lunes, 4 de diciembre de 2017

La Tía Tula


Llevar al cine grandes obras literarias es muy arriesgado, pues siempre queda la duda entre la obra original, la escrita e impresa, y la copia, la obra cinematográfica. Hay casos, en los que la copia es tan buena que supera o, al menos, iguala a la original. Me ocurre por ejemplo con la obra de Mario Puzo y su Padrino, en la que la grandeza del libro es igualada (¿o es superado?) por la película; y tres cuartas partes, me ocurre con la obra de Tolkien llevada al cine. 

En el caso español esos ejemplos están también presentes. Me ocurre con Miguel Delibes y sus Santos Inocentes o con nuestro Nobel de Literatura, Camilo José Cela y  La Colmena, llevada al cine por Mario Camus.

También hay historia literarias llevadas al cine y fallidas. Recuerda un par de obras de Baroja, La busca de Angelino Fons y Las inquietudes de Shanti Andia de Arturo Ruiz Castillo, que no estaban mal, pero tampoco para volverse loco.  

Sin embargo, la versión de La Tía Tula, basada en la obra de Miguel de Unamuno, me ha encantado. No hay en ella nada despreciable. Es una versión auténtica y arriesgada, además de una actualización de la obra del escritor vizcaíno. En ella he descubierto una gran película que , de hecho, fue la primera del director jienense Miguel Picazo, inspirado en la novela homónima del escritor Miguel de Unamuno escrita en 1907, pero publicada en 1921, se estrenó en 1964.

La película , una producción de las productoras Eco Films y Surco Films, cuenta con un guión de José Miguel Hernán , Luis Sánchez Enciso , Manuel López Yubero y Miguel Picazo.

En la parte técnica nos encontramos con la música compuesta por Antonio Pérez Olea y la fotografía de Juan Julio Baena.

El reparto lo encabeza  Aurora Bautista como la Tía Tula , que se hace acompañar del actor argentino Carlos Estrada como su cuñado y viudo, Ramiro. Junto a ellos aparecen Enriqueta Carballeira como  Juanita , Irene Gutiérrez Caba como Herminia, Laly Soldevila como Amalita , José María Prada como el Padre Álvarez,  Paul Ellis como el Tío Pedro , Mari Loli Cobo como la sobrina Tulita y Carlos Sánchez Jiménez como Ramirín .

También participan en la misma Julia Delgado Caro , Montserrat Julió , Margarita Calahorra  al igual que Paloma Lorena, Emilia Zambrano , Coral Pellicer, Montserrat Chir Bermejo, Esmeralda Adam, María Hevia, María Teresa Dressel, Mari Loli Cobos, Juana Azorín, Ricardo Díaz, Lola Marquerie, Miguel Armario y Fanny Maral.

La película se inicia en un luto, un periodo de duelo en una casa. El origen del mismo es la muerte de Rosa, la hermana de la protagonista, Tula (Aurora Bautista) que se lleva a vivir a su casa a su cuñado Ramiro (Carlos Estrada) y a sus dos sobrinos, Tulita  (Mari Loli Cobo) y Ramirín (Carlos Sánchez Jiménez). 

Tula, es una mujer soltera de 31 años, de buen ver, cariñosa con sus sobrinos a los que quiere como si fueran sus hijas, y respetuosa con la memoria de su hermana. Es también una mujer virtuosa que vive intensamente la vida en la parroquía con sus amigas y con el sacerdote titular de la misma, con el que colabora en tareas sociales y de atención a los demás.

La convivencia con su cuñado Ramiro, un empleado del banco, no es fácil, ya que el tiende a comportarse como un hombre en areja, y ella se siente incómoda cuando pasea por la casa sin la camisa. No así con sus sobrinos a los que trata y educa como si fuesen propios.

Tula se hace con la nueva situación de la casa, marcando límites. Actúa como una esposa con él, en el sentido de las atenciones y como madre.

Vemos que Tula es celosa de su intimidad y cuando se ve perseguida por un conocido de Ramiro que desea salir con ella, le pide a Ramiro que hable con él para decirle que no quiere nada.

Pero Ramiro es un hombre que sabe que la convivencia no es fácil, así que tiene que salir a beber en las ventas de la carretera , y , en ocasiones, al volver lanza miradas o se aproxima a Tula con intenciones algo más que fraternales, algo que ella no acepta, sino que repudia.

Ramiro, cada vez se siente más atraído por Tula , pero ella rechaza sus afectos. La convivencia se hace cada vez más difícil, debido a que un pretendiente de Tula, Emilio, quiere que Ramiro influya sobre ella y facilitar así la boda con su cuñada. Pero Ramiro se siente inclinado hacia Tula y le propone contraer matrimonio. A medida que crece la frustración sexual de Ramiro, éste un día desatado ya superada una enfermedad en la que ella lo ha atendido con todo detalle, él intenta violar a Tula. 

La situación de alta tensión termina con la visita de Tula a la parroquía y la confesión ante el sacerdote . Éste aconseja a Tula casarse con Ramiro. Pero ella rechaza la idea, más aún conociendo las cartas que encuentra de la relación entre Ramiro y su hermana, llegando a la conclusión que él no la quería a ella.

De cualquier Tula opta por llevar una relación casi platónica de respeto con Ramiro, como si nada hubiese pasado. Tanto es así que Tula se marcha con su cuñado y sobrinos a pasar una temporada a casa de su tío Pedro, en un pueblecito próximo.

Allí en el pueblo, Tío Pedro tiene una hija, Juanita, casi de la edad de Ramirín con el que inicialmente juega. Sin embargo, un día tras bañarse en el río, Tula ve el trato cariñoso del padre con sus hijos y comienza a mirar a Ramiro de otra manera. Sin embargo, Ramiro se fija en la chica, Juanita.

Esa noche se levanta Tula al escuchar un ruido. Se encuentra con , ese encuentro está lleno de amor contenido por su parte, pero Ramiro, que afirma haberse levantado para beber agua, tras ver como ella se mete en su habitación, éste se dirige a la de Juanita con la que mantiene relaciones sexuales.

A la mañana siguiente se van del pueblo. Juanita no sale ni a despedirse , algo que extraña a todos, incluyendo a Tío Pedro.

Tras esto vuelve la rutina  de Tula. De su grupo de amigas de la parroquia una celebra una fiesta de despedida de soltería. La fiesta es un encuentro de amigas que despiden la soltería de la amiga. Se divierten todas. En un momento dado , una de las amigas , Herminia (Irene Gutiérrez Caba), va a un apartado con Tula y le habla de su temor ante el futuro como solterona. Ella da por hecho que tanto ella como Tula serán las solteronas del grupo.

La conversación afecta a Tula de tal manera que está , internamente, replánteándose su futura relación con Ramiro. Pero , al llegar a casa, encuentra a Ramiro serio. Le pide que la escuche y que prefiere darle el mismo la información: Juanita está embarazada. Ramiro le dice que se ve obligado a casarse con ella, llevando a sus hijos y a su nueva esposa a una vida fuera de las provincias y en la ciudad. 

La película acaba con una escena de cierre en una estación que nos muestra  a Tula despidiéndose del os niños y de Ramiro; mientras el tren sale, ella queda resignada a su condición de solterona. 

La película fue rodada en Guadalajara y en los alrededores de la ciudad manchega. Al igual que Calle Mayor, la magistral obra de Juan Antonio Bardem, película en la que hay muchos elementos en común , una capital pequeña de provincia es el marco ideal para presentar esta historia de pasión  y represión contenida. 

La película como la novela tiene un fuerte componente de atracción sexual entre la pareja formada , muy a pesar de ella, por Tula y Ramiro. Evidentemente, entre los dos hay una fortísima atracción, en parte por la belleza que todavía contiene Gertrudis o Tula, tanto exterior, como interior, el hecho de que trate tan amatoriamente a sus sobrinos es un elemento más de atracción para Ramiro. Indudablemente hay aquí una presentación de la condición de satisfacción de muchas mujeres a través de la maternidad, incluso, del amor maternal hacia el prójimo.

Pero a ello se suma el componente de la convivencia compleja entre un hombre que necesidades , desde el momento, en que el matrimonio, las ha prodigado y satisfecho, frente al interés de Tula, en el que , por un lado, el peso, o -casi más apropiado -la losa moral, impide su realización completa como mujer.

Hay un momento en que por parte de Ramiro todo ello estalla en un intento de violación finalmente abortado por Tula. Desde ese momento, sino antes, hay un estallido de pulsión  erotica sexual tremenda.

A esto se suma la condena - o no- de una antigua práctica antropológica que se ha mantenido en zonas rurales en España: el levirato y el sororato. Quien más, quien menos, en España y en un entorno  antropológicamente rural , tiene conocimiento de como hace tres o cuatro generaciones precedentes tuvo lugar en su familia este tipo de prácticas o figuras. El levirato era un tipo de matrimonio en el cual una mujer viuda que no había tenido hijos se tenía que casar (casi por obligación) con uno de los hermanos de su fallecido esposo,  y viceversa (lo que es el sororato) , es decir, si la que fallecía resultaba la madre o mujer, era casi un deber moral que la hermana soltera de la mujer se casara con el marido y , por ende, padre de sus sobrinos.  Con ello se mantenía la idea de protección dentro de la familia e incluso la idea de herencia y propiedad dentro de ese seno familiar. 

La película fue presentada en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián donde Miguel Picazo, director que debutaba en el cine con esta película, conseguía el Premio San Sebastián a la mejor dirección y consiguió el Premio Perla del Cantábrico al mejor largometraje de habla hispana .

La película fue seleccionada para la Mejor Película de Lengua Extranjera en los 38 ° Premios de la Academia , pero no fue aceptada para estar dentro de las nominadas. 

El Círculo de Escritores Cinematográficos (CeC) la premió en múltiples categorías : Mejor película , Mejor director (Miguel Picazo) , Mejor actor de reparto (José María Prada),  Mejor actriz de reparto (Enriqueta Carballeira) , Mejor dirección fotográfica (Juan Julio Baena) , Mejor labor musical (Antonio Pérez Olea) , Mejores decorados (Luis Argüello) y con el Premio «Antonio Barbero» para noveles (Luis Argüello) 

En su recorrido internacional la National Board of Review en 1966 la consideró dentro de las  Mejores películas extranjeras . Obtuvo además un reconocimiento dentro de los Premios San Jorge a la mejor película española.

No hace mucho, creo que en 2012, el Festival de Cine de Málaga le rindió un homenaje al considerarla como una de las más importantes películas españolas, ya todo un clásico de nuestro cine. 

En cuanto a las críticas ha estado muy considerada desde sus inicios. Fernando Morales en El País dijo de ella que era una "Buena adaptación cinematográfica de la obra homónima de Unamuno. Brillante recuadro de la sociedad provinciana de la época" 

En ese mismo diario, Miguel Ángel Palomo afirmaba que fue "Toda una conmoción para el cine español de los sesenta (...) asombrosa adaptación de la novela de Unamuno que alcanza un rigor dramático y una solidez formal inaudita" 

En un artículo firmado por Jorge B. Montañés / Daniel Izeddin afirman que Miguel de Unamuno lo que nunca supuso "era que la versión cinematográfica de su novela 'La tía Tula', realizada casi 30 años después de su muerte, sufriría un tijeretazo cobarde de hasta ocho cortes por parte de la censura (...) El artífice de esta brillante adaptación fue el director Miguel Picazo -que entre sus grandes logros está también el de darle la alternativa en el mundo del cine a Víctor Erice- quien cuenta con entusiasmo en '35mm de cine español' la ejecución de un proyecto que fue una idea inicial de su amigo el realizador italiano Marco Ferreri, autor de 'El cochecito'(1960). Su largo camino de la mano de 'La tía Tula', que pasó con osadía de las tijeras de la censura al aplauso en España y en el extranjero, merece ser contado. 

El guión, fiel al espíritu de Unamuno pero adaptado a los años 60 -la novela fue escrita en 1907 y publicada en 1921-, es modélico y, como cuenta Picazo, tuvo una elaboración muy compleja. (...) ... Picazo tuvo el acierto de apostar por la gran Aurora Bautista, reina por entonces del cine de Cifesa, la productora más cercana al gusto del régimen, y representante de ese 'star system' nacional creado a golpe de talento, pocos medios y guiones patrióticos. 

Bautista era una gran dama de la interpretación que había seducido al público de la posguerra con papeles protagonistas en taquillazos, la mayoría dirigidos por Juan de Orduña, como 'Locura de amor'(1948), 'Agustina de Aragón' (1950) o 'Teresa de Jesús' (1961)'. Sus compromisos teatrales en Latinoamérica casi la descartan para el papel, pero Picazo retrasó el rodaje un año con tal de contar con ella. A pesar del temor por el contenido del guión, la actriz había dado su palabra. Y la cumplió."

Por su parte, Picazo reconoce que el personaje de Tula necesitaba una réplica potente. "Ramiro tenía que ser alguien que no fuera un galán, pero que tampoco fuera feo", comenta el realizador. Una fotografía que sorprendió a Picazo y una prueba de maquillaje para endurecer su aspecto sirvieron para que el argentino Carlos Estrada lograra el papel. 'La tia Tula' tuvo un gran éxito en el Festival de San Sebastián de 1964. 

El presidente del jurado, Nicholas Ray, director estadounidense de clásicos como 'Johnny Guitar' o 'Rebelde sin causa', reconoció en muchas ocasiones el impacto que le provocó esta película, admiración que comparte Pedro Almodóvar, un cineasta que siempre se ha sentido atraído por la complejidad del mundo femenino. 

Para Laura G. Torres en su artículo " Lo que la censura no dejó ver de 'La tía Tula', un clásico del cine español" : Un cartel llamando al recato en un cementerio, Aurora Bautista (Tula) aplicándose desodorante frente al espejo de su habitación o la violación del personaje de Juanita (Enriqueta Carballeria) por Ramiro (Carlos Estrada) son algunos de los ocho cortes que la censura franquista aplicó a La tía Tula (1964), la película de Miguel Picazo que, pese a todo, alcanzó una gran repercusión internacional y se convirtió en referente del denominado "Nuevo Cine Español" que ponía de relieve, como buenamente podía, la situación de la España del régimen dictatorial. 

Destaca en ese artículo como las imágenes de las secuencias censuradas, cuyo metraje no se conserva pero sí fotografías. Las fotografías forman parte de una muestra patrocinada por la Diputación Provincial de Jaén, provincial natal de Picazo (Cazorla, 1927), y que , inicialmente , se presentó en la Muestra de Cine Español Inédito de Jaén y el Festival de Cine Español de Málaga . Se realizó con el objetivo de "recuperar un clásico del cine español" y "viajar a través de la historia de su rodaje",  siendo el comisario, Enrique Iznaola, director del festival jienense y Premio González Sinde 2012 de la Academia de Cine. 

Son 122 fotografías del rodaje, de las secuencias censuradas y de otras no incluidas en el metraje final para no prolongar su duración, y también curiosidades como el diploma de la Academia de Hollywood seleccionando la cinta para los Oscar, aunque finalmente el Ministerio de Cultura de la época impidió que la película representase a España. Además, reúne los premios logrados por la cinta en Donostia y la correspondencia que Picazo intercambió con Aurora Bautista antes del rodaje en la que actriz, que entonces residía en México, manifestaba sus dudas respecto a hacer el papel de Tula.

En alguna ocasión Picazo ha dicho que la censura franquista metió tanto la tijera que había dejado la película en un tráiler. Y es verdad que se cortaron hasta secuencias enteras de seis minutos. Todo aquello contrario al 'orden establecido', Iglesia y Patria, aunque a veces de modo "absurdo", asegura Iznaola. Por ejemplo, una escena en la que el personaje de Ramiro, contemplado por Ramirín (Carlos Sánchez Jiménez), está sentado bajo el muro de un cementerio bajo un cartel que reza "Cementerio. Lugar sagrado. Se prohíbe el paso en el cementerio a las señoras y señoritas que vayan sin medias y a las parejas que no guarden la debida compostura y moralidad”. "Es verdad que Picazo incluyó el plano por fastidiar, pero es que el cartel estaba puesto en el cementerio de Guadalajara donde se rodó", cuenta el comisario de la muestra. 

Como era de esperar, la censura no dejó pasar la escena en la que Ramiro viola a Juanita y otra en la que Tula se desnuda en la habitación, para quedarse en combinación, y se aplica desodorante frente al espejo, algo que a los censores les debió parecer peligrosamente erótico. 

También sufrió el tijeretazo una secuencia completa de una reunión canónica de la sección femenina de la Falange leyendo pasajes de la Biblia que invitan a Tula y otras beatas -entre ellas Irene Gutiérrez Caba como Herminia y Laly Soldevila como Amalita- a meditar sobre cuestiones como la virginidad y la castidad. 

Pese a todo el esfuerzo censor, La tía Tula resulta "una de las piezas esenciales del cine español superando el problema de la censura y ofreciendo una visión real de la España de la época", asegura el comisario de la muestra, que recuerda que Picazo adaptó el argumento de la novela homónima de Miguel de Unamuno (escrita en 1907 y publicada en 1921 y que versa sobre los sacrificios que Tula realiza durante su vida para llenar sus ansias de maternidad) a la España de los años 60. 

La cinta fue el debut en el largometraje de Miguel Picazo, que pocos años antes no pudo rodar Jimena (este guion original también puede verse en la exposición de la Academia), por impedimento también de la censura, pues era "una visión bastante atrevida de la España medieval", señala Iznaola, que recuerda que el cineasta jienense solo rodó cinco largometrajes a lo largo de su carrera (Once sueños de agosto, 1967; Los claros motivos del deseo, 1977; El hombre que supo amar, 1979; y Extramuros, 1985, su último trabajo como realizador). No obstante, Picazo desarrolló una prolífica como realizador para TVE, como la serie Entre visillos (1974) y adaptaciones de obras como Soledad, Rinconete y Cortadillo, Cartas a mamá, El jardín de senderos que se bifurcan o Sonata de primavera.

En un artículo publicado en la revista Tonos Digital publicado en 2013 se estudiaba la obra de Picazo desde la disciplina de los Estudios Culturales, analizando la película desde los cinco ángulos que según Stuart Hall determinaban el producto cultural. Miguel Picazo con "La tía Tula", su primera y mejor película, un clásico para el cine español y un ejemplo de la adaptación literaria al cine. 

En el fondo este es el homenaje que televisión española rindió a este jienense de Cazorla a su muerte , acaecida este años, y el mio, igualmente. "La tía Tula" es una gran película y un documento sociológico de lo que era este país tanto a mediados de los sesenta y o poco - o nada-  que había cambiado desde principios del siglo XX  y un retrato psicológico y social de la sociedad española de provincias. 

También es un retrato de la moral pacata y represiva ante el deso que durante tanto tiempo ha tenido los hombres y sobre todo las mujeres de este país. 

En cuanto al trabajo de actores y actrices es sobresaliente. Destaca entre todas por supuesto, Aurora Bautista con un trabajo memorable  y portentoso, pero que l resto no le queda atrás. Quería resaltar a dos actrices que después dejaron una profunda huella en el cine español tanto en el drama , como Irene Gutiérrez Caba, o en la comedia a ese portento en la interpretación que era Laly Soldevilla, aquí cantando y bailando de manera grandiosa. 

Por último destacar la escena final (clara metáfora de aquello que se deja escapar) y es que algo tienen los andenes de tren con ese vapor envolviéndolo todo, porque se convierten en escenas especiales con una enorme fuerza emocional en este notable drama costumbrista. Gran película, de lo mejor , junto a Calle Mayor, como retrato psicológico de la España del franquismo. Imprescindible 


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