sábado, 20 de abril de 2019

En el corazón herido de Notre Dame


París al descubierto, un documental del director y documentalista francés Martin Blanchard, un documental que el pasado jueves emitió la 2 y que se convertirá en necesario para comprender lo muchísimo que hemos perdido este lunes santo con el incendio vivido en el corazón espiritual y monumental de París, en Notre Dame. 

Notre Dame no es una catedral normal, es la CATEDRAL, sí, con mayúsculas. Es el edificio más visitado del país más visitado del mundo. Es uno de los modelos más perfecto del gótico francés que sirvió de modelo del gótico a escala mundial. Es un lugar de historia y leyendas, un espacio en el antes las casas se arremolinan y hoy vive en un área acordonada por el cuerpo de bomberos de la capital parisina. 

Martín Blanchard, un hombre de gran experiencia en el documental para televisión, no sabía en la Semana Santa del pasado año que estaba documentando algo que en menos de 12 meses, en gran medida desaparecía. Para el programa París al descubierto el era encargado , al menos, de su segundo episodio titulado En el corazón de Notre Dame en el que nos mostraba las entrañas del templo. 

Gracias al documental hemos conocido como el espacio era un refugio de los parroquianos que empezaban el día en el área cercana al coro; que a diario allí comenzaban su jornada;  hemos conocido el sacristán de Tarbes que aseguraba ante la cámara que el oficio se aprende día y a día y cual era su labor concreta que iba desde la combinación química del incienso, adecuado y adaptado en cada momento, hasta tocar a cabo el protocolario toque de campana para una de las ceremonias tan formales que mantenía el conjunto.

Las torres, grandes protagonistas, así como el deambulatorio , en la que auxiliaba un sacerdote con un gran manejo de idioma o el área de confesiones en múltiples idiomas en la que una señora mayor reconoce que va allí para ver gente, pues vive sola y se siente sola, y eso le obliga a salir de casa.

Hemos visto como una grupo de parroquianas preparan los oleos que serán bendecidos en la misa de Pascua, del Domingo de Resurrección, y como están bajo los trabajos de un señor que ya coordina todas las labores y tiene voz de mando en este preparación y en la ceremonia a la que van todos los sacerdotes de las parroquias de París bajo el Obispo o Arzobispo titular.

Comprobamos la apertura de puertas, el cierre de las mismas, el organista titular que toca y ensaya a las cinco de la mañana en el gran órgano, con sus cincos teclados, sus 109 juegos (conjunto de tubos) y sus casi 8.000 tubos , rompiendo el silencio de este enorme montaña hueca que es Notre Dame.

Hemos descubierto como las visitas "vedettes" del monumento se centran en las torres y en las gárgolas y en la observación de la aguja, aunque muchos de los que han visto estos dos últimos elementos desconocen que son obra del restaurador historicista que el siglo XIX cambió la faz del mismo: Viollec le Duc. Un hombre que dejó su legado y su imagen  incluso en una escultura en bronce que lo representa a él mirando el templo.

Hemos visto el interior y las zonas que no ven los turistas , a las que se acceden por esas puertas que dan tanta rabia que se cierren para los visitantes, para subir a la galería y desde allí al campanario descubriendo el llamado bosque de robles de Notre Dame en el que cada viga supuso un roble del siglo XIII y hay miles. Bueno hay, mejor o casi peor decir que había pues el pasado lunes santo a eso de las 18.50 comenzó un incendio devastador.

Yo me enteré del mismo en el aparcamiento del hospital de Getafe y realmente pensé en un primer momento que era una de esas asquerosas "fakes" que se extiende a la realidad desde la falsedad. Pero desgraciadamente no fue así. Se extendió desde esa hora hasta el martes. Afortudamente a eso de las 12 de la noche los bomberos hablaban de haber salvado la estructura del templo, no así de sus bóvedas.

Según apuntaron en un primer momento las autoridades, el incendio estaba "potencialmente vinculado" a las obras de renovación del edificio, el monumento histórico más visitado de Europa. Durante estas obras, varias estatuas habían sido retiradas previamente con grúa para su restauración. Afortunadamente en nueve horas de lucha contra el fuego y con más de 400 bomberos de París trabajando contra el mismo, solo hubo dos policías y un bombero heridos leves: todo un nuevo "milagro de Notre Dame". 

Sin embargo, el milagro se ha quedado en lo humano , pues lo artísticamente "divino" ha sido devorado por el fuego. La aguja de 93 metros del siglo XIX se vino abajo al igual que el armazón de madera de roble del siglo XIII. Son dos pérdidas irreparables , a las que podría unirse los órganos de la catedral de una variedad sonora irrepetible construido entre los siglos XV y el XVIII que ha resultado parcialmente dañado. Otros elementos, algunos de los cuales hemos visto en el reportaje de Martín Blanchard como una parte del tesoro, entre las que están algunas reliquias así como la venerada corona de espinas o la túnica de San Luis se han salvado. Se han perdido muchas cosas como alguna vidriera que en los años 60, al menos, las vidrieras altas fueron sustituidas por unas nuevas que se elaboraron siguiendo fórmulas y tonos de colores medievales. Pero las imágenes vistas en televisión del incendio contrastan con las del documental. No sabemos con detalle el daño. Lo que sí sabemos es que Notre Dame es una superviviente. 

Desde su creación en 1163 sobre un solar donde se erigían las iglesias de Santa María y Saint-Etienne y unas casas este edificio surgido con el beneplácito del papa Alejandro III hasta más o menos su conclusión definitiva en 1260 con una luminosas vidrieras que cubrían sus inmensos ventanales y con unos impresionantes arbotantes de la cabecera, de 15 metros de vuelo, la Catedral de catedrales ha sufrido ataques desde el poder ( como cuando fue derribado el pilar de la portada central para permitir el paso de las grandes carrozas procesionales barrocas, o para la coronación del Emperador en 1804 cuando decidió , siendo Cónsul vitalicio el cierre de las ventanas ) hasta de los que atacaban ese poder ( la revolución de 1789 se llevó por delante las 28 estatuas de la galería de reyes de la portada, creyendo que se trataba de imágenes de los de Francia en vez de lo que era, los reyes de Judá; la dejaron sin vidrieras y con gran parte de las esculturas arrancadas o mutiladas ; o durante la revuelta de la Comuna - 1871- cuando la catedral sintió en su interior la ira de los "comuneros" que pusieron las sillas y bancos de madera en una pira en el centro del ábside para prenderle fuego).

Lo cierto es que la recuperarán. Las ayudas están por llegar por medio una subscripción popular en la que ricos, muy ricos, y gente del común participara económicamente en ella. Al igual que el Estado francés y la alcaldía de París. Notre Dame fue auxiliada por intelectuales y por la gente del pueblo. En 1831 Víctor Hugo había publicado su novela Nuestra Señora de París.

Desde esa fecha los parisinos y las autoridades de la ciudad miraban con ojos al templo, mientras el urbanista Haussman tiraba el país medieval que todavía estaba a su alrededor. En 1844 se decidió restaurarla. Encontraron a la persona adecuada , un joven arquitecto , Éugene Viollet-le-Duc, el mismo que rediseñó Carcassonne , a lo largo de 20 años se empeñó en contratar a los mejores escultores que se centrarán en las fachadas, aquella que refleja el juicio final, en la galería de reyes, apostando - ahora sí- en la de los reyes de Francia -curioso para el país más republicano de Europa- sin recuperar a los de Israel.

De hecho, la imagen que teníamos de Notre Dame era la de Viollet - le - Duc, la de Victor Hugo y su Quasimodo, la que queremos en nuestro -hoy- corazón herido. Notre Dame tendrá que volver a ser la Notre Dame que fue. Aunque , sin duda, será distinta. Por ahora, lo que fue , lo tenemos que ver y descubrir en el documental de Blanchard , aquel que se rodó en la primavera pasada , en la Pascua del 2018.   Mas que recomendable, necesario.


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