miércoles, 14 de agosto de 2013

Una de spaguettis con chorizo


“Mira que están buenos los spaguettis con chorizo”, le decía, hace poco a uno de mis hijos rememorando una de las habituales comidas que hacíamos muchos sábados en casa de mis padres, allá por los años sesenta. Desconocía yo, por entonces, que el cine que muchas veces veíamos los sábados a mediodía tras la comida eran western – en muchos casos clásicos, y en otros “spaguettis” western, para mi eran películas del oeste.
Y es que los sesenta fueron los años dorados del spaghetti western, que en gran medida fueron rodados en Almería, y que cubrían parte de los programas dobles. Este cine daba empaque a la industria cinematográfica española de la época, pues había encontrado una auténtica cantera de actores, directores y figurantes españoles, en los que se entreveraban algunos procedentes de Italia, Alemania e, incluso de los Estados Unidos. 
!Viva Carrancho! , o L'uomo che viene da Canyon City , es una película que nunca había visto previamente. Fue uno de esos productos elaborados en España, aunque no en Almería, sino en ¡sorprendentemente! en Barcelona y (Fraga) Huesca, pero dirigida y producida por uno de los más interesantes guionistas, directores y productores de la época: Alfonso Balcázar. 
Se trata de una coproducción hispanoitaliana del año 1965. La película está coproducida por la  española Balcázar Producciones Cinematográficas y la italiana Adelphia Compagnia . El producto se distribuirá por Iris Film en Austria y Bengala Film en España. En este caso el guión no fue preparado por Balcázar, sino por José Antonio de la Loma y los italianos Attilio Riccio – autor de la historia- y Adriano Bolzoni. 

Italianos también fueron los responsables de la fotografía y de la música: Aldo Scavarda y A. Contini, así como Angelo Francesco Lavagnino. Como no podía faltar en una película cuyo protagonista era mexicano se incluyó el tema de La cucaracha. 
El protagonismo de la película es asumido por el actor español – famosísimo en la época- haciendo papeles de mexicano y / o  de malvado Fernando Sancho ( El general Carrancho). Este se hacía acompañar de Luis Dávila (Red, el Rayo), Robert Woods (Morgan), Renato Baldini o Tyan Bladwin (Grieves) , Loredana Nusciak (Vivianne Barrett) , Gérard Tichy(Hargitay , Government Inspector), Ely Drago (Rosario) , Antonio Molino Rojo (Matt), José Manuel Martín (Minero), Gaspar 'Indio' González(Sheriff) , así como de Asuncion Vitoria, Francisco Sanz (Esteban), Oscar Carreras, Antonio Almoros, Oswaldo Genezza, Oscar Pellicer, Renato Terra Caizzi, Cesar Ojinaga y Angel Malla . 
La película se rodó en Barcelona y Fraga para lucimiento de Fernando Sancho, que acababa de ganar gran popularidad por "Los pistoleros de Arizona". El actor maño es de los pocos actores españoles que llegaron a aparecer como reclamo en los carteles de algunos spaghettis (solo él y George Martín realmente). 

La historia es bastante simple.  Un par de presos van encadenados camino de la horca. Uno es un mexicano, Carrancho (Fernando Sancho), y el otro un gringo apodado Rayo (Luis Dávila). 

Por suerte para ambos, logran escapar, y juntos , pues están encadenados huyen hacía México, tras jugársela a cara o cruz. Carrancho y el Rayo se han escapado de una prisión americana. 

Mientras huyen hacia México se topan con el asalto de una diligencia en la que viaja Harguitay, representante del gobierno texano, y se enteran de que transporta un maletín con 70.000 dólares. Los dos evadidos no se lo piensan dos veces y deciden seguir el rastro del dinero. Dicho dinero es para pagar al señor Morton (Robert Wood), dueño de la mina local de plata de un pequeño pueblo fronterizo. 
Carrancho y Rayo deciden entrar al servicio de Morton, para intentar robarle el dinero a la primera oportunidad. El mexicano es contratado como cocinero, mientras que Rayo, al demostrar sus habilidades con el revolver, se une a la larga plantilla de pistoleros de Morton. 



Poco a poco, ambos van viendo la realidad de la mina; los obreros mexicanos están sometidos a la tiranía que ha impuesto Morton. ya que este "gringo" los trata como verdaderos esclavos incluso al margen de las leyes texanas para el trabajo en la mina - contrarias evidentemente a la esclavitud- , y los que se niegan a ello son asesinados. 
Esa actitud soberbia de Morton - especialmente en su caso con su mujer- y los suyos - cuyo objetivo además de la esclavitud de los campesinos mexicanos, se encuentra la violación de las chicas- llevaran a una revuelta en la mina, encabezada por ese fullero de Carrancho y de su compañero de correrías y desventuras que es "el Rayo". Entre uno y otro, apoyados tanto por los campesinos como la mujer de Morton, acaban con la explotación y con un fin de fiesta al gusto de Fernando Sancho se pone punto y final a la película.
He encontrado un magnífico blog titulado 800 spaguettis western, uno de los muchos y muy buenos existentes como el foro del spaghetti western,  o western maniac, o western a la italiana, y que me he permitido el lujo de reproducir su contenido en su totalidad, pues estoy de acuerdo al 100 por cien. 
 "!Viva Carrancho!" comienza con una leve inclinación hacía la comedia, pero conforme la historia avanza, dicho humor desaparece, dejando paso a casi todos los elementos que engloban el "zapata-western", subgénero del spaghetti dedicado a la revolución mexicana. 



No se le puede negar a la película sus buenas intenciones, ya que no es normal en el tipo de cine que normalmente rodaba Balcazár, sin más pretensiones que lograr fines comerciales para unos cines que pedían spaghettis necesarios para las sesiones dobles, desmarcarse con una trama algo más seria. Supongo que la idea sería colocar a los dos protagonistas en una situación limite, esperando su reacción. Y es que ambos realmente son un par de pillos (cada uno a su modo y manera, claro) que solo buscan su provecho personal. 

Como era de esperar, no tardaran en olvidarse de sus defectos, y echaran una mano a los oprimidos mexicanos, aunque nunca nos quedará claro si lo hacen por hacer el bien, o por los 70.000 dolares... 

No se puede negar tampoco que una película no se puede hacer solo con buenas intenciones, y es que "!Viva Carrancho!" no termina de ser algo digna de mención, por culpa sobre todo de un guión poco trabajado en su desarrollo. Y eso que algunas escenas están bastantes conseguidas (la escena inicial de la fuga de los protagonistas, la crueldad de los pistoleros con los mexicanos, el discurso de Carrancho a estos, un juicio con un peculiar grupo de jueces), pero al global le falta una buena coordinación que empaña el resultado final, que seguramente a casi todo el mundo le parecerá aburrida, por el ya comentado error de no pulir el ritmo de la película. 

De todas formas, tampoco podemos olvidar que el fin verdadero es el total lucimiento de Fernando Sancho, y sin duda que se consigue. 

Su personaje es el gran protagonista, y no es como en posteriores trabajos en los que solo salía como villano, o casi haciendo minúsculos cameos, aquí él aparece en la mayoría del metraje, más que Luis Davila, y sobre todo mucho más que Robert Wood, el cual aunque parece que es la estrella (sobre todo por el tratamiento dando a la película fuera de España), es el villano de la historia. 

Sancho actúa de forma desbordante, como en él es normal, y sus reacciones y replicas son fantásticas. Su moneda con la cual se lo juega todo, y sobre todo sus embustes y triquiñuelas es lo que uno más recordará al ver la película. 
Davila aparece como casi siempre, serio y poco expresivo, y no logra robarle un plano a su compañero de reparto. También aparece Robert Wood, del cual estábamos acostumbrado a sus papeles de héroes, y raramente hacía el rol del malo, pero aquí logra salir con acierto del reto, formando un Morton lo bastante odiado como para desear que lo eliminen al poco de verlo en pantalla. 

Balcazár consigue rodar de forma competente, quizás alejada de brillante o genialidad, pero tampoco se le puede achacar mala técnica. Tampoco es que ayude mucho una banda sonora pasajera y sin garra. "!Viva Carrancho!" no será recordada como una gran película (porque no lo es), pero creo que si merece que no se escondan sus virtudes, y sobre todo que sea vista como un spaghetti entretenido en ocasiones, y con sus buenos momentos.

Yo añado que, efectivamente, Viva Carrancho no pasará a la historia del cine, pero si es una buena muestra de la industria cinematográfica que había en España, productora de películas de series B para sesiones dobles, con directores, guionistas y actores con oficio que en muchos casos languidecieron en en el olvido, como vimos en 800 balas , pero que, en otros casos, dieron buenas muestras de su oficio en el cine español de los años cercanos a la transición. No está mal, como tampoco lo estaban los espaguettis con chorizo de mis sábados infantiles. 




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