jueves, 29 de agosto de 2013

El espíritu fordiano


Es una suerte que exista un canal como la Sexta3 que en el día de ayer además de sus secciones habituales de Todo Cine y de sus buenas películas tiene en plantilla a buenos programadores de dan con la clave de poner dos grandes películas de un mismo director seguidas, tal y como se lo plantearía su director, ese tuerto de tuertos que era John Ford. En ese buen programa doble, pusieron a las tres treinta de la tarde Río Grande , y seguidamente a las 17, 25 horas apostaron por poner El hombre tranquilo, del mismo director y con los dos protagonistas de la película anterior: John Wayne y Maureen O´Hara. Las dos tienen mucho en común , pues si bien es cierto que la segunda no es western, Ford era mucho más que en director de western , a pesar de su famosa declaración – aunque ese duelo entre la pareja Wayne y Maureen O´Hara es tan propia como la de Burt Lancaster y Kirk Douglas, vamos de western-,  el sabor irlandés rebosaba por los cuatro costados, en este caso por el cuadro de actores- muchos habituales de Ford, y por la música en este caso de los "Sons of the Pioneers". Pero centrémonos en el western que he visto. 

Río Grande es una película estadounidense de 1950 dirigida por John Ford Y junto con Fort Apache (1948) y She Wore a Yellow Ribbon, es decir, La legión invencible, 1949, integra la conocida como "trilogía de la caballería" de John Ford, siendo su último jalón de la misma. Río Grande de hecho era su tercera entrega encargada por la Republic al director irlandés, aunque las dos anteriores eran de la RKO Pictures. 

El director John Ford participó en la producción , en este caso, junto con Merian C. Cooper y su pequeña productora propia, la Argesy Pictures, unidad que le permitía producir y acometer proyectos más personales y en condiciones de mayor libertad. La película sería distribuida por la Republic Pictures y estrenada en cines el día 15 de noviembre 1950. 
La película está basada en un corto "Misión sin antecedentes" cuento de James Warner Bellah , que apareció en el Saturday Evening Post el 27 de septiembre de 1947, y el guión fue escrito por James Kevin McGuinness. La música arrebatadora es del clásico Victor Young y con una fotografía extraordinaria de Bert Glennon y Archie Stout.

En otros apartados técnicos participan Bob Mark (Maquillaje),  Jack Murray (Montaje), John McCarthy Jr. (Escenografía) , Adele Palmer (Vestuario), los hermanos Howard y Theodore Lydecker (Efectos especiales). 
John Wayne protagoniza esta tres películas de la trilogía. Si en Fort Apache era el capitán Kirby York y en La legión invencible era el capitán de caballería Nathan Brittles , en Río Grande ha subido en el escalafón militar y su grado ahorra es el teniente coronel Kirby Yorke . Su "partenaire" femenina en esta película, al igual que en El hombre tranquilo, es Maureen O'Hara como Kathleen Yorke. Igualmente participan los clásicos de Ford con Ben Johnson como el soldado Tyree o Victor McLaglen como sargento mayor Quincannon. También participa Claude Jarman Jr. como el soldado Jeff Yorke – hijo de ficción de ambos protagonistas-, Harry Carey Jr. como Daniel "Sandy" Boone, También están Chill Wills como Dr. Wilkins, J. Carrol Naish como el general Philip Sheridan, Grant Withers como el Marshal, Pedro Julián Ortiz como el capitán St. Jacques, Gaylord Pendleton como capitán Prescott y Karolyn Grimes como Margaret Mary.

La historia es más o menos la historia de la reconstitución de una familia enfrentada y cuyo restauración se realiza a  través de la institución que produjo la ruptura: el ejército. La historia es la siguiente. Estamos en Texas en el año 1879, "quince años después del Shenandoah". El teniente coronel Kirby Yorke (John Wayne) vive aquí separado de su esposa y combate a los apaches desde un fuerte cercano a la frontera con México. 
El teniente coronel hace quince años que vive separado de su hijo y su esposa. Durante la guerra civil estadounidense, Yorke se había visto obligado por las circunstancias a quemar Bridesdale, su hogar y el de su mujer con su plantación, en el valle de Shenandoah. Fue precisamente el Sargento Mayor Quincannon (Victor McLaglen ), quien puso la antorcha a Bridesdale Éste sigue con Yorke y le proporciona un recordatorio constante de lo que le hizo a su mujer Kathleen. Ella tampoco lo olvida así que lo llama incendiario. 
Su hijo Jefferson es uno de los 18 reclutas enviados al regimiento. Ha suspendido ene West Point y tras esto se ha alistado como soldado raso en el Ejército. Sin querer dar la impresión de que él está mostrando favoritismo hacia su hijo, el coronel Yorke termina dando un trato más severo con Jeff que a los demás.

Por su disposición a someterse a cualquier prueba y el juicio, Jeff se hace amigo de un par de reclutas más viejos, Travis Tyree ( Ben Johnson) -que está pendiente de ser detenido-  y "Sandy" Boone ( Harry Carey, Jr.), quiénes deciden protegerle. 
Dispuesta a sacarlo de allí, también llega al fuerte Kathleen, la esposa de York (Maureen O'Hara), una sureña distanciada de él por el gran apego del coronel hacia el ejército y sus normas y por los efectos de la guerra. Es el reencuentro del matrimonio tras muchos años de separación.

En medio de un agrio conflicto familiar, la lucha con los indios se recrudece por las constantes incursiones de los apaches.

El deseo de la madre es pagar 100 dolares para sacar a su hijo del reclutamiento, pero Jeff , en un enfrentamiento con su madre, se niega ya que no sólo se requiere la firma del comandante para darle el alta, sino también la suya, y el no quiere. Decide, pues, quedarse en el ejército. 
La tensión provocada en la lucha por el futuro de su hijo (y, posiblemente, las atenciones muestran a ella por oficiales subalternos de Yorke) reaviva el romance de la pareja una vez que vuelven a estar juntos. 

El deseo del Teniente Coronel es penetrar en territorio mexicano, pues allí buscan refugio los apaches, pero las órdenes del general Sheridan son precisas: no se les permite perseguir a los indios en México - santuario en el que se protegen los apaches- cruzando el Río Grande. Su molestia aumenta dada la escasez de las tropas a su mando. 
A esta compleja situación militar en la frontera y familiar en el fuerte se une la llegada de un sheriff texano con el fin de arrestar a Travis Tyree , uno de los soldados más comprometidos de la compañía. La presencia de sheriff hace que Tyree escape con el caballo de Yorke y sea declarado en rebeldía. 
Mientras tanto, los apaches se han fortalecido y quiere atacar el fuerte de nuevo. De hecho se produce un ataque al campamento militar por parte de mezcaleros y chiricagüas que llevan a Yorke hasta la misma frontera. Allí lo reciben tres militares mexicanos que educadamente le recuerdan que deben de cumplirse la estabilidad fronteriza. 
Yorke es visitado por su comandante durante la Guerra Civil, Philip Sheridan ( J. Carrol Naish ), ahora comandante en jefe de su departamento. Sheridan ha decidido pedir a Yorke que cruce el Río Grande en México en persecución de los apaches, una acción con graves implicaciones políticas ya que viola la soberanía de otra nación, la de México. 
Si Yorke fracasa en su misión para destruir la amenaza Apache se enfrenta a la amenaza de corte marcial. Sheridan, en un acto silencioso de reconocimiento de lo que está pidiendo a Yorke, le promete que los miembros del tribunal serán hombres "que cabalgaba por el Shenandoah" durante la Guerra Civil. Yorke acepta la misión. Ahora el Teniente Coronel Yorke debe luchar para salvar, y poner de nuevo juntos, su familia y su honor.

Dada la continua presión, Sheridan da la orden verbal de cruzar la frontera, además de enviar como avanzadilla a una división acompañando a las mujeres y los niños del fuerte para llevarlos a un lugar seguro. Los apaches atacaron la caravana de refugiados. Secuestran de hecho uno de los carromatos.
Jeff Yorke acompañado de Tyree llaman al resto de la compañía. La compañía decide ir a prestar ayuda, inicialmente, a los que han sufrido el ataque, y, en segundo lugar, a los secuestrados - mujeres y niños- que están en territorio mexicano.

El Teniente Coronel Yorke prepara un plan: un pequeño grupo debe introducirse en la misión en la que están los secuestrados y el resto de la División irá a enfrentarse con los apaches, cuando sepan que están seguros.
El grupo para salvar a los chicos están formados por tres soldados, entre ellos Tyree, Boone y Jeff que accede fácilmente al recinto religioso en el que están los niños secuestrados y dados los estragos que el tequila en los apaches. Tras salvar a los chicos, Margaret, una de las niñas, toca la campana, con la que avisa a la división de que los secuestrados están protegidos por los soldados.


Se inicia así el ataque, en el que Teniente Coronel Yorke es herido por una flecha, que se la saca su hijo. Los apaches son derrotados finalmente. El Teniente Coronel Yorke es llevado de vuelta a la fortaleza por sus tropas victoriosas, donde Kathleen se encuentra con él y le sostiene su mano mientras se transporta en una parihuela al puesto socorro.



Después de que Yorke se recupere, Tyree, Boone, Jeff y otros dos, entre ellos un ojeador navajo, reciben medallas. En la ceremonia, Tyree se da permiso de dos semanas para que no sea apresado por el sheriff , robando ahora el caballo de Sheridan a tal efecto. Como los soldados pasan en la revisión, la película acaba.

Sobre la producción de la película indicar que John Ford quería hacer El hombre tranquilo en primer lugar, pero el presidente de la Republic Pictures, Hebert Yates, insistió en que Ford hiciera Rio Grande en primer lugar, empleando para ello al tandem de John Wayne y Maureen O'Hara. Parece ser que Yates no creía que el guión de El hombre tranquilo fuese bueno , y quería que Rio Grande se estrenará primero, antes que ese "fiasco" de El hombre tranquilo . Para sorpresa de Yates El hombre tranquilo, se convertiría en 1952 en la película número uno de la Repúblic Pictures, en términos de ingresos de taquilla. 
Algunos aspectos de la historia, en particular, del regimiento de cruzar a México, y la realización de una campaña de ahí, se asemejan vagamente la expedición realizada por el cuarto regimiento de caballería (Estados Unidos), al mando del coronel Ranald S. Mackenzie en 1873. Parece ser que durante el rodaje dos extras se ahogaron cruzando un río. 
Señalar que Maureen O'Hara protagonizó junto a John Wayne en total cinco películas. Además de Rio Grande(1950) y El hombre tranquilo (1952), El águila bajo el sol (1957), El gran MacLintock! (1963) y El gran Jack (1971). Las tres primeras fueron dirigidas por John Ford. 

La película fue rodada en Monument Valley y otros lugares en el sureste de Utah, en el desierto de Moab en Arizona y en el río Colorado.

Para algunos críticos Río grande es la "menos consistente y homogénea” de la Trilogía. Además se le crítica el suave optimismo proveniente del elemento folclórico: el grupo de música country "Sons of the Pioneers" '' Los Hijos de los Pioneros'', es decir, Ken Curtis- actor que saldrá en varias películas de Ford, entre ellas Centauros del desierto- , Hugh Farr , Karl Farr , Lloyd Perryman , Shug Fisher y Tommy Doss, que actúan como Cantantes del Regimiento y que , para algunos, tiene varias apariciones sin motivación. 

Cuando se habla de John Ford se habla de un lenguaje cinematográfico en el que la lírica y la poesía vienen envueltas en historias de personas. Como John Ford dijo cuando se presentó en el Comité de Actividades Antinorteamericanas "Mi nombre es John Ford y hago westerns". Las historias que el presenta las contextualiza en los western y ese este vehículo que emplea para resaltan el intimismo y la soledad. En este caso las imágenes del teniente coronel Kirby o en Kathleen no dejan de ser cuadros que hablan del deseo contenido, del aprecio, de la necesidad de reencontrarse. Casi siempre lo hace buscando con una música evocadora, en este caso la que procede de los “Los hijos de los Pioneros”, y con una fotografía en blanco y negro que nos remite a la pintura. 

Terenci Moix afirma en el tomo tercero de La Gran Historia del cine que " "Río Grande"  se construye  a partir de pequeños gestos, de miradas ( dentro y fuera de campo), de estudiados movimientos, desde una apariencia sencilla e instrancendente que confiera cartas de grandeza  al filme y posibilita su derroche emocional"  .
Esta película en el fondo es un poema compuesto de miradas y canciones a la luz de la luna. Para John Ford son tan importantes los diálogos, a veces, achispados y cómicos, como los silencios. Para algunos la obra de Ford, y esta obra concreta es costumbrista, patriótica y conservadora, pero se convierte en un ejercicio magnífico de cine donde la importancia de la acción queda claramente en un segundo plano y donde la guerra no es sino la culpable de la desgracia y la infelicidad de los hombres y mujeres (visible aquí en el tema de la guerra de Secesión, la guerra con los indios, o el cumplimiento de una orden que acabó con la felicidad de una familia a la que el coronel Kirby sacrificó por su deber militar). 

Puede ser sólo un poético relato sobre un matrimonio en crisis y su preocupación por la educación de su hijo. El resto es un simple escenario donde encuadrar la historia de un padre y su hijo, de un marido y su esposa, o de un grupo con respecto a los individuos en el que los planos que suplen a las palabras.

En este punto voy a introducir una adaptación de un texto que he encontrado en el diario El País y que creo que resumen de manera precisa lo que he visto:
Hay algunos que entiende que una cosa es el género western, y otra un género de películas del oeste, y a este género se le llama el fordiano. Se trata de un modelo singular que se caracteriza por integrar equilibradamente las convenciones específicas de la historia rodada, con las de otros géneros en perfecta armonía como el de la comedia (con las habituales peleas y rivalidades de indudable sesgo humorístico o la mirada entre cómplice y empática hacia el alcohol y su “alegría de vivir”), el del melodrama (silencios, miradas, conductas crecientemente emotivas), o el del musical (qué gran fuerza conmovedora la de las canciones de este filme: I’ll take you home, Kathleen, en particular, o los desfiles de la caballería con el festivo y reconciliador Dixie final de los confederados derrotados). 
En una película de Ford, y en ésta no podía ser menos, el conflicto más sugerente y enriquecedor es el que se suscita siempre entre los sentimientos y los valores individuales (el compromiso, el sacrificio, el honor, la disciplina, la lealtad…) y el choque inevitable frente a los otros y la realidad circundante. 
En Rio Grande asistimos, además, a un proceso de reconciliación amorosa, superador de los rencores y orgullos del pasado por el poder regenerador del amor con su extraordinaria fuerza sensual y por el sacrificio consentido (finalmente compartido) ante las imposiciones del deber y el compromiso con el ejército, una institución que Ford, en este caso la contempla casi como una familia solidaria entre sus integrantes. En donde se avienen y compenetran, sin apenas fricción, los valores individuales con los corporativos e institucionales: militares que se sacrifican por la palabra dada, que creen y sienten en el corazón a su país y sus símbolos (desfiles y saludos respetuosos y solemnes), que hablan entre sí como amigos dejando caer las clásicas críticas (no por ello menos maniqueas) hacia los “políticos” de Washington. Precisamente, por ordenar políticas y estrategias logísticas equivocadas desde la distancia que, no obstante, se cumplen, sin que por ello, si la necesidad lo exige, dejen de llevarse a cabo las “correcciones” oportunas del profesional experimentado, individuo al fin.

Tras Río Grande , Ford se tomó un largo respiro en el terreno del western y hubo de esperar a que en 1956 apostara por hacer el que se vino a llamar "el western que se coloca por encima de todos". Pero esa ya es otra historia. 


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