lunes, 21 de septiembre de 2015

Grau y los zombies


Hubo una época, y no hace tanto tiempo, en que en España sólo había dos canales de televisión. La 1 una la generalista y la 2 era el refugio de la minoría que buscaba alternativas. La 2 para aquel entonces era un canal con una oferta amplia y culturalente brillante que tenía programas coo La Edad de Oro, ciclos dedicados a directores y actores o actrices del cine clásico,...Uno de aquellos programas míticos que nos reunían a todos ante el televisor, ya a color desde el año 1981, era Mis Terrores favoritos, un programa dirigido y presentado por Narciso "Chicho" Ibáñez Serrador y en el qu también participaba Luisa Armenteros. Se trataba de un programa de cine de terror y suspense de todos los tiempos, seleccionadas por el morboso director del 1, 2, 3. 

El programa comenzó el 12 de octubre de 1981 y presentaba una joya del cine de terror, La semilla del diablo de Roman Polanski de 1968 con Mia Farrow y John Cassavetes. Tras Polanski llegaron película del género firmadas por Alfred Hitchcock, Tod Browning , Don Siegel. Fueron pocas las películas españolas que se vieron en el programa. Pero en la noche del 16 de noviembre de 1981 los programadores y los responsables del programa tuvieron el mal gusto, pero el buen acierto de emitir una coproducción hispano-italiana que llevaba por título la de No profanar el sueño de los muertos - en Italia como Non si deve profanare il sonno dei morti - una película de terror, del año 1974, escrita y dirigida por Jorge Grau con el productor italiano, Edmondo Amati, y el español Manuel Pérez para las productoras Star Films y Flaminia Produzioni Cinematografiche. 

El diseño de producción fue de Carlo Leva. En el guión participa ademáss de Grau, Juan Cobos,Sandro Continenza,Marcello Coscia y Miguel Rubio. En la música estuvo Giuliano Sorgini y fotografía de Francisco Sempere y en el montaje Domingo García, Vicenzo Tomassi. 

El reparto internacional estuvo integrado por Cristina Galbó (Edna), Ray Lovelock (George), Arthur Kennedy (Inspector), Aldo Camasso (Kinsey), Giorgio Trestini (Craig), Roberto Posse (Benson), José Lifante (Martin), Jeannine Mestre (Katie), Fernando Hilbeck (Guthrie), Antonio Mayans (Cliente de la taberna), Gengher Gatti (Keith), Vera Drudi (Mary), Vicente Vega (Dr. Duffield), Francisco Sanz (Perkins), Paul Benson (Wood) y Anita Colby (Enfermera). 

Un joven anticuario británico George (Ray Lovelock)tiene concertada una entrevista con un cliente a las afueras de Manchester. Cuando se desplaza en moto, una Norton negra, hacia la localidad se ve implicado en un accidente de moto con una chica, con Edna (Cristina Galbó). Ella se compromete a llevarlo pero necesita ir urgentemente a casa de su hermana en la campiña inglesa. 

Desde ese momento Edna (Cristina Galbó) y George (Ray Lovelock) se ven envueltos en una historia que termina en una sórdida pesadilla nada más llegar a la lcalidad en la que vive su hermana. De hecho ella es atacada por un muerto viviente, un mendigo que ha muerto ahogado hace unos días. 

Edna logra huir, no así su hermana que es la siguiente persona atacada. Ella no muere, aunqué sí su marido. Tras la intervención de la policía encabezada por un duro inspector (Arthur Kennedy) que desvela que Katie, la hermana de Edna, es heroinómana y la principal sospechosa de la muerte de su marido ante los ojos de la policía. 

Por supuesto, la única que la cree es Edna, que ha sufrido un ataque previo, no así George, que , de cualquier manera acompaña a su acompañante al hospital. En el mismo descubre que los niños pequeños se han vuelto agresivos y han atacado a una enfermera. 

Desde ese momento, George entiende que Edna tenía razón y al descubrir que los muertos comienzan a despertar culpa de ella a las radiaciones de una máquina de ultrasonidos que el gobierno acaba de autorizar para eliminar insectos y bichos de los campos de cosecha. Pero el experimento consigue también que los insectos de la zona enloquezcan y se devoren unos a otros. El hace la comprobación yendo al camposanto y descubre que, efectivamente, los muertos salen de sus tumbas y los hacen con una voracidad tremenda. 

Sin embargo, el inspector de policía (Arthur Kennedy) ante los sangrientos asesinatos, especialmente brutales los de algunos de sus agentes,  que comienzan a producirse, está convencido de que los autores directos son los dos forasteros que acaban de llegar. Nada de lo que se le diga podría prevenirle de que irá a acontecer. 

Las heridas infringidas a Edna por parte de uno de esos muertos vivientes  llegan a la hospitalización de la chica. Pero será peor el remedio que la enfermedad puesto que los muertos del morturio empiezan a cobrar vida y empezan a atacar al personal sanitario, a la telefonista y , finalmente, a los enfermos hospitalizados cayendo en sus manos tanto Katie, asesinada por su propio marido cuando intenta ver a su hrmana hospitalizada , y la propia Edna, que recibe el ataque de una horda zombie. A pesar del intento de auxilio por parte de George, éste llega tarde y  pues Edna se ha convertido en uno de ellos. 

La llegada de la policía y la hecatombe allí montada, hacen que el inspector dispare una y otra vez sobre George, pues piensa que este es el causante del asesinato múltiple. Acaba diciendo " Me gustaría que los muertos volviesen a la vida, para poder volver a matarte".

El caso parece resuelto. La prensa y la televisión lo ocurrido en la pequeña ciudad reconociendo la labor del inspector, sin embargo, al llegar el inspector a su habitación de hotel se encuentra con la presencia de un George transformado en un muerto viviente que ataca al inspector, acabando con el ataque y con la máquina de radiaciones la película.

Estamos ante una magnífica co-producción hispano-italiana que en el país alpino llevó por título “Non si Deve Profanare il Sonno dei Morti”. La película no deja de ser sino un cántico mordeno a los  peligros que puede acarrear la contaminación ambiental por el daño generado al ecosistema. 

Indudablemente estamos ante una rareza, una película de culto y una de las primeras películas de “Zombies” españolas que se rodaron y que tienen mucho de homenaje patrio a la clásica "La Noche de los Muertos Vivientes” (Night of the Living Dead, 1968) de George A. Romero, pues al igual que en la anterior la historia más ganando en calado conforme se desarrolla.

En esta versión los zombies vuelvn a ser lentos, pero ofrecen resistencia y son poderosos, estando habilitados para el enfrentamiento pr dio de sus brazos, pero también de herramientas de mano como son hachas, piedras e incluso lápidas de mármol.

Es una película en la que destaca el prejuicio del inspector hacia George, tanto por su aspecto hippy y descuidado como por su falta de sintonía pues lo ve como un “Adorador de cultos Satánicos”. 

La película de  Jorge Grau fue un éxito de público aunque no de crítica en su día, derivado de su altísimo grado de violencia extrema para su tiempo. Además abrió la puerta a un género, l de los zombis, qu tan d moda stá y que , sobre todo en Italia, tendrá cirta presencia con títulos como  “El Mas Allá” (The Beyond, 1981) de Lucio Fulci o con la obra de  Amando De Ossorio.

A dstacar sus excelentes ambientaciones y la implicación en cada uno de sus actores de reparto, dando lugar a una auténtica película  “Gore” con vísceras por doquier, maquillajes y efectos especiales bastantes dignos para la época.

Al ser una obra de culto se publicó un libro titulado “De Zombi a Zombi Jorge Grau y los recuerdos de rodaje de No profanar el sueño de los Muertos”). 

La película fue segundo intento del barcelonés Jordi Grau dentro del género fantástico después de su apreciable Ceremonia Sangrienta” (1972). La producción se gesta cuando el productor  Edmundo Amati le pide a Grau que  realizara una copia en color de “La Noche de los Muertos Vivientes” (Night of the Living Dead, la obra de George A. Romero.

Ahora voy a trascribir en gran medida lo escrito por Enrique Partal  y  Jesús Bernal en el blog de cineultramundo. Según Grau  el proyecto surge cuando  “(...) iba a rodar ‘Ceremonia Sangrienta’. (En ese momento) , contacté con un productor italiano, pues este también se realizaba en régimen de coproducción con Italia. Quedé con él y nos fuimos a ver a un guionista para hablar de la película. Cuando íbamos en coche, el productor me preguntó si me gustaba ‘La Noche de los Muertos Vivientes’. Yo afirmé: Si, es una buena película. Y él me dijo: ‘Ceremonia Sangrienta’ debe ser como ‘La Noche de los Muertos Vivientes’ pero en color. A lo que repliqué; no tiene nada que ver, son cosas bien distintas. Pero él intentaba por todos los medios convencerme. Edmondo Amati, el productor italiano, había distribuido la película de George A. Romero, cuyo rotundo éxito le había generado muchísimo dinero. Sandro Contienza, el guionista, opinaba igual que yo, y decía que era una locura hacer algo así, pues ambos films eran completamente distintos y lo único que íbamos a conseguir era destrozar ‘Ceremonia Sangrienta’. Entonces Amati, intentó sin éxito convencer a Sandro y, finalmente no entró en la producción. Pasado un tiempo y tras dirigir y estrenar en Italia ‘Ceremonia Sangrienta’ y ‘Pena de Muerte’, Amati volvió a ponerse en contacto conmigo aprovechando una visita a Madrid. Me preguntó si podía desayunar con él al día siguiente y quedamos los dos en un hotel de la ciudad. Tras unas primeras frases de cordialidad y preguntarme qué tal me había ido con mis dos últimas películas, orientó nuevamente la conversación hacía mis sensaciones tras ver ‘La Noche de los Muertos Vivientes’. ¡Pues claro que me sigue gustando!, le contesté. Entonces abrió una bolsa que llevaba, sacó un guión, lo puso encima de la mesa y me dijo: Esto es ‘La Noche de los Muertos Vivientes’ pero en color. Yo pensé que estaba loco y que tenía una obsesión conmigo y con la película de Romero,(Risas). Finalmente y ya que me había invitado a desayunar, decido llevarme el guión cuyo autor era Sandro Continenza”. 

Se acordó que se rodaría en Inglaterra, España y Roma. Y Grau prosigue " Vi que tenía delante un proyecto muy interesante que iba a poder rodar con medios. Ten en cuenta que hasta entonces siempre había rodado con medios justos, y encima en Inglaterra y en Cinecitta de Roma, lugar al que me hacía mucho ilusión volver”. (“Fanzine Monsterworld Número 10”, “De Zombi a Zombi Jorge Grau y los recuerdos de rodaje de No profanar el sueño de los Muertos”, Diego López, Pag 26). 

El film llegó a tener hasta nueve títulos diferentes en los distintos países en los que se estrenó. En España se le dio el que conocemos. El título  “Se le ocurrió al productor italiano. Es una historia curiosa porque el guión original se titulaba El valle de los muertos. Cuando se terminó la película el director estimó que era un título demasiado genérico.Quería encontrar algo con más garra y dio con ‘No profanar el sueño de los muertos’. Yo ya me había acostumbrado a ‘El valle de los muertos’ y lo defendí con ahínco, pero como ya había llevado la contraria mucho al hombre pensé que igual su experiencia era válida. Y luego resulta que cuando se estrenó la película en Italia, el productor volvió a cambiar el título por ‘Da dove vieni?’, que es un título que no se sabe de dónde viene ni a dónde va. El título inglés ‘The living dead at the Manchester Morgue’ sí que me parece bonito”. (“Quatermass.Nª 4-5”, Otoño 2002, Pags. 41,42). 

Involucrado por completo en la producción, Grau comenzó a aportar ideas fundamentales a la historia, como la máquina agrícola, la personalidad y el carácter de cada personaje. Además, para recrear el aspecto de cada muerto resucitado, se echó mano de una amplia documentación. “Si, propuse hacer algunos cambios, como acentuar el tema ecológico, pues era algo que ya estaba en el guión. De todos modos, tuve total libertad para hacerlo todo de una forma creíble. A todo me dijeron que sí. Ha sido la película que mejor he podido preparar, estuve trabajando en su preproducción cerca de tres meses en un estudio de Roma y buscando siempre la mayor realidad a todo lo que rodeaba la película. Es decir, huir de lo inventado, de lo falso e ir a lo verdadero. Por ejemplo, el tema de la máquina que emite ultrasonidos. Según el guión era una maquina inventada por unos ingenieros enloquecidos. Entonces les dije que no, que íbamos a hacerlo con una máquina que vista en un campo no llame la atención: O sea, una máquina agrícola. Los personajes de los muertos están todos sacados de un libro de anatomía forense con fotos de auténticos cadáveres, de gente muerta por violencia, como el que muere ahorcado y tiran su cuerpo a un río. Lleva durante toda la película una soga y va siempre mojado.Al estar todo sacado de fotos reales tiene cierto realismo,incluso el hecho de la mujer drogadicta”. (“Fanzine Monsterworld Número 10”, “De Zombi a Zombi Jorge Grau y los recuerdos de rodaje de No profanar el sueño de los Muertos”, Diego López, Pags 26, 27). 

Grau prosigue “Durante todo este tiempo de preparación los personajes tenían su personalidad como el protagonista, Raymond Lovelock, un ecologista muy acorde con la época en la que se hizo la película. Además, pude introducir al personaje del sargento, lo cual me agradó mucho, pues Ray si que estaba descrito en el guión pero este segundo no, pues inicialmente se trataba de un funcionario. Lo que intenté hacer fue ir inventándome motivaciones alrededor de él, como la historia del policía joven y brillante pero que por alguna razón queda relegado a un segundo plano a causa de su carácter violento(...) y de resentimiento: Las mismas cosas que el otro policía haría de una forma fría y profesional, éste las hace con un punto de mala leche que le da mayor fuerza a la historia. Este concepto Arthur Kennedy lo entendió muy bien”. (“Fanzine Monsterworld Número 10”, “De Zombi a Zombi Jorge Grau y los recuerdos de rodaje de No profanar el sueño de los Muertos”, Diego López, Pag 27). 

Arthur Kennedy, el veterano sargento de policía, era un actor que vivía semiretirado que aceptó la propuesta de trabajo que se le ofreció. Jordi Grau conocía su trabajo, por lo que se alegró de que aceptara intervenir en la película. “En el reparto tenía que haber un actor americano. Había uno inglés, Raymond, y entre los americanos se barajaron varios nombres de importantes secundarios. A mí personalmente el que más me gustaba era el de Arthur. El estaba prácticamente retirado, vivía en Toronto (Canadá), tenía una escuela de teatro y de vez en cuando aceptaba algún papel para ganar un dinero, ceder su nombre y volver a Toronto para seguir con el teatro, que era lo que más le gustaba. Cuando llegó al rodaje, un día antes de empezar, lo hizo pensando en hacer el personaje lo mejor posible y salir del paso. Cuando se encontró conmigo, una persona a la que le gustaba lo que estaba haciendo y trataba de profundizar, y pude contarle la historia, le gustó mucho y a partir de una primera conversación lo hizo prácticamente todo solo. Sin decirle nada era ese sargento que yo había compuesto en el guión. Luego se encontró con actores estupendos como Jeanine Mestre, una fantástica actriz que hacía de drogadicta, y poco a poco se fue creando un clima no de hacer una película convencional y cubrir el expediente lo mejor posible, sino de hacer una película en la que se creía. Con cuerpo y alma”. (“Fanzine Monsterworld Número 10”, “De Zombi a Zombi Jorge Grau y los recuerdos de rodaje de No profanar el sueño de los Muertos”, Diego López, Pag 27). 

El trabajo con los intérpretes españoles como Fernando Hilbeck, José Lifante, Jeanine Mestre o Cristina Galbó fue muy satisfactorio para Grau. Fueron escogidos por el mismo a sabiendas de que realizarían su trabajo a la perfección. “Todos junto a Jeanine Mestre fueron elegidos por mi. Su participación fue esplendida tal y como puede comprobarse en la película. Y no tengo nada más que buenas palabras para todos ellos”. (“Fanzine Monsterworld Número 10”, “De Zombi a Zombi Jorge Grau y los recuerdos de rodaje de No profanar el sueño de los Muertos”, Diego López, Pag 27). 

El mismo José Lifante recuerda en estas líneas lo entusiasmado que estaba de trabajar en la misma película, que Arthur Kennedy, uno de sus ídolos cinematográficos de su infancia y juventud. “Cuando Jordi Grau me llamó para intervenir en la película ‘No profanar el sueño de los muertos’, (Weekend for the dead), me llevé una gran alegría. Era la segunda vez que me llamaba. Ya habíamos rodado ‘Pena de Muerte’. Otra gran aventura... Y cuando me habló del reparto me puse a temblar al oír el nombre de uno de mis compañeros: Arthur Kennedy. Yo le había visto en muchísimas películas del oeste, cabalgando y disparando por las verdes praderas en ‘Technicolor’ de las pantallas de mi infancia.Y ahora iba a trabajar a su lado... No me lo podía creer... Cuando coincidimos en el plató juro que mis rodillas temblaban. Nadie lo notó, pero estaba hecho un flan. ¡Era Arthur Kennedy! Y resultó ser una persona encantadora, muy profesional y de gran sencillez. Todo un ejemplo”. (“Fanzine Monsterworld Número 10”, “Yo fui un Zombie en la Morgue de Manchester”, Pag 39). 

El trabajo del maquillador Gianetto de Rossi no pudo ser más impactante. Sus “FX” aún hoy impresionan por su crudeza y realismo. Grau trabajó muy de cerca con De Rossi en la elaboración del aspecto de cada “Zombi” que aparece en la película. Ambos estudiaron juntos varios libros de anatomía, enfermedades y fotografías de cadáveres recientes. “Con Gianetto de Rossi nos pasábamos tardes enteras viendo y estudiando películas. Por ejemplo, la escena donde están agarrando un pecho a la telefonista, todo el interior del pecho estaba recubierto de tubitos de plástico para que parecieran venas. Hay también un muerto que aparece desnudo con una cicatriz de arriba a abajo. Esta caracterización está basada en una autopsia, tal como queda la persona tras ella. Todo el conjunto de muertos y zombis estaba sacado de un libro de medicina forense. Gianetto y yo nos volvíamos locos viendo, repasando y buscando los personajes y pensando con los actores que tipo de muerto le iba mejor”.(“Fanzine Monsterworld Número 10”, “De Zombi a Zombi Jorge Grau y los recuerdos de rodaje de No profanar el sueño de los Muertos”, Diego López, Pag 28). 

La sangre en esta película adquiere una tonalidad oscura, al contrario de otros films de terror rodadas en la misma época, que tenían un color rojo muy vivo. De hecho, este color rojo no aparece en ningún momento en pantalla. Los personajes no visten ropa de ese color. Solo está reservado para los ojos de los “Zombies” y la sangre. “Cuando me puse a prepara la película, una de las cosas que hice fue ver en repetidas ocasiones ‘La Noche de los Muertos Vivientes’ y me di cuenta que una de las cosas que produce un gran efecto durante el film es la sangre, la cual es negra. En películas como ‘Pánico en el Transiberiano’ o ‘La noche de Walpurgis’ la sangre ya era roja. Pero viéndola y reflexionando sobre ello, llegue a la conclusión que era demasiado roja y decidí que la sangre tenía que ser casi negra. Entonces hablé con Gianetto sobre esta circunstancia y nos pusimos a buscar un tono de rojo oscuro. En vez de jugar con el rojo bermellón, el color de la de la sangre, usamos el carmín con tonos oscuros para dar con lo que estábamos buscando. Además, como la película iba a transcurrir en campo abierto y verde, lo que hice fue vestir a los personajes de diferentes colores como el negro o el gris ,y a la protagonista con un abrigo de terciopelo verde. Pero nunca utilicé el rojo. Si te das cuenta no hay ningún personaje que vaya nunca vestido de ese color. Se reservó para la sangre y los ojos”. (“Fanzine Monsterworld Número 10”, “De Zombi a Zombi Jorge Grau y los recuerdos de rodaje de No profanar el sueño de los Muertos”, Diego López, Pag 28). 

El resto del equipo técnico fueron serios profesionales que se comportaron acorde a su larga experiencia. Fueron meticulosos con su trabajo, cuidaron cada mínimo detalle y agradaron Jordi Grau. “Me encontré con gente muy buena como por ejemplo Carlo Leva, el decorador. Normalmente, en esta época las películas de género se cuidaban muy poco y se hacían de cualquier manera. No se observaban los detalles y se hacían aprisa y corriendo. En cambio, en ‘No profanar el sueño de los Muertos’ no pasaron estas cosas. Estaba todo muy bien preparado y tuve la suerte de poder rodearme de gente con talento, como Gianetto, Leva o el operador Francisco Sempere que había trabajado en todas las películas de Luís García Berlanga. El ayudante de dirección, Gianni Arduini, quien posteriormente lo fue de Fellini, me lo habían impuesto en el equipo los productores italianos quienes pensaban que un director español era de esos que dejaban pasar cualquier cosa, pero se encontraron que no.Yo era tan meticuloso como el que más y se fue formando un equipo de gente que estaba a gusto y contenta con su trabajo”.(“Fanzine Monsterworld Número 10”, “De Zombi a Zombi Jorge Grau y los recuerdos de rodaje de No profanar el sueño de los Muertos”, Diego López, Pag 29). 

Al no tratarse de la típica película española rodada en tres semanas con presupuesto mínimo, facturada a toda prisa, y al contar con un presupuesto más cuantioso debido a la régimen de co-producción.

“No Profanar el Sueño de los Muertos” contó con varios lugares de rodaje como en Gran Bretaña, Españae Italia y fue grabada integramente en inglés, aunque el capital fuese el italiano.

En Inglaterra se rodó el grueso de la película, en las calles de Manchester, en el cementerio de Hathersage, los paisajes del río, las carreteras, gasolineras, en la central nuclear de Derby y los exteriores del hospital de Manchester. 

En España se rodó en un chalet de Robledo de Chabela y en los estudios de Cinearte de Madrid, el interior del hospital. La secuencia de la cripta se rodó en los estudios de Cinecitta de Roma y la caseta del cementerio en decorados. 

Grau plasmó en el metraje algunos de sus propios temores de cuando era un niño. “Ahora me viene a la mente la secuencia en la que Cristina Galbó y Raymond Lovelock van al cementerio y se quedan encerrados junto a los cadáveres sin posibilidad de salir de la cripta. Para esa secuencia me inspiré en una historias que mis padres me contaban de pequeño. (...) Al llegar a la escena de la cripta, rodada en Cinecitta, quise hacer la imagen que tanto me había perseguido de pequeño. Cuando ellos suben al interior del nicho para poder salir, aparecen las manos de los muertos y les tiran de las piernas”, o la secuencia en la que el muerto le toca los ojos a los otros cadáveres dentro de la cripta y estos últimos vuelven a la vida, es algo sacado de la extrema unción. A mí me impresionó mucho cuando falleció mi padre y llegó un cura para hacerle la extremaunción. Se mojó los dedos en aceite y le tocó los ojos y la boca. Aquella imagen de la película tocando con la sangre los rostros de los muertos está sacada de esto(“Fanzine Monsterworld Número 10”, “De Zombi a Zombi Jorge Grau y los recuerdos de rodaje de No profanar el sueño de los Muertos”, Diego López, Pag 30). 

Su grado de intervención en el film es tal que llegó a poner voz a los sonidos guturales emitidos por las gargantas de los “Zombies”

Este fue la última película de horror que dirigió Jordi Grau. Las causas de este hecho podemos encontrarlas en la poca repercusión que obtuvo la cinta en España, debido a los acontecimientos políticos y sociales que estaba viviendo el país. “No, pues cuando se estrenó en España en 1974 no tuvo prácticamente repercusión. De público más bien poco y los críticos y entendidos tampoco respondieron muy bien. 

Cuando acabé de rodar la película me pregunté: ¿Y ahora qué? Entonces José Frade me propuso hacer ‘El secreto inconfesable de un chico bien’, algo que me pareció muy atractivo. A todo esto el tiempo pasó , tuve dos hijos que se iban haciendo mayores... Si en aquel momento hubiese tenido la idea de hacer la película sobre Edgar Allan Poe, quizás hubiese seguido dentro del género fantástico y de terror, pero como no tuve ninguna propuesta de hacer una película dentro de este terreno , tampoco tuve nada que proponer y ‘No profanar el sueño de los Muertos’ no acabó de funcionar. Así pues continué con Frade haciendo películas: ‘La trastienda’, ‘La siesta’ y ‘Carta de amor de una Monja’”. (“Fanzine Monsterworld Número 10”, “De Zombi a Zombi Jorge Grau y los recuerdos de rodaje de No profanar el sueño de los Muertos”, Diego López, Pags 31 y 32). 

A pesar de la fría acogida en taquilla, la película participa en la “Séptima edición del Festival de internacional de Sitges” en 1974, logrando tres galardones; a la “Mejor Actriz” para Cristina Galbó, a los “Mejores Efectos Especiales” y el “Premio del Jurado” de la crítica. También participó en varios festivales internacionales en Amberes, Bruselas y Alemania. “Asistí aquel año al Festival de Sitges y fue una experiencia inolvidable, sobre todo contemplando la reacción del público. De Sitges también recuerdo al cabo de muchos años e hizo otra revisión de la película y se pasó junto a ‘Ceremonia Sangrienta’” (“Fanzine Monsterworld Número 10”, “De Zombi a Zombi Jorge Grau y los recuerdos de rodaje de No profanar el sueño de los Muertos”, Diego López, Pag 32). 

Participó en el Festival de Amberes y ganó el Premio del público a la mejor película. También tuvo una buena acogida en Bruselas, (Belgica) y Dusseldorf (Alemania). A nivel internacional, y en ese año, me entregaron al Premio al mejor director, con gran enfado por parte de la crítica intelectual. 

Aunque la crítica especializada de la época alabó la película haciendo hincapié en sus sangrientos “FX” y en el tono ecologista del film. En el número 61 de la revista “Nueva Dimensión” (diciembre, 1974), Carlo Fabretti escribía esto; “Entre la masa de subproductos inspirados en ‘La Noche de los Muertos Vivientes’, esta cinta de Grau destaca por su hábil dirección, una cierta dignidad artesanal y un comedido y ambiguo toque progre, así como por sus efectos especiales".

Por su parte Luís Vigil en “Vampus Nº 41” firmaba el siguiente texto; “Non si deve profanare il sonno dei morti,  cinta hispano-italiana, (en la que ) Jorge Grau, el director de esta cinta, se ha propuesto hacer una especie de nueva versión, (en colores, que así se ve más la sangre), de La noche de los muertos vivientes, y logra un buen producto, que fue rabiosamente aplaudido por el morboso público que llenaba el cine, cada vez que a alguien le sacaban las tripas, (Y se las comían a continuación)”

Ángeles Maso en el diario “La Vanguardia” el 2 de octubre de 1974 decía lo siguiente. “El filme más aplaudido hasta el momento ha sido ‘Non si deve profanare i sonno dei morti’. Película hispano-italiana que dirige Jorge Grau. Se ha proyectado en versión italiana. Repito lo que escribí en anteriores etapas del Festival: Hay que ser políglota en Sitges. Se han programado hasta el momento cuatro largometrajes a concurso. Dos en versión francesa, uno en inglés y el de Grau, en versión italiana. ‘No se debe profanar el sueño de los muertos’ entra por completo en la cinematografía de terror, pero bajo premisas fantásticas. Se plantea desde un punto de vista que tiene mucho que ver con lo ecológico. La fantasía juega dentro de este terreno. Aunque formalmente se exprese en términos tradicionales dentro de la cinematografía de monstruos. En su planteamiento existe una preocupación por la responsabilidad del hombre en el respeto que se debe a la naturaleza. (…) En el filme de Grau hay una orgía de sangre. Macabras escenas. Muertos que andan, devoran las entrañas de sus víctimas que no tardan en revivir también. Escenas que Grau ha logrado construir dándoles la dimensión terrorífico-fantástica qué el tema requiere. El director español mantiene un buen ritmo también en lo que el filme tiene de relato policiaco. Los actores se mueven con soltura, siempre convincentes en su interpretación al servicio del sangriento relato. El diálogo que siempre ha sido problema de los filmes terroríficos españoles tiene dignidad y en ocasiones se baña en cierta ironía que nos llega a la italiana con ventaja para el filme según el modo de calibrar el filme español que tiene la parte receptora, o sea, el público del Festival de Sitges. Objeciones al filme de Grau. A mi juicio hay excesivas repeticiones de escenas macabras, demasiado movimiento de muertos vivientes. A pesar de que insisto en el logro de la cinta, en conjunto, como exponente de la cinematografía de terror”

Para acabar, Angel García Romero comentaba esto en su crítica para “Quatermass Nº4-5”,en la página 97. “Pero dejando a un lado las evidentes segundas lecturas (...) lo que nos queda es un magnifico film de horror, posiblemente la mejor secuela producida tras la aparición de los zombis caníbales de Romero, y un título español sin duda importante dentro de la historia del general del cine fantástico”.

Según Carlos Aguilar en el programa "Historia de nuestro cine" la película es un hito en la historia del cine español por parte de un director español de gran personalidad y sensibilidad formado cinematográficamente en Italia a la sombra de directores del país transalpino como Sergio Leone y Ricardo Freda, siendo además amigo de Fellini. Destaca el crítico la atmósfera que crea dentro del ambiente pútrido y la categoría intelectual que quiso darle el director combinado el terror con el tema de la rebeldía juvenil y el uso descontrolado de la tecnología.

Elena S. Sánchez en ese mismo programa resalta que fue una obra de encargo para dar color a la historia narrada por George C. Romero.

La película logró recaudar la cifra de 16.894.971 pesetas, es decir, algo más de 101.540 euros haciendo que 315.131 aterrorizados espectadores la vieran en las salas. 

A destacar que esta película vista con 16 años me quedó grabada en la memoria. A día de hoy me ha resultado llamamtivo la presencia de un grande que en aquella épca me era casi un desconocido como Arthur Kennedy, muy convincente en su papel de expeditivo y reaccionario inspector. En el 2010 Jorge Grau recibió un homenaje en Sitges en el que se emitió , por supuesto, la película.

"Non si deve profanare il sonno dei morti" es una película de culto en USA . El despliegue de casquería, inaudito en su día, goza hoy del encanto añadido de los efectos especiales analógicos, porque “No Profanar el Sueño de los Muertos” fue, en su momento, el mejor largometraje en su género después de “La Noche de los Muertos Vivientes” (Night of the Living Dead, 1968), poco comparable con la auténtica revolución zombie surgida del universo Kirkman y sus The Walking Dead, pasando por los Minisodes, así como de su buena vía de escape angelina, Fear The Walking Dead - ya visto en su cuarta entrega, justo momentos antes en AMC- así como otras  variantes cinematográficas de corte noruego (Zombies Nazis 2), de aire "sabrosón" o cubano (Juan de los Muertos) o de mundo desquiciado (casi divertido Zombieland o el más épico WWZ), otras más castiza y actualizada (REC - en sus distintas versiones- o The Returned), las dos grindhouse que me creé (A Little Bit ZombieBig Tits Dragon), la más que digna Dawn of the Dead u otras seriadas fantásticas como Dead Set, contundentes Nation Z, o incluso por esa vuelta de tuerca diferente In the fresh -. 

En definitiva, una buena película sacada de mi recuerdo y vista gracias a esa aplicación genial que tiene la Smart-tv  y su Televisión a la carta de televisión española, aprovechando la emisión en Historia de nuestro cine. 

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