martes, 7 de noviembre de 2017

The long day closes


Tercera entrega del club y un acierto absoluto. Una desconocida para mi El largo día acaba (The Long day closes), de un desconocido director británico, Terence Davies, del año 1992.

Reconozco que soy un ignorante y me avergüenzo. Se trata de un director de una obra corta formada por 12 títulos que se inició con Children (1976) y que terminó, por el momento, con A quiet passion (2016). Entre una y otra fueron surgiendo Madonna and Child (1980), Death and Transfiguration (1983), The Terence Davies Trilogy (1984), Distant Voices, Still Lives (1988), The Neon Bible (1995), La casa de la alegría (2000), Of Time and the City (2008), The Deep Blue Sea (2011) y Sunset Song (2015). A estas se sumó una "Historia de Pasión" presentada en 2017. En mitad de todas ellas está The Long Day Closes (1992). Aunque de ellos sólo son cinco largometrajes estrenados hasta la fecha.También es el único guionista de todas sus películas.

Davies se trata de un director británico surgido de la hornada nacida justamente al finalizar la Segunda Guerra Mundial. Se trata de un hombre polifacético que ha ejercido como guionista, cineasta, novelista y actor inglés.

De su faceta de cineasta, Davies se caracteriza, al parecer, por temas recurrentes como la recuperación de su memoria emocional , la suya y la de sus compatriotas, desde una perspectiva de la vida cotidiana y sobre el peso de la religiosidad sobre la vida emocional de los individuos y las sociedades en la que está presente su infancia en Kensington, Liverpool, y el papel que ejerció sobre él su padres católicos de clase trabajadora- . En concreto en alguna película habla de los malos tratos recibidos por su padre , del papel influyente de la familia, que está presente en su totalidad a lo largo de la película , pues se le presenta como el hijo menor de una familia de diez hijos. Aunque criado como católico por su madre profundamente religiosa, más tarde ha rechazo la religión y se considera ateo. Además un elemento importante es su vida es el papel de la homosexualidad, y su represión en sus primeros estados. Los dos primeros, Voces distantes y El largo día acaba, son películas muy autobiográficas que transcurren en los años cuarenta y cincuenta en Liverpool.

De su faceta como realizador dice Gregorio Belinchón en El País que "Cuando Davies se pone en marcha, no ve películas previas. "Prefiero inspirarme en mi recuerdo de filmes o novelas, no consultarlos. Sí necesito imperiosamente ver la secuencia inicial en mi cabeza, sobre todo si estoy adaptando un libro. A partir de esa visión, tiro del hilo. A veces incluso construyo secuencias según las visualizo y tras seis meses de escritura las estructuro. En ocasiones, descubro en el rodaje qué me había inspirado, la película que había anidado en mi inconsciente, y me da la risa". Y prosigue diciendo que "Nadie puede negar que está influido". De su infancia dijo " Mi madre sufrió muchísimo y sin embargo nunca fue una amargada. Nunca. Vi lo mejor de la familia en mi madre y en mis hermanas. Amo a mis hermanos, pero yo nunca hice deporte, era inútil, y ni siquiera sabía actuar. Había poca camaradería masculina entre nosotros. En cambio, el lado femenino de los Davies fue tan cariñoso...". De aquella familia católica muy religiosa hay suficientes pistas en su cine. “Ayy, me encantaban los viernes, vivía para los viernes. Me maquillaban, nos reíamos...”.


Davies, señala Belinchón , que no resuelve una duda sobre su cine: ¿vive refugiado en su infancia y de ahí saca el material emocional o en realidad está en el presente saboreando aquel pasado? "Las dos cosas. Y tan a gusto. Una vez, una espectadora me preguntó tras una proyección: '¿por qué la película es tan lenta y deprimente?'. Y yo solo pude responderle: 'Señora, es un don’. No entiendo por qué la gente se enfada así con el cine. Al final del día es solo una película más”

The long day closes en concreto de Terence Davies fue producido por Olivia Stewart siguiendo un guión escrito por Terence Davies. Estando en la producción la productora británica estatal, la  British Film Institute y  Channel Four Films.

La película cuenta con la magnífica fotografía de Michael Coulter y una gran banda sonora en la que participa Bob Last . El montaje fue obra de William Diver.

La película cuenta en su reparto con Marjorie Yates como Madre , Leigh McCormack como  Bud , Anthony Watson como Kevin , Nicholas Lamont como John,  Ayse Owens como  Helen,  Tina Malone como Edna.

Junto a ellos aparecen Jimmy Wilde como Curly , Robin Polley como el  Sr. Nicholls,  Peter Ivatts como  Sr. Bushell , Joy Blakeman como Frances , Denise Thomas como  Jean , Patricia Morrison  como Amy , Gavin Mawdslay como Billy , Kirk McLaughlin como el trabajador / Cristo,  Marcus Heath como el hombre de negro

La película tira de la memoria del director y , especialmente de su infancia en una barriada obrera de Liverpool a mediados de la década de 1950, y en el seno de una familia católica en la que el padre es un ausente. El tema principal de "The Long Day Closes" se explica en su secuencia de títulos, en la que un arreglo floral débilmente iluminado se marchita ante nuestros ojos, incluso cuando el minueto de Boccherini de "String Quartet in E" suena en la banda sonora y el fuente rizada anuncia los nombres del elenco y el equipo de la película. La música, con su buen humor casi obtuso, es totalmente ajena a los pétalos que caen e indiferente a la belleza que muere. Los sonidos nunca envejecen, parece; persisten mucho después de que los objetos físicos se hayan desintegrado.

La historia historia se centra en Bud, un chico de 11 años, y de su amorosa madre y sus hermanos. Él chico vive una vida de cariño en el hogar y de tensión en su centro de estudios. En sus ratos libres busca refugio en el cine y su vida está llena de la banda sonora de las películas que vió a lo largo de su infancia.

La película es un ejercicio de su imaginación del Liverpool en el que vive Bud allá por el año 1956. Bud es un muchacho de entre once y doce años, sensible, tímido e introvertido que pertenece a una familia de clase trabajadora y católica. Es un chico sin muchos amigos que le gusta más ver que hablar ; observar que hacer , y que mantiene una estrecha relación   con su madre y sus hermanos y que vive una auténtica pasión por el cine. De hecho lo conocemos en una escalera pensando si puede o no ir al cine, y para ello le pide dinero a su madre que , siempre consigue.

El cine es su refugio y le ayuda a afrontar el ambiente represor y asfixiante del colegio católico en el que estudia y en el que la violencia se ejerce con total sinceridad.

Su familia formada por un número importante de hermanas y hermanos, entre ellos Kevin ,  John,   Helen y Edna que le dan refugio al igual que el cine. Incluso cuando no está en una sala de cine, Bud todavía se involucra en múltiples formas de fantasía y espectadores. Impresionante, perceptivo, tímido y siempre en un estado de gran sensibilidad, absorbe el mundo que lo rodea y encuentra consuelo en sus rituales cotidianos. Su amor por su madre (Marjorie Yates) no tiene límites. Sus dos hermanos, Kevin (Anthony Watson) y John (Nicholas Lamont) están a punto de casarse, siguiendo el patrón de lo que se considera una vida normal en este momento y lugar en particular. Su padre no está en ninguna parte. Sus ojos vagan hacia la belleza que encuentra en los cuerpos de otros hombres.

Así, entre muchos silencios y una atenta mirada va capturando todos los momentos, desde los felices como la fiesta de su cumpleaños o la llegada del año nuevo en la calle con un ambiente popular y colectivo, hasta los desagradables es los que están presentes los amenazantes matones con los que va a la escuela.

Así vemos como con pequeños detalles descubrimos , desde el principio, la atención que se dirige hacia los jóvenes varones como el obrero que trabaja frente a su casa, la incorporación a clase con un nuevo profesor que pega desde el principio para marcar los límites de su trabajo; el peso y el poso religioso que procede de su madre y que marca algunos momentos de su vida, el miedo que siente en la escuela, ya en el recreo , ya en la piscina. Su soledad, su mirada inteligente, su carino maternal y fraternal y lo hace con poco palabras, conversaciones, mínimas, casi lacónicas, interpretaciones contenidas en los que la música y el  audio de películas clásicas como Stardust y muchas más están presente intervienen en la banda sonora de la vida de Bud. La película es un homenaje al largo día de su memoria.

La película se rodó en Liverpool, en Merseyside, Inglaterra, y comienza con una largo plano que nos recuerda a un bodegón en la que en un jarrón con flores se ve al detalle el paso del tiempo mientras aparecen  los créditos completos de actuación, creativos y técnicos   en los títulos de apertura. Sin embargo, hay "agradecimientos especiales" y reconocimientos de música después del título final de "The End".

La película fue estrenada en el Festival de Cine de Cannes 1992 y recibió una ovación de pie de 10 minutos  aunque al final se fue a casa con las manos vacías.

La música y los fragmentos del diálogo cinematográfico le permiten enriquecer su estrecho entorno físico. La película usa 35 piezas de música original, a menudo en su totalidad, en su breve tiempo de ejecución de 85 minutos. "The Long Day Closes" es una crónica del período transitorio entre el final de la horrible violencia doméstica que definió la temprana infancia de Davies y la plena realización de su homosexualidad, que resultó en una culpa cataclísmica. Tenía siete años cuando su padre murió y once cuando ingresó a la escuela secundaria: él mismo se refiere al período intermedio como "cuatro años de felicidad". "The Long Day Closes" se centra muy específicamente en los años 1955 y 1956, cuando Davies dejó una escuela primaria dirigida por monjas y continuó su educación en una escuela para niños dirigida por maestros de sexo masculino propensos a la administración de castigos corporales.

Entre los mismos destacan At Sundown escrito por Walter Donaldson e interpretado por Doris Day , el Minueto de Luigi Boccherini , Blow the Wind Southerly o Sopla el viento al sur una canción tradicional interpretada por Kathleen Ferrier , Ae Fond Kiss de Robert Burns interpretada por Isobel Buchanan , Tammy escrito por Jay Livingston y Ray Evans interpretado por Debbie Reynolds , Stardust escrito por Hoagy Carmichael y Mitchell Parish interpretado por Nat 'King' Cole , The long day closes o El largo día acaba escrito por Henry Fothergill Chorley y Arthur Sullivan por 'Pro Cantione Antiqua' , Over the Banister o Sobre la barandilla de "Meet me in Saint Louis" o "Encuéntrame en Saint Louis" con música de Ralph Blane y letra de Hugh Martin e interpretado por Judy Garland. Pero también presenta fragmentos de Mahler que combina con Nat King Cole.

Al fin y al cabo el director confiesa que crecí escuchando "la música americana. Crecí escuchándola gracias a mis hermanas... Pero también recuerdo la primera vez que vi Cantando bajo la lluvia. Sin duda, una película que me marcó. No tengo ni idea del movimiento ni de cómo mover una cámara, pero cuando está bien hecho, es sencillamente sublime".

En el sitio web del agregador de reseñas Rotten Tomatoes, la película tiene una calificación de aprobación del 83% basada en críticas de 12 críticos, con una calificación promedio de 7 de 10.  En Metacritic, la película recibió una puntuación promedio ponderada de 85/100 basado en 15 críticos, que indica "aclamación universal" entre ellos tuvo una entusiasta alabanza por parte de críticos influyentes, como Roger Ebert, J. Hoberman y Armond White que destacan su naturaleza diáfana y radical delicadeza o su mirada descuidadamente, la película casi se evapora, perdiéndose en muchos espectadores que lo consideran demasiado intrascendente.

Para Stephen Holden en el New York Times ""Juntos, estos fragmentos", evocan una Inglaterra de posguerra hambrienta de belleza, fantasía y un lugar para escapar".

Según David Thomson en su revisión de la película de abril de 2007 en la revista Sight & Sound del British Film Institute llama la atención sobre la música que se usó en la película, en particular "al final de la película ... que el cielo de caballa y el " Larga jornada se cierra " de Sir Arthur Sullivan   cantado por Pro Cantione Antiqua . Michał Oleszczyk desde la página del difunto Robert Ebert.com "The Long Day Closes" es la obra maestra de Terence Davies, una película nominada y merecedora de la Palma de Oro en el Festival de Cine de Cannes en 1992 (ganó "The Best Intentions" de Bille August), y está en ella todo "tan perfectamente ejecutado y meticuloso, parece haber surgido directamente de la conciencia de Davies, sin alteración ni interferencia. Como dijo acertadamente el director de fotografía Michael Coulter : "[Terence] ya había hecho la película en su cabeza (...) y la inmortalizamos". Destaca que los temas reales de la película (el miedo al deseo gay en ciernes y el aborrecimiento de la muerte) están entretejidos en el tapiz de bellas imágenes sin interrupciones (y nunca se mencionan directamente en el diálogo)."The Long Day Closes" es otra "carta de amor al cine"; una especie de sesión de espiritismo en la que Davies convoca a los fantasmas de las películas pasadas y ofrece una inmersión en su amorío infantil con la imagen en movimiento. La película de Davies es en sí misma un acto de hojear sonidos e imágenes. Es un recuerdo extático de estallar de alegría cuando las luces del teatro estaban bajando y la proyección estaba por comenzar. Al mirar esa icónica imagen de Bud radiante de placer, es fácil olvidar que pertenece a una película de inmensa tristeza. Davies proyecta una sensación de pérdida ante la dicha del estado, convirtiendo a este último en algo precioso e imposible de recuperar.

Para Ángel Fernández santos que estuvo en Cannes escribiendo las crónicas para El País nos decía que "El cineasta británico Terence Davies, que saltó a la celebridad hace tres años con Voces distantes, cierra en The long days closes un complicado, doloroso, conmovedor, progresivamente más bello y estilísticamente cada vez más refinado, ciclo de cuatro películas autobiográficas. El filme es un ascético poema visual introspectivo, y tiene tanta capacidad de captura que creó ayer uno de esos silencios audibles que raras veces se producen en una sala de cine, como si la gente no respirara".

Y añadía el enviado de El País que "Terence Davies, último hijo de un matrimonio de obreros católicos de Liverpool tuvo 10 hermanos. Tres de ellos murieron jóvenes. Los otros siete sobrevivieron a la miseria de la victoria británica en la posguerra mundial y se hundieron en el anonimato de su clase.Sólo Terence, un niño asaltado por las pesadillas, por la soledad, por el fantasma de su padre muerto, por sus inclinaciones a la melancolía y por un apasionado amor a su madre, escapó de la informe masa humana de donde nació y emergió solitario en busca de una identidad no únicamente colectiva. Desde niño llevó en el carácter el sello del artista, del hombre distinto a los otros.

Desde que tuvo conciencia de sí mismo, Terence Davies se sintió diferente a quienes le rodeaban. Creció, se hizo adulto y desde la persistente conciencia de su diferencia, quiso convertir a ésta en distinción, buscando los orígenes de su singularidad en la frágil armonía que vivió en su infancia. Esa infancia es la materia de las cuatro películas autobiográficas -La madonna y el niño, Muerte y transfiguración, Voces distantes y ahora The long days eloses- que, producidas por el British Film Institute", siendo hasta aquel momento su cuarto filme.

Para Belinchón "Terence Davies expresa con dura explicitud y alguna tortura, el trasfondo introspectivo y lírico de su cine.

En 1992 declaraba al diario Libération que "En mi país la homosexualidad ha sido un crimen hasta 1965. Ya no es un delito, pero sigue siendo una desgracia y una desgracia cada vez mayor a medida que pasa el tiempo. Odio mi homosexualidad, la he odiado siempre y continuaré odiándola. Cuando era adolescente no comprendía lo que me ocurría. Me encontraba abrumado por la enormidad de mi pecado y rezaba y me ponía de rodillas hasta hacerme sangre en ellas."

A los 22 años continúa, "decidí acabar con todo ello y dejé de preocuparme de Dios. Pero uno puede librarse de Dios, pero no del catolicismo. Sigo sin atreverme a decir una mentira y continuamente me encuentro culpable, culpable de cualquier cosa, culpable de todo".Para Bud, convertirse en un ser sexual desencadena la oleada de culpa religiosa que atormentará su alma y la entumecerá efectivamente. Como dice un predicador en la radio en el título de uno de sus sermones, el pecado puede costarle a un individuo "nada menos que el cielo". Lo que es más, la doctrina católica es solo una parte de la carga de vergüenza de Bud

Dice José A. Planes Pedreño en su entrada titulada Terence Davies, cineasta del tiempo y la memoria que "el cineasta británico no trata tanto de restituir en la pantalla las operaciones del recuerdo como de aprovechar todos los mecanismos, convenciones y herramientas del lenguaje audiovisual para originar una forma memorística autónoma que exceda con creces las limitaciones de la percepción humana. Forma memorística que resulta, en últimas, bigger than life". Y prosigue diciendo que en El largo día acaba (1991), es un hermoso e imponente ejercicio de creatividad fílmica, de carácter más poético que narrativo, en los que, a través de una libérrima disposición de imágenes y sonidos, Davies reconstruye, respectivamente, los rasgos e interioridades de una familia británica de clase trabajadora durante los años cincuenta". Y que se aprecia "ese anhelo por desarrollar una experiencia memorística que logre trascender los modos de evocación de la percepción humana". La película fue premiada - aunque en 2016 declaró que no le interesaban los premios, y añadió que " Me consuela, eso sí, que muchas de las películas que más admiro jamás han sido premiadas"- en la Seminci de Valladolid del año 1992 consiguiendo la Espiga de Oro (ex-aequo con "Léolo", que me impresionó por la originalidad de la propuesta, a veces, rosando el surrealismo). En  Cannes fue nominada a la Palma de Oro. La película fue lanzada el 22 de mayo de 1992.

Es una película que parte de los más básico para un director , para  un escritor y para cualqiuier de nosotros , del tiempo y la memoria, con ambas y con la música nos presenta los recuerdos de su infancia  y se ensamblan en un collage sinfónico, guiados más por la lógica emocional que por la trama o la cronología.

Como vemos aquí no hay lectura de clase , ni tan siquiera crítica sino un ejercicio estilístico de calidad en lo que lo sensible puede con todo.

El efecto general es uno de éxtasis silente, un éxtasis creciente controlado por un constante tirón de tristeza. El crítico Armond White declaró que "si se le pide que nombre la película gay más grande que se haya hecho, diría, sin ninguna duda, que The Long Day Closes " Se ha dicho que todos tienen un libro maravilloso en ellos, si solo tuvieran la habilidad para sacarlo.

He leído que se trata de la obra  maestra y personal de Davies. Es cierto que la película es tierna  y evocadora, es nostálgico en el sentido de Proust , pues busca recuperar ese tiempo perdido en ese momento mágico que tenemos todos que se llama infancia de la que tenemos la facultad de separar los recuerdos graves y penosos y arrinconarlos frente a los tiernos y gozosos.

Mientras presentaba en San Sebastián su película Sunset Song le comentó a Gregorio Belinchón en El País que "En realidad todas mis películas reflexionan sobre la naturaleza del tiempo, en concreto acerca del tempus fugit. Y siempre ruedo en el presente de la historia. Aunque me gusta que el espectador me acompañe en reflexiones como ¿es un tiempo actual? ¿Es un tiempo necesario? Porque en realidad, la percepción del tiempo por parte del espectador depende de muchas cosas. Le pongo un ejemplo: en la acción del presente alguien huele algo y recuerda, rememora sensaciones y hechos pasados. Así que todo esto acaece en el ahora, pero el pasado es tan poderoso... Es tan poderoso que marca a mis personajes. En fin, lo que quería responderle es que soy un obseso del tiempo y por eso me encanta poner en mis películas puertas y ventanas, elementos arquitectónicos por los que escapa el tiempo". Y amplia lo dicho con " Y estos tiempos actuales no entienden de reposo, sino de mordiscos, de devorar la vida del hombre. En lo tecnológico solo tengo un móvil, y se me olvida tantas veces que lo poseo que cuando suena salto asustado por los aires. Soy un tecnófobo. No entiendo el mundo en que vivimos. No existe nada más deprimente que ir en un tren y ver a los pasajeros con sus aparatitos. ¡Pero, por dios, ¿es que nadie disfruta ya del viaje?! Soy un extraño en el siglo XXI". De cualquier manera su película es un goce para los sentidos gracias a su virtuosismo técnico.

Davies abandona la producción cinematográfica tradicional y trabaja desde la intuición y los poderosos recuerdos para crear una composiciones de  estructura "sinfónica" y el ritmo mesurado. En una entrevista realizada por Luis Martínez para en El País, cuando participó en San Sebastián en el año 2016 confesaba que "Lo que me llamaba la atención era reflejar los actos cotidianos sobre los que se sustenta la vida de una persona extraordinaria que creó una poesía eterna. Cómo se relaciona la mortalidad con la eternidad de una obra de arte es lo interesante. Por lo demás, la vida corriente no me interesa en absoluto. No participo de ella. Soy un observador. Veo a la gente hacer cosas y me llama la atención. Si lo piensas, todo es aterrador".

Aseguraba Terence Davies que The long days closes es el último capítulo de este tortuoso, atormentado y obsesivo ciclo autobiográfico. Dado el acabamiento formal casi preciocista de la película, su palabra es creíble: parece una laboriosa despedida. Y cumplió su palabra con este película exquisita, impresionista,

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