martes, 30 de abril de 2019

Jean Vigo, un corto de referencia y conducta


Ya he comentado en entradas anteriores que Jean Vigo era hijo de un militante anarquista y luego socialista. Unas fuentes hablan de origen español, yo lo que si se que era una persona con raices en la frontera entre España y Francia, en la zona pirenaica y que se llamaba Eugène-Bonaventure de Vigo y era natural de Beziers , un hombre que , a su vez, de raíces occitanas , pirenaicas, además de catalana francesa por parte materna, ya que su madre era de Perpignan. 

En mayo de 1900 fue detenido por participar como colaborador en un robo y por su actividad anarquista. Cumplió dos meses de prisión en la Petite Roquette. Fue aquí donde cambió su nombre. Desde ese momento será conocido con el sobrenombre de Miguel Almereyda (ese Almereyda, dicen que correspondía con el anagrama de "y a de la merde", algo así como hay mierda). 

Trabajó como fotógrafo una vez salió de la cárcel en Saint Denis y Almereyda comenzó a escribir de nuevo para “Le Libertaire” , y a principios de 1903 fue uno de los escritores más prolíficos de la revista. En abril de 1905, la compañera de Almereyda, Emily Cléro, dio a luz a un hijo, al que llamaron Jean. 

En el otoño de 1905, Almereyda y Gustave Hervé pegaron carteles de AIA en todo París, Isla de Francia, (Francia) instando a los jóvenes a resistir el reclutamiento con violencia si fuera necesario. Fueron acusados ​​por esto, y el 30 de diciembre de 1905 fueron declarados culpables y enviados a la prisión de Clairvaux. Ellos y otros fueron liberados el 14 de julio de 1906 en una amnistía. 

En abril de 1908, Almereyda fue condenada a dos años de prisión por elogiar el motín del XVII Batallón en Narbona y con otro año más por haber criticado la expedición francesa a Marruecos. Almereyda permaneció en prisión hasta agosto de 1909. 

Durante la huelga ferroviaria de octubre de 1910, Almereyda y Merle formaron un grupo para organizar el sabotaje, y fueron arrestados y encarcelados hasta marzo de 1911. Tras su liberación, Almereyda fundó el grupo revolucionario “Les Jeunes gardes révolutionnaires”. Era el fundador del periódico “La Guerre sociale” y escribió en el semanario satírico Le Bonnet Rouge, el enemigo jurado del movimiento político monárquico de derecha Action Française. 

“La Guerre Sociale” se volvió cada vez menos revolucionaria y más partidaria de los ideales republicanos de izquierda que deben lograrse legalmente. En diciembre de 1912 Almereyda se unió al Partido Socialista. 

Para 1913, “La Guerre Sociale” tenía una circulación de 50,000 ejemplares y Almereyda tenía una reputación creciente en los círculos liberales respetables.  

Durante la Primera Guerra Mundial (1914–18) se involucró en negocios dudosos que le trajeron una riqueza considerable. En 1915 llevaba un estilo de vida lujoso, con un coche, amantes y una mansión privada. Siguió , eso sí, con su lucha con las fuerzas de la derecha “L’Action Française”. Léon Daudet , editor de la revista del movimiento “L’Action Française”, describió a Almereyda como “Vigo el Traidor” e hizo vagas insinuaciones sobre las razones de Almereyda para usar un seudónimo.

En julio de 1917, el administrador de negocios de “Le Bonnet Rouge” fue arrestado a su regreso de un viaje a Suiza y se encontró que tenía un cheque en una cuenta bancaria alemana por 100,000 francos. Almereyda se enfrentó a un furioso ataque desde la extrema derecha y desde Georges Clemenceau. Los aliados políticos de Almereyda, Louis Malvy y Joseph Cailloux, fueron acusados ​​de comerciar con el enemigo. Así que el padre de Jean fue arrestado por ser un agente alemán. Finalmente fue arrestado y enviado a la prisión de La Santé en el distrito 14 y de allí a fue trasladado a la prisión de Fresnes en las afueras de París donde, en 1917, fue hallado muerto, estrangulado con los cordones de sus propios zapatos. 

A causa de la ausencia del padre que, como vemos, pasaba temporadas en la "trena" y con la difícil reputación de su padre, Jean Vigo debió adoptar un nombre supuesto, Jean Sales. 

Evidentemente, Jean no pudo disfrutar de esa presencia paternal que acabaría siendo difusa y confusa  durante su turbulenta infancia, y siempre estaba convencido de que su padre era inocente una vez éste falleció , trasnformándose ahora en un mito. 

Entre 1918 y 1922 Jean Vigo fue alumno en un internado de Millau, experiencia en la que se basó para rodar su película Cero en conducta.

Lo cierto es que la película se basa en gran medida en las experiencias de internados de Vigo para representar un establecimiento educativo represivo y burocratizado en el que ocurren actos surrealistas de rebelión, que reflejan la visión anarquista de la infancia de Vigo . La influencia de "Almereyda" se ve claramente en "Zéro de conduite" y "L’Atalante". 

Zéro de conduite se refiere a una nota que obtenían los chicos, lo que les impedía salir los domingos. Cero en conducta (Zéro de conduite) es una obra muy personal. Parte de lo relatado con su padre está presente: la ausencia del padre, su entrada en una institución educativa , la extraña muerte del progenitor, la falta de cariño, la solidad, la institución represiva está en este mediometraje de bajo presupuesto que narra la insurrección de los estudiantes de un internado contra sus estrictos profesores. 

Gran parte del argumento de Cero en conducta se basa en los recuerdos de Vigo, que pasó gran parte de su infancia en internados dada la inestable vida familiar vivida. Vigo los sacó de sus recuerdos de infancia con todo y nombres reales: George Caussat y Jacques Bruel fueron dos de sus mejores amigos del liceo de Millau, en el que estudió desde los 14 años; Jean Collin estuvo con Vigo en el internado Marceau de la ciudad de Chartres, al que ingresó en 1922, mientras Tabard es el mismo Jean Vigo de Millau. 

Escribió un crítico brasileño , gran conocedor del cine de la época, Paulo Emilio Salès Gomès, que “Jean, vinculado a Bruel y Caussat, empleaba su vitalidad en la lucha contra los adultos, armando jaleos, a veces bastante gordos. Durante los últimos meses de la guerra, y sobre todo después, la situación se hizo un tanto fluctuante, la mayoría de los vigilantes provenían de aquí y de allá, y la disciplina se había relajado. Sin embargo, los ceros en conducta habían comenzado a llover y, durante largos períodos, raro era el domingo en que no debían quedarse castigados” . Cero en conducta no fue solo un título, fue su estilo de vida durante la adolescencia. Y a Vigo se le antojaba un material irresistible para volverlo un filme.

El filme es un canto al anarquismo infantil, y tuvo una gran influencia sobre la ópera prima de Truffaut, Los cuatrocientos golpes, una de las películas clave de la nouvelle vague. Considerada antipatriótica y un violento panfleto libertario, la película estuvo prohibida en Francia hasta 1945. En febrero de 1946 los franceses pudieron ver Zéro de conduite que, aunque había sido estrenada por primera vez el 7 de abril de 1933, desde entonces, estuvo prohibida en Francia . 

Zéro de conduite: Jeunes diables au collège inicialmente y en el proyecto se iba a llamar Les Cancres . En la producción además de Vigo aparecen la productora Comptoir Français de Distribution de Films , Franfilmdis siendo distribuida por Gaumont y contando con un presupuesto de ₣ 200,000. Es una de las cuatro obras filmadas por Jean Vigo que aquí es el encargado de la dirección , de la producción, del guión y del montaje- Junto a él aparece la música de Maurice Jaubert, la fotografía de Boris Kaufman y el sonido de Marcel Royné. 

Como protagonistas aparecen Gérard de Bédarieux como Tabard, Louis Lefebvre como Caussat, Gilbert Pruchon como Colin y Coco Golstein como Bruel. Junto a ellos aparece, Jean Dasté como supervisor Huguet , que debutaba en el cine, Robert le flon como el supervisor Pète-Sec, Du Verron "Blanchar" como el supervisor Bec-de-Gaz , Delphin como el director del Collège, Léon Larive como un Profesor de química , Madame Émile como la madre de Haricot , Louis de Gonzague -Frick como el Préfecto y Raphaël Diligent el tercer bombero. Además de Henri Storck como el sacerdote, Michèle Fayard como la hija del guardián, Félix Labisse como el primer bombero, Albert Riéra como un vigilante nocturno, Georges Patin como el segundo bombero , siendo el cuarto Georges Vakalo. Aparecen además Louis Berger como el corresponsal, Georges Berger , el portero, Natale Bencini un acróbata al igual que Leonello Bencini . Además como niños aparecen Georges Belmer , Émile Boulez, Edgar Cabrol , Maurice Cariel , Jean-Pierre Dumesnil , Igor Goldfarb , Lucien Lincks , Charles Michiels, Roger Porte, Jacques Poulin , Pierre Regnoux , Ali Ronchy , Georges Rougette , André Thille , Pierre Tridon y Paul Vilhem. 

Los protagonistas son cuatro chicos: Caussat, Bruel, Colin y Tabard. Vemos la llegada de los dos primeros en el tren, Caussat y Bruel donde coinciden en el mismo sin que ellos lo sepan con el nuevo vigilante o supervisor, Huguet (Jean Dasté).   Las vacaciones ya han terminado y es hora de l retorno a los estudios, en los centros educativos, un  lugar donde los maestros, adultos adusos, infligen castigos severos y los privan de libertad y creatividad. 

Conocemos así a dos de los estudiantes de uno de estos centros que han de pasar en régimen de internos sus días de escuela en aquel lugar. 

Como son de lugares dispares algunos llegan en tren. A pesar de que no se le permite fumar es lo primero que hacen además de bromear con respecto a ese compañero de departamento, Huguet, que se hace el dormido mientras ellos gastan sus bromas. 

En la estación se encuentra la severidad de de otro de los supervisores que acoge a los niños alineados en parejas, pero a los que se suma el extravagante nuevo supervisor, Huguet. 

Al llegar coinciden con un viejo camarada de banca y juegos, Colin  que es el hijo de la cocinera del internado. 

Tras esto van al dormitorio en dónde se nos muestra en primer plano las figuras de tres protagonistas más jóvenes (Caussat, Colin y Bruel) que han de cumplir las indicaciones , en ocasiones, absurdas de su supervisor. 

Es durante el recreo como es el espacio en el que tras la restrictiva presencia de alguno de sus supervisores los chicos traman su complot . En el mismo hay inicialmente tres, y lo hace gracias a la nula intervención en la autoridad del adulto Huguet, quien, después de imitar a Chaplin, un hombre  lleno de humanidad que se pone siempre de parte de los jóvenes, participa de sus juegos, es solidario con ellos y que no ha perdido el espíritu lúdico ni romántico y  que hace el pino  sobre la mesa en medio de los entusiastas muchachos.

El día que va con ellos a una salida descubrimos que más que  acompañarles y vigilarles éste se distrae, y persigue a una chica, ante el regocijo de los chavales.

Esa misma tarde retorna con ellos llegando tarde y bajo la lluvia; se ríe con ellos y les da igual que vayan juntos unos con otros en camaradería.

Sin embargo su actitud no es compartida por otros supervisores por lo que es llamado al orden y especialmente el joven Tabard al que no se le consiente por resulta molesta a la moral su especial amistad con un compañero.

Algunos de los niños se le sanciona con el  cero de conducta y la prohibición de salir el domingo. Ante esta situación es llamado Tabard ante el director de la institución , un enano barbudo (Delphin ) de voz muy aguda.

Descubrimos que frente a Huguet el resto de supervisores y profesores deja mucho que desear. Uno de ellos lo vemos  robar a los niños sus postres y es castigado por ellos  que usan pegamento en venganza.

La comida  y la atenciones equívocas del profesor de ciencias provocan una reacción verbal violenta del joven Tabart que ante el "manoseo" desagrable manda al profesor  ("Y a la poise", anagrama del seudónimo del padre de Vigo) a pesar de ser el.más retraído, tímido que lleva el pelo largo al a manera de una joven, pero que no soporta el acoso de uno de sus profesores. De hecho es llevado ante el director, se le obliga a presentar disculpas publicas, se le humilla hasta el extremo de no aguantar más.

Ante esta reacción y a pesar de ser considerado por algunos como un afeminado o algo más es definitivamente aceptado por los tres rebeldes. Ahora se le ve juntos siempre, se les supone tramando algo, se les castiga sumariamente a todos. Cuatro de ellos, castigados con un "cero" de conducta, deciden rebelarse con motivo del festival escolar, los cuatro niños organizan una revuelta que empieza esa noche montando un motín en los cuartos.

A continuación se desata una batalla de almohadas, edredones y plumas entre los estudiantes y el vigilante (Robert le Flon) que duerme en esa habitación colectiva.

Los muchachos parecen ir en una procesión, sosteniendo faroles, llevando en una silla a uno de sus compañeros, rodeados todos por una atmósfera cubierta de plumas.

Es un ceremonial pagano, un trance comprensible solo desde una perspectiva lírica: los muchachos están embriagados de revolución y llenos de motivos para luchar. El cambio que se opera en Tabard al inicio de esta escena es reactivo. 

Ya con Tabard al frente de la revuelta de los internos. “¡La guerra está declarada! ¡Abajo los maestros! ¡Abajo los castigos! ¡Viva la revolución! Libertad o muerte. ¡Nuestra bandera debe ser izada! ¡Mañana todos lucharemos con libros viejos, viejas latas de metal y zapatos viejos! La munición está en la buhardilla.

Bombardearemos a los viejos gerifaltes escolares y locales , con bomberos incluidos, del Día de la Conmemoración. ¡Adelante!”, lee Tabard en una declaración nocturna mientras con una mano sostiene una bandera pirata y la complicidad del supervisor, Huguet ( Jean Dasté ), más cercano a la mentalidad de los jóvenes que a la rígidez  de los adultos que hay en la parte inferior mientras los chicos se hacen fuertes en el tejado donde correr pues son libres. 

La historia de la película se inicia en julio  de 1932, cuando Jean Vigo, se encontraba en un punto bajo en su carrera, junto a su esposa Lydou Vigo , ambos con problemas de salud ,  conocieron a  Jacques-Louis Nounez, un rico hombre de negocios y gran cinéfilo que estaba interesado en hacer películas. Nounez aceptó financiar un mediometraje de mediano presupuesto para presentarlos en programas dobles.

Desde el primer encuentro estuvo de acuerdo en trabajar con Vigo y tras el fracaso de una primera propuesta un documental sobre la región de la Camargue, el director le presentó en diciembre de ese año le habló Vigo  le habló de la posibilidad de hacer  una película sobre sus experiencias infantiles en un internado de Millau. Tras eso le presentó un guión sobre los recuerdos de su adolescencia. Nounez lo aprobó, le concedió un presupuesto de doscientos mil francos y le dijo que disponía de los estudios de la Gaumont durante una semana a partir del 24 de diciembre.

La mayoría de los intérpretes eran aficionados: jóvenes del distrito 19 de Paris, muchachos que vivían cerca de donde Vigo residía o conocidos suyos, así como el administrador de una finca, pintores, un poeta, la dueña de una restaurante cerca de la Gaumont. Solo había tres artistas profesionales en todo el reparto: Léon Larive, Robert le Flon y el enano Delphin. Su amigo el director Henri Storck, haría un cameo vestido de sacerdote.

La película trataría sobre las experiencias escolares de Vigo y serviría para retratar un sistema educativo burocrático y represivo en el que tienen lugar actos de rebelión surrealistas, producto de una lectura libertaria de la infancia.

La película muestra la influencia de la obra de teatro Ubu Roi, de Alfred Jarry aunque también tendrá influencia del escrito de romanticismo adolescente  de la obra El gran Meaulnes, la única novela de Alain-Fournier.

Zero for Conduct se rodó desde diciembre de 1932 hasta enero de 1933 con el presupuesto previsto de 200,000 francos.

Como ya hemos dicho los cuatro personajes principales están basados ​​en personas reales que Vigo había conocido en su juventud. Caussat y Bruel se basaron en amigos de Millau, Colin se basó en un amigo que había conocido en Chartes y Tabard se basó en el mismo Vigo. La mala salud de Vigo empeoró durante la producción de la película, pero pudo completar la edición.

Los maestros representados en la película se basaron en los guardias de la prisión de menores de La Petite Roquette , donde estuvo preso el padre de Vigo, Miguel Almereyda.

La banda sonora de la película era de mala calidad debido a restricciones presupuestarias, pero se dice que el uso del diálogo poético y rítmico de Vigo hace que sea mucho más fácil entender lo que dicen los personajes.

El sábado 24 de diciembre de 1932 se dio inicio al rodaje. Vigo nunca había filmado en un estudio  en el colegio de Saint-Cloud, donde él mismo pasó parte de su educación.

Descansaron el día de la Navidad y el día 26 de diciembre . Reanudaron el martes 27 y para el sábado 31 de diciembre Vigo estaba en el estudio con fiebre elevada y tos, y así rodó. Pero no podía más y, temiendo adquirir una neumonía, el lunes 2 de enero pidió parar la filmación hasta el viernes 6. Solo podían rodar hasta antes la medianoche del 7 de enero y así lo hicieron. En total fueron ocho días.

En exteriores se rodó intermitentemente entre el 10 y el 22 de enero a causa del mal tiempo. Debido a eso Vigo tuvo que sacrificar muchas escenas, lo que iba afectar a continuidad del filme, que por eso va a adquirir un ritmo más episódico y anecdótico, antes que presentarnos una narración de estructura clásica.

Así nos deja este retrato sus recuerdos infantiles a través de la historia de cuatro jóvenes estudiantes franceses que, sujetos a un estricto régimen escolar, deciden rebelarse contra la institución por lo que algunos lo entenderan como antipatriótico.

Cero en conducta se estrenó el 7 de abril de 1933 en el teatro Cinéma Artistic en París. Recibió críticas fuertes, algunas sarcásticas, algunas benévolas, pero realmente no pudo ser vista más. Fue prohibida por la censura, por su “espíritu antifrancés” sin que se sepa con claridad si fue el gobierno o la iglesia el que presionó para prohibir su exhibición. El estreno sorprendió a muchos miembros de la audiencia que silbaron y abuchearon a Vigo. Otros miembros de la audiencia, sobre todo Jacques Prevert , aplaudieron fuertemente.

La película considerada "anti-francesa" y, bajo la presión y la amenaza de represalias de los Padres organizados , obtuvo su visa de explotación solo en 1945 , después de la Liberación siendo la primera película francesa que ha sido oficialmente prohibida por la censura francesa.Algunos creyeron que el Ministerio del Interior francés lo consideraba una amenaza capaz de "crear disturbios e impedir el mantenimiento del orden". Solo durante la postguerra, en 1945, pudo verse de nuevo en Francia.

En otros países, como en Bélgica, sí puedo mostrarse al público, sobre todo a través de los cineclubes. Vigo es invitado a Bruselas a presentar su película en octubre de 1933. Lleva un manuscrito de cinco páginas llamado “Presentación de Cero en conducta”. En uno de sus apartes escribe: “El problema, para mí, es, por desgracia, más grave. Mi preocupación, más vasta y más casta. La infancia. Chavales a los que abandonan una tarde de octubre, a la vuelta de las vacaciones, en el patio de un colegio de alguna provincia, bajo la bandera que sea, pero siempre lejos de su casa, en la que les espera el cariño de una madre, la camaradería de un padre, si es que este no ha muerto. Y entonces soy presa de la angustia. Van a ver ustedes Cero en conducta, y yo voy a verla de nuevo con ustedes. La he visto crecer, y ¡cuán enclenque me parece! Ni siquiera convaleciente. Como hija mía que es, ella ha dejado de ser mi infancia. En vano abro los ojos de par en par. A duras penas reconozco mi recuerdo en ella. ¿De verdad está ya tan lejos de mí?”

Señala Terenci Moix en su Historia del Cine en el capítulo destinado a Jean Vigo que "algunos historiadores han supuesto que la "fugaz exhibición del sexo de un niño" tuvo también algo que ver. 

Aunque la película no tuvo un éxito inmediato, ha demostrado ser de una influencia duradera. François Truffaut rindió un homenaje a Zéro de conduite en su película de 1959 Los 400 golpes copiando, prácticamente fotograma a fotograma, la escena en la que una línea de escolares que corren por París va perdiendo uno a uno sus miembros debido a las atracciones de la ciudad. Truffaut declaró: “A menudo se ha señalado que la línea de Cero en conducta está rota por brechas que usualmente se achacan al endemoniado calendario de trabajo. Pienso que esas elipsis gruesas también pueden explicarse por la prisa febril de Vigo de lograr lo que era esencial y por el estado mental de un cineasta al que le acaban de dar su primera oportunidad. No puede creerlo, es demasiado bueno para ser verdad. Él rueda el filme preguntándose si alguna vez verá la luz del día” Y añadió Truffaut elogió la película y dijo que "en cierto sentido, Zero de Conduite representa algo más raro que L'Atalante.  Porque las obras maestras consagradas a la infancia en la literatura o el cine pueden contarse con los dedos de una mano. Nos conmueven doblemente ya que la emoción estética está compuesta por una emoción biográfica, personal e íntima ... Nos devuelven a nuestros pantalones cortos, a la escuela, a la pizarra, a las vacaciones, a nuestros inicios en la vida".

La película If.... de Lindsay Anderson es en su totalidad una reinvención menos caprichosa de Zéro.

El biógrafo de Vigo, Salès Gomès, insiste que el realizador se refleja en Tabard –uno de los muchachos, el único al que inicialmente es posible confundir con una chica- y que modeló a Hughed a partir de un vigilante simpático que conoció en su internado en el liceo de Millau, pero quiero creer que Vigo, que tenía 27 años durante el rodaje de este filme, es Hughet: un ser lleno de humanidad, alejado de las normas, no contaminado por ellas y dispuesto a crear otras reglas, donde prime la libertad, no el miedo.

Indudablemente las intenciones de Vigo son satíricas y punitivas: el director del internado es interpretado por el enano Delphin, un hombre que ya tenía una trayectoria artística importante. Con su barba larga, su traje formal y su voz chillona, parece un niño disfrazado antes que un dignatario real. El inspector jefe de estudios es una figura fantasmagórica y ladrona, uno de los profesores –Viot- tiene actitudes de pederasta, uno de los vigilantes nocturnos, de gafas oscuras parece mecanizado. Vigo exagera la caricatura para darle a los directivos el aspecto, a medio camino entre lo mítico y lo socarrón, con el que los muchachos se refieren burlonamente a ellos, demonizándolos, volviéndolos un blanco necesario, literalmente muñecos que hay que derribar. La institución escolar aparece represiva y cerrada.

Los críticos de cine franceses estaban fuertemente divididos sobre la película. Algunos lo llamaron "simplemente ridícula" y lo compararon con el "lavado de lavabos", mientras que otros elogiaron su "atrevida audacia" y llamaron a Vigo "la Céline del cine".

Entre los más críticos se incluían una revista católica francesa que lo calificó como un trabajo escatológico de "un maníaco obsesionado".

En el documental de Jacques Rozier " Cineastas de nuestro tiempo " , dedicado a Jean Vigo, su amigo Albert Riéra, quien participó en la película, habla sobre esta censura. Antes de presentar la película a las autoridades que emitieron la visa de explotación, Albert Riéra le aconsejó que cortara la secuencia en la que vemos a los niños en el techo arrojando varios objetos a la asamblea e informando sobre la conversación que ha mantenido. tenía con él:"Esta secuencia entonces mi amigo, vamos a cortar. Esta es su primera película, debe hacer algunas concesiones para esta primera película, y luego hará otras, y cuando realmente haya dado su medida, puede hacer lo que quiera. Y allí me miró, y realmente fue trágica su mirada, me dijo: "Usted está bien de salud, tiene tiempo, pero no tengo tiempo, así que tengo que hazlo de inmediato " .

El biógrafo de Vigo, Paulo Emílio Salles Gomes, ha discutido la "extrema sensibilidad de Vigo a cualquier cosa relacionada con la vulnerabilidad de un niño en el mundo adulto" y su "respeto por los niños y sus sentimientos".  Gomes también comparó el internado en la película con un microcosmos del mundo, afirmando que "la división para los niños y adultos dentro de la escuela corresponde a la división de la sociedad en clases fuera: una minoría fuerte que impone su voluntad a una mayoría débil. "

Para Terenci Moix el trabajo es "un trabajo anarquizante contra cualquier forma de jerarquías, justificado por el injusto castigo que recibe uno de los chicos, singularmente atractivo y efébico con su pelo largo y rubio tras rechazar el avance paidófilo de un maestro que  se ha atrevido a acariciar su mano. No obstante, es más célebre aún la escena en la que los escolares batallan en el dormitorio con sus almohadas de plumas; las imágenes ralentizadas conforman  el marco adecuado a un estado idílico de libertad y entusiasmo juvenil". 

La película ha sido reconocida con el Premio del Instituto Parajanov-Vartanov que en 2011 honró póstumamente el filme  de Jean Vigo y fue presentado por  su hija y crítico de cine francesa Luce Vigo y por el actor Jon Voight .

Por su parte, Martin Scorsese escribió una carta para la ocasión, con elogios a Vigo, Sergei Parajanov y Mikhail Vartanov , quienes lucharon con una fuerte censura.

Vemos en ella que Vigo no es sutil al mostrarnos esa transformación, simplemente le echa la culpa a un sistema educativo opresor que no tiene ternura ni compasión para con los jóvenes y sus circunstancias. Nada los salva, ni el surrealismo, ni la magia, ni los sueños. Deben combatir. Y lo harán.

Además de los dicho por Truffaut o su biógrafo algunos críticos actuales han realizado sus valoraciones sobre la pelíucla. Entre ellos destaca Dave Kehr en el Chicago Reader de ella que era "Una creación completamente original, una película que se mueve en una línea estrecha entre la farsa surrealista y el realismo social. " Geoff Andrew de Time Out destaca "La visión anárquica y desorientadora de la vida de Vigo en un internado francés. " 

En The New York Times AH Weiler escribió que "Estas escenas amorfas, unidas por una vaga continuidad pueden ser arte, pero también son bastante caóticas. "

A destacar la historia en sí absolutamente genial, referencia en muchas películas no sólo en el cine francés y sus míticos 400 golpes, sino en muchas películas que buscan en el infancia una manera de presentar una realidad  y, por otro lado, el papel de Boris Kaufman que con su cámara juega con la imágenes que en ocasiones opta por ponerlas a cámara lenta, otra a cámara rápida, mientras que siempre intenta colocar a los personajes como son sentidos, adorables y tiernos o repulsivos. Un gran acierto haber visto esta joya del maestro que brilló en los años 30 como una estrella fugaz , que pudo ser tan grande o más  que René Clair y que dio solvencia y grandeza al cine francés de esa década y de siempre. 



No hay comentarios:

Publicar un comentario