipo había ganado el trofeo, no sólo para los 60.000 aficionados presentes en el Ellis Park, sino para los 43 millones de sudafricanos. Nelson Mandela, vestido con una camiseta de los Springboks con el número 6, el número que Pienaar había portado durante el encuentro, le hizo entrega de la Copa Webb Ellis, trofeo oficial del Campeonato.
En el año 2000, Pienaar se retiró como jugador y en 2002 regresó a Ciudad del Cabo(Sudáfrica), donde vive con su esposa Nerine y sus dos hijos, uno de los cuales tiene a Nelson Mandela como padrino.
La película está basada en el libro Playing The Enemy: Nelson Mandela y The Game that Made a Nation, que fue escrito por el inglés John Carlin. Este libro realmente nos cuenta desde el inicio de las negociaciones de Mandela con el presidente Botha y luego con el presidente De Klerk, hasta la final del mundial, es decir de 1985-1995 incluyendo los contactos entre Pienaar y el presidente Nelson Mandela y cómo la victoria de los Springboks logró unir al pueblo sudafricano.
Los realizadores se reunieron con Carlin durante una semana en su casa de Barcelona, discutiendo la manera de transformar el libro en un guion. El rodaje comenzó en marzo de 2009 en Ciudad del Cabo.
Matt Damon fue elegido para el papel de François Pienaar y recibió un entrenamiento intensivo a cargo de Chester Williams, quien en la vida real fue uno de los jugadores del equipo sudafricano en 1995; este entrenamiento se llevó a cabo en el Gardens Rugby Club. Damon también se entrevistó con el auténtico Pienaar.
Varias audiciones tuvieron lugar entre la navidad de 2008 y marzo de 2009 para tratar de encontrar un actor británico conocido que interpretara al padre de Pienaar, pero en marzo, se decidió finalmente elegir un actor sudafricano poco conocido.
El jugador de Nueva Zelanda, Jonah Lomu, fue interpretado por Zak Feaunati, quien fue jugador del equipo Bath Rugby y que actualmente es el jefe de rugby en el colegio Vesey's Grammar en Sutton Coldfield.
Como ya he dicho más arriba a Eastwood le gusta colocar a miembros de su familia en el equipo cinematográfico, ya hemos nombrado a uno de sus hijos , pero es que también colocó a Scott Eastwood, quien interpreta al jugador Joel Stransky (cuya anotación casi al término del juego permite la victoria de los Springboks en la final de 1995).
En general , el film ha recibido críticas relacionadas con el tratamiento de la realidad histórica, tanto política como deportiva, ya sea por simplificar la cuestión racial sudafricana, silenciar algunos hechos importantes, o magnificar el papel de Mandela. Pero en el ámbito cinematográfico es donde mejores críticas ha tenido.
Laurence Mitchell, jefe de la Comisión de Cine de El Cabo, dijo de ella que "En términos de categoría y estrellas de cine, ésta es sin duda una de las más grandes películas de la historia que se han hecho en Sudáfrica".
En Estados Unidos fueron realmente positivas. Por ejemplo, Todd McCarthy en Variety dijo de ella que era “"Una muy buena historia muy bien contada. (...) cada escena rebosa sorprendentes detalles, que se acumulan en un rico compendio de historia, impresiones culturales y emoción." En The Hollywood Repoter Kirk Honeycutt dijo de ella que era "Una templada e imparcial, quizá demasiado tímida, película sobre unos convulsos tiempos en Sudáfrica. (...) es un placer encontrar una película que realmente habla de algo." En un diario de la decadente Detroit , Detroit News, Tom Long señaló que "Te deja sonriente, satisfecho e inspirado (...) un sólido entretenimiento de masas con un mensaje maravilloso" . Pero la clave está en la crítica pluma y acertada del que fue más importante crítico norteamericano de los ochenta, noventa y primera década del siglo XXI, desaparecido a finales de este año , hablamos de Roger Ebert del Chicago Sun-Times que señaló que "Clint Eastwood, un maestro (...) hace que amemos a Mandela, nos sintamos orgullosos de Francois y nos alegremos por los valientes Springbok. Un gran entretenimiento (...) .
En España el film fue menos sentido y más criticado en su peor acepción. Así Carlos Boyero en El País dijo del mismo que "Algunos esperábamos más. (..) Se limita a ser tan correcta como olvidable, usuaria de recursos fáciles" ; más duro fue Alberto Bermejo en Diario El Mundo "El guión, más bien pobre y a ratos decididamente torpe (...) Eastwood pone su oficio y su corrección, que no su genialidad, al servicio de un proyecto que le resulta ajeno. (…).
Mejor, mucho mejor fue José Manuel Cuéllar en el Diario ABC al decir que "No verán al mejor Clint, sino a un cineasta emocionado por el personaje que describe (...) trabajo meritorio en su ejecución, pero excesivamente idealista en su planteamiento. (...) Aún así, el trazo del maestro es siempre firme (...)
La película recibió algunos premios, además de la enorme recaudación antes mencionada. En ese año del 2009 cada vezmás alejado tuvo 2 nominaciones al Oscars: como mejor Actor (Freeman), y al mejor actor secundario (Damon). Igualmente los Globos de Oro de ese año no se olvidaron de ella al menos en las nominaciones , pues obtuvo las de mejor Director, mejor actor (Freeman) y actor secundario. (Damon). También tuvo cuatro nominaciones a los Critics' Choice Awards, a la Mejor película, director, actor y secundario. También Freeman y Damon fueron nominados como mejores actoires de reparto por el sindicato de actores.
Nadie puede discutir el valor y la calidad humana de Mandela y lo que quiso transmitir expresamente Clint Eastwood fue el el pensamiento de Nelson Mandela a través de un Morgan Freeman memorable que se presenta como fue “Soy amo de mi destino, capitán de mi alma”. Y así Eastwood se centra en un momento concreto de la vida del líder del CNA para mostrarnos su proyecto humano e, incluso, nacional. Y el director estadounidense dota a todo ello de su ritmo, su lucidez y sobre todo su emotividad, pues toda la película rebosa de emociones contenidas tanto en la interpretación memorable de Freeman como en la de Damon, hay tensión y eficacia narrativa en la manera de presentar el espíritu deportivo y mucho entretenimiento. Pero ante todo la misma emoción que trasmite el poema de William Hearnest Henley sobre lo invencible, y con el que finalizo esta entrada.
Más
allá de la noche que me cubre
negra
como el abismo insondable,
doy
gracias a los dioses que pudieran existir
por
mi espíritu invicto.
En
las azarosas garras de las circunstancias
nunca
me he lamentado ni he pestañeado.
Sometido
a los golpes del destino
mi
cabeza está ensangrentada, pero erguida.
Más
allá de este lugar de ira y lágrimas
donde
yace el horror de la sombra,
la
amenaza de los años
me
encuentra, y me encontrará, sin miedo.
No
importa cuán estrecho sea el camino,
cuán
cargada de castigos la sentencia,
soy
el dueño de mi destino,
soy
el capitán de mi alma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario