sábado, 25 de febrero de 2012

Gaviotas y gatos


Uno de mis hijos me ha pedido una película y soy incapaz de decirle que no. Llevaba un tiempo pidiéndomela y hoy ha sido el día. Recuerdo haberla visto con anterioridad, sobre el año 2004, ya que el tema del chapapote venía como anillo al dedo a la película. 
La historia de una gaviota ( y del gato que le enseñó a volar) es una película italiana. El título original es La gabbianella e il gatto. Es una película de animación del año 1998. La dirección y el parte del guión fue de Enzo d'Alò, aunque participaron en el mismo el autor de la obra Luis Sepúlveda y Umberto Marino. La duración es la adecuada de 71 minutos. La música es de David Rhodes. 

La historia cuenta como un gato, Zorbas, que vive en la zona portuaria de una ciudad y tiene muchos amigos de su especie. Un día, una gaviota Kenga, una gaviota envenenada por una mancha de petróleo, y a punto de morir, confía su huevo al gato Zorbas, obteniendo de él tres promesas: no comerse el huevo, cuidar de él hasta que se abra y enseñar a volar al recién nacido. Cuando sale del cascarón, la pequeña gaviota cree que Zorbas es su madre y que ella es un gato. La gaviota huérfana es bautizada con el nombre de Afortunada por toda la comunidad de los gatos, que se ha visto involucrada por Zorbas en la tarea de criar a esta insólita hija. La pequeña Afortunada, deberá aprender a conocerse y comprender que no es un gato antes de poder aprender a volar. 

La película está basada en la famosa novela infantil del chileno afincado en Gijón Luis Sepúlveda "Historia de una gaviota (y del gato que le enseñó a volar)", que ha sido traducido a doce lenguas y del que se han vendido un millón de ejemplares en todo el mundo. El escritor Luis Sepúlveda se inspiró para escribir su novela en el poema "Las gaviotas" del escritor vasco Bernardo Atxaga. La voz del poeta en la película es la del propio Sepúlveda.

"Pero su pequeño corazón 
que es el de los equilibristas 
por nada suspira tanto 
como por esa lluvia tonta 
que casi siempre trae viento, 
que casi siempre trae sol" 


En su momento fue el largometraje italiano de animación de mayor presupuesto de la historia. Interviniendo en ella 200 personas, que  crearon 1.200 escenografías y que gastaron 2 camiones de lápices, para realizar los 220.000 dibujos necesarios para animar los 75 minutos, terminados en dos años de trabajo. 

El director, Enzo d’Alò, es también el realizador de una adaptación de Momo, de Michael Ende. Dos tramas se entrecruzan en la película. En una, un poeta dialoga con su hija, una niña muy imaginativa. En la otra, se nos narra la historia del gato Zorbas y su aventura con una gaviota, un gato-pollo como lo califican las ratas. 
La animación es clásica, en un 2D bien resuelto y de una belleza destacable, sobre todo en las escenas oníricas. El diseño de los personajes es inventado, exceptuando las ratas, que se basan en las creadas por Don Bluth en Nimh, el mundo secreto de la Sra. Brisby. El tono infantil de los dibujos y de las canciones hace que la película sea más indicada, desde el punto de vista estético, para un público de cuatro a siete años. 
La película se presta a abordar contenidos relacionados con el deterioro del medio ambiente y el mundo de las aves, los gatos y las ratas, así como la adopción familiar. Una bonita historia de animación que relata las dificultades que atraviesa una gaviota que queda huérfana. Entre gatos y ratones se desarrolla la lección de tolerancia y solidaridad que refleja la película. Una aventura poética donde los animales hablan, y hablan de amor, la muerte y la filosofía, el respeto a la naturaleza y la solidaridad. Las historias en las que los animales se comportan como humanos sirven para decir cosas que quizás serían más difíciles de decir de otro modo. 
Los animales humanizados presentan una doble cara que es muy útil: su lado humano permite que nos identifiquemos con sus problemas y vivencias; y su lado animal facilita que respecto a esa identificación podamos imponer una distancia de seguridad con relativa facilidad. 
En "Historia de una gaviota", observamos ese mismo recurso para hablarnos de temas tan crudos como la muerte, la adopción, los celos, la emancipación de los hijos o la contaminación. 
El resultado es una película blanda, amena y pedagógica que puede ser proyectada a alumnos de diferentes edades, aunque también se aprecian algunos defectos: la historia discurre a veces demasiado deprisa y otras veces demasiado lenta; la cría de gaviota es excesivamente empalagosa y cursi, así como el pequeño y envidioso gato Yo-yo.

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