jueves, 23 de febrero de 2012

El último vals


A finales de los sesenta había en televisión un programa musical, ya no recuerdo si era Aplauso u otro, que presentaba además de las actuaciones propias con el espantoso “playback” las bandas sonoras de algunas películas, o simplemente algunas películas que estaban vinculadas con el mundo musical. Entre ellas presentaron “El último vals” durante varias semanas pusieron algunos fragmentos de aquellas actuaciones que se dieron en la película. Me llamaba la atención la energía de la banda y especialmente el papel como cantante del batería. Pero la película y la banda cayeron en el olvido. 
The Last Waltz o como la conocemos en España “El último vals” (parece ser que en otros países es El último rock) la reencontré por casualidad hace unos cinco o seis años. Buscaba otra cosa, concretamente una canción que me obsesionaba pues la tatareaba, pero desconocía su título y el grupo. Llegó un día que pensé que el grupo podía ser The band, una banda – valga la redundancia- desaparecida sobre esas fechas. No, el grupo no era, sin embargo, encontré otra cosa bastante mejor, una buena “película” musical realmente es un documental, pero grabado en formato película, y dirigida nada más y nada menos que por Martin Scorsese en 1978. 

The Last Waltz es realmente un documento acerca del último concierto del grupo de rock The Band, compuesto por Robbie Robertson, Rick Danko, Levon Helm, Garth Hudson y Richard Manuel. Este concierto se desarrolló en la ciudad de San Francisco el 26 de noviembre de 1976. En este concierto contaron con la colaboración de otras grandes figuras del pop y elrock de la época – y de siempre- : Eric Clapton, Neil Diamond, Bob Dylan, Muddy Waters, Emmylou Harris, Van Morrison, Ringo Starr o Neil Young. Tambien participó Joni Mitchell interpretando su canción Coyote, así como haciendo coros a Neil Young en su interpretación de Helpless. 

La fotografía estuvo en manos principalmente de Michael Chapman, pero participanigualmente Laszlo Kovacs, Vilmos Zsigmond,Hiro Narita así como otros muchos que aportan imágenes a lo largo de los 117 minutos de la película. La productora fue United Artists y la distribución estuvo en manos de la Metro, Goldwyn, Mayer. 
Los protagonistas absolutos de la película son la banda y sus invitados, así como el propio Martin Scorsese,quien aparece entrevistando a los miembros de la banda con cuestiones básicas del por qué de la separación, asistiendo a su camerino a su mesa de mezclas eindagando sobre temas vitales de la banda. Especialmente locuaz será Robbie Robertson el guitarra y líder del grupo, así como no menos sorprendentemente el batería, cantante de la banda. 

El documental se centra realmente en el concierto acontecido el Día de Acción de Gracias del año 1976. El adiós a la música del grupo canadiense liderado por Robbie Robertson no pudo contar con mejor testimonio que este soberbio trabajo documental, una banda que apoyó las giras de grandes cantautores como Bob Dylan. Y como señala Carlos Boyero se trata de una película subvalorada del director, pero, según él, “una de las más hermosas películas de Scorsese”.Es, como diría Mikel López Iturriaga, “El canto del cisne de una generación de estrellas”. 
Martin Scorsese, uno de los grandes maestros del cine contemporáneo, es un apasionado de su ciudad y de la musical. En gran parte de sus películas desde las más dulces, por ejemplo “La edad de la Inocencia” hasta alguna de las más brutales como “Gangs of New York” tienen escenas de bailes magníficamente desarrolladas. En esta película combina el cine y la música para realizar este monumental documento sobre el concierto de despedida de esta fenomenal banda de rock llamada The Band. Es más, parece ser que Scorcese realizó esta película de forma gratuita. 
Con esta película el autor neoyorquino ofrecía un valioso ejemplo de cómo abordar este tipo de proyectos, ya que no se trataba de grabar un concierto, pues parte de una puesta en escena que sobrepone visible, por ejemplo, para mí en el inicio del principio y del final con la sala de vals o con la interpretación de un vals por The Band al final de la película. Si en la primera el encaje de la fotografía es cenital al final del vals, en la segunda busca un punto de fuga entre el escenario y las luces del espacio. Igualmente refleja con pasión el valor y la comunión de la música, sus intérpretes, y apenas al público que lo vimos al inicio haciendo cola en las calles de San Francisco. 

Todo ello sin perder un lúcido aspecto visual y un tono cercano a sus partícipes que nos aproxima de manera directa y personal al disfrute de su obra, a la atención de sus pensamientos y de la música, en particular. 
Aunque toda la película resulta memorable y un auténtico regalo para los amantes del rock de verdad, existen momentos inolvidables, como la reunión de la banda con Ronnie Hawkins, su primer mentor cuando The Band se hacían llamar The Hawks, con Ronnie pidiendo a Robbie Robertson que queme la guitarra mientras hacen una fenomenal versión de Bo Diddley; la intervención de un Neil Young que casi besa la armónica interpretando la excelente canción “Helpless”, que había grabado junto a Crosby, Stills & Nash; el antológico duelo guitarrero entre el maestro Eric Clapton y Robertson; la participación del mítico bluesman Muddy Waters con su "Mannish Boy" y Butterfield a la armónica o la majestuosa aparición de Bob Dylan con su sombrero blanco dando inicio a la balada “Forever young” para animar el ritmo con posterioridad con la soberbia “Baby let me follow you down” o la interpretación del “Dry Your Eyes”, una canción sólida de ese hoy venerable Neil Diamond, auténtico ídolo de masas a finales de los 70. 

O la versiones del un Dylan con el batería Levon Helm como “Ophelia” y “Up On Cripple Creek”. Tampoco podemos olvidar la intervención de leyendas musicales como la del irlandés Van Morrison, la del Dr. John y su piano cantando de manera espléndida “Such anight”, la de los canadienses Joni Mitchell, quien también hace coros a otro compatriota, Young, la de Paul Butterfield con su armónica, o la de la gran dama del country Emmylou Harris con “Evangeline” (cantada fuera de público), quienes se unen, con las adiciones estelares del exbeatle Ringo Starr y del Stone Ron Wood, en una apoteósico final cantando el tema de Dylan “I shall be released”, con la que concluye el concierto, no así la película. 

Me llamó igualmente la atención de la lectura de un poema de “Los cuentos de Canterbury”, incluso de una oración. Alternando las interpretaciones en vivo Scorsese va conversando con los miembros de esta excepcional y para mi recuperada The Band, quienes nos explican su historia y sus ideas en torno al mundo del rock. 
Scorsese a través The Last Waltz nos logra trasmitir la diversión y el buen ambiente interno de The Band, su amor por el rock pero también el cansancio de la carretera, de los hoteles, de los conciertos. A Scorsese le interesa el artista, pero también la persona, la sonrisa de Robbie Robertson, los gestos de los músicos de la banda y los de sus invitados. 
Visto en su momento era el documento de la despedida de una banda , hoy es un film nostálgico que trasmite la nostalgia del vals realizado con los instrumentos de cuerda que manejan todos al final de la película. 

Como nos recuerda Robbie Robertson, muchos habían quedado por el camino, y quizás después de 16 años de giras, de música, de carretera y de excesos, lo mejor era dejarlo ahí. El montaje final una verdadera maravilla. El comienzo es el final y todas las conversaciones intercaladas son a posteriori, una vez finalizado el evento. 
 En la película se habla de la música y de la vida de los músicos nos cuenta Robbie como un músico escupía sangre al soplar la armónica, de sus comienzos en Woodstock, del ambiente musical en Memphis...y también de los que han quedado en el camino como Jimmie Hendrix o el mito de Elvis. Pero los más interesante de Scorsese es mostrar en cuatro trazos la personalidad de los protagonistas, con un par de gestos y unas cuantas miradas. Aquí en pocos minutos sabemos que Garth Hudson es un tipo complejo, discreto, poco sociable y que siempre iba un poco por su lado (al principio les cobraba por tocar con ellos y ejercía de ‘profesor de música’), que Rick Danko debe tener un gran corazón y escaso cerebro, una especie de amigo de todos y nexo de unión del grupo, Richard Manuel es un tipo "peligroso", (esa mirada...), el chistoso oficial del grupo, que Levoln Helm es el tipo más centrado y con más talento, el que sabe qué se trae entre manos y en definitiva, que Robbie Robertson era el iluminado, el líder natural, un tipo con personalidad. 

Hay momentos de gran categoría, cuando la cámara se acerca en un primer plano a Danko con el "Sip the Wine" de fondo, y éste confiesa que a partir de ahora va a..."escribir canciones". También, casi al final, Robertson confiesa que está muy cansado y que sería incapaz de estar 20 años de gira. La imagen se ralentiza en un primer plano que capta un momento muy sincero. 
El último vals tendrá un lugar y un momento. Éste será el Día de Acción de Gracias de 1976 y el lugar el Winterland Ballroom de San Francisco. Entre las anécdotas a destacar reseñamos que Bob Dylan decidió que no quería estar en la película 15 minutos antes de que subiera al escenario. Su razón se centraba en que no quería tener dos películas en cartelera a la vez (la otra era Renaldo y Clara). Bill Graham, propietaria de la Winterland, intervino y Bob decidió tocar con una condición: sólo podrían grabarse sus dos últimas canciones. También es de destacar que durante la interpretación del "Mystery Train", de Paul Butterfield , las luces del escenario se apagaron dejando sólo una luz central sobre el escenario.
Hubo algunas dificultades antes y durante el concierto. Dos días antes del show, se dijo que Muddy Waters tenía que ser retirado del proyecto. Levon Helm, el batería de la banda, amenazó con no tocar en el show.

 Se comenta que el guitarrista Robbie Robertson se encontró en ocasiones con el micrófono apagado porlo que se le ve cantando con toda su fuerza o que a Clapton se le rompió una cuerda de la guitarra por lo que Robertson amplió un solo. Vemos, por lo tanto, la despedida de un grupo en un gran concierto con buena música que, por cierto,se nos pide al inicio de la película que la misma debe ser escuchada alta. "THIS FILM SHOULD BE PLAYED LOUD!". Vamos,como a mí me gusta.

2 comentarios:

  1. El programa de TVE al que te refieres era, efectivamente, "Aplauso" (1978-1983), en el que durante una temporada hubo una sección llamada Banda Sonora dedicada a la relación entre el cine y la música rock. Recuerdo haber visto sábado tras sábado reportajes presentados por Silvia Tortosa acerca de películas de actualidad, p. ej. "Hair", "Godspell", "Tommy" (en vigencia las entonces llamadas óperas-rock, décadas antes de los actuales musicales), "Fiebre del sábado noche", "Thank God it's Friday (¡Por fin es viernes!)", "Can't Stop the Music (Que no pare la música)" (en pleno reinado de la disco music), "Grease", “The Jazz Singer (El cantor de jazz)", con Neil Diamond, o la que mencionas, "The Last Waltz (El último vals)", de Martin Scorsese.

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  2. El programa de TVE al que te refieres era, efectivamente, "Aplauso" (1978-1983), en el que durante una temporada hubo una sección llamada Banda Sonora dedicada a la relación entre el cine y la música rock. Recuerdo haber visto sábado tras sábado reportajes presentados por Silvia Tortosa acerca de películas de actualidad, p. ej. "Hair", "Godspell", "Tommy" (en vigencia las entonces llamadas óperas-rock, décadas antes de los actuales musicales), "Fiebre del sábado noche", "Thank God it's Friday (¡Por fin es viernes!)", "Can't Stop the Music (Que no pare la música)" (en pleno reinado de la disco music), "Grease", “The Jazz Singer (El cantor de jazz)", con Neil Diamond, o la que mencionas, "The Last Waltz (El último vals)", de Martin Scorsese.

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