Este verano he leído mucho. Entre mis apuestas literarias han estado muchas novelas históricas, algunas también de mi estimado Mario Puzo. Con todo, una de ellas, no de las mejores según mis gustos ha sido la del escritor irlandés, Robert Nye, titulada “las memorias de Lord Byron”. El libro poco tiene que ver con otra lectura que realicé en mi juventud sobre la vida del autor británico escrito en este caso por el francés Mauriac. Esto viene a colación a los retazos de una de las historias de Byron en Suiza junto con los Shelley. En el libro descubrí que Byron sentía adoración/veneración por Percy Shelley.
De la historia en Suiza, intercalada con el periodo veneciano de Byron, destaca la fantástica historia del lago Ginebra en relación a un personaje más conocido por el cine que por la literatura: Frankenstein.
Se nos narraba intercaladamente como en mayo de 1816 Mary Godwin, Percy Shelley , su hijo y Claire Clairmont, conjuntamente con Lord Byron se encontraban en la ciudad suiza de Ginebra, en donde Mary comenzó a llamarse a sí misma «Sra. Shelley».
Byron se instaló en las cercanías del Lago, en concreto en Villa Diodati, al igual que Percy Shelley que alquiló otra villa cercana. Allí pasaron el tiempo escribiendo, navegando por el lago y conversando hasta altas horas de la noche.
De esas conversaciones entre profundas y superficiales surgían algunas en las que se hablaba de Erasmus de que se decía que había animado materia muerta, y de la posibilidad de devolverle la vida a un cadáver o a distintas partes del cuerpo. Sentados alrededor de una fogata en la villa de Byron, el grupo también se entretenía leyendo historias de fantasmas alemanas. Esto llevó a Byron un día a sugerir que cada uno escribiese su propia historia sobrenatural.
Poco después, durante un sueño, Mary Godwin concibió la idea de Frankenstein:
“Vi, con los ojos cerrados pero con una nítida imagen mental, al pálido estudiante de artes impías, de rodillas junto al objeto que había armado. Vi al horrible fantasma de un hombre extendido y que luego, tras la obra de algún motor poderoso, éste cobraba vida, y se ponía de pie con un movimiento tenso y poco natural. Debía ser terrible; dado que sería inmensamente espantoso el efecto de cualquier esfuerzo humano para simular el extraordinario mecanismo del Creador del mundo”.
Comenzó a escribir lo que asumió que sería una historia corta. Con la ayuda de Shelley, amplió el cuento hasta convertirlo en su primera novela, Frankenstein o el Moderno Prometeo, publicada en 1818. De una conversación a un libro, y de allí al cine.
Frankenstein de Mary Shelley (Mary Shelley's Frankenstein, en su título original en inglés) es una película de 1994 dirigida por Kenneth Branagh, y más de dos horas de duración (123 minutos), protagonizada por Robert De Niro, Tom Hulce, Helena Bonham Carter, y Kenneth Branagh. Es una adaptación de la novela de Mary Shelley Frankenstein o el moderno Prometeo. De ello se desprende la novela más cercana que otras adaptaciones de películas pero que no obstante, difiere de la definición amplia de Mary Shelley de la trama original.
La música recayó en Patrick Doyle no jugando sino un papel acompañante a lo largo de la misma, y en todo caso para encuadrar la dramática historia. Es especialmente relevante durante los ensayos médicos para conseguir a la criatura o cuando el dramatismo se cebe en la familia. La fotografía afortunada con dominio de colores claros fue obra de Roger Pratt. Indicar -sospecho- que por decisión de Brannag los encuadres son hiperbólicos con imágenes cenitales, rápidos travellings y gusto por primero planos para mostrar la monstruosidad, especialmente impactante la imagen de Elizabeth entre llamas corriendo por el pasillo.
Por su parte, el montaje correspondió a Andrew Marcus. A Tim Harvey se le encomendó el diseño de producción, mientras que fue todo un acierto el vestuario, salvo el harapiento abrigo de la “criatura” en manos de James Acheson.
La película es posiblemente una de las más fieles adaptaciones del libro, y uno de los pocos que realmente sigue la trama de la novela y sus caracterizaciones. El guión fue obra de Steph Lady y del creador de “The Walking Dead” Frank Darabont. Entre las desviaciones del libro original esta la creación de la novia monstruo.
En el libro, la «criatura» pide a Victor Frankenstein que cree un monstruo mujer para él. Él acepta a regañadientes, pero destruye a la criatura antes de que él le otorgue la vida.
Sin embargo, en la película solo lleva a cabo su plan tras de los asesinatos de Elizabeth y de la niñera a manos del monstruo en su noche de bodas: metiendo su mano en su pecho y arrancando su corazón. Entonces Víctor toma el cuerpo de Justine de vuelta a su laboratorio, donde le otorga la cabeza de Elizabeth. A continuación galvaniza este «nuevo» cuerpo y trae de vuelta a Elizabeth como su novia. Cuando la criatura se da cuenta que la novia no es para él, un enfrentamiento se produce antes de que la novia se destruya a sí misma por la inmolación.
Como sinopsis señalar que la prematura muerte de su madre durante un parto, arranca violentamente a Víctor Frankenstein (Kenneth Branagh) de su idílica vida en Ginebra junto a su familia padre (Ian Holm) y hermana Elizabeth (Helena Bonham Carter) .
Desde ese día, la idea de vencer a la muerte será su obsesión y, por ello, decide estudiar medicina en Ingolstadt. Allí conoce al siniestro profesor Waldman (John Cleese), de quien se rumorea que pasó su juventud estudiando la posibilidad de crear un ser humano. Víctor no sólo se interesa por sus experimentos, sino que está dispuesto a llegar hasta el fondo de la cuestión cueste lo que cueste.
He leído que la recaudación de la película fue decepcionante en las salas del cine estadounidenses, con un presupuesto de 45 millones de dólares y 22 millones de dólares en cifras brutas. Sin embargo, la película obtuvo buenos resultados en los mercados extranjeros, ingresando alrededor de 90 millones de dólares. Yo, al menos, reconozco que fui a verla y yo diría que fue en la noche de reyes del año 1995.
Según la página web cinematográfica Rotten Tomatoes, que compila comentarios de una amplia gama de críticos, la película recibió comentarios muy variados. En el momento de su lanzamiento en DVD, los comentaristas parecen perdonar algunas de sus deficiencias o los abundantes movimientos de cámara (travellings, planos secuencia a mansalva, planos cenitales, etc) visibles en secuencias como el prólogo en el Ártico, la conversación entre Frankenstein y la criatura en la caverna de hielo, o la secuencia entera de la criatura en el bosque son verdaderamente notables, y hacen descansar la vista después de tanto movimiento circular de cámara.
La producción estuvo en manos de Francis Ford Coppola, de James V. Hart, John Veitch y David Barron teniendo de por medio a la TriStar Pictures.
Fue rodada entre los Shepperton Studios en Gran Bretaña, así como en Suiza para rodar los exteriores en los Alpes suizos. La película fue nominada a los Oscar al mejor maquillaje y a los Bafta al mejor montaje.
Existe una dualidad permanente en el protagonismo de la historia de Frankenstein. Por un lado esta el papel asignado a Víctor, y, por otro, el otorgado a la criatura.
Para el cine el monstruo ha sido siempre el verdadero sujeto de la historia de Frankenstein. Sin embargo en la película de Kenneth Branagh el protagonismo es a la par. Puede que por divismo del director, puede que por el papel encarnado por Robert de Niro.
El "Frankenstein de Mary Shelley", cuenta con todos los accesorios habituales de las películas de Frankenstein: las noches oscuras y tormentosas, la fuerza incontrolable de la criatura, los relámpagos, la brutalidad de la recomposición de las partes del cuerpo para la criatura, el laboratorio donde Víctor Frankenstein despierta en su caldero humeante la vida desaparecida. Pero al igual que Drácula de Coppola la atención está en lo que habitualmente ha pasado desapercibido: el sentimiento de la criatura. Este es el centro de la película, la parte silenciosa y más reflexiva. El eje de esta historia.
En una primera parte de la película se nos presentan a los personajes desde la humanización: el sensible y curioso niño, el encuentro con el dolor – la brutal muerte de la madre.-, la compañera de juegos, hermana, amiga y amada, la amistad durante la formación, las dudas ante lo académico, el deseo de creación. De ahí todo deviene hacia la locura.
La locura es frenesí creativo e investigador. Es ahora en la que Víctor realmente “baile” frente a la cámara con el deseo de ser un nuevo dios. Aquí es donde la película se vuelve frenética con planos cenitales, dorso y cabello. Repudia la amistad e incluso el amor, su objetivo es crear.
Cuando consigue la criatura y la repudia todo se encauza a la reflexión.
Al escapar la Criatura (Robert De Niro) de la ciudad, previo enfrentamiento y muestra pública, todo se encamina a la reflexión. La criatura cruzando un río se lanza al campo para aislarse debido a su propia idea de monstruosidad.
Es en este entorno campestre en donde encuentra un paz y casi la felicidad con una pequeña familia. Hace frío, y él se refugia en el granero, alimentándose de lo que le dan a los cerdos, y mirando con emoción a través de la ventana a la pacífica escena alrededor del hogar. En la noche se prepara la leña para sus anfitriones inconscientes. La familia poco a poco se da cuenta de que algún tipo de espíritu del bosque protege a la familia y le entrega su amistad - y el abuelo, que es ciego- , en realidad invita a la criatura en la que sentarse junto al fuego. Esta criatura, más que la de cualquiera de las películas anteriores, es muy consciente de su apariencia como un horrible monstruo.
También sabe más acerca de sus orígenes. Él lee el diario original de Frankenstein, y se entera de cómo se construye a partir de partes de cadáveres. Todo el tema de la película de Branagh se concentra aquí: Ha creado ¿un monstruo de Frankenstein o un hombre?
Estas son las cuestiones que la criatura plantea a su creador en su entrevista en la cueva de hielo. Y en ella la pregunta clave de la criatura al creador : "¿Alguna vez considerar las consecuencias de sus acciones?" Y su soledad es palpable: "Por la simpatía de un ser vivo, yo haría la paz con todos".
Esta cuestión forma parte de la dimensión caótica que supone el regreso de Víctor a su casa y el estallido de violencia coincidente con el anuncio de la boda: muerte del hermano de Víctor, linchamiento por error de Justine – la hija de su nodriza- por cierto, conocida de That´s English - , reencuentro entre creador y criatura, entrevista en la cueva y ultimátum, venganza de la criatura con el asesinato brutal de Elizabeth, la locura del doctor y la muerte definitiva de Elizabeth-. Triunfo del caos absoluto.
La película se encuentra entre corchetes, con un prólogo y un epílogo puede que innecesario – o no-. Está tomado de la obra original de Shelley. La película se inicia cuando el barco “noviembre” encalla en el hielo durante una expedición ártica. Es aquí el momento en que aparecen por primera vez Frankenstein y su monstruo. El primero persigue al segundo por estas heladas tierras con el fin de acabar con algo casi inmortal y poderoso.
Es de suponer que este material está allí para permitir que el capitán y explorador testarudo (Aidan Quinn) pueda aprender de Frankenstein de los peligros de caer sólo contemplando la voluntad de uno. Al final, la muerte de Víctor y su entierro suponen el final de ambos, creador y criatura, pero reflexión moral para el capitán que desiste en su locura de llegar, al precio que sea al polo norte.
He leído que Branagh se inspira en otras películas en algunas de sus imágenes como ocurren en el beso entre Elizabeth y Victor tras recuperarse este último una vez realizada la primera creación (los giros de cámara alrededor de ellos como un homenaje a "Vértigo") o el uso de los relámpagos para coincidir con el nacimiento de sus criaturas o la muerte de su propia madre inspirada en la película de 1935 "La novia de Frankenstein".
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