lunes, 21 de marzo de 2016

El perro de los Baskerville


Durante varios veranos fronterizos a la muerte de Franco y al inicio de la transición democrática en un espacio tan singular como era el patio de una iglesia cuya blanca pared servía de telón para plasmar sobre ella las imágenes de un buen montón de películas de temática variada que iban desde los spaguettis western hasta películas de karatecas, pasando por algunas de humor bélico italoalemán hasta los clásicos de la Hammer con drácula a la cabeza y con dos actores llenando toda la pantalla,  Christopher Lee y Peter Cushing. Desde esos años la Hammer para mi era sinónimo de cine de terror y grandiosos veranos de cine a la luz de la luna.

La Hammer Productions fue , aunque es posible que todavía sea, una compañía cinematográfica inglesa fundada en 1934, que se hizo especialmente célebre por la realización de una serie de films de terror gótico producidas entre los años 1955 y 1979. La época de esplendor de la Hammer Productions se sitúa en los años 60, donde realizó una serie de películas sobre Drácula, Frankenstein y la momia. Parte del éxito de la productora fue debido a la colaboración de la importante empresa norteamericana Warner Brothers.

Los inicios de esta compañía se remontan al año 1934 cuando el actor Will Hinds, cuyo nombre profesional era Will Hammer, fundó la Hammer Productions. Al año siguiente se unió a Enrique Carreras (1880-1950), dueño de una cadena de cines, para originar la Exclusive Films, una empresa dedicada a la distribución de filmes. 

Durante la década de los años 30 esta "primitiva" Hammer produjo algunas comedias y un filme de suspense titulado The mistery of the Mary Celeste, con Béla Lugosi. Para los 40 los negocios fueron mal y la Hammer dejó de producir durante la Guerra. 

Sin embargo los hijos de los socios fundadores, Anthony Hinds (1922) y James Carreras (1909-1990), comenzaron a trabajar en la Exclusive, llegando a distribuir una cierta cantidad de películas de bajo presupuesto. En 1945 James Carreras y su hijo Michael se quedaron con la distribuidora Exclusive. Dos años después, la Exclusive pasó a ser  la "Hammer Film Production Limited", con James y Enrique Carreras y Will y Anthony Hinds como directores. Su primera película fue River Patrol (1948). 

James Carreras adoptó una filosofía al estilo Hollywood desde el principio: producir películas rentables al menor costo posible. Para llevarla a cabo fijó un techo para los presupuestos de sus películas de £ 20.000. Poco a poco Carreras se fue dando cuenta de que lo más rentable eran los filmes de suspense e intriga, los "thrillers", uno de cuyos primeros ejemplos fue Room to Let (1950).

El ciclo de películas de terror de la Hammer comenzó con su film The Curse of Frankenstein (1956), dirigido por Terence Fisher. Dos años más tarde se inició la importante saga de Drácula con la participación de Christopher Lee como Drácula y Peter Cushing como Van Helsing. El éxito de estos filmes fue tan abrumador que la compañía se dedicó casi exclusivamente a producir películas y sagas de terror gótico, continuando con The revenge of Frankenstein (1958), The mummy (1959), The two faces of Doctor Jekyll (1960).

Para la realización de las mismas contó casi siempre con el mismo director , el londinense Terence Fisher ( 1904 - 1980) , uno de los más influyentes directores de terror de la segunda mitad del siglo XX. En sus films se planteaba un terror explícito que, si bien hoy está buenamente asumido, no tenía precedente en su momento. Fue el primero en realizar películas de terror en Technicolor. Fisher fue quien catapultó las carreras de las estrellas inglesas Peter Cushing y Christopher Lee que junto a otra pareja excepcional: Boris Karloff y Bela Lugosi quienes ocuparían la más alta de las posiciones dentro del cine fantástico. Junto a ellos realizó un gran número de adaptaciones de personajes de terror clásicos, como La maldición de Frankenstein (1957) . Drácula (1958), La venganza de Frankenstein (1958) y, también,  El perro de los Baskerville (1959), su cuarta película para la Hammer, a la que siguió otro éxito La Momia (1959).

Suele plantear un héroe que vence el poder de la oscuridad con una combinación de fe en Dios y razón, en contraste con el resto de personajes que se mueven por supersticiones o por el más frío racionalismo. A menudo se le ha estigmatizado como un "simple" director de serie B, sólo recientemente se le ha reconocido su merecido valor autoral.Para Joaquín Vallet "Fisher siempre utilizó el género de terror como un medio, jamás como un fin. Un medio para integrar los aspectos que más le interesaban aunque, en teoría, poco tuvieran que ver con el terror. De ahí que sus películas posean dos capas: la externa donde hallamos films de terror impecables en su forma, y la interna en la que nos damos de bruces con una serie de líneas temáticas absolutamente apasionantes". 

De entre muchas de sus películas acabo de recuperar El perro de los Baskerville o The Hound of the Baskerville, uno de estos clásicos de la Hammer dirigida por Terence Fisher y protagonizada por Peter Cushing, André Morell y Christopher Lee. Fue la primera versión en color del personaje creado por Arthur Conan Doyley continuadora y renovadora de  la saga clásica que contaba con Basil Rathbone y Jeremy Brett. De hecho Peter Cushing  seria el protagonista de una  serie de la BBC y de algún telefilme asumiendo el rol de Sherlock Holmes. 

En este caso   Terence Fisher contó en la producción con Michael Carreras por parte de la Hammer Productions y la distribución de la United Artist , mientras que el guión fue redactado por Peter Bryan partiendo del clásico de Arthur Conan Doyle. Para la música intervino  James Bernard, en la viva fotografía Jack Asher y en el montaje a Alfred Cox.

El reparto lo forman Peter Cushing como Sherlock Holmes, Andre Morell como el Doctor John H. Watson, Christopher Lee como Sir Henry Baskerville, Marla Landi como Cecile Stapleton, Ewen Solon como Stapleton, David Oxley como Sir Hugo Baskerville, Francis de Wolf como Doctor Richard Mortimer, Miles Malleson como el Obispo entomólogo Frankland, John Le Mesurier como Barrymore, Helen Goss como la Sra. Barrymore, Sam Kydd como Perkins, Michael Hawkins como Lord Caphill, Judi Moyens como el joven sirviente, Michael Mulcaster como Selden y David Birks como otro sirviente.

Esta adaptación de la novela del escritor inglés Arthur Conan Doyle comienza con el relato de la maldición de los Baskerville. Sir Hugo Baskerville (David Oxley), lanza por la ventana a un sirviente y más tarde decide quemarlo en la chimenea tras negarse a abrir la habitación en la que está su hija recluida ya que Sir Hugo ha propuesto a sus amigos de la nobleza una violación múltiple. La chica escapa por la ventana a través del páramo. Sir Hugo, llena de ira baja las escaleras, y grita con incontenible cólera: “Deprisa, los perros”.

La criada corre hasta unas ruinas en la  oscuridad. Un aullido suena en la noche y los perros retroceden atemorizados. Sir Hugo no cede. Llega a las ruinas. Tras adivinar a la  mujer entre los arcos. Sir Huga le da alcance y  la mata con una daga. Se repite el aullido. Sir Hugo busca con la mirada en torno. Oye un gruñido y de inmediato se tapa con los brazos mientras una sombra se abalanza sobre él.

Tras esto se revela que el narrador del relato es el Dr. Richard Mortimer (Francis De Wolff), y que estamos en el 221B de Baker Street, en Londres,  qDr. Mortimer uien acudió a la casa del detective Sherlock Holmes (Peter Cushing) y el Dr. John Watson (André Morell) para solicitarles su ayuda. Según Mortimer, el sabueso que dio muerte a Henry Baskerville ha atormentado desde generaciones a la familia, siendo su última víctima Sir Charles Baskerville, el último descendiente de los Baskerville en las mismas ruinas, fruto de una experiencia terrorífica que provocó una parada en su enfermo corazón.

Dado que el último heredero vivo es Henry Baskerville (Christopher Lee), Mortimer quiere que Holmes y Watson resuelvan el misterio y eviten su muerte. Holmes y Watson aceptan investigar el caso y se reúnen con Baskerville en un hotel de Londres.

Sir Henry Baskerville, es el rico heredero tan prepotente como educado. Procede de Johannesburgo y es presentado a Holmes. Ambos se jactan de no creer en leyendas. Sir Henry coge una de sus botas y de ella sale una tarántula que le recorre el brazo y se aproxima amenazante al cuello. Holmes le advierte que vuelva la cabeza pero aquél, en un persistente primer plano de su rostro empapado en sudor frío, contesta horrorizado y vencido por el miedo: “No puedo”. Con su bastón Holmes mata la araña, Holmes le advierte: “Su vida corre peligro. No se aventure solo en el páramo por la noche”. Holmes propone que Watson acompañe a Sir Henry en su viaje a Devonshire. Él debe permanecer unos días en Londres, asegura.

Antes de irse, el detective le advierte a su compañero que no deje ir a Baskerville solo al pantano. Sherlock Holmes sospecha que el único miembro de la familia que permanece vivo, Sir Henry, será la siguiente víctima, pero no a causa de la maldición, sino debido a la ambición de alguien que saldría muy beneficiado de su muerte. El famoso detective sabe que debe descubrir al asesino antes de que sea demasiado tarde.

Watson llega a la zona acompañando a Sir Henry durante algunos días al heredero en su mansión. Mientras Henry y Watson recorren el páramo solitario, el cochero advierte de que un criminal evadido vaga por las tierras.  Se llama Selden y escapó de la cárcel hace unos días, y probablemente está escondiéndose en el pantano. El prisionero había sido encarcelado por matar a unas prostitutas, y dado que fue encontrado demente fue condenado a cadena perpetua en vez de la pena de muerte.

Al llegar a la mansión, Barrymore, el mayordomo, informa al nuevo señor de la desaparición de un retrato de Sir Hugo. Y de que oyó un terrible aullido la noche anterior a la muerte de Sir Charles.

Watson va a sus aposentos y oye ruidos en el corredor del piso de arriba. Cesan, pero un aullido entra por su ventana, desde la que se ve el páramo, tan negro que, al finalizar el plano con un fundido a negro, casi ni se nota.

A la mañana siguiente, mientras recorre los alrededores, Watson conoce a un hombre llamado Stapleton (Ewen Solon) quien vive en un terreno cercano al de la mansión. que en un primer momento le toma por Sir Henry. Hombre rudo, con una mano palmeada y dueño del yermo páramo, le indica el camino y le aconseja no desviarse; hay arenas movedizas. Luego, conoce a una chica que resulta ser la hija de Stapleton Cecille (Marla Landi), una muchacha  que, al oír que va al palacio de Baskerville, borra su sonrisa y corre hacia la ciénaga. Pero Watson, tras ella, cae en las arenas. Stapleton le salva.

Stapleton lleva a Watson a la mansión junto a su hija, Cecile. Casi de inmediato llega Sir Henry que se encuentra con la hija de Stapleton. Nada más  conocer a Sir Henry ella le seduce quedando el encantado.

Esa noche unos lamentos nocturnos atraen a Sir Henry y Watson a una habitación de la mansión.No está ocupada y sin embargo hallan una vela en la ventana. Al moverla, una luz surge en la negrura del páramo. Se aventuran en el mismo a pesar de las indicaciones de Sherlock y se topan con el fugado y le persiguen. Un aullido hace que a Sir Henry le sobrevenga un ataque de corazón, su herencia familiar. Regresan y Watson ve una vigilante figura negra en el horizonte.

Watson lleva a Sir Henry a casa y lo deja al cuidado del doctor  Mortimer. Watson decide volver al páramo y, en las ruinas, se encuentra con el centinela, que es el mismo Holmes. La negrura de la noche, la espesa bruma y unos brillos rojos y verdes dan a las ruinas una atmósfera irreal y perversa, potenciada por el aullido y los gritos que se oyen después. Los detectives acuden tarde, Sir Henry yace en el suelo con la cara desfigurada.

Holmes llega a la mansión y  descubre que Sir Henry está vivo. Sherlock llega a la conclusión de que el que murió fue el preso, hermano de la Sra. Barrymore, confundido con Sir Henry. Ella le proveía de alimentos y ropa. Y que la luz del pantano la había prendido el prófugo Selden, quien la utilizaba para comunicarse con la criada de Sir Henry, su hermana.

Mientras investigan el caso, Holmes le revela a Watson que no cree en el aspecto sobrenatural del sabueso, y sospecha que cualquiera de los personajes puede estar tras el asesinato, incluyendo el propio Sir Henry, dada la enorme herencia de la familia.

Por la mañana, el cadáver ha sido mutilado y trasladado a las ruinas. Hallan en el lugar una antigua daga con el escudo de la familia Baskerville bañada en sangre.

Más tarde, Holmes visita al reverendo, entomólogo Frankland. La tarántula era suya. Desapareció el mismo día que el Dr. Mortimer y Stapleton le visitaron. “Combato el mal con el mismo empeño que lo hace usted”, le dice Holmes.

Sir Henry visita la casa de los Stapleton. Allí está Cecile,  sola. Ella le habla de su pasado en Italia y de como su padre ha invertido en el páramo todos sus ahorros. Se besan. Él: “¿Quiere ir al páramo esta noche?”. Ella: “Si usted me lo pide”, mientras vemos que el padre es testigo de la conversación a su padre, que acaba de llegar. Tras esto se produce una  invitación a cenar por parte de  Stapleton y su hija Sir Henry.

Mientras esto ocurre la daga que Holmes guardaba bajo llave ha sido robada. “Sir Henry va a morir esta noche”. Holmes deduce, por el cuadro ausente, que Stapleton es descendiente ilegítimo de Sir Hugo.

Por otro lado, Holmes le pregunta al doctor Mortimer sobre la existencia de minas abandonadas de estaño por la zona. Mortimer le lleva a una abandonada. Allí se personan entre otros, Mortimer, Watson y Watson acuden a la mina. Tras su visita y después de un derrumbe minero que casi atrapa a Holmes, ésta ya ha resuelto el caso: Los Stapleton son en realidad descendientes ilegítimos de Sir Hugo, ellos han robado el cuadro para impedir detectar que Stapleton y Sir Hugo tenían las manos palmeadas y son los siguientes en la linea hereditaria en caso de morir todos los Baskerville.

Esa noche se celebra la cena. Bajo la atenta mirada del detective, Cecile amenaza a Sir Henry con la muerte. Él se asusta. Cecille llevó a Sir Henry a caminar por el pantano para estar a solas. Un aullido le asusta pues están en las ruinas mencionadas en la leyenda de los Baskerville, Se oye el rugido de la bestia y se muestra un colosal perro de enorme cabeza. Sir Henry cae aterrorizado, atacado por el animal. Sir Henry es atacado por un sabueso liberado por Stapleton,  pero Holmes lo mata de un tiro. “El perro ha muerto. Debe usted verlo”. Pero Sir Henry no puede. “Es mejor que lo vea. No tiene que temer (…) Le ponían esta máscara para parecer más terrorífico. Lo tenían sin comer”.

El detective explica que el perro fue mantenido por Stapleton en una mina abandonada, donde lo dejó varios días sin comer y le entregó unos señuelos con el olor de Sir Henry. Para lograr un aspecto más amenazante del sabueso, Stapleton le colocó una máscara. Luego de la muerte de su padre, Cecille huye por el pantano, pero cae a una ciénaga y muere ahogada. Acabando así la película.

La película se estrenó el 3 de julio de 1959 La interpretación de Cushing de Holmes es valorada como una de las mejores protagonizadas por el detective, pero hay que señalar que no fue un éxito en taquilla y eso que fue realizada en pleno apogeo de Hammer Productions.

La película fue bien recibida por la crítica debido a su buena elección del reparto encabezado por Peter Cushing que borda su papel con su  "caricatura huesuda de Holmes" con un André Morell como Watson que intentó en su interpretación alejarse de los estereotipos creados por Nigel Bruce y acercarse más al personaje literario , con un Christopher Lee, como un perfecto Lord Barkerville y con la buena dirección del siempre efectivo Terence Fisher. Y si  no debemos preguntárselo a Joaquín Vallet autor de la primera monografía en castellano sobre el director, publicada por Cátedra. Para Vallet era "Un realizador que, a pesar de los ajustados presupuestos, renovó el género con algunas de las mejores películas de la historia del cine fantástico".

Es una película cuya intriga y tensión se mantiene hasta el final y con un Sherlock - que diferente con el actual- que vence al miedo con su aguda lógica y que pone fin a la leyenda, ya que el terror se sustenta en el artificio y la mentira. Y con unos personajes que "se debaten continuamente entre dar rienda suelta a sus instintos más primarios o reprimirlos tal y como impone el orden burgués al que pertenecen" según Vallet.

Comentar por último que el castillo de Baskerville es el mismo que se usó para la película Drácula. Un gran acierto de esta hammer Productions que revitalizó un género, el de terror, que parecía moribundo desde que la Universal (la productora que con más asiduidad había abordado este tipo de cine desde comienzos de los años treinta) había dejado de realizar películas vinculadas al género fantástico.

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