lunes, 20 de febrero de 2012

La guerra vista por un niño


He visto esta película en dos ocasiones. Hay momento en que la película me parece fascinante, aunque el exceso de metraje le lastra en el total de su desarrollo. La película, “El imperio del sol” responde a la estética bélica de los filmes producidos y dirigidos por Steven Spielberg. Buena ambientación, buenas historias, mensajes directos a las conciencias y , en ocasiones, protagonistas infantiles o juveniles. 
La película está basada en el libro homónimo y autobiográfico de J. G. Ballard escrito en el año 1984. Parece ser que David Lean estuvo igualmente interesado en este proyecto. Con todo Spielberg se llevó el gato al agua y finalmente esta producción estadounidense fue estrenada en 1987. 
Está protagonizada principalmente por el joven actor Christian Bale. Este lleva el peso de la película. Le acompañan en el reparto John Malkovich, Joe Pantoliano, Miranda Richardson, Nigel Havers, Leslie Phillips, Masato Ibu, Emily Richard, Rupert Frazer y un joven Ben Stiller. La fotografía es de Allen Daviau y la música de John Williams. El guión es de Tom Stoppard inspirándose como hemos dicho anteriormente en la obra de J.G. Ballard. En la producción, además de Spielberg, están Kathleen Kennedy y el también director Frank Marshall. Fue distribuida por la Warner Bros. 
La película comienza con un travelling del agua en la que una embarcación poco a poco va encontrándose con ataúdes. Sobreimpresionadamente se nos cuenta como antes del inicio oficial de la segunda guerra mundial en Asia existía guerra entre Japón y China, por el control de este último espacio. Nos comenta este texto como los japoneses no habían todavía invadido las ciudades, especialmente Shanghai, una ciudad que vivía bajo la influencia occidental con una población europea de enorme peso. Sin embargo, en diciembre de 1941, el ejército japonés ocupa Shanghaiy la vida de una familia británica acomodada que vive en un exclusivo barrio de Shanghái , llevando un vida idílica y con unos empleados chinos que mantienen su modo de vida cambia con la ocupación japonesa. La familia tiene un hijo, James, un chico muy ingenuo pero inteligente que adora los aviones japoneses, y su curiosidad lo mete en más de un problema. Desde ese momento la privilegiada vida de James Graham, un niño inglés malcriado y ególatra de clase alta toca a su fin. 
El encuentro con el ejército japonés tiene lugar durante una fiesta de disfraces para expatriados británicos en la que el niño disfrazado de mago oriental topa con un zerosen japonés derivado en las cercanías de la casas. Tras lanzar su maqueta de avión esta cae tras un terraplén encontrando allí parapetados a los japoneses que dejan al niño. Curiosamente cuando se desplazaba la familia a la fiesta una multitud de chinos intentaba entrar en la ciudad huyendo del invasor. En el desplazamiento hacia la mansión la familia opta por pernoctar en un hotel de la ciudad. A la noche cuando todos duermen el niño se asoma a una ventana y observa un mensaje en forma de código con luces, el responde como si de un juego se tratara y la respuesta es un cañonazo. Comienza así la toma de Shangai. 
Tras apenas encontrar una mínima resistencia por parte del ejército del Kuomintang, el imperial japonés se impone y obliga a todos los extranjeros a abandonar China en un plazo determinado, tras el que pasarían a ser considerados como enemigos. Con la toma de la ciudad por el ejército japonés la familia tiene que abandonar la ciudad y no sólo pierde sus posesiones durante la toma de Shanghai por los japoneses, sino que extravía a su hijo James durante el éxodo. 
La separación es traumática pues una turbamulta separa al padre de la madre y el hijo, y a James de ésta. El chico regresa a casa tal y como le pidió su madre en el último segundo. 
Allí ve que la casa al igual que las otras de la colonia británica ha sido tomada por el ejército imperial. Tras pasear por la misma encuentra a su cuidadora, persona que soportaba las humillaciones del insoportable niño, y en vez de protegerlo le abofetea. El niño queda sólo durante una larga temporada hasta que se agota el agua y la alimentación que había en la casa. 
El hambre le obliga a salir y se desplaza a la ciudad. En su desplazamiento en bici descubre que la ocupación japonesa es completa. Ve como retiran las imágenes de Chang Kai Chek y como por mucho que se rinda ante los soldados éstos le ignoran. 

Después de pasar muchos periplos James, tras escapar de su joven que le quiere robar sus zapatos, se encuentra con Frank Demarest y Basie un par de americanos buscavidas (Joe Pantoliano y John Malkovich) y de dudosa calaña que viven en un barco abandonado y que tienen como primer oficio el robo. James, que busca la protección de los mayores como sea, intenta evitar que los estadounidenses lo expulsen del grupo, y les indica que su casa está llena de valiosos objetos. Al ir al lugar descubren que está ocupado por japoneses y son hechos prisioneros.

Tanto los estadounidenses como James van a una gran nave con otros muchos civiles británicos. Allí mueren victima de la malnutrición y de la disentería permanecer allí es apostar por morir. Así que se las ingenian para ser trasladados y lo serán al campo de concentración de Soo Chow, cercano a un aeropuerto militar chino ocupado por los japoneses. 

Basie (John Malkovich), unos de los estadounidenses, se erige como líder de los anglodescendientes del campo y utiliza a James como estafeta, donde tiene que usar su astucia y audacia para ganarse la confianza no sólo de este líder sino del oficial japonés, el sargento Nagata (Masato Ibu) que está a cargo, para mantenerse con vida en esas condiciones inhumanas. 

Igualmente cuenta con la colaboración del Doctor Rawlins y con una pareja, el señor y la señora Victor (Peter Gale y Miranda Richardson) que actúan como si fuesen sus padres. Con el tiempo, James se gana el respeto y reconocimiento de todos en el campo, incluido Nagata. La película muestra el dolor de los prisioneros, sus penalidades e incertidumbres, su incomunicación, el escaso espacio vital, la insuficiencia de alimentos y medicinas y el trato vejatorio que soportan. Jim, a lo largo de su reclusión, desarrolla una actividad febril: atiende a pequeños y mayores, toma clases, intercambia objetos, cumple recados y sueña con aviones. Entabla amistad con un personaje singular, Basie (John Malkovich), líder de un grupo de pilotos norteamericanos, que estimula su curiosidad y su fantasía. La narración se presenta desde la mirada inocente de Jim. 

El final de la guerra está cerca y los japoneses abandonan el campo con sus prisioneros, que son llevados a un estadio. James despierta una mañana y ve una luz blanquecina en la lejanía, es la mañana del 6 de agosto de 1945. Lo que es piensa que es un mensaje divino es la llamarada de las bombas atómicas. 
Finalmente, después de haber pasado por toda una epopeya, James es acogido por la Cruz Roja. Poco después se reencuentra con sus padres, pero ha dejado de ser el niño que era, tras el impacto de lo que ha vivido. Hacia el final, cumplidos los 15 años, su capacidad de comprensión le vuelve más cauto y menos espontáneo. 
La obra hace un elogio apasionado de la infancia, puesta a prueba en situaciones extremas. Sus andanzas, correrías, peripecias y ocurrencias, aportan encanto y simpatía. En este ambiente dominado por la tristeza y la miseria más extrema se verá obligado a madurar prematuramente, y esto condicionará su visión del mundo. 
Cabe destacar como dato anecdótico que una buena parte de la película fue rodada en China, Reino Unido y en España, en las marismas de la localidad andaluza de Trebujena (Cádiz), y buena parte del reparto de extras y de los exteriores es gaditano y sevillano donde se rodó la película pertenecen a ese lugar. 
La película fue nominada a 6 Premios Óscar incluyendo Dirección artística, Fotografía, Vestuario, BSO, y consiguió ganar varios otros premios como 3 Premios BAFTA: Mejor fotografía, BSO y Sonido de seis nominaciones, y la National Board of Review la obsequió con tres Premios: Mejor película, Director y Actor joven (Bale). Para los Globos de Oro consiguió 2 nominaciones: Mejor película drama, Banda sonora. 

Aquí como en el resto de sus películas contemplamos la enorme capacidad de trabajo de Spielberg, así como el interés que presta a todos sus proyectos, incluso a éste que no está considerado por los críticos como uno de sus grandes trabajos. Y es que sabemos que Spielberg es capaz casi siempre de los mejor, pero esa excelencia siempre es difícil, y esta película junto a “Amistad”, al igual que “1941” o ‘El color púrpura’ está entre las menos reconocidas, aunque la que menos pienso que es la de “Hook”. 
La pérdida de la inocencia es sin duda el tema de esta película, que de manera obvia impregna todas las secuencias en las que un jovencísimo Christian Bale. En realidad, es uno de los temas mayores de su director, junto a nuestra fragilidad frente a los caprichos de la naturaleza y a nuestra imperfección moral. Adaptando la novela semi-autobiográfica de J.G. Ballard, el director se acerca por primera vez, con un estilo ambicioso y serio, a una tragedia de proporciones globales pero personalizado en la figura de un chaval privilegiado que, de pronto, se verá completamente solo en un entorno absolutamente hostil, al que tendrá que adaptarse o morir. 

John Williams volvió a trabajar con el director (y le dio uno de sus más sentidos y menos recordados trabajos), y Allen Daviau, el director de fotografía, lo hizo por última vez. El director le pidió que emulara la luz y la densidad de las imagenes propias de un filme de los años 50, y para ser justos hay que decir que lo consiguió plenamente. No en vano este proyecto ya había pasado por las manos del gran David Lean (y era una historia ideal para él), un director tan admirado por Spielberg que cuando él tomó las riendas le ofreció a su ídolo dirigirla, aunque ya era demasiado tarde. 

El director estadounidense es un fanático irredento de ‘El puente sobre el río Kwai’, y, en este caso, es imposible observar un tratamiento respetuoso tal y como le dio Lean a los soldados japoneses en esta película, a pesar de usar aquí los ojos de James Graham, y que en este caso admira a algunos de los japoneses del campamento con quien incluso puede iniciar una corta amistad o respeto. 

Christian Bale debutaba en esta película, después de algunos trabajos televisivos. Después de la excelente dirección de actores infantiles que Spielberg desplegó en ‘E.T.’, parecía muy seguro de sí mismo a la hora de guiar a un chico con un potencial evidente, pero tendente a interpretar en exceso sus secuencias. Bale es, hoy día, uno de los más sólidos actores norteamericanos y de mayor proyección del mundo. Y Spielberg puede presumir de haberle descubierto, pero no quizá de haberle ayudado a componer una gran interpretación. 

Hay un gran mérito en hacer recaer todo el peso de la historia a un chaval casi sin experiencia, y salir vivo de ello. Bale se dejó literalmente la piel en este difícil trabajo, pero hemos de decir que, aunque muy esforzada su presencia, son demasiados los altibajos que la jalonan, y es cierto que por momentos está insufrible. Para entendernos: Bale es un chaval tan brillante como actor, intenta interpretar tan bien, que se pasa varios pueblos muchas veces, por lo que su interpretación es demasiado obvia. Le ha pasado en otras películas posteriores, ya adulto. A este muchacho hay que contenerle. Destaca los puntos de mayor atención del niño: el avión de juguete, la bicicleta, los aviones japoneses. El guión desarrolla la acción a un ritmo intenso, similar al de la vida de Jim. La interpretación de Christian Bale, en su debut en cine, es acertada, natural y desenvuelta. Le abrió las puertas de una nueva interpretación casi inmediata. 

A su lado, John Malkovich da vida a uno de sus personajes más apasionantes. El hombre está muy bien, aunque quizá, por contra, demasiado contenido. Pero es uno de los aspectos más notables de la película, pues siempre le observamos con los ojos del chaval, y el aura, finalmente, que obtiene este personaje es indescriptible, casi mística. Spielberg se muestra magistralmente inteligente a la hora de dirigirle, y siempre que está en pantalla la película sube varios enteros. Malkovich borda un papel singular y difícil. La dirección construye una obra próxima a la perfección formal, que complace y deleita, aunque queda algo corta de emoción y fascinación. Bienintencionada, con un punto de autocomplacencia incontestable, al final le acaban pesando a este buen ‘Empire of the Sun’ su irregularidad y su excesiva duración. Son escenas destacadas las de la multitud aterrada por la invasión japonesa, la separación de los padres, la marcha a través de una ciénaga a la captura de un faisán con peligro de la vida. 
Spielberg filma con talento, muchísimo, pero sin convicción, con timidez, como si los grandes logros obtenidos hasta entonces, más que refrendarle, le lastraran. Y esta sensación aún duraría un tiempo con sus películas más ambiciosas. La música comienza con el tema "Suo Gan", cantado por un coro de voces blancas, y concluye con el "Exultate iusti", de Ludovico Grossi da Viadana. 

Añade temas originales, como "Cadillac of the Skies" y "Toy Planes, Home and Heart", que reiteran el motivo principal. La orquesta (viento, prcusión y cuerdas) se complementa con solos de piano y de flautas orientales. La fotografía hace gala de los recursos más gratos al director: contraluces, primerísimos planos, contrapicados, travellings espectaculares y movimiento de multitudes. 

Entre las curiosidades señalar algunas cosillas. La película comienza con una imagen del mar en la que poco a poco van apareciendo ataúdes, acabando con una escena similar, mientras suena la música. En la escena de la batalla calle de Shangai, algunos signos de negocios contiene nombres romanizados con el Pinyin en lugar del sistema Wade-Giles o de los sistemas tradicionales que se estaban utilizando en ese momento. 
En la caótica escena de la calle donde Jim es perseguido por un rufián de su misma edad, pasan por una fachada con la publicidad de la película Lo que el viento se llevó. La película que se estrenó en 1939, no publicitó ese cartel. Y ese cartel en particular y los más famosos no aparecerán hasta 1967, durante su reestreno. 
Los modelos de aviones que a los que Jim prendió fuego son los modelos de plástico de Aurora. Estos modelos no fueron creados hasta 1957, unos 16 años después la historia se lleva a cabo. 
El barco de guerra japonés al que Jim hace señales en el puerto es un destructor que se puso en marcha a mediados de 1950, unos 14 años después de la película tiene lugar. En una escena en la parte estadounidense del campo de prisioneros, un preso se oye tocar la canción "I Left My Love" en la armónica. La canción es de la película The Horse Soldiers de 1959 y fue compuesta específicamente para la película por el compositor Stan Jones , quien también tuvo un cameo en ella. 
En una de las primeras escenas donde la madre de Jamie está sentada al pie de su cama, la madre enciende un cigarrillo. Cuando se pone de pie para salir de la habitación, el cigarrillo ha desaparecido. Cuando el camión abandona el hangar para el campamento de internamiento de Suzhou, no tiene marco para la cubierta trasera. Cuando llegan a Suzhou, el marco está claramente presente. 
Jim no pudo haber presenciado la explosión de una bomba atómica en Japón, con nada que se acerque el detalle se muestra en la película. La distancia entre la parte continental de China a Nagasaki, en su punto más cercano (aproximadamente 475 millas), es más allá de la distancia desde el lugar de la prueba Trinity en Nuevo México a Denver, Colorado (aproximadamente 450 km.) La distancia desde la parte continental de China a Hiroshima aún es mayor (aproximadamente 640 millas.) Aun teniendo en cuenta no haya obstáculos del terreno, la curvatura de la Tierra a una distancia impide algo más que un breve resplandor tenue en el horizonte. Cuando Jim se realiza la RCP en la mujer en el hospital, que está presionando hacia abajo cerca de la zona de la clavícula, en lugar de varios centímetros más bajo, como hubiera sido correcto. 
Cuando Jamie se acerca al primer Zero que se estrelló cerca del lugar de la fiesta de disfraces el timón en la cola está recta. Cuando su modelo de avión desaparece en la colina y él sale y va tras él, el timón en el cero está marcando hacia la izquierda. Sin embargo entre estos dos disparos fotográficos el niño ha jugado con los controles, y lo más probable es que ha presionado los pedales del timón.

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