domingo, 29 de diciembre de 2013

En relación a Kilar y la Noche Buena

Existen multitud de apuestas para la Nochebuena desde el punto de vista televisivo. Posiblemente elegimos una de las peores, pues con todos mis respetos Raphael creo que es un gran cantante, pero verlo por enésima vez en la noche de previa a la Navidad no era la mejor de las opciones, pero el poder del mando es el que es. Y yo, esa noche, en casa de mis suegros no lo  tenía. 
Desde mi punto de vista una de las mejores apuestas para esa noche mágica, que también nos remite a nuestro abandonado y ya olvidado dios Mitra, y su culto al "sol invicto", de fin de año es la apuesta cinematográfica, y hay dos canales generalistas al margen de la fecha pro que, en muchas ocasiones, programan bien. 
Paramount Channel apostó por una de las para mí mejores películas del año 1992, pero que no está reconocida -creo- ni por todo el público, ni por toda la crítica como es la obra de Drácula de Bram Stoker, más conocida como el de Coppola. Pues bien, uno de los valores de esa película que ya he comentado en alguna ocasión, en la serie de películas vistas en 2012 fue para mí la banda sonora realizada por el compositor polaco Wojciech Kilar, autor igualmente de la banda sonora de otra joya del cine como es 'El pianista' del director Roman Polanski. 
Esa música del 'Drácula de Bram Stoker' de Francis Ford Coppola me llegó tanto al corazón que compré la banda sonora al contener algunos de los momentos más lúcidos, intensos y líricos que se han realizado para la música de cine.

Como decía, Kilar ha fallecido este domingo en Katowice (sur de Polonia) a los 81 años tras una larga enfermedad. Kilar, que participó en la música de más de 160 filmes, y que  por  'El pianista' de su compatriota Polanski, obtuvo en 2002  el premio César a la mejor composición, otorgado por la Academia de Cine francés. Otras películas importantes para las que escribió la banda sonora fueron 'La muerte y la doncella' también de Polanski; 'Retrato de una dama', de la cineasta Jane Campion. 
Wojciech Kilar, conoció a Coppola en uno de sus conciertos en Francia. El director le ofreció un debut en los Estados Unidos a lo grande, componiendo la música de la película. Su dice que su banda sonora estuvo a punto de ser seleccionada para una nominación a los Oscars, pero que por determinaciones desconocidas de los productores, éstos no querían que la música de Kilar fuera seleccionada. El caso es que no  fue valorada en la medida que debía. Eso sí, el tema principal de la película, "Love Song for a Vampire" (Canción de amor para un vampiro) y fue escrita por Annie Lennox sí se convirtió en un éxito en los Estados Unidos, y también por parte de Europa, especialmente en Polonia. Estaba compuesta por los siguientes temas: 
1.- Dracula - The Beginning 2.- Vampire Hunters 3.- Mina's Photo 4.- Lucy's Party 5.- The Brides 6.- The Storm 7.- Love Remembered 8.- The Hunt Builds 9.- Hunters Prelude, The 10.- The Green Mist 11.- Mina/Dracula 12.- The Ring Of Fire 13.- Love Eternal 14.- Ascension 15.- End Credits 16.- Love Song For A Vampire - Annie Lennox. Especialmente grandioso es el séptimo surco una  auténtico himno a la lírica y al amor eterno y que podéis ver en este magnífico montaje realizado por ThePleyades13.

El músico nació el 17 de julio de 1932 en Lemberg, localidad actualmente perteneciente a Ucrania pero que estuvo bajo dominio polaco hasta el comienzo de la Segunda Guerra Mundial en 1939. Kilar comenzó su formación musical en la Academia de Cracovia (sur de Polonia) antes de perfeccionar su educación en París donde estudió composición con la compositora y pianista Nadia Boulanger. Tras esa formación se le vincularía con los movimientos artísticos de la vanguardia musical. Finalmente y tras su paso por las bandas sonoras se dedicaría a la composición de obras para orquestas, entre las que se cuenta su Sinfonía de Septiembre finalizada en 2003 en recuerdo de las víctimas de los atentados del 11 de septiembre. En mayo de 2012 Kilar recibió la Orden del Águila Blanca, el reconocimiento más alto que puede otorgar el estado polaco. Pues bien, en la Nochebuena de este año que acaba volvió a sonar sus violines inquietantes que tanto inciden en la tensión de esa película que se emitió en la nochebuena, a la que por cierto siguió otra película ya valorada ese mismo año del 92, el Frankenstein de Mary Shelley.  Yo sé que era la mejor opción para una cinematográfica Noche Buena.

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