domingo, 30 de abril de 2017

La tristeza de Virginia Wolf


Ya sólo escuchar Who's Afraid of Virginia Woolf? en la voz original de Elizabeth Taylor merece la pena la pelíucla. Haya momentos en que dudas de que se trate de una película, pues parece teatro filmado. Desde luego es cine, pero no oculta que el punto de partido sea una obra teatral, pero por encima de eso es una obra de arte en el sentido interpretativo. Cuatro actores, dos actrices y dos actores dan todo de sí delante de una cámara. La avasallan  a ella y al espectador que hay delante y desde luego nos intimidan a todos, nos abruman con su historia y a mi especialmente con su tristreza. Esa repetición en varias ocasiones de Sad, sad, sad por parte de la Taylor me llega a conmover. Es tremendo su trabajo y el de su marido en ese y otros muchos momentos, Richard Burton. 

Lo cierto es que esta película estadounidense del 1966 , un drama sin fin, una historia y una actuación casi física, fue  dirigida en su debut por el director Mike Nichols, antes de hacerse famoso con El graduado. 

La obra parte del guión de Ernest Lehman y es una adaptación de la obra teatral del mismo título escrita por Edward Albee. En la pantalla cuatro protagonistas encabezados por Elizabeth Taylor como Martha y Richard Burton como George, con George Segal como Nick y Sandy Dennis como Honey, y únicamente dos actores más, una anciana y un anciano que sirven a altas horas de la madrugada en un garito de esta ciudad universitaria.Se trata , de hecho, de uno de los filmes más importantes de la carrera de Elizabeth Taylor, por su actuación y por el gran elenco que compone la producción. 

¿Quién teme a Virginia Woolf? o Who's Afraid of Virginia Woolf? - como se llama en el título original - he visto lógicamente en versión original - era una  obra de teatro en tres actos del dramaturgo estadounidense Edward Albee estrenada en 1962. El título hace una referencia a la famosa escritora Virginia Woolf y a su apellido, utilizándolo como una parodia de la frase y canción clásica de Frank Churchill y Ann Ronell, "Who's Afraid of the Big Bad Wolf?" ("¿Quién le teme al lobo feroz?").

Se trataba de una producción de Ernest Lehman con guión del mismo  Lehman , con música de Alex North , fotografía de Haskell Wexler y el montaje de Sam O'Steen para la misma productora y distribuidora, la Warner Bros.

Como ya he dicho los protagonistas son cuatro: Elizabeth Taylor como Martha,  Richard Burton como George, George Segal como Nick y Sandy Dennis como Honey, 

La historia comienza en un vecindario inglés de la universidad de Nueva Inglaterra, con George (Richard Burton) y Martha (Elizabeth Taylor) ,  un matrimonio que se profesa un odio salvaje. Ambos tienen personalidades autodestructivas, conocen perfectamente las debilidades del otro y saben cómo exasperarlo. George es un profesor de historia y está alcoholizado y Martha, la hija del director de la universidad donde George da clases, es una mujer igualmente alcohólica, frustrada, dominante, psicótico y amargada, pero también vulnerable. A George y Martha le gustan los juegos emocionales entre sí, pero ignoran todavía lo peligroso que son .

Un sábado por la noche, después de una fiesta a eso de las dos de la madrugada, razón por la que ambos llegan ligeramente bebidos y casi de inmediato Martha y George se enzarzan en una pequeña discusión sobre Bette Davis.

Después de la discusión, Martha revela que había invitado a un joven matrimonio, a quien conoció en la fiesta para tomar una copa. A George no le seduce la invitación al ver que es tarde, pero al final, termina aceptando las ideas y decisiones de su esposa.  invitan a su casa a un nuevo profesor y a su esposa. Se tratan de Nick, un profesor de biología (Martha piensa que enseña matemáticas en la pequeña discusión anterior) y su esposa, Honey.

La presencia de esta pareja no evita que Martha y George se humillen y maltraten como de costumbre. Además los cuatro comienzan a beber, Martha y George son capaces de practicar un abuso verbal frente a los invitados. Al principio,  ellos sienten vergüenza y revelan que era mejor no haber ido, pero más tarde se quedan al enredarse con el matrimonio de George y Martha.

En un momento dado  Honey y Martha se separan por un tiempo de los esposos, ya que Martha decide mostrarle la casa a su amiga.  Mientras tanto, George habla de manera incontenible , pero sin cordura aparente con su invitado, con Nick. Descubre que es un joven y prometedor profesor de biología , recién contratado y ambicioso, que quiere dirigir su departamento.

Cuando regresan, Honey revela que Martha le ha mencionado asuntos relacionados con  su hijo  y el de George y añade que al día siguiente (domingo) marcará su decimosexto cumpleaños.

George se enoja ya que anteriormente le pidió a Martha no comentar sobre este tema y Martha ha divulgado esta información.

Más tarde, Martha se burla de George agresivamente y este se aleja de los huéspedes y de su esposa para ir a otra habitación de la casa. Martha cuenta una historia muy vergonzosa de cómo ella humilló a George delante de su padre, el rector de la Universidad.

A través de este cruel juego de humillaciones mutuas sale a relucir la verdad tanto sobre los anfitriones como sobre los invitados.

Las burlas de Martha continúan y George reacciona violentamente en apariencia tomando una escopeta y tratando de disparar a Martha. Al disparar, Honey se asusta y grita, pero se trataba de un paraguas que se abrió al disparar.

Después de esta pesada broma, Martha continúa burlándose de George y este rompe una botella como la pared producto de su enojo.

A pesar de la tensa situación Nick y Honey permanecen junto a ellos y se ve que están cada vez más inestables. En un momento dado, tras la mucha bebida Honey pronto corre al baño a vomitar, debido al exceso de alcohol.

Los dos inesperados invitados serán testigos presenciales de las vejaciones de la pareja de anfitriones, a la vez que progresivamente y por el efecto del alcohol, desnudan sus miedos, ansias y deseos, arremolinándose a sí mismo en un marasmo de intensos sentimientos encontrados.

Y lo harán colectivamente y por por parejas. La inicial es la formada por George y Nick en l jardín junto a un árbol, cuando Nick le habla a George del por qué se casó con la joven Honey tras un embarazo histérico. Conocemos  igualmente que era hija de un rico predicador que acumuló fortuna y dinero.

Luego nuevamente juntos los cuatro marchan a un bar. Allí descubrimos la vertiente lasciva de Nik y las provocaciones sexuales de Martha mientras bailan desenfrenadamente. Tras revelar George a Honey y Martha lo que le ha contado Nick  la chica vuelve a tener nuevamente nauseas. Tras un nuevo y violento episodio Martha abandona a George a su suerte , mientras que recoge a Nick y a Honey. Martha se lleva a Nick a su cama, dejando a Honey durmiendo en el vehíulo.

Al llegar George descubre que Nick está con su mujer , mientras que el habla con una desorientada Honey , diciéndole que su hijo realmente está muerto.

Tras ello George desaparece de la escena, centrándose la historia en Martha y Nick, que , finalmente, parecen no haber tenido nada, cuando se suma Honey a la conversación se persona George con un ramo de flores. Recalca George la idea ante Martha y Nick que su hijo está muerte llevando la desesperación a una Martha.

Al final comprenderemos el por qué de los  interrogantes del definitivo ¿quién teme a Virginia Woolf?,  tan temido por Martha, o el... "Por favor no hables de nuestro hijo..." tan temido por George....

Al final  vamos descubriendo  que todo ha sido producto de un juego en una pareja agotada que reconoce que se quiere , pero que es víctima del desgaste que les lleva  a una penosa, dura y difícil etapa de la vida.

Se rodó en Cambridge, Red Basket, Smith College y en los Studios Warner. Fué nominada a 15 Oscar. Fué producida por Ernest Lehman, estrenándose con extraordinarias criticas el 22 de junio de 1966 en todo Estados Unidos. La acción tiene lugar en el campus de la Universidad de una pequeña ciudad de Nueva Inglaterra, entre las 2 de la madrugada  y el amanecer.

Este trabajo físico tuvo su recompensa. La película fue nominada a trece Premios Oscar, incluyendo Mejor Película y Mejor Director por Mike Nichols, y es una de las dos únicas películas en ser nominada en todas las categorías elegibles (la otra es Cimarron). Los cuatro actores principales de la película fueron nominados en sus respectivas categorías de actuación. 

De gran éxito de público en el momento de su estreno, lanzó a la fama a un joven realizador que en 1967 reeditaría el éxito de crítica y público con otro clásico, El Graduado. 

La película fue la única nominada para los Premios Óscar en cada categoría en la que podía ser elegible (película, actor, actriz, actor de reparto, actriz de reparto, director, guion adaptado en la persona de Ernest Lehman, dirección artística/decoración del set (blanco y negro para Richard Sylbert y George James Hopkins ), cinematografía (blanco y negro), sonido (George R. Groves) , diseño de vestuarios (blanco y negro), música (Alex North)  y montaje (Sam O'Steen ). Cada uno de los cuatro actores fue nominado para un Oscar, pero sólo Elizabeth Taylor (Oscar a la mejor actriz) y Sandy Dennis (Oscar a la mejor actriz de reparto), lo ganaron. La película también ganó el premio de Oscar a la mejor fotografía en blanco y negro por el gran trabajo de cámara de Haskell Wexler (fue la última película en ganar en dicha categoría antes de que fuera eliminada). También recibió el Oscar a la mejor dirección de arte B/N El Oscar al mejor diseño de vestuario B/N La película ganó , por lo tanto, cinco premios, incluyendo un segundo premio de la Academia a la Mejor Actriz por Elizabeth Taylor y el de Mejor Actriz de reparto por Sandy Dennis.

Sin embargo, la película perdió frente a Un hombre para la eternidad en las categorías Mejor Película, Mejor Director, Mejor Actor y mejor guión adaptado, y ni Richard Burton ni George Segal ganaron en sus categorías.

Obtuvo siete nominaciones a los Globos de Oro , incluyendo mejor película - Drama  y otra nominación por parte del Sindicato de Directores (DGA) al  mejor director , otra por parte del Sindicato de Guionistas (WGA) al mejor guión dramático.

La National Board of Review para ese año 1966 la incluyó en el Top 10 mejores películas y actriz (Taylor).

En 2013, la película fue seleccionada para su preservación en el Registro Nacional de Cine de la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos como "cultural, histórica o estéticamente significativa".

Recibió además el Premio BAFTA a la mejor película (Mike Nichols), y el premio al mejor actor británico (Richard Burton), a la mejor actriz británica (Elizabeth Taylor).

Ganó igualmente el Premio New York Film Critics Circle Awards (Premio del Círculo de Críticos de Cine de Nueva York) a la mejor actriz (Elizabeth Taylor).

Un gran duelo interpretativo entre Richard Burton y Elizabeth Taylor, por aquel entonces casados, bien secundado por la otra pareja protagonista del filme, George Segal y Sandy Dennis.

Célebre por contener una de las mejores interpretaciones, si no la mejor, de Taylor y por una puesta en escena brillante que, sin deshacerse de su origen teatral, logra tener entidad propia como largometraje.

En cuanto las críticas Omar Khan en el diario El País  afirma que es una "Despiadada pieza teatral de un peso pesado de la dramaturgia USA (...) Una de las más apasionadas y destructivas parejas del cine de los años 70"

Francisco Marinero en El Mundo señala que muestra las "Miserias, fustraciones y deseos de dos parejas de la aparentemente más respetable burguesía con un vocabulario nunca escuchado. Interesante"

Carlos Boyero desde las páginas del diario El País señala que "Nichols hizo creíble, desgarrada y trágica una noche alcohólica habitada por un matrimonio en ruinas (...) Probablemente, sea la mejor interpretación que realizó Liz Taylor (...) y Richard Burton también está eminente"

Yo insisto en que se trata de una obra dura, con una interpretación física, de la dolorosa existencia de una pareja en una historia tan  compleja como descarnada.  Se trata de una reflexión sobre la vida, las personas, el amor, el desamor, la mentira, pero también sobre la soberbia y el orgullo que es lo que impide darse cuenta que se aman. Es el propio miedo a la vida, el miedo a que esa vida cruel acabe con esta particular relación.

Las interpretaciones son de antología, especialmente la de Elizabeth Taylor,, pero considero que Burton no se queda atrás. Yo creo que es casi más compleja dadas las permanentes ironías, desaires, insultos, agresiones verbales, humillaciones, amenazas, y juegos de dominación y destrucción, que pone de manifiesto las miserias y secretos del matrimonio y saca a la luz los miedos, ansiedades, frustraciones, malicia, fobias, apetitos y deseos, de los protagonistas.

Es un juego cruzado de ofensa, recriminación, agresión y reacción,  interrogantes y nada claros en cuanto los límites entre realidad y ficción.

El título constituye una parodia de la canción "Who's Afraid On The Big Bad Wolf?", de "Los tres cerditos" de Disney, que se entona con una melodía diferente. Los nombres de George y Martha coinciden con los del primer presidente de EEUU y su esposa. Por parte de Martha hay una parodia que Liz Taylor hace de Bette Davis, como un homenaje a la gran actriz.

El autor teatral responsable de la obra, Albee,  confesó que el ser un niño adoptado por una familia acomodada marcó su vida. Antes de ser autor de teatro, merecidamente elogiado, repartió telegramas, fue botones, vendió libros y discos y nunca aceptó permanecer bajo el bien situado manto protector familiar, cosa que le convirtió en todo un malhumorado y amargado joven. ¿Quién teme a Virginia Woolf? fue escrita a una velocidad inaudita, como casi todas sus obras, porque lo que más le preocupaba era la espontaneidad y lo que más le gustaba sorprenderse a sí mismo. Su obra fue un bombazo. Le dieron el Premio Pulitzer y se lo retiraron por su lenguaje soez. Criticaba cuestiones sociales, económicas, pero en la obra pesa más la relación personal, donde se dan las relaciones de poder y sobre todo el amor-odio de la pareja, y eso es lo que más llega a la gente.

¿Quién teme al lobo feroz?’ significó toda una revelación y renovación para la dramaturgia americana y revitalizó la cartelera teatral de Broadway.  Albee no volvería a conseguir otro éxito igual y su talante rebelde pasaría a un segundo plano, su vida personal tuvo mucho que ver en su distanciamiento con el cine... odiaba pedir favores.  La obra teatral , que fue estrenada en Nueva York en 1962, no es más que el retrato de la sociedad americana del momento y el análisis de un mal general: los problemas de pareja, la insatisfacción vital y la mentira.

La música, de Alex North, se basa en una breve partitura original, con un magnífico tema central de guitarra, de aires románticos, que evoca el amor entre dos personas.

Destacan los contrastes y excelente claroscuro, sirve un buen trabajo de cámara, con planos cenitales, imágenes subjetivas, primeros planos psicológicos, travellings al hombro documentalistas, que se enmarcan en un contexto de grata sobriedad.

El guión aporta unos diálogos duros y bien construidos llenos de  lenguaje obsceno , un relato envolvente y personajes complejos bien definidos.

Las interpretaciones son magníficas, surrealistas y de gran brillantez en estas dos horas de autenticas puñaladas verbales con unas interpretaciones que quitan el aliento. Para enmarcar estas interpretaciones una fotografía de la que es responsable Wexler, en base a  fuertes contrastes y notoria iluminación que le propina aun si cabe mayor dramatismo a las escenas. La realización es impecable, con buenos momentos y cantidad de primeros planos que enfatizan las emociones de sus personajes y sobre todo con una comprensión de lujo del significado del espacio escénico en el que se desarrolla la película. Y por encima de todo los insultos que se lanzan, las bromas, los juegos y los abrazos que Elizabeth que implora y no recibe, los arrebatos de ira de un Burton frío, cínico, amargo y frustrado...No estamos ante un largometraje especialmente dulce o de fácil digestión, pero su fascinante, incómodo y asfixiante discurso hace que valga, y mucho, la pena. La realización de la película es perfecta, con unos primeros planos que nos muestran matices y enfatizan emociones de forma sobrecogedora.

Para acabar incluiré este interesante artículo escrito el 18 de septiembre de 2016 por  Michael Billington, crítico teatral del diario británico The Guardian, que  escribía que Edward Albee expresó ocasionalmente su exasperación por verse siempre identificado como autor de ¿Quién teme a Virginia Woolf? (Who’s Afraid of Virginia Woolf?). “La obra”, escribió en una nota al programa de la producción de 1996, “me cuelga del cuello como una especie de medalla reluciente”.

La mordaz película de 1966 de Mike Nichols, con Elizabeth Taylor y Richard Burton como protagonistas, quedó impresa en la mente del público como un machaque marital a base de alcohol. Pero la obra, estoy convencido, tiene tanto que ver con el estado de la Unión como con el matrimonio. Albee era un escritor profundamente politico al que, según me confesó una vez, le gustaba que las obras fueran “útiles, no meramente decorativas”. Resulta también significativo que escribiera la obra a principios de los años 60, cuando Norteamérica iba emergiendo lentamente de los años de narcolepsia de Eisenhower, y cuando una frágil paz, propia de la Guerra Fría, dependía del equilibrio del terror.

La magnífica producción de Howard Davies en el Teatro Almeida [de Londres] fue la que me hizo consciente del hecho de que la obra, aparte de referirse al clásico tema norteamericano de la verdad y la ilusión, tiene una relevancia más amplia. George y Martha, cuyas maratonianas batallas contemplamos con paralizada fascinación, tienen nombres que provienen de los Washington. Viven en un campus universitario en Nueva Cartago, lo que evoca una civilización de ruinas clásicas.

Incapaz de enfrentarse a la realidad, el mismo George es un historiador que, mientras su mujer anda liada tirándose al invitado, se enrolla con La decadencia de Occidente, de Spengler. Mientras tanto, Nick, que es con quien Marta se encama, es un biólogo reconocido por un programa de alteración cromosómica que producirá especímenes perfectos en el futuro.

La obra Albee no sólo abarca la Historia y la ciencia, sino la religion incluso, pues el suegro de Nick era un predicador ambulante que logro conciliar a Dios con el Becerro de Oro. Esto lo pensamos sólo después. Mientras contemplamos la obra, nos sentimos hipnotizados por el espectáculo de una pareja que se despedaza mutuamente... en esta perdurable obra maestra de Albee acerca del peligro de vivir en un mundo de ilusiones.


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