martes, 31 de diciembre de 2013

Una segunda aventura


Esta entrada está expresamente colocada aquí. La razón, quería que el año se cerrara como lo empecé. La primera entrada de este blog y en este año fue una nueva aventura, y ésta, como última del año, se llamará una aventura que continua. Lo hice con el hobbit, pues lo lógico es que el seguimiento sea con El hobbit II o como se llama ahora, El hobbit: la desolación de Smaug.

Las primeras señales de vida sobre el filme llegaron el 25 de marzo de 2013, desde Nueva Zelanda y vía streaming para todo el planeta, Peter Jackson presentó en sociedad El Hobbit: La desolación de Smaug. 
El estreno de la película a nivel mundial se realizó el 13 de diciembre del 2013, unos días antes en la decadente ciudad de Los Ángeles. Nueve días después estábamos los cinco en el cine. 
Como lector de Tolkien me ha dolido que se hallan realizado tantas partes sobre el libro, más bien , librito – por el grosor, no por la calidad- , de Tolkien. Esta es la segunda de las tres partes en las que se ha dividido la novela El hobbit, del escritor británico J. R. R. Tolkien, para su adaptación al cine. 
Esta segunda parte fuimos a verla el día 22 a la sesión de las ocho, en los cines del Guadalquivir. Y todavía, y anunciada para el próximo invierno queda la tercera y última parte, que por ahora se llamara en inglés, The Hobbit: There and Back Again, más o menos, El Hobbit: Viaje de ida y Vuelta. 
Ya sabemos que la idea de realizar la adaptación para la pantalla grande viene desde 1995, cuando Peter Jackson y Fran Walsh rodaban The Frighteners. Tras el rotundo éxito de la trilogía cinematográfica de El Señor de los Anillos (en 2001, 2002, y 2003 respectivamente), Jackson y Walsh volvieron sobre el proyecto de realizar El hobbit, pero esta vez con el director Guillermo del Toro a la cabeza.

Tras la quiebra de los estudios MGM, Del Toro se salió del proyecto, acreditado al mexicano únicamente como guionista. Peter Jackson se ocupó entonces de la dirección y puso en marcha la película en 2010, comenzando el rodaje el 21 de marzo de 2011. Del Toro y Jackson ya habían contactado previamente con algunos de los actores que habían interpretado a alguno de los personajes en la trilogía anterior. La dirección artística de este amplio proyecto recayó en Alan Lee, mientras que la producción fue del propio Peter Jackson, acompañado de Carolynne Cunningham, Philippa Boyens y el ya nombrado Fran Walsh. El diseño de producción fue de Dan Hennah para las productoras y distribuidoras formadas por Metro-Goldwyn-Mayer y New Line Cinema. La inversión, estartosférica, alcanzando la friolera de 215 millones de dólares.
Como señalamos en la entrada de enero de 2013 el guión fue elaborado por Fran Walsh, Philippa Boyens, Guillermo del Toro y Peter Jackson basándose en la obra El hobbit, de J. R. R. Tolkien. En los apartados técnicos estuvieron presentes Howard Shore en la vertiente musical, siguiendo el hilo marcado por El señor de los anillos (desde ahora ESDLA); el sonido impactante de Christopher Boyes. En el apartado fotográfico destaca Andrew Lesnie. Los efectos especiales, impresionantes en todo el filme, fueron realizados por Weta Workshop.

El elenco de actores y actrices – pocas- está encabezado por Ian McKellen como el mago Gandalf el Gris y Martin Freeman como el hobbit Bilbo Bolsón de Bolsón Cerrado – si no lo digo reviento-. 
A estos se le unen Richard Armitage como el enano Thorin Escudo de Roble, Ken Stott como el enano Balin, James Nesbitt como el enano Bofur, Graham McTavish como el enano Dwalin, William Kircher como el enano Bifur, Stephen Hunter como el enano Bombur, Dean O'Gorman como el enano Fíli, Aidan Turner como el enano Kíli, John Callen como el enano Óin, Peter Hambleton como el enano Glóin, Jed Brophy como el enano Nori, Mark Hadlow como el enano Dori, Adam Brown como el enano Ori. A estos enanos , principalmente, se le suman Orlando Bloom como el elfo Legolas, Evangeline Lilly como la elfa Tauriel, Lee Pace como Thranduil, rey de los elfos del Bosque Negro, Cate Blanchett como la elfa Galadriel, Benedict Cumberbatch como el dragón Smaug el Terrible y El Nigromante, y Mikael Persbrandt como el hombre beórnida Beorn, Sylvester McCoy como el mago Radagast el Pardo, John Bell como el hombre Bain, Luke Evans como el hombre Bardo el Arquero, Stephen Fry como el gobernador de Esgaroth, Ryan Gage como Alfrid, Manu Bennett como el trasgo Azog el Profanador y Conan Stevens como el trasgo Bolgo. 

Recordad , - yo volví a ver la película ese mismo día, entre los cuatro y las siete y media de la tarde- , que dejábamos a los enamos , con Gandalf y con Bilbo en el bosque huyendo de los orcos. Los enanos intentan escapar de los orcos y se ocultan en la casa de un extraño ser conocido como Beorn, el último cambia pieles de la Tierra Media. 
Ahora, con aspecto de un inmenso oso, protege el bosque del mal, pero también ataca al grupo nombrado anteriormente. Este expresa su desagrado con los enanos, pero decide ayudarles cuando se entera de que estos están siendo perseguidos por los orcos, los mismos que exterminaron a su raza. 
Bilbo y los enanos prosiguen su camino y se adentran en el ahora peligrosísimo Bosque Negro, pues es el camino más directo hacia Erebor. Gandalf, por su parte, abandona la compañía de Bilbo y los enanos para dirigirse a los Páramos de Rhudaur, con la intención de inspeccionar las tumbas de los Nazgûl. Antes de partir Gandalf insiste en que nadie salga del camino, pues fuerzas ocultas están ocupando lo que antes fuese el mejor bosque de la Tierra Media. 
En su travesía por el Bosque Negro los enanos comienzan a padecer los efectos del aire tóxico que allí se respira, y pierden el sentido de la orientación. Comienzan a dar vueltas y , por supuesto, se salen de la senda. Ante esto Bilbo decide subirse a un árbol para intentar conocer su ubicación actual. Cuando Bilbo desciende se percata de que los enanos han desaparecido, y tropieza con una tela de araña que le hace caer al suelo. Allí una araña gigante intenta envolverle con su tela, pero Bilbo logra zafarse clavándole su espada, la que fue entregada en la primera parte por Gandalf, a la cual bautiza como Dardo. Tras esto, el hobbit decide ponerse el anillo, para así pasar desapercibido entre la multitud de arañas. Al acercarse a ellas pudo escuchar sus voces, y como hablaban de comerse a los enanos. Bilbo, beneficiándose de la invisibilidad que le proporcionaba el anillo, comenzando a atacarlas por sorpresa, mientras estas se veían desconcertadas por no saber quien les atacaba.

De repente entraron en escena los arqueros elfos, entre ellos Legolas que derrotaron a las arañas y capturaron a los enanos, no así al invisible Hobbit. Mientras, en el Páramo de Rhudaur Gandalf y Radagast descubrieron que los Nazgûl habían escapado de sus tumbas, y se ponen en camino hacia la antigua fortaleza de Dol Guldur, donde supuestamente se escondía el enemigo. 
En la fortaleza Dol Guldur el Nigromante se va haciendo cada vez más poderoso y va reuniendo a su alrededor a los jefes orcos. La orden inicial a uno de los más brutales orcos es atrapar a los enanos. 
Por su parte, los elfos llevaron a los enanos ante el rey Thranduil, que al conocer las intenciones de estos de recuperar Erebor, les exigió una parte del tesoro a cambio de su liberación, a lo que Thorin se negó en rotundo, pues la desconfianza entre sus ancestrales aliados lo preside todo. 
Ya en las celdas, Balin se quejó de la torpeza de Thorin a la hora de negociar un acuerdo para liberarles. Durante el tiempo que los enanos estuvieron encerrados, Kili se enamora de la elfa Tauriel, que a su vez también se sintió atraída por el enano y su talla, algo más alta que el resto. Por fin, Bilbo todavía aprovechando su invisibilidad consigue las llaves de las celdas y libera a los enanos, luego les llevó hasta las bodegas y les pidió meterse dentro de unos barriles. Los enanos dudan al principio, pero al saber que no tenían alternativa, decidieron hacerle caso.

A continuación el hobbit tira de una palanca y los enanos caen por una trampilla que iba a parar al río. Bilbo se quedó unos instantes atrapado en las bodegas, pero finalmente logro deslizarse también por la trampilla. Los enanos viajan en los barriles río abajo, pero los elfos se dan cuenta de inmediato de la fuga y les encuentran enseguida, comenzando a perseguirles por la orilla del río.

En ese momento una horda de orcos asaltan el reino de Thranduil. Tras matar a los centinelas descubren a los enanos a los que atacan sin piedad. Los enanos consiguen sobrevivir al ataque, aunque Kili ha sido gravemente herido por una flecha envenenada de los orcos. Los enanos, por suerte, contarán con la inestimable ayuda de los elfos. Finalmente los enanos lograron escapar y llegaron hasta la orilla del Lago Largo.

Allí serán sorprendidos por Bardo el arquero, un humilde cazador que reside en Esgaroth, conocida comunmente como la Ciudad del Lago. Los enanos acordaron pagarle una buena suma de dinero a cambio de que éste les llevase hasta la Ciudad del Lago. Para pasar desapercibidos, Bardo tuvo la idea de que los enanos se metieran de nuevo en los barriles, y los lleno de pescado para ocultarlos. 
Ya en la Ciudad del Lago, y no sin pasar dificultades, se refugiaron en la casa de Bardo, que vive junto a sus hijas Sigrid y Tilda, y su hijo Bain. Allí, Bardo se entera de que los enanos planeaban recuperar Erebor, e intenta impedírselo ya que temía que el dragón Smaug puede ser despertado y decidiera destruir Esgaroth al igual que hizo con la ciudad del Valle. 
Los habitantes de la Ciudad del Lago presencian la discusión entre Thorin y Bardo. Mientras que el cazador intenta hacer entrar en razón al enano, éste promete al codicioso gobernador de Esgaroth y a su gente una parte del tesoro si logran recuperar su reino en la Montaña Solitaria, a lo que estos aceptan sin dudarlo. 
Al día siguiente, Bilbo y la compañía de enanos partieron hacia Erebor, dejando atrás a Fili, Bofur y Oin que se quedaron a cuidar de Kili que había sido alcanzado por una flecha durante la huida en los barriles. 
Mientras tanto, Gandalf llegó a la fortaleza de Dol Guldur y pidió a Radagast que se marchase y le dejase sólo. El mago gris se adentró en la fortaleza y es emboscado por Azog y los orcos, contra los que tuvo una feroz pelea. Cuando parecía que Gandalf había vencido a los orcos, una sombra oscura se avalanzó sobre él, era el nigromante, que tras intercambiar unas breves palabras con el mago se descubre como un renovado Sauron. Gandalf se enfrentó a Sauron en una espectacular batalla, pero finalmente el mago fue derrotado y apresado en una celda. A continuación, Azog mandó a su hijo Bolgo y a una horda de orcos a atacar la Ciudad del Lago, con el propósito de encontrar y eliminar a los enanos. 
Bilbo, Thorin y los otros llegaron a la Montaña Solitario y se dispusieron a buscar la entrada secreta. No sin muchas dificultades, Bilbo encuentra unas escaleras que permiten acceder a donde supuestamente está la entrada. Allí Thorin y los enanos esperan a que se cumpliese la profecía y que la última luz del día de Durin (el solsticio de invierno) iluminase la cerradura, pero tras una intrigante espera en la que no ocurre nada se produce la caída de la noche sobre ellos. Es entonces cuando Thorin, hundido por la decepción, se rinde y entrega el mapa y la llave a Bilbo. Los enanos comienzan a descender por las escaleras pensando que todo ha terminado y que no han podido cumplir su misión. Bilbo, negándose a rendirse, intenta descifrar la profecía: «Estad en la puerta secreta cuando llame el zorzal, y la última luz del día de Durin ilumine la cerradura». De repente las nubes empiezan a disiparse y dejan paso a la luz de la luna. Es entonces cuando Bilbo se percata de que la última luz se refería a la luz de la luna, y no a la luz del sol como pensaban los enanos. Un zorzal aparece entonces y golpea la pared rocosa con una cáscara de caracol, y la luz de la luna ilumina el hueco de la cerradura. Rápidamente Bilbo llama a los enanos y estos suben corriendo. Thorin introduce la llave en la cerradura y la puerta secreta se abre.

Tras unos momentos de euforia, los enanos le cuentan a Bilbo la razón para la que le habían traído, que no era otra que encontrar la piedra del arca y que la misma está custodiada por un dragón. Bilbo se arma de valor y desciende por el pasadizo él sólo, hasta llegar por fin a los salones donde se encuentra el tesoro. 
El hobbit empieza a buscar la piedra, pero pronto descubriría que no estaba sólo. De entre los montones de monedas de oro surge un dragón: Smaug. Bilbo se apresura a ponerse el anillo para evitar ser visto, pero Smaug es capaz de oler al hobbit y comienza a perseguirlo a ciegas.

Finalmente Bilbo se vio obligado a quitarse el anillo y mostrarse ante Smaug. El dragón y el hobbit tienen una larga conversación en la que la astuta bestia desenmascara los planes de Bilbo y los enanos. Por su parte, los orcos asaltan Esgaroth buscando a los enanos, pero Légolas y Tauriel, que han seguido a los enanos igualmente, intervienen a tiempo para salvar la ciudad. 
Al no encontrar a los enanos, y tras perder algunos de sus orcos acompañantes, Bolgo ordenó la retirada a Dol Guldur, y la ciudad se salva, de momento. 
En Erebor el dragón intenta atrapar a Bilbo pero este logra escapar. Justo en la entrada del pasadizo, Thorin se encuentra con Bilbo y le pregunta con tono amenazante si había logrado encontrar la piedra del arca, a lo que Bilbo reconoce que no. A continuación el resto de enanos bajan por el pasadizo y se reúnen con Thorin y Bilbo, tras unas palabras acuerdan derrotar al dragón entre todos. 
Smaug los encuentra y comienza a perseguirlos, hasta que los enanos idean un plan para vencerle. Así, los enanos llevan al dragón hasta los hornos y entre todos logran echarle un enorme recipiente de oro fundido encima. Cuando parecía que Smaug había muerto, resurge de nuevo más enfurecido que nunca, y como venganza decide dirigirse a la Ciudad del Lago para aniquilarla y matar a sus habitantes. 
Thorin y el resto, sienten que han fracasado y se lamentan por lo que les está a punto de ocurrir a los habitantes de Esgaroth. 

Hasta aquí la segunda parte que te deja en vilo hasta diciembre próximo. Lo cierto es que la mayor parte del rodaje estaba terminado en julio de 2012. Pero durante mayo de 2013, se hizo un rodaje adicional para la película. Así que volvieron a grabarse algunas imágenes nuevamente en Nueva Zelanda. Este rodaje adicional se extendió durante unas 10 semanas. 
Como en la anterior entrega la banda sonora de El hobbit: la desolación de Smaug fue compuesta por Howard Shore. Para la ejecución de la misma se contó con la Orquesta Sinfónica de Nueva Zelanda.
Durante la primavera de 2013 Jackson comentó que el papel de Tauriel, estaría desempeñado por Evangeline Lilly, y que ella formaría parte de la guardia élfica como miembro de los guardaespaldas del Rey Elfo,Thranduil. Además, reveló una escena de la película en la que Gandalf el Gris y Radagast el Pardo buscan a la fortaleza del Nigromante y descubren que los Nazgûl han sido liberados de sus tumbas. Más tarde, nos enteraríamos que a ese se le había unido el elfo más famoso de la historia: Legolas, léase Orlando Bloom. 

La película , todavía en cartelera, ha tenido críticas mixtas tanto por parte de los crítticos, como por parte de mis amigos. No así en mi familia , que la ha elogiado con toda la razón del mundo. De los cinco, cuatro hemos leído la obra original de Tolkien, y todos estamos de acuerdo que llevarla a una trilogía ha sido una exageración. Pero, dicho lo dicho, habrá que reconocer que Peter Jackson ha vuelto a reescribir la historia de este profesor de origen sudafricano desde el momento que alarga las vivencias de los protagonistas del hobbit, e incluso tira de algunas descripciones incluidas en el Silmarillion, especialmente aquellas que hacen referencia a la aparición del Nigromante / Sauron, o incluso al universo elfo / Orco. Lo cierto es que la concatenación de acontecimientos y el gusto narrativo de Jackson dinamizan notablemente la película. No obstante, aquellos críticos con los que he hablado de la misma afirman estar cansados realmente del universo ESDLA de Jackson. Digamos que tienen ya una sobredosis, por lo que en este sentido – pienso- que alargar la historia para mercantilizar el proyecto va contra la imagen del creador neozelandés. 
En cuanto a los críticos profesionales, es decir, aquellos que reciben una remuneración por lo que escriben han presentados en sus críticas una heterogeneidad notable. Van desde las más elogiosas hasta las que les falta calificar esta segunda parte del Hobbit como execrable. 
De entre los primeros destaca la crítica en positivo de Nick De Semlyen publicada en la revista Empire al referirse al film en los siguientes términos: "La Tierra Media ha recuperado su encanto. Una gran mejora respecto a la entrega anterior, ésta lleva a nuestros aventureros hacia un territorio desconocido y ofrece espectáculo a toneladas. (...). En esta misma línea se encuentra Peter Bradsha del diario The Guardian que afirma que“"Es un cuento de aventuras alegre, entretenido y estimulante (...) es misterioso y extraño y, aún así, Jackson evoca con facilidad la genial calidad que distingue a 'El Hobbit' de las historias más solemnes de 'El señor de los anillos'. (...). En Variety, Justin Chang describe algo similar: "Esta aventura robusta y llena de acción se beneficia de una excitante sensación de que la historia avanza y un flujo constante de emociones que mejoran con el 3D". Incluso, en muchas veces, muy crítico – como el anterior- Todd McCarth del The Hollywood Reporter dice : "Después de exhibir una fidelidad casi cobarde hacia su fuente en la primera entrega, Jackson consigue poner el drama en marcha desde el principio con un sentido de la narración que posee un propósito y una energía palpables." Michael Phillips del Chicago Tribune va en esa línea , al afirmar que "Es más viva y mejor que su predecesora. (...) [una] imponente aventura que ofrece diversas secuencias de acción impresionantes. (...).Y en la habitual columna del The New York Times Manohla Dargis deja negro sobre blanco que estamos ante "Un cuento de incesantes aventuras, trabajo en equipo con una acción alborotada, enemigos babeantes y gimnasia élfica". Hasta aquí lo bueno. 
Presentemos lo malo. El más crítico ante el film ha sido Robbie Collin del Telegraph que comenta en su columna que "Tal vez esto realmente es lo que mucha gente espera de una versión cinematográfica de 'El Hobbit', pero vamos por lo menos a aceptar que Tolkien probablemente no habría sido uno de ellos. (...). Y no tan crítica, pero igualmente incisiva Claudia Puig del USA Today comenta que "Al igual que su predecesora, muestra demasiada caminata a través de los bosques. (...) . Algo similar a lo descrito en Rolling Stone por Peter Travers cuando deja por escrito lo siguiente: "Oh, ese dragón. Me gustaría soportar otra caminata a través de la Tierra Media sólo para pasar más tiempo con Smaug. (...). 
En España, las críticas igualmente han sido más positivas que negativas, pero realmente han dejado más huella las malas que las buenas. Entre las malas destacan las publicadas en El País , tanto por Jordi Costa como Carlos Boyero. En el primer caso, Jordi Costa nos dice "Los problemas de la primera entrega se acentúan en la segunda (...) todas [las escenas] parecen funcionar con la mecánica desesperante del tutorial de un videojuego o de la animática para una futura atracción de parque temático", y Boyero matiza algo más "Mejor que la primera. (...) Sigo la intriga, a veces me pierdo (...) pero me parece superior." En la Razón, Carmen L. Lobo nos comenta algo que ya dijeron mis amistades: "Una pena que la película dure dos horas y media bastante largas y que no pueda evitar por ello ciertos desmayos en cuanto al ritmo entre medias, y, tampoco, una molesta sensación de «dejà vu»." 
En transición entre lo negativo y lo positivo está la pluma de Jordi Batlle Caminal del Diario La Vanguardia al decir que es "Una película farragosa (...) Salvando estos escollos, vuelve a ser un megaespectáculo deslumbrante. (...) Y las puntuales escenas de acción tienen, cómo no, el nervio del mejor Jackson (...) 
Pero también ha habido críticas y, positivas. Por ejemplo, Luis Martínez en el Diario El Mundo dice "Literalmente, la invitación de Jackson es la de viajar al fondo de un universo perfecto y completo (...) ahora el cuento se trenza (...) cada vez más cerca de lo real como última manifestación del entretenimiento". En el Diario ABC E. Rodríguez Marchante comenta que estamos ante "Otro milagro de san Peter Jackson. (...) Es imposible sentirse defraudado (...) Es un prodigio de principio a fin, a pesar de algunos pesares (...). En esta línea está Yago García de Cinemanía que nos dice que "Consigue ser mejor cuanto más aspira a ser ella misma. Lástima que no siempre se atreva a intentarlo. (...) Jackson lima asperezas, asienta el tono y comienza a hacer suya la historia: ya era hora (...). 

Todavía no se han concedido grandes premios, pero en , apenas , este mes de exhibición que lleva la película , la misma ha obtenido 5 nominaciones, incluyendo Mejor actriz de acción (Evangeline Lilly) en los Critics Choice y una nominación en los Satellite Awards de 2013 a la Mejor canción original. He leído, y estoy de acuerdo, que imaginarse un mundo como el universo de la Tierra Media es fácil, puesto que las descripciones de Tolkien son tan precisas que prácticamente nos lo daba todo cuadrado. No obstante, llevar este mundo fantástico a la gran pantalla es tan complejo que , como mínimo, tendríamos que ser justos con la obra de Jackson, y valorar la complejidad de concretar ese universo. Pero es más, es ahora cuando el director de la anterior trilogía de Tolkien se libera del libro y creo un universo derivado. Por eso, volvemos a ver a Legolas y descubrimos al padre de Gimli. En el Hobbit Jackson parece liberarle del corsé literario y apuesta por lo que vimos en otras obras como King Kong. Su cameo en estas dos entregas es revelador. Pero evidentemente cada vez hay más acción, más narración visual, más imaginación, pero igualmente más drama y, en ocasiones, más violencia. La disposición narrativa de las adaptaciones de Jackson suelen ser similares, comenzando con una cierta calma y dosificación de escenas puntuales de acción para encaminar el relato hacía unos cuarenta o cincuenta minutos de éxtasis audiovisual y emocional. Al no necesitar presentación de personajes como en el anterior film, la relación entre ellos es más fluida y estable, y la incursión de nuevos personajes se produce de manera más suave y natural. Asimismo, presenciamos la increíble evolución de Bilbo, convertido prácticamente en el líder de la expedición. 
Como todas sus predecesoras, esta es una película road movie. El film está planteado de forma que aventura, divertimento y cierto aire dramático vayan de la mano, logrando Jackson su objetivo gracias a la ya habitual división de la trama. Esta segmentación, que afecta no solo a la trama en si sino también a determinados personajes, facilita que el posterior climax final posea un ritmo endiablado y que nuestro interés no se ubique solo en un objetivo.

The Desolation of Smaug vuelve a ahondar sobre el concepto de amistad y compañerismo entre individuos de distintas razas y sexos. Sin embargo, la novela también reflexionaba sobre la codicia innata de hombres y demás seres que habitan en la Tierra Media, y de las continuas pruebas a las que son sometidos para probar su resistencia a los vicios. El valor y el coraje, palabras en desuso en nuestra sociedad moderna, son las cualidades a las que más recurren los personajes del relato para salir adelante de situaciones imposibles, darse ánimos mutuos y coger fuerzas para enfrentarse al mal que los combate. 
Estaremos a la espera del siguiente y último capítulo: The Hobbit: There and Back Again. Pero, mientras tanto, os dejo con una entrevista al director, y , por supuesto, feliz año y que nos sea a todos de cine.

 

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