viernes, 28 de abril de 2017

Rayos X


No se si sabéis que hay una canción argentina titulada Himno óptico. Esta era una canción que formaba parte del tercer álbum  de la banda de rock argentina Los Twist que se vendió con el título de  La maquina del tiempo, La letra de ese "himno" fue compuesta por Pipo Cipolatti y Andrés Calamaro que por aquel entonces formaba parte de la llamada Ray Milland Band, una banda formada por Pipo Cipolatti, Daniel Melingo, Miguel Zavaleta, Andrés Calamaro y Camilo Iezzi como voces y Charly García, Gustavo Donés, Pedro Aznar y Pablo Guadalupe como la banda de acompañamiento . El nombre de la banda y alguna de sus composiciones como el mismo Himno óptico rendían homenaje al actor galés-estadounidense Ray Milland, que había fallecido en marzo de 1986.

La letra cantada en inglés e interpretada por esta fugaz banda la Ray Milland Band participó en el programa Badía y Cía a fines de diciembre de 1986 junto con «Aquí esta la Ray Milland Band» como homenaje al actor muerto aquel 10 de marzo.

Indudablemente el espíritu  de  «Himno óptico» hacen referencia a la película X o X: The Man with the X-Ray Eyes que fue presentada en España como El hombre con rayos X en los ojos, todo un clásico del cine género de Ciencias Ficción o cine fantástico de serie B realizada en el año 1963 .

Pero también un clásico que contó con el buen hacer de Roger Corman y que fue protagonizada por Ray Milland, un actor oscarizado que llegó a la cima en el cine de los años 40 y que tuvo la fortuna de ir languideciendo en los cincuenta con grandes títulos entre los que destaca Crimen Perfecto de Alfred Hitchcock, pero también con directores como William Keighley y Jacques Tourneur, y algo más tarde con Allan Dwan.

Será en los sesenta cuando comienza su colaboración con Roger Corman y a introducirse en el mundo de la televisión en donde buscará un hueco en las series de los setenta, que permanecen en nuestra memoria como Hotel, Hombre rico, hombre pobre, El barco del amor o Colombo.

Con Roger Corman asumirá el papel protagonista en dos películas, La obsesión basada en un relato de Edgar Allan Poe, y El hombre con rayos X en los ojos, la pelíucla que acabo de ver y que tuvo que impactar a Pipo Cipolatti, Andrés Calamaro y su cuadrilla.

La película X es una producción de Roger Corman para la productora  Alta Vista Productions y American International Pictures encargada igualmente de la distribución . Como en la mayoría de las películas de Corman contó con un bajo presupuesto que apenas alcanzaba los $ 250.000.


La película se basaba en el guión de Robert Dillon y Ray Rusell ; la música de Les Baxter , la fotografía de Floyd Crosby y el montaje de Anthony Carras.

El reparto lo integran , además de Ray Milland,  como el Dr. James Xavier,  Diana Van der Vlis como la  Dra. Diane Fairfax,  Harold J. Stone como el Dr. Sam Brant , John Hoyt como Dr. Willard Benson , Don Rickles - recientemente fallecido en este mes de abril en Beverly Hills a los 91 años- como Crane y Barboura Morris como la enfermera con un paciente joven (sin acreditar) y el  veterano actor Morris Ankrum , un habitual de Corman, que hace una aparición sin acreditar como ministro de la iglesia al final de la película siendo su último papel en la industria cinematográfica.


La película comienza viendo un ojo. Tras su observación la historia se inicia cuando el doctor James Xavier (Ray Milland), un científico de prestigio internacional, que vive obsesiona con el tema de la medicina y de la capacitación médica para la detección de las enfermedades visita a un colega, un optalmólogo, el Dr. Sam Brant (Harold J. Stone) y le hace una revisión ocular. Al hablar con él descubre la incapacidad que tiene el ser humano de potenciar su sentido de la vista y las muchas posibilidades que tienen para el desarrollo de la capacidad humana. El Dr. Xavier intenta probar que los ojos podrían ver más allá de lo que tenemos delante, esto es, rayos X.

El doctor James Xavier trabaja para una fundación que le está financiando sus investigaciones sobre la vista. En la misma fundación trabaja la doctora Diane Fairfax (Diana Van der Vlis).

El Dr. Xavier desarrolla unas gotas destinadas a aumentar el alcance de la visión humana, lo que permite ver más allá de espectro de lo "visible" en las longitudes de onda de los rayos ultravioletas y de rayos X.

Convencido de que los ensayos en animales y voluntarios, sobre todo tras la experiencia con un mono que es capaz de identificar luces a través de una placa, pero que muere poco después por efectos de la medicación dada, empieza a probar las gotas en sí mismo.


Inicialmente, Xavier descubre que puede ver a través de la ropa de la gente, como comprueba en una fiesta, viendo a unos y otros, desnudos, y utiliza su visión para salvar a una joven cuyo problema médico fue mal diagnosticado.

Debido a esto los compañeros de la fundación le informa a la Doctora Fairfax que le notifique que no seguirá apoyándole debido a la falta de resultados. Esta desalentadora noticia hace que Xavier decida probar en sí mismo un peligroso suero que proporciona visión de rayos X.

Con el tiempo y con el uso continuo de las gotas, el aumento de la capacidad visual de Xavier y su capacidad para controlarlo disminuye impidiéndole ver el mundo en términos humanos, sólo en las formas de luces y texturas que su cerebro es incapaz de comprender plenamente. Incluso cerrando los ojos puede ver a través de sus párpados. Su comportamiento se vuelve cada vez más errático, y sus colegas suponen que se está volviendo loco.

Finalmente, incluso cerrando los ojos no le trae ningún alivio de la oscuridad en su mundo aterrador, como él puede ver a través de sus párpados.

Después de discutir con su colega - y amigo- el Doctor. Sam Brant (Harold J. Stone) este acaba cayendo por la ventana y muriendo,

Así pues el Doctor e investigador Xavier se da a la fuga, usando su visión de rayos X para trabajar en un espectáculos circense, en un carnaval. Allí, ya malvive haciendo de adivino leyendo en una barraca de feria. Sorprendiendo a unos y a otros.

El encargado de la misma, un hombre sis escrúpulos de nombre Crane (Don Rickles)  con el que monta un negocio como sanador o curandero tras ver el conocimiento médico que tiene y su enorme capacidad para la identificación de los males.

Al garito montado por Crane se persona la Doctora Fairfax , una vez que ella también se ha desligado de la fundación, y tras volver a la medicina le ha llegado rumores de un curandero, no dudando en ningún momento de que se trata del Doctor  Xavier. Para ocultar su asombroso aspecto, lleva gafas de sol envolventes en todo momento.

El reencuentro de los dos colegas supone la ruptura con Crane que lo denuncia a la policía pues sabía de su grado de responsabilidad en la muerte del Doctor Brandt, pero Xavier y Fairfax huyen cuando ella le dice que le auxiliará.


Los dos marchan en coche por las carreteras de Nevada con la intención de ir a Las Vegas ya que Xavier alega que necesita dinero.

Durante el recorrido Xavier le cuenta a su compañera de viaje que el mundo se ha convertido en un lugar horrible para Xavier, un mundo en el que su vista lo atraviesa absolutamente todo. Xavier comienza a ver la misma estructura de la realidad.


Tras ganar en los juegos de azar en un casino, Xavier descubre que la necesidad de utilización de las gotas son cada vez más necesarias.

Tras haber arruinado a la banca, el gerente duda del doctor y en un forcejeo le quita las mismas descubriendo ante los demás que los ojos de Xavier se han alterado definitivamente junto con su visión: en primer lugar que se han vuelto de color negro y plata, pasando, más tarde a ser completamente negro.

Para ocultar su apariencia sorprendente, lleva oscuras gafas de sol en todo momento. Tras ser descubierto Xavier huye.

Conduce por el desierto y lo hace a toda velocidad y sin control alguno. En su huida causa algunos accidentes,

El investigador es seguido por un helicóptero en su desplazamiento. Finalmente para tras tener un accidente.  Una vez que se recompone ve un carpa . Al acercarte descubre que se trata de un espacio religioso.

Xavier entra en un oficio religioso. Le dice al pastor que está empezando a ver las cosas en los bordes del universo, incluyendo un "ojo que nos ve a todos" en el centro del mismo.

El pastor le responde que lo que ve es "el pecado y el diablo", y declara la cita bíblica de Mateo que concluye con una frase lapidaria: "Si tu ojo te ofende ... arráncalo!",y Xavier decide cegarse a sí mismo en lugar de ver algo más. Se supone que esos ojos que vemos al inicio de la película en un bote pudieran ser los suyos.


Filmado en sólo tres semanas con un presupuesto de menos de $ 300,000, Corman describió el éxito de la película como un milagro.

La película fue rodada en Las Vegas ( Nevada) y Los Ángeles, California, EE.UU. La escena de la persecución final que involucró la conducción errática de Ray Milland tuvo lugar en Soledad Canyon Road entre las ciudades de Santa Clarita y Acton en California - el mismo lugar donde fue filmada  la película El diablo sobre ruedas (1971) de Spielberg.

American International Pictures presentó  la película en una doble función junto con Dementia 13  en su estreno el 18 de septiembre de 1963.

La película fue notable por su uso de efectos visuales para retratar el punto de vista del Dr. Xavier. El 24 enero 1966  fue estrenada en España y se presentó sólo en Madrid (Metropol Artístico). La película estuvo en cartelera sólo cuatro días y sólo en una versión subtitulada.

Se habla de un muy rumoreado final alternativo el Dr. Xavier se arranca los ojos y luego grita "¡Aun puedo ver!".

El escritor Stephen King cita este final en su libro Danza macabra. Ese fragmento nunca fue encontrado Corman asegura que rodó esa escena, aunque es posible que se hablará durante la producción pero que, finalmente, no se rodara.  En una sesión de preguntas y respuestas dijo que esta idea fue discutida pero nunca filmada. Por lo tanto parece una contradicción.

El film ganó el premio "Silver Spaceship" de 1963 en el primer Festival Internacional de Cine de Ciencia Ficción (Festival Internazionale del film di fantascienza) en Trieste, en Italia.

La película originalmente tenía un prólogo de cinco minutos sobre los sentidos humanos. Este prólogo fue eliminado de todas las copias de la película, y puede haber sido eliminado  lo que redujo el tiempo de la película  a 79 minutos.

Para crear el efecto de ser capaz de ver a través de un edificio, el director filmó la construcción del edificio en un lapso de tiempo, y luego corrió la película hacia atrás. El edificio esquelético visto repetidamente desde el punto de vista del Dr. Xavier (en "Spectrarama") fue el Edificio de Oficinas Generales del Departamento de Agua y Energía en el centro de Los Ángeles. La construcción había comenzado alrededor de 1963 y se terminó en 1965.

Para Alberto Abuín la película es uno de los clásicos indiscutibles del género. Fue realizado en la época de mayor apogeo de su director, cuando estaba  adaptando las obras de Edgar Alan Poe .

Lo que en un principio parece una alegoría sobre el uso de las drogas y sus consecuencias, nada desdeñable dada la época en la que se filmó el film, se va tornando en cuento de terror puro y duro, superando incluso las posibilidades de la premisa.  Pero el peso de la justicia, junto al hecho de que es un científico que ha osado jugar a ser Dios –uno de las señales de identidad de mucha de la ciencia-ficción de años previos−, y debe pagar por ello, serán determinantes en el angustioso tramo final, con Xavier perdiendo el control.

Estamos ante una de las joyas emblemáticas de la serie B y obra maestra absoluta del director  que presenta al ser humano con el peligro de lo invisible: acceder a lo invisible, a todo aquello que la realidad oculta, solo puede llevarnos a la locura.

Corman realiza un “thriller”  que parte de las especulaciones científicas y de  los peligrosos experimentos médicos para acabar mostrando las experiencias místicas proporcionadas por la nueva droga química del   personaje protagonista .

En ese sentido la película muestra el amplio arco evolutivo de su personaje con el inicial altruismo del científico que pronto se transforma en aparente frivolidad, para dejar paso a una mezcla de egoísmo, amargura y delirio demencial místico.

Con imaginativas visualizaciones e inspirándose en las clásicas “horror movies” (como “El hombre invisible” de James Whale), donde el drama y el terror siempre se equilibraba con el humor,  Corman parece reinventar el  cine de género.

En cuando a la imagen la película presenta una imparable catarata cromática donde el rojo se funde con el ojo ensangrentado anulando el azul  inicial.  A lo largo del filme solo vemos lo que el protagonista ve. Es más, incluso, sentimos lo que siente en base a la medida construcción de la puesta en escena llevada a cabo. El espectador, por consiguiente, se fusionará con el personaje, viendo lo que este ve y, en última instancia, siendo el depositario externo de sus experiencias.  A este respecto, la progresión de la visión del protagonista queda materializada a partir de un inteligente tratamiento de la profundidad de campo.

La película se centra  en el protagonista que queda fuera del resto de la colectividad. Su individualismo lo lleva a convertirse, como consecuencia de ello, en un observador  del resto de humanos que lo rodean desde un prisma claramente distanciado. Y es esta posición al margen de la sociedad lo que incrementará un desprecio hacia el ser humano que alcanzará cotas verdaderamente sangrantes.

Los movimientos de cámara de poca amplitud que se centran tanto en el Doctor Xabier como en Doctora Fairfax con muchos planos en primera persona con el fin de introducir de lleno al espectador en la tortura vivida por el protagonista. La escena más conocida de la película, cuando va a la fiesta una vez junto a la Doctora Fairfax y descubre que puede ver a todos desnudos es posiblemente una de las más significativas de la misma.

Como narración la historia de desarrolla en dos partes muy bien diferenciadas. Mientras que en la primera parte, la cinta se centra en mostrar los experimentos del doctor Xabier, acercándonos así a su personalidad de hombre tranquilo pero ambicioso. Por su parte, la segunda nos muestra el periplo de degradación vital que vive el protagonista y apuesta más por la acción, es decir, explota la huida de James como un factor que aporte mayor agilidad a la historia. Es un descenso a los infiernos  en toda regla. El doctor cae rendido fruto de la droga necesaria para mantener vivos los increíbles poderes de su vista.

La puesta en escena, no hace alarde de grandes decorados, ni de efectos especiales que son muy primarios, pero muy visuales y cromáticos, muy lisérgicos. Gran parte de la película transcurre en interiores luminosos, únicamente los minutos finales están ambientados en el desierto.

La banda sonora combina acertadas partituras tonales que refuerzan la sensación de misterio y fatalidad en los instantes más importantes del filme.

En definitiva tenemos una película notable, sobrecogedora, impactante y modesta en las formas, pero no en el fondo . Un largometraje  de serie B con peso en el cine A.




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