domingo, 4 de diciembre de 2016

Deletreando


Una magnífica obertura de Miklós Rózsa, un cartel que nos informa que Selznick está detrás, una frase de Shakespeare y un viento que se lleva las hojas de un árbol otoñal, incluida una información sobre los fundamentos del psicoanálisis mientras vemos las puertas cerradas del sanatorio de Green Manors que han de abrirse a lo largo de la película al igual que las mentes de los protagonistas dan inicio a -para nosotros- Recuerda, para Sir Alfred, Spellbound , una película de su etapa estadounidense filmada en 1945 y basada en la novela de 1927 The House of Dr. Edwardes, de Hilary St. George Saunders y John Palmer (con el seudónimo "Francis Beeding").

Dicho esto, que no es poco. Recuerda ha pasado a la historia del cine y, para mí, a la historia del arte por ser una de las intervenciones más conocidas de Salvador Dalí por medio de sus acuarelas que ilustraban el sueño en clave de psicoanálisis del protagonista. De cualquier manera su participación en esta película le abrió las puertas a otras ya que poco después Dalí recibió un nueva oferta, poco despés de conovcer a Disney, en Destiny done trabajó durante varios meses con la ayuda de John Hench y Bob Cormack en unas docenas de ilustraciones en acuarela y 15 segundos de material filmado en tonos surrealistas. Sin embargo, no es comparable la trascendencia del Dalí de la Disney con el de la película dirigida por Alfred Hitchcock.

Como ya he indicado hablamos de una obra en la que participa uno de los productores más importantes del Hollywood dorado como fue David O. Selznick, y que pasó a la historia del cine por ganar dos Oscars consecutivos en 1939 y 1940 con dos obras inmortales: Lo que el viento se llevó en 1939, una de las más populares de la historia y que le hizo ganar un Óscar a la mejor película, además del Premio Irving G. Thalberg y Rebeca en 1940 , la primera película de Alfred Hitchcock en los Estados Unidos. En este caso lo hace a través de su productora Selznick International Pictures junto a Vanguard Films y con la distribución de la United Artists. Para ello contará con un presupuesto de $1.500.000, que se multiplicará casí por seis en taquilla, ya que sólo en los Estados Unidos alcanzó $ 6,387,000 en el año 1947.

En este caso el director londinense contará con un guión de Angus MacPhail y Ben Hecht inspirado en la novela del año 27 escrita por Hilary St. George Saunders y John Palmer (que firmaba como Francis Beeding). Además contará con uno de los músicos que han pasado a la historia de la música y del cine como Miklós Rózsa, la fotografía de George Barnes y el montaje Hal C. Kern.

El reparto en sus principales papeles es asumido por una bellísima Ingrid Bergman como la Dra. Petersen Constanza y un jovensísimo Gregory Peck como el Dr. Anthony Edwardes / John Ballantyne. A los que se van sumando otros protagonistas como Michael Chéjov como el Dr. Alexander "Alex" Brulov, el maestro de la Dra. Petersen, Leo G. Carroll como el Dr. Murchison, el jefe de Green Manors, Rhonda Fleming como Mary Carmichael, la paciente que conocemos al inicio de la película en el sanatorio de Green Manors, John Emery como el Dr. Fleurot, Steven Geray como el Dr. Graff, Paul Harvey como el doctor Hanish, Donald Curtis como Harry, miembros del equipo de Green Manors, Norman Lloyd como el Sr. Garmes, un paciente , Bill Goodwin como el detective del Empire State hotel, Wallace Ford como pesano que se sienta junto a la Dra Petersen en el Empire State Vestíbulo del hotel, Art Baker como Teniente Cooley y Regis Toomey como Sargento Gillespie, los dos detectives que identifican a la Dra Petersen.

El film comienza con una reseña didáctica y divulgativa del psicoanálisis "Esta es una película sobre el psicoaná­lisis", donde se lo define como una terapia que apunta a descubrir mediante la palabra los problemas ocultos, los complejos perturbadores que escapan a la conciencia del sujeto. Al hacer consciente lo inconsciente por medio de la interpretación, la enfermedad se curaría, . A continuación de esta declaración de intenciones, resume en unas pocas líneas lo esencial de la terapia psicoanalítica: "El psicoanalista solo pretende inducir al paciente a hablar sobre sus problemas ocultos para abrir las puertas de su mente. Cuando los complejos que inquietan al paciente salen a la luz y se interpretan, la enfermedad y la confu­sión desaparecen... y los demonios de la sinrazón se alejan del alma humana."

Esta simplificación se prolonga con la cita de Shakespeare que reza "La culpa no es de nuestras estrellas, sino de nosotros...", proponiendo al psicoanálisis como sucedáneo de la confesión religiosa en clave científica: el analizado es el culpable de lo que padece, y se rehúsa a admitir su responsabilidad en su padecimiento.

Ya he comentado como empieza la película que se inicia en una clínica psiquiátrica en la que trabaja la Dra. Petersen Constanza (Ingrid Bergman) una psicoanalista en el Green Manors, un hospital mental en Vermont. Nada más comenzar vemos como atiende a una de sus pacientes Mary Carmichael (Rhonda Fleming) una mujer que siente un verdadero resentimiento hacia los hombres.

Ella es percibida por los otros doctores (masculinos) como desapegada y sin emoción por su carácter frío y distante, especialmente por el Dr. Fleurot (John Emery) que se siente atraida por ella, pero que no recibe nada a cambio.

Ese mismo día Fleurot comenta que se va a producir un cambio en la dirección del centro ya que el doctor Murchison (Leo G Carroll), va a ser sustituido por el doctor Edwards (Gregory Peck).

El doctor Murchison (Leo G. Carroll), es obligado a retirarse, poco después de regresar de una baja debido al agotamiento nervioso. Su sustituto es el eminente escritor , el Dr. Anthony Edwardes (Gregory Peck), que resulta ser sorprendentemente joven. Nada más verlo, Constance, que siempre ha admirado su obra aunque no le conoce, se enamora perdidamente de el joven y apuesto director (Gregory Peck) es presentado ante los directivos.

Ese mismo día, el Dr. Edwardes invita a Petersen a pasear por la campiña. En medio de la bucólica belleza, Constance dice –para sorpresa de él- que los poetas han hecho un gran daño a la humanidad, ya que llenan la cabeza de la gente con delirios acerca del amor.

Esa misma noche y con la excusa de un libro del Dr. Edwardes,  Constance entra en el cuarto de Balantine en el medio de la noche para ofrecerse como mujer. Ella va en ropa de cama con el libro que cree escrito por él, para que se lo lea a la medianoche en su cuarto. Éste termina diciendo que le sorprende el subterfugio, que en verdad no quiere hablar de libros.

Mientras ambos se aproximan y con ello el deseo y la necesidad del goce. La metáfora de las puertas que se abren mientras los protagonistas se besan, representa plásticamente la apertura al deseo de la protagonista y a la posición femenina.

Pero nada es lo que parece: en realidad -su extraña actitud lo hacía intuir a la Dr. Petersen que se da cuenta de que el Dr. Edwardes tiene una peculiar fobia acerca de las líneas paralelas sobre un fondo blanco.

La psicoanalista comenzará a observar signos de un oculto trauma en el nuevo personaje que, enseguida sabremos, también sufre de una grave amnesia y que se muestra cuando ambos asisten a una operación de uno de sus pacientes que ha intentado suicidarse. Ella comprueba que es el nuevo director de la clínica es alguien con trastornos mentales: tiene especiales problemas con ver el color blanco y líneas paralelas. En medio de un quirófano, el director acaba gritando: ¡Porque las luces están apagadas! ¡Enciéndalas! ¡Y abra las puertas...! No pueden tener a la gente en celdas . Petersen advierte no sólo que el nuevo director está trastornado, sino que para peor, ni siquiera es quien dice ser.

Ella también se da cuenta pronto, al comparar la escritura a mano, que este hombre es un impostor. - ese tal Edwards es un enfermo mental que cree haber asesinado al verdadero doctor Edwardes y que asumió su papel.

El problema es que no recuerda nada, ni su nombre por sufrir la amnesia masiva. La Dr. Petersen cree que es inocente y que sufre de un complejo de culpa . Él desaparece durante la noche, ya que la asistente del Dr.Edwardes no le ha reconocido la voz y cree que sin duda es un impostor- dejando una nota para ella en la que dice que se va a New York y que se alojará en el Hotel Empire State.

Al mismo tiempo, la policía siguiendo la denuncia de la Secretaria de Edwardes cree que lo ha asesinado y se hace público que "Dr. Edwardes es un impostor, y que el verdadero Dr. Edwardes está desaparecido y puede haber sido asesinado.

La Dra. Petersen logra localizarlo en el Hotel, haciendo pasar por su mujer y que ambos han reñido, y comienza a usar su técnica psicoanalítica para romper su amnesia y descubrir lo que realmente sucedió.

Perseguido por la policía,tras ser reconocida ella por una fotografía que aprece en la prensa, la Dr. Petersen y el impostor (que se hace llamar ahora John Brown, por las iniciales de JB de su pitillera) inician un viaje en tren a la localidad de Rochester, en el Estado de Nueva York , donde ella quiere ver a su maestro en el psicoanálisis, el Dr. Brulov (Michael Chekhov), antiguo mentor de la Dra. Petersen.

Antes de que el Doctor llegue , coinciden con un par de detectives que los van buscando, el Teniente Cooley (Art Baker) y el Sargento Gillespie (Regis Toomey). El Dr. Brulov (Michael Chekhov) los acoge encantado , aunque sabemos más tarde que desde el primer momento sabe que huyen de la policía. Tras una noche toledadna para JB y el Doctor, a la mañana siguiente los dos médicos analizan un sueño que 'John Brown' tuvo.

La secuencia del sueño (diseñado por Salvador Dalí ) está llena de símbolos psicoanalíticos - ojos, cortinas, tijeras, juegos de cartas (algunas de ellas en blanco), un hombre sin rostro, un hombre que cae de un edificio, un hombre que se esconde detrás de una chimenea y dejando caer una rueda y siendo perseguido por grandes alas. Se deduce que Brown y Edwardes habían estado en un viaje de esquí juntos (las líneas en blanco son pistas de esquí), y que Edwardes había muerto de alguna manera allí.

La Dra. Petersen y Brown van a la estación de esquí que está en Gabriel Valley (las alas proporcionan una pista), para recrear el evento. Mientras que la Dra. Petersen y Brown intentan repetir lo que pudieron hacer los dos en el anterior viaje, y se desplazan por la ladera nevada, cerca del fondo de un barranco, la memoria de Brown repentinamente regresa. Él recuerda que hay un precipicio delante de ellos, sobre el cual Edwardes había caído a su muerte. Brown detiene a la Dra justo a tiempo. También recuerda un acontecimiento traumático de su infancia - se deslizó por un pasamanos cuando su hermano estaba al final del mismo y, accidentalmente, lo arroja sobre una verja llena de púas afiladas, matándolo. Este incidente le había hecho desarrollar un permanente complejo de culpa. También recuerda que su verdadero nombre es John Ballantyne.

Todo ahora resulta comprensible, y Ballantyne está a punto de ser exonerado del asesinato, cuando se descubre que Edwardes tenía una bala en su cuerpo que es hallado al fondo del precipicio, cubierto por la nieve. Ballantyne es condenado por asesinato y enviado a prisión.

Con el corazón roto la Dra. Petersen vuelve a plaza en el hospital, donde el Dr. Murchison es una vez más el director. Murchison deja escapar que había conocido un poco a Edwardes ligeramente, y no le gustaba, contradiciendo sus anteriores afirmaciones, d que ni lo conocía físicamente. Ahora la Dra sospecha de su compañero, y la Dra. Petersen reconsidera sus notas del sueño y se da cuenta de que la "rueda" era un revólver, y que el hombre que se esconde detrás de la chimenea y dejó caer la rueda no era otro que el doctor Murchison quien disparó a Edwardes y luego soltó el arma. La Dra Petersen se enfrenta a Murchison. Él confiesa, pero explica que todavía tiene el arma, y la ​​amenaza con matarla. Ella se aleja, la pistola todavía le está apuntando, y mientras ella le explica que el primer asesinato fue cometido bajo las circunstancias atenuantes como el frágil estado mental del Dr. Murchison, esta asesinato,el de ella, es sin duda, lo que le llevará a la silla eléctrica .

Él le permite irse, luego la cámara se centra en el arma que es vista desde la perspectiva de Murchinson y que poco a poco va girando sobre si mismo, en una imagen inquietante con la cámara centrada en el revolver que , finalmente, dispara por el Doctor Murchison.

La Dra. Petersen se reúne con Ballantyne. Ellos saldrán de luna de miel juntos desde la misma Gran Estación Central neoyorkino en la que tomaron el billete para Rochester, ante la sorpresa del ferrovario que mira como se besan intensamente.

La película tuvo su estrenó el 31 de de octubre de 1945 en Nueva York, aunque de forma generalizada se presentó el 28 de de diciembre de ese años en todos los Estados Unidos. La película se rodó en Alta Lodge en 10230 E. Little Cottonwood Road, en Alta (Utah), en Penn Station y en la Grand Central Station, ambas en , en Manhattan (New York City). También rodó en Cooper Ranch, Northridge, Los Angeles, California.

Como sigue siendo marca de la casa vemos el peculiar cameo de Hitchcock que en Spellbound, se produce saliendo de un ascensor en el Hotel Empire State y que lleva un estuche de violín y fumando un cigarrillo.

Lo cierto es que el director londinense hizo esta película tras realizar Lifeboat o Naufragos. Una vez terminada Hitchcock  fue llamado  por el productor de Hollywood David O. Selznick para dirigir una película  Selznick. El productor estaba en esa época en tratamiento psicoanalítico con una médica psiquiatra, May Romm –a quien terminará poniendo como asesora del film-, y estaba entusiasmado con hacer un film sobre el psicoanálisis y sus posibilidades curativas. Así que Hitchcock compró los derechos de una novela que cumpliera esos objetivos y se los vendió al productor para que sirviera de base al futuro film. Spellbound está basado muy libremente en la novela “La casa del Dr. Edwardes”, escrita por Francis Beeding , que narraba una historia ambientada en una clínica psiquiátrica suiza en la que su director era un loco que realizaba cultos satánicos y crímenes.

Hitchcock encargó a Angus Mac Phail y Ben Hecht -este último con vínculos con el psicoanálisis- para la realización del guión del film, eliminando casi todo lo que ocurre en la novela original, para transformarla en una historia “hitchcockiana”.

Entre estos desencuentros entre productor y director tuvo mucho que ver la intervención de Salvador Dalí y su visión   razones estéticas . La secuencia concebida y diseñada por Dalí y Hitchcock, una vez traducida al cine, resultó ser demasiado larga y demasiado complicada, por lo que la gran mayoría de lo que fue filmado se cortó de la película durante la edición.

Alrededor de dos minutos de la secuencia de ensueño aparecen en la película final, pero Ingrid Bergman dijo que la secuencia había sido casi 20 minutos antes de que fuera cortada por Selznick.

Aparentemente, las imágenes cortadas ya no existen, aunque algunos archivos de producción han sobrevivido en los archivos de Selznick. En el corte final sólo quedaron dos minutos. Quien filmó las secuencias oníricas sobre la base de los dibujos de Dalí no fue Hitchcock sino William Cameron Menzies, dado que el director se encontraba temporariamente en Londres.

Eventualmente Selznick contrató a William Cameron Menzies , que había trabajado en Lo que el viento , para supervisar los diseños de escenarios y para dirigir la secuencia. Spellbound fue filmada en blanco y negro, a excepción de dos cuadros de color rojo brillante en la conclusión, cuando se dispara un arma de fuego en la cámara. Este detalle rojo se ha eliminado en la mayoría de los formatos de 16 mm y vídeo, pero fue restaurada para el lanzamiento de DVD de la película y transmisiones de películas clásicas de Turner. Sin embargo, en la película que yo he visto no responde a esto, y eso que ha sido a través de la TCM.

Indicar igualmente que Selznick originalmente quería a Joseph Cotten , Dorothy McGuire y Paul Lukas en los papeles que serán interpretados por Peck, Bergman y Chejov, respectivamente. Greta Garbo fue considerado para el papel del Dr. Petersen Constanza. En todo caso, Hitchcock quería Joseph Cotten para retratar el Dr. Murchison. Selznick también quería Jennifer Jones para ser la Dra. Petersen, pero Hitchcock se opuso. El problema es que la Jones era la mujer del productor.

De la historia tras las cámaras es conocido que Bergman y de Peck comenzaron durante el rodaje una relación. Lo malo es que ambos estaban casados ​​con otros en el momento de la producción. Bergman con Petter Aron Lindström y Peck con Greta Kukkonen- pero tuvieron un breve asunto durante la filmación. Su relación secreta se hizo de conocimiento público cuando Peck confesó a Brad Darrach en una entrevista en People cinco años después de la muerte de Bergman: "Todo lo que puedo decir es que tuve una historia de amor con ella (Bergman), y creo que ahí es donde me debería parar ... Yo era joven,muy joven, estuvimos involucradas durante semanas en un trabajo intenso y cercano ".

La película cuenta con una banda sonora orquestada por Miklós Rózsa notable por su uso pionero del theremin, uno de los primeros instrumentos musicales electrónicos, en este caso realizado por el Dr. Samuel Hoffmann este primitivo sintetizador para expresar la inestabilidad emocional cuando los pensamientos obsesivos se adueñaban de la voluntad de John Ballantine (Gregory Peck). Realmente, para la banda sonora Selznick originalmente quería a Bernard Herrmann , pero cuando Herrmann dejó de estar disponible, Rózsa fue contratado; ganó el premio de la Academia por su banda sonora. A pesar de que Rózsa en Spellbound considera realizar uno de sus mejores trabajos consideró que a "Alfred Hitchcock no le gustaba la música - dijo que se puso en el camino de su dirección y que nunca lo vi desde entonces." Como  señala Guillermo Cabrera Infante en su obra Cine o Sardina  " a Alfred Hitchcock le molestaban tanto lo acordes extraños del Theremín que como afirmó en algún momento "le perturbaban". Y concluye el cubano diciendo que "claro que le perturbaban, se trataba de eso".

Durante la post-producción prolongada de la película, surgió un desacuerdo considerable sobre la música, agravada por una falta de comunicación entre el productor, director y compositor. Rózsa participó en otra película, Días sin huella , antes de que Spellbound fuese presentada en público, y volvió a utilizar el theremin. Esto llevó a las acusaciones de que él había reciclado la música de la película de Selznick en la producción de Paramount. Mientras tanto, el ayudante de Selznick manipuló parte de la música de Spellbound mediante la sustitución de algunos de los materiales de Rózsa por música de Franz Waxman y Roy Webb . De cualquier manera la música de Rózsa inspiró a Jerry Goldsmith para convertirse en un compositor de cine.

Estrenada en 1945, ese año Hitchcock parecía haber llegado a la cumbre de su carrera pero para muchos Spellbound es comparativamente un film menor.

En cuanto a la crítica Bosley Crowther de The New York Times escribió que la historia era "un cuento bastante obvio y muy conocida ... pero la forma y la calidad de su narración es extraordinariamente buena... la textura firme de la narración, el flujo de continuidad y el diálogo, el choque de lo inesperado, el alcance de la imagen, todos estamos felices aquí ". En ese mismo diario John McCarten escribió que "cuando la película deja de intentar ser esotérica y abandona el murmullo arcano por el bien del melodrama, entusiasta,  y que se mueve a la manera en que Hitchcock nos tiene acostumbrados ... Afortunadamente, el inglés es un experto que no ha olvidado ninguno de sus trucos. Todavía tiene un buen respeto para los personajes secundarios, y que utiliza todo, desde silbatos de tren hasta grandes crescendos orquestales para mantener la emoción en un tono agudo ... ".

En Variety se llegó a escribir que Bergman dio una "hermosa caracterización" y que Peck "se ocupa de las escenas de suspense con gran habilidad y que tiene uno de sus mejores papeles de la pantalla hasta la fecha."

Spellbound quedó en quinto lugar en la encuesta anual del Film Daily  entre  559 críticos de  los Estados Unidos como una de las mejores películas del año.

En un ensayo de Cabrera Infante titulado "Arcadia todas las noches" comenta que Alfred Hitchcock hizo buenos filmes a los 34 años ("39 años") ; a los 45 hizo grandes filmes como "Recuerda" y otros, para hacer a los 55 obras maestras". Y Terenci Moix destaca de él que no sólo se dedica a narrar con suspense, sino al arte de la experimentación que en esta película se centra  en vulnerar las reglas del realismo agregando la experiencia surrealista de "los sueños de Salvador Dalí".

En Fotogramas se nis dice que es "Uno de los films más arriesgados de su director, (...) Asumiendo sin complejos el artificio psicoanalítico de la historia, entró a saco en la misma sin rehuir ninguno de sus tópicos. Todo ello pasa a un segundo plano (incluyendo la aparatosa secuencia diseñada por Salvador Dalí) para acabar imponiéndose el rigor de su construcción.

Para Alberto Abuín en blog de cine "(...) estamos ante una de las obras maestras de su director, en la que el tratamiento del psicoanálisis puede verse como algo trivial o simplemente poco profundo, pero no es el objetivo del film, sino partir de ahí para crear una intriga criminal que se presta a otro juego de entretenimiento puro y duro en el que no falta emoción, suspense e historia de amor".

En los Oscar de 1945 fue nominada a la  Mejor música para Miklós Rózsa, mejor película para David O. Selznick, mejor director para Alfred Hitchcock , mejor actor secundario para Michael Chekhov y mejor fotografía para George Barnes y  mejores efectos visuales para Jack Cosgrove. Ganó  Miklós Rózsa.

En los Premios los críticos  deNueva York se premió a Ingrid Bergman como  Mejor actriz . En los Festival de Cine de Venecia obtuvo Alfred Hitchcock una nominación para el Gran Premio Internacional.

En la  entrevista entre Alfred Hitchcock y Francois Truffaut en agosto de 1962 a propósito de Spellbound  el director londinense afirmará que  “Yo quería únicamente rodar el primer film de psicoanálisis” Pero terminará confesando en esa entrevista, “se trata, una vez más, de una historia de caza del hombre, sólo que aquí envuelta en pseudopsicoanálisis”

Sin embargo, fue el segundo ya que  Willhelm Pabst ya lo había ya realizado en Alemania en 1926 con su film Secretos de un alma. Pero Spellbound es la más recordada.

De cualquier manera en esta película sí está presente otro centro de la verdadera obsesión del director inglés: la mujer, en este caso la asumida por Ingrid Bergman, como afirma Eduardo Laso en su web sobre Ética y Cine.  De hecho el propone que el título original del film: “Spellbound” se compone de “spell”, cuyo sentido más usual es “hechizo” o “encantamiento”, y “bound”, que indica el participio pasado de una acción. De donde se puede traducir el título como hechizado, encantado. También como embelesado, maravillado, embobado, alelado, fascinado. Como en inglés el adjetivo no indica el género, spellbound puede leerse también como hechizada, encantada, embelesada, embobada.

De este modo el título juega con la ambigüedad acerca de quién es el que estaría “hechizado” en esta historia: si Balantine o la Dra. Petersen. Spellbound resulta así un modo poético de referirse al amor en su dimensión de fascinación y estupor para quien se ve afectado por él.

Desde ese momento Laso descarna la película y crítica el planteamiento psicoanalítico de la película. Criticando desde el principio al final el tratamiento que le da Hitchcock al psicoanálisis.

"La sesión del comienzo del film es el modo en el que Hitchcock decide presentar a Constance Petersen, en un contrapunto con su paciente, una mujer con impulsiones eróticas y agresivas. El contraste entre ambas es marcado: una despliega un erotismo desenfadado, mientras que la otra es fría e intelectual. Ellas encarnan dos aspectos de lo femenino en el imaginario masculino: la virgen casta, y la prostituta castradora. Constance Petersen se presenta con el pelo recogido y anteojos –con su aspecto encarnan una sexualidad encorsetada, inhibida, pero a punto de explotar. Ella es una psicoanalista brillante y sin embargo no sabe del amor sexual. (...) Ella siente pasión amorosa, pero por los libros. A la falta de relación sexual la suple con el saber como medio de goce.

La analista desestima las objeciones de la paciente diciéndole: “Mis pacientes siempre me ven como una pesada en las primeras sesiones”. La paciente Carmichael responde con una ironía: “Entiendo, es mi subconsciente que se resiste...No quiere que me cure”.  Y la Dra le responde “Exacto... quiere continuar disfrutando su enfermedad. Nuestro trabajo es hacerle comprender por qué. Cuando sepa por qué hace algo y cuándo comenzó a hacerlo podrá empezar a curarse a sí misma”. Petersen le confirma que es una mentirosa: alguien que no enfrenta la verdad y se miente a sí misma y a los otros. Ella en verdad odia a los hombres. Y le regala un relato en el que un hombre con bigotes le jadeaba al oído y cuando ella amagó a besarlo, le mordió el bigote y se lo arrancó. Todo concluye en un ataque de furia de la paciente contra la doctora, a quien acusa de gozarla con su suficiencia.

La escena posterior a la sesión con la señorita Carmichael, en la que ingresa al consultorio el Dr. Fleurot, compañero de trabajo en la clínica, resulta sorprendente . Fleurot se pone aparentemente sobreprotector con ella, para avanzar sexualmente de modo grosero. Habla aparentemente de los escritos de ella, pero para insistir en su frigidez, y en que no puede tratar a una paciente con compulsión erótica sin (...) conocimiento de la sexualidad por propia experiencia y no por libros. Le dice que su trabajo carece de vida, que fue escrito con una bolsa de hielo en la cabeza. Cuando ella le pregunta si le está haciendo el amor, él le contesta que lo hará en un minuto, que primero está despejando el terreno. Fleurot ofrece sus servicios sexuales proponiéndose como maestro de la experiencia emocional que ella requeriría como analista y mujer, mientras se le aproxima y termina besándola. Ella se deja hacer pasivamente. Entonces él le dice que abrazarla es como abrazar a un manual.

La escena con el Dr. Fleurot se interrumpe con la llegada del Dr. Murchison, director saliente de la clínica y, junto con el Dr. Brulov, una de las dos figuras paternas para la Dra. Petersen.

Minutos después, será la misma Petersen la que se encontrará en una situación semejante a la del relato de su paciente. En el film hay otro paciente, el Sr. Garmes. (...) El paciente se presenta diciendo que él no padece un complejo de culpa ni alucinaciones, sino que realmente mató a su padre y quiere ser castigado. La doctora interviene nuevamente desde el lugar del saber: le dice que no es verdad que haya matado a su padre, que es una falsa idea que se apoderó de él, que se siente culpable por algo que le pasó en su infancia. El Sr. Garmes va a terminar en el quirófano

Si a Hitchcock le interesa el psicoanálisis es por la figura del analista como “detective de los sueños”. De hecho hay varias escenas del film en donde pareciera que ser analista incluye talentos que exceden la escucha y permiten realizar deducciones al modo del típico detective de novelas de misterio (por ej. la manera como Fleurot deduce que Petersen estuvo con Balantine, el modo como Brulov deduce por la escena que encuentra en su casa que su discípula le está mintiendo, etc.)

A partir de aquí el film se transforma en la típica persecución del hombre equivocado, tema tan afecto a Hitchcock. La Dra. Petersen va a sostener a rajatabla la hipótesis clínica del complejo de culpa como la causa de que el amnésico Balantine se declare culpable de asesinato. Tal diagnóstico no se funda en ninguna escucha sino en el deseo de ella de que su amado sea inocente. Ella decide hacerse cómplice de la fuga de Balantine en vez de colaborar con la policía en una investigación por asesinato, y a la vez se propone tratarlo de sus trastornos mentales como analista.

Lo que propone el film es un malentendido en el que se supone que dos psicoanalistas que trabajan juntos en diferentes niveles jerárquicos se enamoran… para descubrir que uno de ellos no es analista sino paciente del analista que encarnaba. 

La psicoterapia entre Balantine y Petersen transcurre a partir de allí entre la investigación detectivesca, y un pseudoanálisis con toques que alternan entre el suspense  y la comedia de enredos. Los diagnósticos se van a ir sucediendo a lo largo del film sin mayor consistencia: amnesia por trauma infantil, identificación con la víctima, paranoia, fotofobia, delirio paranoico, trauma de guerra, esquizofrenia, compulsión suicida, por mencionar algunos. En el fondo no importa. Y en todo esto participa una segunda figura paterna , la primera era la del Dr.  Murchison: la el doctor Brulov, una caricatura de Freud: canoso, con barba y bigote, anteojos de miope, acento extranjero, algo desalineado y distraído, pero sumamente perspicaz. 

Pero, como le decía Hitchcock a la analista de Selznick y supervisora del film la Doctora May Romm: “es sólo una película”. Una gran película.


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