sábado, 10 de febrero de 2018

United 93


Hay que películas que antes de que empiecen , sabes como acaban. Estas es una de ellas. ¿Quién no va a recordar lo ocurrido aquel 11 de septiembre del año 2001? Uno sabe que todos los que se montan van a morir, reconoce antes del primer minuto quiénes son los responsables y sus intensiones, eso sí en ningún momento intentan explicar el por qué lo hacen , simplemente lo ejecutan, sin más. 

Eso es lo que le ocurre en United 93 , una película del año 2006 escrita, coproducida y dirigida por Paul Greengrass , que narra los acontecimientos a bordo del vuelo 93 de United Airlines , uno de aquellos transportes que fueron secuestrados durante aquel día en el que se producen los indelebles en nuestra memoria ataques del 11 de septiembre de 2001. 

La película plantea la tesis de lo que pudo ocurrir en el interior del avión , y los hace de manera  verídica jugando con las opciones másque posibles   y en tiempo real , al menos, desde el embarque del vuelo hasta la caída del aparato; aunque se inicia desde el momento en que los terroristas se levantan y salen de su hotel , mientras en paralelo nos muestran las reacciones del centro de coordinación nacional de vuelos tanto civiles como militares, así como las sensaciones vividas por las torres de control de distintos aeropuertos (Newark, Boston, Clevelnad,...). Supongo que se mostró lo que hasta ese momento se conocía o dijeron en sus informaciones públicas las autoridades estadounidenses, así como la información que les pasaron los familiares de los tripulantes de la nave así como los pasajeros. Según los realizadores, la película se realizó con la cooperación de todas las familias de los pasajeros. 

El responsable del proyecto final fue el británico de 63 años Paul Greengrass de la que ya han pasado por este blog algunas de sus producciones como Bloody Sunday (Domingo sangriento, 2002) o Captain Phillips ( Capitán Phillips, 2013), no así la saga de Jason Bourne, un personaje al que todavía no me he aproximado.

Como es conocida su labor no sólo se centró en la dirección sino que incluyó en esta película el guión y la producción. En este último apartado reconocer que no lo hizo sólo sino que en esta coproducción entre Gran Breña, Estados Unidos y Francia lo hizo acompañado de Tim Bevan,   Eric Fellner  y Lloyd Levin por medio de las productoras StudioCanal,  Sidney Kimmel Entertainment y Working Title Films, siendo distribuida la película por la Universal Pictures y la United International Pictures. El presupuesto se elevó a $ 15 millones  recuperándose , con creces, en taquilla al obtener $ 76.3 millones .

Para el guión  Paul Greengrass se basó en el Informe de la Comisión del 11 de septiembre. Para la banda sonora contó con John Powell, mientras que la fotografía fue de Barry Ackroyd, gran labor con la cámara al hombro dentro del avión en muchos momentos, especialmente en el asalto de los pasajeros a la cabina. La edición fue de Clare Douglas , Richard Pearson y Christopher Rouse .

Para el elenco utilizó actores relativamente poco conocidos , de entre los que destacan Christian Clemenson como Tom Burnett , Cheyenne Jackson como Mark Bingham,  David Alan Basche como Todd Beamer , Peter Hermann como Jeremy Glick , Daniel Sauli como Richard Guadagno,  Trish Gates como Sandra Bradshaw, Corey Johnson como Louis J. Nacke, Richard Bekins como William Joseph Cashman,  Michael J. Reynolds como Patrick Joseph Driscoll , Khalid Abdalla como Ziad Jarrah. Junto a ellos aparecen  Lewis Alsamari como Saeed al-Ghamdi,  Jamie Harding como Ahmed al-Nami , Omar Berdouni como Ahmed al-Haznawi , Opal Alladin como CeeCee Lyles.

Igualmente el listado es enorme se encuentran Nancy McDoniel como Lorraine G. Bay , Peter Marinker como Andrew Garcia , David Rasche como Donald Freeman , Greene JJ Johnson como el Capitán Jason Dahl , Gary Commock como primer oficial LeRoy Homer Jr. , Polly Adams como Deborah Welsh,  Chip Zien como Mark Rothenberg , Erich Redman como Christian Adams , Kate Jennings Grant como Lauren Grandcolas,  Starla Benford como Wanda Anita Green , Simon Poland como Alan Anthony Beaven Trieste,  Kelly Dunn como Deora Frances , Bodley Jodie Lynne McClintock como Marion R. Britton , Marceline Hugot como Georgine Rose Corrigan , Rebecca Schull como Patricia Cushing,  Ray Charleson como Joseph DeLuca,  Tom O'Rourke como Donald Peterson , Becky London como Jean Headley Peterson,  John Rothman como Edward P. Felt , Libby Morris como Hilda Marcin , Denny Dillon como Colleen Fraser,  Susan Blommaert como Jane Folger,  Tara Hugo como Kristin White Gould , Lorna Dallas como Linda Gronlund , Masato Kamo como Toshiya Kuge , Liza Colón-Zayas como Waleska Martinez,  Olivia Thirlby como Nicole Carol,  Miller Leigh Zimmerman como Christine Snyder,  Joe Jamrog como John Talignani y Chloe Sirene como Elizabeth Wainio.  

Además, varias personas se retratan en la película, incluyendo a Thomas Roberts , Ben Sliney , Tobin Miller, Rich Sullivan, Tony Smith, James Fox, Shawna Fox, Jeremy Powell, Curt Applegate, Greg Callahan y Rick Tepper. 

La película se inicia con los 4 responsables del inminente  secuestrado del Vuelo 93 de United Airlines - Ziad Jarrah (Khalid Abdalla), Saeed Al-Ghamdi (Sarmed al-Samarrai), Ahmed Al-Nami (Jamie Harding) y Ahmed Al-Haznawi (Omar Berdouni) - que están levantándose tras pasar la noche en el hotel  preparándose para el vuelo con destino a San Francisco. 

Cuando llegan al aeropuerto de Newark en Nueva Jersey, pero identificado como uno de los tres aeropuertos de Nueva York (junto a JFK y La Guardia) y tras legar en automóvil entran en la terminal. Estamos en la mañana del 11 de septiembre de 2001.

Mientras tanto, conocemos a la tripulación que está encabezada  por el comandante Jason Dahl (J. J. Johnson) de Colorado, el primer oficial LeRoy Homer Jr. (Gary Commock) de San Francisco y la jefa de azafatas Deborah Welsh (Polly Adams) que se preparan para el vuelo.

Por su parte, los futuros  secuestradores están sentados esperando en la terminal de salida, unos separados del resto para no despertar sospechas. Allí vemos igualmente a otros miembros de la tripulación que pasan ante ellos y a los pasajeros restantes que van a abordar el avión. Entre los  pasajeros que abordan el vuelo 93 de United Airlines con destino a San Francisco están  Tom Burnett , Mark Bingham , Todd Beamer , Jeremy Glick , Richard Guadagno, Louis J. Nacke, II, William Joseph Cashman y Patrick Joseph Driscoll. 

Tras entrar en la nave, uno de los pasajeros lo hace en el último segundo antes de cerrar el embarque,  se ven esperados a aguantar el retraso producido por los aviones que llegan y despegan, además que el Presidente George W. Bush se está desplazando en vuelo y eso implica limitaciones en el espacio aéreo norteamericano.  

De todo esto es informado el nuevo gerente de Operaciones Nacionales de la FAA, Ben Sliney, que se encuentra en una reunión. 

Mientras en Boston se produce la detección de un secuestro en pleno vuelo tras ser escuchado en  vuelo por uno de los controladores. Igualmente se da un aviso a Nueva York . 

La FAA y se gerente recibe al inicio de la reunión rutinaria de coordinación de la noticia de que el vuelo 11 de American Airlines desde Boston a Los Ángeles ha sido  secuestrado ya que se ha escuchado en la radio . Posteriormente , tras escuchar detenidamente una cinta que lo graba todo, que "Tenemos algunos aviones". 

Tanto en un sitio como en otro están preocupados por el presunto secuestro del Vuelo AA11 de American Airlines, ya que no se sabe cuales son sus intenciones. 

Minutos después, el avión de la AA11 se estrella contra la Torre Norte del World Trade Center . La situación desborda a todo el equipo de Sliney . Casi de inmediato se recibe la noticia de un segundo secuestro de un vuelo, el de la  United Airlines Flight 175 también desde Boston a Los Angeles.

Con más de media hora de retraso  el avión UA93 despega en principio sin incidentes. Por su parte las Fuerzas Aereas  y la FAA, especialmente la primera, ordenan mandar a dos F-15 en búsqueda de este vuelo, pero por circunstancias diversas despegaron 7 minutos después de que el avión, un Boeing 767-200ER correspondiente al del AA11  se estrellara en la torre norte del World Trade Center. 

Los controladores de tráfico aéreo de Nueva York intentan contactar con el avión, sin embargo, desde su torre ven en vivo , al igual que el resto del mundo a través de la CNN como otro avión se estrella contra la Torre Sur del World Trade Center. Lo que han visto desde la torre de control del Aeropuerto Internacional Libertad de Newark ese  grupo de controladores extrañados por el vuelo rasante de un avión es como el vuelo 175 de United Airlines se estrella en la torre sur del World Trade Center, dando a entender que Estados Unidos se encuentra bajo ataque terrorista. 

Luego se enteran de que además del vuelo 175 de United Airlines, hay otro 767-200, que ha sido secuestrado, luego de que se intentara evitar una colisión con un 737 de Delta Airlines sin que respondiera.

Sliney y su personal asumen en ese momento  que están lidiando con varios secuestros y ordenan que los militares que estén atentos al vuelo 77 de American Airlines , que se reporta como perdido y se presume que también fue secuestrado. 

Mientras, el United 93 alcanza la altitud de crucero de 35 000 pies (10 660 metros) comenzando el servicio a bordo. 

Mientras en el avión hay , por un lado, desconocimiento de lo que ocurre en Nueva York, pero , por otro, inquietud entre los terroristas, ya que alguno de ellos consideran que debe iniciarse ya el secuestro. De hecho, Jarrah parece dudar en iniciar el plan de secuestro; tal vez parece estar dudando acerca de cómo hacerlo. Impacientes, los otros tres secuestradores se preparan para iniciarlo. 

Uno de ellos , al-Haznawi, va al servicio para ensamblar una bomba falsa de arcilla y plástico y luego  al-Ghamdi hace el primer movimiento de acercamiento. 

Tras algunas dudas, a las 9:28 AM, Saeed al-Ghamdi agarra a a azafata Deborah Welsh, a la cual mata, y Ahmed Al-Haznawi hiere mortalmente en el cuello  a Mark Rothenberg (Chip Zien), mientras que Ahmed al-Nami se encarga de mandar a los pasajeros hacia la parte de atrás del avión.

La visión de la "bomba" causa  pánico  entre los pasajeros, con los que al-Nami y al-Haznawi obligan a los pasajeros de primera clase a la parte trasera del avión. Uno de los dos esgrime una bomba que se ha colocado previamente en el cuerpo , aprovechando su entrada en el lavabo con una bolsa negra. 
Ante el ruido los pilotos envían una llamada de auxilio. 

Luego Saeed entra en la cabina de los pilotos y mata primero al copiloto y luego al piloto del avión que ya habían recibido avisos de que algo en New York estaba pasando tras el impacto de dos aviones en las Torres Gemelas del WTC. Ambos son arrastrados desde la cabina.

Por su parte, Ziad, que parece el líder del grupo,  se pone a cargo de los mandos,   girando el avión, con la intención de estrellar el mismo en el Capitolio de los Estados Unidos, como vemos en la pegatina que coloca en los mandos para identificar el edificio;  mientras Al-Nami y Al-Haznawi, este último con una bomba falsa atada al torso, controlan a los pasajeros. 

A las 9:37, en el Aeropuerto de Washington ven como un punto desaparece del radar, enterándose luego de que un avión de American Airlines se estrelló contra El Pentágono. 

Sliney, aún debatiendo sobre qué hacer con el desastre que se avecina, queda en estado de shock cuando se le informa que un avión de la American 77 se estrella en el Pentágono y llega a la conclusión de que todos los aviones deben aterrizar y que los aviones no entrarán ni saldrán del espacio aéreo estadounidense hasta nuevo aviso. En ese momento se ordena que se suspenden todos los vuelos con entrada o salida a  Estados Unidos, así como los vuelos internos. 

Mientras en el interior del vuelo 93, los pasajeros están dominados por el pánico, pero uno de los pasajeros de primera , Todd Beamer (David Alan Basche), que está usando el teléfono de a bordo se entera que 3 aviones se han estrellado y supuestamente hay  más aviones más secuestrados. La idea inicial de que podía ser un simple secuestro para exigir un dinero, se evapora para asumir que ellos forman parte de un arma explosiva.

Ante esto rápidamente ponen en marcha un plan de acción. Con el apoyo de una azafata cogen todo lo que pueda servir como arma y se disponen a reducir a los secuestradores y tomar el control del avión. Su plan está facultado con el conocimiento de que el pasajero Don Greene tiene experiencia en volar. 

Después de que los pasajeros se arman, rezan y hacen llamadas finales a sus seres queridos, Todd Beamer dice: " ¡Vamos ! " . 

El grupo comienza su contraataque, corriendo por el pasillo y dominando a Ahmed al-Haznawi; Mark Bingham aplasta el cráneo de Ahmed al-Haznawi con un extintor de incendios, matándolo. 

Pero Al-Nami avisa a Jarrah y al-Ghamdi de  que los pasajeros están contraatacando. Jarrah sacude el avión violentamente para desequilibrar a los pasajeros; no obstante, continúan su asalto, dominando a Ahmed al-Nami, quien es asesinado por Glick que le rompe el cuello. 

Al ver que los pasajeros que se están acercando, al-Ghamdi y Jarrah debaten si estrellar  el vuelo, sabiendo que nunca alcanzarán el objetivo deseado. Jarrah toma la decisión de iniciar el descenso para estrellarlo. Están sobre un campo en Shanksville, Pennsylvania. 

Luego, los pasajeros rompen la cabina con el carrito de comida. No obstante, los pasajeros finalmente ganan la entrada y se produce una encarnizada batalla ambos con los secuestradores para dominar  los controles. Mientras los pasajeros y los secuestradores luchan por el control del mando el avión cae en picado y boca abajo.  Cuando la pantalla se vuelve negra sabemos que  el avión se estrella en un campo en la localidad ya mencionada.  Las 44 personas, incluidos los secuestradores, mueren cuando este impacta.

Las título finales revelan que el avión se estrelló contra un campo cerca de Shanksville , Pennsylvania , matando a todos a bordo. 

La historia surge porque tenía que surgir. Este hecho impactó a toda la humanidad que boquiabierta pudo ver con horror como se realizado un atentado en director. Se cuenta que Paul Greengrass siguió de cerca la cobertura informativa de ese día, así como también sus consecuencias, mucho antes de que tuviera contacto con las familias. 

Después de terminar una de las entregas de Bourne, The Bourne Supremacy,  (2004) y de cancelar otro proyecto que tenía en mente, el realizador pensó en realizar la película, aunque no estaba del todo seguro si se trataría o no del momento oportuno para filmarla, debido a la cercanía de los acontecimientos y cómo los mismos habían degenerado en un par de conflictos más: la guerra de Afganistán y la de Iraq.

Una vez empezado el rodaje, la producción de la película se mantuvo en contacto permanente con las familias. A tal punto, que el director grabó distintos mensajes en video para las familias a las que sólo las mismas podían acceder en un sitio web en internet creado especialmente para la ocasión, que resultó un canal útil para el intercambio de información, debido a que lo que Greengrass quería era plasmar en pantalla los datos recabados con el mayor realismo posible. 

El rodaje empezó a mediados del otoño de 2005 entre octubre y n diciembre de 2005, en un Boeing 757 recuperado de 20 años de antigüedad operado por MyTravel Airways. Las escenas en el interior del avión se rodaron en los Pinewood Studiosde Iver Heath, en Buckinghamshire, cerca de Londres, al igual que cerca está  aeropuertos de Stansted Airport, en Essex.   La ubicación fue elegida tanto por sus incentivos financieros como para proteger a los actores del escrutinio público no deseado que podrían haber recibido en los Estados Unidos.

La acción fue filmada con cámaras de mano, elegidas por su versatilidad en los sets de cuartos cerrados y para crear una sensación de inmediatez.

Las secuencias del aeropuerto exterior se filmaron en el aeropuerto internacional Newark Liberty , mientras que los interiores se harían en Inglaterra en el aeropuerto londinense de Stansted .

Algunas escenas también fueron filmadas en Washington , District of Columbia, y Boston (Massachusetts),. Además, una secuencia de apertura ambientada en Afganistán se filmó en Marruecos , pero fue cortada de la película antes del lanzamiento.

Las primeras escenas filmadas fueron las ocurridas dentro del avión, con tomas de duraciones variables (algunas escenas iban desde algunos minutos de duración hasta otras con casi una hora de trabajo). 

Los últimos minutos -que representan el desenlace terrible de la historia-, se rodaron por separado en una cabina conectada electrónicamente a un soporte instalado. 

Las escenas en un principio iban a ser rodadas por especialistas, pero los actores (en gran elenco de secundarios y de caras relativamente poco o nada conocidas) rechazaron la idea y decidieron filmar ellos mismos sus escenas de riesgo. 

Las escenas en los centros y torres de control se rodaron del mismo modo, mediante improvisación y atención de detalles, con parámetros temporales y datos específicos. 

A propósito de la escena final, el realizador Greengrass expresó: "La escena final me persigue. Una lucha por hacerse con el control de una máquina ... entre una banda de fanáticos religiosos suicidas y un grupo de inocentes escogidos al azar entre todos nosotros. Es algo en lo que pienso a menudo. En cierto modo, simboliza la lucha actual por nuestro mundo".

En los créditos finales de la película iba a aparecer una frase que decía: "América's War on terror had begun" que en español significa: "La guerra de Estados Unidos contra el terrorismo ha comenzado". En el montaje final, la frase fue sustituida por otra que expresa: "Está película está dedicada a todas las víctimas del 11 de setiembre de 2001".

La fecha de lanzamiento se centró en el mes de abril de 2006 en el Festival de Cine de Tribeca en la ciudad de Nueva York , un festival fundado para celebrar a la ciudad de Nueva York como un importante centro de realización cinematográfica y contribuir a la recuperación a largo plazo del Bajo Manhattan .

Varios miembros de la familia de los pasajeros a bordo del vuelo asistieron al estreno para mostrar su apoyo.

Las familias de los 40 pasajeros y miembros de la tripulación asesinados en United Flight 93 cooperaron en la producción, ofreciendo al director Paul Greengrass información detallada sobre sus seres queridos, la ropa que usaban, los materiales de lectura o la música que tenían y los refrigerios que podían tener o pedirían a bordo.

El principal "papel de la vida real" en la película es el de Ben Sliney, el Gerente de Operaciones Nacionales de la FAA, quien tomó la decisión del 11 de septiembre de cerrar todas las operaciones de tráfico aéreo en los Estados Unidos. Sliney acababa de ser promovido al puesto de Gerente de Operaciones Nacionales, y el 11 de septiembre de 2001 fue su primer día en el trabajo. Eso explica los aplausos de los monitores de vuelo de la FAA cuando entró al centro de control en Herndon, VA, al comienzo de la película. Varios oficiales que estaban con Sliney en la sala de control de la FAA el 11 de septiembre aparecen en la película, incluyendo a Tobin Miller, Rich Sullivan y Tony Smith. En las escenas en el aeropuerto de Newark, varios controladores de tránsito aéreo que estaban en la torre de control de Newark el 11 de septiembre, y que fueron testigos de los ataques aéreos en el World Trade Center, se interpretan a sí mismos.

En los centros de monitoreo de tráfico aéreo en Boston, Nueva York y Cleveland, los monitores de tránsito aéreo son todos ellos controlados por el tráfico aéreo real, incluidos varios que se encontraban en estos lugares el 11 de septiembre y que supervisaron los vuelos secuestrados. En el Centro de Comando de Defensa Aérea del Nordeste (NEADS) en Roma, Nueva York, la mayoría del personal militar es interpretado por controladores de tráfico aéreo militares de la vida real, incluyendo varias personas, notablemente el Mayor James Fox, que estuvieron en NEADS el 11 de septiembre. .

La película desde su estreno fue  aclamada por la crítica. El diez por ciento de los ingresos brutos del fin de semana de apertura de tres días se prometió a una donación para crear un monumento conmemorativo para las víctimas del vuelo 93.

La recaudación brutal total de United 93 fue de $ 31.4 millones en los Estados Unidos y $ 76.3 millones en todo el mundo.

La película también recibió dos nominaciones al Premio de la Academia, incluido el de Mejor Director por Greengrass. La película fue la primera película de Hollywood en sacar su narración directamente de los ataques del 11 de septiembre de 2001.

Los pasajeros fueron retratados en la película principalmente por actores profesionales, pero relativamente desconocidos. ( Tom Burnett , por ejemplo, es interpretado por Christian Clemenson , quien desde entonces ha aparecido en Boston Legal y CSI: Miami ).

Los roles de uno de los auxiliares de vuelo, los dos pilotos y muchos otros empleados de la aerolínea fueron asumidos por empleados reales de la aerolínea, la United Airlines.

El diálogo, que fue improvisado en su mayoría durante los ensayos que hubo entre Greengrass y el elenco, y se basó en entrevistas cara a cara entre los actores y familiares de los que retratan. Casi ninguno de los pasajeros en la película se conoce por sus nombres. Sus identidades permanecen en el anonimato, enfatizando el esfuerzo del grupo sobre cualquier heroísmo individual (y retratando el hecho de que extraños en un avión no se conocerían los nombres).

Durante la producción, los actores que interpretaban a la tripulación y a los pasajeros del vuelo fueron alojados en hoteles separados de los actores que retrataban a los secuestradores, e incluso comieron por separado, aparentemente para crear un aire de antagonismo en la película entre los dos grupos.

El título de la película inicialmente iba  a ser otro, pero se cambió del vuelo 93 al United 93 en marzo de 2006.

La película fue lanzada en los cines de Estados Unidos el 28 de abril de 2006, y abrió segunda en la taquilla del fin de semana.

Después de que los tráilers para la película comenzaron a circular en los cines, hubo llamados para que Universal Studios los retirara, debido al malestar y sorpresa que causaron a algunos miembros de la audiencia.  Universal no hizo caso a esa llamada, aunque un cine en Manhattan sacó el trailer después de las quejas de la audiencia.

Lewis Alsamari , actor de origen iraquí y residente en Londres , que interpreta al secuestrador Saeed al-Ghamdi , fue rechazado por las autoridades de inmigración de los Estados Unidos cuando solicitó visitar la ciudad de Nueva York para asistir al estreno, a pesar de que ya había recibido asilo en Reino Unido desde la década de 1990. La razón que se informó fue que él había sido reclutado en el ejército iraquí , aunque este fue también el motivo de su condición de refugiado después de su deserción en 1993. Otras fuentes dicen que presentó una solicitud tardía para su visa y que no fue negado

El United Airlines Flight 93 era un Boeing 757-222 que volaba regularmente desde el Aeropuerto Internacional de Newark (ahora conocido como Aeropuerto Internacional Newark Liberty ) en Newark, en Nueva Jersey , hasta el Aeropuerto Internacional de San Francisco en San Francisco, California .

El 11 de septiembre de 2001, el avión en ese vuelo fue uno de los cuatro aviones secuestrados como parte de los ataques terroristas del 11 de septiembre , posiblemente con la intención de estrellarse y destruir el edificio del Capitolio de los Estados Unidos en Washington DC. Fue el único avión de todos cuatro secuestrados que no alcanzaron su objetivo previsto; en su lugar, se estrelló en Stonycreek Township, Pensilvania , cerca de Shanksville , a unas 150 millas (unos 240 km) al noroeste de Washington.

La cinta de la grabadora de voz de la cabina del United Flight 93 nunca se ha hecho pública; sin embargo, la transcripción se hizo pública después de que se completara la película, arrojando más luz sobre lo que realmente sucedió en los últimos 30 minutos antes de que el avión se estrellara.

Algunas partes pueden contradecir lo preparado por el realizador en términos de algunos diálogos y aspectos específicos del evento. Por ejemplo, los pilotos, Jason Dahl y LeRoy Homer Jr. , se muestran en la película para ser asesinados por los terroristas de inmediato, ya que están secuestrando el avión.

Algunas declaraciones hechas por los terroristas en la transcripción de la grabadora de voz de la cabina de mando,  y gemidos escuchados en el fondo dentro de la cabina del piloto,  generaron dudas de que los dos pilotos estuvieran muertos antes de que el avión se estrellara; sin embargo, otra evidencia documental del Informe de la Comisión del 11-S indica que al menos un pasajero informó en una llamada de teléfono móvil que vieron dos cuerpos, posiblemente los pilotos, yaciendo muertos en el piso fuera de la cabina después del secuestro.

Se ve a Marion R. Britton entregando su móvil a su compañera de honor  Elizabeth Waino para que pueda llamar a su madre. En realidad, Lauren Grandcolas le entregó a  Elizabeth Waino su teléfono. Existe cierta controversia entre algunos de los miembros de la familia de los pasajeros y los funcionarios de la investigación sobre si los pasajeros lograron abrir una brecha en la cabina antes de que el avión se estrellara. El Informe de la Comisión del 11-S concluyó que "los secuestradores permanecieron en los controles pero deben haber juzgado que los pasajeros estaban a solo segundos de superarlos".

Sin embargo, algunos de los miembros de la familia de los pasajeros, después de escuchar las grabaciones de audio, creen que los pasajeros sí abrieron una brecha en la cabina y lucharon contra los secuestradores por el control del mando.Casi ninguno de los pasajeros se menciona por su nombre. Sus identidades permanecen anónimas, enfatizando el esfuerzo del grupo sobre cualquier heroísmo individual.

La película ha sido criticada por su retrato del pasajero alemán Christian Adams, que es el único pasajero retratado  intentando apaciguar a los terroristas, a pesar de la ausencia de evidencia de que lo haya hecho. También se informó que la viuda de Adams no cooperó con los cineastas porque era demasiado emocionalmente doloroso. Erich Redman , quien interpretó a Adams en la película, ha declarado que no tenía la intención de describir a Adams como un cobarde, sino como un hombre que "nunca tomó decisiones apresuradas y todo lo que hizo siempre fue bien considerado".

United 93 fue una de las películas más aclamadas por la crítica de 2006.  La película tiene una calificación de 91% "Fresca" en Rotten Tomatoes sobre la base de 203 comentarios, con el consenso: "Potente y aleccionador, United 93 trata el tema con respeto, nunca recurriendo al engrandecimiento de Hollywood". La película también tiene una puntuación de 90 sobre 100 en Metacritic , donde la película aparece en 39 listas de los 10 críticos, más que cualquier otra película de 2006 en este agregador. En el sitio web Movie City News , que clasifica 250 listas de críticos y puntos de premios para la colocación en listas, United 93 se clasifica como la película número 1 de 2006 con un puntuación de 917.5 puntos.

Roger Ebert , el columnista del Chicago Sun Times  calificó la película de "magistral y desgarradora" y diciendo que " honraba la memoria de las víctimas ".

Peter Travers dijo que era "una de las películas más conmovedoras del año", en su revista, Rolling Stone, añade además que  el efecto termina siendo inspirador: "ésta película representa lo mejor de nosotros".

James Berardinelli del portal Reel Views  la valoró como una de las mejores películas de la década diciendo: "es un recordatorio de como se presentaban las cosas en ese día del 11 de septiembre, hace ocho años. Es difícil encontrar un registro mejor que éste".

David Edelstein de New York Magazine añadió que la película es "brillante, fuertemente centrada y trascendental".

Mientras que Claudia Puig de USA Today también la nombró como uno de los mejores filmes del 2006 y opinó: "es un robusta, profundamente visceral. Un cautivador retrato de los trágicos eventos" y añadió: "es trascendente e intrigante, sobre todo teniendo en cuenta que sabemos el final".

En España Oti Rodríguez Marchante en el  Diario ABC  afirma que es una "Tremenda recreación en tiempo real (...) Greengrass impregna su ficción de un terrible aire documental en el que los minutos vuelan pero los segundos pesan y oprimen la pechera. (...)."

Para Borja Hermoso en El Mundo la película es "Escalofriante (...) el resultado es espeluznante, pero brillante, y respetuoso, y no es lacrimógeno porque sí."

Sergi Sánchez en Fotogramas afirma que la película es "Apasionante reconstrucción de los hechos (...) Lo mejor: los 20 minutos finales. Lo peor: sobra jerga de controlador aéreo. (...) ."

Adrián Massanet en Espinoff, antes blog de cine, afirma que "United 93’ se erige en una de las más soberbias y complejas películas de tensión sostenida que se recuerdan, una escalofriante propuesta que funde, con pasmoso magisterio, la ficción en el seno de lo real, o lo documental en el seno de la ficción, que atrapa y conmueve con la potencia y lo espeluznante de sus imágenes, y que huye de la espectacularidad de una trama convencional de acción para centrarse, quizá como nunca antes, en la realidad psicológica y anímica que surge cuando vuelas en un aparato que, de pronto, se transforma en una tumba de plástico y metal. Es decir, una película en la que la diferencia entre lo buscado y lo encontrado es mínima o prácticamente inexistente, y que aprovecha al máximo las posibilidades de una historia real para crear algo absolutamente dinámico y cinematográfico, en la que un grupo de personas que percibimos como completamente reales y mortales deciden levantarse ante la cercanía de la muerte, y morir de pie".

Alberto Abuín, - muy al contrario que otro de los editores Juan Luis Caviaro, excesivamente crítico - señala que es "Una película magnífica, soberbia, que desde luego dará qué hablar. Tal vez muchos digan que uno de los terroristas está demasiado humanizado, ya que duda en todo momento de llevar a cabo su misión. Probablemente sea una licencia que se ha tomado Greengrass, pero si se argumenta eso, también habría que argumentarlo para todos los demás aspectos del film. A mí me parece una decisión muy acertada, cinematográficamente hablando. Y quién sabe, tal vez fue eso lo que le impidó al United 93 llegar a su destino. Pero nunca lo sabremos"

La película ha sido citada como favorita por el cineasta John Waters , quien la presentó como su selección anual dentro del Festival de Cine de Maryland 2010.

United 93 recibió numerosos premios y nominaciones de críticos de cine y gremios. Recibió dos nominaciones al Premio de la Academia, incluyendo Mejor Director y el de mejor montaje, en los 79. ° Premios de la Academia , y seis nominaciones al Premio BAFTA , incluida la Mejor Película Británica, en los 60 ° Premios de la Academia Británica de Cine , ganando dos por el de Mejor Director y Mejor Edición de Película.

El Círculo de críticos de Nueva York la consideró la mejor película de 2006 y a Asociación de Críticos de Los Ángeles le dio a Greebgrass el premio al Mejor director. La película está incluía entre las "1,001 películas que tienes que ver antes de morir." editada por Steven Schneider.

El American Film Institute (AFI) la incluyó en los Top 10 de las  Mejores películas del año 2006 y , finalmente, tuvo dos nominaciones Critics' Choice Awards a la  Mejor película y al mejor director . El Sindicato de Guionistas (WGA) la nominó al Mejor guión original.

Decir para terminar que la película está bien, te mantiene en tensión , está bien rodada, técnicamente el uso de cámara portátil es muy adecuado, así como el carácter anónimo de los actores y protagonistas que son bastantes desconocidos, para dar la idea de héroes colectivos, frente del héroe único. 

Sobre el final de todo la prensa en 2001 recogió que lo ocurrido con este avión tuvo un testigo: Lee Purbaugh. Este fue la única persona que vio lo ocurrido con sus propios ojos. Era la única persona presente en el terreno en el que, a las 10.06, el avión chocó contra el suelo. 'Hubo un estruendo increíble y de pronto lo vi ahí, justo encima de mi cabeza, a unos 16 metros de altura', dice Purbaugh, que trabaja en un desguace desde el que se domina el lugar del accidente en este rincón olvidado de la Pensilvania rural. 'No fue más que una fracción de segundo, pero pareció que ocurría a cámara lenta, que no iba a acabar nunca. Lo vi oscilar de un lado a otro y, de pronto, se inclinó y cayó en picado contra la tierra, con una gran explosión. Enseguida supe que no era posible que hubiera sobrevivido nadie'.Aparte de algún dedo o algún diente suelto, los únicos restos que quedaron, incrustados en el suelo o colgados de las ramas.

Wally Miller, el juez local de instrucción, puso "asesinado' para las 40 personas que formaban la tripulación y el pasaje; 'suicidio' para los cuatro terroristas'. Pero lo cierto es que esto es parte del relato oficial. 

Como la película corresponde con la versión oficial, yo he insertado aquí las dudas que surgieron y que aparecieron en un artículo del diario El País en diciembre de 2001 y firmado por John Carlin y que dice , entre otras muchas cosas, lo siguiente:  

Es cierto, como señala El País,  que The New York Times, normalmente un modelo de precisión legalista, publicó el 22 de septiembre -después de saber, a través de fuentes 'oficiales' anónimas, que la grabadora de la cabina del avión había registrado 'una lucha salvaje y desesperada' a bordo- estas palabras vagas e imprecisas: 'Y, a pesar de que no ofrecía una imagen clara ni completa', se leía en el periódico, 'parece indudable que hubo un enfrentamiento caótico que, al parecer, provocó la caída del avión'. 

 Vanity Fair, con pocos datos más, decidió publicar un reportaje muy detallado sobre el vuelo 93, un relato que, según la revista, 'podrá recordarse como una de las mayores historias de heroísmo jamás contadas'. No obstante, Vanity Fair confesaba que, a la hora de definir qué hizo que el avión cayera en picado, todo era 'pura conjetura'. 

Dos meses después, Newsweek obtuvo lo que le dijeron que era una transcripción parcial de dicha grabación y, a partir de ahí, narró la historia de 'los héroes del vuelo 93' de forma todavía más detallada, emocionante y hollywoodiana que Vanity Fair. Los pasajeros eran 'soldados civiles... que se alzaron, como sus antepasados, para enfrentarse a la tiranía', entonaba la revista. 'Con su desafío y su muerte, los pasajeros y los tripulantes del vuelo 93 obtuvieron una victoria para todos nosotros'. Es cierto que la transcripción obtenida por Newsweek indicaba que se produjeron luchas a bordo, se lanzaron imprecaciones y hubo oraciones tanto al dios musulmán como al cristiano. Pero, con todo el dramatismo del relato, a los autores del reportaje de la revista se les olvidó llamar la atención sobre el detalle de que, en realidad, sólo estaban imaginando cómo o por qué se estrelló el avión; que estaban erigiendo un monumento para la posteridad a base de unas cuantas briznas de realidad y grandes dosis de suposiciones y deseos ilusos; que nadie sabía, ni siquiera, si los valientes pasajeros llegaron a entrar en la cabina, que no tenían ni idea de qué ocurrió sobre los decisivos y desesperados ocho minutos finales del vuelo 93. 

El presidente George W. Bush, el fiscal general, John Ashcroft, el jefe del FBI, Robert Mueller, y muchas otras autoridades han rendido homenaje a los 'héroes' del vuelo 93 y han defendido, en repetidas ocasiones y sin vacilar, la versión de los hechos descrita la nueva leyenda nacional. 

Las teorías alternativas, ambas desmentidas por el Ejército norteamericano y por el FBI, son: 1º) que el vuelo 93 de United fue derribado por un avión del Gobierno de Estados Unidos, y 2º) que estalló una bomba a bordo (varios pasajeros dijeron en sus llamadas de teléfono que uno de los secuestradores tenía algo que parecía una bomba atado a su cuerpo. 

Si persisten las dudas a pesar de los desmentidos, si florecen las teorías de la conspiración, se debe, en gran parte, al hecho de que las autoridades no han abordado con decisión estos cuatro interrogantes: 

1º) La amplia dispersión de los restos del avión, una de cuyas explicaciones podría ser algún tipo de explosión a bordo antes de la caída. Se han encontrado cartas -el vuelo 93 llevaba 3.400 kilos de correo a California- y otros papeles a 13 kilómetros del lugar del siniestro. Una pieza de uno de los motores, de una tonelada de peso, apareció a 2.000 metros de distancia. Es el fragmento más pesado recobrado entre los restos y el más grande, aparte de un trozo de fuselaje del tamaño de una mesa de comedor. El resto del aparato, como corresponde a un impacto que se calcula que se produjo a 780 kilómetros por hora, se desintegró en pedazos de no más de 5 centímetros. 

2º) La situación de varios reactores de las fuerzas aéreas estadounidenses y la posibilidad de que hubieran estado lo suficientemente cerca como para disparar contra el aparato secuestrado. Las informaciones transmitidas en directo por los medios de comunicación durante la mañana del 11 de septiembre se contradicen con diversas declaraciones oficiales posteriores. Lo que sí reconoce el Pentágono es que los primeros cazas con la misión de interceptar el avión despegaron a las 8.52; que otro grupo despegó de la base aérea de Andrews, cercana a Washington, a las 9.35, justo el momento en el que el vuelo 93 dio un giro de casi 180 grados respecto a su trayectoria y se desvió hacia Washington, y los controladores aéreos oyeron decir al secuestrador que pilotaba que había 'una bomba a bordo'. El vuelo 93, cuyo rumbo amenazador se dio a conocer a través de los medios audiovisuales de forma prácticamente inmediata, no cayó hasta 31 minutos después. Aparte de la lógica conclusión de que, al menos, un F-16 de la fuerza aérea debería haber alcanzado a la cuarta 'bomba volante' mucho antes de las 10.06 -se encontraba en Washington, a 190 kilómetros de distancia, a las 9.40, es decir, a 10 minutos o menos del vuelo 93 volando a velocidad supersónica-, existe el testimonio de un controlador federal, publicado días después en un periódico de New Hampshire, de que un F-16 había 'perseguido sin descanso' al avión secuestrado de United y 'debió de ver todo lo sucedido'. Además, en la cadena de televisión CBS se dijo brevemente que antes de la caída dos F-16 iban siguiendo al vuelo 93. El vicepresidente, Dick Cheney, reconoció cinco días más tarde que el presidente Bush había autorizado a los pilotos militares a derribar el aparato comercial secuestrado. 

3º) Una llamada telefónica del desgraciado avión cuyo contenido no encaja con la leyenda de los héroes y, por consiguiente, se omite en las historias tipo Independence Day que tanto gustan a los medios norteamericanos. La agencia de noticias Associated Press informó el 11 de septiembre de que ocho minutos antes de la colisión un hombre que se encontraba entre los pasajeros llamó, frenético, al número de urgencias, el 911. A la persona que le atendió en el teléfono, de nombre Glen Cramer, le dijo que se había encerrado en el interior de uno de los aseos del avión. Cramer contó a AP -una noticia que se difundió ampliamente el 11 de septiembre- que el pasajero había estado hablando durante un minuto. '¡Nos están secuestrando, nos están secuestrando!', gritó el hombre por el teléfono. 'Lo confirmamos con él varias veces', contaba Cramer, 'le pedimos que repitiera lo que decía. Estaba muy alterado. Dijo que le parecía que el avión se estaba cayendo. Había oído una especie de explosión y veía humo blanco que salía del aparato, pero no sabía de dónde. Entonces perdimos contacto con él'. Según la información de la que se dispone, ésta fue la última de las distintas llamadas hechas desde el vuelo. No se recibió ninguna más en los ocho minutos que transcurrieron desde que el hombre del aseo dijo que había oído una explosión. 

4º) Las afirmaciones de testigos presenciales sobre un 'avión misterioso' que pasó volando bajo sobre el lugar del impacto del vuelo 93 poco después del siniestro. Además de Lee Purbaugh, al menos media docena más de personas han dicho que vieron un segundo aparato que volaba sobre el sitio a baja altura y en un rumbo errático, casi sobre las copas de los árboles, minutos después de que cayera el aparato de United. Dicen que era un reactor pequeño, blanco, con motores posteriores y sin señales distintivas visibles. Purbaugh, que sirvió tres años en la Marina estadounidense, declaró que no era un avión militar. Si eso es cierto, en los grupos de discusión de Internet se ha sugerido que el servicio de aduanas estadounidense utiliza aviones de esas características para interceptar envíos de drogas por vía aérea. En cualquier caso, la presencia del avión misterioso sigue siendo un gran enigma. 

¿Cómo han respondido el Gobierno y sus diversos organismos a las dudas suscitadas por estas preguntas? La aparición de papeles del avión a 13 kilómetros de distancia, dice el FBI, se debe a que había un viento de 15 kilómetros por hora; la pieza del motor salió despedida a 2.000 metros por la enorme fuerza con la que impactó el avión contra el suelo. Conclusión del FBI: 'No había nada incompatible con la suposición de que el avión estaba intacto cuando tocó suelo'. 

Los expertos en aviación con los que ha tenido contacto EL PAÍS manifiestan sus dudas. Uno de ellos expresó su asombro ante la idea de que las cartas y los demás papeles hubieran podido mantenerse en el aire casi una hora antes de caer al suelo. Los aparatos de la fuerza aérea se encaminaban hacia allí pero no llegaron a tiempo, afirma el general Richard Myers, que preside el Estado Mayor conjunto. Los cazas lograron aproximarse al vuelo 93, reconoce, 'momentos' antes de que cayera a tierra, pero no lo derribaron. De ser así, surge la pregunta de por qué no pudieron llegar antes para interceptar un aparato que claramente tenía terroristas a bordo y que se dirigía hacia Washington, más de una hora después de que otro avión de United Airlines se hubiera estrellado contra la segunda torre del World Trade Center. No se ha dado ninguna explicación a propósito de la información que apareció en el periódico de New Hampshire ni de la de CBS, y los controladores aéreos de Cleveland, que fueron quienes siguieron los últimos minutos del vuelo 93 en el radar, han recibido de las autoridades la prohibición de hablar públicamente sobre lo que vieron en sus pantallas. 

Ni el FBI, ni Newsweek, ni ninguna autoridad han explicado la llamada telefónica al 911 desde el aseo del avión, pese a que parece que fue la última llamada realizada desde el aparato y que indica algo tan significativo como que hubo una explosión a bordo. El FBI ha confiscado la cinta de la conversación y ha ordenado al telefonista, Glen Cramer, que no hable más con los medios. 

En cuanto a la explicación que ha dado el FBI sobre el avión misterioso -cuya existencia negó en un principio-, es tan peculiar y tan aparentemente absurda que ha servido para alimentar las sospechas, entre los detectives de Internet, de que hay en marcha alguna maniobra para encubrir las cosas, que el Gobierno manipula la verdad para presentar lo que consideran que busca el público norteamericano. El FBI ha dicho oficialmente que el avión era un aparato privado, un Falcon, que volaba a 30 kilómetros del vuelo 93 y al que las autoridades pidieron que descendiera de 12.300 metros a 1.600 con el fin de examinar el lugar del siniestro y transmitir sus coordenadas 'para los equipos de emergencia que se disponían a acudir'. El motivo por el que esto parece tan poco creíble, según fuentes de la industria de la aviación, es que, en primer lugar, a las 10.06 del 11 de septiembre, todos los aviones no militares que circulaban por el espacio aéreo estadounidense habían recibido órdenes muy claras, más de media hora antes, de aterrizar en el aeropuerto más cercano. 

En segundo lugar, fue tal la densidad de las llamadas al 911 hechas por personas en la zona de Shanksville, a propósito de la localización del siniestro, que las coordenadas aéreas habrían sido completamente innecesarias. En tercer lugar, si los F-16 estaban presuntamente en las cercanías, parece muy improbable que, en un momento de tremenda incertidumbre nacional, en el que nadie sabía si podía haber más aviones secuestrados en el aire, la fuerza aérea fuera a pedirle ayuda a un aparato civil que, por casualidad, se encontraba en la zona. Lo más sospechoso de todo, quizá, es el hecho de que ni el FBI ni ninguna otra persona ha identificado al piloto o los pasajeros de ese famoso Falcon, ni tampoco se han dado a conocer ellos mismos. 

Mientras el vuelo 93 se encaminaba hacia su destino fatal, había otro avión en el aire, un Piper monomotor. El piloto, Bill Wright, ha contado que estaba a cinco kilómetros de distancia, tan cerca que podía ver las enseñas de United en el aparato. De pronto, le ordenaron que se alejara de la nave secuestrada y aterrizara inmediatamente. 'Una de las primeras cosas que se me ocurrieron, cuando nos dijeron que nos alejáramos de allí lo más deprisa posible', declaró posteriormente Wright a una cadena de televisión de Pittsburgh, 'fue que, o esperaban que estallase en el aire, o lo iban a derribar; pero no es más que pura especulación'. Todo es especulación; ése es el problema que tiene la historia del vuelo 93.


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