jueves, 22 de marzo de 2012

7 horas y media


No hay dos sin tres, se planteó Coppola. Para su bien y para el nuestro, el cineasta italoamericano puso fin a la historia de Michael Corleone. El final, una maestría. A Coppola le gustan los finales en los Padrinos. Si el primero era majestuoso, el segundo impresionante, este último ha sido glorioso, superior a los dos anteriores. La trama operística y, en contraposición, las muertes de los opositores a los Corleone pertenecen a la joya del cine. Aún recuerdo la lectura en prensa del rodaje en Italia de esta tercera parte del Padrino.

Mario Puzo's The Godfather: Part III (1990), conocido en España como El padrino, parte III o como vulgarmente conocemos como El padrino III es la tercera película de la trilogía de El Padrino, completando la historia de Michael Corleone, un padrino de la mafia que trata de legitimar su imperio criminal. La versión que he visto se grabó en VHS emitido por telecinco hacia el 1994. 
La película incluye, en su trama, acontecimientos basados en hechos reales, como la misteriosa muerte del Papa Juan Pablo I y el escándalo del banco Ambrosiano vinculado con el Vaticano que en los años 1981-1982 impactó a la prensa europea, vinculándolos entre ellos y con relación a Michael Corleone. La propia muerte de uno de los gestores Lucio Gelli, ahorcamiento en un puente, está representada en el filme. 
El film está protagonizado por Al Pacino, Diane Keaton, Talia Shire, Andy García, Eli Wallach, Joe Mantegna, Raf Vallone, George Hamilton, Bridget Fonda, Sofia Coppola y Vicente Palmare, al parecer, un mafioso verdadero. 
El guión fue escrito por Mario Puzo y Francis Ford Coppola; y la película fue dirigida por el maestro Coppola. Contrariamente a sus predecesoras, El padrino y El padrino II, El Padrino III no fue ampliamente aclamada por la crítica. 
Al día de hoy, los críticos y fanáticos de la trilogía siguen divididos con respecto a su legado, y como espectador está claro que la trama inicial no es tan fascinante como las dos anteriores, pero desde la llegada de los Corleone a Sicilia, retorna la fascinación. Tal vez la razón de estas malas críticas sea que trata temas tratados anteriormente (las ambieciones de otros grupos familiares, la muerte de Fredo, la querella familiar entre Kay, sus hijos y Michael, la familia ampliada,…) aunque la verdad es que representa un cierre efectivo para la trilogía. 
La música es de Carmine Coppola y la fotografía de Gordon Willis. La productora fue la Paramount Pictures. 

La última entrega de la saga Corleone comienza en 1979. Michael Corleone se encuentra en los finales de sus cincuenta años; sus hijos ya son adultos; y no ha vuelto a tener relación con su ex-esposa Kay Adams, que contrajo matrimonio con un juez, en ocho años. Tom Hagen ha muerto, y su hijo Andrew (John Savage) se ha convertido en sacerdote. 
El film comienza con una celebración en donde Michael es galardonado por sus donaciones a la Iglesia Católica. Esto es, en realidad, un intento de Michael para legitimar los negocios de la familia Corleone, habiendo vendido anteriormente todos sus casinos. 
Kay concurre a la celebración con el único objetivo de persuadir a Michael para que permita que Anthony, el hijo de ambos, desarrolle su vocación musical y abandone la carrera de derecho. Michael en parte se opone, deseando que Anthony complete su formación en derecho, pero Anthony le hace saber a su padre que jamás lo ayudará con los negocios de la familia. Su hijo sabe que Michael mandó a asesinar a su tío Fredo y, a pesar de amar a su padre, él nunca lo perdonará por esa acción. 
Una vez que Anthony abandona la oficina de su padre, Michael y Kay discuten, resurgiendo las viejas hostilidades entre ambos. Kay sigue reprochándole a Michael su pasado criminal, mientras Michael afirma que todo lo que hizo fue por su familia. Sus argumentos condujeron a una especie de tregua: Kay le insiste a Michael para que Anthony elija su propio camino, a lo cual accede desanimadamente. Kay se lo agradece y se marcha.
Durante la celebración se presenta ante Michael su sobrino Vincent Mancini (hijo de Sonny y de su amante). La visita de su sobrino es debido a que no deja de ser familia, pero también a su conflicto con un jefe mafioso, Joey Zasa. 
Zasa pretende felicitar a Michael por el galardón recibido, pero debido al odio entre Vincent y Zasa, se produce una riña en la oficina de Michael, en donde Zasa pierde parte de la oreja gracias a Vincent. Luego del incidente, Michael, bajo la insistencia de su hermana Connie, toma a Vincent como su protegido y le permite ser su guardaespaldas personal. En esta celebración es donde se hacen evidentes los sentimientos de Vincent por Mary, la hija de Michael y prima de Vincent y admiradora desde la infancia. 

Más tarde, luego de la celebración, Zasa envía a dos asesinos al apartamento de Vincent como venganza, pero Vincent descubre a los intrusos y los neutraliza. Michael revela su interés en adquirir la compañía europea International Immobiliare para finalizar con el proceso de legitimización de los negocios de la familia. Ésta se encuentra en manos de la Iglesia, y de un grupo inversor católico, en la que dos de sus gestores, Don Licio Lucchesi y Fredrick Keinzig, se oponen abiertamente a la entrada del Corleone y obstaculizan el trato con la ayuda encubierta del Arzobispo Gilday, a quien Michael considera como su socio. 
Las negociaciones se complican debido al delicado estado de salud del Papa Pablo VI, cuya ratificación es indispensable para finalizar el trato. Adicionalmente a las obstrucciones de Lucchesi y Keinzig, Michael es presionado por los cabecillas de otras familias criminales, quienes desean participar en la futura transacción entre la familia Corleone y el Vaticano. Michael no está interesado en asociarse con ellos: él sólo desea que su familia obtenga ganancias legítimas sin la intervención de personas ajenas a su clan. 
Sin embargo, y como muestra de paz, Michael le solicita a Don Osvaldo Altobello, heredero de Clemenza y Pentangelli, del territorio Corleone, que gestione un encuentro con los otros Dones para poder distribuir, entre ellos, el dinero remanente de las inversiones en los negocios de la familia Corleone. En este encuentro mafioso Michael procede a la entrega de dividendos con el resto de clanes, pero a Zasa no entrega nada, dado el poco respeto que siente hacia los Corleone. Ante esto sale Zasa de la reunión y tras él, Altobello con objetivo aparentemente de convencerlo. 

A su salida de la sala de conferencias se produce un brutal atentado desde un helicóptero. Michael logra huir ileso del atentado, mientras que los demás Dones son abatidos en el intento. 
Esa misma noche, Michael sufre un ataque diabético como resultado de las circunstancias, siendo hospitalizado en condición crítica. Connie, bajo la sensación de impotencia por ver a su hermano Michael inconsciente en una camilla, le ordena personalmente a Vincent que asesine a Zasa, lo que es cumplido eficazmente y a sangre fría en el transcurso de una procesión en el barrio italiano de Nueva York. 
Vicent se disfraza de policía a caballo y cumple con Zasa y su ayudante. Durante su recuperación, Michael se entera que Joey Zasa fue asesinado, colerizándose debido a que esa acción no fue ordenada por él y no se encontraba dentro de sus planes. Hace prometer a Connie y a Vincent que nunca más deberían dar esa clase de órdenes sin su consentimiento. En esta oportunidad, Michael le hace saber a Vincent que desaprueba su relación con Mary, hecho que nunca consentiría mientras él estuviera con vida. 

Mientras Michael estaba internado en el hospital, Kay lo visita para informarle que Anthony iba a realizar su debut operístico en Sicilia. 
Michael viaja a la isla italiana para presenciar la obra en donde su hijo actuará, en concreto la Ópera Cavalleria rusticana,  y para consultar con su viejo amigo y confidente, Don Tommasino. 
Tommasino le sugiere que se entreviste con el Cardenal Lamberto (Raf Vallone), un sacerdote a quien Tommasino considera un hombre confiable. Michael se reúne con Lamberto y siente una inmediata conexión con él, expresándole sus temores sobre Lucchesi y Kienzig. Lamberto, quien está en carrera para convertirse en el próximo Papa, le solicita a Michael que se confiese. 
Michael, en un principio, siente que podría ser un gesto desesperado, pero termina confesando sus peores pecados. Michael rompe en llanto cuando confiesa que ordenó el asesinato de Fredo, su hermano. Lamberto considera que sus pecados son terribles y que su sufrimiento es justo, pero también siente que Michael está genuinamente arrepentido por su conducta pecaminosa. 
En paralelo, Altobello y Lucchesi preparan un atentado para acabar con el clan Corleone. Contratan a un asesino de renombre en la isla, Mosca, que casualmente se encuentra con Don Tommasino, siendo éste asesinado por el mercenario siciliano de Don Altobello. 

En la isla y antes del asesinato de Don Tommasino, Michael y Kay se reencuentran y retoman su vieja amistad. 
Mientras Vincent se presenta ante Michael, requiriendo la orden de asesinar a Altobello (ya aprovechando haberse infiltrado en su círculo usando de excusa su prohibida relación con Mary). Exhausto, Michael le entrega el título de Don a Vincent bajo una condición: que termine su relación con Mary, no sin mencionar que es el precio que debe pagar por la vida que elige. Vincent acepta, y Michael proclama a Vincent como el nuevo Don de la famiglia Corleone. Desde ese momento se le conoce como Vincent Corleone. 

A la vez, el Papa Pablo VI muere y el Cardenal Lamberto es elegido como su sucesor bajo el nombre de Papa Juan Pablo I (en la vida real, el verdadero apellido de Juan Pablo I era Luciani, no Lamberto). 
La película alcanza su clímax en la Casa de la Ópera de Sicilia, donde Anthony hace su debut. Sabiendo que un asesino contratado se encuentra en el recinto para asesinar a Michael, Vincent ordena que dos guardaespaldas, los gemelos, patrullen el edificio durante el espectáculo. 

Poco antes de comenzar la obra, Connie planifica y le entrega a Don Altobello una caja con dulces envenenados. Don Altobello sucumbe en un palco cercano al de Michael. Vincent también ordena la muerte del Arzobispo Gilday, Don Lucchesi y Kienzig. Mientras se acerca a Mary en el palco para reflejar lo que todavía siente hacia ella. 

Durante la ópera, Michael es informado de que el nuevo Papa está en peligro de muerte, pero concluye que no puede hacer nada para salvarlo y vuelve a su palco. Gilday es asesinado en su iglesia, Lucchesi es apuñalado con sus lentes por el antiguo protector de Michael y colaborador de Don Tommasino y Kienzig es ahogado y colgado en el balcón de su oficina. 
Sin embargo, es muy tarde para prevenir el asesinato del nuevo Papa: muere bebiendo una taza de té, posiblemente envenenada por Gilday. 

Una vez finalizada la obra, Mary confronta a su padre en las escalinatas de la Casa de la Ópera, ofuscada por la interferencia de Michael en su relación con Vincent. Es en este instante en donde el asesino contratado por Don Altobello, que había asesinado antes a Don Tomassino (disfrazado de sacerdote) intenta asesinar a Michael. El disparo se desvía, impactando y dándole muerte a Mary. 
Una vez reducido el atacante, Vincent, quien se encontraba agitado por la situación, ejecuta al asesino. Mientras tanto, Michael grita en silencio en llanto angustiante sobre el cadáver de su hija. 

Según los críticos, esta escena trágica es una de las actuaciones más conmovedoras protagonizadas por Al Pacino en su carrera como actor. El largometraje finaliza con una emotiva escena, donde un viejo Michael Corleone sentado en el jardín de la casa de Don Tommasino en Sicilia, después de recordar los momentos más bellos que pasó con las dos esposas que tuvo y luego con su hija, se pone sus clásicos anteojos y se deja morir. 
Al fallecer, Michael deja caer una naranja, coincidentemente su padre Don Vito había muerto de un paro cardíaco. 

Al Pacino, Diane Keaton y Talia Shire representan los mismos papeles que en primeras dos películas de la saga. Según los comentarios de Coppola en The Godfather DVD Collection, Robert Duvall no participó en la película debido a sus pretensiones salariales, equivalentes a las de Al Pacino. Cuando Duvall rechazó el papel de Tom Hagen, Coppola reescribió el guion de la película para adaptarlo a las características del reparto, en donde Tom Hagen fallece antes de que la historia comience. 
Sin embargo, Coppola creó el personaje de B.J. Harrison, protagonizado por George Hamilton, para reemplazar a Hagen en la historia. 
No es la primera vez que Coppola toma este tipo de medidas: en El Padrino II, Richard Castellano, quien protagonizaba a Peter Clemenza en la primera película de la saga, también rechazó su participación. Coppola eliminó a Clemenza de la historia haciendo que éste muera y lo reemplaza por Frank Pentangeli, personaje protagonizado por Michael V. Gazzo en una actuación que le valió una nominación al Oscar por su desempeño. De todas maneras, para Coppola la película parece incompleta "sin la participación de [Robert] Duvall". 
En otra declaración, Coppola aclara que sintió que los dos primeros films alcanzaban para contar toda la historia de los Corleone. Su peligrosa situación financiera, luego del fracaso de una película de alto presupuesto, le obligó a aceptar la sólida propuesta de Paramount Pictures para realizar la tercera película. 
Irónicamente, fue la presión financiera de los Estudios Zoetrope a principios de los años 70 lo que llevó a Coppola a realizar la primera película de El Padrino. 
Coppola advierte que la saga de El Padrino está basada, esencialmente, en la vida de Michael Corleone, una historia de cómo "un buen hombre se vuelve malvado". Además, para él, Michael realmente no había pagado por los pecados cometidos en la segunda película y quiso demostrarlo en el último capítulo. 
Sofia Coppola, la hija del director, fue obligada a caracterizar el papel de la hija de Michael Corleone cuando Winona Ryder abandonó el reparto a último momento, aparentemente a causa de una enfermedad. Su desempeño altamente criticado resultó en una acusación de nepotismo contra su padre, cargo que Coppola refuta en los comentarios del DVD, opinando que los críticos, "comenzando con un artículo en la revista Vanity Fair", utilizaron a su hija para atacarle. De niña, Sofia Coppola protagonizó el papel de Michael Francis Ricci, el sobrino recién nacido de Michael Corleone, en la escena del bautismo, al final de la primera película. 
El papel de la hermana de Michael, Connie, es protagonizado por la hermana de Francis Ford Coppola, Talia Shire. 
Otros familiares de Coppola que aparecen en el film incluyen a su madre, su padre (quién escribió y condujo gran parte de la música del film) y su nieta, Gia. Michele Russo, quien protagoniza al hijo del asesino "Mosca", también es un familiar lejano de Coppola, oriundo del mismo pueblo de la bisabuela del director. Adicionalmente, Catherine Scorsese, madre de Martin Scorsese, tiene un pequeño papel en la saga, una de las ancianas que se quejan a Vicent de la degradación introducida por Zasa en el barrio. 
Joey Zasa fue uno de los personajes que sirvieron de inspiración para crear a Fat Tony, el mafioso local en Los Simpson. Ambos son protagonizados por Joe Mantegna. 
Como hemos dicho anteriormente se consideró en primer lugar a Winona Ryder para interpretar el papel de Mary Corleone, pero debido al cansancio físico que sufría la actriz en ese entonces, se la remplazó por Sofia Coppola. Sylvester Stallone y John Travolta fueron brevemente considerados para el papel de Joey Zasa (Mantegna). Luego de las críticas adversas por su desempeño actoral, Sofia Coppola abandonó la actuación, dedicándose a la dirección, por cierto, con un enorme éxito. 
Según declaraciones de Francis Ford Coppola en el DVD de la trilogía, Paramount Pictures fue brevemente controlado por el Banco del Vaticano. El Padrino III fue la única película de la saga que no ganó el Oscar a la mejor película, para el cual fue nominada. 
El ganador del premio fue Bailando con lobos, dirigida y protagonizada por Kevin Costner. El personaje de Al Neri, guardaespaldas de Michele Corleone, aparece en todas las películas de la saga. Como distinción especial, es el único personaje secundario que sobrevivió la trilogía entera, protagonizado por el mismo actor: Richard Bright. 
Obtuvo 7 Nominaciones al Oscar, incluyendo película, director y actor de reparto (García), al igul que a los globos de Oro, aunque también 2 Nominaciones a los Premios Razzie: Peor actriz sec. (Coppola) y peor nueva estrella. 
La crítica en general fue positiva en España y como muestra un botón la crítica de Miguel Ángel Palommo en el Diario El País: "Siendo con mucho la peor de las tres, es una película soberbia. (...) La secuencia final, un espectacular clímax (...) aún es uno de los mejores momentos del cine de los noventa.".
Han sido siete horas y media de buen cine, de grandes diálogos, de modélico ejercicio para entender como es la condición humana.

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